NACIONAL”
FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA CIVIL
DOCTRINA
ASIGNATURA: Economía y Desarrollo
DOCENTE: Lic. Oscar Luis Cantorin Poma
ALUMNO: Rivas Lozano Lizardo Steven
CICLO: B1
SECC: V
HUANCAYO – PERÚ
2018
1
Contenido
1 INTRODUCCION .................................................................................................... 3
3 CONCLUSIONES .................................................................................................. 28
5 ANEXOS: ............................................................................................................... 30
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1 INTRODUCCION
En el presente trabajo se describirá las principales doctrinas económicas, las cuales son:
la escuela económica Clásica, la Escuela Socialista, la escuela Neoclásica y la Teoría
Keynesiana.
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2 MARCO TEÓRICO
2.1 La escuela económica clásica
La escuela económica clásica nace con la publicación por Adam Smith de "La Riqueza
de las Naciones" en 1776, describiendo su publicación como el nacimiento efectivo de la
economía como una disciplina separada. El libro identifica la tierra, el trabajo y el capital
como los tres factores de producción y de los principales contribuyentes a la riqueza de
una nación.
En opinión de Adam Smith, la estructura económica ideal es un sistema autorregulado de
mercado que satisface de forma automática las necesidades económicas de la población.
Él describió el mecanismo de mercado como una "mano invisible" que lleva todas las
personas, en aras de sus propios intereses, para producir el mayor beneficio para la
sociedad en su conjunto. Smith incorporó algunas de las ideas de los fisiócratas,
incluyendo el laissez-faire, en sus propias teorías económicas, pero rechazó la idea de que
la agricultura era lo único productivo.
En su famosa analogía de la mano invisible, Smith defendió la idea aparentemente
paradójica de que los mercados competitivos tienden a promover los intereses sociales,
aunque paradójicamente sean impulsados por el interés particular. Este enfoque iniciado
por Adam Smith fue llamado la economía política y posteriormente economía clásica.
Desde la pionera aportación de Adam Smith haciendo hincapié en la producción de
ingresos, otros autores han desarrollado otras facetas dentro de la economía clásica. Así,
David Ricardo se centró en la distribución del ingreso entre los terratenientes, los
trabajadores y los capitalistas.
David Ricardo vio un conflicto inherente entre los terratenientes, por un lado y la mano
de obra y capital por el otro. Consideró que el crecimiento de la población y el capital, al
haber una oferta fija de tierra, hace subir los alquileres y mantenía bajos los salarios y
beneficios.
Thomas Robert Malthus utilizado la idea de los rendimientos decrecientes para explicar
el bajo nivel de vida de la época. Según el autor, la población tiende a aumentar
geométricamente, superando la producción de alimentos, que aumenta aritméticamente.
La fuerza de una población en rápido crecimiento en contra de una cantidad limitada de
tierra significaba rendimientos decrecientes de la mano de obra. El resultado, según él,
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eran bajos salarios, lo que impidió que el nivel de vida de la mayoría de la población se
elevarse por encima del nivel de subsistencia.
Hacia el final de la tradición clásica, John Stuart Mill se apartó de los economistas
clásicos anteriores sobre la inevitabilidad de la distribución de los ingresos producidos
por el sistema de mercado. Mill apuntaban a una clara diferencia entre dos funciones del
mercado: la asignación de recursos y la distribución de ingresos. El mercado puede ser
eficiente en la asignación de recursos, pero no en la distribución de ingresos, por lo que
es necesario que la sociedad intervenga (redistribución de rentas).
La teoría del valor fue importante en la teoría clásica. Adam Smith escribió que el precio
real de cada cosa es el esfuerzo y la dificultad de su adquisición como resultado de
su escasez. Así, la economía clásica se centró en la tendencia de los mercados para llegar
a un equilibrio a largo plazo.
Adam Smith
Escuela: clásica
Periodo: 1723-1790
Nombre representante: Adam Smith
Nacionalidad: escocés
Puesto que desempeñó hasta su muerte el 17 de julio de 1790 a causa de una enfermedad.
En 1787 fue nombrado Rector Honorífico de la Universidad de Glasgow.1
Ideas principales o contribuciones a la economía: La mano invisible es una metáfora que
expresa en economía la capacidad autorreguladora del libre mercado, estaba conformada
por la conjunción del interés personal de cada individuos, expresada a través de
la competencia, la oferta y demanda, etc., mecanismos que, sugería Smith, son capaces
por sí mismos de asignar con eficiencia y equidad tanto los recursos como el producto de
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la actividad económica. La sugerencia de la Mano Invisible supone la acumulación de la
problemática de la Justicia social -independientemente de acción al respecto por Estado-
solo en la política económica o, más específicamente, en la actividad económica por sí
sola. Según esta visión, la mano invisible compensa las acciones y regula las
conformaciones sociales.
“Los capitales aumentan con la austeridad y disminuyen con la prodigalidad, el
despilfarro y la mala conducta. Todo hombre austero es un benefactor público y todo
hombre derrochador es un enemigo público”.
Escritos: Teoría de los Sentimientos Morales de 1759. A lo largo de la obra el autor
explica el origen y funcionamiento de los sentimientos morales: el resentimiento, la
venganza, la virtud, la admiración, la corrupción y la justicia. El resultado es una
concepción dinámica e histórica de los sistemas morales, en oposición a visiones más
estáticas como las determinadas por las religiones. En términos filosóficos, la naturaleza
humana estaría diseñada para avanzar fines o causas finales que no necesariamente son
conocidos por los sujetos, que se guían por las causas eficientes.
La riqueza de las naciones de 1776, por la cual es considerado por muchos especialistas
el padre de la Economía Política. Según la tesis central de La riqueza de las naciones, la
clave del bienestar social está en el crecimiento económico, que se potencia a través de
la división del trabajo. La división del trabajo, a su vez, se profundiza a medida que se
amplía la extensión de los mercados y por ende la especialización. Y entre sus aportes
más importantes se destacan:
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Reflexión general: Este gran ilustre motivo a las personas a indagar no solo de la
organización o planificación de la economía, sino también de las riquezas que nos brinda
el estado, es de recordar que Adam Smith ha sido uno de los más importantes por sus
teorías sobre el mercado y toda esa forma auto reguladora para sobrevivir lo que hoy en
día es admirable.
Jeremías Bentham
Escuela: clásica
Periodo: 1748-1832
Nombre representante: Jeremías Bentham
Nacionalidad: Ingles.
Fue el más influyente de los sucesores de Adam Smith y el más importante de los
reformadores llamados “radicales filósofos”.
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Escritos: entre sus obras más importantes esta “La defensa de la Usura”, en la cual
ataca a Adam Smith; “Protesta contra las leyes de Impuesto” y “Manual de
Economía Política”.
Otras de sus obras selectas son: tratado de las pruebas judiciales, teoría de las penas,
tratados de legislación civil y penal, principio de legislación y Principios de la
ciencia social o de las ciencias morales y políticas
Reflexión general: El señor Jeremías con sus escritos cautivo a millares de personas
debido a la esencia con que fueron comunicados, temas como los placeres del
mundo envueltos con las normas jurídicas y en como el hombre influye en el
contexto de cada uno de esos placeres, son unos de los distintos temas de los cuales
este señor es admirado.
David Ricardo:
Escuela: clásica
Periodo: 1772-1823
Nombre representante: David Ricardo
Nacionalidad: ingles
Entre sus ideas más destacadas encontramos la teoría de la distribución con base
en su tesis sobre el valor.
“la renta de la tierra surge cuando la tierra de menor valor o peor situada, tiene que
cultivarse por el aumento de la población. Y esta renta se origina por la fertilidad
del suelo sino por la escases de la tierra buena”.
“el trabajo depende de la oferta y la demanda del trabajo; su valor está sujeto a las
leyes de la formación de los precios”, por ultimo Ricardo escribió sobre el dinero,
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las teorías de la nivelación y la cuantitativa, las cuales sirvieron posteriormente para
amplias discusiones político-monetarias.
Aporto que la acción del Estado en los asuntos económicos era perniciosa e
innecesaria. Abogo por una distribución más equitativa de la riqueza. Pero
influenciado por los errores y la devastación de la Revolución Francesa, en sus
últimos años abandono su simpatía por las ideas radicales y fue firme defensor de
la propiedad privada.
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Escritos: entre sus obras más importantes esta “La defensa de la Usura”, en la cual
ataca a Adam Smith; “Protesta contra las leyes de Impuesto” y “Manual de
Economía Política”.
Otras de sus obras selectas son: tratado de las pruebas judiciales, teoría de las penas,
tratados de legislación civil y penal, principio de legislación y Principios de la
ciencia social o de las ciencias morales y políticas
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Otros apartes a la economía son:
La aplicación de la teoría cuantitativa del dinero al papel moneda.
El valor tiende a oscilar cerca de un punto de equilibrio en la cual la cantidad
de productos ofrecidos es igual a la cantidad demandada.
Escritos: su libro más importante fue el “sistema de lógica”, ha ejercido una
influencia en el pensamiento moderno, tan notable o más que sus libros de
economía. Su obra económica más conocida y más leída se llama “Principios de
Economía Política” y con ella trato de sustituir “La Riqueza de las Naciones”,
porque lo juzgo anticuado e imperfecto en muchas partes.
Otros de sus escritos son: en 1844: Ensayos sobre algunas cuestiones disputadas
en economía política y en 1863: El utilitarismo.
Reflexión general: John Stuart Mill es un ejemplo claro de eso que desde Lytton
Strachey se llaman “victorianos eminentes”, es decir, de ese tipo de gentes que en
el siglo 19 combinaron un individualismo acendrado con la no menos profunda
convicción de que el hecho de formar parte de una elite cultural no sólo no les
otorgaba derechos sino que era fuente de obligaciones y de cargas sociales. Por ende
no estamos de acuedo con Jhon Stuart Millen la parte de que es un inconformista y
un reformista; en consecuencia considera que el individuo no tiene porqué dar
cuenta a la sociedad de sus actos mientras éstos no afecten a nadie más que a sí
mismo. Es lo que a veces se llama «principio del daño»: la sociedad sólo puede
limitar la libertad de una persona si ésta amenaza con hacer daño a otra, pero nadie
debe ser defendido contra sí mismo. Como es obvio si este principio se plantea así
aparecen serios problemas: tal vez resulte difícil encontrar un acto cuyas
consecuencias sólo me afecten a mí mismo (incluso el hecho de vestir de una u otra
manera puede afectar a la gente con la que me encuentro, o a mis amigos). Para
evitar esta crítica, no está de más observar cómo usa Mill, y en general el
utilitarismo, la palabra “intereses”. El “principio del daño” se aplica porque resulta
útil cuando se produce efectivamente –o podría producirse con gran seguridad–
algún mal “a los intereses de otra persona”: es obvio que mis intereses no quedan
perturbados si algún individuo va vestido de un horrible color verde o si predica el
amor libre, aunque ni lo uno ni lo otro me gusten en absoluto.
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Juan Bautista Say
Escuela: clásica
Periodo: 1767-1832
Nombre representante: Juan Bautista Say
Nacionalidad: francés
Thomas R. Malthus
Escuela: clásica
Periodo: 1776-1834
Nombre representante: Thomas R. Malthus
Nacionalidad: Ingles
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Escritos: convencido Malthus de la inutilidad de las reformas sociales, se vio
precisado a definir sus ideas en un “Ensayo sobre el principio de la población”,
publicado en 1798. Como el mismo lo explicaba, se proponía aplicar ese principio
a “la crítica de ciertos sistemas sociales que llamaban entonces la atención del
público”.
Reflexión general: El señor Malthus trato en gran parte de comprende la pobreza
del ser humano, para lo cual aplico distintos principios como el tema de la inflación,
la teoría del valor para llegar a grandes resultados hoy en día en la práctica del
desarrollo de la economía.
Federico Bastiat
Escuela: clásica
Periodo: 1801-1850
Nombre representante: Federico Bastiat
Nacionalidad: francés
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2.2 Escuela Socialista
Karl Marx
(Tréveris, Prusia occidental, 1818 - Londres, 1883) Pensador socialista y activista
revolucionario de origen alemán. Raramente la obra de un filósofo ha tenido tan vastas y
tangibles consecuencias históricas como la de Karl Marx: desde la Revolución rusa de
1917, y hasta la caída del muro de Berlín en 1989, la mitad de la humanidad vivió bajo
regímenes políticos que se declararon herederos de su pensamiento.
Filósofo, sociólogo y economista alemán
Campos: Política, economía, filosofía, historia
Pensamiento: La plusvalía, Teoría del valor trabajo, Lucha de clases, Explotación del
trabajador, La concepción materialista de la historia
Obras: Manifiesto del Partido Comunista, El capital, El dieciocho Brumario de Luis
Bonaparte
Los desarrollos teóricos de Karl Marx (1818-1883) están contextualizados en una época
histórica marcada por dos Revoluciones que trasformaron definitivamente la
organización social, política y económica del mundo entero.
Por un lado, la Revolución Industrial en el Reino Unido a fines del siglo XVIII que, como
hemos visto, transformó una organización basada en el trabajo manual en otra cuyos
pilares serían la manufactura y la industria. Por otro lado, la Revolución Francesa de 1789
con la abolición del feudalismo y el establecimiento de la República. Seguirían después,
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en la primera mitad del siglo XIX, otra serie de revoluciones (llamadas “del 48”) que son
de alguna manera “hijas” de la Revolución Francesa porque continuaron con la lucha
contra la organización del Antiguo Régimen. Lo fundamental para los primeros escritos
filosóficos y políticos de Marx es la oposición entre el Estado Moderno que comienza a
gestarse con la Revolución Francesa y el Estado Antiguo o Antiguo Régimen, es decir, el
conjunto de costumbres e instituciones políticas monárquicas en la que el rey proclamaba
un poder pretendidamente derivado de Dios, a quien sólo debía dar cuenta de sus actos.
Del otro lado, los súbditos, sin derechos, pero con obligaciones hacia el soberano.
Digamos que, si la Revolución Industrial contribuyó definitivamente a la conformación
de la economía mundial del siglo XIX, la Revolución Francesa influyó sobre la
determinación de su ideología y su política. Aunque la crisis del Antiguo Régimen no fue
un fenómeno exclusivamente francés, Francia tenía algunas condiciones peculiares para
la Revolución. En el siglo XVIII fue Francia el rival más importante de Inglaterra en
términos económicos, aunque este hecho no lo ubicaba como una potencia comparable a
Inglaterra cuya política exterior ya estaba determinada esencialmente por los intereses de
la expansión capitalista. Pero Francia era la más poderosa y en muchos aspectos la más
característica y profunda de las viejas monarquías absolutas y aristocráticas de Europa.
Allí, el enfrentamiento entre, por un lado, los inconmovibles intereses del antiguo
régimen y, por el otro, las nuevas fuerzas sociales en ascenso, era más agudo que en
cualquier otro lugar de Europa. La clase que encabeza esta Revolución es la burguesía,
un grupo social que con su coherencia le dio unidad al movimiento revolucionario.
Inspirados en las ideas liberales de los economistas clásicos, los ideales del burgués
pueden resumirse a partir de la Declaración de derechos del hombre y del ciudadano de
1789, un manifiesto contra la sociedad jerárquica y los privilegios de los nobles, que sin
embrago no defendía tampoco una sociedad democrática o igualitaria, ya que en esa
Declaración quedaba claro que los “ hombres nacen y viven libres e iguales bajo las leyes”
pero también se aceptaba la existencia de distinciones sociales “aunque sólo por razón de
la utilidad común”. En dicha Declaración, además, se establecía que la propiedad privada
era un derecho natural sagrado, inalienable e inviolable. El sistema de gobierno que se
defendía no era la democracia sino la monarquía constitucional basada en una oligarquía
de propietarios que se expresaran a través de la asamblea representativa. Es decir que los
liberales burgueses no eran en general demócratas sino básicamente constitucionalistas,
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creyentes en un Estado no religioso y con libertades civiles para garantizar la iniciativa
privada, gobernado por contribuyentes y propietarios.
En sus escritos de juventud Marx interpreta la revolución política en Francia como “un
proceso de separación entre el Estado político y la sociedad civil, entre lo público y lo
privado, que esta separación conduce a la constitución de un Estado moderno y a la
liberación de los individuos de sus ataduras feudales.” El hombre se emancipa
políticamente de la religión emanada del Estado Antiguo cuando la destierra del derecho
público al privado. En este período Marx escribe La Ideología alemana (1845/1846) en la
que subraya ante todo la relación entre el Estado moderno y la propiedad privada, que
históricamente aparecen, después de la Edad Media y a partir de las Revoluciones. Esta
relación entre el Estado Moderno y la propiedad privada son analíticamente inseparables,
porque es ese Estado moderno y burgués el que garantiza por medio de su aparto jurídico,
ideológico y político el mantenimiento de la propiedad privada. El Estado se constituye
entonces como un instrumento de dominación de clase, de la clase burguesa, capitalista
sobre el proletariado.
Aclarando un poco más el concepto de clase, podemos decir que el marxismo, en sus
interpretaciones más usuales, concibe la existencia de clases sociales desde que se
presenta en la historia de la humanidad la división del trabajo, es decir, una diferente
relación en cuanto a las fuerzas productivas características de cada época. Al hablar de
“fuerzas productivas”, Marx hacía referencia a los medios de producción de los que se
vale cada sociedad para conseguir los bienes que necesita para subsistir. Comprende tanto
los recursos naturales, como los científicos y técnicos y también la fuerza de trabajo.
Con la aparición de la propiedad privada a partir del Estado moderno pos revolucionario,
la sociedad se divide a grandes rasgos en dos clases:
Por un lado, las personas que poseen los medios de producción como las
tierras, las fábricas, etc.: la burguesía.
Por el otro lado, aquellas personas que no poseen esos medios de
producción y sólo disponen de la venta de su fuerza de trabajo para
sobrevivir: los proletarios.
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El conjunto de estas fuerzas productivas materiales forma la estructura económica de la
sociedad, la base sobre la que se levanta el Estado y otras instituciones como poder
jurídico y político (superestructura).
Por eso, entre algunas interpretaciones de la teoría marxista, se sostiene que Marx concibe
a la sociedad en términos de base y superestructura. La “base” es la estructura económica
de las sociedades, el espacio donde los hombres establecen determinadas relaciones de
producción para asegurarse su subsistencia: es la producción social de su propia
existencia. Sobre esta “base real” se eleva el edificio jurídico y político, que es en el
capitalismo el Estado moderno. A partir de esta concepción materialista de la historia
Marx cree que los cambios en la sociedad están motorizados por la revolución de la base
real, es decir, que es la existencia social y la organización de las fuerzas productivas en
la estructura de la sociedad lo que determina la superestructura jurídica y política. En
1848, Marx escribe su obra política cumbre: El Manifiesto Comunista, folleto 4 en el que
critica a los clásicos porque consideraban al capitalismo como el ordenamiento natural y
definitivo de la sociedad. Allí asume que la explotación era sólo un orden histórico y
transitorio destinado a desaparecer por su propia dinámica interna y llama al proletariado,
como principal clase social en la revolución, a reconocer su lugar ineludible en la lucha
anti-capitalista. En un pasaje de El Manifiesto, Marx afirma: “Y así, al desarrollarse la
gran industria, la burguesía ve tambalearse bajo sus pies las bases sobre las que produce
y se apropia de lo producido. Y a la par que avanza, se cava su propia fosa y cría a sus
propios enterradores. Su muerte y el triunfo del proletariado son igualmente inevitables”.
Los escritos políticos que acabamos de mencionar son la consecuencia de la intervención
de Marx en distintos episodios de la vida europea del siglo XIX, pero Marx desarrolla las
bases de su teoría económica en El Capital (1867), y lo hace partiendo de una renovación
crítica a la tradición inmediata anterior, la de los “clásicos”. La teoría económica marxista
presenta una visión completa de la economía como interrelación entre producción,
distribución, circulación y consumo, poniendo como eje el valor de la mercancía dado
por el trabajo. La economía política es el estudio de ese proceso en un momento
históricamente determinado. ¿Cómo se determina el valor de una mercancía o producto?
De acuerdo al trabajo empleado para producirla. La cantidad de trabajo se mide por el
tiempo que éste dura, ya sea en horas o días. Es decir, que el valor de la mercancía
depende del mayor o menor trabajo consumido en producirla. La idea estaba presente en
Ricardo, pero Marx la desarrolla. Para el capitalista, la relación entre las horas que le
brinda el trabajador y las horas equivalentes al salario que le paga, debe darle siempre
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positivo, es decir, siempre debe generar una ganancia extra para el capitalista. La
diferencia entre las horas en las que el trabajador aplica su fuerza de trabajo creando valor
y las horas equivalentes al salario que le paga, es siempre positiva.
Para ejemplificarlo:
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mayor explotación hay, esos 10 generan un valor mucho mayor en función de las
herramientas utilizadas.
En 1887, su hermano Aleksandr fue ejecutado por atentar contra el zar y, al parecer, esta
experiencia marcó su carácter.
Militó desde su juventud en la izquierda política revolucionaria, y ya fue arrestado durante
sus estudios universitarios. Detenido y encarcelado varias veces, fue incluso desterrado a
Siberia, donde pasó 3 años y se casó con la estudiante Nadezda Krupskáia, que se hacía
pasar por su novia para visitarle.
En 1918, recibió tres tiros en un atentado; se recuperó, pero los médicos no pudieron
extraerle las balas, lo que pudo favorecer su muerte por infarto cerebral.
Su cuerpo fue embalsamado y expuesto en un mausoleo en la Plaza Roja. Los
gobernantes soviéticos ordenaron extraer su cerebro “para estudiar su genio”.
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2.3 Teoría neo-clásica.
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en la que no es posible beneficiar a más elementos de un sistema sin perjudicar a otros
Los desarrollos teóricos de Marshall en relación a estos temas se conocen como enfoque
microeconómico, porque parte del estudio de las unidades básicas: la empresa y los
consumidores Un aporte importante de Marshall es el desarrollo del concepto de
elasticidad que en términos concretos se refiere a la variación porcentual de las cantidades
demandadas frente a una determinada variación porcentual del precio. La elasticidad mide
cuánto baja la demanda cuando sube el precio de un bien: esta “reacción” de las
cantidades frente al cambio del precio se entiende como elasticidad. Por ejemplo, cuando
sube el precio del pan, la cantidad de gente que deja de comprarlo es mínima; pero si sube
el precio de un bien menos esencial, como las facturas, mucha gente preferirá dejar de
comprarlas y comer pan con manteca. Esta lógica está basada en un elemento clave del
pensamiento neoclásico: la riqueza es absolutamente individual y subjetiva. Ya no hay
una ley objetiva del valor (el valor trabajo), sino que los intercambios están dados por las
necesidades subjetivas de los consumidores (teoría de la utilidad subjetiva). En el caso de
la escuela clásica y marxista, había un objetivo claro: la búsqueda de una medida del valor
objetiva. Esto significaba tratar de entender por la vía del concepto de valor trabajo y del
trabajo acumulado en un bien determinado, que dicho bien estaba definido por esa
medida. Podía haber variaciones en el mercado, pero estas nunca irían mucho más allá de
ese valor trabajo que había sido aplicado. En el caso de la teoría neoclásica, ese objetivo
de tener una media objetiva del valor, desaparece. Desaparece la idea de valor y solo
queda la idea de precio que está determinada exclusivamente por las transacciones del
mercado. Esas transacciones del mercado están dadas por la oferta de las unidades
productivas que se realizan de un determinado bien y la satisfacción de una necesidad
subjetiva que ese bien genere en cada uno de los individuos que tiene posibilidades de
acceder a ese mercado. Este enfoque le da forma a una manera específica de comprender
el comportamiento de los actores, en tanto agente económico: un ser racional que busca
maximizar sus utilidades en un entorno de mercado de competencia perfecta que asigna
perfectamente los recursos.
Si se cumplen estos supuestos, cada mercado y toda la economía, tienden al equilibrio.
Los sujetos ya no pertenecen a clases sociales como lo planteaba Marx, sino que son
sujetos racionales que trabajan o aportan capital para producir según técnicas eficientes,
que a cambio reciben una retribución y con ella, son consumidores en el mercado.
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2.4 Teoría keynesiana
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insuficiente demanda, fundamentalmente en la falta de inversión privada. Los
empresarios, comparando los rendimientos esperados (determinados por el ciclo objetivo
y las expectativas) decidían dejar de incrementar el stock de capital (que en ese momento
se asociaba a las actividades industriales) y provocaban el estancamiento. Surge la idea
de que de dicha crisis era imposible salir si no era con un incremento exógeno de demanda
efectiva, un push capaz de elevar el consumo para mejorar las expectativas y reactivar la
inversión. Es decir, alguna solución que provenga desde un ámbito diferente del mercado,
por fuera de él, como por ejemplo el aparato estatal.
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infraestructura, genera empleo, demanda de materiales, etc., por eso aumenta la actividad
de la economía. Un ejemplo concreto de la socialización de los medios de producción
sería el caso en que estos pasasen a ser propiedad del pueblo o del estado que lo
representa. En el caso de la propuesta de Keynes, la socialización de la inversión se puede
relacionar con lo que posteriormente fue la participación de las empresas públicas en
determinadas áreas de la infraestructura, como por ejemplo, en el trasporte, en la energía,
etc. Para proponer estas ideas, Keynes cuestiona la idea neoclásica de que las fuerzas
naturales (una política monetaria pasiva) llevan a una tasa de interés de mercado que
equilibra el sistema en un punto que es compatible con la ocupación plena. Keynes
demuestra esta hipótesis, partiendo de la base de que la inversión está determinada por la
eficacia marginal del capital que a su vez está incidida por el costo de los bienes de capital
y por los rendimientos esperados, que es un dato que genera cierta incertidumbre. El
ahorro está determinado por la propensión marginal a consumir y por la tasa de interés.
Como el ahorro y la inversión no están determinados por las mismas variables, no alcanza
con una determinada tasa de interés para que ambas se igualen. Lo que puede suceder es
que a una determinada tasa de interés haya más inversión que ahorro y por lo tanto
necesidades de financiamiento, o, al contrario, haya más ahorro que inversión y, como
sucedió muchas veces en Argentina por ejemplo, salida de capitales del ahorro de los
argentinos hacia el exterior para financiar en otro países. Además, critica el supuesto de
la racionalidad económica absoluta y el individualismo. El proceso de formación de
expectativas no es entonces una simple cuestión individual, ni tampoco corresponde a la
visión de un agente racional omnisciente; aparece el problema de las expectativas, de los
resultados esperados. Si bien Keynes no fue del todo claro al respecto, surge claramente
de sus diversos trabajos la necesidad de asumir:
1. las limitaciones propias de la capacidad humana, sobre todo, las dificultades y el alto
costo de procesar la masa de información disponible.
2. que las decisiones de los sujetos son consecuencia de su vida social.
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contenida en lo que llaman “teoría de la elección racional”. Esta teoría consiste en un
modelo que supone que la acción de los actores es:
egoísta porque está orientada al autointerés y al beneficio personal;
racional, porque busca la maximización en la relación
costo/beneficio.
instrumental, en el sentido que está orientada al resultado.
Este modelo de acción no implica un individualismo ético: no dice que los actores son
racionales, sino que actúan como si lo fueran. Para Jon Elster (1940) existen dos motivos
que pueden hacer fracasar la teoría de la opción racional: la indeterminación y la
irracionalidad. Por un lado, la teoría puede fracasar en la definición de una acción,
creencia o cantidad de información definida en forma única. Podría haber varios factores
óptimos o ninguno. Por otra parte, es posible que los agentes no cumplan con lo prescrito
por la teoría. (Elster, J, 1997) Otras corrientes plantean que no es posible maximizar pero
es racional satisfacer e incorporan la idea de racionalidad limitada que supone pues que
existen límites en cuanto a lo que los individuos pueden hacer. No es posible tratar de
actuar como el actor económico ideal, evaluando o analizando todas las opciones posibles
en el mercado antes de tomar una decisión. El costo de procesar toda la información sobre
las distintas alternativas sobrepasa muy pronto los beneficios; es mejor tomar una
decisión relativamente pronto y dejar para más tarde los ajustes si las cosas no funcionan
en un nivel satisfactorio. Se agrega entonces al análisis la idea de incertidumbre que
cuestiona fuertemente la posibilidad de que los sujetos se comporten como los agentes
racionales optimizadores, porque no existe una base científica para calcular la
probabilidad de cualquier acontecimiento. Pueden surgir situaciones de incertidumbre
asociadas a posibles estados de la naturaleza, a procesos de interacción social y
limitaciones de la capacidad humana. En otras palabras, significa que es difícil predecir
el futuro o asignarle a distintos escenarios determinadas probabilidades de ocurrencia.
Esto puede suceder debido a la presencia de una catástrofe, a las indeterminaciones de las
mismas relaciones sociales y de la conducta de los individuos o incluso a las limitaciones
de las personas de procesar la información disponible. Los agentes deben tomar
decisiones en el presente con la información que poseen en ese mismo momento, pero los
resultados de muchas de las decisiones económicas se perciben recién en el futuro, con lo
cual los resultados obtenidos pueden ser diferentes a los esperados. Los agentes no tienen
previsión perfecta y son susceptibles de cometer errores e influenciar con esos errores la
marcha de los acontecimientos, generando más incertidumbre. Esta idea de agente
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entendido como un reproductor de prácticas desarrolladas de acuerdo a la posición que
ocupe en el espacio social, aparece precisamente como corolario del cuestionamiento a
los supuestos de racionalidad perfecta, porque como ya dijimos, dicho supuesto concibe
un individuo aislado de la influencia de ese espacio social. En el plano de los modelos
teóricos, nos puede conducir a una cascada de restricciones. Existen diferentes motivos
por los cuales los agentes no alcanzan, como pretende la teoría neoclásica, la decisión
óptima que maximiza sus beneficios o utilidades. El resultado obtenido no coincide
necesariamente con el buscado. Debido a la existencia de incertidumbre se van generando
una determinada cantidad de imperfecciones en el comportamiento de los agentes y en
los mercados que hace imposible suponer que los individuos conocen perfectamente lo
que sucede y toman decisiones en las que no pueden equivocarse alcanzando los
resultados deseados. A partir de que se retira el supuesto de plena certidumbre y de
racionalidad, los resultados pasan a ser difíciles de definir a priori.
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En el producto.
En el proceso.
Apertura de nuevos mercados.
Nuevas fuentes de recursos naturales.
Innovaciones organizativas.
Mezcla de las anteriores.
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3 CONCLUSIONES
28
4 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
29
5 ANEXOS:
30
Anexo 4. Teoría Neoclasica
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