RESUMEN
En la actualidad, el discurso de las competencias se ha incorporado
en forma progresiva en todos los ámbitos y niveles de la educación formal,
constituyéndose en el enfoque dominante del quehacer curricular de las
instituciones educativas universitarias. Ante estas demandas, la Universidad
Pedagógica Experimental Libertador-Instituto Pedagógico de Barquisimeto
(UPEL-IPB) inicia en el 2006 el “Proceso de transformación y modernización
del currículo para la formación docente de pregrado”, destacando como
propuesta significativa la consideración de las tecnologías de información y
comunicación (TIC) como Eje Transversal. La presente ponencia, de
orientación documental pretende plantear orientaciones estratégicas que
sirvan de base para la configuración de competencias específicas en el
manejo de las TIC en el nuevo Diseño Curricular de la UPEL. El trabajo se
enmarca en la Línea de investigación TIC, docencia e innovación, adscrita al
Núcleo de Investigación Docencia, Innovación y Tecnología del
Departamento de Formación Docente de la UPEL-IPB.
Descriptores: formación docente, competencias investigativas,
transversalidad curricular.
INTENCIONALIDAD
Plantear orientaciones estratégicas que sirvan de base para la
configuración de competencias específicas en el manejo de las TIC a partir
de una aproximación metodológica integradora para su inserción transversal
en el currículo, en el marco del Proceso de transformación y modernización
del currículo para la formación docente de pregrado de la UPEL –IPB.
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correcta preparación tanto para la adquisición de conocimientos y
actualización de los mismos como para el desarrollo de nuevas habilidades y
destrezas exigibles en una sociedad en permanente cambio que exige que
los profesionales desarrollen capacidades y habilidades cónsonas con las
exigencias de escenarios cada vez más competitivos. Desde esta
perspectiva, tanto el estudiante que se está formando como el docente en
ejercicio requieren prepararse para las exigencias actuales y a la vez asumir
las habilidades necesarias para desempeñarse en los nuevos escenarios de
aprendizaje dominados por el uso intensivo de las tecnologías.
Ante esta realidad, no solo se hace necesaria la alfabetización
tecnológica de los ciudadanos sino también la incorporación de cambios en
todo el sistema educativo y concretamente en la universidades formadoras
de docentes, de modo que se asuma la investigación como función primordial
de la universidad, como un proceso permanente de construcción de saberes
que conduzca a generar impacto en el aula, el centro y la comunidad. Para
ello se requiere orientar la docencia desde la investigación, incluir la
formación investigativa en la formación inicial y continua y vincular la
investigación con los aportes y adelantos de las TIC, de manera que éstas se
conviertan en herramientas de apoyo permanente para la búsqueda,
intercambio, aplicación y divulgación de información.
Al respecto, Tobón, Rial, Carretero y García (2006), señalan que “una
universidad es de calidad cuando encamina todo a formar investigadores,
desarrolla investigaciones y forma profesionales con competencias
investigativas” (p. 63). Esto conduce a incorporar la formación investigativa
en la formación profesional, de manera que los egresados no solo apliquen
conocimientos, habilidades y actitudes propias de su carrera, sino que
posean habilidades para abordar y resolver problemáticas generando nueva
información o nuevas metodologías bajo estándares de calidad.
Para ello es necesario el abordaje curricular desde la perspectiva de las
competencias transversales, en las que los saberes y haceres se permeen y
atraviesen todo el plan de estudio a través de un entramado que contenga
las asignaturas, objetivos, contenidos y principios del currículo. Al respecto,
la transversalidad según Magendzo (2005) es:
(…)un enfoque dirigido al mejoramiento de la calidad educativa, y
se refiere básicamente a una nueva manera de ver la realidad y
vivir las relaciones sociales desde una visión holística o de
totalidad, aportando a la superación de la fragmentación de áreas
de conocimiento, a la aprehensión de valores y formación de
actitudes, a la expresión de sentimientos, maneras de entender el
mundo y a las relaciones sociales en un contexto específico. (p. 28)
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tecnologías de la información y la comunicación, ambiente, ética y
valores y didáctica.
No obstante, más allá de los propósitos declarativos de la
transversalidad curricular, está el abordaje metodológico que permitirá la
efectiva inserción de los ejes en el entramado curricular y en la actividad
académica de los actores del proceso de aprendizaje. Para ello, el modelo en
referencia propone la metodología interdisciplinaria, integradora y los
proyectos académicos integrados, utilizando el enfoque por competencias.
La definición de competencia ha sido tema de debates y reflexiones
teóricas desde hace varios años, encontrándose una versatilidad y variedad
de enfoques. Le Beterf (2001) explica que las competencias se estructuran
en base a tres componentes fundamentales: el saber actuar, el querer actuar
y el poder actuar. No obstante, en el contexto de la educación superior, los
debates actuales refieren un vacío epistemológico en los enfoques
anteriores, pues se acercan a una concepción procedimental enfocada hacia
la ejecución de tareas que se orienten en la aplicación del conocimiento o
como atributos separados entre sí enfocándose hacia la productividad que
demanda el mercado. En este sentido, Tobón, Rial, Carretero y García
(ob.cit), refieren que para orientar un verdadero cambio educativo es
necesario abordar las competencias como un tejido multidimensional y
sistémico desde una perspectiva de integralidad y complejidad de la realidad
del ser humano.
De allí que, se asumirá en la presente ponencia el enfoque planteado
por Tobón (citado por Tobón y otros, 2006.), quienes definen que “las
competencias son procesos complejos de desempeño con idoneidad en
determinados contextos, teniendo como base la responsabilidad” (p.100), y
desde esta perspectiva, “la formación con base en competencias tiene como
eje esencial formar no solo para la ejecución de actividades profesionales,
sino también educar para aprender a analizar y resolver problemas, lo cual
implica un enfoque investigativo” (ídem, p.102). Se invita entonces, a un
cambio de pensamiento en docentes y estudiantes, hacia la
contextualización, la flexibilidad, la inter y transdisciplinaridad, la reflexión y la
continua investigación.
Además, el desarrollo de competencias docentes para el desempeño en
los nuevos entornos de enseñanza-aprendizaje dominados por las TIC, debe
relacionarse con una sólida formación académica, habilidad para el uso
pedagógico de las tecnologías y experiencia en entornos virtuales de
aprendizaje. Con respecto a estas competencias, la UNESCO (2008), señala
que para vivir, aprender y trabajar con éxito en una sociedad cada vez más
compleja, rica en información y basada en el conocimiento, estudiantes y
docentes deben utilizar la tecnología digital con eficacia.
Desde esta perspectiva, las investigadoras durante el año 2007 han
recogido a través de conversaciones informales, discusiones socializadas en
la UPEL-IPB y revisión documental, algunas inquietudes que constituyen
aportes en materia de las habilidades y competencias que pudiesen
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configurar el perfil de un docente investigador que le permita desenvolverse
en los nuevos entornos de aprendizaje dominados por el uso de las TIC, las
mismas guardan correspondencia con las propuestas por Marcelo, Puente,
Ballesteros y Palazón (2002). Se proponen en este sentido las siguientes
competencias específicas que delinean el eje transversal de las TIC y que
denominamos competencias para la e-formación, las cuales constituyen el
eje medular para plantear orientaciones estratégicas que sirvan de base para
la configuración de competencias específicas en el manejo de las TIC a partir
de una aproximación metodológica integradora.
Competencias tecnológicas
− Capacidad para el dominio de destrezas técnicas básicas, (hardware,
gestión de ficheros, navegación, diseño de aplicaciones multimedia,
páginas web, software libre y propietario, aplicaciones de Internet).
− Habilidad para la renovación y actualización permanente del conocimiento
a partir del uso pedagógico e investigativo de las TIC.
− Capacidad para simplificar los aspectos tecnológicos y procedimentales
para que el estudiante se concentre en lo exclusivamente formativo.
Competencias tutoriales
− Habilidades de comunicación, capacidad de adaptación a los distintos
usuarios y constancia para realizar seguimiento del progreso del
alumno.
− Capacidad para orientar de forma realista la planificación.
− Capacidad de asumir roles polivalentes de acuerdo a las situaciones de
aprendizaje.
− Capacidad para reconocer, aceptar y respetar la identidad personal y
cultural de los estudiantes.
Competencias didácticas
− Capacidad de valorar y aplicar el conocimiento de las teorías del
aprendizaje y los principios del aprendizaje adulto.
− Habilidad en el dominio científico del área específica de conocimiento.
− Capacidad de adaptarse a nuevos formatos de formación y de
aprendizaje, tanto en el rol de usuario como en el de diseñador de
ambientes de aprendizaje orientados hacia la autodirección y
autorregulación por parte del estudiante.
− Habilidad para generar soluciones y/o propuestas creativas e innovadoras
ante las múltiples oportunidades que ofrece la red.
− Habilidad para seleccionar y organizar contenidos y actividades de forma
significativa, para facilitar la transferencia y utilidad de los saberes.
− Capacidad para diseñar, evaluar y aplicar materiales didácticos en su
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área de conocimiento o como miembro de equipos multidisciplinarios.
REFLEXIONES FINALES
La incorporación de las TIC al desarrollo profesional de los docentes es
un imperativo, ya no se reduce solo a que los docentes conozcan y manejen
equipos tecnológicos. Desde esta perspectiva, resulta relevante vincular el
hecho investigativo con los aportes de las TIC a la investigación científica, lo
que pone de manifiesto la aplicación de las competencias en estos dos
ámbitos, pues las tecnologías reportan una serie de ventajas entre las que se
incluyen: (a) mejoras en las posibilidades de obtener referencias en tiempo
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real, acceso a bases de datos, centros de investigación y fuentes de
información científica actualizada; (b) mejores oportunidades para la
comunicación y el trabajo con otros investigadores, mediante la conformación
de redes; (c) mayor información sobre acontecimientos y eventos
relacionados con las áreas temáticas de interés y (d) mayor facilidad para
localizar y recolectar información, tratarla y difundirla tanto en eventos como
en medios divulgativos nacionales e internacionales.
Por ello es necesario, incorporar una metodología integradora que
permita entramar las competencias vinculadas con las TIC y las
competencias investigativas, desde una visión transversal a lo largo del plan
de estudio. Es decir, que no se trata de incorporar cursos o asignaturas
específicas, sino incluir la presencia de las habilidades y competencias en
referencia a través de los diferentes componentes curriculares, como
contenidos específicos, objetivos, estrategias de aprendizaje, medios,
estrategias de evaluación, actividades vivenciales, entre otras. Por otro lado
es necesario precisar la necesidad de construir una cultura académica en la
que las TIC se incorporen a las prácticas cotidianas de los docentes.
REFERENCIAS
Le Boterf, G. (2001) Ingeniería de las Competencias. España: Gestión, S.A.