04 Mayo, 2018.
Presente. –
Por medio de la presente, me dirijo muy respetuosa y cordialmente a usted/es, con el fin de
solicitar sus buenos oficios y tomen en cuenta mi solicitud.
Mi nombre es Luis Enrique Rodrigues Aray, soy director venezolano de 21 años, nací en
Valle de La Pascua, estado Guárico, Venezuela. Comencé mi carrera profesional en el año 2013,
entrando al Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela (FESNOJIV) como
miembro de la Orquesta Sinfónica del Municipio Tubores, en el estado Nueva Esparta, Venezuela,
desempeñándome como oboísta durante un año, donde a su vez, comencé a recibir clases de
dirección orquestal. En el año 2015 nace la Orquesta de Rock Sinfónico de Nueva Esparta, de la
cual cumplí funciones como director hasta el año 2016. Gracias a estos acontecimientos de mi
formación musical, llegué a dirigir la Orquesta Sinfónica del Municipio Tubores, al igual que la
Sinfónica de Nueva Esparta y la Orquesta Juvenil de Nueva Esparta.
Pienso que la música va más allá de sólo tocar las notas impresas en un papel. Mi pensar
acerca de la música es que no podemos ser esclavos de atril, tenemos que sentir la música como si
nuestra vida dependiera de ella.
Mi objetivo es transmitirle a cada orquesta que dirijo ese deseo de meterse en el papel del
compositor, para que puedan sentir por ellos mismos lo que esos genios crearon para nosotros,
también para demostrar lo que ellos sintieron en el momento de haber elaborado su obra maestra,
llámese sinfonía, concierto solista, sonata, romanza, cualquier obra de cualquier estilo, lo ideal y
primordial en una orquesta es sentir la música tanto como el compositor, y pienso, que la misión de
todo director es lograr ese objetivo, tomar lo mejor de cada músico y transformarlo en una
experiencia inolvidable para la audiencia, y eso se consigue sintiendo la música, tocándola seremos
unos cuantos más del montón y ese es el trabajo más difícil para cada director de orquesta del
mundo, y es lo que debe lograr con todas y cada una de las orquestas que pasen bajo su batuta