La víctima como sujeto pasivo del delito de extorsión, sufre una limitación en su
libertad y tranquilidad personal, puesto que se verá afectado en su patrimonio,
máximo cuando ve frustrada su necesidad de justicia al investigarse no por el
delito de extorsión.
Se tiene el mayor temor e inseguridad por el clina de violencia, los estilos de vida
cambiados, la pérdida de confianza en la comunidad o la ciudad, el alejamiento de
las familias y de los negocios de las zonas de alta criminalidad.