Esta guía no pretende ser un tratado exhaustivo de nutrición vegetariana, ni tampoco entrar en discusión sobre
qué tipo de alimentación es mejor que otro. Su humilde intención es recopilar información práctica para l@s
m/padres que hayan tomado la decisión de seguir una alimentación vegetariana con su hij@ y facilitar, a modo
de guía breve, el a veces nada sencillo inicio de la alimentación complementaria durante el primer año del
bebé. ¡Empieza la aventura del comer!
Dieta vegetariana: es la alimentación en la que no se consume carne, pescado, aves, ni marisco u otros
animales A su vez se divide en otras categorías, de las que destacan principalmente tres:
o Ovo-lacto vegetariana o Lacto-ovo vegetariana: incluye consumo de leche, productos lácteos y
huevos.
o Lacto-vegetariana: incluye consumo de leche y derivados, pero no huevos.
o Vegetariana estricta o Vegana: no contiene ningún alimento que origen animal, tampoco la miel.
Nota: Otra categoría sería la dieta Macrobiótica, basada en la filosofía oriental del equilibrio entre el
Yin y el Yang, que no necesariamente excluye los productos de origen animal, por lo que no se considera
un régimen vegetariano, aunque son típicos los cereales integrales, legumbres y verduras cocidas, algas
marinas y derivados de a soja, entre otros. No es la intención de esta guía detenerse en este tipo de dieta.
¿Cómo saber cuándo un niñ@ está preparado para empezar a comer alimentos
distintos a la leche?
Las circunstancias que preceden al inicio de la alimentación complementaria son diferentes en cada familia. Es
notorio que la reincorporación de la madre al trabajo tras la baja por maternidad es, en numerosas ocasiones, el
hecho que marca el inicio de esta alimentación complementaria. Si, como en el estado español, la baja maternal es
de tan sólo 16 semanas, no es infrecuente que muchos niñ@s inicien este período con escasos 4 meses. No
obstante, la gran mayoría de expertos y guías pediátricas coinciden con las recomendaciones de la OMS
(Organización Mundial de la Salud) que aconsejan la lactancia exclusiva hasta los 6 meses. Por su parte, el
Comité de Nutrición de la ESPGHAN (Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica, Hepatología y
Nutrición) recomienda iniciar la alimentación complementaria no antes de la semana 17 de vida y no después de
la semana 26.
10-11 meses Adquiere la pinza manual, tiene mayor precisión para dirigir alimentos a la boca.
Cambios madurativos en el sistema digestivo del bebé que le permiten la digestión de los alimentos:
• Hacia los 4 meses los sistemas digestivo y renal del bebé han madurado lo suficiente para tolerar
alimentos distintos a la leche.
• Todavía hará falta que esta maduración progrese hasta alcanzar las cualidades similares al adulto
alrededor de los 2 años.
Principios generales:
• La introducción de la alimentación complementaria debe tener en cuenta el ambiente sociocultural de
la familia, la actitud de los padres y la calidad de la relación madre-hijo.
• Hasta cumplir 1 año aproximadamente se deben aportar cantidades no inferiores de 500 ml/día de
leche materna, fórmula de inicio o productos lácteos equivalentes.
• Introducir los nuevos alimentos de uno en uno.
• Dejar un intervalo de mínimo 2 o 3 días al introducir un nuevo alimento.
• Ofrecer el nuevo alimento una vez al día y en pequeña cantidad, que se irá aumentando
progresivamente.
• Un ejemplo de primeros alimentos: papillas de arroz, purés de frutas (plátano, pera, manzana), purés
de hortalizas (patata, zanahoria).
• Los alimentos ricos en proteínas es recomendable comenzar a introducirlos después de haber
completado con éxito la introducción de los primeros alimentos (cereales, frutas y verduras).
• No añadir sal ni otros saborizantes tanto para educar el sabor del lactante a una ingesta baja en sal, como
para evitar sobrecargar su función renal.
• Limitar la introducción de alimentos dulces para evitar caries infantil y unos hábitos de alimentación
desequilibrados .
• No restringir la grasa dietética en niños sanos menores de dos años y preferiblemente escoger aceites
vegetales.
• Ofrecer agua con frecuencia cuando el bebé haga una dieta mayoritariamente sólida.
• Aunque la oferta es limitada, existen en el mercado “potitos” aptos para vegetarianos; pero siempre que
sea posible mejor alimentos preparados en casa. Pueden guardarse en la nevera máximo 2 días.
• Observar si se producen reacciones adversas, por ejemplo erupciones cutáneas, diarrea, cólicos,
escoceduras en la boca o irritación en la zona anal. En tal caso evitar el alimento durante una semana
mínimo o hasta que mejoren los síntomas. Si tras volver a intentar administrar el mismo alimento
vuelven a aparecer reacciones adversas es conveniente aplazar su introducción hasta seis meses más
tarde. Ante estas situaciones siempre es recomendable consultar a su pediatra.
• FRUTOS SECOS: son las almendras, avellanas, piñones, pistachos, nueces, cacahuetes, castañas,
anacardos, pacanas, nueces de macadamia, nueces de Brasil…
En la literatura médica son considerados potencialmente alergénicos, por lo que si existen
antecedentes familiares de alergias, eccemas o asma no se recomienda introducirlos hasta los tres años.
En niños sin antecedentes alérgicos se pueden tomar triturados mezclados en la papilla o en forma de
crema suave sin aditivos ni edulcorantes (mejor casera) al mismo ritmo del resto de alimentación
complementaria: a partir de los 6 meses, de uno en uno y vigilando la aparición de posibles reacciones
adversas.
Para evitar el riesgo de atragantamiento no deben ofrecerse enteros hasta que el niño domine el
masticar, aproximadamente a partir de los 3 años.
• VITAMINA B12:
También llamada cianocobalamina, la vitamina B12 se sintetiza en la naturaleza en ciertos
microorganismos (bacterias) que viven en las raíces de algunas plantas o en el intestino de algunos
animales. En todo el reino vegetal no hay ningún alimento que contenga cantidades suficientes de
vitamina B12 para el consumo humano, por lo que las únicas fuentes naturales de esta vitamina se
encuentran en los productos de origen animal.
Por fortuna, la tecnología alimentaria nos permite encontrar en el mercado variedad de productos
enriquecidos con vitamina B12. También existen suplementos vitamínicos sintetizados por
laboratorio en forma de diferentes preparados farmacéuticos.
En resumen, las fuentes de vitamina B12 para la alimentación de un bebé vegetariano son:
o Leche materna o de fórmula.
o Leche de vaca.
o Huevo, sobretodo en la yema.
o Cereales para papillas enriquecidos.
o Otros productos enriquecidos: bebidas o leches vegetales, derivados de la soja, levadura de
cerveza, cereales para desayuno, etc… (Nota: es importante recordar que estos alimentos sólo
contienen vitamina B12 si se los enriquece durante su producción y así debe constar en su
etiquetado.)
Hasta aquí esta guía breve de alimentación complementaria para bebés vegetarianos. Con el deseo que resulte de
utilidad, animamos a l@s m/padres a compartir sus experiencias en el foro del web www.bosquedeamorypaz.com.
El interés suscitado por los datos expuestos será motivo de ampliación en sucesivas publicaciones. Bon profit!
• Carlos González. Un regalo para toda la vida. Guía de la lactancia materna. 9ª edición. Ed. Temas de
Hoy - Planeta. Madrid, 2009.
• Jorge D. Pamplona. Salud por los alimentos. Ed. Safeliz. Madrid, 2008.
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