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ISEGORÍA.

Revista de Filosofía Moral y Política


ISSN: 1130-2097

NOTICIA DE IRREGULARIDAD
EXPRESSION OF CONCERN

En el número 42 (2010) de la revista Isegoría apareció publicada la siguiente nota:

Urteaga, E. (2010). «Erving Goffman: vida y genealogía intelectual». Isegoría, 42: 149-
164. doi: http://dx.doi.org/10.3989/isegoria.2010.i42.688

cuyo autor no ha incluido en sus notas o bibliografía la siguiente obra:

Nizet, J & Rigaux, N. (2005). La sociologie de Erving Goffman. Paris, Découverte.


http://www.editionsladecouverte.fr/catalogue/index-La_sociologie_de_Erving_Goffman-
9782707142023.html [consultado 04/06/2013]

con la cual parece "dialogarse" profusamente, como cabe apreciar cotejando ciertas
páginas firmadas por el Sr. Urteaga y partes de la obra publicada en 2005 por La
Decouverte (cf.. pp. 149-151 / pp. 3-8; pp. 152-153 / pp. 9-17; pp. 154-160 / cap.
VI; conclusiones / pp. 103-105).
Con gran consternación le comunicamos al Sr. Urteaga este incontestable "aire de
familia" y el 7 de mayo del presente año, a través de un abogado, el Sr. Urteaga nos
envió unas prolijas alegaciones donde se reconocen sin ambages cosas como éstas: "dado
que mi texto está escrito en español y el de Nizet y Rigaux lo está en francés, existen
innumerables diferencias en cuanto a expresiones, giros y términos. A su vez, en la
mayoría de los casos, los párrafos de ambos textos no coinciden y mis párrafos son
generalmente más breves que los de Nizet y Rigaux... En el hipotético supuesto de que
por mi parte se hubiera mencionado ciertas obras sin la debida cita del autor o de los
autores, pido desde este momento las disculpas pertinentes, añadiendo que puede ser
debido a un descuido y nunca de forma deliberada, y mucho menos con ánimo
de defraudar".
Una semana después propuso retirar su trabajo de nuestra página web, sin mención
alguna que pudiera perjudicar su imagen o reputación, pese que a su juicio no habría
vulnerado nuestras normas editoriales, las cuales a su vez nos impiden retirar un artículo
sin dar explicación alguna.
Al margen de poder tomar las medidas oportunas, conjuntamente con otras revistas (v.g.
Daimón) afectadas por un episodio similar, y presentar los correspondientes informes a
otras instancias presuntamente concernidas por estos hechos, debemos pedir disculpas a
los lectores y colaboradores de nuestra revista por unas circunstancias que afectan al
conjunto de la comunidad académica.
Madrid, a 20 de mayo de 2013
Dirección, Secretaría y Consejo de Redacción de la revista Isegoría

Publicado  en  línea  el  4  de  junio  de  2013  


ISEGORÍA. Revista de Filosofía Moral y Política
N.º 42, enero-junio, 2010, 149-164
ISSN: 1130-2097

NOTAS Y DISCUSIONES

Erving Goffman: vida y genealogía intelectual


Erving Goffman: Life and intellectual genealogy
EGUZKI URTEAGA
Universidad del País Vasco

RESUMEN. ¿Qué sucede cuando dos o más per- ABSTRACT. What does happen when two or
sonas se encuentran en una situación de cara a more persons are in a face to face situation?
cara? ¿Cómo se desarrolla la interacción cuan- How the interaction develops when one of
do una de ellas comete una torpeza o presenta them commits an infamy, presents a physical
una discapacidad física o si está considerada disability or if he is considered as a mental
como una enferma mental? Erving Goffman patient? Erving Goffman (1922-1982), of Ca-
(1922-1982), de origen canadiense, ha intenta- nadian origin, has tried to answer to this type
do contestar a ese tipo de preguntas a lo largo of questions along his research life. It result
de su vida investigadora. Resulta de todo ello an abundant, exciting but also controversial
una obra abundante, apasionante pero también work because if some analysts see in
controvertida, puesto que algunos analistas Goffman the principal sociologist of the sec-
ven en Goffman el mayor sociólogo de la se- ond half of the 20th century, others think that
gunda mitad del siglo XX mientras que otros his analyses only constitute the reflection of a
consideran que sus análisis solo constituyen el «petit bourgeois» point of view on the urban
reflejo de un punto de vista «pequeño-bur- American society. This article presents both
gués» sobre la sociedad urbana americana. the life and the intellectual genealogy of this
Este artículo presenta tanto la vida como la ge- sociologist.
nealogía intelectual de ese sociólogo.
Palabras clave: Goffman, sociología, genea- Key words: Goffman, sociology, intellectual
logía intelectual. genealogy.

Introducción lo menos dos personas se encuentran en


presencia una de la otra. Goffman se ha
La obra de Erving Goffman es particular preguntado sobre las formas que toman
en la medida en que está dedicada com- estas interacciones, sobre las reglas de las
pletamente al análisis de las interaccio- cuales se dotan, sobre los roles que ponen
nes, es decir, a lo que sucede cuando por en escena los actores que están implica-

[Recibido: Ene. 10 / Aceptado: May. 10] 149


Eguzki Urteaga

dos y sobre el orden específico que cons- las aborda desde distintos enfoques que
tituyen. A partir de la redacción de su te- hacen referencia a varias metáforas 4.
sis, Goffman afirma su intención de ana- Percibiendo las interacciones como unas
lizar «la interacción social en nuestra representaciones teatrales, Goffman atrae
sociedad», que considera «como un tipo nuestra atención sobre el decorado en el
de orden social» 1. Algunos meses antes cual evolucionan los actores, la máscara
de su muerte, en 1982, en el discurso diri- que llevan o el rol que desempeñan. A
gido a la American Sociological Associa- través de estos elementos, los actores in-
tion de la que fue elegido presidente, tentan controlar las impresiones de su pú-
vuelve sobre lo que ha constituido su blico. En otros pasajes de su obra, Goff-
preocupación principal: «promover la man considera que nuestros actos en si-
aceptación de este ámbito del cara a cara tuación de interacción constituyen otros
como un ámbito analítico viable (un ám- tantos ritos que manifiestan, bajo una for-
bito que podría denominarse el orden de ma convencional, el valor sagrado de
la interacción)» 2. cada individuo. Además, considera las
interacciones como unos juegos en los
Ciertamente, Goffman no es el único,
que los actores se comportan como unos
en esa época, en detenerse sobre este obje-
estrategas, unos calculadores, y en los
to de análisis. Otros sociólogos, así como
cuales manipulan unas informaciones
una gran parte de los psicólogos sociales,
para llegar a sus fines. Por último, se pue-
estudian igualmente las relaciones inter-
de considerar, con Winkin, que uno de los
personales. Sin embargo, Goffman es
consciente de ser el único en analizar las libros de Goffman, titulado Los marcos
interacciones como un objeto de estudio de la experiencia, se inspira de una pers-
específico, contrariamente a los demás in- pectiva cinematográfica 5.
vestigadores que tienen cierta tendencia a Otra fuente de disparidad proviene
analizar las interacciones bien por arriba, del hecho de que cada libro está redactado
bien por abajo. Por arriba, cuando estu- sin hacer referencia a los demás, como si
dian las interacciones en la medida en que la investigación empezara de nuevo. Se le
ilustran el funcionamiento de una organi- añade que la mayoría de los libros publi-
zación o muestran de qué forma unas per- cados por el autor están constituidos por
sonas que pertenecen a unas clases socia- una serie de artículos escritos precedente-
les diferentes se relacionan, etc. Por abajo, mente y cuya coherencia no es siempre
cuando es cuestión de comprender las in- evidente. Otro aspecto que dificulta la
teracciones a partir de unos intereses o de comprensión de la obra del sociólogo ca-
los motivos de los actores en presencia, o nadiense es la diversidad de las aportacio-
en función de las representaciones que es- nes intelectuales integradas. Se ha inspira-
tos individuos tienen de sus socios en la do de tradiciones muy diversas, bien en
interacción 3. sociología (Durkheim, Simmel, etc.), bien
Presentada de esa forma, la sociolo- en psicología (Freud, Mead, etc.), bien en
gía de Goffman parece responder a una economía (teoría de los juegos), bien
intención clara y, además, a un proyecto en filosofía (Sartre y Husserl). El proble-
perseguido de manera constante a lo lar- ma es que el autor apenas explicita la di-
go de su carrera. No en vano, la produc- versidad y la importancia respectiva de es-
ción goffmaniana es diversificada e in- tas aportaciones.
cluso dispar. Si la mayoría de los libros Por último, Goffman utiliza unos
que ha publicado toman efectivamente métodos de investigación atípicos, que
las interacciones como objeto de análisis, están fuertemente criticados por varios

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comentaristas de su obra. Así, se le repro- tamente opaca e independiente de su


cha de limitarse a ilustrar unos conceptos obra» 8.
en lugar de intentar averiguar sus hipó- A pesar de ello, es sabido que Erving
tesis. Se le achaca igualmente usar sin Goffman ha nacido el 11 de julio de 1922
discernimiento unos materiales de lo más en Mannville, en la provincia de Alberta,
diverso: unas observaciones directas situada en Canadá. Sus padres, unos ven-
hechas por él mismo o por otros investi- dedores ucranianos de origen judío, ha-
gadores así como unos extractos de ma- bían formado parte de la oleada de inmi-
nuales de savoir-vivre, unos artículos de grantes proveniente de Ucrania, que ha-
prensa e incluso unas situaciones inven- bían emigrado a Canadá al final del
tadas por él. siglo XIX y en el inicio del siglo siguiente.
Por lo tanto, no es de extrañar que Se encuentran «a la vez integrados y re-
Goffman haya sido el objeto de interpre- chazados por esta comunidad» y el pe-
taciones variadas e incluso contradicto- queño Goffman pasará su infancia «en
rias. Ciertos comentaristas ven en él el re- esta atmósfera hipócrita y hostil» 9.
presentante de una sociología que pone el
énfasis sobre el rol del actor mientras que El aprendizaje del oficio
otros lo perciben como el representante
de una sociología que insiste sobre el Después de sus estudios secundarios,
peso de las estructuras. Las opiniones va- Goffman hace una experiencia de varios
rían también a propósito del interés de su meses en un centro de producción de pe-
trabajo. Algunos ven en Goffman el so- lículas documentales, el National Firm
ciólogo más importante de la segunda Board. En dicha entidad ejerce unas ta-
mitad del siglo XX 6, mientras que otros reas subalternas. No en vano, esta expe-
consideran que sus análisis traducen so- riencia está probablemente en el origen
bre todo los problemas a los que se ha en- de una de sus obras fundamentales, pu-
frentado como pequeño-burgués con difi- blicada treinta años más tarde, que hace
cultades de integración, en un contexto referencia precisamente a la metáfora ci-
muy peculiar de la sociedad americana de nematográfica: Los marcos de la expe-
la época 7. riencia.
En definitiva, el objetivo de este ar- En 1944, Goffman inicia sus estudios
tículo es dar a conocer la vida del soció- de sociología en la Universidad de To-
logo americano y su genealogía intelec- ronto. Sus primeros profesores lo inician
tual. a la antropología (especialmente a los tra-
bajos de Alfred Reginald, Radcliffe-
La vida de Goffman Brown, Gregory Bateson, etc.) y a la so-
ciología (Émile Durkheim, Talcott Par-
Los biógrafos de Goffman y especial- sons, Lloyd Warner, etc.). Goffman lee
mente Winkin nos enseñan que Goffman muchísimo, participa en las discusiones
era muy discreto sobre su vida privada. sobre unos temas vinculados a las clases
Se mantenía cuidadosamente al margen que recibe así como sobre cuestiones po-
de los micrófonos y de las cámaras de líticas. Impresiona a sus condiscípulos
televisión, considerando probablemente por la vivacidad de sus respuestas, a pe-
que su aportación figuraba en sus libros y sar de mantener sus distancias con res-
artículos. Excepto en escasas ocasiones, pecto a ellos: «se encuentra en el grupo
los escritos de Goffman no se refieren a pero se retira y vuelve cuando lo decide.
unas experiencias o recuerdos persona- Observa en lugar de hablar. Un poco como
les. «Su vida privada parece ser comple- si ya se planteara la cuestión de saber

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cómo satisfacer a las condiciones de un rán la base de su tesis doctoral. Se instala


compromiso mínimo pero suficiente» 10. en el pequeño hotel de la isla, participa en
En 1945, entra en la prestigiosa Uni- las conversaciones, observa el trabajo de
versidad de Chicago. Tiene dificultades los cocineros, etc. Participa igualmente
para adaptarse ya que el grupo de estu- en las noches de billar o de danza que tie-
diantes es mucho más amplio que en To- nen lugar en la isla así como en las bodas
ronto y el estilo de enseñanza, muy dis- y en los enterramientos. Cada noche,
tendido, no parece convenir a Goffman. consigna sus observaciones en su diario.
A partir de 1947, está de nuevo en medi- Una estancia en París le permitirá
da de sacar provecho de los recursos de terminar la redacción de su tesis titulada
los que dispone dicha universidad. Prosi- Communication Conduct in an Island
gue sus lecturas, trabajando especialmen- Community. En primera página, indica su
te las obras de los grandes sociólogos ale- objeto de estudio: «aislar y fijar las prác-
manes (Simmel, Sombart, Tönnies, We- ticas regulares de lo que se denomina la
ber, Mannheim, etc.). Sigue las clases de interacción de cara a cara» 12. La lectura
Herbert Blumer que ha retomado la he- de la tesis tiene lugar en la Universidad
rencia de Georg Herbert Mead (fallecido de Chicago en 1953. Ese mismo año, se
en 1931) y que ha introducido en 1937 el casa con Angelica Choate que ha conoci-
término de «interaccionismo simbólico». do cuando era estudiante en esa misma
Trabaja asimismo con Lloyd Warner, universidad y que es originaria de una fa-
un sociólogo que combina las aportacio- milia de la gran burguesía de Boston: su
nes de la antropología con una teoría de padre dirige un importante periódico
la estratificación social y que pide a sus mientras que otros miembros de su fami-
estudiantes que clasifiquen los indivi- lia son senadores o embajadores.
duos a partir de unos indicios corporales: En 1954, Goffman, su esposa, así
su manera de comer, de fumar o de ves- como su hijo Tom, que ha nacido mien-
tirse. Goffman realiza su tesina en la con- tras tanto, se mudan al suburbio de Wa-
tinuidad de los trabajos de Warner, shington. Goffman ha decidido vivir du-
interesándose por los comportamientos rante varios meses entre los enfermos
cotidianos de una muestra de esposas de mentales, inicialmente, en un pequeño
directivos. Pero es sobre todo Everett hospital psiquiátrico experimental y, pos-
Hugues el que marca a Goffman en teriormente, en la enorme clínica psiquiá-
Chicago. Este sociólogo se interesa por trica de la ciudad, la clínica Santa-Elisa-
las occupations y envía sus doctorandos a bete que consta de 7.000 camas. Será su
realizar observación participante con los segundo campo de observación prolon-
traperos, los policías o los empresarios de gado. Durante un año, se mezcla a la vida
pompas fúnebres. Más tarde, Goffman del hospital, tanto de día como de noche,
reconocerá en Hugues una de sus referen- pasando de un pabellón a otro, y obser-
cias intelectuales fundamentales 11. vando la vida de los reclusos.
Un poco más tarde, Goffman se des- En 1958, Goffman es invitado por
plaza a una de las islas de Shetland, situa- Blumer a impartir clases en la Universi-
da en el norte de Escocia, donde perma- dad de California, en Berkeley, donde es
nece doce meses, entre diciembre de nombrado profesor en 1962. Se muda a
1949 y mayo de 1951, para observar la una magnifica villa situada en las colinas
vida local, presentándose como un estu- que dominan la ciudad, conduce un co-
diante interesado por la economía agríco- che inglés de la marca Morgan y posee
la. En realidad, recoge datos que forma- una excelente bodega. Se puede suponer

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Erving Goffman: vida y genealogía intelectual

que sus ingresos son notables y superan mo mental con sus próximos, es amplia-
claramente los de un salario de un simple mente autobiográfico.
profesor de universidad. Winkin conside- Goffman continúa igualmente traba-
ra como probable que la pareja se ha be- jando sobre los temas de su tesis, comple-
neficiado de una dote de la familia de su tando sus observaciones realizadas en la
esposa. Pero es igualmente posible que isla de Shetland por unos datos extraídos
Goffman haya sacado ese dinero de sus de los trabajos de sus antiguos compañe-
inversiones en Bolsa así como de su fre- ros de Chicago relativos a las profesio-
cuentación de los casinos 13, que se con- nes, por unas observaciones personales
vierten en unos nuevos campos de obser- hechas en los casinos o por la lectura de
vación y a los que hará referencia en sus manuales de savoir-vivre. De manera
trabajos de esa época. más general, se puede considerar que
saca provecho de la diversidad de las ex-
Una producción abundante periencias que ha podido vivir, de los en-
tornos que ha frecuentado, de sus oríge-
Las publicaciones de Goffman se suce-
nes judíos y ucranianos, y de su trayecto-
den sin cesar. Sobre la base de su expe-
ria tanto geográfica como social. Produce
riencia en Santa Elisabete, el sociólogo
así varias obras fundamentales que se re-
americano publica Asilo (1961). En ese
fieren a las interacciones, entre las cuales
libro analiza los hospitales psiquiátricos
se halla La presentación de sí mismo en
a partir de la noción de «institución to-
la vida cotidiana (1956), donde desarro-
tal», concepto que aplica igualmente a las
cárceles o a los monasterios. Muestra de lla la metáfora teatral considerando a las
qué manera el hospital psiquiátrico des- personas en interacción como a los acto-
truye la identidad de los reclusos. Esta res que llevan a cabo una representación
obra influirá sobre las reformas del siste- teatral. Posteriormente, en Los ritos de la
ma psiquiátrico en Estados Unidos al fi- interacción, utiliza la metáfora del ritual,
nal de los años 1970 e inspirará también inspirada de la antropología inglesa y de
el movimiento anti-psiquiátrico europeo, la tradición durkheimiana, que es utiliza-
sin que Goffman se haya implicado en di- da para comprender los encuentros de
cha movilización 14. De ese período data cara a cara. En la misma óptica, Goffman
igualmente su obra sobre la discapaci- publica Las relaciones en público (1971)
dad: Estigma (1963). Como lo observa donde examina las reglas informales que
Winkin, la inspiración de estos dos libros organizan las relaciones en los lugares
es similar puesto que, tanto en el caso de públicos.
la locura como en el del hándicap, el aná- Goffman no se interesa por sus tareas
lisis de Goffman se centra en la interac- docentes y aprovecha todas las oportuni-
ción y no en la persona. Así, escribirá que dades para alejarse de las obligaciones
el enfermo mental es una persona que in- impuestas por la vida académica con el
teractúa de manera equivocada y el disca- fin de dedicarse totalmente a la investiga-
pacitado un «desalineado» 15. ción. Acepta así, en 1966-1967, una
De manera trágica, la vida de Goff- estancia en Harvard, en el Center for
man coincide durante esa época con sus International Affairs. En compañía de
temas de investigación ya que su esposa Thomas Schelling, intenta aclarar las in-
Angelica padece enfermedad mental y se teracciones sociales a través de la teoría
suicida en 1964. El texto que escribe en de los juegos, esta corriente de investiga-
1969 titulado «La locura en la plaza», en ción que proviene de la economía y que
el cual analiza las interacciones del enfer- postula que los actores son racionales y

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calculadores. Se interesa especialmente Pensar conjuntamente la vida y la obra


por las situaciones conflictivas: conflic-
tos armados, espionaje y contra-espiona- Una vez situados estos puntos de referen-
je. En 1968, se desplaza a Filadelfia para cia biográficos, conviene preguntarse si es
ocupar una cátedra prestigiosa en la Uni- posible distinguir, en los acontecimientos
versidad de Pensilvania. que han marcado la vida de Goffman y en
En 1974, publica Los marcos de la las elecciones que ha realizado, un hilo
experiencia, una obra ambiciosa y volu- conductor que nos ayudaría a mejorar
minosa a la que se dedica durante aproxi- nuestra comprensión de su obra. Dicho
madamente una década. Inspirándose en de otra forma, ¿qué hipótesis podemos
la metáfora cinematográfica, muestra de formular que nos permita interpretar con-
qué manera se organiza la experiencia juntamente el hombre Goffman y la obra
cotidiana. Está hecha por una serie de en- sociológica que ha producido? Dos res-
cuadres, es decir, por una serie de cons- puestas parecen ser interesantes, una suge-
trucciones de la realidad que se articulan rida por Randall Collins y otra formulada
unas con otras y que adquieren sentido por Luc Boltanski e Yves Winkin.
unas con respecto a otras. Partiendo de la constatación de que
Durante todos estos años de docencia la obra de Goffman ha sido el objeto de
y de investigación, Goffman ha manteni- interpretaciones muy diversas, por no de-
do cierta distancia con el mundo acadé- cir contradictorias, Collins se pregunta si
mico. Por ejemplo, jamás ha redactado el nos encontramos ante una ambivalencia
prólogo de otro sociólogo, no ha apoyado o un doble discurso entre dos proyectos
la publicación de las obras de sus estu- intelectuales que constituyen las dos ca-
diantes, no ha respondido a las críticas, ras del mismo personaje: una popular y
jamás ha revisado y actualizado sus tra- otra erudita. La vertiente popular es la
bajos teniendo en cuenta las reacciones más aparente ya que se trata del Goffman
que suscitaban, incluso cuando éstas eran que se presenta a sí mismo como a un
numerosas sobre todo tras la edición de «antropólogo héroe», el que realiza unas
Asilo o de Los marcos de la experien- observaciones enmascaradas en un hos-
cia 16. Asimismo, durante su estancia en pital psiquiátrico o en un casino o el que
Filadelfia, es sabido que Goffman traba- trata unos temas que están de moda tales
jaba al margen de sus compañeros en una como el espionaje (durante la guerra
oficina del museo antropológico de la fría), los comportamientos en los lugares
ciudad 17. públicos (la opinión pública americana se
En 1981, Goffman se casa de nuevo preocupa entonces por la criminalidad y
con Gillian Sankoff, con la que tendrá la violencia urbana), la locura, etc. Des-
una hija, Alice, en 1982. Algunos meses glosa estos temas y hace aparecer sus di-
más tarde, debe anular el discurso que de- mensiones ocultas dando a conocer un in-
bía realizar ante la American Sociologi- consciente social, así como lo hizo Freud
cal Association de la que acababa de ser con el inconsciente individual. Collins
elegido como presidente. Termina la pre- recuerda que Freud ha llegado a Estados
paración de su conferencia en su cama de Unidos durante los años 1930, en el mo-
hospital porque padece un cáncer del es- mento preciso en que Goffman era joven
tomago. El título del discurso, El orden estudiante. La vertiente erudita es mucho
de la interacción 18, es elegido con mu- menos aparente, lo que está vinculado a
cho cuidado. Goffman muere el 20 de no- la distancia que mantiene con el entorno
viembre de 1982 a los 60 años. universitario. Efectivamente, es sabido

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Erving Goffman: vida y genealogía intelectual

que Goffman ha sido muy discreto sobre sujeto, tal y como lo concibe Goffman en
los autores y las obras que han influido en sus primeros textos, está continuamente
su pensamiento. Su trabajo teórico es a controlándose, preocupado por la mirada
menudo «subterráneo y hermético». Se- de los demás. Los primeros trabajos de
gún Collins, preguntándose sobre las ra- Goffman pueden ser interpretados como
zones de ser de esta dualidad y de este «los medios que un autodidacto social se
cruce entre el Goffman público y el Goff- procura para entrenarse a la vida en so-
man erudito: resulta del clima intelectual ciedad». Así, se podría decir que ha vivi-
dominante en la época durante la cual do de manera prescriptiva las reglas que
concibe su obra. Collins observa efecti- identificará para los demás de manera
vamente que la juventud de Goffman descriptiva 21.
coincide con la moda del existencialis-
mo, del teatro de lo absurdo, del pensa- La genealogía intelectual de Goffman
miento nihilista. Los intelectuales de la
época están dispuestos a alinearse sobre Para Randall Collins, la obra de Goffman
estos movimientos orientando sus inves- está atravesada por una ambivalencia que
tigaciones hacia los temas descuidados hace referencia a las dos caras de su per-
hasta entonces por la investigación: los sonalidad: el Goffman popular y el Goff-
marginales o los desviantes, en lugar de man erudito, que se inscribe en la gran
asumir explícitamente su erudición como tradición sociológica y, más ampliamen-
intelectuales 19. te, en la vida intelectual de la segunda
mitad del siglo XX 22. Se trata de desvelar
Una segunda hipótesis es formulada esta segunda cara, es decir, la genealogía
por Luc Boltanski e Yves Winkin. Sugie- intelectual de su obra.
re que su obra está claramente marcada
por el origen y la trayectoria social del Las vías de acceso a la genealogía
autor. En los propios términos de Bol-
tanski, el «habitus científico» de Goff- Goffman no facilita la tarea de los soció-
man se habría construido a partir de su logos que se han interesado por su obra.
«habitus de clase» 20. Para sostener esta Por una parte, porque ha leído mucho y
hipótesis, Winkin subraya el origen judío en numerosos ámbitos, de modo que se
de Goffman, el clima hostil en el que ha ha inspirado en autores muy diversos
vivido durante su infancia, por el rechazo provenientes de la sociología, de la filo-
que han padecido sus padres de parte de sofía o de la psicología. Pero es sobre
la comunidad ucraniana. Se pregunta si la todo su actitud con respecto a estos prés-
obra no hace referencia a una estrategia tamos lo que dificulta la tarea del comen-
de integración y de movilidad de la socie- tarista. Efectivamente, apenas cita a sus
dad canadiense y americana de la época. fuentes o se limita a mencionar unos
Revela que la tesis del control de Goff- préstamos menores, ya que el número de
man manifiesta un interés evidente para citas de tal o tal autor es poco indicativo
el «grupo de referencia» que constituye de la influencia que ha ejercido sobre su
para él la burguesía intelectual urbana, obra. Conviene por lo tanto utilizar un
burguesía a la que accederá a través de su tercer método que consiste en estudiar las
primera unión matrimonial. Subraya similitudes y los parentescos entre las
igualmente la fascinación de Goffman obras que han podido influir sobre Goff-
para los libros de savoir-vivre, que utili- man y sus propios trabajos. Esta filiación
zará abundantemente como material para es observable en tres ámbitos: unos temas
sus análisis. Subraya, por último, que el u objetos de investigación (ciudad, profe-

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sión, etc.), unos métodos (entrevista, ob- esta técnica en las investigaciones empí-
servación participante, etc.) y unas pers- ricas que realiza o dirige. Éstas se refie-
pectivas analíticas (perspectiva micro- ren a las relaciones que se desarrollan, en
sociológica, rol de los actores, juego de las empresas, entre unas personas de orí-
los individuos o desarrollo de las interac- genes étnicos diferentes, sobre las institu-
ciones). ciones, los oficios y las profesiones 26.
La primera cosa que nos enseña la
biografía de Goffman conduce a pregun- Una continuidad metodológica
tarnos si conviene asociar el autor a la y temática
tradición sociológica de Chicago. Esta
expresión designa un entorno de investi- Existen unos vínculos incuestionables
gación relativamente heterogéneo consti- entre Goffman y la investigación llevada
tuido durante los años 1920 y 1930 en la a cabo en Chicago en lo que se refiere a
Universidad de Chicago alrededor de Wi- los métodos, especialmente la recogida
lliam Isaac Thomas (1863-1947) y de de datos, ya que Goffman ha practicado
Robert Ezra Park (1864-1944), a los que ampliamente la observación participante,
ha tomado el relevo una segunda genera- bien durante su estancia en las islas Shet-
ción en torno a profesores e investigado- land, bien en el hospital Santa Elisabete
res tales como Blumer y Hugues 23. de Washington o cuando frecuentaba los
casinos. Se observa también una con-
La pertenencia controvertida tinuidad en los objetos de estudio. El
a la Escuela de Chicago vínculo es evidente, especialmente en las
investigaciones de Hugues, puesto que
Goffman sigue las clases de Blumer, sa- Asilo está vinculado al análisis de las ins-
biendo que éste desarrolla el pensamien- tituciones realizado por ese sociólogo,
to de Mead e inventa, en 1937, la expre- mientras que los primeros textos publica-
sión interaccionismo simbólico. Blumer dos por Goffman sobre las interacciones,
considera que los actores actúan en fun- sobre todo La presentación de sí mismo,
ción del sentido que dan a sus acciones y se refieren ampliamente a los datos empí-
que este sentido se elabora en y a través ricos relativos a los oficios, recogidos en
de las interacciones sociales, de manera el marco de los doctorados dirigidos por
que, a lo largo del desarrollo de estas últi- el propio Hugues.
mas, las interpretaciones se modifican La cuestión está mucho más abierta
continuamente. Esta concepción se fun- en lo que concierne a las relaciones de
damenta sobre tres postulados: 1) el sen- Goffman con el interaccionismo simbóli-
tido jamás es independiente de las inte- co. Varios comentaristas hacen referencia
racciones; 2) las interacciones se desarro- a esa filiación, subrayando especialmente
llan según una dinámica propia, aunque los lazos entre los trabajos de Mead 27.
se justifiquen por unas necesidades natu- No en vano, dos tipos de datos conducen
rales y unos datos culturales; y 3) la no- a relativizar este parentesco. Por una par-
ción de sociedad corresponde a un proce- te, Goffman se ha mostrado muy crítico
so de acción en lugar de hacer referencia con respecto al interaccionismo simbóli-
a una estructura 24. El entorno investiga- co e incluso se ha desmarcado de esta co-
dor de Chicago se caracteriza igualmente rriente, y, por otra parte, los partidarios
por el uso privilegiado de métodos de in- del interaccionismo simbólico han criti-
vestigación cualitativos, tales como las cado ampliamente los posicionamientos
entrevistas o la observación participan- de Goffman sobre varios puntos impor-
te 25. Así, Hugues utiliza ampliamente tantes marcando así la distancia que lo

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Erving Goffman: vida y genealogía intelectual

separa de la corriente de investigación considerar a los actores como a unos


de los que se consideran como los guar- soportes de estructuras sociales preexis-
dianes. tentes 28. Además, el interaccionismo
En la entrevista concedida a Verhoe- simbólico supone que todas las situacio-
ven, Goffman explica claramente sus po- nes sociales se renuevan y son únicas
sicionamientos con respecto al interac- puesto que combinan diferentemente las
cionismo simbólico. Si Verhoeven ha so- actividades de los actores presentes.
licitado esta entrevista es precisamente Goffman, por el contrario, intenta identi-
en el marco de un trabajo sobre esta co- ficar, a partir de la vida cotidiana, un nú-
rriente de investigación. Como conse- mero limitado de formas en las que se
cuencia, multiplica las cuestiones para inscribe la vida diaria, y que generalmen-
llevar Goffman a situarse. Las primeras te no son identificables por los propios
respuestas del sociólogo canadiense se actores. La perspectiva analítica de Goff-
aparentan a unos rechazos hasta que Ver- man se sitúa, por lo tanto, en las antípo-
hoeven le pide que indique, según él, «el das de los postulados fundamentales del
punto más débil del interaccionismo sim- interaccionismo simbólico. Estaría vincu-
bólico». Goffman aclara entonces su po- lada más bien a una «sociología formal»
sicionamiento. Si admite que esta pers- que se sitúa en la perspectiva «estructura-
pectiva puede permitir tener una mirada lista» 29. Otros representantes de ese pa-
crítica con respecto a otros enfoques so- radigma comparten dicho análisis, a la
ciológicos, considera también que carece imagen de Denzin y Keller 30.
de interés para el trabajo de análisis so-
ciológico como tal, en la medida en que Estas críticas se dirigen sobre todo a
no permite poner de manifiesto la organi- Los marcos de la experiencia, incluso si
zación o la estructura de los fenómenos tienen cierta tendencia a dirigirlos más
sociales. generalmente al conjunto de la obra de
Goffman. En primer lugar, en la continui-
Las críticas provenientes dad de Jameson, Goffman da a la noción
del interaccionismo simbólico de marco un significado personal. Lo que
no coincide con los posicionamientos del
De manera recíproca, varios defensores interaccionismo simbólico para el cual
del interaccionismo simbólico niegan la las definiciones de la realidad hacen refe-
pertenencia de Goffman a esta corriente y rencia sobre todo a los significados pro-
cuestionan, de manera más o menos radi- ducidos por las personas en cada una de
cal, el interés de esta perspectiva analíti- las interacciones. En segundo lugar, el
ca: los interaccionistas devuelven a Goff- carácter moderado de los puntos de vista
man las críticas que éste les ha dirigido. goffmanianos se aleja del relativismo ab-
Así, para George Gonos, un interaccio- soluto. Ese posicionamiento más absolu-
nismo simbólico bien comprendido parte to es el del interaccionismo simbólico
de la definición de la situación tal y como para el cual la definición de la realidad es
está enunciada por el actor y convierte a relativa a cada interacción e incluso a
esta construcción en el objeto principal cada momento de la interacción, en la
de la investigación sociológica. No en medida en que hace referencia a los sig-
vano, Goffman, en lugar de fundamentar nificados específicos que son producidos
su análisis sobre el individuo y su activi- conjuntamente por los actores.
dad cognitiva, invierte la perspectiva. Si Goffman se inscribe ampliamente
Efectivamente, unas nociones como la de en los temas de investigación de la escue-
«situación» o la de «marco» tienden a la de Chicago y si adopta ampliamente

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Eguzki Urteaga

sus métodos, por el contrario, se aleja mas de asociaciones de sus contenidos,


sensiblemente del interaccionismo sim- es decir, los materiales vivos que cum-
bólico. Efectivamente, Goffman es más plen las formas de las motivaciones psí-
sensible a las estructuras, a los modelos o quicas que los propulsan y que, hablando
a las formas que orientan la interacción estrictamente, no son sociales, al menos
que a la definición de la situación tal y es lo que afirma Simmel» 34. Esas formas
como resulta de la visión de los propios son por ejemplo la división del trabajo, la
actores. cooperación y la competencia, la superiori-
dad y la sobreabundancia, la imitación, etc.
Filiación con la sociología formal Conciernen tanto «el marco de las accio-
de Simmel nes recíprocas» (como la familia, la em-
presa, el viaje, etc.) como «sus propias
Varios analistas se han interesado por las
acciones en la medida en que las gene-
relaciones de parentesco que vinculan a
Goffman con el sociólogo alemán Georg ran» 35. Es significativo que tanto Goff-
Simmel (1858-1918), contemporáneo de man como Simmel hagan referencia a ese
Max Weber 31. Revelan que Goffman se proyecto de identificación y de clasifica-
ha sumergido en la obra de Simmel duran- ción de las formas refiriéndose al trabajo
te su estancia en Chicago. En esa época, que el gramático o el lingüista realizan
esta obra estaba ampliamente traducida al con respecto al lenguaje 36.
inglés y constituye una de las referencias No es fortuito, observa Smith, que
fundamentales en el entorno intelectual de tanto Simmel como Goffman concedan
esa universidad 32. Goffman se refiere una una prioridad al análisis de las formas
docena de veces a Simmel en su obra pu- muy micro-sociológicas y, de hecho, apa-
blicada, lo que representa el mismo núme- rentemente insignificantes de la vida so-
ro de citas que Durkheim 33. cial. Simmel observa que a menudo se
asocia el término «sociedad» a las estruc-
Una afinidad de perspectivas turas sociales permanentes que son el
Estado, la familia, etc. No en vano, con-
Estos mismos comentaristas subrayan el viene reconocer toda la importancia de
hecho de que el proyecto intelectual de los fenómenos sociales menos aparentes
Goffman, es decir, identificar las formas y especialmente de los fenómenos «mi-
de organización y las estructuras de la croscópicos» que «pueden aparecer des-
vida social, tiene cierta afinidad con el de deñables» pero que constituyen sin em-
Simmel, que consiste en elaborar lo que bargo «los átomos de la sociedad. Dan
denomina una «sociología formal». Sim- cuenta de la dureza y de la elasticidad, de
mel establece efectivamente una distin- los colores y de la consistencia de la vida
ción entre, por una parte, lo que denomi- social, que la hacen tan sobrecogedora y
na la materia o el contenido de la vida so- misteriosa» 37. Es significativo que Goff-
cial y, por otra parte, la forma o lo que man se refiera explícitamente a estas pa-
contiene. El carácter eminentemente va- labras de Simmel en la introducción de su
riado del contenido de los hechos socia- tesis doctoral para justificar precisamente
les, que están constituidos por las accio- el interés que tiene por los análisis mi-
nes recíprocas y especialmente por la di- cro-sociológicos que desarrolla en su tra-
versidad de los sentimientos y de las bajo. Así, Vandenberghe puede afirmar
sensaciones de los individuos que se que, de todos aquellos que Simmel ha in-
comprometen en ellos. Se fija como pro- fluido, «Erving Goffman es sin duda el
yecto «extraer sistemáticamente las for- sociólogo más simmeliano» 38.

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No obstante, Goffman se aleja de ra clásica en la sociología. Lo que intenta


Simmel en lo que se refiere al vínculo hacer se sitúa, en cierta medida, por de-
que conviene establecer entre estos fenó- bajo de ese objetivo. Efectivamente,
menos micro-sociales y las estructuras Goffman intenta más bien identificar la
más macro-sociales. Simmel intenta de- existencia de ciertos fenómenos y desig-
mostrar que las formas de socialización narlos a través de los términos de interac-
se cristalizan en las grandes estructuras ción, de cara o de estigma. Según Smith,
como el Estado, los sindicatos, las clases Goffman se limita a proponer unos
sociales, mientras que Goffman se intere- «enunciados existenciales». Este tipo de
sa poco al nivel macro-social y rechaza propuestas no puede, como tal, estar so-
considerar que las estructuras sociales metido a la refutación como lo quisiera la
más amplias resultan de la agregación de tradición epistemológica representada
las interacciones individuales. Habla de por Popper 41. Sin embargo, la cuestión
«acoplamiento vago» entre los niveles que se plantea es la de la fecundidad de
micro y macro 39. estas nociones en los análisis posteriores.
Todo ello está acompañado por una mo-
Un método naturalista destia manifestada por Goffman: en lugar
de elaborar «grandes teorías sociológi-
Si existe una continuidad entre la tradi- cas», esta disciplina necesita «una mo-
ción de Chicago y los métodos utilizados desta pero perseverante calidad analíti-
por Goffman para recoger los datos, se ca». En otros textos, denomina su método
puede indicar que estos métodos de trata- de trabajo de «naturalista» comparándolo
miento se sitúan en la continuidad de la con el de un botanista.
Escuela de Chicago así como de la socio-
logía simmeliana. Estos métodos han Además, este trabajo de designación
sido el objeto de críticas reiteradas, a me- y de clasificación de los fenómenos, tal y
nudo virulentas. Así, se ha reprochado a como es realizado por el sociólogo cana-
Goffman de ser arbitrario en la elección diense, es susceptible de modificar la
de sus instrumentos de análisis: tal no- percepción de estos fenómenos. Más pre-
ción o tal metáfora es apenas definida an- cisamente, el hecho de aprehender bajo la
tes de ser inmediatamente utilizada en tal misma denominación unos fenómenos
libro o artículo y es abandonada en las diferentes (la institución total es tanto un
producciones posteriores, sin explicación asilo, una cárcel como un monasterio)
alguna. Los datos se limitan a ilustrar las permite poner de manifiesto unos aspec-
nociones avanzadas y no contribuyen a tos de la realidad que eran menos percep-
averiguar o a invalidar unas hipótesis de tibles inicialmente y, por el contrario, de-
investigación 40. Todos los comentaristas jar en un segundo plano otros aspectos
que se han interesado por el aspecto me- que retenían más la atención 42. Es el
todológico de la obra de Goffman no se caso en particular cuando la noción utili-
adhieren a estas críticas. Admiten cierta- zada da lugar a unas aplicaciones incon-
mente que sus elecciones en materia de gruentes, es decir, cuando es aplicada a
método son atípicas, pero piensan tam- unos fenómenos para los cuales no está
bién que se puede mejorar su compren- adaptada a primera vista. En la misma di-
sión si se relacionan con el proyecto inte- rección, Howard Becker observa que
lectual del autor. Goffman aprehende, bajo un mismo con-
Así, Smith muestra que la intención cepto, unos fenómenos que suscitan ge-
de Goffman no consiste en formular unas neralmente unas valoraciones morales
hipótesis tal y como se entiende de mane- contrastadas. Así, Goffman designa bajo

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el vocablo «institución total» a la vez a de mantenimiento del grupo» 45. Goff-


unas realidades habitualmente percibidas man se inscribe en esta perspectiva, lo
negativamente, tales como los campos de que supone que da a la noción de ritual un
concentración o las cárceles, y otras que significado más amplio, cubriendo no so-
pueden ser percibidas de manera más lamente los ritos formalmente recono-
neutral y positiva, como los paquebotes cidos como tales, sino también los que
que navegan en alta mar o los monaste- Collins denomina «implícitos» o «natu-
rios religiosos. Todo ello produce en el rales», especialmente los que se produ-
lector una forma de «confusión moral» cen en los encuentros de cara a cara.
que, según Becker, «permite una mejor Como dice Goffman, «las sociedades,
comprensión de los fenómenos» 43. para mantenerse como tales, deben movi-
lizar a sus miembros para convertirlos en
Rituales y moralidad en Durkheim partícipes de encuentros autocontrolados.
El ritual es una de las maneras de com-
Goffman se ha iniciado en la tradición prometer el individuo en ese objetivo: se
durkheimiana en sus estudios universita- le aprende a estar atento, a afirmar su yo
rios en Toronto, durante los cuales fue y su expresión manteniendo las aparien-
impresionado por Charles William Nor- cias, a demostrar cierto orgullo, honor y
ton Hart, un antropólogo formado por dignidad, a tener consideración, tacto
Radcliffe-Brown. Más tarde, en Chicago, y cierta seguridad».
será investigador asistente de W. Lloyd
Goffman se inspira igualmente en
Warner, otro antropólogo y sociólogo que
se inscribe en la tradición durkheimiana y Durkheim a propósito de la idea según la
trabajará con él sobre los ritos presentes cual el rito alcanza también el individuo,
en los comportamientos de las diferentes convirtiéndolo en algo sagrado. Durk-
clases sociales. Si las citas de Durkheim heim ha demostrado que, en las religio-
son poco numerosas en la obra de Goff- nes primitivas, el individuo lleva consigo
man, indican no obstante unos préstamos mismo una parcela de esta fuerza anóni-
notables. Por lo tanto, el estudio de la fi- ma e impersonal (la mana) que se puede
liación entre Durkheim y Goffman es vincular a lo sagrado. Resulta de todo
más sencillo de lo que parece. Randall ello que, desde el punto de vista durkhei-
Collins ha estudiado de cerca estas con- miano, los ritos religiosos conciernen
tinuidades. Centrándose especialmente también al individuo. Sucede lo mismo,
sobre los primeros libros de Goffman, según Goffman, en la sociedad moderna,
observa que si se fundamenta sobre el donde múltiples ritos constituyen otras
material micro-sociológico de los inves- tantas pequeñas ceremonias a través de
tigadores de Chicago, propone una inter- las cuales se confirma el carácter sagrado
pretación muy marcada por la teoría del individuo.
durkheimiana 44. Otro componente fundamental de la
Esta filiación durkheimiana aparece perspectiva durkheimiana es la idea de
en dos facetas: la primera concierne los que «la realidad social es fundamental-
ritos y la sacralidad del individuo y la se- mente una realidad moral. La sociedad
gunda se refiere a la dimensión moral de mantiene su unidad gracias a los senti-
la vida en sociedad. «Se encuentra en el mientos del bien y del mal, por las emo-
corazón de la perspectiva durkheimiana, ciones que conducen algunas personas a
considera Collins, el hecho de considerar realizar ciertos actos, y les confieren esta
los comportamientos individuales a tra- aversión virtuosa con respecto a otros».
vés de las gafas del ritual y de su función Este tema está estrechamente vinculado,

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Erving Goffman: vida y genealogía intelectual

en Durkheim, al del ritual, puesto que los racción se desarrolla sin enfrentamientos,
ritos implican el hecho de compartir unas sin contratiempos y sin rupturas. Estas
percepciones y emociones intensas. Por condiciones tienen también como conse-
lo tanto, implican asimismo una fuerte cuencia que los que interactúan compar-
presión social. Así, el ritual es para Durk- ten una definición común de la realidad
heim el mecanismo por excelencia donde de la interacción y la del mundo social
se construye y se refuerza la conciencia que lo engloba. En el marco de la metáfo-
moral de los individuos 46. Para Goff- ra teatral, es el trabajo de representación
man, también, la vida social se funda- realizado por el actor que contribuye a la
menta sobre los comportamientos mora- armonía. En la metáfora de las reglas y de
les de los individuos, mucho más que en los ritos, es el amor propio, la considera-
su actividad cognitiva, como lo querría el ción que muestra el actor y el compromi-
interaccionismo simbólico, que pone el so del que hace gala que cumplen esa
acento sobre las interpretaciones a través función. En la metáfora cinematográfica,
de las cuales los individuos definen las es la propia existencia de marcos que per-
situaciones sociales. No obstante, mante- mite a los actores compartir, generalmen-
niendo cierta distancia con la herencia te, una definición común de la realidad.
durkheimiana, Goffman no postula que Sobre la base de estas tres perspectivas
los imperativos morales están necesaria- estriba, en segundo lugar, el postulado
mente interiorizados por los actores. Lo que esta continuidad es superficial y frá-
que importa para ellos es ante todo dar la gil, y que una perturbación puede aconte-
impresión de que actúan en conformidad cer en cualquier momento, que tenga
con los múltiples estándares morales que como nombre la falsa nota (metáfora tea-
les son impuestos 47. tral), el apuro y la profanación (metáfora
Al término de esta encuesta, aparece de las reglas y de los ritos) o la ruptura
que la obra de Goffman se sitúa en el cruce del marco (metáfora cinematográfica).
de influencias diversas. Convendría pro- En tercer lugar, los comportamientos por
seguir el estudio poniendo de manifiesto los cuales los actores intentan evitar esta
unas influencias provenientes de otras perturbación o de arreglarla cuando suce-
disciplinas 48. Se trata de mostrar también de: tacto, intercambios reparadores, etc.
de qué manera estas influencias se combi-
nan de manera específica en los diferentes Esta estructura común se combina evi-
libros del sociólogo canadiense 49. dentemente con unas especificidades. Cite-
mos dos de ellas. Una primera diferencia se
Conclusión refiere a la manera según la cual se vive la
experiencia negativa de la desarmonía.
Totalmente dedicada al análisis de las in- Ciertas metáforas postulan que los actores
teracciones, la obra de Goffman las abor- son solidarios cuando viven esta experien-
da a través de varias metáforas: la metá- cia. Ése es el caso para la metáfora teatral y
fora teatral, la metáfora de las reglas y de para la de los ritos y reglas, puesto que la
los ritos y la metáfora cinematográfica. falsa nota, así como el apuro o la profana-
Estas diferentes perspectivas obedecen a ción, están compartidos por los diferentes
unas preocupaciones comunes ya que se actores en situación de interacción. Por el
puede observar una estructura común que contrario, la metáfora cinematográfica ex-
consta de tres elementos. plora unas formas de ruptura propias a un
Cada uno de estos enfoques intenta, solo actor que interactúa. Los demás pue-
en primer lugar, identificar las condicio- den ser extranjeros a esa experiencia nega-
nes que hacen de tal manera que la inte- tiva e incluso en algunos casos provocarla.

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Una segunda especificidad es de orden BECKER, H. S. (2001): «La politique de


más epistemológico. Se puede efectiva- la présentation: Goffman et les insti-
mente considerar que estas metáforas pue- tutions totales», in AMOUROUS, Ch.;
den situarse en una continuidad, que va de BLANC, A., op. cit.
la inspiración holística al individualismo BOLTANSKI, L. (1973/2000): «Erving
metodológico, como lo muestra el ejemplo Goffman et le temps du soupcon», in
de Caillé 50. Así, la metáfora de las reglas y FINE, G. A.; SMITH, G. W. H., op. cit.,
de los ritos asocia la armonía en la interac- vol. 1, pp. 290-311.
ción a una doble exigencia colectiva: por BRANAMAN, A. (1997): «Goffman’s so-
una parte, la preservación del orden social cial theory», in LEMMERT, C. and
y, por otra parte, la afirmación del valor del BRANAMAN, A., The Goffman Reader.
individuo. Se inscribe por lo tanto en una Blackwell, Cambridge, pp. 45-80.
forma de holismo. Por el contrario, la me-
CAILLE, A. (1996): «Ni holisme ni indivi-
táfora teatral muestra cómo los actores, a
dualisme méthodologique. M. Mauss
través de sus comportamientos, pueden
et le paradigme du don», La Revue du
contribuir a esa armonía. Estas dos metáfo-
MAUSS, n.º 8.
ras son, por lo tanto, más próximas del in-
dividualismo metodológico. CHAPOULIE, J.-M. (2001): La tradition
sociologique de Chicago, 1892-1961.
Estando abierto a las dos grandes Paris: Seuil.
perspectivas paradigmáticas de la socio-
logía, pero sobre todo situando, en el ini- COLLINS, R. (1980/2000): «Erving Goff-
cio de cualquier regla social, la sacrali- man and the development of modern
dad de las caras individuales, Goffman social theory», in FINE, G. A.; SMITH,
realiza un bonito gesto intelectual: toma G. W. H., op. cit., vol. III.
en consideración, en el centro del mo- COLLINS, R. (1988): «Theorical continui-
mento holístico de su enfoque, el valor ties in Goffman’s work», in DREW, P.;
central de las sociedades modernas: el in- WOTTON, A., Erving Goffman: Explo-
dividuo. Contrariamente a un cierto es- ring the Interaction Order. Polity
tructuralismo que clamaba la muerte del Press, Cambridge.
sujeto, abre la perspectiva holística afir- COULON, A. (1992): L’Ecole de Chicago.
mando la regla de la sacralidad del indi- Paris: PUF, pp. 11-17.
viduo. La totalidad que describe tiene la DAVIS, C. (1989/2000): «Goffman’s con-
peculiaridad de elaborar unos dispositi- cept of the total institution: criticism
vos que aseguran el respeto de los indivi- and revisions», in FINE, G. A.; SMITH,
duos. En ese sentido, estriba la pertinen- G. W. H., op. cit., vol. III.
cia de la sociología goffmaniana. DE COSTER, M. (1996): Sociologie de la
liberté. Mise en perspective d’un dis-
cours voilé. Paris/Bruxelles, De
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NOTAS

1 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale. 8 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.

Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom- Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
me», in Goffman, E., op. cit., p. 60. me», in Goffman, E., op. cit., p. 13.
2 Goffman, 9 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.
E. (1983/1988), «L’ordre de
l’interaction», in Goffman, E., op. cit., p. 191. Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
3 Williams, S. (1988/2000), «Goffman, interactio- me», in Goffman, E., op. cit., p. 17.
10 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.
nism and the management of stigma in everyday life», in
Fine, G. A. and Smith, G. W. H., op. cit., vol. III, p. 77. Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
4 Branaman,
me», in Goffman, E., op. cit., p. 26.
A. (1997), «Goffman’s social 11 Verhoeven, J. C. (1993/2000), «An Interview
theory», in Lemmert, C. and Branaman, A., The Goff-
man Reader. Blackwell, Cambridge, pp. 45-80. with Erving Goffman 1980», in Fine, G. A.; Smith,
5 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.
G. W. H., op. cit., vol. I, p. 214.
12 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.
Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
me», in Goffman, E., op. cit., pp. 18-20. me», in Goffman, E., op. cit., p. 58.
6 Collins, R. (1988), «Theorical continuities in
13 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.
Goffman’s work», in Drew, P., Wotton, A., Erving Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
Goffman: Exploring the Interaction Order. Cambrid- me», in Goffman, E., op. cit., pp. 87-88.
ge: Polity Press, p. 41. 14 Weinstein, R. M. (1994/2000), «Goffman’s
7 Boltanski, L. (1973/2000), «Erving Goffman et
Asylums and the total institution model of mental hos-
le temps du soupçon», in Fine, G. A., Smith, G. W. H., pitals», in Fine, G. A.; Smith, G. W. H., op. cit.,
op. cit., vol. I, pp. 290-311. vol. III, pp. 289-291.
Gouldner, A. (1970/2000), «Other symptoms of the 15 Winkin, Y. (1988), «Présentation générale.

crisis: Goffman’s dramaturgy and other new theories», Erving Goffman: portrait du sociologue en jeune hom-
in Fine, G. W. H., op. cit., vol. I, pp. 245-255. me», in Goffman, E., op. cit., p. 89.

ISEGORÍA, N.º 42, enero-junio, 2010, 149-164, ISSN: 1130-2097 163


Eguzki Urteaga

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