Santo Domingo, R. D.
2015
De la traducción al español:
© Francisco Bernardo Regino Espinal
De esta edición
© Archivo General de la Nación (Vol. CCXLV)
ISBN: 978-9945-586-40-4
Impresión: Editora Centenario, S. R. L.
I. Introducción ……………….................................... 23
II. Estructura del Código Rural de Haití ....................... 26
III. Impacto del Código Rural de Haití
en el hato dominicano ............................................ 28
IV. El Código Rural de Boyer
visto por los historiadores ....................................... 30
1. Historiadores haitianos .............................. 30
2. Historiadores dominicanos ....................... 34
3. Otros historiadores .................................... 39
V. Conclusiones ........................................................... 41
-7-
-9-
1
R. Brea, La formación del estado capitalista en la República Dominicana y Haití,
Taller, Santo Domingo, 1983.
2
Emilio Cordero Michel, La revolución haitiana y Santo Domingo, Taller, Santo
Domingo, 1974.
3
Emilio Cordero Michel, «Proyecciones de la revolución haitiana en la socie
dad dominicana». Ecos 3 (1994), pp. 79-91.
4
Frank Moya Pons, Manual de historia dominicana, 11ª ed., Caribbean Publishers,
Santo Domingo, 1997, pp. 22-254.
5
Emilio Cordero Michel, La revolución haitiana…, p. 90
6
Ibídem, pp. 87-90.
7
Patrick Pierre-Louis, «Le système coutoumier haïtien», in Génèse de l’État
haïtien (1804-1859), ed. Michel Hector y Laënnec Hurbon, Unesco, París,
2009, p. 214.
8
Jean Marie Théodat, «État et territoire: la question de la naissance de la
République dominicaine», obra editada por Hector y Hurbon, p. 297.
9
Quisqueya Lora H., Transición de la esclavitud al trabajo libre en Santo Domingo:
el caso de Higüey (1822-1827). Academia Dominicana de la Historia, Santo
Domingo, 2012, pp. 126-155.
10
Ibídem, p. 126.
11
Ibídem.
12
Ibídem, p. 52.
13
Ibídem.
14
Ibídem, 155.
Diógenes Céspedes,
Agosto, 2015.
- 17 -
I. Introducción
1
Gran Enciclopedia Espasa-Calpe, Vol. 5, Espasa, S. A., Colombia, 2005, p. 2818.
2
Ídem, Vol. 12, p. 7034.
- 23 -
3
Victor Schoelcher, Vie de Toussaint Louverture, 1ª ed., París, Karthala, 1982,
p. 6; Jacques Adélaïde-Merlande, Collection Reliée, p. 6.
4
Toussaint Louverture, Les Lois de Toussaint Louverture, Port-au-Prince, Presses
Nationales d’Haïti, Collection Angle Droit, 2008, pp. 17-18.
5
Luis Mariñas Otero, Las constituciones de Haití, 1ª ed., Madrid, Ediciones
Cultura Hispánica, 1968.
6
Rafael Luciano Pichardo, El Código Napoleón en la Historia. Bicentenario1804-2004.
Su influencia en la República Dominicana, 1ª ed., Santo Domingo, Amigo del
Hogar, 2005.
7
Code Henri (Código Henri). 1ª ed., Haití, Cap-Henry, chez P. Roux, 1812.
8
Ídem. Copias facsimilares, con introducción e índice por Francisco Bernardo
Regino Espinal, pueden consultarse en el Archivo General de la Nación y en
la Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, 2008 (BR).
1. Historiadores haitianos
9
Jean Chrysostome Dorsainvil, Manuel d’Histoire d’Haïti, Haití, Henri Deschamps,
1924, p. 192. La traducción es nuestra (BR). En el texto original se lee:
«Ce Code remettait en vigueur une partie des règlements des cultures de Toussaint,
Dessalines et Christophe. Tout un monde de surveillants devait assurer la discipline dans
Jean Price-Mars
les ateliers, réprimer le vagabondage, faire réparer les routes et chemins en temps utile.
Les cultivateurs signèrent des contrats qui les liaient à leur employeur pour une durée
variable de six mois à neuf ans. Il leur était formellement interdit d’avoir des danses ou
des festins depuis le lundi matin jusqu’au vendredi soir. Tous les officiers en charge,
commandants de place, commandants d’arrondissement, avaient ordre d’inspecter
périodiquement les campagnes de leur ressort, et de consigner leurs remarques dans des
rapports qu’il fallait adresser à Port-au-Prince. Boyer eut le tort de ne pas comprendre
qu’après les douze ans du gouvernement libéral de Pétion, on ne pouvait, sans danger,
revenir aux mesures de rigueur des régimes précédents. Le Code Rural mécontenta tout
le monde. Les cultivateurs, atteints dans leur liberté individuelle, ne renouvelèrent point
leurs contrats. Les propriétaires furent déçus ; tous avaient espéré s’enrichir rapidement
grâce au travail forcé. La popularité de Boyer en souffrit».
10
Jean Price-Mars, La República de Haití y la República Dominicana, tomo I, 4ª
ed., Santo Domingo, Sociedad Dominicana de Bibliófilos, Inc., 2000, p. 238.
11
Ídem, p. 239.
12
Ídem, p. 44.
13
Ídem, pp. 244-245.
Jean-Marie Théodat
2. Historiadores dominicanos
14
Roland Dennis Hussey (de la biblioteca de), The Rural Code of Haiti; in
French and English with a Prefatory Letter to the Right Hon. the Earl
Bathurst, K.G. [El Código Rural de Haití, en Francés e Inglés con una carta
preliminar al justo y honorable conde Bathurst, K. G.], 1st. ed., London,
Macmillan, Bow-Street, Covent-Garden, 1827, pp.1-2.
15
Jean-Marie Théodat, Haiti-République Dominicaine: Une île par deux 1804-1916.
1a ed., Karthala, Paris, Copans, Jean, Hommes et Sociétés, 2003, pp. 130-131.
16
Frank Moya Pons, Historia del Caribe, 1ª ed., Santo Domingo, Editora Búho,
2008, pp. 241-262.
17
Ídem, p. 255.
18
Ídem, pp. 255-256.
19
Francisco Bernardo Regino Espinal, «Conucos, hatos y habitaciones
en Santo Domingo, 1764-1827», Boletín del Archivo General de la Nación
(BAGN), Santo Domingo, año LXVIII, Vol. XXXI, Núm. 116 (septiem
bre-diciembre, 2006), pp. 481-555. Véase documento anexo «El hato
Los Palitos: contrata de cultivadores bajo el Código Rural de Haití, 1827»,
pp. 550-553.
Roberto Cassá
20
Roberto Cassá. Historia social y económica de la República Dominicana, tomo I,
6ª ed., Alfa & Omega, Santo Domingo, 2003, p. 319.
21
Roberto Cassá. ob. cit., p. 320.
22
Ídem, p. 323.
23
Ídem, p. 322.
Wenceslao Vega
3. Otros historiadores
24
Wenceslao Vega Boyre, Historia del Derecho dominicano, 4ª ed., Amigo del
Hogar, Santo Domingo, 2003, p. 159.
25
Ídem, p. 160.
26
Carolyn E. Fick, The Making of Haiti: The Saint Domingue Revolution from
Below, 4th. ed., Knoxville, The University of Tennessee Press, 1997, p. 208.
27
David Nicholls, From Dessalines to Duvalier: Race, Colour and National Inde
pendence in Haiti, Rutgers University Press (Revised Edition), 1996, p. 68.
(La traducción es nuestra, BR).
V. Conclusiones
28
Ídem, p. 115.
29
Francisco Bernardo Regino Espinal, «El matrimonio de Desgrotte»,
Boletín del Archivo General de la Nación (BAGN), Vol. XXX, Núm. 1112005,
pp. 131-158. Ilustra el caso del general Henri Etienne Desgrotte Ypolita,
jefe de las tropas haitianas en Santo Domingo en 1844, en lo que respecta
a su riqueza al momento de su matrimonio con la ciudadana haitiana
María Adelaide Gentil Leduc en el año 1827, siendo comandante de la
Villa de El Seibo.
Al
Muy Honorable
Conde Bathurst, K. G.
Mi Señor,
- 43 -
30
* La Cámara de Diputados de Haití en su discurso de despedida a sus
electores, al final de su existencia legislativa, el 10 de mayo de 1826,
publicada el 14 de mayo en el No. 20 de la Feuille de Commerce, en Puer-
to Príncipe, dice: «Hubiésemos temido siempre los cuidados del principio
conservador, si la «regeneración de nuestros cultivos» no hubiese sido
causada por «leyes que eran a la vez justas y severas». Sus mandatarios,
al entregar el Código Rural habían pensado «que el pueblo recibía un
beneficio». El texto original dice: «On n’eut pas pourvue aux soins du principe
conservateur, si la Régénération de nos cultures n’eut été «provoquée par des lois à
la fois justes et sévères. Vos mandataires, en rendant le Code Rural ont pensé» que le
people recevait un bienfait». (Los símbolos al inicio de cada párrafo de notas
aparecen en el texto en inglés. BR)
31
* Pour la propreté de la ville. Véase Artículo 177 del Código.
32
† Véanse los Artículos 45 y 46 del Código.
33
* Por el Código Civil de Haití, el servicio doméstico (domestique á gages), no
goza de todos los privilegios de un ciudadano.
34
* Esta estimación está hecha para una fértil plantación de azúcar bien
administrada en Jamaica, con un «gran capital fijo invertido» en obras,
edificios, maquinaria, existencias, etc. Si se aplica sin reserva a Haití,
conduciría a un error extravagante.
La tasa promedio de los salarios en Haití, calculada sobre «los rendimientos»
de la producción y la población haitiana, y calculando la producción a su
precio actual en el mercado de Londres, sería de unos 6s. por año para cada
persona.
el control del trabajo, sino que hagan uso del testimonio que
este pueblo independiente ha dado libremente, de la deses-
peranza de obtener de los negros, sin coacción, el grado de
esfuerzo regular y constante que es indispensable para garan-
tizar una rentabilidad adecuada para las inversiones de capital
fijo por plantadores europeos en las Indias Occidentales. Poco
importa, bajo qué nombre el trabajo obligatorio sea adquiri-
do, si bajo el nombre de «esclavitud», o en virtud de la perí-
frasis de «cultivadores, trabajadores al cuarto». El principio es
todavía el mismo que obliga a un trabajador, que no tiene el
capital, a dedicar su fuerza física al servicio de otro hombre,
dotado de capital, de tal manera, como para procurar para
cada uno de ellos, una mayor parte de la producción de la
tierra, que bien pudo haber obtenido por sus esfuerzos indi-
viduales. Pero, si puede ser demostrado que, de los dos inten-
tos que se han hecho en las Indias Occidentales, para obtener
este resultado, lo que ha sido el más exitoso, por lo que quiero
decir, lo que ha producido las mayores ventajas para ambas
partes, es el sistema adoptado en nuestros establecimientos de
las Antillas, no dudo en decir que el intento de ahora para
abolir ese sistema, sin tener debidamente en cuenta el interés
fijo de los capitalistas, es mucho para ser obsoleto. El Senado
y los diputados de Haití parecen haber resuelto la cuestión de
que la coacción es necesaria para obtener el trabajo regular y
constante en las Indias Occidentales, en su estado actual de la
población.
Tengo el honor de ser, de su Señoría, el más obediente,
humilde servidor.
El Traductor.
Puerto Príncipe,
Imprenta del Gobierno,
julio, 1826.
Libertad. Igualdad.
República de Haití.
Código Rural
Ley No. 1
35
* Las autoridades militares aparecen en la misma primera cláusula del
Código. ¿Qué tienen que ver las autoridades militares con la agricultura?
(Estas notas y las siguientes corresponden al autor de la traducción al inglés;
los símbolos que aparecen al inicio de cada párrafo de notas son los usados
en esa traducción. BR).
- 55 -
36
† Véanse los Artículos 45 y 46, y los Artículos 174, 175, 176 y 177.
Ley No. 2
Capítulo I
Sección primera
37
* Véase el Artículo 125, donde se repite esta regulación y el asunto que hay
que informar queda establecido minuciosamente.
Sección II
Capítulo II
38
* La Consolidated Slave Law of Jamaica (Ley Consolidada de Esclavos de Jamaica),
57 Geo. III. C. 25, sección 6,1816, después de instruir acerca de la inspección
de los terrenos provistos, explica que: «puede suceder que en algunas
haciendas o hatos, asentamientos y pueblos, en esta isla, no existan tierras
adecuadas para el cultivo de provisiones, o cuando por la larga duración
de la sequía, los suelos del esclavo queden improductivos; entonces, y solo
en ese caso, los dueños, los propietarios o poseedores harán, por algunos
otros medios y formas, una provisión buena y amplia para los referidos
esclavos como las que ellos poseían, igual al valor de 3s. 4d. en moneda
por semana por cada esclavo, con el fin de que puedan ser debidamente
apoyados y mantenidos, so pena de multa de cincuenta libras». No hay
ninguna disposición tan humana y excelente como esta en todo el Código
Rural. (N. del T.).
39
† La primera parte de la cláusula de la Ley Consolidada del Esclavo de 1816,
citada en la nota anterior, dice: «Que cada amo, propietario o poseedor
de cualquier esclavo o esclavos, o de su capataz o administrador en
jefe, deberá, bajo pena de diez libras de multa por cada negligencia,
inspeccionar personalmente la condición de los terrenos del esclavo, al
menos una vez cada mes, para constatar que el mismo esté cultivado y
mantenido de forma adecuada, de lo cual será hecho juramento, como se
indica a continuación en esta disposición».
40
* «Cualquier amo, etc., deberá, so pena de cien libras de multa por cada
negligencia, etc., declarar bajo juramento que ha inspeccionado terrenos
del esclavo (donde los terrenos de dicho esclavo estén asignados), de la
plantación, hato o hacienda, de acuerdo a las instrucciones de esta Ley, y
que cada esclavo en la propiedad esté suficientemente provisto con tierras»
(57 Geo. III. C. 25, Sec. 8).
Ley No. 3
C apítulo I
Disposiciones generales.
41
* Estas personas enfeudadas a sus empleadores, ¿en qué difieren de los
esclavos si no es en el nombre? La sustancia de la esclavitud está aquí; el
nombre no está muy lejos. Véase la sección 15 Geo. III. C. 28, para el nombre
dado por el Parlamento británico a los comprometidos voluntarios de esta
descripción. Véanse los Artículos 96 y ss.; y para las excepciones, véanse los
Artículos 75 y ss. Los principios, en cuanto a la conexión entre el trabajo
y el empleo rentable de capital fijo, aquí expuestos, son muy importantes.
El Código sabiamente extiende el período en que los contratos de trabajo
han de estar en vigor, a medida que una mayor proporción de capital fijo
dependa de la mano de obra para su empleo provechoso. En la tala de
árboles, se emplea poco capital fijo y, en ese caso, el plazo legal para el
compromiso con el trabajador es «el más corto».
42
* Las excepciones a estas normas están hechas en favor de una clase particu
lar, por los Artículos 75 a 80 inclusive.
43
* Siempre que sean mencionadas las partes que cultivan la tierra para producir
a la media, su jefe es la persona con quien el propietario ha firmado el contrato
y, en virtud del Artículo 161, es designado como su encargado (conducteur).
44
* Estos dos Artículos distinguen claramente entre las dos clases de trabaja
dores, como ahora existe en Jamaica. El Artículo 51 se refiere a las cuadrillas
de ejecución de obras; el Artículo 52, a los esclavos que pertenecen a la
hacienda.
C apítulo II
45
* Este Artículo se refiere a la clase de los trabajadores reconocidos en el
Artículo 75 y ss.
46
* Ley Consolidada de Esclavos, 57 Geo. III. C. 25, Sec. 30 establece que nin
gún esclavo podrá viajar sin un permiso de su amo; y Sec. 31, dice que «no
se dará permiso a ningún esclavo, o esclavos, para un período superior a un
mes calendario». Véanse los Artículos 180 y 187.
47
* Véase la nota a los Artículos 51 y 52.
48
* Véase la nota a los Artículos 51 y 52.
Capítulo III
49
* Véase el Artículo 187.
Capítulo IV
Capítulo V
50
* Este y el Artículo anterior saborean vigorosamente la esclavitud personal.
Aquí tenemos a personas que no tienen tierra propia, a las que se les
permite buscar a otros para unirse a ellos, y estos últimos están autorizados
a vender los trabajos de esos siervos.
con él, o por escrito, los acuerdos para trabajar por sema-
na, por mes, o a la empresa, según los precios y condicio-
nes que sean convenidos entre ellos; pero estos militares
estarán obligados a contribuir, sin pago particular, a todos
los trabajos relativos al mantenimiento de los canales de
riego y demás, de los pozos y cisternas de la propiedad, del
entorno o empalizadas de los conucos y sabanas, y al man-
tenimiento del buen orden en la propiedad.
Art. 77. Cuando los militares, u otros empleados al servicio del
Estado, no se ajustaran con los propietarios o inquilinos
principales de las propiedades en las que residen a los
Artículos 75 y 76 de la presente Ley, podrán ser devueltos
de la referida propiedad.
Art. 78. Los militares, u otros empleados al servicio del Esta-
do, que firmen contratos con los propietarios o inquilinos
para trabajar comprometidos por semana o de otra mane-
ra, deberán respetar a los referidos propietarios, inquili-
nos o administradores de la propiedad donde trabajan, y
obedecerlos.
Art. 79. Cuando los militares, u otros empleados al servicio del
Estado, hayan sido requeridos por el propietario, el inqui-
lino principal o un administrador para trabajar por día,
por semana en la empresa o en un campo cultivado por
los obreros agrícolas que trabajan a la cuarta, para ayudar
a la fabricación o para cosechar los alimentos, los salarios
pagados a este tipo de obreros agrícolas serán deducidos
de la masa del ingreso procedente de este trabajo, antes
de que sea deducido el cuarto correspondiente a los obre-
ros agrícolas.
Art. 80. Cuando los trabajadores, tales como los mencionados
en el Artículo anterior, sean requeridos por los jefes de
asociaciones a la media, a fin de ayudarles en sus trabajos,
los salarios pagados a estos trabajadores serán percibidos
por la parte imputable a los socios a la media antes de que
la partición pueda efectuarse entre ellos.
Capítulo VI
51
* Este, y los nueve Artículos anteriores, reconocen una clase de trabajadores
que son los únicos trabajadores libres en Haití.
52
* Véase el Artículo 165 para cierta descripción de este Consejo.
Ley No. 4
Capítulo I
Art. 86. Los hatos solo podrán establecerse en los lugares su-
ficientemente alejados de las haciendas cultivadas de ali-
mentos, a una legua de distancia por lo menos.
Art. 87. En el futuro, para establecer un hato se deberá ser pro-
pietario por lo menos de cincuenta cuadrados de tierra
cubierta de los pastos necesarios para ganado astado, y de
veinticinco cuadrados de tierra para crianza de cerdos.
Art. 88. El número de peones de los hatos no podrá exceder
de cinco hombres, incluido el encargado del hato, conta-
das las esposas e hijos.*53
Art. 89. Cualquier peón de hato que encontrara en los
rebaños confiados a su cuidado, o en las sabanas del
hato sobre el cual está empleado, animales extraños a
los que cuida, estará obligado a notificar en el campo
a los hateros vecinos, y si estos animales no son de su
53
* Esta limitación está destinada, sin duda, a comprobar la inclinación
natural de la población negra a una vida de indolencia. Esta cláusula está
concebida en el mismo espíritu que el Artículo 7.
Capítulo II
Ley No. 5
54
* Esta expresión es también aplicada al hombre que encabeza un grupo de
trabajadores (cabecilla).
Ley No. 6
Título primero
Disposiciones generales.
Título II
Acerca de la vigilancia.
Capítulo I
55
* Parece que se omitió alguna palabra aquí. He sido cuidadoso al copiar el
Código Rural literalmente de la copia impresa, conservando incluso todos
sus fallos del francés.
Capítulo II
56
* Véase también el Artículo 14.
Capítulo III
Sección primera
Sección II
Sección III
57
* Véase el Artículo 116, donde esta palabra se utiliza para significar los
conductores de ganado.
Capítulo IV
Título III
1. La represión de la vagancia;
2. El orden y la ayuda al trabajo campesino;
3. La disciplina en los establecimientos agrícolas;
4. El mantenimiento y reparación de los caminos públi-
cos y privados;
Capítulo I
De la represión de la vagancia.
Art. 181. Los Oficiales de Policía Rural velarán para que los
vagabundos y los ociosos no se escondan uniformados de
militares de los diferentes cuerpos: cuando se encuen-
tren, en las secciones bajo su supervisión, los hombres
que ellos no conocieren personalmente para estar en
servicio activo en el cuerpo del que llevan el uniforme,
les detendrán y les enviarán al Comandante Militar de la
común para verificar si la persona detenida con el unifor-
me de un cuerpo es en realidad parte de él. En el caso en
que el individuo no sea militar, será encarcelado según el
Artículo 175 hasta que haya formalizado un contrato para
trabajar en la agricultura.
Art. 182. Los Oficiales de Policía Rural se asegurarán de que,
en la demarcación de las secciones a su cargo, nadie se
quede en la ociosidad; a tal efecto, están autorizados a
preguntar a los individuos por qué no se encuentran en
su trabajo, el género de su ocupación, y si estos individuos
no prueban que cultivan la tierra, o son empleados de los
hatos, según la Ley No. 4, serán considerados como gente
sin permiso y detenida como vagabundos.
Capítulo II
59
* Y que sea además promulgado por la citada autoridad, que desde
y después de la apertura de esta ley, los esclavos que pertenecen a un
propietario, y están empleados en cualquier hacienda, más allá de los días
Capítulo III
61
* La Legislatura de Jamaica, después de una investigación muy cuidadosa, no
piensa que sea necesario aprobar ninguna regulación sobre el tema de este
Artículo y el anterior; pero se han publicado las pruebas que han recibido,
sobre la práctica general de la Isla, y la Legislatura Haitiana ha incorporado
esa práctica en estos dos Artículos. Los siguientes son los encabezados de
las pruebas de algunos de los testigos: (1) Las mujeres embarazadas son
sometidas a trabajos ligeros, y continúan así hasta dentro de un corto tiempo
del parto, pues la experiencia ha demostrado que esas mujeres tienen el
tiempo de labor de parto más fácil y dan a luz niños más sanos y ellas se
mantienen en un estado moderado de ejercicio. Vuelven al trabajo ligero
alrededor de seis semanas después del parto. Examen de William Murray,
Esq. (2) Se permite una gran indulgencia con respecto a las horas de trabajo
de la mujer embarazada. Examen de R. W. Harris, Esq. (3) Las mujeres emba
razadas suelen ser empleadas en algún trabajo ligero hasta que han llegado
a cinco o seis meses de embarazo o en actividades menores por parte del amo.
Examen de James Stewart, Esq. Véase el Acta de Pruebas tomadas bajo juramento
ante el Comité de la Ley de Registro de Esclavos, en Jamaica, 1815.
62
* Sección 30, que a ningún esclavo, con la única excepción de ir y regresar del
mercado, se le tolerará, en lo sucesivo, salir de la hacienda o asentamiento
de su amo o ama, o propietario, o viajar de un pueblo a otro, a menos que
dicho esclavo tenga un permiso de su amo.
La Sección 31ª, [dice] que se no concederá permiso a ningún esclavo o
esclavos por tiempo superior a un mes calendario. Ley Consolidada de Esclavos,
aprobada en 1814, (57 Geo. HI. C. 25). Ver Art. 60.
Capítulo IV
63
* Sección 21, que en el futuro, a todos los esclavos les será permitido el número
habitual de días feriados que les fueron permitidos en las acostumbradas
temporadas de la Navidad, la Pascua y Pentecostés. Sección 36. Pero nada
de lo aquí contenido será interpretado para impedir que cualquier amo o
capataz conceda libertad a los esclavos para jugar y divertirse en cualquier
entretenimiento inocente, únicamente en su hacienda, cuando y tan a
menudo como les plazca, siempre que tales diversiones se les ponga fin a las
diez de la noche. (57 Geo, III, C, 25).
Presidente de la Cámara,
(firmado) Muzaine.
Los Secretarios,
Pre. Junca y Ardouin.
Los Secretarios,
Gayot y F. Dubreuil.
En el nombre de la República:
Boyer,
por el Presidente.
El Secretario General,
B. Inginag.
Port-au-Prince,
De l’imprimerie du Gouvernement,
juillet, 1826.
Liberté. Égalité.
République d’Haïti.
Code Rural
Loi No. 1
- 103 -
Loi No. 2
Chapitre premier
Section premier
Art. 15. Tous les terrains situés dans les campagnes et prove-
nant des cessions faites par l’Etat, soit à titre de propriété
nationale, soit à titre de don partiel, qui n’auraient pas
été arpentés jusqu’à ce jour, devront l’être dans, l’espace
d’une année, à compter de la date de’ la promulgation
du présent Code, sous peine d’une amende d’une gourde
par carreau de terre, payable par les propriétaires.
Afin de parvenir à l’exécution de la disposition ci-dessus
prescrite, le Juge de Paix de la commune, sur la déclaration
Celui qui s’y refusera Sera contraint par des voies de droit.
Art. 21. Les propriétaires des biens ruraux son tenus de faire
placer, lors des opérations d’arpentage, faites à leur réqui-
sition, des bornes solides en fer, en maçonnerie ou en vois
incorruptible, sous peine d’une amende de cinq gourdes
pour chaque borne, manquant à sa place.
Art. 22. Les propriétaires qui auront négligé l’exécution de l’Ar-
ticle précédent, seront, après avoir payé l’amende, obligés
de payer l’ouvrier qui aurait été employé, par l’ordre du
Juge de Paix de la commune, à établir la borne nécessaire.
Section II
Chapitre II
Art. 41. Lorsque les denrées seront sur le point d’être ensa-
chées emballées enfutaillées, ou empaquetées, sur une
propriété rurale l’Officier de Police Rurale de la section
aura le droit d’examiner lesdites denrées, afin de s’assu-
rer qu’elles ne sont pas fraudées; et dans le cas où elles
le seraient, il en arrêtera la livraison, et en fera immédia-
tement son rapport au Juge de Paix de la commune. Si
elles sont seulement mal préparées, il en empêchera le
transport, et obligera l’habitant à les renettoyer.
Art. 42. Le Juge de Paix, en recevant le rapport, nommera des
experts, pour prendre connaissance de la denrée, et s’il
y a fraude, et qu’elle soit constatée, la denrée sera confis-
quée au profit de l’Etat.
Art. 43. Les denrées d’exportation ne pourront sortir des ha-
bitations, pour être portées dans les villes ou bourgs, et
être livrées au commerce, que sur un permis des proprié-
taires, lorsqu’ils résideront sur leurs biens, et pour celles
des habitations où les propriétaires ne résideront pas, de
l’Officier de la Police Rurale de la section. Le permis sera
délivré gratis sur papier libre, par l’Office Police qui sera
tenu de l’enregistrer.
Art. 44. Toute denrée transportée en contravention à l’Article
précédent, sera arrêtée sur la route, et conduite chez le
Juge de Paix de la commune, qui s’assurera si la denrée
n’a pas été volée, afin d’en faire remise au propriétaire, et
de poursuivre le présumé coupable.
Dans le cas où ce serait le propriétaire de la denrée qui au-
rait manqué de donner le permis, il paierait une amende
de trois à cinq gourdes.
Loi No. 3
Chapitre premier
Disposition générales.
Chapitre II
Chapitre III
Chapitre IV
Art. 73. Les sous-fermiers et les chefs de société sur les ha-
bitations, auront la faculté de sous-traiter directement
avec les agriculteurs; mais ils demeureront responsables
envers le propriétaire ou le fermier principal des faits des
sous-contractans.
Art. 74. Le nombre des sous-contractans ne pourra excéder
celui de dix par chaque sous-fermier ou chef de société.
Chapitre V
Loi No. 4
Chapitre I
Art. 86. Les hattes ne pourront être établies que dans les lieux
suffisamment éloignés des habitations cultivées en den-
rées, et à une lieue de distance au moins.
Art. 87. A l’avenir, pour établir une hatte, il faudra être pro-
priétaire au moins de cinquante carreaux de terre garnie
des pâturages nécessaires pour bêtes à cornes, et de vingt-
cinq carreaux pour pourceaux.
Art. 88. Le nombre des gardeurs des hattes, ne pourra excéder
cinq hommes, y compris le maître-hattier, ayant avec eux
leurs femmes et enfans.
Art. 89. Tout gardeur de hatte qui trouvera dans les troupeaux
confiés à ses soins, ou dans les savannes de la hatte sur la-
quelle il est employé, des animaux étrangers à ceux qu’il
garde, sera tenu d’en avertir sur le champ les hattiers voisins;
et si ces animaux ne sont pas de leurs hattes, il en sera donné
connaissance à l’Officier de la Police Rurale de la section.
Art. 90. Après que les animaux mentionnés en l’Article
ci-dessus, seront restés trois mois dans la savanne d’une
batte, sans être réclamés par leur propriétaire, ils seront
conduits par le hattier au Juge de Paix de la commune,
afin de les faire mener aux épaves.
Art. 91. Aussitôt qu’un animal d’une hatte sera reconnu être
attaqué d’une maladie contagieuse, il devra , sous peine
d’une amende de dix à vingt gourdes, payable par le hat-
tier, être séparé et mis hors de toute communication avec
les autres bestiaux, pour être traité jusqu’à sa guérison ou
sa mort.
Art. 92. Tout animal mort sur une hatte d’une maladie conta-
gieuse ou épizootique, sera brûlé ou enterré.
Art. 93. Il est défendu, sous peine d’une amende de dix à vingt
gourdes, payable par tout contrevenant, de brûler les sa-
vannes des hattes sans la permission de l’Officier de la
Police Rurale de la section.
Art. 94. Lorsqu’il arrivera que des bestiaux mourront sur les
habitations de maladies ordinaires ou par accident, si le
propriétaire ou fermier principal de la hatte n’est pas pré-
sent, le maître-hattier sera tenu de faire constater, par’
l’Officier de la Police Rurale ou des voisins, la mort de
l’animai; la peau, ayant l’étempe ou la marque, sera pro-
duite au propriétaire; à défaut de quoi, il sera tenu dé
remplacer l’animal.
Art. 95. Les animaux, tant de hattes que ceux servant à l’ex-
ploitation des habitations, ne pourront être étempés
qu’avec des étempes moulées: il est défendu de faire, sur
ces animaux des marques à la main.
Chapitre II
Loi No. 5
Loi No. 6
Titre premier
Dispositions générales.
Titre II
De la surveillance.
Chapitre premier
Chapitre II
Chapitre III
Section première
Section II
Art. 140. Dans chaque section rurale, il sera placé, par le choix
du Président d’Haïti, un officier militaire de grade subal-
terne (depuis sous lieutenant jusqu’à capitaine), lequel
officier sera chargé de la surveillance de la section et la
Police y relative.
Art. 141. Les Officiers de la Police Rurale des différentes sec-
tions, seront indépendans les uns des autres, et l’auront
de rapport qu’avec le Commandant de la commune et
celui de l’arrondissement sous les ordres desquels ils sont
places: ils correspondront en outre avec les autorités ci-
viles et déféreront à leurs réquisitions.
Art. 142. La résidence de l’Officier de la Police Rurale sera
fixée au centre de la section dont il est chargé, et sur le
chemin public qui la traverse.
Art. 143. -L’Officier de la Police Rurale est spécialement char-
gé de faire prospérer la culture dans la section qui lui est
confiée, d’j faire respecter les lois et les propriétés.
Il est, responsable dans l’étendue de cette section:
Section III
Chapitre IV
Titre III
De la Police Rurale.
1. La répression du vagabondage;
2. L’ordre et l’assiduité dans les travaux des champs;
Chapitre premier
De la répression du vagabondage.
Chapitre II
Chapitre III
Art. 188. Les ateliers sur les propriétés rurales, devront être
obéissans envers leurs conducteurs des travaux, chefs de
société de moitié, sous fermiers, fermiers principaux,
propriétaires et gérans, chaque fois qu’ils seront requis
d’exécuter les travaux pour lesquels ils auront contracté.
Art. 189. Toute désobéissance et toute insulte de la part d’un
travailleur commandé pour faire un travail auquel il serait
assujetti par un contrat ou une convention réciproque,
sera pain de la prison, selon l’exigence des cas, d’après
décision du Juge de Paix de la commune.
Art. 190. Les samedis, les dimanches et jours de fêtes étant à
la disposition des agriculteurs ils ne pourront, les jours
ouvrables, abandonner leurs travaux pour se livrer à des
danses ou festins, ni jour ni nuit. Les délinquans à cette
disposition seront passibles de trois jours de prison pour
la première fois, et du double en cas dé récidive.
Chapitre IV
Le Président de la Chambre,
(signé) Muzaine.
Les Secrétaires,
Pre. Junca et Ardouin.
Le Président du Sénat,
P. Rouanez.
Lès Secrétaires,
Gayot et F. Dubreuil.
Au nom de la République
Boyer,
Par le Président.
Le Secrétaire-Général,
B. Inginag.
12/10/2015 15:29:10
Artículo
No. Palabra Traducción Definición
o Pág., Ref.
4 Arpenteur. Agrimensor. Persona que tiene como oficio hacer Art. 15, 132.
las mediciones de los terrenos, para
identificarlos y diferenciarlos, esta-
bleciendo su localización, extensión,
12/10/2015 15:29:10
8 Bêtes a cornes Bestias con Se refiere al ganado que tiene cuer- Art. 28.
cuernos, ganado nos, en particular, vacas, bueyes, toros,
astado. chivos; así se diferencian del ganado
caballar (cavalines o chevalines).
12/10/2015 15:29:10
Artículo
No. Palabra Traducción Definición
o Pág., Ref.
14 Bourg(s), Pueblo(s), División política, geográfica; más re- Art. 4, 5, 8-10,
bourgade(s). poblado(s). ducida en población que una villa o 43, 177.
12/10/2015 15:29:10
18 Cabrouettier(s). Carretero(s). El que conduce una carreta. El maï- Art. 57.
tre-cabrouetier es el jefe de los carreteros
o quien construye carretas. Por exten-
sión usado como carretillero(s).
12/10/2015 15:29:10
Artículo
No. Palabra Traducción Definición
o Pág., Ref.
21 Chambre de Cámara de Una de las dos cámaras del sistema p. 1.
Représentants. representantes. parlamentario. La de reprentantes
12/10/2015 15:29:10
25 Commandant Comandante Autoridad militar dentro de la divi- Art. 18, 60.
militaire de la militar de la sión política denominada común.
commune. común. Subordinado a la autoridad del co-
mandante de distrito.
12/10/2015 15:29:10
Artículo
No. Palabra Traducción Definición
o Pág., Ref.
30 Concessions. Concesiones. Transferencia de tierra hecha por el Art. 15.
Estado a particulares para su explo-
12/10/2015 15:29:10
35 Contrat. Contrato. Acuerdo formal, hecho sobre papel Art. 45, 46, 47,
por ante notario, en el cual se hace 49.
constar las obligaciones y derechos
de las partes que lo acuerdan, en
particular, cultivadores o agriculto-
12/10/2015 15:29:10
Artículo
No. Palabra Traducción Definición
o Pág., Ref.
39 Cultures Cultivos Se refiere a los cultivos de hortali- Art. 34, 35, 36.
secondaires. secundarios. zas, flores, frutales, víveres, forrajes,
granos. Generalmente cultivados en
12/10/2015 15:29:10
43 Épaves. Ejidos, pecios. Ejidos o terrenos propiedad de la Art. 90, 104, 108-
También común, usados para que el ganado 110, 119.
restos, pedazos, de paso pudiera pastar o descansar.
residuos, Lugar donde se mantenían los ani-
males vagabundos o sin dueños iden-
12/10/2015 15:29:10
Artículo
No. Palabra Traducción Definición
o Pág., Ref.
46 Établissements Asentamientos Véase definición de établissements Art. 9.
rurale (v. rurales (v. d’agriculture.
établissements establecimientos
12/10/2015 15:29:10
50 Fête de la Día de la Día de fiesta dedicado a la celebra- Art. 12, 166.
Agriculture. Agricultura, ción de la agricultura, celebrado el
Fiesta de la día primero de mayo. Fiesta para
Agricultura celebrar y premiar los logros de los
agricultores en sus cosechas.
12/10/2015 15:29:10
Artículo
No. Palabra Traducción Definición
o Pág., Ref.
53 Gourde. Gourde. Moneda haitiana usada durante el Art. 5, 11, 15, 21,
período en que entró en vigencia el 37, 40, 44, 48,
Código Rural de 1826. 67, 91, 93, 108,
12/10/2015 15:29:11
58 Jardin, jardin de Jardín, jardín de Conuco o lacou; pequeña área de- Art. 19, 26, 37,
travaille. trabajo, conuco, dicada a producir viveres y frutos 38, 39.
lacou. menores para la subsistencia de los
trabajadores del establecimiento
agrícola y anexo al área del gran cul-
12/10/2015 15:29:11
Artículo
No. Palabra Traducción Definición
o Pág., Ref.
62 Maîtres. Maestros. Maestros o expertos en un arte u ofi- Art. 57, 94.
cio. Maîtres-sucrieres (maestros azuca-
reros), maîtres-cabrouettiers (maestros
12/10/2015 15:29:11
67 Notaire. Notario. Notario público que da fe de la rea- Art. 16, 47.
lización de una operación entre per-
sonas. Fedatario.
68 Officier de la Oficial de Policía Autoridad militar dentro de una divi- Art. 5, 18, 41,
12/10/2015 15:29:11
Artículo
No. Palabra Traducción Definición
o Pág., Ref.
71 Pacotilleurs Vendedores Personas dedicadas a la profesión Art. 8.
patentés. con licencia o de vender mercancías (provisiones,
73 Papier timbré. Papel timbrado, Papel timbrado o sellado usado con Art. 99.
papel sellado. caracter oficial en los actos protoco-
lares por los notarios y autoridades
oficiales.
12/10/2015 15:29:11
74 Partage en Partición en División del fruto de la cosecha en- Art. 54.
nature. especie, partición tre el propietario o inquilino prin-
en naturaleza. cipal y los cultivadores aparceros, a
cuarto o a media.
12/10/2015 15:29:11
Artículo
No. Palabra Traducción Definición
o Pág., Ref.
79 Propriétaire. Propietario, Dueño de un establecimiento, ha- Art. 5, 10. 15,
dueño. cienda o hato. Quien posee el título 20-27, 29, 37, 39,
12/10/2015 15:29:11
81 Quartier Sección (rural), Lugar o sección geográfica donde se Art. 81.
(v. canton). barrio (urbano), encontraban los asentamientos agrí-
cuartel (v. cantón). colas (habitaciones); barrio de una
ciudad o villa. Cuartel (militar).
82 Racines Raíces Tubérculos o raíces producidos ge- Art. 32.
12/10/2015 15:29:11
Artículo
No. Palabra Traducción Definición
o Pág., Ref.
86 Synallagmatique. Sinalagmático(a). Bilateral. Dícese del contrato hecho Art. 156.
entre dos partes, por Ej., entre culti-
12/10/2015 15:29:11
91 Vivres. Víveres o raíces. Bienes agrícolas cultivados para la Art. 32, 34, 36-
subsistencia de la población. Cul- 38, 50, 55, 129.
tivos hechos por lo general en los
conucos o jardines (lacou), para el
consumo familiar. Vivres ou racines,
12/10/2015 15:29:11
El Código Rural de Haití 12-10-2015.indd 170 12/10/2015 15:29:11
Índice onomástico
A C
- 171 -
M
G
Mariñas Otero, Luis 24
Gayot (secretario del Senado, Moya Pons, Frank 11, 34-36
Haití) 28, 101, 144 Muzaine (presidente de la
Gentil Leduc, María Adelaide Cámara de los Comunes,
42 Haití) 28, 100, 143
H N
I
Inginag, B. 101, 144 P
L R
Rochambeau, Donatien 24 T
Rodríguez, C. Armando 150
Rouanez, P. (presidente del Se- Théodat, Jean-Marie 12, 34
nado, Haití) 28, 100, 144 Toussaint Louverture, Fran-
çois-Dominique 10, 17-19,
24-26, 31, 39-40
S
- 175 -
Vol. XLIX Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel. Tomo II.
Compilación de José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. L Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel. Tomo III.
Compilación de José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LI Prosas polémicas 1. Primeros escritos, textos marginales, Yanquilina-
rias. Félix Evaristo Mejía. Edición de A. Blanco Díaz, Santo
Domingo, D. N., 2008.
Vol. LII Prosas polémicas 2. Textos educativos y Discursos. Félix Evaristo Me-
jía. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LIII Prosas polémicas 3. Ensayos. Félix Evaristo Mejía. Edición de
A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LIV Autoridad para educar. La historia de la escuela católica dominica-
na. José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LV Relatos de Rodrigo de Bastidas. Antonio Sánchez Hernández,
Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LVI Textos reunidos 1. Escritos políticos iniciales. Manuel de J. Galván.
Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LVII Textos reunidos 2. Ensayos. Manuel de J. Galván. Edición de
Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LVIII Textos reunidos 3. Artículos y Controversia histórica. Manuel de J. Gal-
ván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LIX Textos reunidos 4. Cartas, Ministerios y misiones diplomáticas. Manuel
de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo,
D. N., 2008.
Vol. LX La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Tru-
jillo (1930-1961). Tomo I, José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo,
D. N., 2008.
Vol. LXI La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Tru-
jillo (1930-1961). Tomo II, José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo,
D. N., 2008.
Vol. LXII Legislación archivística dominicana, 1847-2007. Archivo General
de la Nación, Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LXIII Libro de bautismos de esclavos (1636-1670). Transcripción de José
Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LXIV Los gavilleros (1904-1916). María Filomena González Canalda,
Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LXV El sur dominicano (1680-1795). Cambios sociales y transformaciones
económicas. Manuel Vicente Hernández González, Santo Do-
mingo, D. N., 2008.
Vol. LXVI Cuadros históricos dominicanos. César A. Herrera, Santo Domin-
go, D. N., 2008.
Vol. LXVII Escritos 1. Cosas, cartas y... otras cosas. Hipólito Billini. Edición
de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LXVIII Escritos 2. Ensayos. Hipólito Billini. Edición de Andrés Blanco
Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LXIX Memorias, informes y noticias dominicanas. H. Thomasset. Edi-
ción de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LXX Manual de procedimientos para el tratamiento documental. Olga
Pedierro, et. al., Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LXXI Escritos desde aquí y desde allá. Juan Vicente Flores. Edición de
Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LXXII De la calle a los estrados por justicia y libertad. Ramón Antonio
Veras (Negro), Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LXXIII Escritos y apuntes históricos. Vetilio Alfau Durán, Santo Domingo,
D. N., 2009.
Vol. LXXIV Almoina, un exiliado gallego contra la dictadura trujillista. Salva-
dor E. Morales Pérez, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. LXXV Escritos. 1. Cartas insurgentes y otras misivas. Mariano A. Ceste-
ro. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N.,
2009.
Vol. LXXVI Escritos. 2. Artículos y ensayos. Mariano A. Cestero. Edición de
Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. LXXVII Más que un eco de la opinión. 1. Ensayos, y memorias ministeriales.
Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz,
Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. LXXVIII Más que un eco de la opinión. 2. Escritos, 1879-1885. Francisco
Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Do-
mingo, D. N., 2009.
Vol. LXXIX Más que un eco de la opinión. 3. Escritos, 1886-1889. Francisco
Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Do-
mingo, D. N., 2009.
Vol. LXXX Más que un eco de la opinión. 4. Escritos, 1890-1897. Francisco
Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Do-
mingo, D. N., 2009.
Vol. LXXXI Capitalismo y descampesinización en el Suroeste dominicano. Angel
Moreta, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. LXXXIII Perlas de la pluma de los Garrido. Emigdio Osvaldo Garrido,
Víctor Garrido y Edna Garrido de Boggs. Edición de Edgar
Valenzuela, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. LXXXIV Gestión de riesgos para la prevención y mitigación de desastres en
el patrimonio documental. Sofía Borrego, Maritza Dorta, Ana
Pérez, Maritza Mirabal, Santo Domingo, D. N., 2009.
Colección Juvenil
Vol. I Pedro Francisco Bonó. Textos selectos. Santo Domingo, D. N., 2007.
Vol. II Heroínas nacionales. Roberto Cassá, Santo Domingo, D. N.,
2007.
Vol. III Vida y obra de Ercilia Pepín. Alejandro Paulino Ramos, Santo
Domingo, D. N., 2007.
Vol. IV Dictadores dominicanos del siglo xix. Roberto Cassá, Santo Do-
mingo, D. N., 2008.
Colección Referencias