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UNIVERSIDAD ANDINA NÉSTOR CÁCERES

VELÁSQUEZ
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

“Año del Diálogo y Reconciliación Nacional”

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TEMA: “Acumulación del capital y el empeoramiento


de la situación del proletariado”.
SEMESTRE: III SECCION: A

PRESENTADO POR:
-Apaza Chaiña, Víctor Saúl.
-Barreda Mamani, Marvin Jheremy
-Flores Huaraya, Darlene Sofia
-Ramos Umiña, Yennifer
-Sumi Mendoza, Mayli
-Vargas Machaca, Juli Jaqueline

DOCTOR:
- Niño de Guzmán Pino, Víctor.

2018
Dedicatoria.
Esta monografía va dedicada para quienes
me guiaron por un camino de rectitud y
me enseñaron lo importante que es la educación,
y a Dios por darme la salud para continuar con mis
proyectos, que siempre pondré al servicio del bien,
la verdad y justicia.

2
Agradecimiento.
Agradezco a la Universidad Andina Néstor Cáceres Velásquez,
por haberme abierto las puertas de este
prestigioso templo del saber,
cuna de buenos profesionales.

3
ÍNDICE

Introducción ..........................................................................................5

1. Acumulación del capital y el empeoramiento


de la situación del proletariado .............................................................6

1.1. De la tesis de Marx ........................................................................6

1.2. Empeoramiento relativo del proletariado .......................................6

1.3. ¿Qué es el proletariado? ...............................................................7

2. Reproducción capitalista simple .......................................................7

3. Reproducción capitalista ampliada ...................................................9

4. La acumulación del capital y la


formación del ejército industrial de reserva ..........................................12

4.1. Composición orgánica del capital ..................................................17

4.2. Superpoblación relativa .................................................................18

4.3. Concentración y centralización del capital.....................................21

5. La acumulación del capital y el empeoramiento


de la situación de la clase obrera .........................................................22

6. Tendencia histórica de la acumulación capitalista ............................42

7. Conclusiones Generales ..................................................................47

8. Bibliografía .......................................................................................49

9. Anexos .............................................................................................51

4
INTRODUCCIÓN

La acumulación de capital es el proceso de desarrollo del capitalismo.


Significa por tanto afectar todas las variables, manejar todos los procesos. Nos
encontramos con desarrollos históricos; con innovaciones tecnológicas; con
determinadas relaciones sociales; con necesidades del capital que obligan a
utilizar recursos específicos para incrementar la ganancia; con toda una
globalidad de fenómenos que presentan un proceso histórico determinado, una
lógica implacable, y consecuencias en todo el ámbito económico, y en nuestra
calidad de vida.

Nos dedicamos, básicamente, a tomar aspectos específicos del


funcionamiento capitalista; vimos el capital, la fuerza de trabajo, la ganancia, etc.
Cambiaremos ahora la metodología de exposición, ya que la acumulación
engloba todas las categorías y tendencias del sistema. Este análisis de conjunto
tendrá, además, la característica de ser mucho más concreto. Se trata de
ejemplificar, prácticamente a cada instante, para expresar y verificar al mismo
tiempo hasta qué punto el desarrollo capitalista es un proceso histórico, y cómo
las distintas categorías y leyes anteriores encuentran su sitio en la dinámica por
la cual el sistema avanza superando sus conflictos y generando impactos a todo
nivel. La acumulación de capital sigue un objetivo: aumentar la tasa de ganancia;
cualquier otro aspecto se le subordina.

A consecuencia de esto aumenta la clase proletaria, la explotación, y la


crisis de los más desfavorecidos con ello la pobreza de su familia u otras
personas que dependen de la clase más baja.

5
1. ACUMULACIÓN DEL CAPITAL Y EL EMPEORAMIENTO DE LA
SITUACIÓN DEL PROLETARIADO

La acumulación del capital es una teoría esencialmente respecto al


proceso histórico relativo a la expansión del capital en sus diversas fases que
supone que la acumulación de capital de unos responde obligatoriamente a la
explotación y consecuente pauperización de otros. Tiene una fase directa
(expansión de corto alcance) en la cual se programa una dominación regional
(que es la que analizó Karl Marx) y otra de largo alcance en la cual se desbordan
las regiones y se conquistan mercados lejanos. Esto último se emparenta
totalmente con el imperialismo.

1.1. De la tesis de Marx

Según la tesis de Karl Marx en El Capital, este capital se acumula por


ciclos de producción. Al inicio del ciclo de producción el capitalista invierte
determinada cantidad en materias primas, salarios, maquinaria, etc. El capitalista
decide invertir parte de esa ganancia o toda para empezar el próximo ciclo. De
esta manera el capital invertido crece, y así se acumula.1

1.2. Empeoramiento relativo del proletariado

Disminución de la parte que la clase obrera percibe de la renta nacional


de la sociedad capitalista y correspondiente aumento de la parte que perciben
las clases explotadoras. La parte de renta nacional que el proletariado obtiene
es determinada por la relación entre la suma total de salarios de los obreros en
un año (v) y la renta nacional (v+p). La parte de la clase capitalista es
determinada por la relación entre la plusvalía creada durante un año (p) y la renta
nacional (p/ (v+p)). La parte relativa de los obreros, en la sociedad capitalista que
se enriquece rápidamente, se va haciendo cada vez menor, pues cada vez se
enriquecen más rápidamente los millonarios”. La depauperación relativa de la

1
Según la tesis de Karl Marx, en “El Capital”

6
clase obrera, lo mismo que la depauperación absoluta del proletariado es una
consecuencia directa de la acción de la ley económica fundamental del
capitalismo, la ley de la producción, de plusvalía, y de la ley general de la
acumulación capitalista.2

1.3. ¿Qué es el proletariado?

El proletariado (del latín proles, linaje o descendencia) es el término


utilizado para designar a los trabajadores o clase obrera que carece de
propiedades y medios de producción por lo que, para subsistir, se ve obligada a
vender su fuerza de trabajo a la burguesía, propietaria de los medios de
producción Un proletario es un miembro de la clase obrera o proletariado.

2. REPRODUCCIÓN CAPITALISTA SIMPLE

proceso de renovación constante de toda la producción social capitalista


en escala invariable. Bajo el capitalismo, se da la reproducción simple cuando
los capitalistas dedican a sus gastos personales toda la plusvalía que se
apropian bajo el aspecto de distintas formas de ingreso, de suerte que las
dimensiones de la producción no se modifican. Constituye un aspecto
importantísimo de la reproducción capitalista la realización de todo el producto
social global (ver) en el mercado. Para aclarar las condiciones en que se realiza
el producto social es necesario conocer su composición no sólo por su valor,
sino, además, por su forma natural. Por su valor, el producto social global se
compone de c + v + p, (capital constante + capital variable + plusvalía). Por su
forma natural, se descompone en medios de producción y artículos de consumo.
Correspondientemente, toda la producción social se divide en dos grandes
secciones: I, producción de medios de producción, y Il, producción de artículos
de consumo. El conjunto de la producción de ambas secciones constituye el
producto social anual. Si suponemos que el producto social global es de 9.000,
el esquema de la reproducción simple ofrecerá el siguiente aspecto:

2
Borísov, Zhamin y Makárova, “DEPAUPERACIÓN RELATIVA DEL PROLETARIADO”

7
Sección I:

4.000 c + 1.000 v + 1.000 p = 6.000

(medios de producción).

Sección II:

2.000 c + 500 v + 500 p = 3.000

(artículos de consumo).

En su forma natural, la producción de la sección I se adquiere para


reponer (restituir) las instalaciones desgastadas de las empresas y la materia
prima consumida. La producción de la sección II, en su forma natural únicamente
puede destinarse al consumo personal de los obreros y de los capitalistas. Así,
pues, el producto de la sección I sirve pan reponer el capital constante tanto de
la sección I como de la sección II, y el producto de la sección II es adquirido por
los obreros y por los capitalistas de ambas secciones en un total de v + p.

Por lo tanto, entre las secciones tiene lugar un intercambio: los medios de
producción de la sección ingresan en la II a cambio de artículos de consumo
adquiridos en la sección II por los obreros y capitalistas de la sección I. Además,
el valor de los medios de producción que entran en la sección II (2.000 c) ha de
ser igual al valor de los artículos de consumo que adquieren los obreros y
capitalistas de la sección I (1.000 v + 1.000 p). De esta suerte, la condición para
que se realice el producto social en la reproducción simple es: I (v + p) = II c. Se
tienen que producir tantos medios de producción cuantos hagan falta en ambas
secciones: I (c + v + p) = I c + II c, y tantos artículos de consumo cuantos puedan
adquirir los obreros y capitalistas de las dos secciones de la producción social: II
(c + v + p) = I (v + p) + II (v + p). Si se observan estas condiciones, se asegura
el desarrollo proporcional de la producción social y la realización de todo el
producto. Prácticamente, sin embargo, en la producción capitalista estas
proporciones se alteran sin cesar, debido a que, bajo el capitalismo, imperan
leyes económicas espontáneas, contradicciones antagónicas, la competencia y

8
la anarquía de la producción. El análisis de la reproducción capitalista simple
pone de manifiesto el mecanismo de la explotación a que la burguesía somete
el trabajo asalariado de los obreros. Si el capitalista no recibiera anualmente
plusvalía que utiliza para satisfacer sus necesidades personales, se vería
obligado a "comerse" el capital y se quedaría sin él transcurridos unos años. En
realidad, los obreros reponen lo que el capitalista gasta anualmente para su
consumo personal, lo reponen creando con su trabajo capital, es decir, medios
de explotación de que dispone el capitalista. De este modo, todo capital,
independientemente de su origen y del volumen de la reproducción, es capital
acumulado, trabajo no remunerado de los obreros, del que el capitalista se
apropia sin retribuirlo.

En el proceso de la reproducción, el obrero, después de gastar su salario


en medios de subsistencia, se encuentra en el mismo estado en que se hallaba
antes de iniciarse el proceso, y, como antes, se ve obligada a presentarse en el
mercado en calidad de vendedor de su fuerza de trabajo. Así se reproduce
constantemente la dependencia económica de los obreros respecto al capital. Al
mismo tiempo, mediante el trabajo de los obreros, se reproducen
constantemente los medios de producción en manos del capitalista. De esta
suerte, "el proceso capitalista de reproducción no sólo produce mercancías y
plusvalía; produce y reproduce también la propia relación capitalista al capitalista
por una parte y al obrero asalariado por otra" (C. Marx).3

3. REPRODUCCIÓN CAPITALISTA AMPLIADA

proceso de renovación constante de toda la producción social capitalista


en creciente volumen. Cuando la reproducción es ampliada parte de la plusvalía
se capitaliza, es decir, se une al capital activo y se emplea para aumentar el
volumen de la producción. Así tiene lugar una acumulación del capital. Parte de
la plusvalía acumulada se destina a la adquisición de medios adicionales de
producción, y otra parte, a la compra de fuerza de trabajo adicional. La
producción en que la plusvalía acumulada se dedica a la adquisición de c y v
(capitales constante y variable) suplementarios es determinada por la

3
Borísov, Zhamin y Makárova Economía Política

9
composición orgánica que se haya formado del capital. La realización del
producto social también es un aspecto importantísimo de la reproducción
capitalista ampliada. Si suponemos que el producto social global es de 9.000, el
esquema de la reproducción ampliada presentará el siguiente aspecto:

Sección I:

4.000 c + 1.000 v + 1.000 p = 6.000

Sección II:

1.500 c + 750 v + 750 p = 3.000

Como en la reproducción simple, se establece un intercambio entre las


secciones I y II. Pero la diferencia de la reproducción simple, la plusvalía no sólo
se destine a adquirir artículos de consumo para los capitalistas, además, a
acumular capital. En el esquema que acabamos de exponer, los capitalistas de
la sección I dedican a la acumulación la mitad de la plusvalía que han obtenido:
500. La otra mitad la gastan en artículos de consumo personal.

La plusvalía acumulada se divide, según la composición orgánica del


capital, en 400 c y 100 v. De este modo, para reponer los medios de producción
consumidos y adquirir nuevos medios de producción adicionales, se realizan en
la sección I 4.400 c de los 6.000 producidos. La producción restante de la sección
I, por una suma de 1.600, Ingresa en la sección II para reponer el capital
constante consumido, 1.500 c, y aumentarlo en 100 c. En consonancia con la
composición orgánica del capital, en la sección II, 100 c adicionales exigen 50 v
adicionales, y toda la suma de la plusvalía acumulada en la sección II ha de ser
150 p, de los 750 p que los capitalistas han obtenido en forma de plusvalía. Por
lo tanto, a los capitalistas de la sección II les quedan 600 para el consumo
personal. De este modo todos los capitalistas disponen para adquirir la
producción de la sección II:

1.100 (500 I + 600 II), y a los obreros les queda:

1.900 (1.000 I + 100 I + 750 II + 50 II).

10
Así se realiza todo el producto global. El intercambio entre las dos
secciones como en la reproducción simple, se efectúa sobre la base de la
equivalencia, más en la reproducción ampliada las proporciones se establecen
de manera distinta.

Como quiera que parte de la plusvalía en la sección I se acumula y se


agrega al capital que funciona en la I sección, I (v + p) > (es mayor que) II c.
Ahora bien, como la producción de la sección I no sólo ha de permitir reponer el
capital constante desgastado y consumido, sino, además, ampliar los medios de
producción, tenemos que I (c + v + p) > (I c + lI c) en la magnitud del capital
acumulado. Finalmente, dado que parte de la plusvalía tanto en la sección I como
en le sección II en vez de destinarse al consumo personal de los capitalistas se
acumula, tenemos que II (c + v + p) > (v + p) + II (v + p). Si se observan estas
proporciones, la producción social puede ampliarse constantemente. La realidad
es, sin embargo, que, bajo el capitalismo, las proporciones indicadas se alteran
sin cesar. Cuando la reproducción es ampliada, lo que crece más rápidamente
es la producción de medios de producción y, comparativamente crece más
despacio la producción de artículos de consumo.

Tal es la ley de la reproducción ampliada, ley económica llamada ley del


desarrollo preferente de la producción de medios de producción. Bajo el
capitalismo, la vigencia de esta ley engendra la ilusión de que la producción, en
última instancia, no se desarrolla y crece con vistas al consumo, sino con vistas
al desarrollo de la propia producción. Contribuye a mantener dicho espejismo,
además, el hecho de que el fin inmediato de la producción capitalista no es
satisfacer las necesidades del pueblo, sino obtener la mayor ganancia posible.
La reproducción capitalista ampliada no sólo significa que se acumula capital y
se aumenta la masa del producto, sino que también se opera la reproducción
ampliada de las relaciones capitalistas de producción a medida que se acumula
el capital, se incorporan a la producción masas adicionales de obreros, lo cual
amplia sin cesar la esfera de explotación del trabajo por parte del capital. En el
proceso de la reproducción capitalista ampliada, crecen y se enconan todas las
contradicciones del capitalismo. La reproducción capitalista ampliada se
desarrolla cíclicamente pasando de manera inevitable por las fases de crisis,
depresión, reanimación y auge. El proceso de la reproducción capitalista

11
ampliada hace más profunda la contradicción fundamental del capitalismo. Por
otra parte, el análisis que hizo Marx de la reproducción capitalista simple y
ampliada proporciona muchas tesis teóricamente importantes, esenciales para
la reproducción socialista ampliada.4

4. LA ACUMULACIÓN DEL CAPITAL Y LA FORMACAIÓN DEL


EJÉRCITO INDUSTRIAL DE RESERVA

Es un concepto desarrollado por Karl Marx en su obra El Capital “capítulo


23 del libro I”5 que se refiere a la existencia estructural, en las sociedades cuyo
modo de producción es el capitalista, de una parte, de la población que resulta
excedentaria como fuerza de trabajo respecto a las necesidades de la
acumulación del capital. Un ejército industrial de reserva un ejército de
desempleados permanente es necesario para el buen funcionamiento del
sistema de producción capitalista y la necesaria acumulación de capital. Es
sinónimo de «población obrera sobrante», aunque este término es más amplio
por incluir a aquellos imposibilitados para el trabajo.

A mitad del siglo XIX, Carlos Marx denominaba “ejército industrial de


reserva” a una parte de la población que periódicamente estaba desocupada
como algo inherente al sistema capitalista y fluctuaba según el ciclo económico
y las crisis periódicas. A lo largo de estos 200 años, se consideró “normal” que
el porcentaje de personas desocupadas oscilara entre el 2 y el 5% de la
población económicamente activa. Sucede en nuestros días que el fenómeno de
la desocupación y lo que ahora comenzó a designarse como “población
sobrante” ha superado largamente estas variaciones. El desafió que se nos
presenta consiste en analizar científicamente el presente del sistema capitalista,
las causas y las perspectivas sociales y políticas del fenómeno por el hecho de
que la “población sobrante” inevitablemente seguirá creciendo.

De acuerdo con Marx, en épocas anteriores a la implantación del sistema


capitalista, el desempleo estructural a escala masiva raramente existía, aparte

4
Borísov, Zhamin y Makárova Economía Política
5
Karl Marx en su obra El Capital “capítulo 23 del libro I”

12
de aquel causado por desastres naturales y guerras. De hecho, la palabra
«empleo» sería un producto lingüístico de esta era.

El desplazamiento de los obreros del proceso de producción conduce a


que los países capitalistas se formen ejércitos de los sin trabajo.

La causa principal de la formación del ejercito industrial de reserva


consiste en el aumento de la composición orgánica del capital ya que a medida
que se disminuye relativamente el capital variable trae como consecuencia la
reducción progresiva del ritmo de la incorporación de la mano de obra en la
producción; como consecuencia aumenta el número de obreros que no pueden
hallar aplicación a su trabajo. Una parte de la clase obrera resulta "sobrante"
respecto a las demandas de acumulación de capital. Además, se dan otros
factores que contribuyen al crecimiento del paro forzoso como, por ejemplo:

 prolongación de la jornada de trabajo y el aumento de la intensidad de


trabajo. Los capitalistas se aprovechan de la existencia del ejército de
parados forzosos y obligan a los que tienen empleo a trabajar por 2, por
 3, etc, ello hace que aumente el ejército industrial de reserva.
 La difusión del trabajo de la mujer y los menores. En tal caso, el empleo
de los recursos técnicos y la simplificación de los procesos laborales
facilita incorporar a la producción a mujeres y niños, cuyo trabajo se
retribuye más barato, lo que deja desocupados a los obreros adultos.
 La ruina de los pequeños productores. A medida que se produce la
acumulación del capital, se intensifica la ruina de los pequeños
productores campesinos y artesanos, que van a engrosar las filas del
ejército de los sin trabajo.

Un nivel permanente de desempleo presupone una población obrera


ampliamente dependiente de un sueldo o salario para la supervivencia, sin
posibilidad de otros medios de vida. Así como también el derecho de los
capitalistas o empresarios de contratar y despedir empleados de acuerdo con
condiciones económicas o comerciales (precariedad laboral).

13
Marx afirmó que no existen leyes de población que sean efectivas en
cualquier momento, sino que cada modo de producción tiene sus propias leyes
demográficas. En este sentido si hubiera superpoblación en una sociedad
capitalista es superpoblación en relación con los requerimientos de la
acumulación capitalista. Es por esto que la demografía no puede restringirse a
contar gente de maneras diversas, ya que también ha de considerar las
relaciones sociales entre ellos.

La acumulación del capital se desarrolla en un constante cambio


cuantitativo y cualitativo de su composición en donde el capital constante
(medios de producción) aumenta incesantemente a costa del capital variable
(fuerza de trabajo), estos cambios no solo avanzan a medida que progresa la
acumulación, sino que avanzan con rapidez incomparablemente mayor, en
donde al progresar la acumulación cambia la proporción entre capital constante
y capital variable. La demanda de trabajo no depende del volumen del capital
total sino del capital variable, este capital variable disminuye progresivamente a
medida que aumenta el capital total, al crecer el capital total crece también el
capital variable, pero en proporción constantemente decreciente.

Los intervalos durante los cuales la producción obtiene una ganancia van
siendo cada vez más cortos al punto en el que, para que el capital pueda
absorber a determinado número de obreros, la acumulación tiene que ser cada
vez más acelerada, estos cambios afectan la composición del capital,
provocando un descenso del capital variable para hacer que aumente el
constante. Este descenso relativo del capital variable se revela como un
crecimiento relativo de la población obrera, más rápido que el del capital variable
o el de los medios de producción, la acumulación capitalista produce una
población obrera sobrante. Con la magnitud del capital social ya en funciones y
el grado de su crecimiento, con la extensión o intensificación de la escala de
producción y la masa de los obreros en activo, con el desarrollo de la fuerza
productiva de su trabajo, con el flujo mayor y más abundante de todos los
manantiales de riqueza, aumenta también la escala en que la mayor atracción
de obreros por el capital va unida a una mayor repulsión de los mismos , al
producir la acumulación del capital, la población obrera produce también, en
proporciones cada vez mayores los medios para su propio exceso relativo, es

14
esta una ley de población peculiar del régimen de producción capitalista. La
existencia de una superpoblación obrera es producto necesario de la
acumulación o del incremento de la riqueza dentro del régimen capitalista, esta
superpoblación se convierte en una de las condiciones de vida del régimen
capitalista de producción. Constituye un ejército industrial de reserva, un
contingente disponible, que pertenece al capital, dispuesto siempre a ser
explotado a medida que lo reclamen sus necesidades variables de explotación e
independiente además de los límites que pueda oponer el aumento real de la
población. Conforme el capital vaya creciendo, el producto excedente que este
vaya generando debe ser reinvertido rápidamente en nuevos medios de
producción y para esto debe haber hombres disponibles, sin que la escala de
producción en las otras orbitas se vea afectada. Es la superpoblación la que
brinda a la industria esas masas humanas. A la producción capitalista no le basta
ni mucho menos, la cantidad de fuerza de trabajo disponible que le suministra el
crecimiento natural de la población. Necesita un ejército industrial de reserva
libre de esta barrera natural. Hasta aquí partíamos del supuesto de que el
aumento o la disminución del capital variable correspondían exactamente al
aumento o a la disminución del número de obreros ocupados. Sin embargo,
aunque el número de obreros sujetos a su mando permanezca estacionario e
incluso aunque disminuya, el capital variable aumenta cuando el obrero rinde
más trabajo. A medida que ganan en volumen y en eficacia de rendimiento, los
medios de producción van dejando un margen cada vez menor como medios de
ocupación de obreros, y esta proporción de creciente todavía tiende a
modificarse en el sentido de que, conforme crece la fuerza productiva del trabajo,
el capital hace crecer su oferta de trabajo más rápidamente que su demanda de
obreros. El exceso de trabajo de los obreros en activo engrosar las filas de su
reserva, al paso que la presión reforzada que esta ejerce sobre aquellos, por el
peso de la concurrencia, obliga a los obreros que trabajan a trabajar más y a
someterse a las imposiciones del capital. La existencia de un sector de la clase
obrera condenado a ociosidad forzosa por el exceso de trabajo impuesto a la
otra parte, se convierte en fuente de riqueza del capitalista individual y acelera al
mismo tiempo la formación del ejército industrial de reserva, en una escala
proporcionada a los progresos de la acumulación social. A grandes rasgos, el
movimiento general de los salarios se regula exclusivamente por las

15
expansiones y contracciones del ejercito industrial de reserva, que corresponden
a las alternativas periódicas del ciclo industrial, obedece por tanto a la proporción
oscilante en que la clase obrera se divide en ejército en activo y ejercito de
reserva, al crecimiento y descenso del volumen relativo de la superpoblación, al
grado en que esta es absorbida o nuevamente desmovilizada. Durante los
periodos de estancamiento y prosperidad medio el ejército industrial de reserva
ejerce prisión sobre el ejército obrero en activo, y durante las épocas de
superproducción y paroxismo pone un freno a sus exigencias. La superpoblación
relativa es, por tanto, el fondo sobre el cual se mueve la ley de la oferta y la
demanda de trabajo. El mecanismo de la producción capitalista cuida de que el
incremento absoluto del capital no vaya acompañado por el alza correspondiente
en cuanto a la demanda general del trabajo. La demanda de trabajo no coincide
con el crecimiento del capital, la oferta de trabajo no se identifica con el
crecimiento de la clase obrera, como dos potencias independientes la una de la
otra que se influyesen mutuamente. El capital actúa sobre ambos frentes a la
vez. Cuando su acumulación hace que aumente, en un frente, la demanda de
trabajo, aumenta también, en el otro frente, la oferta de obreros, al dejarlos
“disponibles” al mismo tiempo que la presión ejercida por los obreros sobe los
que trabajan obliga a estos a rendir más trabajo, haciendo, por tanto, hasta cierto
punto, que la oferta de trabajo sea independiente de la oferta de obreros. Por
eso tan pronto como los obreros desentrañan el misterio de que, a medida que
trabajan más, producen más riqueza ajena y hacen que crezca la potencia
productiva de su trabajo, consiguiendo incluso que su función como instrumentos
de valoración del capital sea cada vez más precaria para ellos mismos; tan
pronto como se dan cuenta de que el grado de intensidad de la competencia
entablada entre ellos mismos depende completamente de la presión ejercida por
la superpoblación relativa; tan pronto como, observando esto, procuran
implantar, por medio de los sindicatos, etc., un plan de cooperación de los
obreros en activo y los parados, para anular o por lo menos atenuar los
desastrosos efectos que aquella ley natural de la producción capitalista acarrea
para su clase, el capital y su sicofante, el economista, se ponen furiosos,
clamando contra la violación de la ley “eterna” y casi “sagrada” de la oferta y la

16
demanda. Toda inteligencia entre los obreros desocupados y los obreros que
trabajan estorba, en efecto, el “libre” juego de esa ley.6

4.1. Composición orgánica del capital

relación, con arreglo al valor, entre el capital constante y el capital variable,


dado que dicha relación refleja la composición técnica del capital (ver), es decir,
la relación entre la masa de medios de producción y la fuerza de trabajo viva.
Desde el punto de vista material, el capital se descompone según una
determinada proporción en máquinas, herramientas, materia prima y materiales
auxiliares, por una parte, y en fuerza de trabajo viva por otra parte. La relación
entre la masa de medios de producción y el trabajo vivo (la cantidad de fuerza
de trabajo) depende de las particularidades técnicas de la rama dada de
producción, del grado de desarrollo técnico de la sociedad y, finalmente del nivel
técnico de la empresa dada. Esta relación se denomina composición técnica del
capital y refleja el nivel del desarrollo técnico de una empresa, de una rama o de
la producción social en su conjunto. La composición, en cuanto al valor, del
capital, es la relación entre la magnitud del valor del capital constante y la del
valor del capital variable. La composición del capital por su valor no sólo se
caracteriza por el nivel del desarrollo técnico de la producción, sino que también
depende del cambio en los precios de las máquinas, herramientas, materias
primas y del valor de la fuerza de trabajo. Entre la composición del capital por su
valor y su composición técnica existe una estrecha interdependencia. Cuanto
más elevada es la segunda, tanto mayor es la masa de capital constante que
corresponde a la unidad de capital variable. Por lo tanto, la relación conjuga
orgánicamente la expresión tanto de la composición técnica del capital como de
la composición del capital por su valor. El crecimiento de la composición orgánica
del capital designa el desarrollo preferente de las ramas de producción que
fabrican medios de producción, dado que el capital constante aumenta más
rápidamente que el capital variable. Con el desarrollo del capitalismo, en el
proceso de la acumulación del capital crece la composición orgánica de este

6
Karl Marx en su obra “El Capital” Capítulo 23 del libro I.

17
último, lo cual refleja el crecimiento de la productividad del trabajo, el
perfeccionamiento de la técnica de la producción.

4.2. Superpoblación relativa

La superpoblación relativa existe bajo las más diversas modalidades.


Todo obrero forma parte de ella durante el tiempo que está desocupado o trabaja
solamente a medias. Prescindiendo de las grandes formas periódicas que le
imprime el cambio de fases del ciclo industrial y que unas veces, en los períodos
de crisis, hacen que se presente con carácter agudo, y otras veces, en las
épocas de negocios flojos, con carácter crónico, la superpoblación relativa
reviste tres formas constantes: la flotante, la latente y la intermitente.

En los centros de la industria moderna –fábricas, manufacturas, altos


hornos, minas, etc. Nos encontramos con que la producción tan pronto repele
como vuelve a atraer contingentes obreros en gran cantidad, por donde el
número de obreros en activo aumenta en términos generales, aunque siempre
en proporción decreciente a la escala de producción. Aquí, la superpoblación
existe en forma flotante.

Tanto en las verdaderas fábricas como en todos los grandes talleres que
funcionan a base de maquinaria o en los que se introduce, por lo menos, la
división moderna del trabajo, se necesitan masas de obreros varones que no
hayan alcanzado todavía la edad juvenil. Al llegar a esta edad, sólo un número
muy reducido encuentra cabida en las dependencias de la misma fábrica o taller;
la mayoría de estos obreros se ven, generalmente despedidos. Estos obreros
pasan a engrosar la superpoblación fluctuante, que crece al crecer las
proporciones de la industria. Una parte de ellos emigran, yendo en realidad en
post del capital emigrante. Una de las consecuencias de esto es que la población
femenina crezca con mayor rapidez que la masculina: testigo, Inglaterra. El
hecho de que el incremento natural de la masa obrera no sacie las necesidades
de acumulación del capital, y a pesar de ello las rebase, es una contradicción
inherente al propio proceso capitalista. El capital necesita grandes masas de
obreros de edad temprana y masas menores de edad viril. Esta contradicción no
es más escandalosa que la que supone quejarse de falta de brazos en un

18
momento en que andan tirados por la calle miles de hombres porque la división
del trabajo los encadena a una determinada rama industrial. Además, el capital
consume la fuerza de trabajo con tanta rapidez, que un obrero de edad media es
ya, en la mayoría de los casos, un hombre más o menos caduco. Se le arroja al
montón de los supernumerarios o se le rebaja de categoría. Los obreros de la
gran industria son precisamente los que acusan las cifras de vida más corta. “El
Dr. Lee, funcionario de Sanidad de Manchester, ha comprobado que en esta
ciudad la duración media de la vida, en la clase pudiente, son 38 años y en la
clase obrera solamente 17. En Liverpool, es de 35 años para la primera y de 15
para la segunda. De donde se sigue que la clase privilegiada tiene una licencia
de vida (have a lease of life) más del doble mayor que la que disfrutan sus
conciudadanos menos pudientes.” En tales condiciones, el crecimiento absoluto
de esta fracción del proletariado reclama una forma que incremente su número,
aunque sus elementos se desgasten rápidamente. Reclama, por tanto, un relevo
rápido de las generaciones obreras. (Para las demás clases de la población, no
rige la misma ley.) Esta necesidad social se satisface por medio de matrimonios
prematuros, consecuencia necesaria de las condiciones en que viven los obreros
de la gran industria, y mediante la prima que la explotación de los niños obreros
brinda a la procreación.

Tan pronto como la producción capitalista se adueña de la agricultura, o


en el grado en que la somete a su poderío, la acumulación del capital que aquí
funciona hace que aumente en términos absolutos la demanda respecto a la
población obrera rural, sin que su repulsión se vea complementada por una
mayor atracción, como ocurre en la industria no agrícola. Por tanto, una parte de
la población rural se encuentra constantemente abocada a verse absorbida por
el proletariado urbano o manufacturero y en acecho de circunstancias propicias
para esta transformación. (La palabra “manufacturero”, tal como aquí se emplea,
engloba a toda la industria no agrícola.) Como vemos, esta fuente de
superpoblación relativa flota constantemente. Pero, su flujo constante hacia las
ciudades presupone la existencia en el propio campo de una superpoblación
latente constante, cuyo volumen sólo se pone de manifiesto cuando por
excepción se abren de par en par las compuertas de desagüe. Todo esto hace

19
que el obrero agrícola se vea constantemente reducido al salario mínimo y viva
siempre con un pie en el pantano del pauperismo.

La tercera categoría de la superpoblación relativa, la intermitente, forma


parte del ejército obrero en activo, pero con una base de trabajo muy irregular.
Esta categoría brinda así al capital un receptáculo inagotable de fuerza de trabajo
disponible. Su nivel de vida desciende por debajo del nivel normal medio de la
clase obrera, y esto es precisamente lo que la convierte en instrumento dócil de
explotación del capital. Sus características son: máxima jornada de trabajo y
salario mínimo. Bajo el epígrafe del trabajo domiciliario, nos hemos enfrentado
ya con su manifestación fundamental. Su contingente se recluta constantemente
entre los obreros que dejan disponibles la gran industria y la agricultura, y sobre
todo las ramas industriales en decadencia, aquellas en que la industria artesana
sucumbe ante la industria manufacturera y ésta se ve desplazada por la industria
maquinizada. Su volumen aumenta a medida que la extensión y la intensidad de
la acumulación dejan “sobrantes” a mayor número de obreros. Pero, esta
categoría constituye al mismo tiempo un elemento de la clase obrera, que
reproduce a sí mismo y se eterniza, entrando en una proporción relativamente
mayor que los demás elementos en el crecimiento total de aquélla. De hecho, no
sólo la masa de los nacimientos y defunciones, sino también la magnitud
numérica de las familias se halla en razón inversa a la cuantía del salario, es
decir, de la masa de medios de vida de que disponen las diversas categorías de
obreros. Esta ley de la sociedad capitalista sonaría a disparatada entre salvajes,
e incluso entre los habitantes civilizados de las colonias. Es una ley que recuerda
la reproducción en masa de especies animales individualmente débiles y
perseguidas.

Categorías:

 Personas aptas para el trabajo.


 Huérfanos e hijos de pobres.
 Arruinados, degenerados, no aptas para el trabajo.

20
4.3. Concentración y centralización del capital

El desarrollo cíclico da lugar a la continua desaparición de empresas que


quedan “marginadas” por la crisis. Desde el punto de vista de la productividad
técnica del trabajo, subsisten aquellas empresas mejor preparadas (por la
introducción de innovaciones, solidez financiera, etc.) y que, por tanto, tienen un
tiempo de trabajo individual menor que el socialmente necesario, que marcaban
las empresas más obsoletas.

A partir de la desaparición de éstas, este menor tiempo individual se


convierte, a su vez en el socialmente necesario, es decir, fija la media de
productividad, con lo que obliga a los competidores al desarrollo generalizado de
las fuerzas productivas.

La crisis actúa como mecanismo de saneamiento de la rentabilidad del


capital, y se manifiesta, desde el punto de vista de la reorganización técnica del
capital. En está opera un doble proceso: el objetivo, dimensionado por las masas
de capital necesarias y el subjetivo, dados entre los sujetos para el relanzamiento
de la acumulación. Entonces se concentra más capitales para apropiarse de más
fuentes de valorización y obtener más ganancias, y cada vez menos número de
personas centralizan la posesión de ese capital acrecentado, este proceso de
concentración y centralización del capital se manifiesta en la aparición de los
monopolios.

Desde el punto de vista de las fracciones del capital, la concentración y


centralización tiene su agente fundamental en el capital financiero. Este último,
poseedor del capital dinero, que adquiere una importancia esencial dada la
conversión del dinero en capital. Con el control de la circulación monetaria y de
la financiación -capital congelado en forma de dinero-, principalmente por medio
de los depósitos, cuya propiedad formal continúa siendo del depositante, pero
cuya posesión ejerce la Banca.

Sólo su fusión con el capital industrial le permite acceder a esta última, y


controlar desde su seno mismo el proceso de acumulación y valorización del
capital social global La Banca puede tener tres fuentes de ganancias: el interés
(derivado de la circulación), el dividendo (derivado su participación en

21
sociedades anónimas) y las ganancias que se obtiene de su participación en la
valorización directa del capital.).

El proceso de concentración y centralización, dirigido por el capital


financiero, se convierte, así, en un proceso aditivo o acumulativo: con cada crisis,
a lo largo de cada proceso de depresión, son menos los que más acumulan para
reiniciar, a mayor escala, la acumulación y apropiación del excedente.7

5. LA ACUMULACIÓN DEL CAPITAL Y EL EMPEORAMIENTO DE LA


SITUACIÓN DE LA CLASE OBRERA

Después de descubrir y explicar las leyes de la acumulación capitalista,


Marx formuló la esencia de la ley general absoluta de la acumulación capitalista.

“Cuanto mayores son la riqueza social, el capital en funciones, el volumen


y la intensidad de su crecimiento y mayores también, por tanto, la magnitud
absoluta del proletariado y la capacidad productiva de su trabajo, tanto mayor es
el ejército industrial de reserva. La fuerza de trabajo disponible se desarrolla por
las mismas causas que la fuerza expansiva del capital. La magnitud relativa del
ejército industrial de reserva crece, por consiguiente, a medida que crecen las
potencias de la riqueza. Y cuanto mayor es este ejército de reserva en proporción
al ejército obrero en activo, más se extiende la masa de la superpoblación
consolidada, cuya miseria se halla en razón inversa a los tormentos de su
trabajo. Y finalmente, cuanto más crecen la miseria dentro de la clase obrera y
el ejército industrial de reserva, más crece también el pauperismo oficial. Tal es
la ley general, absoluta, de la acumulación capitalista.”8

De ahí se infiere que en la sociedad capitalista empeora sistemática y


progresivamente la situación de los obreros conforme crece la riqueza social. La
ofensiva contra la clase obrera se ha intensificado con especial ahinco durante
la posguerra en virtud de la carrera armamentista, del incremento de la inflación
y de los impuestos y del ataque general de los monopolios contra los derechos
vitales de los trabajadores.

7
Apuntes sobre Macroeconomía y Política Económica.
8
C. Marx, El Capital, ed. cit, tomo I pág. 546.

22
La Economía política marxista-leninista señala el doble carácter del
empeoramiento de la situación de la clase obrera. Hay un empeoramiento
relativo y otro absoluto.

El primero se caracteriza por una disminución de la parte que corresponde


a la clase obrera en la renta nacional:

“La participación comparativa de los obreros en la renta de la sociedad


capitalista, que se enriquece rápidamente, va siendo cada vez menor, pues los
millonarios se enriquecen cada vez con mayor celeridad.”9

Actualmente, en los Estados Unidos, la parte de la renta nacional que


perciben los obreros se aproxima tan sólo al 40 por 100, mientras que en 1923
les correspondía el 54 por 100. Y es de notar que el 10 por 100 de las familias
poco pudientes perciben sólo el 1 por 100 de la renta total, mientras un 10 por
100 de familias potentados perciben más del 30 por 100 de la suma total de la
renta.

Antes de la segunda guerra mundial, correspondía a los trabajadores de


Inglaterra el 45 por 100 de la renta nacional, y en la posguerra les corresponde
únicamente el *10 por 100. En 1938, los salarios que se pagaban en Francia
equivalían al 45 por 100 de la renta nacional. Hoy equivalen tan sólo al 30 por
100.

Al disminuir la parle correspondiente a la clase obrera en la renta nacional,


aumenta la de los capitalistas, y aun así, la parte del león se la llevan los grandes
magnates del capital, cuyos ingresos alcanzan cifras fantásticas. En el
capitalismo, la riqueza nacional se concentra cada vez más en manos de unos
cuantos.

En los Estados Unidos, por ejemplo, según testimonio de la revista


Fortune, 201 personas disfrutan de un ingreso anual de más de un millón de
dólares.

Una característica del empobrecimiento relativo como es el descenso de


la participación de la clase obrera en la renta nacional no tiene carácter

9
V. I: Lenin, Obras, tomo 18, pág. 406.

23
exhaustivo. No lo tiene porque, actualmente, en la mayoría de los países
capitalistas se conserva un amplio sector de pequeños productores,
principalmente campesinos, que también participan con su trabajo en la creación
de la renta nacional. De ahí que en algunos países y en ciertos períodos sea
posible que la participación de la clase obrera en la renta nacional aumente en
virtud de la ruina de los campesinos y de la emigración de éstos a la ciudad.

Por consiguiente, la más acertada característica de la situación del


proletariado será la que nos ofrezca la dinámica de la participación de la clase
obrera no en toda la renta nacional, sino en aquella parte que se crea en las
empresas capitalistas, es decir, la comparación del salario de los obreros con los
beneficias de los patronos. Si adoptamos este procedimiento metodológico para
investigar el empobrecimiento relativo, la industria norteamericana nos ofrecerá
el cuadro que damos a continuación:

A mediados del siglo xix, el obrero trabajaba para sí tres quintas partes de
su tiempo y dos quintas partes para el capitalista. A mediados del siglo xx, el
obrero trabaja ya para el patrono dos terceras partes de la jornada y sólo una
tercera parte para sí.

Al formular la ley general de la acumulación capitalista, Marx indicó que,


en el proceso acumulativo del capital, o sea durante la evolución del capitalismo,
la acumulación de la riqueza en manos de la burguesía va acompañada de la
acumulación de la miseria y de los tormentos del trabajo para la clase obrera.

Para tener una idea cabal do las. condiciones de existencia del


proletariado en la sociedad capitalista, conviene considerar los múltiples factores
que determinan dicha situación, es decir, las proporciones de la superpoblación
relativa, el nivel del salario real, el estado de las categorías de trabajadores peor
retribuidos, la vida de las masas laboriosas en las colonias y países
dependientes, las condiciones de trabajo en las empresas capitalistas, el estado
de la vivienda y de la salud de: los trabajadores, la duración de la vida de trabajo
de. los obreros, la influencia de las guerras y de las crisis económicas en la
situación de los trabajadores, etc. Y no conviene perder de vista que los diversos
factores determinantes de la situación de los trabajadores suelen cambiar en
diferente grado c incluso en distinta dirección.

24
Al estudiar la situación de los trabajadores bajo el capitalismo, ha de
tenerse en cuenta que su empeoramiento no constituye un proceso relámpago,
susceptible de ser mostrado con el empleo de cualquier período de tiempo
tomado al azar. Para comparar la situación de los trabajadores han de tomarse,
por lo menos, dos ciclos capitalistas, pues dentro de un ciclo la situación de los
trabajadores cambia de acuerdo con la fase de su ciclo: empeora bruscamente
en época de crisis y mejora algo en período de auge.

Tampoco es idéntica la situación de los trabajadores en época de guerra


y en época de paz. Durante los conflictos bélicos; las condiciones de vida de las
clases laboriosas empeoran catastróficamente, mientras que en época de paz
experimentan una mejoría.

La creación del ejército de reserva de mano de obra y su crecimiento a


medida que se desarrolla el capitalismo es una importantísima consecuencia de
la acumulación capitalista. La depauperación absoluta de los trabajadores, a
juicio de Marx, tiene íntima conexión con el incremento del paro. Marx decía que
la creación de la superpoblación relativa presuponía la miseria para las masas
trabajadoras.

Y es cierto. En el régimen capitalista, el obrero vive por la venta de su


fuerza de trabajo y, aparte el salario, carece de toda fuente de subsistencia. En
estas circunstancias, quedarse sin trabajo y, por consiguiente, sin salario
representa una terrible calamidad. Los sin-trabajo se mueren literalmente de
hambre y no pueden obtener asistencia médica ni pagar el alquiler. Su situación
y la de sus familias es verdaderamente trágica. Con motivo de la agudización del
paro en 1960, muchos obreros sin trabajo de los Estados Unidos deseaban ser
recluidos en prisión, ya que no tenían donde recogerse. A menudo son
despojados hasta de sus enseres, que allí se suelen comprar a plazos.

De acuerdo con los datos proporcionados por una inspección médica de


las familias obreras de Fukuoka (Japón), realizada en octubre de 1959,
solamente el 7,0 por 100 de los niños estaban sanos. Los restantes padecían
enfermedades de la piel y del estómago, producidas por la subalimentación y el
tracoma.

25
La propaganda burguesa, en su afán de velar la exacerbación de las
contradicciones de clase, invoca sin cesar la existencia del seguro de paro en
los países capitalistas. Mas no conviene conceder gran trascendencia al tal
subsidio. En primer lugar, lo reciben tan sólo los cesantes registrados que son
miembros de los sindicatos; quiere decir que las personas no registradas como
sin trabajo por la estadística oficial se ven privadas de él. En segundo lugar, los
subsidios son extraordinariamente bajos, muchas veces insuficientes para cubrir
siquiera los gastos de alimentación de la familia. Y, por último, el subsidio,
particularmente en los Estados Unidos, se concede sólo por medio año, al expirar
el cual el obrero en paro queda abandonado a su propia suerte.

El paro representa una desgracia no sólo para quienes han perdido su


empleo, sino para la clase obrera en general. Faltos de todo ingreso, los sin-
trabajo tienen que vivir a costa de los familiares que trabajan, y esto, de por sí,
hace descender el nivel de vida de los trabajadores ocupados. Son
extraordinariamente grandes las mermas de los ingresos de la clase obrera a
causa del paro.

Un economista norteamericano, Lynch, calculó que en el período que va


de 1930 a 1938, las pérdidas sufridas a causa del paro por los obreros y
empleados de su país, sin contar los de la agricultura, alcanzaron a 120.000
millones de dólares y superaron en 2,4 veces la suma total de los salarios de
1929.

Además, el paro debilita la resistencia de la clase obrera, pues permite


coaccionar a los que trabajan, rebajarles los salarios y empeorarles las
condiciones de trabajo. Por su parte, la superpoblación agraria, o latente,
también contribuye a agravar las condiciones de vida de la clase obrera.

Uno de los principales índices de la situación de aquélla nos lo


proporcionan los dalos sobre las fluctuaciones del salario real. Bajo el
capitalismo, se nota en él la tendencia al descenso, y en la época actual, con la
existencia del paro forzoso, la disminución del salario hasta un nivel inferior al
valor de la fuerza de trabajo es ya cosa habitual. Uno de los procedimientos
principales para rebajar el salario real consiste en “congelar” el salario, mientras
crecen los precios de los artículos de primera necesidad. La inflación,

26
particularmente en las circunstancias creadas por el capitalismo contemporáneo,
representa también un importante instrumento para disminuir el salario real.

Debido al descenso del poder adquisitivo del dinero y al alza constante de


los precios, el coste de la vida en los países capitalistas aumenta sin cesar, pero,
pese a ello, los monopolios aplican la política de “congelación” del salario.

Así vemos que, en Inglaterra, el salario promedio anual de 1959 creció en


el 2,5 por 100 respecto a 1958, pero el precio de las grasas aumentó en el 22
por 100, el del calzado en el 4 por 100, las tarifas ferroviarias en el 50 por 100 y
los alquileres en más de 20 por 100 en comparación con 1957.

El salario de un metalúrgico calificado de la región de París ha crecido en


20,5 veces en comparación con 1938, pero los precios han subido en 32,5 veces.
Por consiguiente, el poder adquisitivo general se ha reducido en 38 por 100, pese
a que la jornada se ha prolongado en un 15 por 100.

El retraso entre el crecimiento del salario nominal y el del coste de. la vida
trae como consecuencia el descenso del salario real.

Otro factor de la disminución del salario real es el ininterrumpido


crecimiento de los impuestos en los países capitalistas, crecimiento relacionado
con la carrera de armamentos. Según cálculos de economistas burgueses, los
impuestos directos e indirectos hacen que los ingresos de la familia media
americana hayan descendido en el 30 por 100, los de la inglesa en el 22 por 100,
los de la francesa en el 28 por 100, los de la italiana en el 20 por 100 y los de la
alemana occidental en el 30 por 100.

El peso principal de los impuestos en los países capitalistas recae sobre


los sectores laboriosos de la población. En su política tributaria, el Estado
burgués persigue objetivos clasistas perfectamente definidos, arrojando todo el
peso de los impuestos sobre las espaldas de los trabajadores y reduciendo los
de los monopolios. Por ejemplo, el gobierno de los Estados Unidos otorgó a las
corporaciones, en 1954, una serie de privilegios: supresión de los impuestos a
las superganancias, reducción del impuesto sobre los dividendos y abolición de
algunos impuestos del timbre, por un total de 10.000 millones de dólares.

27
Cerca de las tres cuartas partes de los impuestos sobre los ingresos en
los Estados Unidos corresponden a las familias que perciben hasta cuatro mil
dólares, es decir, un ingreso inferior al mínimo de vida oficialmente establecido.

Examinando los principales países capitalistas, vemos que la participación


de la población y la de los monopolios en la masa general de ingresos por
tribulación se distribuye actualmente como sigue:

En los Estados Unidos, corresponde a la población el 82 por 100, y a los


monopolios el 18; en Inglaterra, el 83,4 y el 1G,6 por 100, respectivamente; en
Francia, el 84,5 y el 15,5; y en la República Federal Alemana, el 91,5 y el 8,5 por
100.

Los impuestos recaudados entre la población van a parar, en última


instancia, a las arcas de los monopolios a través de diversos artículos del
capítulo de gastos del presupuesto. Los magnates de las finanzas de los países
capitalistas no obtienen sino lucros con el aumento de los ingresos.

La subida de los precios, el incremento de los impuestos y la “congelación”


de los salarios en los países capitalistas producen un descenso del salario real
de la clase obrera que en Francia y en muchos otros países aún no ha llegado a
alcanzar el nivel de preguerra.

Cuando examinamos el descenso del salario real en el capitalismo, no


debemos olvidar que uno de los motivos de la reducción del salario medio y, por
consiguiente, del empeoramiento de la situación de la clase obrera en su
conjunto, es la disminución relativa del número de obreros calificados. La
producción capitalista moderna, con su estríela especialización y mecanización
de las operaciones, requiere relativamente menos mano de obra calificada.
Analizando el proceso de depauperación de los trabajadores de Francia, Mauricc
Thorez señala: La considerable disminución relativa del número de obreros
calificados contribuye a la rebaja del nivel medio de los salarios.”10

Esta tendencia del salario al descenso en el régimen capitalista no


siempre se manifiesta. Durante la posguerra, el salario real ha aumentado en los
principales países capitalistas. En los Estados Unidos, Inglaterra y Francia, el

10
M. Thorez, Nuevos datos sobre el empeoramiento de los trabajadores de Francia, pág. 19.

28
salario real, tomado en conjunto, es hoy superior al cíe los años subsiguientes a
la contienda.

Exagerando la importancia del alza del salario real durante algunos


períodos y, en particular, durante la posguerra, en los países capitalistas más
avanzados, los portavoces del moderno revisionismo, encuadrados entre los
socialistas de derecha, llegan a la conclusión de que la teoría marxista sobre el
empeoramiento de la situación de la clase obrera no está avalada por la realidad
y, por consiguiente, carece de consistencia. Pero semejantes manifestaciones
no resisten la prueba de la crítica.

El marxismo, que estudia la vida social en toda su complejidad, considera


cualquier ley económica como una tendencia característica que, en su
desarrollo, se abre paso a través de múltiples fluctuaciones, y nunca ha negado
la posibilidad de un aumento temporal del salario bajo el capitalismo. Este
aumento ha sido logrado durante el período de posguerra en los principales
países capitalistas mediante una encarnizada lucha de los obreros contra los
patronos. Pero esa pequeña elevación no constituye un testimonio del
mejoramiento de la situación de la clase obrera en su conjunto.

En primer término, el aumento no se ha conseguido en todos, sino sólo en


los principales países capitalistas. En los restantes, y particularmente en las
colonias y países dependientes, la situación fie los trabajadores sigue siendo
muy precaria.

En segundo término, el aumento en cuestión llevó aparejado un


reforzamiento de la explotación capitalista. Durante los años de posguerra, la
producción por hombre y hora en los Estados Unidos creció en una tercera parte,
y las ganancias de los capitalistas se duplicaron. En Inglaterra, la producción por
hombre y hora aumentó también en una tercera parte, y las ganancias de los
patronos se cuadruplicaron.

En tercer lugar, el salario real no constituye el único índice del nivel de la


vida de la clase obrera. Sólo tomando en consideración todos los factores que
determinan ese nivel podemos obtener un cuadro objetivo de la situación de los
trabajadores bajo el capitalismo. Un solo elemento no basta para lograr una
característica completa de las alteraciones del nivel de vida de los trabajadores.

29
Al estudiar la situación del proletariado y las fluctuaciones del salario real
conviene tener presente que la clase obrera, en las circunstancias creadas por
el capitalismo, y muy particularmente por el capitalismo contemporáneo, está
lejos de ser homogénea. La Economía política marxista-leninista aconseja que,
al analizar la situación de los trabajadores, se enfoque a la clase obrera como un
todo, teniendo en cuenta el nivel de vida de los cuadros obreros fundamentales
y de las categorías peor retribuidas en los países capitalistas adelantados, así
como la situación de los trabajadores de los países coloniales y dependientes.
Este enfoque es el único acertado, puesto que el bienestar de los grupos
privilegiados de la clase obrera se basa en la mayor explotación y en el
empeoramiento de las condiciones de vida de la masa fundamental de los
trabajadores.

Por ejemplo, al enjuiciar la situación de la clase obrera en los Estados


Unidos, ha de tener en cuenta que, junto a una capa privilegiada, no superior al
20 por 100 de la totalidad de los obreros, y junto a los cuadros fundamentales de
la clase obrera, existe allí una serie de categorías de trabajadores que padecen
discriminación en cuanto al pago del trabajo: las mujeres, los niños, los ancianos,
los braceros agrícolas, los negros, los mexicanos y otros, que, en su conjunto,
alcanzan a más del 50 por 100 de los obreros de Norteamérica.

Existe allí una ley de salario mínimo, igual a un dólar por hora, lo que, con
una semana de cuarenta horas, hace un total de unos dos mil dólares al año.
Pero la ley del salario mínimo no abarca a casi la mitad de los operarios.

Así, pues, la discriminación en el pago del trabajo afecta, virtualmente, a


la mayoría de los obreros de los Estados Unidos y, por consiguiente, el nivel de
vida de esta mayoría es el más característico de la situación de los trabajadores
estadounidenses.

La discriminación en lo tocante al salario de la mayoría de los obreros


permite a los patronos incrementar sus ganancias y, con ellas, sobornar a la
aristocracia obrera.

Para presentar un cuadro auténtico de la vida de la clase obrera en su


conjunto hay que mostrar la calamitosa situación de los trabajadores de las
colonias y países de dependientes, ya que, en las condiciones del imperialismo,

30
no es posible establecer una separación entre las circunstancias en que viven
los trabajadores de dichas naciones y los de los países capitalistas adelantados.
Los monopolios extraen beneficios colosales de la explotación de los
trabajadores de las colonias y de los países dependientes, y estas ganancias les
permiten conceder unas migajas más a la aristocracia obrera y, de cuando en
cuando, hacer alguna concesión al grueso de la clase obrera de las metrópolis.

Las masas trabajadoras de las colonias y países dependientes viven al


borde del hambre y la miseria. En los países subdesarrollados de Asia y de África
la renta nacional per capita es de 20 a 25 veces más baja que en los Estados
Unidos. Los salarios de los obreros en aquellos países son extraordinariamente
bajos, inferiores, por regla general, al mínimo de vida local y mucho más
reducidos que los de los trabajadores de los principales países capitalistas.

En Ispahan (Irán) los tejedores ganan 35 ríales al día; las mujeres, 22, y
los niños de diez a doce años, que trabajan hasta doce horas, perciben quince
ríales, cuando el kilo de pan vale dieciséis. “Los obreros de las panaderías —
dice una declaración del Sindicato de Panaderos de Teherán—, que trabajan
doce horas al día en durísimas condiciones, no disfrutan de ningún día de asueto,
no descansan al año ni una sola jornada, y la ley del retiro obrero no les ampara/’

En la antigua colonia inglesa de Jamaica, un obrero nativo gana del 20 al


50 por 100 del salario de un obrero inglés, mientras que los precios de los
comestibles en Inglaterra son dos veces más baratos que en Jamaica. En
Singapur, que de hecho es una colonia de la Oran Bretaña, cerca del 40 por 100
de los obreros perciben menos de 120 dólares malayos al mes, y para satisfacer
las necesidades de una familia de tres personas se calcula que el mínimo
indispensable es de 14G. Datos oficiales dicen que un obrero de cada cuatro
carece del mínimo indispensable de alimentación en Singapur.

Por realizar una misma labor, los obreros de las colonias cobran 10 ó 12
veces menos que los europeos, y son muy pocos los nativos a los que se los
permite adquirir una buena calificación profesional. Cuando el Congo era todavía
colonia belga, tan sólo cuatro africanos tic cada mil poseían una profesión; los
demás trabajaban como braceros.

31
Son asimismo muy difíciles las condiciones de vivienda de los
trabajadores de las colonias y países dependientes. La población urbana habita
en condiciones de gran hacinamiento y, en muchos casos, los nativos viven en
barrios separados. En ciertas colonias, el alquiler se lleva de una tercera parte a
la mitad del salario mensual del obrero.

Por realizar una misma labor, los obreros e las colonias cobran 10 o 12
veces menos que los europeos, y son muy pocos los nativos a los que les permite
adquirir una buena calificación profesional. Cuando el Congo era todavía colonia
belga, tan sólo cuatro africanos tic cada mil poseían una profesión; los demás
trabajaban como braceros.

Son asimismo muy difíciles las condiciones de vivienda de los


trabajadores de las colonias y países dependientes. La población urbana habita
en condiciones de gran hacinamiento y, en muchos casos, los nativos viven en
barrios separados. En ciertas colonias, el alquiler se lleva de una tercera parte a
la mitad del salario mensual del obrero.

La situación económica de la población indígena en general es difícil. Los


imperialistas mantienen inficiones clave en la economía, y los monopolios
norteamericanos ganan de dos a tres dólares por cada dólar invertido en los
países subdesarrollados.

No es mejor la situación de los campesinos de las colonias y países


dependientes,

agobiados por los impuestos, por el engaño a que le someten los


intermediarios y por las arbitrariedades de los ricos y de las autoridades.

Ilay en el Irán muchos campesinos que desconocen el azúcar, que comen


carne dos o tres veces al año y que muy a menudo se alimentan de hierbas.
Viven en chozas de barro, sin ventanas y con un trozo de fieltro colgado sobre
un agujero a modo de puerta.

Jorge del Prado, secretario del Comité Central del Partido Comunista del
Perú, declaró ante el XXII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética
que la renta media anual per capita en su país es de 82 dólares y la de un
campesino, tan sólo de cuatro dólares, mientras que las ganancias del capital

32
americano invertido en su país desde 1949 hasta 1959 ascienden a 311 millones
de dólares.11

En su informe ante el XXII Congreso del Partido Comunista de la Unión


Soviética, Nikita Jruschov habló de la situación de los trabajadores de las
colonias y países dependientes en los términos siguientes:

“Después de muchos años de «preocupación» de los «civilizadores»


capitalistas por las colonias, millones de personas mueren literalmente de
hambre en Asia, África c Iberoamérica. El promedio de duración de la vida del
hombre en dichos continentes es casi la mitad que en las antiguas metrópolis.
En África alcanza excepcionales proporciones la mortalidad infantil. Más del 80
por 100 de la población adulta de África y del 40 por 100 de la de Iberoamérica
no sabe leer ni escribir.”12

Al estudiar la situación de las masas trabajadoras conviene tener en


cuenta las condiciones de trabajo en las empresas capitalistas.

Entiéndase por condiciones de trabajo la duración de la jornada, el grado


de intensidad de las operaciones, el estado de la seguridad laboral y las
condiciones sanitarias c higiénicas.

Hasta hoy día sigue teniendo actualidad el problema de la duración de la


jornada de trabajo, aunque en los países capitalistas desarrollados hay leyes que
la regulan. Pero, en primer lugar, en las colonias, países dependientes y poco
desarrollados, la jomada de trabajo, por regla general, no está fijada
legislativamente y dura, en la práctica, de catorce a dieciséis horas; en segundo
lugar, las leyes que limitan la jornada de trabajo dejan de regir en caso de guerra,
y, en tercer lugar, la limitación legislativa de la jornada no descarta las llamadas
horas extraordinarias.

El bajo nivel de los salarios obliga a los obreros a trabajarlas.

11
Prauda, 30 de octubre de 1961.
12
N. S. Jruschov, sobre el programa del Partido Comunista de la Unión Soviética, página 15.

33
“Para complementar el mísero salario —escribe Mauricc Thorez—, los
obreros trabajan horas extraordinarias: los patronos les impulsan a ello con el fin
de aumentar la plusvalía.”13

La prolongación de la jomada, de manera directa o encubierta bajo el


disfraz, de las horas extraordinarias, representa un consumo adicional de fuerza
de trabajo, una reducción de la parte retribuida del valor de aquélla.

Uno de los factores que provocan el empeoramiento de las condiciones


de trabajo de la clase obrera y de la situación de los trabajadores en general es
la acentuada intensificación del trabajo en las empresas capitalistas. Esta
intensificación, realizada ininterrumpidamente, representa un mayor desgaste do
la mano de obra y, por consiguiente, eleva el valor de la fuerza de trabajo, pues
el mayor desgaste de la mano de obra y el aumento de su valor no van
acompañados, de ordinario, de un incremento del salario.

En las condiciones del capitalismo contemporáneo, el aumento de la


intensidad del trabajo y el empeoramiento de la situación de la clase obrera se
verifican con celeridad colosal.

Los sistemas de explotación acelerada han alcanzado extraordinaria


difusión en los Estados Unidos. En carta al Daily Worker, un obrero
norteamericano decía: “En ninguna parte del mundo padecen los obreros un
sistema de explotación tan horrible como en nuestros Estados Unidos. El trabajo
acelerado es más duro cada año. Al final de la jornada, el obrero queda como un
limón exprimido. Apenas es capaz de salir a la calle para tomar el autobús. Se
quejan do ello lodos los obreros, lo mismo los viejos que los jóvenes... Nada tiene
de extraño (pie el obrero de hoy sufra de agotamiento nervioso, que quede
incapacitado tan pronto y que los Estados Unidos den el mayor porcentaje do
enfermedades psíquicas en el mundo.”

Man rice Thorez recoge datos interesantísimos sobre la intensidad del


trabajo en las fábricas francesas en su libro Nuevos dalos sobre el
empobrecimiento de los trabajadores de Francia.

13
M. Thorez, Nuevos datos sobre el empeoramiento de los trabajadores de Francia, página 52.

34
En las factorías de la firma Salmón en Armcnticres -escribe Thorez. -, el
mismo trabajo anterior es ejecutado por dos terceras partes de los obreros que
antes trabajaban y, a juicio de los trabajadores más veteranos, los jóvenes
menores de veinte años no resistirán el actual ritmo más de siete u ocho años.
‘‘La perspectiva que ofrece el capitalismo a la juventud obrera es el agotamiento
físico a los treinta años y el despido ulterior.”14

La reducción de la vida laboral del obrero bajo el capitalismo moderno ha


sido corroborada por el ex ministro de Trabajo de los Estados Unidos Mitchcll,
quien ha expresado la opinión de que en los Estados Unidos “la industria muestra
la tendencia a considerar a un hombre de cuarenta y cinco años como un sujeto
poco apto para correr el riesgo de contratarlo”.

A causa del descenso del nivel de vida de la clase obrera, del aumento ríe
la intensidad del trabajo y del empeoramiento de las condiciones del mismo en
las empresas capitalistas, cunden las enfermedades, la mortalidad profesional y
los accidentes. En 1958 hubo en los Estados Unidos 1.400.000 accidentes de
trabajo, y actualmente la cifra anual es de 2.000.000 aproximadamente.
Proporciones similares tienen los accidentes de trabajo en Francia y en la
Alemania occidental.

El empobrecimiento de las masas trabajadoras trac consigo una reducción


del consumo de alimentos de calidad en los países capitalistas.

En su libro los alimentos y el pueblo, el sociólogo inglés John Boyd Orr


muestra que, en 1935, la calidad de la alimentación de más de 15 millones do
ingleses era inferior a la de los trabajadores del siglo XVII. Actualmente, los
alimentos que consumen los obreros ingleses no son mejores que en 1935.

El menor consumo de productos do calidad trac aparejada la aparición de


toda clase de sucedáneos. De 1939 a 1948 se duplicó en Estados Unidos el
consumo de margarina, a costa de una reducción drástica del de mantequilla. El
jefe de una misión suiza que visitó América en 1953 comprobó, entristecido, que
la margarina y el aceite vegetal do calidad inferior iban desplazando más y más
la mantequilla.

14
Ibídem, página 52.

35
“Las palabras del presidente Franklin D. Roosevelt de que una tercera
parte del pueblo americano come mal, viste mal y vive en casas malas resuenan
con mayor veracidad en nuestros días”, escribe el periodista norteamericano A.
Shilds.

Mauricc Thorez, en la obra a que nos hemos referido, señala que, según
la estadística oficial francesa, por lo menos un francés de cada diez carece de
los medios de subsistencia considerados normales. A juicio de los médicos
franceses, el 45 por 100 de las personas mayores de sesenta y cinco años
mueren a causa de la “subalimentación”, es decir, de hambre.

Datos facilitados por la Organización de las Naciones Unidas indican que


el número de personas del mundo capitalista que carecen de alimentación
suficiente alcanza al 59 por 100 de toda la población mundial, mientras que en
1939 llegaba tan sólo al 31 por 100.

Siguen siendo penosas las condiciones de vivienda de los obreros en los


países capitalistas. A los ochenta años de la publicación de la excelente obra de
Engels La situación de la clase obrera en Inglaterra, efectuase una inspección
de los distritos del Glasgow, Mánchester y Londres a que se refería el libro en
cuestión. Y vino a comprobarse que los tugurios descritos por Engels existen
hasta hoy día. El tugurio es compañero de la existencia de los obreros bajo el
capitalismo.

Según demuestran los servicios estadísticos de las Naciones Unidas, los


gastos de alquiler de cualquier vivienda en Inglaterra, tomando como cien el año
1947, habían aumentado del 89, en 1938, al 118, en 1951. A partir de entonces,
el incremento de los alquileres ha seguido un ritmo más acelerado aún. Desde
julio de 1957, en que entró en vigor una ley aboliendo el control sobre los
alquileres, hasta diciembre de 1959, se registró un aumento de más del 20 por
100, correspondiendo sólo a 1959 el 4,5 por 100.

Solamente en 1960, los alquileres aumentaron en Francia en el 17 por


100. En comparación con 1949, este capítulo ha aumentado en siete veces.

36
Examinando el consumo de la clase obrera, debe considerarse que el
nivel de las necesidades y la índole del consumo tienen un carácter histórico
concreto:

cambian a medida que se desarrolla el capitalismo, y son diversos en


distintos países, es decir, reflejan el elemento histórico y moral y las
peculiaridades nacionales.

Cuando hablamos del nivel de las necesidades de los obreros, tenemos


que comprobar que, dentro del capitalismo contemporáneo, este nivel es mucho
más elevado que en el siglo XIX, pero el grado de su satisfacción ha descendido
mucho, lo cual no puede por menos de constituir un empeoramiento de la
situación general de la clase obrera.

Por otra parte, al referimos a la índole del consumo, no debemos


supervalorar el nivel de vida de los trabajadores haciendo nuestras deducciones
a base de factores aislados. Veamos lo que sucede ahora en algunos países
capitalistas. A causa de la carestía de la vivienda en el casco de la ciudad, los
obreros se ven obligados a domiciliarse en las afueras; y comoquiera que el
transporte es caro, muchos de ellos adquieren medios de locomoción propios:
motocicletas, en Italia y Francia, o incluso automóviles, en los Estados Unidos.
Son, pues, las condiciones de vida las que hacen del transporte privado una
necesidad, un objeto necesario de consumo. Para adquirir un coche usado, el
obrero tiene que privarse a sí mismo y a su familia de buena ropa y hasta de una
serie de productos alimenticios. La compra a plazos de objetos de utilización
prolongada, sistema muy difundido en los Estados Unidos, repercute de manera
muy negativa en la situación de la clase obrera, ya que el deseo de saldar la
deuda cuanto antes, unido a la inseguridad en el mañana, tan propia del
capitalismo, incita al trabajador a restringir esencialmente su alimentación, con
lo cual arruina su propia salud y la de sus familiares.

A más de producir un efecto psicológico, la incertidumbre en el día de


mañana, el temor a una enfermedad, al paro o a una rebaja del salario,
representan, asimismo, un factor de tipo económico. Una enfermedad acarrea
gastos cuantiosos, pues la asistencia médica es cara. Lo demuestra el hecho de
que un presupuesto de consumo, elaborado por la Universidad de California —

37
el denominado “presupuesto Heder”— asigna a la asistencia médica de una
familia de cuatro personas casi tanto como a los gastos de ropa de la misma.
Además, una enfermedad grave trac consigo el despido del empleo, lo que,
existiendo tanto paro forzoso, representa una verdadera tragedia. El miedo a una
enfermedad o al despido obliga a los trabajadores a guardar parte de su salario
por si llega “un día malo”; y con ello, a reducir su consumo y a poner en peligro
su propia salud.

Refiriéndose a la situación del capitalismo en la actualidad, el programa


del Partido Comunista de la Unión Soviética indica que “el mito burgués de la
«total ocupación» ha resultado ser una burla siniestra: la clase obrera padece
constante mente un desempleo masivo, con la incertidumbre en el día de
mañana.”15

La ley de la acumulación del capital, descubierta y fundamentada por


Carlos Marx, es la ley de la creación y del aumento de la superpoblación relativa,
del empobrecimiento progresivo del proletariado y del incremento de la riqueza
de la clase capitalista.

AI enjuiciar las condiciones de vida de los trabajadores y, en particular, al


analizar las fluctuaciones del salario real, no conviene perder de vista la conocida
tesis de Marx de que, bajo el régimen capitalista, el nivel del salario (siempre
dentro de los límites del valor de la fuerza de trabajo) se determina, en cada
momento dado y en última instancia, por la correlación de fuerzas en la lucha
entablada entre la clase obrera y la burguesía. El marxismo estima que los
obreros, con su lucha económica contra el capitalismo, pueden conseguir
mejorar sus condiciones de vida. Marx criticó acerbamente la “ley de bronce del
salario” formulada por Lassalle, según la cual la clase obrera no puede obtener
ningún mejoramiento de sus condiciones de vida bajo el capitalismo; ello hacía
innecesarios los sindicatos y, por consiguiente, la ayuda que les presta el partido
de la clase obrera. A lo largo de toda la historia del capitalismo, los obreros han
sostenido una intensa lucha por mejorar sus condiciones de vida. La lucha
sistemática de la clase obrera representa un factor que contrarresta el descenso
del nivel de vida, pues los capitalistas se ven forzados, frecuentemente, a ceder

15
Programa del Partido Comunista de la Unión Soviética, página 30.

38
ante los obreros, tanto más hoy día, en que existe y se fortalece cada vez más
el campo socialista.

La creciente elevación del nivel económico y cultural «le los trabajadores


en las naciones del campo socialista fortalecen la pugna que sostienen los
obreros de los países capitalistas por aliviar sus condiciones de vida y constituye,
al mismo tiempo, un factor que los capitalistas no pueden pasar por alto. De no
existir la activa resistencia de la clase obrera, el proceso de empobrecimiento
absoluto bajo el capitalismo transcurriría con celeridad mucho mayor.

Haciendo frente a la reforzada explotación de los obreros, una gigantesca


ola de huelgas agita el capitalismo contemporáneo, especialmente en la ¿poca
de las posguerras.

Pese a la rígida legislación anti obrera y a la restricción de los derechos


de los sindicatos, la envergadura del movimiento huelguístico en los países
capitalistas es ahora mucho mayor que antes de la guerra.

Las acciones de los trabajadores adquieren, cada vez con más frecuencia,
carácter político. En 19G0 participaron en huelgas políticas más de 40 millones
de trabajadores, o sea alrededor del 73 por 100 del número total de huelguistas.

“Las potentes acciones de la clase obrera y de las masas populares en


19G0 provocaron la caída de los gobiernos del Japón, de Italia y de Bélgica. Los
trabajadores de Francia, unidos en torno a la clase obrera, dieron al traste con el
intento de los militaristas y de los ultra reaccionarios de imponer al país un
régimen fascista”16.

Nuevos destacamentos de trabajadores van incorporándose a la lucha


contra el capitalismo en la actualidad.

Son, en primer término, los pueblos de África, Asia c Iberoamérica. Ilay en


estos continentes más de 100 millones de obreros y empleados, cerca del 40 por
100 de los que viven de la venta de su fuerza de trabajo a los capitalistas. El
yugo del colonialismo, la falta de sindicatos y el fraccionamiento de los
trabajadores dificultaron largo tiempo su unificación para conseguir sus

16
N. S. Jruschov, Informe del Central al XXII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética,
página 26-27.

39
derechos. Actualmente, “la joven clase obrera se manifiesta más y más como
una fuerza revolucionaria”.

En segundo término, es el movimiento de los campesinos y de los obreros


agrícolas. La dominación de los monopolios, el bajo nivel de vida de los braceros
y la ruina de los campesinos les impulsan cada vez más a incorporarse a la
batalla contra el imperialismo, que ha tenido brillantes manifestaciones en
Francia, en Italia, en Alemania occidental y en los países del continente africano.

Es, en tercer lugar, la juventud, que en Francia constituye una tercera


parte de los obreros y en Brasil el 60 por 100. Un ejemplo característico del
movimiento juvenil en 1960 fue la huelga de 60.000 aprendices de la industria de
la fabricación de maquinaria en Inglaterra.

Es, en cuarto lugar, la intelectualidad, que se incorpora briosamente a la


lucha contra el capitalismo. Hechos destacados de la acción de los intelectuales
en 1960 fueron la huelga de cinco días de medio millón de funcionarios del
Estado en la India, las reiteradas huelgas del personal médico en Japón, la de
los maestros de 837 escuelas de Nueva York, etcétera.

Como consecuencia tic esta lucha activa y unida, los obreros logran, en
algunos casos, ver satisfechas sus reivindicaciones.

Sin embargo, como toda victoria de la clase obrera en la lucha por mejorar
sus condiciones de vida restringe los beneficios de los capitalistas, éstos ponen
a contribución todos sus esfuerzos y aprovechan todas las posibilidades para
paralizar el movimiento obrero. A este fin, y como medida de tipo económico, se
recurre a medidas tales como la de distribuir entre los obreros, de manera
forzosa, acciones de las empresas en que trabajan y a un sistema de
suplementos sobre el salario como la denominada “participación en los
beneficios”, tendente a interesar a los obreros en la producción. Además, la
burguesía difunde “teorías” de todo género como la del llamado “capitalismo
popular”, que proclaman la comunidad de intereses de los explotadores y los
explotados. Se aplica en gran escala una legislación antiobrera como, por
ejemplo, la famosa ley Taft-Hartlcy en los listados Unidos o las leyes sobre la
situación de los obreros en las empresas y sobre la justicia laboral en la Alemania
occidental.

40
Con todo, a medida que se desarrolla el capitalismo va creciendo la
cohesión de Ja clase obrera, reforzándose su unidad y aumentando su
conciencia de clase. Esa es la razón de que la lucha de los obreros por mejorar
sus condiciones tic vida vaya ampliándose y desplegando mayor actividad.

No siempre sale triunfante la clase obrera en la lucha económica. Sus


huelgas terminan a veces con la derrota. Pero es que, aunque la lucha
económica de los obreros sea coronada por el triunfo, sólo puede producir -en el
marco del régimen capitalista- un mejoramiento temporal de las condiciones de
venta de la fuerza de trabajo sin suprimir las condiciones que impulsan al obrero
a venderla y a someterse a la explotación capitalista. La clase obrera sólo puede
emanciparse de esta explotación mediante la lucha política, encabezada por el
partido marxista y encaminada a transformar revolucionariamente el régimen
capitalista en socialista.

La calamitosa situación de los trabajadores de los países capitalistas, que


empeora más y más, pone de relieve lo absurdo de las “teorías” de los
revisionistas, que pretenden tergiversar la esencia de la doctrina marxista-
leninista sobre la acumulación capitalista y sus repercusiones sobre la situación
de las masas trabajadoras bajo el capitalismo.

El revisionista alemán Bernstein, uno de los principales falsificadores de


la doctrina de Carlos Marx, pretendió demostrar, desafiando a la realidad, que la
teoría marxista no había sido confirmada por los hechos reales y que, en el
régimen capitalista, “no existe ningún límite absoluto para el aníllenlo del
salario*’. Para reafirmar sus tesis reformistas, Bernstein apeló a datos
falsificados de la estadística burguesa, que adulteraba la auténtica situación de
las masas trabajadoras bajo el capitalismo, cuya principal característica es la
depauperación, tanto absoluta como relativa.

Carlos Kautsky, en su libro Sobre la crítica de la teoría y práctica del


marxismo, con el subtítulo de Anti-Bernstein, salió, virtualmente, en defensa de
las teorías bernsteinianas, asegurando que el nivel de vida de la clase obrera
aumentaba bajo el régimen capitalista.

Pretextando que “las nuevas circunstancias históricas” hacían necesario


“corregir a Marx”, el revisionismo adulteró el marxismo en provecho de la

41
burguesía. La realidad concreta del capitalismo viene a dar la razón a Marx y nos
proporciona material abundantísimo para refutar las “doctrinas” hostiles al
marxismo, el revisionismo entre ellas.

En el campo de los sociales reformistas, el incremento de la lucha de la


clase obrera por sus reivindicaciones más vitales provoca creciente inquietud.
Las teorías de los socialistas de derecha, y en particular las do los laboristas,
tienden a justificar la idea de la “unidad de intereses” de la clase obrera y de la
burguesía, la tesis del desarrollo del socialismo en el propio seno del régimen
capitalista, la renuncia a la lucha de clases y la “paz de clases” dentro de la
sociedad explotadora representada por el capitalismo.

Empeñados en respaldar con algún fundamento estas ideas, los


socialistas de derecha recurren a diversas tesis de la Economía política vulgar
como, por ejemplo, la “teoría de la máxima utilidad”, según la cual el salario de
los trabajadores se determina por la productividad máxima del trabajo. Los
laboristas sostienen las tesis fundamentales de Keyncs, encubriéndolas con una
fraseología socialista.

"La socialdemocracia tic derecha contemporánea -se dice en el programa


del Partido Comunista de la Unión Soviética- signe siendo el principal baluarte
ideológico y político de la burguesía en el movimiento obrero. Combina
eclécticamente las viejas ideas oportunistas con las «novísimas» teorías
burguesas. El ala derecha de la socialdemocracia ha roto definitivamente con el
marxismo y opone al socialismo científico el sedicente socialismo democrático.
Sus partidarios niegan la existencia de clases antagónicas y de la lucha de clases
en la sociedad burguesa y arremeten contra la necesidad de la revolución
proletaria, contra la supresión de la propiedad privada sobre los medios de
producción.”17

6. TENDENCIA HISTÓRICA DE LA ACUMULACIÓN CAPITALISTA

Al develar la esencia y los métodos de acumulación originaria del capital,


Marx culmina la investigación del carácter transitorio del modo capitalista de

17
Programa del Partido Comunista de la Unión Soviética, página 55.

42
producción. Con ello hallamos el eslabón que faltaba en la cadena de la
investigación, es decir, el proceso de surgimiento del capitalismo. Además, el
análisis de la esencia y los métodos de acumulación originaria nos ofrece nuevos
momentos en el des-arrollo de la producción capitalista. El mecanismo de la
producción capitalista que asegura el dominio de la burguesía, representa la
conjunción de los métodos de acumulación originaria y de acumulación del
capital.

Al descubrir la esencia de la acumulación originaria, el autor pone cima a


la investigación del proceso de acumulación del capital como forma de
movimiento de la producción capitalista. En este epígrafe Marx extrae la
conclu-sión definitiva sobre la suerte del modo de producción capitalista, sobre
las tendencias históricas de la acumulación, resumiendo así no solamente la
sección séptima, sino también todo el tomo I de la obra. Al culminar el gigantesco
análisis precedente del modo de producción capitalista, Marx nos ofrece en sus
rasgos más generales y esenciales, un cuadro del régimen de producción
capitalista desde su nacimiento hasta su extinción.

Al descubrir las etapas fundamentales del desarrollo del capitalismo, Marx


muestra que, si la producción capitalista surgió de manera lógica y regular, habrá
de desaparecer con la misma regularidad e ineluctabilidad como resultado del
desarrollo de sus propias contradicciones.

La pequeña producción mercantil basada en la propiedad privada del


trabajo de los productores sobre los medios de reproducción constituye el punto
de partida de la producción capitalista.

La forma de propiedad sobre los medios de producción constituye el factor


decisivo que determina el carácter del modo de producción: cuando los medios
de producción pertenecen a los propios productores, como es el caso de la
pequeña producción mercantil, los resultados de ésta se los apropian los propios
productores. Es decir, que en ese caso la propiedad privada sirve de base a la
apropiación por los productores de los resultados de su propio trabajo.

“Marx indica que ese tipo de producción se encuentra en el esclavismo y


el feudalismo, pero su forma clásica, aquella en la cual despliega todas sus
potencias, es cuando el obrero es el propietario libre de las condiciones de su

43
trabajo. Símbolo característico de esta forma de producción es el
fraccionamiento de la tierra y demás medios de producción. Al alcanzar un cierto
grado de desarrollo esa producción”18, engendra las condiciones de su propia
eli-minación.

El fundamento de esa negación lo constituye la expropia-ción de


inmensos contingentes de productores directos y la concentración de los medios
de producción que convierten la pequeña propiedad de muchos en gigantesca
propiedad de unos pocos.

El resultado del proceso de acumulación originaria, en el que la violencia


desempeña un papel decisivo, es que la propiedad laboral de los productores se
ve desplazada por la propiedad privada capitalista que se asienta en la
explo-tación del trabajo asalariado. La propiedad privada capi-talista es la
negación de la propiedad privada basada en el trabajo del propio-productor.

El desarrollo ulterior del modo de producción capitalista transcurre ya


sobre su propia base. Bajo el capitalismo las fuerzas productivas registran un
desarrollo impetuoso actuando de leitmotiv la producción y apropiación de
plus-valía.

La concentración de los medios de producción en manos de los


capitalistas conduce al desarrollo de la gran cooperación social de trabajo, a la
división de éste, al perfeccionamiento de la producción y a la elevación de la
productividad del trabajo. De ese modo, la producción adquiere carácter so-cial
y las fuerzas productivas se transforman en fuerzas productivas sociales dé
modo tal que su aplicación sólo puede ser colectiva; se asienta una división
internacional de trabajo en base a la cual los diferentes pueblos se incor-poran
a la red del mercado mundial. Mas ese desarrollo de las fuerzas productivas y
ese crecimiento de la productivi-dad del trabajo social transcurre paralelamente
al aumento constante de la explotación de la clase obrera en el proceso de
acumulación del capital, de su concentración y centrali-zación en manos de un
número cada vez menor, relativa-mente, de capitalistas.

18
Señala Marx

44
Los resultados del desarrollo de la producción y del rendi-miento del
trabajo social se los apropian constantemente y en escala creciente un puñado
cada vez menor de magnates capitalistas. La base de esa apropiación es la
propiedad capitalista cuya esencia es antagónica. Por eso en el trans-curso del
desarrollo del modo de producción capitalista cada vez se agudizan más las
contradicciones entre el carácter social de la producción, que expresa el grado
de desarrollo de las fuerzas productivas, y la apropiación capitalista que expresa
la esencia de las relaciones de producción.

La forma esencial en que se manifiesta esa contradicción (por cuanto se


trata de expresar la esencia del modo de producción capitalista) consiste en que
el desarrollo de la producción marcha acompañado por un aumento de la
explo-tación, la miseria y la sumisión de la clase obrera, es decir, por procesos
de empeoramiento de la situación de esa clase que pone en peligro su propia
existencia. Eso es lo que sirve de base para el desencadenamiento de la lucha
de la clase obrera contra la explotación capitalista. Ese combate desemboca en
definitiva en la eliminación del régimen de producción capitalista.

Marx escribe que con el desarrollo de la producción social y el aumento


de la fuerza productiva del trabajo social, con la disminución progresiva de los
magnates capitalistas que usurpan todos los beneficios de ese proceso crece la
masa de la miseria, de la opresión, del esclavizamiento, de la dege-neración, de
la explotación; pero crece también la rebeldía de la clase obrera, cada vez más
numerosa y más discipli-nada, más unida y más organizada por el mecanismo
del mismo proceso capitalista de producción. El monopolio del capital se
convierte en grillete del régimen de producción que ha crecido con él y bajo él.
La centralización de los me-dios de producción y la socialización del trabajo
llegan a un punto en que se hacen incompatibles con su envoltura capi-talista.
Esta salta hecha añicos. Ha sonado la hora final de la propiedad privada
capitalista19.

La propiedad capitalista es reemplazada por la propiedad social que


constituye la negación de aquélla, del mismo modo que la propiedad capitalista
representó la negación de la pequeña propiedad privada basada en el trabajo;

19
Los expropiadores son ex­propiados.” (Pág. 699-700.)

45
bajo la propiedad social los medios de producción se unen nuevamente a la
fuerza de trabajo, pero ya en las condiciones de una producción social.

Esa propiedad social, socialista por su esencia, surge como resultado de


la revolución proletaria en la que el proleta-riado no solamente se libera a sí
mismo de la explotación capitalista, sino que también libera, a todas las demás
capas de trabajadores.

46
7. CONCLUSIONES GENERALES
1. El Modo de Producción capitalistas se ha reajustado y el modelo
económico agroexportador, ha sido liquidado. Las nuevas formas de
acumulación y reproducción de capital están basadas en una combinación
de valorización de capital vía del comercio, los servicios, la industria
manufacturera textil, y principalmente del control financiero del dinero, del
ahorro, del crédito y de actividades económicas claves para apropiarse
del excedente económico interno y de las remesas.
2. Existen nuevos niveles de desarrollo de las fuerzas productivas, hay una
nueva composición de la fuerza de trabajo social según las categorías y
grupos ocupacionales por área geográfica y sexo. Hay una redistribución
y ajuste de la población urbana y rural afectada por la migración. Las vías
de transporte y comunicación hay crecido y mejorado sin llegar a
satisfacer las necesidades surgidas.
3. La demográfica, las actividades de trabajo de la población, la producción
y el ingreso distribuido, la calidad de vida de las clases y capas sociales y
el vínculo del comercio exterior muestran los rasgos del ajuste del modo
de producción capitalista sufrido en el periodo 1979-2003.
4. Pero ante la liquidación del modelo económico anterior todavía no hay
“motores de acumulación” que le den identidad a este nuevo modelo
económico neoliberal.
5. El nuevo Estado Neoliberal estimula un modelo económico inestable,
donde pueden verse algunas características.
6. Existe una preponderancia del capital dinero y no de la tierra, de la
manufactura textil y no la producción industrial, mayor empleo en la ciudad
y no el campo, un mayor proletariado urbano junto a un creciente ejército
de reserva y disminución del campesinado; mayor peso del proletariado
mujer y no el hombre, y en el caso de las capas sociales se ha debilitado
la capa militar.
7. Dentro de las actividades económicas predomina la expansión del
comercio de bienes importados y no la producción interior; la expansión
de los servicios, en donde los financieros tienen el poder económico,
seguida de la producción industrial textil y la disminución en la producción
del resto de industrias. Se intensifica la producción diversificada de

47
mercancías agrícolas y no del café, el crecimiento de la caña de azúcar y
el crecimiento de los granos básicos. El sector ganadero y la silvicultura
son muy dinámicos, aunque su peso sea menor.
8. La facción capitalista financiera hegemoniza y controla el capital dinero,
liderando a la clase capitalista dentro del Bloque Hegemónico
Empresarial. El campesinado ha sido reducido y empobrecido sometido a
un continuo proceso de depauperación o en su defecto, siendo
expulsados al exterior.
9. El proletariado ha crecido en número, pero poco en conciencia, debido a
que el grueso, es decir, las mujeres sufren mayor explotación y
dominación que los hombres. Las capas surgidas del ajuste del modo de
producción son volubles proclives hacia la inercia social. La lucha de
clases se libra escondida de la conciencia pública, bajo la lucha entre
partidos políticos. Herencia de la situación revolucionaria donde las
alianzas entre clases y capas organizadas actúan contra las instituciones
controladas por las fuerzas políticas de los capitalistas.

48
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50
9. ANEXOS

51
52

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