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puerta negra donde están llevando a José Luis de fuerza y delante de ellos está otro grupo
de personas con el condenado. En este momento el espectador se puede preguntar si el
condenado es José Luis o el otro hombre ya que es una metáfora de la muerte. La fatalidad
se siente por el “¿Por qué?” de José Luis que se está desmayando.
Finalmente, alrededor de esta película se plasma la voz del cineasta que tiene a lo
largo de su metraje un discurso anti-tradicionalista, porque según el personaje de Amadeo
y “el gran escritor académico” Corcuera con quien el mismo verdugo “colaboró” para que
escriba su ensayo, la pena de muerte por garrote vil es una tradición y como es una
tradición hay que hacerla perdurar en el tiempo. Este discurso lo mantiene el mismo
Amadeo a los 11:40 minutos de la película en la escena en la cual José Luis le ha llevado
su maletín que él había olvidado en el fogón. Le va a preguntar al empleado de funeraria
como encontró al condenado a muerte, la respuesta “positiva” de José Luis va a provocar
el discurso pro-garrote de Amadeo: “ah me hacen reír los que dicen que el garrote es
inhumano… ¿qué es mejor la guillotina? ¿Usted cree que hay derecho a enterar un hombre
hecho pedazos? (…) ¿Y que me dicen los americanos? (…) pues la silla eléctrica son miles
de voltios los dejara negros, braseados. ¡A ver dónde está la humanidad de la famosa silla!”
La respuesta de José Luis podría ser la del cineasta: «Yo creo que la gente debe morir en
su cama.” Le va a ganar la ira de Amadeo: “¡Si la pena existe hay que aplicarla!”. El
personaje de Amadeo es escenificado como un hombre pragmático (según él, el trabajo
de José Luis está bien porque “nunca hay crisis”), conservador sin embargo “la raza que
degenera”, lleva un discurso de una persona antigua. También según, la tradición este
trabajo se trasmite de padre a hijo así Corcuera dijo: “hay que seguir la tradición, si es
cuestión de dinastía, en Francia, en Inglaterra el puesto ha pasado siempre de padres a
hijos y de hijos a nietos”.
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A pesar de este alegato con la pena de muerte, El Verdugo, por sus connotaciones políticas
y sociológicas presenta una fresca de la España franquista de los años 60 que el cineasta
critica vivamente.
Incluso, la realidad cotidiana de los españoles está muy lejos de los anuncios “sol,
mar y playa” vendidos por el turismo. Como lo vimos en la película José Luis quería
emigrar a Alemania para hacer una formación en mecánica ya que su país no le ofrece más
oportunidades que la de ejecutar un trabajo rechazado por dicha sociedad. También se
puede subrayar la situación de las jóvenes parejas como la que forman José Luis y Carmen
que viven con Amadeo, el abuelo, debajo del mismo techo: es una familia ampliada. En
este apartamento donde viven se nota la falta de privacidad para la pareja ya que siempre
está presente Amadeo, podríamos ejemplificar este argumento por la escena a los 56
minutos de la película en la cual José Luis propone a Carmen “inaugurar” el nuevo colchón
y que son interrumpidos porque llaman a la puerta y que el niño llama a su mama.
También se podría mencionar la dificultad que tuvieron para adquirir este piso. Este
elemento nos puede recordar a la película El Pisito de Marco Ferreri que salió en 1959 y
que ilustra la dificultad para una nueva pareja de encontrar una morada en la España
postguerra debido a la escasez de alojamiento.
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su esposo. La mujer está para complacer al hombre, para divertirlo y hacerle olvidar
cuanto su día de trabajo ha sido pesado. Es hogareña. Carmen representa la mujer con
formas redondas que respetan los “cánones de belleza”. Observamos el carácter misógino
de la sociedad a los 54 minutos de la película cuando Amadeo en su habitación y puesto
en su cama lee el periódico y que llega José Luis a ver las noticias para adelantar una carta
que le anunciaría una condenación:
J.L: El conserje de un hotel mata a su mujer y a un camarero
A: Nada hombre les ha cogido in infraganti
J.L.: ¡Pero a este le condenan a muerte!
A: Cuando es cuestión de honor nada más, no pasa nada
(…)
J.L: ¡En Inglaterra lo ahorcaban, no!
A: En Inglaterra sí, pero aquí son más suaves.
La ultima frase de Amadeo denota el machismo y el conservatismo de la sociedad española
que no mataba a un hombre que había matado a su mujer porque era una cuestión de
honor.
Para concluir, vimos entonces como el cineasta consiguió trasmitir con su obra un
discurso crítico y político sobre la sociedad española de aquel periodo.
Como lo menciona Emmanuel Larraz1): Berlanga no es el primer artista en condenar la
práctica de la pena de muerte ya que el propio autor Miguel de Cervantes la critico en su
obra maestra El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, en la primera parte, capitulo
XXII: “Dios hay en el cielo, que no se descuida de castigar al malo, ni de premiar al bueno,
y no es bien que los hombres honrados sean verdugos de los otros hombres, no yéndoles
nada en ello.”
1) Emmanuel Larraz, Voir et lire García Berlanga, El Verdugo, série HISPANISTICA XX, Université de Bourgogne,
1998