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Proyecto de ley que prohíbe el ofrecimiento de tarjetas de créditos pre-aprobadas en

general y tarjetas de crédito a menores de edad, sin el consentimiento escrito de sus


padres.

Considerando:

Uno de los principales peligros que afecta a nuestra economía es el creciente


endeudamiento de las familias chilenas. Según la encuesta Casen del 2006, los dos quintiles
más bajos de ingresos en Chile destinaban el 67,10% de sus ingresos a pagar deudas.

De acuerdo a la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras al 2008 existían


5.388.189 tarjetas de crédito bancarias y 20.710.891 de casas comerciales.
Es decir, existen en el mercado 26.099.080 tarjetas de crédito, lo que nos permite deducir
que si la población activa en Chile es de 6,5 millones, cada persona está en posesión de
cuatro tarjetas.

Sin embargo de estas, 8.100.000 millones no están operativas por diversos motivos,
teniendo como consecuencia una importante morosidad que apareja nuevos
endeudamientos por intereses, cobros legales, etc.

Según la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, a marzo del 2008 la


deuda total adquiridas por tarjetas de crédito alcanzaba a 9.385 millones de dólares, de los
cuales 6.530 millones de dólares correspondían a casas comerciales y 2.855 millones de
dólares a instituciones bancarias.

De esta deuda, alrededor de un 24% ya se encuentran en mora, es decir, 2.180 millones de


dólares. De estas, 1 .885 millones de dólares corresponden a casas comerciales (86,5%) y
295 millones de dólares a plásticos bancarios (13,5%).

Diversos estudios demuestran que al menos 3 factores explican este alto endeudamiento:

• Los bajos ingresos en un importante número de hogares chilenos, lo que hace que el
consumo básico real de una familia no alcance a ser cubierto con ellos.

• El consumismo desenfrenado instalado en nuestra sociedad, el cual se encuentra


estrechamente ligado a un fenómeno sociológico que es el aparentar más de lo que se es.

• La oferta de tarjetas de créditos indiscriminadas existente. Ejemplo de esto, es la entrega


de este tipo de tarjetas a los jóvenes universitarios. Es así como el Instituto Nacional de la
Juventud ha señalado que un millón doscientos mil jóvenes entre 15 y 29 años se
encuentran endeudados.

Sin lugar a dudas estamos ante una situación muy compleja que puede tener un efecto para
nuestra economía muy parecido a la denominada "crisis de las hipotecas" que afecta a los
Estados Unidos, y al mundo en general. Como han señalado algunos economistas, los
chilenos estamos sentados sobre "un barril de pólvora", que tarde o temprano estallará.
Lamentablemente, hasta este momento ningún organismo del Estado, Superintendencia de
Bancos e Instituciones Financieras o SERNAC, tiene atribuciones para regular esta
situación.

Y lo que es más grave, las casas comerciales, los bancos y otras instituciones financieras,
han salido a captar de manera irresponsable nuevas personas para su gran negocio, sin
tomar en cuenta el sobreendeudamiento existente.

Es así como se ha hecho cada vez más habitual el ofrecimiento de tarjetas y créditos sin
consultar (pre-aprobados) y sin mayores requisitos, que se pueden activar mediante el
teléfono o en los cajeros automáticos.
De esa forma, se busca atraer a clientes que nunca han manifestado su voluntad de solicitar
una tarjeta de crédito, fomentándose un endeudamiento irreflexivo.

Esta situación puede generar una grave crisis a nuestra economía, similar a la que hoy
afecta a los Estados Unidos. Por lo cual, el otorgamiento de tarjetas de créditos no puede
continuar regulada sólo por el "libre mercado y la libre competencia".

Por todo lo anteriormente expuesto, los Senadores firmantes venimos en proponer el


siguiente proyecto de ley.

PROYECTO DE LEY:

Artículo único.- Agréguese a la ley sobre protección de los derechos de los consumidores
N° 19.496, el siguiente artículo 39D.

Artículo 39 D.- Para efectos de la presente ley, entiéndase por Tarjeta de Crédito cualquier
tarjeta o documento que permite a su titular disponer de un crédito otorgado por su emisor
en la adquisición de bienes o pago de servicios, sea o no para realizarlos dentro de una
determinada casa comercial.

Las entidades emisoras de Tarjetas de Créditos no podrán enviar ni ofrecer tarjetas de


crédito pre-aprobadas sin que exista previamente una solicitud, ya sea verbal o escrita, por
parte del particular que será su titular.

Sin perjuicio de lo anterior, en el caso de los menores de edad se requerirá consentimiento


escrito de sus representantes legales para poder acceder a una Tarjeta de Crédito, y cuya
ausencia acarreará que la obligación contraída por los mismos tenga el carácter de una
obligación natural.

La infracción a lo dispuesto en el inciso precedente tendrá como sanción una multa


equivalente a 100 unidades tributarias mensuales, la cual se verá aumentada en un 50 % en
caso de reincidencia.

Senador Jaime Naranjo Ortiz


Senador Carlos Ominami Pascual

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