1ª PARTE
En esta actividad vamos a ir analizando características de las lenguas humanas orales
y reflexionando sobre la posibilidad de que esas características también sean propias
del lenguaje de signos.
En primer lugar, está la intercambiabilidad de roles. Está claro que la lengua de signos
es un sistema que nos permite comunicarnos al igual que la lengua humana oral. En
esa comunicación intervienen tanto receptor como emisor por lo que, en una
conversación, cada parte implicada en ella puede asumir cualquiera de estos papeles.
En segundo lugar, está la semanticidad. Esto quiere decir que entre la forma de un
signo y el contenido que representa dicho signo hay una asociación. Al igual que
mediante las lenguas humanas orales, cada vez que oyes, o en este caso representas
gestualmente la palabra “pijama”, se te va a venir a la cabeza la representación mental
de esa prenda. Por este motivo hay semanticidad, porque lo que expresan mediante
signos, tiene un significado para aquellos que se expresan mediante esta lengua.
En tercer lugar, está la arbitrariedad. Con respecto a esta característica, podemos
responden tanto con sí como con no. Hay signos que no son arbitrarios, como por
ejemplo cara, ojos u ojeras. Estos signos, representan
de forma clara lo que el hablante quiere expresar, sin
embargo, podemos observar otros que sí que pueden
ser arbitrarios como por ejemplo la palabra costumbre.
Este movimiento o signo, no tiene nada que ver con lo
que significa costumbre, no hay una conexión con el
significado a diferencia de ojos, que, aun no sabiendo
hablar la lengua de signos, podríamos acertar en lo
que el emisor intenta decirnos.
En cuarto lugar, está el carácter discreto. Las personas que hablan mediante la lengua
humana oral tienen la capacidad de aislar unidades mínimas para posteriormente
usarlas y construir otras. La primera respuesta que se nos puede venir a la cabeza es
que, en la lengua de signos, eso no ocurre puesto que cada signo es diferente y cada
uno tiene un significado. Sin embargo, esto no es así puesto que también hay que tener
en cuenta no solo el movimiento en sí, sino aspectos como la orientación de la mano, la
cantidad de repeticiones que se realizan, la zona de asignación etc. La postura de la
mano puede mantenerse mientras que por ejemplo la zona de asignación varía. El
hecho de que esto cambie da lugar a que el
significado cambie también. La zona
representaría una unidad y la postura de la mano
otra, por lo que los signos sí que tienen
propiedades más pequeñas y aisladas entre ellas,
cumpliendo así con esta característica.
¿Sabías qué?
Hay una serie llamada “Mírame cuando te hablo” en YouTube, producto de Idendeaf
que es una asociación para la formación y producción audiovisual en lengua de signos.
Se trata de un proyecto pionero que tiene como objetivo eliminar las barreras de
comunicación que sufren miles de personas en España.
Para más información, os dejo el canal de YouTube donde se emite la serie:
https://www.youtube.com/channel/UCXhr_nTgZJSUh4K8E_zuDrQ
Página de la asociación: https://idendeaf.com/ creadores de la serie
Bibliografía
González, M. Á. R. (1992). Lenguaje de signos. Confederación Nacional de
Sordos de España.
2ª PARTE
A continuación, vamos a responder verdadero o falso a una serie de cuestiones:
o Todas las personas sordas hablan la misma LS porque la LS es una lengua
universal. Falso. Al igual que el resto de las lenguas, el lenguaje de signos
no es universal, es decir, que presentan diferencias en función de la zona