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La importancia de la nutrición en el aprendizaje efectivo

El cerebro está formado por neuronas que se comunican entre sí a través de sustancias
químicas llamadas neurotransmisores y el aprendizaje, una de las funciones más complejas
del cerebro, requiere un nivel de concentración y estado de alerta para poder captar la
información del medio, analizarla y almacenarla para usarla cuando sea necesario. Y una
alimentación adecuada puede ayudar al formado en esta ardua tarea.

Laura Garde, nutricionista en Pamplona desde 1996, explica que hay que pensar “en
nutrientes que estén vinculados con una mejora de la capacidad de concentración y la
estimulación de la memoria, además de ser necesario un estado de ánimo óptimo”.

Estos nutrientes son: vitaminas del grupo B, que podemos encontrar en frutas, verduras y
legumbres; vitamina E, liposoluble, en cereales y frutos secos como nueces, avellanas y
almendras; sales minerales como el potasio, el magnesio (frutas y hortalizas) y el zinc
(cereales y carnes rojas); y oligoelementos, como el litio, el silicio, el selenio y el cromo, de
nuevo frutas,verduras y ahora pescados azules (atún, chucarri, anchoa).

Garde advierte de que hay algunas malas costumbres como tomar excesivo café. Aunque algo
de cafeína está bien “para mantener el estado de alerta”, lo normal no es tomar ese mínimo
recomendado sino pasarse y acabar con una “sobreexcitabilidad y dificultar el descanso”. Otra
mala idea es el llamado picoteo, el levantarse de la mesa de estudio “a ver que hay en la
nevera”.

“Lo mejor es distribuir [estos nutrientes] en cinco comidas diarias”, dice Garde, “el motivo es
repartir la energía de la forma más equitativa posible”. Las más importantes en cantidad
deberían ser el desayuno y la comida, dejando a la cena en un nivel más bajo pero superior al
almuerzo y la merienda, además de aprovechar estos dos pequeños kit-kat para tomar una
manzana o algo de fruta y relajar el cerebro.

“El objetivo de estos tentempiés”, explica Garde, “es ayudarnos a evitar que la cena y la
comida sean copiosas”. Cuando se llega a una comida principal con mucha hambre el
comensal se lanzará a una inevitable sobreingesta debida a llevar muchas horas sin comer, lo
que hará que la digestión sea más lenta, nos va a llevar a una bajada de la tensión y nos va a
amodorrar. Y aunque sea el momento perfecto para una siesta, se supone que estamos
estudiando.

En un estudio reciente Charles E. Basch afirma que los alumnos/as más


aptos físicamente y más sanos/as son mejores estudiantes, y comenta que
varias investigaciones recientes pertenecientes a diferentes campos -las
neurociencias, el desarrollo infantil y la salud pública- proveen claras
evidencias de la influencia que tienen la aptitud física y la salud sobre la
capacidad de aprendizaje.
Estos factores afectan a la capacidad de aprendizaje actuando directamente
sobre la percepción sensorial, la cognición, la capacidad de conectarse con
el entorno, el interés y el grado de compromiso con el colegio y el
absentismo escolar. Las áreas afectadas se influyen mutuamente actuando
de forma sinérgica. Cuanto mayor sea la cantidad de factores que estén
perturbados, mayores serán las dificultades de aprendizaje.
Además, señala que la dieta tiene un efecto importante sobre el
funcionamiento del cerebro, pero que también tienen mucha importancia
otros factores como son el ejercicio físico y el descanso. El/la niño/a bien
alimentado/a y que descansa bien, está en mejores condiciones de
aprender en clase que otros/as niños/as que tengan déficits en estas áreas.
Por otro lado, el Dr. Mark Hyman, estudioso del funcionamiento del cerebro,
afirma que 1 de cada 6 niños/as en Estados Unidos tiene un problema de
desarrollo neurológico que puede manifestarse como problema de
aprendizaje o como déficit de atención. Según él, esto puede ser causado
por la forma en que los/as niños/as están siendo alimentados/as y por la
poca actividad física que tienen. Además, sostiene que los cerebros en
desarrollo no pueden funcionar bien si los/as niños/as pasan muchas horas
al día delante de pantallas de televisión u ordenador y si sólo 1 de cada 5
niños tiene el nivel de actividad física recomendado.
En Estados Unidos, 1 de cada 3 niños/as no desayuna y muchos de los que
sí que lo hacen, no desayunan de forma apropiada, consumiendo cereales
azucarados, patatas fritas y gaseosas. En nuestro país es habitual recurrir a
la hora del desayuno a bollería industrial y alimentos procesados que
contienen aditivos químicos y alto contenido en azúcares.
 Aditivos químicos: Diversas investigaciones demuestran que los
aditivos añadidos a los alimentos procesados son uno de los factores
causantes de los trastornos por déficit de atención que en la actualidad
afectan a 1 de cada 10 niños/as.
 Intolerancias alimentarias: Otros estudios demuestran que las
intolerancias alimentarias tienen una relación causal con el trastorno por
déficit de atención y que dejar de consumir los alimentos que causan la
intolerancia revierte el trastorno en el 75% de los niños/as.
 Vitaminas, minerales y ácidos Omega 3: Hay estudios que prueban el
papel importante que tiene la nutrición sobre la conducta. En ellos se
concluye que el consumo adecuado de vitaminas, minerales y de ácidos
grasos esenciales reduce la conducta antisocial.
¿Cómo ayudar a nuestros/as hijos/as para que su cerebro se desarrolle y
funcione adecuadamente de manera que puedan desarrollar todo su
potencial de aprendizaje?
Recupera el control sobre la nutrición de tus hijos/as:
Tú eres la persona con más poder para influir sobre los hábitos nutricionales
de tus hijos/as. Estamos bombardeados por el marketing de todo tipo de
productos que nos prometen lo mejor para nuestra salud y la de nuestra
familia, debemos aprender a diferenciar lo auténticamente saludable de la
publicidad engañosa.
Lo que introduces en tu boca es la materia prima a partir de la cual se
construye la estructura de tus células cerebrales y lo que permite que todos
los sistemas de comunicación neuronal funcionen adecuadamente para que
puedas pensar, sentir, aprender y recordar. Tenemos que elegir la comida
adecuada que provea los nutrientes correctos que permitan a nuestros
cerebros funcionar bien.
La alimentación en casa:
Revisa lo que tienes en la despensa. Lee las etiquetas de los productos que
tienes guardados. Elimina los alimentos con gran contenido de sirope de
maíz, azúcar, grasas hidrogenadas, edulcorantes artificiales como el
aspartamo y aditivos químicos, así como aquellos que tengan riesgo de
contener hormonas, antibióticos, pesticidas o metales pesados.
Elige alimentos que no estén procesados, frescos, de temporada y que no
estén modificados genéticamente. Son mejores los alimentos completos que
los hidratos de carbono refinados (harina blanca, azúcar común). Intenta
comprar productos ecológicos a ser posible, ya que tienen mayor proporción
de nutrientes, minerales, antioxidantes.
Intenta comprar productos de origen animal que sepas que no contienen
hormonas ni antibióticos, existen sellos de certificación ecológica que
garantizan la ausencia de estas sustancias. En cuanto al pescado, es mejor
escoger pescados pequeños como sardinas a pescados grandes como pez
espada y atún, que tienen niveles más altos de mercurio.
 A la hora del desayuno: Es importante incluir proteínas como huevos,
nueces, semillas, etc..
 En las comidas: basta con combinar “buenas” proteínas (pescado,
huevos, pollo sin piel, nueces, granos integrales y legumbres), “buenas”
grasas (pescado azul, aceite de oliva virgen extra, aceitunas, nueces,
semillas y aguacates) y “buenos” hidratos de carbono (legumbres,
verduras, granos integrales y fruta). Para picar entre horas, la mejor
opción es ofrecerle a tu hijo/a fruta, nueces, almendras, semillas de
calabaza, etc.
Comer en familia:
Siempre que sea posible es preferible comer en familia. Hay que intentar
preparar el lugar de forma especial, con cuidado y respeto. Es necesario
favorecer un clima emocional positivo de comunicación y empatía. Esto
favorecerá a nuestros/as niños/as de muchas maneras: mejorarán sus
habilidades sociales, favorecerá que puedan tener mejores relaciones
interpersonales, se sentirán más seguros/as y confiados/as y estarán más
protegidos/as de riesgos relacionados con los trastornos de alimentación.
La alimentación en el colegio:
¿Qué comen nuestros/as hijos/as en el colegio? Es importante interesarse
por la procedencia y la composición de la comida del comedor escolar y
compartir la información con otras madres y padres. En Andalucía se está
promoviendo un programa de implementación de comida ecológica para
comedores escolares, algunas residencias de ancianos y hospitales. En
países como Inglaterra este tipo de iniciativas a tenido gran
desarrollo gracias a la intervención de personas como el popular cocinero
televisivo Jamie Oliver.
Huertos escolares: Una buena forma de enseñar a los/as niños/as formas
más sanas de alimentación son los huertos escolares. La creación de un
huerto escolar en tu centro, ayuda a que los/as niños/as participen del
trabajo del huerto y conozcan el origen de los alimentos. Tener la
experiencia sensorial del contacto con frutas y verduras reales va a
favorecer positivamente que aprecien la buena alimentación.

Objetivos

El objetivo general de la educación nutricional es establecer actitudes y hábitos


que resulten en inteligente selección de alimentos y en el consumo de una dieta
nutritiva para todas las edades. El logro de tal objetivo implica el conocimiento de
los principios básicos de educación nutricional, así como el estudio profundo del
hombre, en todas sus manifestaciones relacionadas con los alimentos.

Paralelamente al desarrollo de la ciencia de la nutrición, la educación nutricional


ha ido gradualmente descubriendo y enunciando principios que rigen la enseñanza
de buenos hábitos alimentarios, que están íntimamente relacionados con el
quehacer del hombre sus hábitos, su capacidad y modos de aprender. Tales
principios básicos guardan intima relación con los principios de la educación
general y de la educación sanitaria en particular.

PRINCIPIOS BASICOS DE EDUCACION NUTRICIONAL

El alimento tiene múltiples significados para el hombre. Con frecuencia, estos


significados son simultáneos y la persona utiliza varios de ellos en el contexto de
una misma experiencia. Al mismo tiempo que el alimento estimula sus sentidos,
hambre o con recuerdos agradables o desagradables. De acuerdo con el
significado que tenga mayor importancia en ese momento, aceptará o rechazará el
alimento
Se ha dicho que no hay mejor condimento que el hambre; por ejemplo, un
alimento que nos presentan cuando estamos al final de una comida, que
rechazamos porque está muy dulce o muy salado, lo aceptamos de buen grado y
no tomamos en cuenta su sabor, si nos lo brindan cuando tenemos hambre. En
cambio, en otros casos, encontramos individuos que prefieren aguantar el hambre
a comer un alimento que tiene un significado desagradable para ellos, o que su
religión considera alimento prohibido.

El hombre necesita aprender a comer. En la especie humana el instinto no es


un guía seguro para obtener una dieta adecuada. Es necesario educar el paladar
del niño e introducir gradualmente en su alimentación distintos alimentos y formas
de preparación, a fin de que aprenda a consumirlos y pueda así tener una dieta
adecuada.

Los individuos que durante la infancia no tuvieron una educación alimentaria


adecuada, crecen sin poder disfrutar de la enorme variedad de alimentos que
existen en su medio.

Los hábitos alimentarios son acumulativos. Al introducir en una familia un


nuevo habito alimentario, es transmitido a las siguientes generaciones. En esta
forma, se va enriqueciendo la cultura alimentaria y con frecuencia vemos familias
que guardan con mucho celo, a través de las generaciones, las recetas que
consideran más apreciadas, algunas de las cuales fueron adquiridas por un
pariente que hizo un viaje al exterior o la obtuvo de algún amigo. Es en esta forma
como se van acumulando los hábitos alimentarios.
Los hábitos alimentarios no son estáticos. A pesar de su espectro tradicional
acumulativo, los hábitos alimentarios pueden cambiar a la luz de nuevos enfoques
y significados que adquiere el alimento,

Especialmente con la introducción de nuevas técnicas de elaboración, que facilitan


las tareas domésticas.

La educación puede modificar los hábitos alimentarios. Todo individuo


adquiere sus hábitos alimentarios a través de la enseñanza paciente y sistemática
de los adultos que tuvieron a su cargo su educación durante sus primeros años,
más la influencia de personas ajenas al hogar, con quienes el individuo se
relacionó más tarde. Aunque la velocidad de aprendizaje va disminuyendo con la
edad, la capacidad de aprender, no desaparece. Ello permite que el individuo
pueda adquirir nuevos hábitos alimentarios en todas las edades, variando en cada
caso la motivación y metodología.

Estrategias:

En este sentido, se recomienda consumir nutrientes que ayuden al


desarrollo mental y evitar sustancias como la cafeína, que resulta
nociva en grandes cantidades. Entre otros alimentos, se recomienda
la ingesta de:
- Frutos secos, quesos, pescados y arroz: aportan fósforo, que
mejora la memoria y el aprendizaje.
- Legumbres y cereales: contienen hierro (su carencia se relaciona
con problemas en la concentración y anemia).
- Frutas como banana, palta o tomates: cuentan con potasio,
indispensable para el funcionamiento adecuado de la actividad
neuronal y cerebral.
- Productos con glucosa como lácteos, fruta y panes: es utilizada
fuertemente durante procesos intelectuales.
- Yogures, lácteos, pescados y mariscos: ayudan a incorporar yodo,
un nutriente que favorece a la correcta actividad neuronal.
- Crustáceos, cordero, chocolate y verduras como remolacha,
lechuga, espinaca y zanahoria: otorgan zinc, que mejora la memoria
y potencia las funciones motoras, cognitivas y psicosociales.
- Vitaminas de complejo B: mejoran el funcionamiento del sistema
nervioso, previniendo trastornos neurológicos y problemas psíquicos
como la falta de concentración, el insomnio y la ansiedad. La
vitamina B se puede encontrar en diversos alimentos como, por
ejemplo, el riñón, pollo, papa y avena (B1); la leche, espinaca,
zanahoria y miel (B2); el trigo, arroz, pescado e hígado (B3);
yogures, queso, leche y vegetales verdes (B6); bacalao, frutas y
verduras (B12).
En cuanto a las horas de sueño, lo importante no es sólo la
cantidad, sino también la calidad. La Universidad de Oxford llevó
adelante en el Reino Unido el estudio DOLAB –recientemente
publicado en el Journal of Sleep Research– sobre problemas en la
conciliación del sueño en niños.
Los resultados arrojaron que los pequeños con concentraciones
más altas de ácidos grasos Omega- 3 y DHA en la sangre
mostraron menores perturbaciones en el sueño. Asimismo, el
suplemento con DHA también los ayudó a disminuir la cantidad de
veces que se levantaban por la noche (siete veces menos) e
incrementó el tiempo de sueño a 58 minutos, en promedio.
Estos ácidos grasos repercuten en órganos relacionados al
aprendizaje como, por ejemplo, el cerebro. De hecho, el DHA
representa hasta el 97% de los ácidos grasos Omega-3 en ese
órgano. El consumo de este tipo de nutriente resulta significativo
sobre todo en niños de edad escolar que durante el día deben
enfrentar una larga jornada en la escuela, además de actividades
extraescolares. Es por eso que se recomienda incorporar a la dieta
diaria alimentos con Omega-3 o DHA como salmón, atún, anchoas,
huevos y leches o aceites fortificados.
Sin dudas, los beneficios de adoptar una alimentación saludable son
múltiples. A la hora de pensar en cómo se pueden alcanzar mayores
rendimientos en el estudio, no debemos olvidar cuáles son los
alimentos que ayudan a un correcto funcionamiento del cerebro a lo
largo de la vida.
Bibliografía:

 harles E. Basch: A Missing Link in School reforms to close the achievement gap.
 Food additives and hyperactive behaviour in 3-year-old and 8/9-year-old children in the
community: a randomised, double-blinded, placebo-controlled trial. Source: School of
Psychology, Department of Child Health, University of Southampton, Southampton, UK.
 Effects of a restricted elimination diet on the behaviour of children with attention-deficit
hyperactivity disorder (INCA study): a randomised controlled trial. Source: ADHD Research
Centre, Eindhoven, Netherlands.
 Mark Hyman, M.D., The ultramind solution.
 Alan Greene, M.D., Feeding Baby Green.
 Agricultura promueve la incorporación de alimentos ecológicos en comedores escolares.
Red Andaluza de Semillas.
 Jamies´s Food Revolution.
 https://www.clarin.com/nutricion/alimentarse-mejorar-
aprendizaje_0_rJnHGXnqw7g.html

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