Armas de fuego son, como ya se dijo, las de PROYECCION que utilizan la fuerza propulsora de
los gases en que se transforma la pólvora. La división establecida en las armas entre las de fuego
y las primitivas de tiro, sólo reconoce un cambio en la fuerza motriz, que en las de tiro era la
muscular y el resultado de la impulsión, comunicada por la elasticidad de ciertos cuerpos, como la
torsión de cuerdas, etc., etc., y en las armas de fuego es la expansión de la pólvora, cuya
propiedad de inflamarse súbitamente al contacto del fuego y elevar enormemente su volumen, se
utiliza para lanzar proyectiles. La aplicación de la pólvora para uso de las armas de fuego, se hizo
después de mucho tiempo de la invención de esa mezcla explosiva y que se remonta a época
antiquísima.
ARMAS DE MECHA. De este género de armas e conoce que aparecieron en el segundo tercio
del siglo XIV. Consistían en un simple tubo de bronce al principio y después de fierro, de
dimensiones variables, que se apoyaban en el suelo, montados algunas veces sobre horquetas de
madera, los más grandes, para efectuar los disparos; provistos de un pequeño afuste de madera
los menores y que los combatientes se apoyaban contra el pecho primero y más tarde sobre el
hombro derecho, aplicándoles el fuego con la mano izquierda, valiéndose de un fierro candente o
de una mecha encendida, directamente sobre la pólvora de ceba, que lo transmitía a la carga.
ARMAS DE CHISPA. Por el año de 1517 en la llave de serpentín fué suprimida la mecha, y el
encendido de la pólvora se obtenía por medio de chispas que se producían por el roce de una
pequeña rueda de acero con la piedra (sílex) de características especiales que al ser golpeada da
lugar a una pequeña lluvia de chispas y que era colocada entre las quijadas del serpentín, que
tomó el nombre de pie de gato, y cuando la rueda, que quedaba dentro de la cazoleta con la
pólvora de ceba, se ponía en movimiento por medio de un resorte interior, su rápido frote producía
las chispas que inflamaban la pólvora; esta llave se llamó de RUEDA y con ella dotaron a los
A este grupo de armas se les llamó de CHISPA, llamándose así también al período en que se
usaron. En este período fué inventado el rayado longitudinal que sólo fué hecho para recoger el
sarro de la pólvora y poder continuar por más tiempo el fuego. El rayado no se diseño para darle
giro y estabilidad al proyectil (era esférico en ese momento) Más tarde, el rayado lo hicieron
inclinado persiguiendo el mejoramiento del tiro; como las armas eran aún de avancarga, había
necesidad de hacer entrar la bala de plomo por la boca y luego golpearla valiéndose de la baqueta
y de un mazo hasta conseguir aplastar la bala y que se incrustara
ARMAS DE PISTON. A fines del siglo XVIII se descubrieron las pólvoras fulminantes, cuya
propiedad de inflamarse al choque fue aprovechada, inventando la llave de PERCUSION y el
PISTON. Consistía el mecanismo en un percutor de cabeza pesada, una chimenea de aristas vivas
atornillada en el lugar de la cazoleta, sobre la cual se ponía la cápsula o pistón, que era una tasilla
que en su fondo llevaba una capa de fulminato de mercurio. Al oprimir el disparador caía el
percutor como un martillo sobre el pistón, estallaba el fulminato y el fuego pasando por el oído de
la chimenea inflamaba la carga de pólvora. Resuelta satisfactoriamente la inflamación de la carga,
se dirigieron los esfuerzos de los inventores a mejorar el tiro. Por lo pronto, se modificó la bala
esférica atravesándola con un clavo para normalizar su movimiento, se hicieron proyectiles con
ranuras helicoidales, para que por la acción del aire tomaran el movimiento de rotación y obtener
mayor precisión y alcance.
La ineficacia de estas tentativas obligó a recurrir al rayado que era ya conocido y a forzar la bala
para que siempre tomara las rayas y adquiriera de esta manera un movimiento de rotación. Se
idearon distintos procedimientos para hacer que la bala tomara las rayas evitando el
machacamiento que la deformaba, se empleó la llamada bala expansiva y multitud de modelos se
presentaron de balas, rayas, cartuchos y demás elementos de las armas.
A las armas de este período se les llama de PISTON, que constituye el tercer período de las
armas de fuego. Todas ellas fueron ya dotadas de alzas y por su notoria superioridad sobre las de
ánima lisa fueron llamadas de PRECISION.
ARMAS DE RETROCARGA. La aparición del fusil DREYSE, llamado más comúnmente fusil de
aguja, demostrado como superior en la campaña que sostuvieron los prusianos contra los
dinamarqueses, hizo evolucionar grandemente a las armas de fuego portátiles y todas las naciones
optaron por modificar su armamento, implantando las innovaciones de ese fusil y en muy poco
tiempo se generalizaron las armas de RETROCARGA, así Francia tuvo su fusil sistema Chassepot,
Italia, el suyo sistema Carcano, España el Berdán, etc. A este período se le llama de las ARMAS
DE RETROCARGA. El elemento más importante de las armas de este período era el cartucho, que
los hubo de dos tipos principales: de vaina COMBUSTIBLE y de vaina METALICA. Las condiciones
de ambas imprimían determinado carácter al arma.
El mecanismo puede ser más sólido y sencillo, porque la verdadera obturación la efectúa el
casco al ceñirse a la recámara por la presión de los gases. El precio se compensa por la ventaja de
poderse recargar varias veces el casco. Se proyectaron también vainas de cartón con el culote
metálico, pero fueron desechadas por su poca solidez y en la actualidad solo se usan en las
escopetas de caza. Más variedad que en los cartuchos hubo en los mecanismos de cierre; en unos
en la parte superior de la recámara se articula la pieza de cierre que gira alrededor de un eje; para
introducir el cartucho se levanta y una vez cargada el arma se le abate; lleva un punzón que
atraviesa la pieza y sobre él golpea el martillo para producir el disparo. Otro tipo es el del fusil
Rémington en el cual el obturador gira alrededor de un eje que atraviesa el cajón de mecanismos
debajo de la recámara del cañón. La Operación de cargar se hacía, llevando hacia atrás el martillo,
enseguida el obturador, que si antes se había disparado, extraía el casco; una vez abierta y libre la
recámara se introducía el cartucho abatiendo enseguida el obturador y quedando lista para hacer
un disparo.
Estas armas presentaban dos grandísimos defectos: PRIMERO, el calibre era bastante grande
que hacía que los cartuchos fueran muy pesados y el soldado no podía soportar la carga del
número de ellos proporcionados para su consumo.
El SEGUNDO defecto lo originaban las pólvoras que producían tal cantidad de humo que
denunciaba la presencia del tirador y ocultaba la del enemigo. El primero se corrigió en parte, al
lograrse tras de muchos esfuerzos, reducir el calibre a 8 milímetros. Se ensayaron diversas
pólvoras como las cloratadas y las pícricas sin resultados satisfactorios, hasta que el ingeniero
Vielle modificó el algodón-pólvora y obtuvo grandes velocidades iniciales sin desarrollar presiones
y retrocesos intolerables. Este es, en resumen el proceso que han seguido las armas de fuego
portátiles hasta nuestros días, en que nos encontramos con mecanismos muy sencillos. La carga
múltiple se verifica con tanta facilidad como la sucesiva. La reducción de calibre con sus
consecuencias inmediatas de poca carga y proyectil muy ligero, proporcionan trayectorias muy
rasantes, casi rectilíneas hasta las distancias prácticas de combate de la infantería (800 metros).
Derivaciones tan pequeñas, que a mil metros es escasamente el ancho de un hombre.
El alcance máximo útil es de 2000 metros. La penetración de los proyectiles capaz para
atravesar hombres, caballos y los obstáculos más frecuentes en campaña. El cartucho del fusil S.
Mauser pesa 25 gramos, de manera que un soldado puede llevar 200 cartuchos sin gran fatiga.
El peso del arma es reducido, el fusil Mauser pesa 4 kilos, y su retroceso es moderado. El fusil
S. Mauser es el más generalizado. 15 naciones lo tenían reglamentado con más o menos
modificaciones, siendo los modelos más comunes el español, alemán, japonés, austriaco, belga,
turco, etc. etc.
En este grupo de armas figuran las pistolas de duelo, las PISTOLAS REVOLVER y las
llamadas PISTOLAS AUTOMATICAS. Las primeras son armas de fuego de antecarga, único
ejemplar que conservamos de las del 3/er período, es decir, de las armas de fuego de pistón.
La necesidad para la defensa personal de poder hacer rápidamente varios disparos con una
sola arma, hizo que se idearan varios sistemas, entre otros, el de las pistolas de cañón múltiple en
las que el percutor tenía un artificio que, al prepararlo cambiaba de lugar y su punta hería un
cartucho distinto; estas armas, que como se comprenderá fueron muy pesadas y estorbosas,
pronto fueron sustituidas por las de cañón único, con un cilindro giratorio que primero se cargaban
por una ventana que tenía el armazón por su parte posterior, haciendo girar el cilindro a mano.
El otro grupo de estas armas lo forman las que permiten desalojar la recámara cilíndrica hacia
la izquierda por medio de un fiador que retira el perno eje de dicho cilindro y que por su propio
peso gira en otro eje que lleva en ese costado el porta cilindro y ya en esa posición se expulsan los
cartuchos vacíos sustituyéndolos por nuevos.
En las armas de este grupo hay algunas en las que el impulsor hace girar al cilindro a la
izquierda (llamadas vulgarmente izquierdillas) y en otras, el cilindro gira a la derecha presentando
en cada movimiento un cartucho nuevo frente a la punto del percutor. Hay varias marcas en la
actualidad de Revólveres, figurando entre las más acreditadas, la SMITH&WESSON y la COLT en
su gran variedad de modelos, por su solidez, precisión, el ajuste completo de sus piezas, la buena
calidad de su material y la seguridad de su funcionamiento.
Las hay de distintos calibres, siendo las más usadas el 32 corto, 32 largo. 32-20. 38, 38
especial, 40, 44, 44-40 y 45.
Esta operación se repite mientras haya cartuchos en el cargador. Se suprimen en estas armas
todas las operaciones mecánicas para cargar, pudiendo dedicar el tirador toda su atención a la
puntería y efecto del fuego; tienen escaso retroceso porque esta fuerza es en gran parte absorbida
por el resorte recuperador encargado de cerrar la recámara. Las ventajas de las armas
automáticas sobre las ordinarias de repetición, consisten en la velocidad del tiro; esta propiedad
depende de la capacidad del depósito o del cargador y de la rapidez con que se substituye el
cartucho vacío por otro lleno. La pistola MAUSER puede disparar seis tiros por minuto, la COLT.
cinco en el mismo tiempo. De estas armas existe un gran número de variedades; por su especial
manera de funcionar, se clasifican en sólo dos grupos: primero, los sistemas en los que retrocede
el cañón con el cierre, las más conocidas de este grupo, son las pistolas MAUSER, COLT.
BERGMANN, modelo español, la WEBLEY&SCOTT y algunas otras.
Segundo, los sistemas en los que el cañón está fijo y sólo retrocede el cierre, como en las
pistolas: BROWNING, MANLICHER, la BERMANN modelo francés, la PARABELLUM, la SAVAGE
y otras. En la mayor parte de estas armas se verifica la carga con cargadores interiores en forma
de cajas de lámina que se alojan en los depósitos con capacidades variables entre seis y doce
cartuchos, ó con cargadores exteriores como los usados en el fusil Mauser. En muchas de estas
pistolas el depósito o alojamiento de los cargadores está en la culata en donde se asegura con un
muelle, por ejemplo la COLT, BROWNING, PARABELLUM, WEBLEY&SCOTT, SAVAGE. etc. etc.
En otras como en la BERGMAN en sus dos modelos está colocado el depósito debajo del
mecanismo de cierre. Alguna de éstas van acompañadas de una culata móvil que permite servirse
de ellas como armas semi largas, obteniendo mejores resultados por su alcance, por ejemplo, la
pistola Mauser que también lleva un alza graduada hasta 1000 metros.