Anda di halaman 1dari 4

Análisis de la obra El Verdugo

El Verdugo es una película española e italiana tragicómica y de comedia negra de


1963 dirigida por Luis García Berlanga. Fue rodada en blanco y negro, y actualmente es
considerada como un clásico del cine español.
Las escenas se plasman en la España de los años 60 bajo el franquismo que por ese
entonces empezaba a abrir el país a nivel turístico. La mitad de la película fue rodada en
Madrid y otra parte en Mallorca. Protagoniza Amadeo, un verdugo que se quiere jubilar.
Encuentra a José Luis un empleado de pompas fúnebres, quien en el mismo día encontrará
a la hija del verdugo, Carmen. Por haber hecho el amor con ella, José Luis entrará en un
círculo infernal del que no habrá salida. Aceptará el puesto de verdugo a regañadientes.
Esta película denuncia con humor negro la pena de muerte tomando como figura central
la del verdugo, lo que hace la originalidad de este discurso ya que no se victimiza al
condenado a muerte sino al verdugo. Además, como lo subrayó el propio realizador, su
película atestigua la falta de libertades y la manipulación de los individuos por parte de la
sociedad: “es muy importante para mí que quede claro que la película no es solo un alegato
contra la pena de muerte, que lo es, sino que también quiere explicar las trampas
invisibles que nos tiende la sociedad para reducir nuestra libertad.” Su película se
presenta también como un espejo de la realidad española de los años 60.
Por consiguiente, demostraremos en qué El Verdugo es a la vez un alegato contra la pena
de muerte y una metáfora de la España de los años 60.
Expondremos nuestro análisis en dos partes: la primera presentará este discurso contra
la pena de muerte y la última parte el panorama de la península española de los años 60.

Ante todo, como ya lo mencionamos en nuestra introducción, el discurso del


cineasta comienza con una victimización de la figura de verdugo tras el personaje de José
Luis. Este empleado de pompas fúnebres es víctima de las manipulaciones de su esposa y
suegro y de la sociedad en sí desde el principio de la película hasta el fin. No quiere matar
a nadie, y como lo pudo decir “ni ha matado una mosca en su vida” pero para poder
satisfacer a las necesidades de su familia va a retomar el trabajo de su suegro. Berlanga
invita el espectador a tener más compasión por él que por el condenado a muerte que en
la película percatamos solamente al momento en que los guardianes lo acompañan para
que se le aplique su sentencia. En cuanto al personaje de José Luis, varias veces esperará
no tener que cumplir su tarea, querrá demitir, regresar en el barco cuando la Guardia civil
lo vendrá a buscar. Tiene en si un gran miedo de tener que ejecutar a su primer condenado
que cuando está en Mallorca, y le va a alegrar aprender que el preso está enfermo, lo que
provoca un retraso para su ejecución. Con cinismo José Luis va a desear que el condenado
siga enfermo y que falleciera de su enfermedad después de un mes para que él no tenga
que matarlo y que a la vez pueda tomarse vacaciones pagadas por el ministerio español.
Varias escenas vienen reforzar este argumento, sin embargo, una es la más significante,
esta escena se sitúa a 1h20 minutos cuando José Luis tiene que ir a matar al condenado
que vemos pasar en el corredor, ya debatió con el director de prisión durante un largo
tiempo y que un guardia pone a José Luis una corbata como metáfora del garrote. Hay de
notar también que anteriormente, el director de prisión propuso a José Luis un cigarrillo
y champan como si fuera su ultima voluntad antes de ser ejecutado. A continuación, viene
la escena trágica rodada con un plano en picado en un decorado blanco y al fondo una

1
puerta negra donde están llevando a José Luis de fuerza y delante de ellos está otro grupo
de personas con el condenado. En este momento el espectador se puede preguntar si el
condenado es José Luis o el otro hombre ya que es una metáfora de la muerte. La fatalidad
se siente por el “¿Por qué?” de José Luis que se está desmayando.

Paralelamente, esta labor de verdugo no provoca solamente un malestar al


personaje de José Luis sino a toda una sociedad, una sociedad hipócrita ya que es ella
quien permite esta sentencia. Efectivamente, ya desde la primera secuencia de la película
vemos que el personaje de Amadeo intriga, aterroriza y repugna a unos guardias. A pesar
del empeño con el cual Ángel, el colega de pompas fúnebres de José Luis quiere acompañar
el verdugo al metro para tener anécdotas suyas: “¿Por qué no le decimos que suba? Y así
nos lo cuenta todo.”, José Luis parece poco interesado para invitarlo a subir en la
camioneta ya que el señor le provoca molestia. A continuación, cuando José Luis va a
buscar la vivienda de Amadeo y que va a querer dejar el maletín a una vecina ella le va a
responder agresivamente escupiendo sobre la valija diciéndole “aquí no se deja nada, aquí
es una casa honrada”. Es este mismo rechazo de la sociedad que unió a Carmen y José Luis
victimas de la “misma enfermedad”, esta pertenencia al universo de la muerte, ella por su
padre y él por ser empleado de funeraria. En una escena bastante divertida descubrimos
la boda de José Luis y Carmen, su hermano y su cuñada se van antes de que Antonio el
hermano de José Luis haya firmado el contrato de boda que va a sellar su unión. José Luis
intenta retener el vehículo donde están pero su hermano le indica que no se quiere quedar
más con ellos y que tendría que estar feliz porque vinieron a la iglesia “José Luis ya hemos
venido a la iglesia, compréndelo este tipo…no…no” y su cuñada no quiere que su esposo
vaya a firmar porque le avergüenza tener al verdugo como familiar “tu no firmas nada que
los escritos quedan” y más adelante “Antonio no firmes nada que tus hijos del día de
mañana se pueden avergonzar de ti”.

Finalmente, alrededor de esta película se plasma la voz del cineasta que tiene a lo
largo de su metraje un discurso anti-tradicionalista, porque según el personaje de Amadeo
y “el gran escritor académico” Corcuera con quien el mismo verdugo “colaboró” para que
escriba su ensayo, la pena de muerte por garrote vil es una tradición y como es una
tradición hay que hacerla perdurar en el tiempo. Este discurso lo mantiene el mismo
Amadeo a los 11:40 minutos de la película en la escena en la cual José Luis le ha llevado
su maletín que él había olvidado en el fogón. Le va a preguntar al empleado de funeraria
como encontró al condenado a muerte, la respuesta “positiva” de José Luis va a provocar
el discurso pro-garrote de Amadeo: “ah me hacen reír los que dicen que el garrote es
inhumano… ¿qué es mejor la guillotina? ¿Usted cree que hay derecho a enterar un hombre
hecho pedazos? (…) ¿Y que me dicen los americanos? (…) pues la silla eléctrica son miles
de voltios los dejara negros, braseados. ¡A ver dónde está la humanidad de la famosa silla!”
La respuesta de José Luis podría ser la del cineasta: «Yo creo que la gente debe morir en
su cama.” Le va a ganar la ira de Amadeo: “¡Si la pena existe hay que aplicarla!”. El
personaje de Amadeo es escenificado como un hombre pragmático (según él, el trabajo
de José Luis está bien porque “nunca hay crisis”), conservador sin embargo “la raza que
degenera”, lleva un discurso de una persona antigua. También según, la tradición este
trabajo se trasmite de padre a hijo así Corcuera dijo: “hay que seguir la tradición, si es
cuestión de dinastía, en Francia, en Inglaterra el puesto ha pasado siempre de padres a
hijos y de hijos a nietos”.

2
A pesar de este alegato con la pena de muerte, El Verdugo, por sus connotaciones políticas
y sociológicas presenta una fresca de la España franquista de los años 60 que el cineasta
critica vivamente.

Ante todo, se puede destacar en la película la apertura del país al turismo en la


parte en la que los recién casados llegan en Mallorca. Los turistas afluyen como nunca
antes en España. El país va a ser asociado a sol, mar y playa. El periodo de los treinta
gloriosos se hace sentir por el consumo de masas. De un lado este turismo de masas abre
el territorio hacia el exterior, pero del otro integra el franquismo en Europa. Este periodo
es también asociado con una fuerte represión en el apartado sexual. Así, Franco quiere
seguir la política económica, y acentuar conjuntamente la liberalización y la represión.
Este elemento muestra el carácter contradictorio de aquella España de los 60, de la
situación política de España en el qué de un lado se ve a un modelo español
profundamente conservador y del otro por la apertura del país se ve la importación de un
nuevo modelo de vida por el turismo de masas.
Se destacan dos figuras antagonistas que son el grupo de turistas y la familia de José Luis
que no tienen las mismas preocupaciones. Lo que es flagrante, en la última secuencia de
la película, donde la familia esta por embarcar y regresar a Madrid mientras que José Luis
ha cumplido su tarea, y justo en frente de ellos se ve un yate con jóvenes extranjeros que
siguen de vacaciones, bailando sobre la música. La cámara les sigue al alejarse con un
panorámico como si estuvieran regresando de donde vienen, lejos de los problemas de
España y de sus habitantes.

Incluso, la realidad cotidiana de los españoles está muy lejos de los anuncios “sol,
mar y playa” vendidos por el turismo. Como lo vimos en la película José Luis quería
emigrar a Alemania para hacer una formación en mecánica ya que su país no le ofrece más
oportunidades que la de ejecutar un trabajo rechazado por dicha sociedad. También se
puede subrayar la situación de las jóvenes parejas como la que forman José Luis y Carmen
que viven con Amadeo, el abuelo, debajo del mismo techo: es una familia ampliada. En
este apartamento donde viven se nota la falta de privacidad para la pareja ya que siempre
está presente Amadeo, podríamos ejemplificar este argumento por la escena a los 56
minutos de la película en la cual José Luis propone a Carmen “inaugurar” el nuevo colchón
y que son interrumpidos porque llaman a la puerta y que el niño llama a su mama.
También se podría mencionar la dificultad que tuvieron para adquirir este piso. Este
elemento nos puede recordar a la película El Pisito de Marco Ferreri que salió en 1959 y
que ilustra la dificultad para una nueva pareja de encontrar una morada en la España
postguerra debido a la escasez de alojamiento.

Finalmente, destacamos el machismo potente que seguía en el territorio español


en aquel periodo: un ambiente misógino en una sociedad patriarcal. Las figuras femeninas
importantes en la película son amas de casa. Al principio de la película Carmen se quedaba
en casa de su padre, plancha la ropa para él (escena situada al principio de la película en
la que José Luis le regresa su maletín a Amadeo, hacía el café. Después de su unión con
José Luis, ella siguió haciendo lo mismo, pero también tiene que educar y cuidar a su hijo
mientras José Luis trabaja. Así, en esta sociedad, la mujer tiene que ser casada para
adquirir importancia. En la escena de encuentro con José Luis es presentada por su padre
por la frase “es muy limpia”. El personaje de Carmen encarna la mujer perfecta según la
guía de la buena esposa, que fue publicada bajo el régimen franquista, manual español que
fue publicado en 1953, en el que todos los problemas femeninos pasan después de los de

3
su esposo. La mujer está para complacer al hombre, para divertirlo y hacerle olvidar
cuanto su día de trabajo ha sido pesado. Es hogareña. Carmen representa la mujer con
formas redondas que respetan los “cánones de belleza”. Observamos el carácter misógino
de la sociedad a los 54 minutos de la película cuando Amadeo en su habitación y puesto
en su cama lee el periódico y que llega José Luis a ver las noticias para adelantar una carta
que le anunciaría una condenación:
J.L: El conserje de un hotel mata a su mujer y a un camarero
A: Nada hombre les ha cogido in infraganti
J.L.: ¡Pero a este le condenan a muerte!
A: Cuando es cuestión de honor nada más, no pasa nada
(…)
J.L: ¡En Inglaterra lo ahorcaban, no!
A: En Inglaterra sí, pero aquí son más suaves.
La ultima frase de Amadeo denota el machismo y el conservatismo de la sociedad española
que no mataba a un hombre que había matado a su mujer porque era una cuestión de
honor.

Para concluir, vimos entonces como el cineasta consiguió trasmitir con su obra un
discurso crítico y político sobre la sociedad española de aquel periodo.
Como lo menciona Emmanuel Larraz1): Berlanga no es el primer artista en condenar la
práctica de la pena de muerte ya que el propio autor Miguel de Cervantes la critico en su
obra maestra El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, en la primera parte, capitulo
XXII: “Dios hay en el cielo, que no se descuida de castigar al malo, ni de premiar al bueno,
y no es bien que los hombres honrados sean verdugos de los otros hombres, no yéndoles
nada en ello.”

1) Emmanuel Larraz, Voir et lire García Berlanga, El Verdugo, série HISPANISTICA XX, Université de Bourgogne,
1998

Anda mungkin juga menyukai