“Modificará la forma en la que los arquitectos trabajan y cambiará su papel”, asegura Lynn
rotundamente. El creador del Centro de Ejecución, Conocimiento e Innovación que algún
día podría llegar a construirse parece convencido de que la realidad aumentada pasará a
ser un instrumento de trabajo más para los arquitectos, ahorrando “dinero, errores y
omisiones” en los proyectos y facilitando la comunicación con los clientes.
Una nueva tecnología al servicio de la arquitectura, la ingeniería y la construcción
Lynn está convencido de que la próxima revolución de la realidad aumentada no solo será
en arquitectura, sino que afectará a todo el sector de la construcción. Las cintas de medir y
los rollos de planos podrían ser sustituidos por sus homólogos virtuales, con los que también
se podrá interactuar en el espacio físico mediante la realidad aumentada.
Ahora bien, ¿están las constructoras interesadas en la tecnología que este futurólogo
considera tan innovadora? Algunos ejemplos demuestran ya sus potencialidades, aunque
por el momento son escasos.
A la constructora estadounidense Gilbane le ha merecido la pena pagar los 3,000 dólares
(6,000 pesos) que cuestan las HoloLens. Se han ahorrado sumas mayores gracias a ellas.
Comenzaron a utillizarlas hace unos
meses, y les ayudaron a detectar un
fallo a la hora de calcular el material
de un edificio en Boston que les
hubiera costado tiempo y dinero
enmendar. Solo con la identificación
de ese error, Gilbane ya ha
amortizado el coste de las gafas.
Building Group Corporation Limited,
una de las filiales de China State
Construction Engineering (si no te
suena el nombre, has de saber ocupa
el puesto 27 en la prestigiosa lista de
empresas más grandes del mundo
Forbes 500), también va a colaborar con Trimble para explorar las posibilidades que abre
la realidad mixta en el campo de la construcción.
La famosa compañía de software Autodesk, que también está desarrollando un proyecto
conjunto con Microsoft, pronostica incluso que los propios obreros llevarán las gafas
puestas cuando estén construyendo un edificio para comprobar ‘in situ’ cuál debería ser el
resultado final.