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  COLITIS ULCEROSA

CRÓNICA INFLAMATORIA
(CUCI)

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) comprende un grupo de enfermedades caracterizadas por


una inflamación inespecífica que puede afectar diferentes porciones del tubo digestivo. Dentro del
espectro de esta patología se encuentran la enfermedad de Crohn (EC) (ver guía de EC) y la colitis
ulcerosa crónica inespecífica (CUCI), que representan las 2 formas principales de EII.

La etiología de ambas enfermedades es desconocida pero muy probablemente representan una


interacción entre factores ambientales y susceptibilidad genética de los pacientes. La colitis ulcerativa
crónica inespecífica es una enfermedad caracterizada por una inflamación mucosa difusa del colon y el
recto.

El tabaco se considera un factor protector para la colitis ulcerosa y de riesgo para la enfermedad de
Crohn.

Existe una marcada diferencia entre los grupos étnicos, dentro de los que presentan una alta incidencia
están los judíos Ashkenazi, ésta enfermedad no tiene predilección por algún sexo. En relación a la
edad, tiene una presentación bimodal, con el pico más importante entre los 15 y 30 años, y un segundo
pico entre los 55 y 80 años.

PATOGENIA

La colitis ulcerativa crónica inespecífica es una entidad caracterizada por una inflamación mucosa difusa
del colon y el recto.

El desarrollo de CUCI se asocia con ciertos HLA como el BW35, DR2 y DR1. los halotipos DR3 y DQ2
se asocian a lesiones más extensas.

En el 60% de los casos de colitis ulcerosa presentan en suero anticuerpos anticitopiasma de los
neutrófiios con patrón perinuclear (pANCA), mientras que en la enfermedad de Crohn se encuentran los
anticuerpos ASCAS.

CUADRO CLÍNICO

Se pueden presentar síntomas asociados como dolor cólico abdominal, urgencia en la defecación,
tenesmo, distensión y meteorismo. Aunque con menor frecuencia, también pueden presentarse algunas
manifestaciones extraintestinales (piderma gangrenoso, colangisites esclerosante primaria).
Característicamente, los pacientes refieren aumento en la frecuencia de las evacuaciones; aunque
generalmente no son líquidas ni abundantes, ya que se deben a inflamación rectal, tienden a ser
escasas y están acompañadas de moco y sangre (diarrea exudativa).

El síntoma más importante para el diagnostico correcto en el ENARM es la diarrea sanguinolenta


(rectorragia).

Entre las manifestaciones sistémicas, puede haber febrícula o fiebre, malestar general, astenia,
adinamia y pérdida de peso.

Cuanto más extensa es la afectación, más probable es la diarrea, en general, sanguinolenta.


 
Cuando aumenta la gravedad de la inflamación, es más probable la aparición de síntomas sistémicos
como fiebre, malestar, náuseas y vómitos. No es un hallazgo frecuente el dolor abdominal, que suele
ser leve, cólico y alivia con la defecación.

En los períodos de remisión se suele seguir eliminando moco en las heces.

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico se establece al demostrar, en un paciente con clínica sospechosa, signos endoscópicos


propios de la enfermedad y datos histológicos compatibles, descartando a su vez otros cuadros de
etiología específica. La sigmoidoscopia flexible es el método de elección, aunque es necesaria
posteriormente una colonoscopia completa para evaluar la extensión y, en algunos casos, facilitar la
diferenciación con la enfermedad de Crohn.

Los hallazgos endoscópicos característicos son eritema y friabilidad de la mucosa, pérdida del patrón
vascular, granularidad de la mucosa, friabilidad, úlceras, pseudopólipos y estenosis.

El diagnóstico se establece mediante una biopsia, en cuyo examen histopatológico se observan datos
de inflamación limitados a la mucosa y submucosa (PREGUNTA ENARM), con infiltrado de neutrófilos y
abscesos en las criptas.

El enema de bario con doble contraste es inferior a la colonoscopia debido a que no se tiene la biopsia
de la mucosa además que se puede subestimar la extensión de la enfermedad. Los hallazgos
sugestivos son la apariencia granular de la mucosa, úlceras en botón de camisa, pseudopólipos, patrón
tubular, acortamiento del colon e ileítis por reflujo.
 

En todo paciente con diarrea de más de dos semanas de evolución debe sospecharse y descartarse la
posibilidad de CUCI.

TRATAMIENTO MÉDICO

Los medicamentos más utilizados son los antiinflamatorios derivados del ácido 5-aminosalicílico (5-ASA;
sulfasalazina, mesalamina) y los esteroides. También pueden utilizarse en casos selectos los
inmunosupresores. El tipo de medicamento y la vía de administración dependen del grado de actividad
inflamatoria y el patrón anátomo-clínico de presentación.

Los derivados del 5-ASA (sulfasalazina, mesalamina) son los agentes para el tratamiento primario en la
enfermedad leve a moderada.

En brotes graves se iniciará tratamiento con esteroides: hidrocortisona, prednisona, 6-metíiprednisoiona,


budesodina.

Debido a los severos efectos adversos asociados a los esteroides, idealmente deben usarse en cursos
cortos de tratamiento.

En casos graves resistentes a corticoides se emplean agentes biológicos (infliximab), azatioprina o


ciclosporina.

El tratamiento de mantenimiento se realiza con aminosalicilatos, azatioprima, o infliximab.

En caso de falla al tratamiento médico se procede al tratamiento quirúrgico.

TRATAMIENTO QUIRÚRGICO

Las indicaciones de cirugía son: fracaso del tratamiento médico, complicaciones asociadas al
tratamiento médico, complicaciones agudas (colitis tóxica, perforación o hemorragia), prevención de
carcinoma

Dentro de las alternativas quirúrgicas se encuentra la proctocolectomía total no restaurativa, la cual es


la operación tradicional y aunque ha sido desplazada por otras operaciones, continúa habiendo
controversia respecto a si las otras alternativas son mejores, pues no se ha demostrado que la calidad
de vida sea menor con este procedimiento que con las nuevas alternativas preservadoras del esfínter.
Implica realizar resección del colon, recto y el conducto anal con una ileostomía terminal definitiva.

PRONÓSTICO

Los pacientes con un inicio de la enfermedad temprano, con muchos años de evolución o con pancolitis
tienen un mayor riesgo de desarrollar carcinoma. El riesgo de cáncer de colon en pacientes con CUCI
está bien descrito y se ha estimado del 2% a los 20 años y del 43% a los 35 años después del
diagnóstico.

La colonoscopia se debe hacer hasta el ciego con toma de treinta y tres macrobiopsias o biopsias en los
cuatro cuadrantes cada 10 centímetros, quitando todos los tumores o lesiones asociadas a displasia. En
un estudio se demostró que la cromoendoscopia mejoró la detección de lesiones neoplásicas en este
grupo de pacientes, pudiendo realizar biopsias dirigidas.
 

COMPLICACIONES:

MEGACOLON TÓXICO

Esta complicación puede aparecer en cualquier enfermedad inflamatoria que afecte al colon, siendo
más frecuente en la colitis ulcerosa. La presentan el 5% de los pacientes. Es una complicación muy
grave, produciéndose una dilatación del colon asociado con un aumento de dolor abdominal, distensión
con o sin síntomas de peritonitis, fiebre, taquicardia, deshidratación y una disminución de los ruidos
intestinales. Entre las circunstancias precipitantes, se incluyen la colitis grave, los estudios baritados o
endoscópicos en colitis grave, la depleción de potasio o la utilización de fármacos anticolinérgicos u
opiáceos.

El megacolon tóxico se debe sospechar en cualquier paciente con colitis grave. Se diagnostica con la
presencia de dilatación mayor de 5 cm en colon transverso (radiografía simple de abdomen). Requieren
una estrecha monitorización con exploración física, radiología y estudios de laboratorio repetidos. Si con
tratamiento intensivo, incluyendo fluidos i.v., corticoides y antibióticos que cubran anaerobios, no
mejora, se puede realizar tratamiento con ciclosporina i.v. o infliximab, no obstante, si en 12 o 24 horas
tampoco existe mejoría, debe realizarse colectomía total, ya que la morbilidad y mortalidad de una
perforación pueden superar el 20%.

Figura 3.- Pioderma ganfrenoso en un paciente


con CUCI.

Tabal 1.- Diferencias entre CUCI y enfermedad de Crohn.


(de 3 a 12 preguntas ENARM cada año)
 

BIBLIOGRAFÍA

• http://www.medigraphic.com/pdfs/cirgen/cg-2006/cg061i.pdf

• Clinical practice guideline. Irritable bowel syndrome in adults: Diagnosis and management of
irritable bowel syndrome in primary care. National Institute for health and clinical excelience:
National Collaborating Centre for Nursing and Supportive Care. London, 2008,554 pp.

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