NOTICIA DE IRREGULARIDAD
EXPRESSION OF CONCERN
Urteaga, E. (2010). «Erving Goffman: vida y genealogía intelectual». Isegoría, 42: 149-
164. doi: http://dx.doi.org/10.3989/isegoria.2010.i42.688
con la cual parece "dialogarse" profusamente, como cabe apreciar cotejando ciertas
páginas firmadas por el Sr. Urteaga y partes de la obra publicada en 2005 por La
Decouverte (cf.. pp. 149-151 / pp. 3-8; pp. 152-153 / pp. 9-17; pp. 154-160 / cap.
VI; conclusiones / pp. 103-105).
Con gran consternación le comunicamos al Sr. Urteaga este incontestable "aire de
familia" y el 7 de mayo del presente año, a través de un abogado, el Sr. Urteaga nos
envió unas prolijas alegaciones donde se reconocen sin ambages cosas como éstas: "dado
que mi texto está escrito en español y el de Nizet y Rigaux lo está en francés, existen
innumerables diferencias en cuanto a expresiones, giros y términos. A su vez, en la
mayoría de los casos, los párrafos de ambos textos no coinciden y mis párrafos son
generalmente más breves que los de Nizet y Rigaux... En el hipotético supuesto de que
por mi parte se hubiera mencionado ciertas obras sin la debida cita del autor o de los
autores, pido desde este momento las disculpas pertinentes, añadiendo que puede ser
debido a un descuido y nunca de forma deliberada, y mucho menos con ánimo
de defraudar".
Una semana después propuso retirar su trabajo de nuestra página web, sin mención
alguna que pudiera perjudicar su imagen o reputación, pese que a su juicio no habría
vulnerado nuestras normas editoriales, las cuales a su vez nos impiden retirar un artículo
sin dar explicación alguna.
Al margen de poder tomar las medidas oportunas, conjuntamente con otras revistas (v.g.
Daimón) afectadas por un episodio similar, y presentar los correspondientes informes a
otras instancias presuntamente concernidas por estos hechos, debemos pedir disculpas a
los lectores y colaboradores de nuestra revista por unas circunstancias que afectan al
conjunto de la comunidad académica.
Madrid, a 20 de mayo de 2013
Dirección, Secretaría y Consejo de Redacción de la revista Isegoría
NOTAS Y DISCUSIONES
RESUMEN. ¿Qué sucede cuando dos o más per- ABSTRACT. What does happen when two or
sonas se encuentran en una situación de cara a more persons are in a face to face situation?
cara? ¿Cómo se desarrolla la interacción cuan- How the interaction develops when one of
do una de ellas comete una torpeza o presenta them commits an infamy, presents a physical
una discapacidad física o si está considerada disability or if he is considered as a mental
como una enferma mental? Erving Goffman patient? Erving Goffman (1922-1982), of Ca-
(1922-1982), de origen canadiense, ha intenta- nadian origin, has tried to answer to this type
do contestar a ese tipo de preguntas a lo largo of questions along his research life. It result
de su vida investigadora. Resulta de todo ello an abundant, exciting but also controversial
una obra abundante, apasionante pero también work because if some analysts see in
controvertida, puesto que algunos analistas Goffman the principal sociologist of the sec-
ven en Goffman el mayor sociólogo de la se- ond half of the 20th century, others think that
gunda mitad del siglo XX mientras que otros his analyses only constitute the reflection of a
consideran que sus análisis solo constituyen el «petit bourgeois» point of view on the urban
reflejo de un punto de vista «pequeño-bur- American society. This article presents both
gués» sobre la sociedad urbana americana. the life and the intellectual genealogy of this
Este artículo presenta tanto la vida como la ge- sociologist.
nealogía intelectual de ese sociólogo.
Palabras clave: Goffman, sociología, genea- Key words: Goffman, sociology, intellectual
logía intelectual. genealogy.
dos y sobre el orden específico que cons- las aborda desde distintos enfoques que
tituyen. A partir de la redacción de su te- hacen referencia a varias metáforas 4.
sis, Goffman afirma su intención de ana- Percibiendo las interacciones como unas
lizar «la interacción social en nuestra representaciones teatrales, Goffman atrae
sociedad», que considera «como un tipo nuestra atención sobre el decorado en el
de orden social» 1. Algunos meses antes cual evolucionan los actores, la máscara
de su muerte, en 1982, en el discurso diri- que llevan o el rol que desempeñan. A
gido a la American Sociological Associa- través de estos elementos, los actores in-
tion de la que fue elegido presidente, tentan controlar las impresiones de su pú-
vuelve sobre lo que ha constituido su blico. En otros pasajes de su obra, Goff-
preocupación principal: «promover la man considera que nuestros actos en si-
aceptación de este ámbito del cara a cara tuación de interacción constituyen otros
como un ámbito analítico viable (un ám- tantos ritos que manifiestan, bajo una for-
bito que podría denominarse el orden de ma convencional, el valor sagrado de
la interacción)» 2. cada individuo. Además, considera las
interacciones como unos juegos en los
Ciertamente, Goffman no es el único,
que los actores se comportan como unos
en esa época, en detenerse sobre este obje-
estrategas, unos calculadores, y en los
to de análisis. Otros sociólogos, así como
cuales manipulan unas informaciones
una gran parte de los psicólogos sociales,
para llegar a sus fines. Por último, se pue-
estudian igualmente las relaciones inter-
de considerar, con Winkin, que uno de los
personales. Sin embargo, Goffman es
consciente de ser el único en analizar las libros de Goffman, titulado Los marcos
interacciones como un objeto de estudio de la experiencia, se inspira de una pers-
específico, contrariamente a los demás in- pectiva cinematográfica 5.
vestigadores que tienen cierta tendencia a Otra fuente de disparidad proviene
analizar las interacciones bien por arriba, del hecho de que cada libro está redactado
bien por abajo. Por arriba, cuando estu- sin hacer referencia a los demás, como si
dian las interacciones en la medida en que la investigación empezara de nuevo. Se le
ilustran el funcionamiento de una organi- añade que la mayoría de los libros publi-
zación o muestran de qué forma unas per- cados por el autor están constituidos por
sonas que pertenecen a unas clases socia- una serie de artículos escritos precedente-
les diferentes se relacionan, etc. Por abajo, mente y cuya coherencia no es siempre
cuando es cuestión de comprender las in- evidente. Otro aspecto que dificulta la
teracciones a partir de unos intereses o de comprensión de la obra del sociólogo ca-
los motivos de los actores en presencia, o nadiense es la diversidad de las aportacio-
en función de las representaciones que es- nes intelectuales integradas. Se ha inspira-
tos individuos tienen de sus socios en la do de tradiciones muy diversas, bien en
interacción 3. sociología (Durkheim, Simmel, etc.), bien
Presentada de esa forma, la sociolo- en psicología (Freud, Mead, etc.), bien en
gía de Goffman parece responder a una economía (teoría de los juegos), bien
intención clara y, además, a un proyecto en filosofía (Sartre y Husserl). El proble-
perseguido de manera constante a lo lar- ma es que el autor apenas explicita la di-
go de su carrera. No en vano, la produc- versidad y la importancia respectiva de es-
ción goffmaniana es diversificada e in- tas aportaciones.
cluso dispar. Si la mayoría de los libros Por último, Goffman utiliza unos
que ha publicado toman efectivamente métodos de investigación atípicos, que
las interacciones como objeto de análisis, están fuertemente criticados por varios
que sus ingresos son notables y superan mo mental con sus próximos, es amplia-
claramente los de un salario de un simple mente autobiográfico.
profesor de universidad. Winkin conside- Goffman continúa igualmente traba-
ra como probable que la pareja se ha be- jando sobre los temas de su tesis, comple-
neficiado de una dote de la familia de su tando sus observaciones realizadas en la
esposa. Pero es igualmente posible que isla de Shetland por unos datos extraídos
Goffman haya sacado ese dinero de sus de los trabajos de sus antiguos compañe-
inversiones en Bolsa así como de su fre- ros de Chicago relativos a las profesio-
cuentación de los casinos 13, que se con- nes, por unas observaciones personales
vierten en unos nuevos campos de obser- hechas en los casinos o por la lectura de
vación y a los que hará referencia en sus manuales de savoir-vivre. De manera
trabajos de esa época. más general, se puede considerar que
saca provecho de la diversidad de las ex-
Una producción abundante periencias que ha podido vivir, de los en-
tornos que ha frecuentado, de sus oríge-
Las publicaciones de Goffman se suce-
nes judíos y ucranianos, y de su trayecto-
den sin cesar. Sobre la base de su expe-
ria tanto geográfica como social. Produce
riencia en Santa Elisabete, el sociólogo
así varias obras fundamentales que se re-
americano publica Asilo (1961). En ese
fieren a las interacciones, entre las cuales
libro analiza los hospitales psiquiátricos
se halla La presentación de sí mismo en
a partir de la noción de «institución to-
la vida cotidiana (1956), donde desarro-
tal», concepto que aplica igualmente a las
cárceles o a los monasterios. Muestra de lla la metáfora teatral considerando a las
qué manera el hospital psiquiátrico des- personas en interacción como a los acto-
truye la identidad de los reclusos. Esta res que llevan a cabo una representación
obra influirá sobre las reformas del siste- teatral. Posteriormente, en Los ritos de la
ma psiquiátrico en Estados Unidos al fi- interacción, utiliza la metáfora del ritual,
nal de los años 1970 e inspirará también inspirada de la antropología inglesa y de
el movimiento anti-psiquiátrico europeo, la tradición durkheimiana, que es utiliza-
sin que Goffman se haya implicado en di- da para comprender los encuentros de
cha movilización 14. De ese período data cara a cara. En la misma óptica, Goffman
igualmente su obra sobre la discapaci- publica Las relaciones en público (1971)
dad: Estigma (1963). Como lo observa donde examina las reglas informales que
Winkin, la inspiración de estos dos libros organizan las relaciones en los lugares
es similar puesto que, tanto en el caso de públicos.
la locura como en el del hándicap, el aná- Goffman no se interesa por sus tareas
lisis de Goffman se centra en la interac- docentes y aprovecha todas las oportuni-
ción y no en la persona. Así, escribirá que dades para alejarse de las obligaciones
el enfermo mental es una persona que in- impuestas por la vida académica con el
teractúa de manera equivocada y el disca- fin de dedicarse totalmente a la investiga-
pacitado un «desalineado» 15. ción. Acepta así, en 1966-1967, una
De manera trágica, la vida de Goff- estancia en Harvard, en el Center for
man coincide durante esa época con sus International Affairs. En compañía de
temas de investigación ya que su esposa Thomas Schelling, intenta aclarar las in-
Angelica padece enfermedad mental y se teracciones sociales a través de la teoría
suicida en 1964. El texto que escribe en de los juegos, esta corriente de investiga-
1969 titulado «La locura en la plaza», en ción que proviene de la economía y que
el cual analiza las interacciones del enfer- postula que los actores son racionales y
que Goffman ha sido muy discreto sobre sujeto, tal y como lo concibe Goffman en
los autores y las obras que han influido en sus primeros textos, está continuamente
su pensamiento. Su trabajo teórico es a controlándose, preocupado por la mirada
menudo «subterráneo y hermético». Se- de los demás. Los primeros trabajos de
gún Collins, preguntándose sobre las ra- Goffman pueden ser interpretados como
zones de ser de esta dualidad y de este «los medios que un autodidacto social se
cruce entre el Goffman público y el Goff- procura para entrenarse a la vida en so-
man erudito: resulta del clima intelectual ciedad». Así, se podría decir que ha vivi-
dominante en la época durante la cual do de manera prescriptiva las reglas que
concibe su obra. Collins observa efecti- identificará para los demás de manera
vamente que la juventud de Goffman descriptiva 21.
coincide con la moda del existencialis-
mo, del teatro de lo absurdo, del pensa- La genealogía intelectual de Goffman
miento nihilista. Los intelectuales de la
época están dispuestos a alinearse sobre Para Randall Collins, la obra de Goffman
estos movimientos orientando sus inves- está atravesada por una ambivalencia que
tigaciones hacia los temas descuidados hace referencia a las dos caras de su per-
hasta entonces por la investigación: los sonalidad: el Goffman popular y el Goff-
marginales o los desviantes, en lugar de man erudito, que se inscribe en la gran
asumir explícitamente su erudición como tradición sociológica y, más ampliamen-
intelectuales 19. te, en la vida intelectual de la segunda
mitad del siglo XX 22. Se trata de desvelar
Una segunda hipótesis es formulada esta segunda cara, es decir, la genealogía
por Luc Boltanski e Yves Winkin. Sugie- intelectual de su obra.
re que su obra está claramente marcada
por el origen y la trayectoria social del Las vías de acceso a la genealogía
autor. En los propios términos de Bol-
tanski, el «habitus científico» de Goff- Goffman no facilita la tarea de los soció-
man se habría construido a partir de su logos que se han interesado por su obra.
«habitus de clase» 20. Para sostener esta Por una parte, porque ha leído mucho y
hipótesis, Winkin subraya el origen judío en numerosos ámbitos, de modo que se
de Goffman, el clima hostil en el que ha ha inspirado en autores muy diversos
vivido durante su infancia, por el rechazo provenientes de la sociología, de la filo-
que han padecido sus padres de parte de sofía o de la psicología. Pero es sobre
la comunidad ucraniana. Se pregunta si la todo su actitud con respecto a estos prés-
obra no hace referencia a una estrategia tamos lo que dificulta la tarea del comen-
de integración y de movilidad de la socie- tarista. Efectivamente, apenas cita a sus
dad canadiense y americana de la época. fuentes o se limita a mencionar unos
Revela que la tesis del control de Goff- préstamos menores, ya que el número de
man manifiesta un interés evidente para citas de tal o tal autor es poco indicativo
el «grupo de referencia» que constituye de la influencia que ha ejercido sobre su
para él la burguesía intelectual urbana, obra. Conviene por lo tanto utilizar un
burguesía a la que accederá a través de su tercer método que consiste en estudiar las
primera unión matrimonial. Subraya similitudes y los parentescos entre las
igualmente la fascinación de Goffman obras que han podido influir sobre Goff-
para los libros de savoir-vivre, que utili- man y sus propios trabajos. Esta filiación
zará abundantemente como material para es observable en tres ámbitos: unos temas
sus análisis. Subraya, por último, que el u objetos de investigación (ciudad, profe-
sión, etc.), unos métodos (entrevista, ob- esta técnica en las investigaciones empí-
servación participante, etc.) y unas pers- ricas que realiza o dirige. Éstas se refie-
pectivas analíticas (perspectiva micro- ren a las relaciones que se desarrollan, en
sociológica, rol de los actores, juego de las empresas, entre unas personas de orí-
los individuos o desarrollo de las interac- genes étnicos diferentes, sobre las institu-
ciones). ciones, los oficios y las profesiones 26.
La primera cosa que nos enseña la
biografía de Goffman conduce a pregun- Una continuidad metodológica
tarnos si conviene asociar el autor a la y temática
tradición sociológica de Chicago. Esta
expresión designa un entorno de investi- Existen unos vínculos incuestionables
gación relativamente heterogéneo consti- entre Goffman y la investigación llevada
tuido durante los años 1920 y 1930 en la a cabo en Chicago en lo que se refiere a
Universidad de Chicago alrededor de Wi- los métodos, especialmente la recogida
lliam Isaac Thomas (1863-1947) y de de datos, ya que Goffman ha practicado
Robert Ezra Park (1864-1944), a los que ampliamente la observación participante,
ha tomado el relevo una segunda genera- bien durante su estancia en las islas Shet-
ción en torno a profesores e investigado- land, bien en el hospital Santa Elisabete
res tales como Blumer y Hugues 23. de Washington o cuando frecuentaba los
casinos. Se observa también una con-
La pertenencia controvertida tinuidad en los objetos de estudio. El
a la Escuela de Chicago vínculo es evidente, especialmente en las
investigaciones de Hugues, puesto que
Goffman sigue las clases de Blumer, sa- Asilo está vinculado al análisis de las ins-
biendo que éste desarrolla el pensamien- tituciones realizado por ese sociólogo,
to de Mead e inventa, en 1937, la expre- mientras que los primeros textos publica-
sión interaccionismo simbólico. Blumer dos por Goffman sobre las interacciones,
considera que los actores actúan en fun- sobre todo La presentación de sí mismo,
ción del sentido que dan a sus acciones y se refieren ampliamente a los datos empí-
que este sentido se elabora en y a través ricos relativos a los oficios, recogidos en
de las interacciones sociales, de manera el marco de los doctorados dirigidos por
que, a lo largo del desarrollo de estas últi- el propio Hugues.
mas, las interpretaciones se modifican La cuestión está mucho más abierta
continuamente. Esta concepción se fun- en lo que concierne a las relaciones de
damenta sobre tres postulados: 1) el sen- Goffman con el interaccionismo simbóli-
tido jamás es independiente de las inte- co. Varios comentaristas hacen referencia
racciones; 2) las interacciones se desarro- a esa filiación, subrayando especialmente
llan según una dinámica propia, aunque los lazos entre los trabajos de Mead 27.
se justifiquen por unas necesidades natu- No en vano, dos tipos de datos conducen
rales y unos datos culturales; y 3) la no- a relativizar este parentesco. Por una par-
ción de sociedad corresponde a un proce- te, Goffman se ha mostrado muy crítico
so de acción en lugar de hacer referencia con respecto al interaccionismo simbóli-
a una estructura 24. El entorno investiga- co e incluso se ha desmarcado de esta co-
dor de Chicago se caracteriza igualmente rriente, y, por otra parte, los partidarios
por el uso privilegiado de métodos de in- del interaccionismo simbólico han criti-
vestigación cualitativos, tales como las cado ampliamente los posicionamientos
entrevistas o la observación participan- de Goffman sobre varios puntos impor-
te 25. Así, Hugues utiliza ampliamente tantes marcando así la distancia que lo
en Durkheim, al del ritual, puesto que los racción se desarrolla sin enfrentamientos,
ritos implican el hecho de compartir unas sin contratiempos y sin rupturas. Estas
percepciones y emociones intensas. Por condiciones tienen también como conse-
lo tanto, implican asimismo una fuerte cuencia que los que interactúan compar-
presión social. Así, el ritual es para Durk- ten una definición común de la realidad
heim el mecanismo por excelencia donde de la interacción y la del mundo social
se construye y se refuerza la conciencia que lo engloba. En el marco de la metáfo-
moral de los individuos 46. Para Goff- ra teatral, es el trabajo de representación
man, también, la vida social se funda- realizado por el actor que contribuye a la
menta sobre los comportamientos mora- armonía. En la metáfora de las reglas y de
les de los individuos, mucho más que en los ritos, es el amor propio, la considera-
su actividad cognitiva, como lo querría el ción que muestra el actor y el compromi-
interaccionismo simbólico, que pone el so del que hace gala que cumplen esa
acento sobre las interpretaciones a través función. En la metáfora cinematográfica,
de las cuales los individuos definen las es la propia existencia de marcos que per-
situaciones sociales. No obstante, mante- mite a los actores compartir, generalmen-
niendo cierta distancia con la herencia te, una definición común de la realidad.
durkheimiana, Goffman no postula que Sobre la base de estas tres perspectivas
los imperativos morales están necesaria- estriba, en segundo lugar, el postulado
mente interiorizados por los actores. Lo que esta continuidad es superficial y frá-
que importa para ellos es ante todo dar la gil, y que una perturbación puede aconte-
impresión de que actúan en conformidad cer en cualquier momento, que tenga
con los múltiples estándares morales que como nombre la falsa nota (metáfora tea-
les son impuestos 47. tral), el apuro y la profanación (metáfora
Al término de esta encuesta, aparece de las reglas y de los ritos) o la ruptura
que la obra de Goffman se sitúa en el cruce del marco (metáfora cinematográfica).
de influencias diversas. Convendría pro- En tercer lugar, los comportamientos por
seguir el estudio poniendo de manifiesto los cuales los actores intentan evitar esta
unas influencias provenientes de otras perturbación o de arreglarla cuando suce-
disciplinas 48. Se trata de mostrar también de: tacto, intercambios reparadores, etc.
de qué manera estas influencias se combi-
nan de manera específica en los diferentes Esta estructura común se combina evi-
libros del sociólogo canadiense 49. dentemente con unas especificidades. Cite-
mos dos de ellas. Una primera diferencia se
Conclusión refiere a la manera según la cual se vive la
experiencia negativa de la desarmonía.
Totalmente dedicada al análisis de las in- Ciertas metáforas postulan que los actores
teracciones, la obra de Goffman las abor- son solidarios cuando viven esta experien-
da a través de varias metáforas: la metá- cia. Ése es el caso para la metáfora teatral y
fora teatral, la metáfora de las reglas y de para la de los ritos y reglas, puesto que la
los ritos y la metáfora cinematográfica. falsa nota, así como el apuro o la profana-
Estas diferentes perspectivas obedecen a ción, están compartidos por los diferentes
unas preocupaciones comunes ya que se actores en situación de interacción. Por el
puede observar una estructura común que contrario, la metáfora cinematográfica ex-
consta de tres elementos. plora unas formas de ruptura propias a un
Cada uno de estos enfoques intenta, solo actor que interactúa. Los demás pue-
en primer lugar, identificar las condicio- den ser extranjeros a esa experiencia nega-
nes que hacen de tal manera que la inte- tiva e incluso en algunos casos provocarla.
NOTAS
Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom- Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
me», in Goffman, E., op. cit., p. 60. me», in Goffman, E., op. cit., p. 13.
2 Goffman, 9 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.
E. (1983/1988), «L’ordre de
l’interaction», in Goffman, E., op. cit., p. 191. Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
3 Williams, S. (1988/2000), «Goffman, interactio- me», in Goffman, E., op. cit., p. 17.
10 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.
nism and the management of stigma in everyday life», in
Fine, G. A. and Smith, G. W. H., op. cit., vol. III, p. 77. Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
4 Branaman,
me», in Goffman, E., op. cit., p. 26.
A. (1997), «Goffman’s social 11 Verhoeven, J. C. (1993/2000), «An Interview
theory», in Lemmert, C. and Branaman, A., The Goff-
man Reader. Blackwell, Cambridge, pp. 45-80. with Erving Goffman 1980», in Fine, G. A.; Smith,
5 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.
G. W. H., op. cit., vol. I, p. 214.
12 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.
Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
me», in Goffman, E., op. cit., pp. 18-20. me», in Goffman, E., op. cit., p. 58.
6 Collins, R. (1988), «Theorical continuities in
13 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.
Goffman’s work», in Drew, P., Wotton, A., Erving Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
Goffman: Exploring the Interaction Order. Cambrid- me», in Goffman, E., op. cit., pp. 87-88.
ge: Polity Press, p. 41. 14 Weinstein, R. M. (1994/2000), «Goffman’s
7 Boltanski, L. (1973/2000), «Erving Goffman et
Asylums and the total institution model of mental hos-
le temps du soupçon», in Fine, G. A., Smith, G. W. H., pitals», in Fine, G. A.; Smith, G. W. H., op. cit.,
op. cit., vol. I, pp. 290-311. vol. III, pp. 289-291.
Gouldner, A. (1970/2000), «Other symptoms of the 15 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.
crisis: Goffman’s dramaturgy and other new theories», Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
in Fine, G. W. H., op. cit., vol. I, pp. 245-255. me», in Goffman, E., op. cit., p. 89.
Goffman’s method», in Fine, G. A.; Smith, G. W . H., the total institution: criticism and revisions», in Fine,
op. cit., vol. II, p. 75. G. A., Smith, G. W. H., op. cit., vol. III, p. 432.
17 Fine, G.; Manning, P.; Smith, G. W. H. (2000), 34 Vandenberghe, F. (2003), La sociologie de
«Introduction», in Fine, G. A.; Smith, G. W. H., Georg Simmel. Paris: La Découverte, p. 40.
op. cit., vol. I, p. 13. 35 De Coster, M. (1996), Sociologie de la liberté.
18 Goffman, E. (1983/1988), «L’ordre de Mise en perspective d’un discours voilé. Paris/Bruxe-
l’interaction», in Goffman, E., op. cit. lles, De Boeck Université, p. 47.
19 Collins, R. (1980/2000), «Erving Goffman and 36 Davis, C. (1989/2000), «Goffman’s concept of
the development of modern social theory», in Fine, the total institution: criticism and revisions», in Fine,
G. G. A., Smith, G. W. H., op. cit., vol. III, pp. 307-309 G. A., Smith, G. W. H., op. cit., vol. III, pp. 373-374,
y pp. 334-336. p. 380.
20 Boltanski, L. (1973/2000), «Erving Goffman et 37 Davis, C. (1989/2000), «Goffman’s concept of
le temps du soupçon», in Fine, G. A.; Smith, G. W. H., the total institution: criticism and revisions», in Fine,
op. cit., vol. I, pp. 290-311. G. A., Smith, G. W. H., op. cit., vol. III, p. 381.
21 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.
38 Vandenberghe, F. (2003), La sociologie de
Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom- Georg Simmel. Paris: La Découverte, p. 45.
me», in Goffman, E., op. cit. 39 Davis, C. (1989/2000), «Goffman’s concept of
22 Collins, R. (1980/2000), «Erving Goffman and
the total institution: criticism and revisions», in Fine,
the development of modern social theory», in Fine, G. A., Smith, G. W. H., op. cit., vol. III, pp. 382-383.
G. A., Smith, G. W. H., op. cit., vol. III, pp. 307-309 y 40 Williams, R. (1988/2000), «Understanding
pp. 334-336. Goffman’s method», in Fine, G. A., Smith, G. W. H.,
23 Chapoulie, J.-M. (2001), La tradition sociologi-
op. cit., vol. II, pp. 70-72.
que de Chicago, 1892-1961. Paris: Seuil. 41 Smith, G. W. H. (1989/2000), «Snaposhots sub
Fine, G. A. (1995), A Second Chicago School? The
specie aeternitatis: Simmel, Goffman and formal so-
Development of a Postwar American Sociology.
ciology», in Fine, G. A., Smith, G. W. H., op. cit.,
Chicago: University of Chicago Press.
24 Queiroz,
vol. III, p. 389.
J.-M., Ziotkovski, M. (1994), 42 Williams, R. (1988/2000), «Understanding
L’interactionnisme symbolique. Rennes: PUR,
Goffman’s method», in Fine, G. A., Smith, G. W. H.,
pp. 31-35.
25 Coulon, A. (1992), L’École de Chicago. Paris: op. cit., vol. II, Williams, 1988-2000, pp. 192-195.
43 Becker, H. S. (2001), «La politique de la pré-
PUF, pp. 11-17.
26 Chapoulie, J.-M. (2001), La tradition sociologi- sentation: Goffman et les institutions totales», in
que de Chicago, 1892-1961. Paris: Seuil. Amourous, Ch., Blanc, A., op. cit., p. 72 y p. 76.
44 Collins, R. (1980/2000), «Erving Goffman and
27 Williams, R. (1987-2000), «Goffman, interac-
tionism and the management of stigma in everyday the development of modern social theory», in Fine,
life», in Fine, G. A., Smith, G. W. H., op. cit., vol. III, G. A., Smith, G. W. H., op. cit., vol. III, p. 312.
45 Collins, R. (1980/2000), «Erving Goffman and
p. 213.
28 Gonos, G. (1977/2000), «Situation versus fra- the development of modern social theory», in Fine,
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