Radiactividad:
La radiactividad es un fenómeno físico por el cual los núcleos de algunos elementos químicos
llamados radiactivos emiten radiaciones que tienen la propiedad de impresionar placas
radiográficas, ionizar gases, producir fluorescencia, atravesar cuerpos opacos a la luz, entre otros.
Debido a esa capacidad, se les suele denominar radiaciones ionizantes (en contraste con las no
ionizantes). Las radiaciones emitidas pueden ser electromagnéticas, en forma de rayos X o rayos
gamma, o corpusculares, como pueden ser núcleos de helio, electrones o positrones, protones u
otras.
Es un fenómeno que ocurre en los núcleos de ciertos elementos inestables, que son capaces de
transformarse o decaer, espontáneamente, en núcleos atómicos de otros elementos más estables,
es decir, un átomo inestable emite radiactividad para volverse estable.
La radiactividad ioniza el medio que atraviesa. Una excepción la constituye el neutrón, que posee
carga neutra (igual carga positiva como negativa), pero ioniza la materia en forma indirecta. En las
desintegraciones radiactivas se tienen varios tipos de radiación: alfa, beta, gamma y neutrones
libres.
La radiactividad es una propiedad de los isótopos que son "inestables", es decir, que se mantienen
en un estado excitado en sus capas electrónicas o nucleares, con lo que, para alcanzar su estado
fundamental, deben perder energía. Lo hacen en emisiones electromagnéticas o en emisiones de
partículas con una determinada energía cinética. Esto se produce variando la energía de sus
electrones (emitiendo rayos X) o de sus nucleones (rayo gamma) o variando el isótopo (al emitir
desde el núcleo electrones, positrones, neutrones, protones o partículas más pesadas), y en varios
pasos sucesivos, con lo que un isótopo pesado puede terminar convirtiéndose en uno mucho más
ligero, como el uranio que, con el transcurrir de los siglos, acaba convirtiéndose en plomo.
Radiactividad natural:
En 1896, Henri Becquerel descubrió que ciertas sales de uranio emiten radiaciones
espontáneamente, al observar que, cuando colocaba placas fotográficas envueltas en papel negro
cerca de este mineral, los rayos-X velaban la placa a pesar de su envoltorio opaco, descartando que
se tratara de una propiedad de los materiales fosforescentes.
El estudio del nuevo fenómeno y su desarrollo posterior se debe casi exclusivamente al matrimonio
de Marie y Pierre Curie, quienes encontraron otras sustancias radiactivas: el torio, el polonio y
el radio. La intensidad de la radiación emitida era proporcional a la cantidad de uranio presente, por
lo que los Curie dedujeron que la radiactividad era una propiedad atómica.
El fenómeno de la radiactividad se origina exclusivamente en el núcleo de los átomos radiactivos. Se
cree que se origina debido a la interacción neutrón-protón. Al estudiar la radiación emitida por el
radio, se comprobó que era compleja, pues al aplicarle un campo magnético, parte de ella se
desviaba de su trayectoria y otra parte no.
Pronto se vio que todas estas reacciones provienen del núcleo atómico que describió Ernest
Rutherford en 1911, quien también demostró que las radiaciones emitidas por las sales de uranio
pueden ionizar el aire y producir la descarga de cuerpos cargados eléctricamente.
Con el uso del neutrón, partícula teorizada en 1920 por Ernest Rutherford, se consiguió describir
la radiación beta. En 1932, James Chadwick descubrió la existencia del neutrón que Rutherford
había predicho en 1920, e inmediatamente después Enrico Fermi descubrió que ciertas radiaciones
emitidas en fenómenos no muy comunes de desintegración son en realidad neutrones.
Radiactividad artificial:
La radiactividad artificial, también llamada radiactividad inducida, se produce cuando se bombardean
ciertos núcleos estables con partículas apropiadas. Si la energía de estas partículas tiene un valor
adecuado, penetran el núcleo bombardeado y forman un nuevo núcleo que, en caso de ser
inestable, se desintegra después radiactivamente. Fue descubierta por la pareja Frédéric Joliot-
Curie e Irène Joliot-Curie, bombardeando núcleos de boro y de aluminio con partículas alfa.
Observaron que las sustancias bombardeadas emitían radiaciones (neutrones libres) después de
retirar el cuerpo radiactivo emisor de las partículas de bombardeo. El plomo es la sustancia que
mayor fuerza de impenetración posee por parte de los rayos x y gamma.
Tipos de radiación:
Radiaciones ionizantes:
Los tres tipos de radiaciones descriptas tienen la capacidad de ocasionar que el material a través del
cual pasan se "ionice", por eso se las denomina "radiaciones ionizantes". Esto quiere decir que al
interactuar con la materia que las rodea pueden generar átomos eléctricamente cargados o sea,
iones. Esto puede romper enlaces químicos o crear nuevos. Esto también ocurre dentro de las
células de los organismos vivos dañándolos. Además de las tres radiaciones descriptas existen otros
dos tipos de radiaciones ionizantes: Rayos-X: Es similar a la radiación gamma, generalmente los
rayos-X poseen menos energía. Se producen en las máquinas de rayos-x y la emisión finaliza
cuando la máquina se apaga.
Partículas alfa: compuesta por dos protones y dos neutrones. Es una partícula relativamente grande
y pesada. Pierde su energía a medida que se mueve -y por lo tanto se detiene- por dos motivos:
a) al ser una partícula cargada eléctricamente (positiva) pierde energía al interactuar con otras
partículas cargadas.
b) pierde energía colisionando con otras partículas. Puede atravesar sólo pequeñas distancias en el
aire y no puede atravesar la piel humana o una hoja de papel. El problema para la salud es que una
substancia que emite partículas alfa puede ser ingerida o inhalada, las partículas emitidas pueden
generar un gran daño en una región focalizada de los tejidos.
Partículas beta: Estas poseen menos masa y se mueven más rápidamente. Tienen un poder de
penetración mayor a las alfa, aunque pueden ser detenidas por una lámina de aluminio. Es una
partícula eléctricamente cargada (negativa), un electrón libre. El poder de penetración depende de su
energía. Puede atravesar la piel.
Rayos gamma, rayos X y neutrones: no tienen carga eléctrica por lo tanto pierden más lentamente su
energía. Pueden viajar grandes distancias en el aire y tienen un gran poder de penetración
(atraviesan el cuerpo humano).
Vida Media:
Todos los radionucleidos son inestables, pero algunos son más inestables que otros. Por esta razón,
algunos decaen más rápidamente que otros. Todos los radionucleidos tienen su propia tasa de
decaimiento que los distingue. Esa tasa de decaimiento se referencia como "vida media".
La vida media es el tiempo que toma en decaer a la mitad de su actividad. Después de una vida
media la actividad se ha reducido a la mitad, luego de otra vida media, a 1/4 y así sucesivamente.
También podemos decir que es el tiempo que toma para que la mitad de los átomos de la muestra
alcancen su estado estable. Las vidas medias varían desde fracciones de segundo a millones de
años. El momento en que un núcleo radioactivo individual decae es completamente azaroso. De
todas maneras, para un isótopo radiactivo dado, existe esta tasa estadística de decaimiento.
Diagrama de Segré: el color indica el periodo de semidesintegracionde los isotopos radiactivos
conocidos, también llamado semivida. Un ligero exceso de neutrones favorece la estabilidad en
átomos pesados.
Tanto la fisión como la fusión nuclear son reacciones nucleares que liberan la energía almacenada
en el núcleo de un átomo. Pero hay importantes diferencias entre ambas. La fisión nuclear es la
separación de un núcleo pesado en núcleos más pequeños, mientras que la fusión nuclear es la
combinación de núcleos ligeros para crear uno más grande y pesado.
Radioisótopos:
Una especie atómica viene definida por dos números enteros: el número de protones que hay en el
núcleo (llamado número atómico, Z) y el número total de protones más neutrones (llamado número
másico, A).
Se entiende por isótopos los átomos de un elemento con el mismo número atómico pero con distinta
masa atómica, es decir, con el mismo número de protones y por tanto idénticas propiedades
químicas, pero distinto número de neutrones y diferentes propiedades físicas. Los isótopos pueden
ser estables e inestables o radioisótopos, teniendo los núcleos de éstos últimos la propiedad de
emitir energía en forma de radiación ionizante a medida que buscan una configuración más estable.
Isótopos:
Se denomina isótopos (del griego isos = mismo y tópos = lugar) a los átomos de un mismo elemento,
cuyos núcleos tienen una cantidad diferente de neutrones, y por lo tanto, difieren en masa, es decir,
tienen igual número atómico (Z) pero distinto número másico (A).
Por ejemplo, en la naturaleza el carbono se presenta como una mezcla de tres isótopos con números
de masa 12, 13 y 14: 12C, 13C y 14C. La cantidad global de carbono en cada uno son
respectivamente: 98,89%, 1,11% y trazas.
La mayoría de los elementos químicos poseen más de un isótopo, como por ejemplo el estaño que
es el elemento con más isótopos estables y solamente 21 elementos (como por ejemplo el berilio y
sodio) poseen un solo isótopo natural.
Tipos:
Naturales: son los que se encuentran en la naturaleza de manera natural. Ejemplos: el hidrógeno
tiene tres isótopos naturales (el protio que no tiene neutrones, el deuterio con un neutrón, y el tritio
que contiene dos neutrones). Otro elemento que contiene isótopos muy importantes es el carbono,
en el cual está el carbono 12, que es la base referencial del peso atómico de cualquier elemento, el
carbono 13 que es el único carbono con propiedades magnéticas y el carbono 14 radioactivo, muy
importante ya que su tiempo de vida media es de 5.730 años y es muy usado en la arqueología para
determinar la edad de los fósiles orgánicos.
A su vez, los isótopos se subdividen en isótopos estables (existen menos de 300) y no estables o
isótopos radiactivos (existen alrededor de 1.200). El concepto de estabilidad no es exacto, ya que
existen isótopos casi estables, es decir, durante un tiempo son inestables y se convierten en estables
o se transforman en otros isótopos estables.
Radioisótopo: Son isótopos radiactivos ya que tienen un núcleo atómico inestable (por el balance
entre neutrones y protones) y emiten energía y partículas cuando cambia de esta forma a una más
estable. La energía liberada al cambiar de forma puede detectarse con un contador Geiger o con una
película fotográfica.
Cada radioisótopo tiene un periodo de desintegración o semivida características. La energía puede
ser liberada, principalmente, en forma de rayos alfa (núcleos de helio), beta (electrones o
positrones) o gamma (energía electromagnética).
Varios isótopos radiactivos inestables y artificiales tienen usos en medicina. Por ejemplo, un isótopo
del tecnecio (99mTc) puede usarse para identificar vasos sanguíneos bloqueados. Varios isótopos
radiactivos naturales se usan para determinar cronologías, por ejemplo, arqueológicas (14C)
Aplicaciones de los radioisótopos:
Fisión:
La fisión nuclear se trata de una reacción en la cual un núcleo pesado, al ser bombardeado con
neutrones, se convierte en inestable y se descompone en dos núcleos, cuyas masas son del mismo
orden de magnitud, y cuya suma es ligeramente inferior a la masa del núcleo pesado, lo que origina
un gran desprendimiento de energía y la emisión de dos o tres neutrones.
Estos neutrones, a su vez, pueden ocasionar más fisiones al interaccionar con otros núcleos
fisionables que emitirán nuevos neutrones, y así sucesivamente. Este efecto multiplicador se conoce
con el nombre de reacción en cadena. En una pequeña fracción de tiempo, los núcleos
fisionados liberan una energía un millón de veces mayor que la obtenida, por ejemplo, en la reacción
de combustión de un combustible fósil.
Si se logra que solo uno de los neutrones liberados produzca una fisión posterior, el número de
fisiones que tienen lugar por unidad de tiempo es constante y la reacción está controlada.
Fusión:
La fusión nuclear es una reacción en la que dos núcleos muy ligeros se unen para formar un núcleo
estable más pesado, con una masa ligeramente inferior a la suma de las masas de los núcleos
iniciales. Este defecto de masa da lugar a un gran desprendimiento de energía. La energía producida
por el Sol tiene este origen.
Para que tenga lugar la fusión, los núcleos cargados positivamente deben aproximarse venciendo las
fuerzas electrostáticas de repulsión. En la Tierra, donde no se puede alcanzar la gran presión que
existe en el interior del Sol, la energía necesaria para que los núcleos que reaccionan venzan las
interacciones se puede suministrar en forma de energía térmica o utilizando un acelerador de
partículas.
Una reacción típica de fusión nuclear consiste en la combinación de dos isótopos del hidrógeno,
deuterio y tritio, para formar un átomo de helio más un neutrón.
Cuanto más sencillo es un ser vivo, más resistente es a los efectos perjudiciales de la radiación. Por
ejemplo, una bacteria soporta dosis mayores de radiación que una cucaracha y ésta soporta dosis
mayores que un ser humano. Los efectos de las radiaciones dependen, además, del tiempo de
exposición, de la dosis recibida, de la protección (llamada blindaje) que utilicemos y del tiempo que
estemos expuestos a la misma.
Todos los expertos concuerdan en afirmar que toda dosis de radiación radiactiva provoca un riesgo
cancerígeno y genético. La radiación radiactiva puede causar la aparición de cáncer o de
malformaciones en los niños, que pueden ser recién detectados años después de la exposición a la
radiación radiactiva. Las células no destruidas pueden sufrir transformaciones y provocar anomalías
cromosómicas.
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