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La reforma agraria mexicana ha sido un proceso complejo y prolongado.

Tuvo su
origen en una revolución popular de gran envergadura, y se desarrolló durante una
guerra civil. El Plan de Ayala, propuesto por Emiliano Zapata y adoptado en 1911,
exigía la devolución a los pueblos de las tierras que habían sido concentradas en
las haciendas. En 1912 algunos jefes militares revolucionarios hicieron los primeros
repartos de tierras. En 1915 las tres fuerzas revolucionarias más importantes, el
constitucionalismo, el villismo y el zapatismo, promulgaron las leyes agrarias. La
atención al pedido generalizado de tierras se convirtió en condición de la
pacificación y del restablecimiento de un gobierno nacional hegemónico: la
constitución de 1917 incluyó el reparto de tierras en su artículo 27. Desde entonces,
y con sucesivas adecuaciones hasta 1992, el reparto de tierras fue mandato
constitucional y política del Estado mexicano.

Es en este contexto que El 28 de diciembre de 1920 se dio posesión provisional a


los vecinos del pueblo de San Nicolás Obispo de las tierras que se les había dotado,
de lo resuelto en la expropiación a los dueños de Itzícuaro, la huerta y de las
propiedades de don Felipe García. En un primer momento, en total eran 522
Hectáreas, 52 áreas De terreno laborable y del ojo de agua de Parángare.

A pesar de que las personas que se acreditaban como dueños de las tierras
intentaron de manera legal la restitución de los predios, éstos fueron negados
debido a que no presentaron ninguna prueba de la propiedad de los terrenos
reclamados ni de su despojo. Debido a esto y de conformidad con el artículo 27 de
la constitución federal vigente en el momento, al pueblo que le hubiera solicitado
debía otorgársele tierras suficientes para que satisficieran sus necesidades
agrícolas.

Esta primera resolución es modificada el día 17 de marzo de 1927, con lo cual se


dota de tierras que se tomarán con sus accesiones, usos, costumbre y servidumbres
de la siguiente manera: 245 Hs de la hacienda de la huerta, 180 Hs de la Hacienda
de San Lorenzo, 191 Hs del rancho de Santa Ana y 104 Hs de la propiedad d la Sra.
María Trinidad Villaseñor, viuda de Calderón, llegando a un total de 720 Hs de
propiedad.

A las 8 horas del día primero de septiembre de 1927 , se reunieron en la plaza única
del pueblo, el representante de la Comisión Nacional Agraria Ing. Francisco
González Esqueda, el comité particular administrativo CC Hilario Delgado, Agustín
Chávez, tesorero Abundio Martínez, el primero presidente y el segundo secretario;
el jefe de tenencia de la localidad, el c. Zeferino Mesa, el Secretario C. Emiliano
Ángel, el C. Darío Huerta, representante de la hacienda de San Lorenzo y la mayoría
de los vecinos con derecho a dotación con el objeto de proceder a dar cumplimiento
a la Resolución Presidencial con fecha del 17 de marzo de 1927. Este día se realizó
el recorrido por los linderos a las afectaciones que formaban parte de la dotación dl
pueblo de San Nicolás Obispo.

Una vez terminado el recorrido, el representante de la C.N.A. declaró: “En nombre


del presidente de la república y en cumplimiento a la resolución de fecha 17 de
marzo del presente año que dotó al pueblo de San Nicolás Obispo con 720 Hs, doy
posesión definitiva de las tierras deslindadas que se acaban de recorrer y que están
señaladas en el plano aprobado por la C.N.A. y hago formal entrega de ellas a este
pueblo por conducto de su Comité Particular Administrativo; a su vez, el presidente
del comité particular administrativo dijo: “en nombre el pueblo de San Nicolás
Obispo que represento, declaro: que son de recibirse y se reciben los terrenos con
que se ha dotado al pueblo; que se compromete a respetar las siembras hechas
con anterioridad y que se sujetará, para la buena administración del ejido, a las
instrucciones dadas o que en lo sucesivo dieren la comisión nacional agraria y la
secretaría de agricultura y fomento.”

Empero, el 8 de mayo de 1934, los vecinos del pueblo de San Nicolás Obispo
solicitaron una ampliación de tierras, por carecer de las necesarias para cubrir sus
necesidades agrícolas, pues la primera dotación dada era de tierras de mala
calidad, para lo cual se pedía el dote de parte de las tierras de los señores Narcisa
viuda de Espinosa, Celestino Espinosa y Eulogio Arreigue. La resolución a tal
petición se da el 4 de agosto de 1936 tomándose de las propiedades de la señora
Narcisa viuda de Espinosa 39Hs 60 As de monte alto; de los predios del señor
Celestino Espinosa 61 Hs de temporal y 76Hs 80as de monte alto y de los predios
del señor Eulogio Arreigue, 35Hs 60 as de temporal y 65 Hs de agostadero, para
una superficie total de 278 Hs.

Sin embargo, al considerarse que los predios de los señores Eulogio Arreigue y
Narcisa viuda de Espinosa tenían en su totalidad una superficie menor en cantidad
y calidad a la pequeña propiedad, solo se pudo dar resolución a 98 hs 40 as de los
predios del señor Celestino Espinosa, tomando la comunidad, posesión de las
mismas el día 6 de septiembre de 1938.

Es de esta manera, en que termina de forma el ejido de San Nicolás Obispo,


cumpliendo este año 8 décadas de constituirse, aunque en la actualidad ya no esté
conformada de la misma manera.

Durante este contexto, el 17 de marzo de 1923 los caballerangos de la


comunidad, organizados con el jefe de tenencia, el señor Marcelino Delgado,
y su suplente, Luis Mulato Melchor tomaron el acuerdo de realizar la
construcción de piedra del corral de toros mediante faenas por los señores
los señores Zeferino Meza González, Pamuceno Corona, Ulalio Pérez Delgado,
José Martínez González, Juan Martínez. Antonio Corona, Daniel Mora Ángeles,
Genaro Martínez, Jesús Martínez Cortés, Nicanor Perez Delgado, Refugio
Mulato, Marciano Mulato, Ejinio Angeles, Guadalupe Martínez, Nicolás Cortes,
Lucadio Cortes, Gonzalo Miranda, Utilio Arias, Bonifacio Arias, Pablo Arias,
Máximo Pérez y Mariano Corona, el cual duró de esa manera desde 1923 hasta
1988 En el año de 1988 se constituye el comité para la reestructuración del
corral de toros con concreto conformado por los C. Leobardo Pérez Gozalez,
Pedro Pérez Arreola, Pedro García Cortes, Roberto Delgado y Federico
Martínez la cual finaliza en el año de 1989.

Esta obra fue realizada sin la ayuda del ayuntamiento municipal, sino gracias
a la colaboración de algunas personas de la comunidad que radican en los
Estados Unidos de América, en acuerdo con los ejidatarios algunas personas
más de la comunidad que en ocasiones y de manera voluntaria iban realizar
faenas, así como el apoyo de la cervecería Corona.

A partir del 17 de marzo de 2017, siendo comisario ejidal el C. Federico


Martínez Pérez, gestionó ante el ayuntamiento la construcción de unas gradas,
las cuales no se han realizado, así como el alumbrado del corral, para lo cual
no se pidió la colaboración de las personas de la comunidad.

Es así como, desde su construcción, el lugar ha sido utilizado para realizar loa
distintos festejos de la comunidad.

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