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Janneth Faride Valderrama

Seminario de Investigación 2

CONSTRUCCION DE PAZ TERRITORIAL DESDE UN PROYECTO PRODUCTIVO

La actual investigación surgió de la oportunidad laboral y personal al vivir y trabajar en el

municipio de Dolores Tolima y desempeñarme como trabajadora social, este municipio está

ubicado en el Tolima, fue zona de influencia guerrillera del frente 26 de las FARC junto con

algunas disidencias paramilitares durante muchos años.

A lo largo de esta investigación podremos ver como la idea de un proyecto productivo

cumple un papel importante en el desarrollo cotidiano de un municipio porque les brinda a las

mujeres que anteriormente no tenían voz una forma de expresarse, a través de diferentes actividades

buscan crear en las mujeres un sentido de conciencia, de lo que significa ser mujer para que en

ningún momento diferentes aspectos de la violencia pasen por encima de ellas y violen así sus

derechos más básicos. Se genera todo un proceso para empoderar las mujeres de forma política y

económica para que empiecen a construir en los territorios una vida diferente a la que han tenido y

el desarrollo pueda llegar a sus vidas de forma clara.


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Una de las mejores herramientas con las que se contó en esta experiencia

investigativa fue conocer de cerca la realidad de cada una de las mujeres que fueron

víctimas del conflicto armado, al realizar visitas a estas mujeres tanto en el casco urbano

como rural del Municipio de Dolores se pudieron intercambiar historias de vida en el

marco del conflicto armado, se compartieron experiencias sobre calidad de vida, defensa

de derechos y participación activa de las mujeres en la toma de decisiones, así como los

retos que aún enfrentan en este sentido.

Este espacio de encuentro también sirvió para fortalecer las alianzas entre las

iniciativas que ellas lideran en el Municipio, como proyectos productivos, comunitarios y

de construcción de paz a través de reuniones patrocinadas y dirigidas por la Alcaldía

Municipal de Dolores – Tolima.

Al facilitar la construcción de Paz territorial se facilita la construcción del

movimiento social y desde ahí se fortalecen como actores sociales y políticos para hacer

incidencia y exigir en los territorios movimientos que les permitan ser sujetos políticos

activos.

Las mujeres en medio del conflicto armado, han construido propuestas de

resistencia que se pueden transformar ahora en propuestas de desarrollo, desarrollo que se

puede también configurar en organizaciones que pueden facilitar el tránsito de la guerra a

todas las construcciones del postconflicto de esta forma se entiende la participación

ciudadana en Dolores, la propuesta del establecimiento de una productora y

comercializadora de huevos permitirá a las mujeres víctimas del conflicto armado

desarrollarse no solo como mujeres sino como miembros activos de la sociedad y


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participes de las decisiones políticas que allí se tomen. Estas mujeres son las que han vivido

el devenir y la catástrofe del conflicto y de esta manera han hecho propuestas de desarrollo

en medio de la confrontación armada, propuestas agroecológicas, de agenda ciudadana, de

protección de recursos naturales y para mí la más importante la construcción del tejido

social, entonces son ellas a las cuales hay que recurrir porque con ellas se deben construir

los pactos territoriales para poder construir la paz en los territorios.

Desde la experiencia personal con esta investigación si es posible implementar los

acuerdos de paz, siempre y cuando el gobierno y la guerrilla cumplan lo pactado; los

gobiernos departamental y municipal de Dolores donde se pretende realizar el proyecto

comprendan la responsabilidad que tienen con el proceso y la ciudadanía y las

administraciones y organizaciones sociales y comunitarias brinden el apoyo necesario y den

ejemplo de eficiencia y honestidad sin ninguna mezquindad.

Avanzar en la construcción de paz en lugares como Dolores demandará importantes

transformaciones institucionales, políticas y jurídicas para hacer realidad las visiones de paz

territorial construidas entre los diferentes actores sociales, públicos y privados en cada

territorio. Sin embargo, esto no será suficiente.

Para construir una paz estable y duradera será indispensable que estas

transformaciones vayan acompañadas de nuevas formas de relacionamiento entre diversos

actores y nuevas formas de “hacer las cosas”.


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Por ejemplo, la participación amplia e incidente, la valoración de la diferencia, la

legalidad, la profundización de la descentralización y las relaciones basadas en la confianza

deberán ser características de este nuevo quehacer para la paz.

Para ello vamos a requerir nuevas capacidades como sociedad; solo un pensar, sentir

y hacer distintos nos permitirán superar las historias de exclusión, estigmatización y

violencias, para empezar a escribir un nuevo capítulo de una sociedad incluyente,

transparente, participativa y con capacidad para abordar los conflictos de forma pacífica.

Avanzar en esta dirección hará posible que reconozcamos y aprovechemos el gran potencial

que tenemos.

Descentralización y autonomía territorial no significan lo mismo, pero ambas –y

sobre todo la última- resultan clave en la consecución de la paz territorial. La

descentralización es una figura propia del modelo unitario de estado y, por lo mismo, es

fundamentalmente administrativa. Puede ser o no territorial y su carácter instrumental la

convierte en un importante medio para el desarrollo. La autonomía territorial en cambio, es

fundamentalmente política y se corresponde más con un modelo regional o autonómico. La

autonomía no es exactamente un instrumento para el desarrollo. Es un principio

constitucional y un derecho de las entidades territoriales.1

La autonomía supone el reconocimiento de una potestad; la descentralización es una

competencia que se otorga. Existe toda una teoría en el derecho territorial según la cual la

1
García, M. G., & Torres, J. L. (2014). EL VALOR SIMBÓLICO DE LA IMAGEN REPRESENTADA. Legado de Arquitectura y
Diseño, 51-64. Recuperado el 24 de febrero de 2017, de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=477947304004
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autonomía es un derecho fundamental de las entidades territoriales. La carta política del 91

consagró a Colombia como una “república unitaria descentralizada” –que ya lo era de

tiempo atrás- pero agregó el componente autonómico: “con autonomía de sus entidades

territoriales”. Esta fue la novedad constitucional del 91, cuyos desarrollos han sido

esquivos, por igual, en la ley y en la jurisprudencia.

En efecto, una y otra deben procurar el mayor equilibrio entre unidad política y

autonomía territorial, pero en una sociedad plural, la organización del territorio tiene que

ver con la legitimidad, con la gobernanza, con la participación ciudadana, con la

democracia, con la inclusión social.

Por la amplia experiencia de sus ciudadanos y ciudadanas del municipio de Dolores,

así como por la riqueza de la movilización social no-violenta para la construcción de paz, el

departamento Tolima y especialmente Dolores podría ser un referente para el resto del país.

A partir de esta larga tradición de procesos reivindicativos y emancipa torios, la amplia

participación de sus habitantes, la lucha por causas sociales justas y la búsqueda de

soluciones a sus diferentes problemáticas, surgen propuestas como la creación de

asociaciones en busca transformar esta lucha en un movimiento capaz de proponer

alternativas de solución a las diferentes problemáticas de la región.

Las actividades que se han realizado en el Municipio si han posibilitado

descentralizar los territorios hacía la paz, pues ante todo esta región ha sido producto de

múltiples exclusiones y discriminaciones, es por eso que allí han surgido una gran cantidad
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de iniciativas de carácter territorial local- tanto rurales como urbanas-, en torno de las

cuales se afirman y crean identidades colectivas, nuevos actores sociales, solidaridades y

alternativas políticas. Dichas expresiones de acción colectiva a escala local están siendo

estudiadas, es por ello necesario visibilizar y comprender los grupos sociales que se han

organizado y están transformando prácticas, discursos y formas de ser y de estar en sus

contextos locales.2

Estos procesos que actúan en este tipo de ámbitos como en el Municipio de Dolores

son la clave para visualizar lo nuevo, lo alternativo, lo instituyente que se está moviendo

desde abajo. Este proceso me llevó a abordar procesos moleculares y acercarnos a lugares

como Dolores donde existen propuestas sociales locales y que expresan una potencia en la

generación de emergencias y alternativas frente a los ejercicios políticos, los sentidos de

comunidad y la formación de subjetividades políticas. Además, se quiere mostrar que más

allá de las temáticas y ámbitos en los cuales se mueve cada una de estas organizaciones (lo

ambiental, lo productivo, lo cultural, lo étnico, lo urbano, etc.), sus intenciones, prácticas y

repertorios de lucha se multiplican en su cotidianidad integrando otras formas de entender y

hacer comunidad y política.

La experiencia genero nuevas propuestas pues en el municipio no solamente la

iniciativa de una empresa y comercializadora de huevos con madres cabeza de familia

2
Ruta Pacifica de las Mujeres. (2013). Memoria para la vida. Una comisión de la verdad desde las mujeres para Colombia. Bilbao:
Universidad del país Vasco. Recuperado el 16 de Junio de 2017, de
http://www.rutapacifica.org.co/descargas/comisionverdad/memoriaparavida. pdf
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victimas de conflicto ha tenido gran aceptación, sino que también han surgido otras

propuestas de organizaciones que se comenzaron a formar con la firma del acuerdo de paz,

caracterizadas principalmente por ser organizaciones que luchan por la reivindicación de

derechos, construcción de paz y rescate de la participación ciudadana como logro para la

construcción de desarrollo.

Los beneficiarios de proyectos productivos propuestos en esta investigación serán

muchos; en primer lugar, las madres cabeza de familia víctimas del conflicto armado que

son parte fundamental de este proyecto, sus hijos, sus familias, los habitantes del

municipio, las organizaciones sociales del territorio, las instituciones presentes que trabajan

y luchan por la paz y la Alcaldía Municipal entre otros. Alcanzar la paz territorial es

beneficioso desde todo punto de vista. Y no solo para el campesino, sino todos, el habitante

de las fronteras va a ser beneficiado, que sigue siendo afectado por la violencia. La paz

beneficia a todos los colombianos.

En Colombia, reivindicar el valor absoluto de la paz es un imperativo al que deben

concurrir con igual compromiso el Estado y el conjunto de la sociedad. En tal sentido, el

concepto de paz territorial adoptado por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y el

enfoque de construcción de paz del PND 2014-2018 han propuesto una idea simple pero

poderosa para el futuro del país: el logro de una paz estable y duradera será posible si los

cambios orientados a la garantía, protección y promoción de los derechos humanos se

encuentran acompañados, a su vez, tanto de una profunda transformación de las lógicas de

relacionamiento poco proclives a la convivencia pacífica que han mediado las interacciones
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entre los ciudadanos, y entre éstos con las instituciones públicas, en las distintas regiones

del país; como por la configuración de una suerte de alianza entre Estado y comunidades

que permitan la vinculación de los ciudadanos en el desenvolvimiento de dichos procesos

mediante espacios de deliberación y la construcción conjunta de propósitos comunes

(Jaramillo, 2014, pp. 2, 4 y 7); (DNP, 2015, pp. 415-416).

La paz territorial no es una innovación, pero sí lo es el compromiso que adquiere el

gobierno de convertirla en el criterio estratégico para la toma de sus decisiones en el ámbito

del postconflicto. Cada territorio debe ser tratado de acuerdo con sus peculiaridades y sus

necesidades. Tanto en el diseño como en la ejecución y seguimiento de las políticas

públicas debe primar el enfoque territorial sobre el enfoque sectorial. En medio de este

conjunto de acciones, la apuesta por la participación ciudadana no es un elemento huérfano.

Por el contrario, la “democracia participativa” fue una de las ideas-bandera de la


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Constitución de 1991 y ha sido objeto de un extenso repertorio de leyes, decretos y

reglamentos durante 25 años.

La voluntad política y la ciudadana si posibilitan la realización de un proceso de paz

desde el territorio, el principal desafío es garantizar la participación de la gente, de tal

forma que la paz, más allá de la desmovilización de las insurgencias, se vea como la

posibilidad de buscar una vida más digna para el país. Es necesaria la participación

ciudadana, que involucre nuevos mecanismos creativos que propicien interés y confianza

en jóvenes, mujeres, hombres y campesinos, entre otros sectores, se requiere una mirada

que permita una comprensión informada, fundamentada en las voces de


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los actores involucrados, incluso con los contradictores, con quienes se pueden identificar y

discutir los puntos de debate”. 3

De esta manera, “ahora más que nunca es clave el papel de colectivos ciudadanos”.

Debemos ejercer una presión sana a las instituciones del Gobierno, hacer veeduría para que

se cumpla con la implementación de los acuerdos, de tal forma que llegue a los municipios

alejados, que estos cuenten con agua potable, salud, educación, carreteras, seguridad y

justicia pública. el propósito es que la paz no le pertenezca solo al Gobierno, a las Farc o al

ELN, sino a todos los colombianos, con el fin de que se propicie una mayor apropiación y

compromiso con la necesidad de cambio.

La experiencia investigativa si fortaleció la participación ciudadana, nuestra

experiencia investigativa es itinerante porque se mueve entre saberes académicos y deseos

cotidianos de cambio, donde los primeros se nutren de los segundos y viceversa, en un ir y

venir de intercambios colectivos. Se han generado otras formas de observar y comprender

las actividades humanas relacionales entre las personas y la sociedad. Los itinerarios

recorridos con nuestra experiencia investigativa nos conducen a la intersección entre

saberes hegemónicos ignorados, o menos discutidos, que, en todo caso, dejan profundas

huellas epistémicas, críticas y reflexivas e interrogan las relaciones saber-poder-genero.4

3
Centro Nacional de Memoria Histórica. (2013). ¡Basta Ya! Colombia: Memoria de Guerra y Dignidad. Bogotá
4
Alemany, L. (26 de febrero de 2012). El Mundo. Recuperado el 17 de junio de 2017, de El Mundo:
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/02/24/cultura/1330098439.html
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Es la ruta donde se entretejen lo ético, lo estético y lo político, en distintos espacios

sociales cruzados por la violencia, la injusticia social y las desigualdades de género. Se

fortaleció la participación ciudadana pues las personas pudieron hablar y se desahogaron; es

desde allí desde se construye país.

El mundo contemporáneo ha sido descrito como un lugar de relaciones

fragmentadas, espacios públicos vacíos, lazos sociales flexibles e individuos celosos de sus

propios tiempos y ritmos. Un lugar donde, según Ken Newton (2012), predominan formas

más directas e individualizadas de participación, que se alejan de las estructuras formales y

tradicionales, y donde los ciudadanos están menos dispuestos a invertir enormes cantidades

de tiempo en discutir asuntos públicos o a comprometerse con su transformación, tal y

como se promueve bajo los formatos actuales.

La disonancia entre este panorama y las estructuras rígidas de los sistemas políticos

democráticos contribuye a lo que muchos expertos han diagnosticado como una democracia

representativa en crisis. Los altos niveles de abstención electoral, la baja confianza de los

ciudadanos en las instituciones públicas, la disminución en la pertenencia a organizaciones

y la apatía frente a lo público ayudan a confirmar y difundir la idea de una democracia

desgastada, en la que la brecha entre gobierno y ciudadanía se hace cada vez más grande.

La superación de más de cincuenta años de conflicto armado, el logro de la

reconciliación nacional y la prevención de nuevos ciclos de violencia implican reconocer y

abordar los efectos que estos fenómenos han tenido sobre nuestra cultura, y hacer una
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apuesta decidida por emprender un proceso de transformación profundo de nuestras formas

de relacionamiento social. 5

Una de las principales razones para el desencanto con los espacios de participación

es la baja incidencia que tienen las interacciones entre ciudadanía y Estado, aspecto que

depende menos de las herramientas digitales y de la innovación tecnológica y más del

diseño de sistemas de gestión pública capaces de dar respuestas de calidad a las demandas

ciudadanas. Activar procesos de participación efectivos y de calidad, bien sea en escenarios

presenciales o virtuales, requiere que el gobierno sea claro frente a la forma como los

insumos derivados de estos procesos contribuirán a la toma de decisiones.

En esta vía es necesario también avanzar en la incorporación de la participación

ciudadana como elemento esencial del modus operandi de las agencias gubernamentales y

difundir en ellas la noción de que la participación es funcional y de que es una forma

efectiva y legitima de trabajar en la construcción de lo público.

La participación de las víctimas en este proyecto productivo fue fundamental pues

sin ellas no hubiese nacido el proyecto. Las víctimas que viven en el campo se

encuentran en una doble condición de vulnerabilidad, pues son habitantes de zonas

rurales remotas y, al mismo tiempo, víctimas del conflicto armado. Las condiciones

de estos hogares muestran elevadas brechas sociales frente al resto del país. Su

5
Anónimo. (03 de septiembre de 2015). Pontificia Universidad Javeriana Calí. Obtenido de Pontificia Universidad Javeriana Calí:
http://www.javerianacali.edu.co/noticias/que-es-la-paz-territorial
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calidad de vida es en algunos casos inferior al de la población marginada de los

centros urbanos y de la de otros territorios rurales. En particular los ingresos no

parecen ser suficientes para cubrir sus necesidades básicas; la provisión de servicios

públicos no es adecuada y el acceso a la salud y la educación se man tiene rezagado.

Es necesario que las familias rurales víctimas del conflicto que retornen a su

tierra o sean reubicadas, se vinculen a las oportunidades de inserción productiva que

ofrecen las cadenas de valor territoriales. De esa forma, no sólo se reacti va su

recuperación económica, a través del empleo y el desarrollo inclusivo sostenible,

sino también se fortalece su vinculación al territorio que los recibe. Una de las

maneras de abordar esta etapa transicional es promoviendo el autoempleo rural,

apuntándole a la generación y fortalecimiento de capacidades para el desarrollo de

negocios inclusivos, así como a la capacidad de resiliencia personal y comunitaria

para reponerse a la tragedia familiar y comunitaria que significó el desplazamiento.

La agricultura familiar especializada, por ejemplo, tiene el potencial

de emplear a la familia dentro del predio, de generar las ganancias suficientes para

mejorar los ingresos y de incentivar condiciones de trabajo decente y autoestima.

Por esta razón una ruta de empleabilidad puede ser la puerta de entrada para la

reconstrucción del proyecto de vida de las familias víctimas del conflicto armado .

Una acción fundamental para hacerle frente a esta situación es incentivar la

asociatividad entre los participantes. Esto permitirá la reconstrucción progresiva de

la confianza y el tejido social de la población víctima, en su mayoría desplazada por


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el conflicto, que ha decidido retornar o reubicarse de nuevo en territorios rurales. A

su vez la asociatividad permitirá mejorar las condiciones productivas y de acceso al

mercado de las familias.

La forma de comercializar es uno de los puntos determinantes en la

transformación hacia la agricultura familiar especializada. Por eso es necesario

buscar alianzas comerciales con el sector privado para la integración de los

pequeños productores víctimas a mercados dinámicos y fortalecer la

institucionalidad pública local en el diseño e implementación de políticas de

desarrollo rural para víctimas. Esto representa de cierta forma el “aterriz aje” de la

ley 1448 enfocada en la reparación de las víctimas del conflicto armado. Apostarles

entonces a los procesos de emprendimientos agropecuarios y al fortalecimiento del

capital social rural es como se construyen redes sociales y productivas.


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Para el proyecto productivo no se vinculó la participación de victimarios y

excombatientes. Se lograron vincular varias entidades que funcionan en el municipio

con las cuales se trabajaría, esta elección respondió a los siguientes criterios:

 Que fueran procesos organizativos locales que se consideraran

alternativos

 Que tuvieran una trayectoria organizativa de más de una década.

 Que agruparan a poblaciones con alguna especificidad identitaria,

sobre género, lo étnico, lo popular/urbano y lo campesino.

Al definir estas particularidades y considerar la voluntad de diferentes

organizaciones interesadas en el proyecto, acordamos trabajar con Convivamos,

Casa Cultural Renovación y la Asociación de Campesinos de Inzá. También se

vinculó a entidades públicas como la Alcaldía Municipal y la Secretaria de

Planeación y desarrollo.
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Podría decirse que la paz territorial es un enfoque de política pública que se inspira en

siete ideas básicas:

1. La paz y el desarrollo territorial están estrechamente relacionados. Esto quiere decir

que la calidad y la sostenibilidad de la paz dependen del desarrollo de los territorios.

2. Pero el “desarrollo” aquí no se reduce a la riqueza o al aumento del ingreso per

cápita, sino que alude a posibilidad de realizar las aspiraciones comunitarias. Es el

concepto de “desarrollo humano” o “desarrollo por capacidades” o “desarrollo

como libertad”, que ha sido elaborado especialmente por el economista Amartya

Sen y la filósofa Martha Nussbaum y que se ha hecho popular a través de

numerosos informes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).


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La paz entonces se consigue al ampliar el goce de los derechos del conjunto de la

población y, sobre todo, de la población más vulnerable.

3. No deben aplicarse recetas uniformes. Cada territorio debe ser tratado de acuerdo

con sus peculiaridades y sus necesidades.

4. Tanto en el diseño como en la ejecución y seguimiento de las políticas públicas

debe primar el enfoque territorial sobre el enfoque sectorial.

5. En consecuencia, debe fortalecerse la descentralización como mecanismo de

distribución de bienestar hacia las regiones.

6. En el contexto colombiano, la paz territorial implica en especial reconocer la deuda

acumulada con los campesinos y el sector rural.

7. La paz territorial es una gran apuesta por la participación ciudadana. El desarrollo,

visto como expresión de la libertad y la descentralización como estrategia para

tomar decisiones implican mecanismos de deliberación, acuerdo y construcción

colectiva que solo puede garantizarse mediante ejercicios de participación

ciudadana.

Los anteriores no son asuntos novedosos. De hecho, estos son los principios que han

inspirado varias propuestas de política y han motivado diversos movimientos ciudadanos en

la historia reciente de Colombia. El Plan Nacional de Rehabilitación (PNR), el

proyecto Paz y Desarrollo, la Legión del Afecto, el Fondo para la Reconstrucción del Eje

Cafetero (FOREC) y Colombia Humanitaria, entre otros, pueden mencionarse como


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programas que intentaron impulsar el desarrollo territorial en zonas de conflicto con un

enfoque participativo y descentralizado.6

En medio de este conjunto de acciones, la apuesta por la participación ciudadana no es

un elemento huérfano. Por el contrario, la “democracia participativa” fue una de las ideas-

bandera de la Constitución de 1991 y ha sido objeto de un extenso repertorio de leyes,

decretos y reglamentos durante ya 25 años.

Los motivos del fracaso de los mecanismos de participación en Colombia son variados y

han sido objeto de numerosos estudios. Destacaré los cuatro motivos que parecen

principales:

- Para empezar, la participación resultó sobrevalorada en tanto sus defensores creyeron que

su simple ejercicio subsanaría los males de las maltrechas y limitadas democracias

latinoamericanas. Las investigaciones más recientes (como las de Leonardo Avritzer en

Brasil) han mostrado que la participación también puede conducir a decisiones injustas y

que puede ser un escenario para reproducir los males de la politiquería (sobornos, falta de

rotación de líderes, clientelismo, etc.).

- Se ha encontrado también que, en el intento de estimular la participación ciudadana, en

los varios países los gobiernos crearon una gran cantidad de escenarios que acabaron por

restarle importancia a cada uno y por hacer prácticamente imposible el cumplimiento con

todos ellos. Y en este punto resulta lamentable que, en lugar de economizar espacios, en

6
Jaramillo, S. (07 de abril de 2014). ElTiempo. Recuperado el 15 de junio de 2018, de El Tiempo:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13791996
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los acuerdos de La Habana se haya acabado por plantear nuevos escenarios de conversación

en lo territorial.

- A esos problemas debe sumarse el poco incentivo que tienen los ciudadanos para

participar, lo cual se debe a tres razones principales:

1. La conciencia de que muchos espacios de participación han sido monopolizados por

ciertas organizaciones, asociaciones o “roscas”, de modo en ellos no tienen voz los

verdaderos intereses de la ciudadanía.

2. La idea – a menudo bien fundada- de que en esos escenarios se consulta a la gente

sobre sus preferencias, pero no se toman decisiones de fondo, y

3. Creer que la participación no tiene orden ni continuidad, y que por tanto no puede

sustentar ningún proceso verdaderamente transformador.

- No menos importante, la participación ciudadana se hace inviable y peor aún, frustrante,

cuando la contraparte que puede tomar las decisiones (en este caso el gobierno) no cumple.

Ante este panorama, surgen serias dudas sobre las posibilidades de la participación en un

país como Colombia donde, según investigaciones hechas por la FIP en zonas como el

Catatumbo se han incumplido sistemáticamente más de una veintena de acuerdos con el

Gobierno Nacional. La paz territorial no es una innovación, pero sí lo es el compromiso

que adquiere el gobierno de convertirla en el criterio estratégico para la toma de sus

decisiones en el ámbito del posconflicto.


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La experiencia si empoderó a la ciudadana, la empresa productora y

comercializadora de huevos es una organización civil que aporta a la construcción de una

sociedad justa, democrática y en paz, mediante la realización de los derechos humanos y la

ciudadanía.

Consolidarse como un actor social y político reconocido por su contribución a la

profundización de la democracia y la paz. Se quieren ciudadanías comprometidas con la

construcción de una cultura de paz, aportando al fortalecimiento de la democracia, a la

garantía de sus derechos y a la defensa de lo público. Se necesita una ciudadanía capaz de

resolver conflictos sin violencia, promotora de ambientes de paz y comprometida con el

control social a la gestión pública.

En una institucionalidad pública preparada para implementar los acuerdos de paz y

capaz de garantizar los derechos de la ciudadanía. Y en nuestra Corporación, construyendo

y compartiendo opinión a favor de la paz, aportando para fortalecer las organizaciones

sociales y trabajando con entusiasmo y decisión.

BIBLIOGRAFIA

Centro Nacional de Memoria Histórica. (2013). ¡Basta Ya! Colombia: Memoria de

Guerra y Dignidad. Bogotá

García, M. G., & Torres, J. L. (2014). EL VALOR SIMBÓLICO DE LA

IMAGEN REPRESENTADA. Legado de Arquitectura y Diseño, Jaramillo, S. (07 de

abril de 2014).
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El Tiempo. Recuperado el 15 de junio de 2018, de El Tiempo:

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-1379199651-64. Recuperado el 15 de

febrero de 2017, de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=477947304004

Ruta Pacifica de las Mujeres. (2013). Memoria para la vida. Una comisión de la

verdad desde las mujeres para Colombia. Bilbao: Universidad del país Vasco.

Recuperado el 16 de junio de 2017, de

http://www.rutapacifica.org.co/descargas/comisionverdad/memoriaparavida. pdf

http://repository.usta.edu.co/bitstream/handle/11634/3965/Alarc%C3%B3nSantiago1-

2017.pdf?sequence=1&isAllowed=y

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