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Extranjerismos y neologismos

Extranjerismos

Se llaman extranjerismos a las palabras extranjeras que se usan en una lengua. En algunos
casos se mantiene su misma escritura ( basket, puzzle), en otros, se castellanizan (chalé,
escáner).

Solo debemos utilizar los extranjerismos cuando no exista en nuestro idioma una palabra
equivalente.

Neologismos

Los neologismos son palabras nuevas que se introducen en una lengua. Los neologismos se
crean para nombras actividades, objetos etc., que no existían anteriormente. Ejemplo:
Internet.

Unas veces los neologismos se forman teniendo como base palabras que ya existen
(hidromasaje), y otras adoptando neologismos de otras lenguas (airbag).

EXTRANJERISMOS EN FRANQUÍA

La aversión que sentimos por la contaminación de extranjerismos en


nuestra lengua viene de lejos. Ello nos llevó en 1979 a la investigación de los
extranjerismos utilizados frecuentemente en la Ingeniería.

Así salió el libro “Voces extranjeras en el lenguaje tecnológico”. Más tarde


en línea de continuidad de ese mismo afán, vinieron los libros “Extranjerismos en el
deporte”, “Extranjerismos en los espectáculos”, y “Gastronomía y lenguaje”.

Finalmente, cerramos el ciclo con el libro “Diccionario de extranjerismos”,


en el que censamos nada menos que dos mil cuatrocientas voces extranjeras de
uso constante en nuestro idioma, con su correspondiente versión al español, por
supuesto, de cada una de ellas.

Esta labor de defensa contra los extranjerismos, ha venido complementada


con la publicación de numerosos artículos periodísticos, algunos de ellos como “Los
gibraltares del lenguaje”, “Sprint” y “Los idiomas invasores” que vieron la luz en el
diario ABC.

Dado este interés, mantenido a lo largo del tiempo, esperábamos con


ilusión y curiosidad la aparición de la vigésimo segunda edición del Diccionario de la
Real Academia Española, hecho registrado a finales del 2001.

El Diccionario presenta evidentes avances y mejoras, y recoge numerosas


ampliaciones, especialmente de americanismos. Pero también deja la puerta
abierta a los extranjerismos más recalcitrantes en nuestro idioma.
En sus primeras páginas, al hablar de los extranjerismos, el Diccionario
dice lo siguiente: “Los extranjerismos cuya extensión de uso en nuestra lengua así
lo recomienda se van incorporando a la nomenclatura de este Diccionario. Se
registran en su forma original si su escritura o pronunciación se ajustan
mínimamente a los usos del español. Ese es el caso de club y otras voces”. Figuran
en letra cursiva, por lo contrario, cuando su representación gráfica o pronunciación
son ajenas a las convenciones de nuestra lengua, como “rock”, show” y otras”.

Una rápida introspección al Diccionario nos lleva a identificar la suerte de


los extranjerismos más cualificados. Algunos se han españolizado, no es mal
camino, con leves retoques en su escritura, como un simple acento. Así, córner,
mánager, míster, récord, escáner, fan, penalti, pívot, waterpolo, web, cómic, gay,
gasoil (qué hacemos con gasóleo?) y otras muchas. Aparecen en el Diccionario, con
idéntico tipo de letra que las voces españolas puras.

En letra cursiva, eso sí, figura en cambio el batallón de los gíbraltares del
lenguaje hispano, a pesar de tener en su mayoría la voz idónea española que las
sustituya. Citemos algunas de las voces extranjeras detectadas en el Diccionario,
casi todas anglicismos.

Allá van: “boom”, “boutique”, “blues”, “camping”, “casting”, “crack”, “hall”,


“hardware”, “holding”, “marketing”, “miss”, “ranking”, “rock”, “rock and roll”, “set”,
“sexy”, “show”, “software”, “sponsor”, “sprint”, “stock”, “speech”, “sport”,
“spray”, “spot”, “striptease”, “scooter”, “sheriff”, “short”, “tour”, “glamour”,
“look”, “offset”, “tournée”, “flash”, “”flashback”, “body”, “down”, “dancing”,
“cross”, “hooligan”, rally”, “slip”, “soufflé”, “stand”, “standing”, “pizza”, “western”,
“sourvenir”, “ginfizz”, y tantas otras que no hemos recogido.

Estos extranjerismos han dado un paso de gigante, al figurar con su


escritura original en el santuario del idioma de Cervantes, y en el lenguaje oral, con
su pronunciación nativa. Su futuro, por tanto, mal que nos pese, parece asegurado.

Para el resto de los extranjerismos utilizados en nuestro idioma y no


recogidos en el Diccionario, se augura también un porvenir optimista.
Naturalmente, con la ayuda inestimable de los profesionales españoles de las
distintas actividades y de los medios de comunicación social. Es cuestión de tiempo
y paciencia.

Ese es el caso de las voces “shock”, “bluff”, “zapping”, “doping”,


“management”, “match”, “parking”, “play off”, “pressing”, “racing”, “sporting”,
“staff”, “stop”, y tantisimas otras hasta completar los dos millares y pico. A
esperar. Alea jacta est.

Juan José Alzugaray Aguirre


Ex Presidente del Instituto de la Ingeniería de España

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