Antecedentes
La sociedad Vinylfoam, S. A. interpuso demanda ordinaria de mayor cuantía para
que Fábrica de Muebles París, S. A., Maravi Hermanos, S. A. y El Makumbero, S.
A. fuesen declaradas responsables por los daños y perjuicios que el incendio
ocurrido el 5 de marzo de 2004 causó al edificio 26-18, en Calle 9ª, Río Abajo; y
como consecuencia, condenadas de manera solidaria al pago de CIENTO VEINTE
MIL BALBOAS (B/.120,000.00), salvo mejor tasación, en concepto de
indemnización por los daños y perjuicios.
Las constancias en autos son determinantes en acreditar estos hechos, sin embargo
no es este el punto álgido en discusión, sino más bien, estriba en determinar si
existe una conducta o culposa o negligente de parte del consorcio demandado para
que respondan de manera solidaria frente a la sociedad demandante.
En este sentido, el actuar negligente o culposo que endilga la parte actora a los
demandados, a juicio de este Tribunal, no consiste en la falta de cuidado en
dispensar al sistema eléctrico el mantenimiento debido, puesto que es un aspecto
técnico que debió demostrarse.
Este actuar del arrendador demandado en permitir dejar del criterio de los
arrendatarios demandados donde se originó el fuego que causo la perdida del
edificio y de la instalación del local de tipo empresarial perteneciente a la parte
actora, la hacen responsable de cubrir los solidariamente las perdidas sufridas en
concepto de daños y perjuicios por el monto que les exige la parte actora, puesto
que no consta en autos de la existencia de seguros adquiridos por los arrendatarios
donde se originó el siniestro que desbastó el edificio en llamas originadas en las
instalaciones de estos, por una falla en su sistema eléctrico, y cuyo riesgo o perdida
que fue cubierto por la parte actora que respondió ante el arrendador por daños no
generados por ella hacia su arrendador, por consiguiente, existe responsabilidad
solidaria de resarcir los daños y perjuicios que les reclama la empresa demandante,
quien ha acreditado los supuestos legales exigidos en el artículo 1644 del Código
Civil, para que dicte sentencia condenatoria solidaria en contra de las personas que
con su actuar culposo y negligente generaron cuantiosas perdidas en su patrimonio
empresarial, que deben ser indemnizadas por las personas demandadas, una por
su condición de propietaria del edificio y la otra como los causantes de las perdidas
sufridas en razón del incendio que se originó en el local donde se inició y propago
el fuego. (sic).
El Primer Tribunal señaló que las únicas pruebas que se refieren a las causas del
incendio son el informe y la certificación emitidas por la Oficina de Seguridad del
Cuerpo de Bomberos de Panamá, ambos citados en los motivos, así como una
declaración de Alberto Enrique Caicedo.
Para el Tribunal ad quem, nada en estas pruebas permite concluir que el corto
circuito, al cual le atribuyen la causa del incendio, originado en el panel eléctrico
ubicado en el local de Maravi Hermanos, esotérica El Makumbero, se debiera a
descuido o falta de cuidado en el sistema eléctrico; razón por la cual el ad quem
consideró que la demandante no se acreditó uno de los requisitos indispensables
para que sea exigible la responsabilidad extracontractual. Veamos:
Por lo anterior, aunque aceptáramos que el arrendatario de un local o apartamento
es quien tiene la obligación de darle mantenimiento a las instalaciones eléctricas del
mismo, como quiera que la parte actora no acreditó uno de los elementos de la
responsabilidad extracontractual, consistente en el acto culpable o negligente de las
demandadas MARAVI HERMANOS, S. A. y EL MAKUMBERO, S. A., lo procedente
era negar la pretensión principal.
En cuanto a la pretensión secundaria de condena a Fábrica de Muebles París, S.
A., por incumplir su deber como arrendadora de mantener en buen estado el
inmueble arrendado; el Tribunal Superior descartó, con base en el artículo 1108 del
Código Civil, que la demandante estuviera legitimada para reclamar por el contrato
entre la arrendadora demandada y las sociedades arrendatarias demandadas,
Maravi Hermanos, S. A. y el Makumbero, S. A.
Al abordar específicamente el contrato de arrendamiento entre la demandante y la
arrendadora demandada, el Tribunal Superior aludió a la cláusula novena del anexo
a dicho contrato, que exime de responsabilidad al arrendador por cualquier daño o
pérdida que pudiera sufrir el arrendatario en el local, por lo cual establecía la
obligación del arrendatario de adquirir un seguro por un total de B/.250,000.00 sobre
valor de reposición, otro seguro de responsabilidad civil y contra incendio, por los
daños que pudiera causar a terceros hasta por B/.500,000.00.
Al tomar en cuenta este hecho, el Tribunal Superior desestimó que la demandante
tuviese justificación para reclamarle responsabilidad a la arrendadora demandada.
Para los magistrados firmantes la condena solicitada por Fábrica de Muebles París,
S.A. como demandante de la reconvención, por incumplimiento del contrato de
arrendamiento, concretamente de la obligación del arrendatario de adquirir un
seguro, no procede. La demandante en esta reconvención no probó los daños y
perjuicios que dicho incumplimiento en la adquisición del seguro le causó.
Alega quien recurre que el fallo impugnado infringe normas sustantivas de derecho,
por error de derecho en la apreciación de la prueba, lo que considera influyó
sustancialmente en lo dispositivo del fallo.
Otro de los documentos incluido entre los mal valorados es el documento público
auténtico que va de fojas 183 a 184, que la censura alega confirma la vinculación
entre las demandadas por contrato de arrendamiento.
Explica en el recurso que los yerros probatorios del ad quem lo llevaron a revertir la
carga de la prueba y con ello a negarles la solicitada indemnización; toda vez que
la Ley hace responsable al arrendatario por el deterioro o pérdida de la cosa
arrendada, salvo prueba en contrario.
Para sustentar los cargos endilgados al fallo, quien impugna cita como violados los
artículos 836, 895, 784 y 781 del Código Judicial; además de los artículos 974, 1644,
1306, 1307, 1315 y 1645 del Código Civil.
El artículo 836 del Código Judicial explica qué son los documentos públicos y sus
connotaciones para efectos probatorios.
Por su parte, el artículo 895 del Código Judicial diferencia cuándo estamos ante una
confesión judicial y cuándo ante una extrajudicial.
El artículo 784 del Código Judicial instruye que las partes deben probar los hechos
o datos que sustentan su pretensión. También aclara la norma cuáles hechos no
requieren ser probados.
Para la recurrente el Tribunal invirtió la carga de la prueba, lo que trajo consigo que
le fuera negada su aspiración a ser indemnizada por los daños que el incendio le
causó, lo que implica la infracción de la norma anterior.
Desde luego cita también la norma indispensable cuando se invoca esta modalidad
de la causal de fondo, que es el 781 del Código Judicial sobre la sana crítica.
Asimismo, cita como normas vulneradas aquellas que prevén las obligaciones tanto
de arrendadores como de arrendatarios; siendo estos los artículos 1306 y 1307 del
Código Civil.
Como vimos, para la censura emerge de este documento, con la aceptación de los
hechos primero, segundo, tercero y quinto, una confesión de parte de una de las
demandadas, que confirma la vinculación entre las demandadas por el
arrendamiento del local incendiado y, según la Ley, es el arrendatario quien debe
responder por el deterioro o menoscabo de la cosa arrendada, salvo que pruebe
que se produjeron sin su culpa.
En los hechos de la demanda en estos puntos señalan:
El mencionado contrato 18867 reposa a foja 184 y fue levantado en proforma del
Ministerio de Vivienda. Fue suscrito el 28 de octubre de 2000, por dos (2) años, a
contar a partir del 15 de noviembre siguiente. El canon de arrendamiento fijado fue
de B/.1,500.00.
Sin embargo, advierte la Sala que en el fallo el Tribunal Superior al referirse a este
contrato, lo que señala es que los contratos son ley entre las partes, por tanto, que
la demandante no está legitimada para reclamar responsabilidad por dicho contrato.
Y es que la pretensión que aludía a este contrato giraba en torno al incumplimiento
del deber de la arrendadora de mantener el bien arrendado en buenas condiciones.
De allí que el ad quem, en su evaluación no se refiriera a este documento para
desvincular la relación de arrendamiento entre Fábrica de Muebles París, S. A. y
Maravi Hermanos, S. A. y el Makumbero.
Visto lo anterior no puede estimarse que esta prueba no fue justipreciada en el fallo,
puesto que su valoración tuvo otro propósito distinto que el de desconocer la
vinculación entre las demandadas y sus efectos.
A foja 151 consta el informe de Javier Ríos Dávila, representante legal y Gerente
General de la fábrica Maravi Hermanos, del interrogatorio por el encargado de la
Oficina de Seguridad del Cuerpo de Bomberos de Panamá.
Durante este acto el interrogado habló de lo que supo sobre el incendio. Contó que
hubo una explosión. Para él el incendio no tuvo su origen en el local de su negocio,
pese a aceptar que en este tenían productos a base de agua, aceite, alcohol y velas.
Aseguró que al cerrar el local se cercioran de que todo esté en orden, ya que
acostumbra hacer una ronda y otra persona se queda hasta más tarde. Del mismo
modo descartó que su panel eléctrico tuviese problemas.
"Observé que las puertas estaban distorsionadas y había un chorro de agua por
encima del techo, y tres bomberos que estaba echando agua, pregunté que paso a
los hermanos de la Iglesia de al frente y me comentaron que mientras estaban en
el culto escucharon una explosión en la fábrica, hubo una confusión en cuanto a
dónde había iniciado el incendio; al día siguiente cuando llegué pude conversar con
los inquilinos de la casa posterior ellos me indican que las 8:30 de la noche sintieron
un fuerte olor a ether en la parte posterior y vieron como de la parte posterior
derecha salía fuego, me lo comentó el Señor Rubén Barrios y otros más, el fuego
fue incrementándose por efectos del viento hacia la fabrica (sic) de nosotros hacia
la parte posterior, conocemos que la estructura de la mueblería había sido alquilada
por unos señores colombianos aproximadamente un mes antes, ellos se
encontraban haciendo pruebas e instalaciones para fabricar polifón, no habían
concluido el ducto para eliminar los gases que producen el fabricar polifón, supongo
que a eso debía el olor; conocemos que la fórmula que trajeron de Colombia no le
había funcionado inicialmente, por lo que contrataron un químico panameño que
aparentemente trabajaba con La Garantía; el día del incendio lograron sacar la
formula (sic) adecuada para la fabricación del polifón, e inclusive tenemos
conocimiento que celebraron este hecho, eso fue en horas de la tarde, sabemos
que el polifón es un material muy peligroso, y asumimos que podría ser una de las
causas de este incendio."
Esta prueba merece la misma opinión que la contestación de la demanda. No se
aprecia que el tribunal de alzada se hubiese pronunciado sobre esta declaración.
Al proceso fue aportado un informe rendido por la Oficina de Seguridad del Cuerpo
de Bomberos de Panamá sobre los resultados de la investigación del incendio que
la noche del 5 de marzo de 2004 consumió los locales MARAVI Hermanos, S. A.,
Esotérica Makumbero y Vinylfoam, S. A., ubicados en Calle 9ª, Río Abajo.
Según el fallo recurrido nada en estos documentos indica que el corto circuito,
origen del incendio, fuera causado por falta de mantenimiento de la arrendataria
demandada. Para el ad quem la demandante (Vinylfoam) no probó que la
arrendataria Maravi Hermanos (esotérica El Makumbero) hubiera actuado
negligentemente.
De este modo el ad quem puntualizó que "nada en dicho informe permite siquiera
suponer que dicho corto se debió a descuido o falta de cuidado en el sistema
eléctrico."
Discrepa la Sala con las conclusiones que le merece esta prueba al tribunal de
segunda instancia. En opinión de esta magistratura el Tribunal Superior no valoró
en su justa dimensión este documento.
Para la Sala que el Tribunal Superior parta del hecho que esta experticia de la
Oficina de Seguridad del Cuerpo de Bomberos, autoridad técnica, calificada por su
experiencia, especializada en la investigación de este tipo de hechos, no apunta a
cuál fue la causa del corto circuito en el panel eléctrico del local de Maravi
Hermanos, S. A. (esotérica El Makumbero), para afirmar que la demandante no
probó la negligencia del otro arrendatario, constituye efectivamente una inversión a
la carga de la prueba. Ello queda claramente evidenciado en el siguiente párrafo
plasmado en el fallo impugnado:
Por lo anterior, aunque aceptáramos que el arrendatario de un local o apartamento
es quien tiene la obligación de darle mantenimiento a las instalaciones eléctricas del
mismo, como quiera que la parte actora no acreditó uno de los elementos de la
responsabilidad extracontractual, consistente en el acto culpable o negligente de las
demandadas MARAVI HERMANOS, S. A. y EL MAKUMBERO, S. A., lo procedente
era negar la pretensión principal.
También está obligado a poner en conocimiento del dueño, con la misma urgencia,
la necesidad de todas las reparaciones comprendidas en el número 2 del artículo
1306.
En ambos casos será responsable el arrendatario de los daños y perjuicios que por
su negligencia se ocasionaren al propietario.
Y es que el artículo 1315 del Código Civil panameño, copia del artículo 1563 del
Código Civil español, sitúa una presunción iuris tantum de culpabilidad en la persona
del arrendatario, salvo prueba en contrario. He aquí donde es de observancia la
carga dinámica de la prueba.
El artículo 1315, una de las disposiciones que cree violada quien recurre, estipula
lo siguiente:
Para ilustrarnos un poco más sobre las implicaciones de esta disposición conviene
revisar algunos de los comentarios al artículo 1563 del Código Civil español,
coincidente con nuestro artículo 1315. Veamos:
No todo incendio es debido a caso fortuito, y además no basta para estimar el caso
fortuito el siniestro originado por causas desconocidas (S 13-6-98).
Queda claro entonces que la norma hace recaer sobre el arrendatario el peso de
demostrar que, si hubo menoscabo en el bien arrendado, no fue por su
responsabilidad.
En el caso bajo análisis se trata de las pérdidas sufridas por uno de los arrendatarios
por el incendio originado en el local de otro arrendatario en el mismo edificio,
específicamente en el panel eléctrico, según la experticia técnica del Cuerpo de
Bomberos.
Los incendios han sido objeto de análisis por la doctrina, especialmente para
descartar si debe tenérseles, para efectos de la reclamación de indemnización,
como caso fortuito, por tanto, como eximente de responsabilidad.
Los daños causados por incendios han sido ampliamente abordado por la doctrina
jurisprudencial española que, conviene conocer.
Vale destacar que en el último caso citado por el autor es descartada la culpabilidad
del demandado por el hecho ocurrido, pues tras ser analizadas las circunstancias
de hecho y lugar, el Tribunal concluyó que era imprevisible la ocurrencia del
incendio, tomando en cuenta que no existía prueba que el fuego tuvo como causa
alguna actuación negligente, porque se tomaron las precauciones que una persona
de mediana diligencia habría seguido para prevenir cualquier daño. Luego de
reconocer que el incendio tuvo causas totalmente desconocidas, sentenciaron que
el fenómeno era imprevisible, de acuerdo al razonamiento de una persona
promedio. El Tribunal estimó que una exigencia mayor habría significado una
prestación exorbitante que habría supuesto sacrificios absolutamente
desproporcionados en la prevención de un suceso imprevisible, tomando en cuenta
que el depósito ni siquiera tenía instalaciones eléctricas, no realizaban ningún
proceso industrial, sólo el almacenamiento de mercancías y no se ejecutaba
ninguna operación que acarreara la iniciación de una fuente de combustión y que el
incendio ocurrió en día festivo.
Y respecto a cuál sea la responsabilidad del arrendatario del piso o local en el que
se origine el incendio, el Tribunal Supremo declara en sentencia de fecha 24 de
septiembre de 2009 que es 'unánime la jurisprudencia de esta Sala en considerar
que el arrendatario es quien debe responder de los daños causados por el incendio
ocasionado en la nave que tiene arrendada. La sentencia de 4 de marzo de 2004
señala que 'para que el arrendatario quede liberado de responsabilidad debe probar
que en el incendio no hubo por su parte culpa ni negligencia alguna o al menos que
se había tomado las medidas de cuidado, vigilancia o previsión necesarias
(Sentencia de 29 de enero de 1999). La exigencia de probar la falta de culpa para
quedar exonerado -y ello comprende a los incendios (SS 9 noviembre de 1993, 29
de enero de 1996, 13 de junio de 1998, 12 de febrero de 2001, entre otras)-,
constituye doctrina jurisprudencial pacífica, por más que unas veces se hable de
inversión de la carga de la prueba (Sentencia de 25 de septiembre de 2000) o de
regla especial de la carga de la prueba (que viene impuesta por la normativa legal
específica a una de las partes en el proceso significada por la circunstancia de que
por hallarse el arrendatario en posesión de la cosa se encuentra en situación de
más fácil demostración de que el evento dañoso se produjo por causas a él no
imputables: S. 12 de diciembre de 1988) y otras de presunción 'iruis tantum' de
culpabilidad contra el arrendatario (S 9 de noviembre 1993) o de presunción 'iuris
tantum' más que de culpa, de responsabilidad ( SS 28 noviembre 1991, 30 diciembre
1995, 29 enero 1996, 12 de febrero 2001)'. -sic-
Otro fallo muy ilustrativo sobre el mismo tema recuerda esta tendencia establecida
a lo largo de distintos pronunciamientos en torno a la normativa relacionada:
Si bien el artículo 1315 del Código Civil panameño, concordante con los artículos
1563 y 1564 del Código Civil español, lo que consagra es el derecho del arrendador
de reclamar al arrendatario que responda por los daños o pérdida del bien, mientras
estuvo en su posesión, al contener esa obligación del arrendatario del buen cuidado
del bien, también hace recaer sobre el último una presunción iuris tantum. Por tanto,
contiene es una garantía exigible, en principio, por el arrendador.
'... sin embargo, de conformidad con lo establecido en el artículo 1315 del código
Civil, no es el arrendador (demandado) a quien le corresponde la carga de
comprobar el deterioro de la cosa arrendada (onus probandi), sino más bien el
arrendatario (demandante), tal y como lo expusiera el Ad-quo en el fallo impugnado,
por lo que en ausencia de material probatorio que demuestre lo contrario, este
Tribunal Ad-Quem debe coincidir con el criterio esbozado por el juzgador primario,
en lo que respecta a la devolución del depósito de arrendamiento.' (fs. 595).
Otro punto que comparte la Sala con el juicio expuesto por el Tribunal Superior en
el fallo impugnado, es en la negativa de la demanda de reconvención.
Con sustento en la misma disquisición que sirvió de sustento para atender los
motivos de infracción que respaldan el recurso de casación es que la Sala debe
acceder a la solicitada condena de Maravi Hermanos, S. A.
Vale hacer una aclaración y es que no puede soslayar la Sala, que Maravi
Hermanos dejó precluir la oportunidad de contestar la demanda y no presentó
excepción alguna en primera instancia, pero su apoderado judicial, en el recurso de
apelación, alegó que la sociedad Maravi Hermanos, S. A., de conformidad con los
contratos de arrendamiento aportados al proceso, no está vinculada con las demás
litisconsortes ni se ha probado que sea parte de una unidad económica con el
Makumbero, S. A.
Si bien la oportunidad también era propicia durante la apelación para invocar este
supuesto eximente, dicha exclusión debió manifestarse desde el inicio, y no en esta
etapa cuando claramente quien la invoca se ha defendido identificándose también
como arrendataria afectada por el fuego.
Si de conformidad al artículo 1315 del Código Civil el arrendatario responde por los
daños al bien que arrienda, y el artículo 1644 del Código Civil permite exigir el
resarcimiento por los daños sufridos a causa de culpa o negligencia; ello nos lleva
a que, acreditado el daño y nexo causal, por obligación del artículo 784 del Código
Judicial, a quien se inculpa de su producción tiene que acreditar que el hecho lo
ocasionaron agentes externos o que extremó cuidado en la observación de las
medidas para que no se produjera por imponerlo así el artículo 1315 ya tantas veces
mencionado, cuestión que no se ha acreditado en este proceso.
Por todo lo antes expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala Primera, de lo Civil,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, CASA
la sentencia de 2 de noviembre de 2010, proferida por el Primer Tribunal Superior
del Primer Distrito Judicial de Panamá, dentro del proceso ordinario que Vinylfoam,
S. A. le sigue a Maravi Hermanos, S. A., el Makumbero, S. A. y Fábrica de Muebles
París, S. A., y actuando como tribunal de instancia REFORMA la Sentencia No. 15-
07, de 19 de abril de 2007, del Juzgado Undécimo de Circuito, de lo Civil, del Primer
Circuito Judicial de Panamá, en el sentido de que su parte resolutiva se lea así:
Notifíquese,