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SECCION 1 V

AUTACOIDES; FARMACOTERAPIA
DE LA INFLAMACION

INTRODUCCION

William E. Serafin y Kenneth S. Babe, Jr.

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Las sustancias que analizaremos en esta sección poseen actividades fisiológicas y farmaco­
lógicas diversas; se les agrup� en una sola categoría porque participan (cuando menos en

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algunas situaciones) en las reacciones fisiológicas o fisiopatológicas a lesiones. Al mismo
tiempo se expone lo referente a fármacos que antagonizan sus acciones o que inhiben su
síntesis, si existen tales medicamentos. En el capítulo 25 se incluyen comentarios de la his­

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tamina y la bradicinina y sus antagonistas respectivos. En el capítulo 11 se expone la infor­
mación de la serotonina (5-hidroxitriptamina), otro compuesto que contribuye a la respuesta
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inflamatoria. El capítulo 26 se dedica a las sustancias lípidas generadas por la biotransfor­
mación de los productos de la hidrólisis selectiva de fosfolípidos de la membrana celular,
que son los eicosanoides (prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos) y el factor activador
ed

de plaquetas. El capítulo 27 se ocupa del ácido acetilsalicílico y fármacos similares (antiin­


flamatorios no esteroides) cuya utilidad terapéutica se basa en gran medida en su capacidad
de inhibir la síntesis de prostaglandinas y tromboxanos. El capítulo 28 analiza el tratamiento
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del asma por diversos agentes y expone los cambios de la estrategia terapéutica desde que se
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supo que el asma es un trastorno inflamatorio. En la actualidad, las metilxantinas no se


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utilizan como fármacos de primera línea contra el asma, pero se exponen en el capítulo 28,
más bien por razones históricas.
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La sección presente incluye, por todo lo comentado, datos de muy diversas sustancias que
están en el organismo en circunstancias normales o que él las forma; a pesar de que ellas
funcionan en la regulación humoral, no podrían ser clasificadas adecuadamente junto con
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otros miembros de este grupo heterogéneo como serían hormonas y neurotransmisores. Las
sustancias en cuestión tienen una vida media breve y actúan cerca de sus sitios de síntesis,
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razones por las cuales se les ha descrito como hormonas locales. Sin embargo, a diferencia
de las normonas verdaderas que llegan a su sitio de acción por medio de la corriente sanguí­
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nea, los materiales mencionados por lo común ejercen sus efectos sin que en ello medie la
circulación, es decir, están circunscritos al área de la inflamación. Por tal razón, se ha utili­
zado el término autacoide (del griego autos, propio y akos, agente medicinal o remedio),
como el más adecuado, y así se le utilizará en esta sección, Alguna vez se utilizó el término
como contrario al de hormonas y William W. Douglas lo revivió desde las ediciones anterio­
res de este texto.
En muchos sentidos es arbitrario agrupar las sustancias comentadas bajo el rubro de
"autacoides"; en él no se incluyen muy diversos péptidos elaborados por células especializa­
das dentro de algunas glándulas endocrinas y otras que están en el aparato digestivo cuyas
acciones ejercen más bien en células vecinas; tales materiales por lo común se clasifican
como hormonas paracrinas e incluyen sustancias como la somatostatina y la gastrina. Por
tal razón, la histamina posee importantes funciones paracrinas en la regulación de la secre­
ción de ácido gástrico y su estudio se hará en el capítulo 37. Muchos de estos materiales
también son distribuidos por la circulación para tener otras acciones en sitios más distantes,
y por ello pueden ser llamados con justicia hormonas. Una omisión más importante sería el
grupo cada vez más amplio de citocinas o linfocinas que median las interacciones complejas
que se observan en las respuestas inmunitarias humorales y celulares. En parte, dichas sus-
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620 Sección IV Autacoides; farmacoterapia de la inflamación

tancias comparten con los autacoides su participación en la inflamación y en la función


reguladora local. Aún más, sus acciones suelen incluir la generación de autacoides; un ejem­
plo notable es la acción pirógena de la interleucina-l (IL-l) mediada por la formación de
prostaglandinas. Como consecuencia de ello, en el capítulo 27 se exponen algunos aspectos
de las acciones de las linfocinas. Los agentes inmunosupresores al parecer ejercen sus efec­
tos al inhibir la elaboración, la acción de linfocinas o ambas funciones. Un ejemplo impor­
tante seria la capacidad de la ciclosporina para suprimir la síntesis de interleucina-2. Los
inmunosupresores están en fase de convertirse en agentes terapéuticos de posible importan­
cia para combatir los efectos destructivos de la inflamación sinovial de sujetos con formas
"agresivas" de artritis reumatoide, y en el capítulo 52 se considera su interferencia en las
funciones de las linfocinas. Por último, además de su capacidad de suprimir la formación de
eicosanoides, los glucocorticoides ejercen sus efectos antiinflamatorio e inmunosupresor al
inhibir la síntesis y la acción de diversas citocinas; sus funciones se exponen en el capítulo

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59. Los autacoides y sustancias afines de acción local, sea cual sea su definición son parte de

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los fenómenos fisiológicos y patológicos en que se basa la farmacoterapia; su existencia
brinda innumerables posibilidades para intervención terapéutica por el empleo de productos

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medicamentosos que remedan o antagonicen sus acciones o interfieran en su síntesis o me­
tabolismo.

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