La intensidad es una medida subjetiva de los efectos de los sismos o tsunamis sobre los suelos,
personas y estructuras hechas por el hombre. No usa instrumentos, sino que se basa en las
observaciones y sensaciones ocasionados por el tsunami.
Se mide las olas enormes con longitudes de onda de hasta 100 kilómetros y que viajan a velocidades
de 700 a 1000 km/h. En alta mar la altura de la ola es pequeña, sin superar el metro; pero cuando
llegan a la costa, al rodar sobre el fondo marino alcanzan alturas mucho mayores, de hasta 30 y más
metros. El tsunami está formado por varias olas que llegan separadas entre sí por unos 15 o 20
minutos. La primera que llega no suele ser la más alta, sino que es muy parecida a las normales.
Después se produce un impresionante descenso del nivel del mar seguido por la primera ola
gigantesca y a continuación por varias más.