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PRINCIPES Y MENDIGOS – Sangre azul o roja?

LA SANGRE

Todos los seres humanos, de diferentes razas, credos y clases sociales, tenemos bajo la
piel, un líquido rojo, esencial para mantenernos vivos, la sangre.
La sangre es el sistema de transporte del organismo, pues lleva los nutrientes a las
distintas células del cuerpo y retira de ellas los productos de desecho, peligrosos para la
salud. Además, en la sangre se encuentran los mensajeros químicos del organismo, las
hormonas, que regulan muchas funciones de nuestro cuerpo.
La sangre desempeña un papel vital en la defensa del organismo frente a invasores
extraños, como los gérmenes. Además, cierra las heridas y sus silenciosos y
microscópicos guardianes patrullan cada rincón del cuerpo, listos para devorar cualquier
cosa que pueda suponer una amenaza para nuestro bienestar.
Cada minuto del día, este líquido rojo esencial para la vida circula sin parar por todo el
cuerpo, impulsado por el bombeo rítmico del corazón.
La sangre es bombeada por el corazón a toda una red de conductos, denominados vasos
sanguíneos. Este sistema lleva sangre a todos los rincones del cuerpo, desde la cabeza
hasta la punta de los dedos. Así, cada célula recibe, a través de este líquido rojo, los
nutrientes que necesita. La red de vasos se llama sistema circulatorio porque la sangre
circula o fluye por ellos de forma constante. La corriente de sangre es lo que se conoce
como torrente sanguíneo.
Dónde se genera la sangre?
La mayoría de las células de la sangre tienen su origen en la médula ósea, sustancia de
aspecto gelatinoso existente en ciertos huesos. En ella hay células especiales, que se
dividen una y otra vez dando lugar a células sanguíneas no evolucionadas. Estas, poco a
poco, se van desarrollando y pasan a la sangre que circula por los vasos en los huesos.
Los hematíes (glóbulos rojos) se generan principalmente en la médula existente en el
cráneo, las vértebras, las costillas, el esternón, la cadera y los extremos de los huesos del
brazo y del muslo.
Las transfusiones de sangre son un tipo más de trasplante. La sangre donada puede ser
administrada al paciente entera o bien separada en las partes que la componen, con el fin
de evitar ciertos problemas. Estas partes son el plasma, el suero (el plasma sin las
sustancias químicas que hacen posible la coagulación), los hematíes (glóbulos rojos) y
distintas sustancias químicas responsables de la coagulación.
Contenido de la sangre:
Un adulto tiene, como media, de 4 a 5 litros de sangre, lo cual equivale a la duodécima
parte del peso total de su cuerpo. El plasma constituye el 54 % del volumen total: el
50% es agua y el 4% restante son sustancias disueltas. Alrededor del 45% de la sangre
está formada por hematíes, y el 1% restante, por leucocitos y plaquetas.
Qué hay en la sangre?
La sangre está constituida por miles de millones de microscópicas células que flotan en
un líquido acuoso. Existen dos tipos principales de células sanguíneas: los glóbulos
rojos o hematíes y los glóbulos blancos o leucocitos.
En los humanos y otras especies que utilizan la hemoglobina, la sangre arterial y
oxigenada es de un color rojo brillante, mientras que la sangre venosa y parcialmente
desoxigenada toma un color rojo oscuro y opaco. Sin embargo, debido a un efecto
óptico causado por la forma en que la luz penetra a través de la piel, las venas se ven de
un color azul.
Como todo tejido, la sangre se compone de células y componentes extracelulares (su
matriz extracelular), estas dos fracciones titulares vienen representadas por :
† Los elementos formes –también llamados elementos figurados-,
son semisólidos (o sea mitad líquidos y mitad sólidos) y
particulados (corpúsculos) representados por células y
componentes derivados de las células.
† El plasma sanguíneo, un fluido traslúcido y amarillento que
representa la matriz extracelular líquida en la que están
suspendidos los elementos formes.

Los glóbulos rojos:


Los glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos constituyen aproximadamente el 96% de los
elementos figurados. Su valor normal (conteo) en la mujer esta entre 4.800.000 y en los
hombres 5.400.000 hematíes por mm3, estos corpúsculos carecen de núcleo y
orgánulos, por lo cual no pueden ser considerados estrictamente como células.
Los eritrocitos tienen forma de disco bicóncavo, deprimido en el centro.
Hemoglobina: la hemoglobina –contenida exclusivamente en los glóbulos rojos- es un
pigmento, una proteína conjugada que contiene el grupo “hemo”. También transporta el
dióxido de carbono, la mayoría del cual se encuentra disuelto en el plasma sanguíneo.
Tras una vida media de 120 días, los eritrocitos son destruidos y extraídos de la sangre
por el bazo, el hígado y la médula ósea, donde la hemoglobina se degrada en bilirrubina
y el hierro es reciclado para formar nueva hemoglobina.
Glóbulos blancos:
Los glóbulos blancos o leucocitos forman parte de los efectores celulares del sistema
inmunológico, siendo células con capacidad migratoria, utilizan la sangre como
vehículo para acceder a diferentes partes de la biología. Los leucocitos son los
encargados de destruir los agentes infecciosos y las células infectadas, y también
secretar sustancias protectoras como los anticuerpos, combatiendo las infecciones.
El conteo normal de leucocitos esta en un rango entre 4.500 y 11.500 células por mm3
de sangre, variable según las condiciones fisiológicas (embarazo, stress, deporte, edad,
etc) y patológicas (infección, cáncer, inmunosupresión, aplasia, etc.). El recuento
porcentual de los diferentes tipos de leucocitos se conoce como “fórmula leucocitaria”.
Neutrófilos. 55 % a 70%
Son los más numerosos. Se encargan de fagocitar sustancias extrañas que entran al
organismo. En situaciones de infección o inflamación su número aumenta en la sangre.
Basófilos. 0,2% a 1.2%
Segregan sustancias como la heparina, de propiedades anticoagulantes, y la histamina
que contribuyen con el proceso de inflamación.
Eosinófilos. 1% a 4%
Aumenta en enfermedades producidas por parásitos, en las alergias y en el
asma.
Linfocitos. 24% a 32%
Su número aumenta sobre todo en infecciones virales, aunque también en
enfermedades neoplásicas (cáncer)
Monocitos. 2% a 8%
Esta cifra se eleva casi siempre por infecciones originadas por virus o parásitos.
También en algunos tumores o leucemias.
Plaquetas
Las plaquetas son fragmentos celulares pequeños, ovales y sin núcleo. Se
producen en la médula ósea a partir de la fragmentación del citoplasma de los
megacariocitos quedando libres en la circulación sanguínea. Su valor
cuantitativo normal se encuentra entre 150.000 y 450.000 plaquetas por mm3.
Las plaquetas sirven para taponar las lesiones que pudieran afectar a los vasos
sanguíneos.
Plasma sanguíneo
El plasma sanguíneo es la porción líquida de la sangre en la que están inmersos
los elementos formes. Es salado y de color amarillento traslúcido y es más
denso que el agua.
Además de vehiculizar las células de la sangre, también lleva los alimentos y las
sustancias de deshecho recogidas de las células. Los componentes del plasma se
forman en el hígado (albúmina y fibrinógeno) y en las glándulas endócrinas
(hormonas).
Cada tipo celular tiene una función primordial: los hematíes (glóbulos rojos)
transportan el oxígeno y los leucocitos (glóbulos blancos) ayudan a limpiar la sangre y
los tejidos. Existen también otros elementos, denominados plaquetas, que intervienen en
la coagulación sanguínea.
Cómo se mantiene limpia?
Como resultado de la actividad diaria, el cuerpo genera una gran cantidad de productos
de desecho, especialmente dióxido de carbono. Estos residuos pasan a la sangre y son
retirados para su eliminación, o excreción. Existen dos órganos principales encargados
de dicha función, que son el pulmón y el riñón. Los pulmones se deshacen del dióxido
de carbono, mientras que los riñones filtran las sales y minerales en exceso y los
eliminan con la orina.
La sangre y los alimentos:
Los miles de millones de células que constituyen el cuerpo humano necesitan un aporte
continuo de energía para poder llevar a cabo todas sus funciones. Entre estas se cuentan
la multiplicación celular, la creación de tejidos nuevos y la reparación de las células
dañadas. La energía que necesitan se encuentra en los alimentos que comemos. Para
liberar esta energía, es necesaria la intervención de uno de los órganos más grandes del
cuerpo, el hígado. Esta fábrica de productos químicos procesa las sustancias nutritivas
de manera que las células del organismo puedan utilizarlas. Además, el hígado
almacena nutrientes, recicla las células viejas del cuerpo y descompone las sustancias
tóxicas y peligrosas para la salud que podamos haber bebido o comido.
Las tres principales funciones del hígado: el hígado tiene más de 300 funciones
químicas, que se pueden incluir en tres grupos principales: la formación de sustancias,
como los factores que intervienen en la coagulación sanguínea; el almacenamiento, por
ejemplo, de la glucosa que se utiliza para obtener energía, y la descomposición, como es
el caso de los hematíes, que, ya degradados, pasan a la bilis.
Corazón y grandes vasos:
Los vasos que llevan sangre al corazón y que salen de éste son los más grandes del
cuerpo. La sangre entra en el corazón por el lado derecho a través de dos venas, la vena
cava inferior y la vena cava superior, y lo abandona por el lado izquierdo a través de la
aorta, que forma un arco por encima del corazón antes de descender hacia el centro del
cuerpo. El corazón es un órgano muy fuerte, que se abastece de sangre mediante sus
propios vasos, llamados arterias coronarias.

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