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La amistad bajo la lupa de la ciencia Dr.

Fernando Sito
Médico Cardiólogo – MP 443927
El humano es un ser social y necesita Medicina del estrés-Terapeuta EMDR

permanecer comunicado e
interrelacionado con los otros, formando
una red donde los procesos de
comunicación tejen mensajes recíprocos
que posibilitan el entendimiento común.
Un animal aislado de la manada, está
destinado a morir. Por lo tanto, no debe
extrañarnos que la ciencia compruebe Lo que somos se lo debemos al afecto.
con sus métodos que, tener amigos, Los días de nuestra existencia ocurren
relaciones positivas, una red de gracias al cariño. Dalai Lama
comunicación, no solo nos hace más
felices, sino que nos hace vivir más tiempo.
En el estudio quizás más sorprendente con un seguimiento a través de setenta
y cinco años de un mismo grupo de personas, nos permite apreciar la
importancia de las relaciones afectivas. Esta investigación comenzó en la
Universidad de Harvard en 1938, y aún continúa, ya se han seguido hasta 4
generaciones.
El factor común entre todos aquellos que se manifestaron felices es el tiempo
que pasaban con sus relaciones personales.
Importa mucho la calidad de la comunicación con los principales afectos y las
relaciones cercanas, las relaciones interhumanas satisfactorias no solo hacen
bien al cuerpo, sino también al cerebro. Las personas que vivieron en una
situación de apego conservaron más tiempo la memoria y las facultades
cognitivas y sobrellevaron con menos dolor y complicaciones las enfermedades
crónicas.

Las relaciones humanas afectivas son un factor protector para la salud y


promueven la felicidad.

Lo que nos hace humanos es esa conexión tan precisa y delicada entre emoción
y razón, algo que lleva apenas unos 30 mil años de evolución, contra los 3
millones de evolución emocional.

Cerebro límbico + cerebro frontal.

Una emoción es una expresión o manifestación psíquica y física de un estado de


la mente en un momento determinado. La emoción es acción y toma de
conciencia de la vivencia emocional que se está transitando. El sentimiento, en
cambio, es algo elaborado por el pensamiento y tiene tendencia a expandirse en
el horizonte temporal, requiere de un procesamiento cognitivo: nace y se
prolonga en el tiempo, pero sin la reacción aguda e intensa de la emoción. O
sea, conocemos a alguien que nos cae bien, en eso somos casi emoción pura,

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pero luego, es nuestra corteza frontal la que nos dice si elegimos a esa persona
para el sentimiento de la amistad. En definitiva, descubrimos a nuestros amigos
con la emoción, pero los elegimos con la razón. Tal vez por eso se dice que a
los amigos los cuento con los dedos de una mano, y a veces sobran.
¿Entonces, cómo encaja esto con el “tengo 3 mil amigos en Facebook, 6 mil en
twiter o Instagram o lo que esté de moda en ese momento?
Creo que la respuesta viene de la mano de un estudio realizado en el año 2004,
que demostró el peso del aislamiento social como factor de riesgo de infarto de
corazón. Definimos aislamiento social no por la cantidad de interacciones
sociales, sino por la intensidad de las mismas.
La tecnología puede ayudar a vincular, pero esta posibilidad tan tremenda de
poder conectarnos a la distancia, por un lado, puede permitir cultivar amistades,
pero por el otro puede hundirnos en un mar de superficialidad. Por eso, tenemos
que refinar nuestra conexión emoción/razón y tomar el control sobre nuestras
relaciones, decidir cuáles queremos conservar y cuáles no. Para eso, puede
servir la imagen de termómetro, donde cero equivale a ninguna amistad y 10 a
esa amistad de hierro, que soporta viento y marea; en el medio tendremos
aquellos con quienes podemos pasar ratos de más o menos cercanía. Las
distintas relaciones son eso, distintas. Además, cambian constantemente, y el
número de relaciones que podemos manejar es finito, y además muy pequeño;
puedo tener miles de contactos, pero no de relaciones. Para la mayoría de
nosotros el número máximo de relaciones que podremos cultivar con intensidad
y atención rondará en las 20, no muchas más, recordemos que lo que no se
cultiva, se muere, y la amistad también. Por último, una relación es una invitación
y no una obligación, si no hay libertad de elección, no hay relación posible.
La comunicación no verbal es aquella que logra su cometido sin el auxilio de las
palabras, las emociones son nuestra comunicación ancestral. Con nuestros
amigos hablamos ese idioma que muchas veces no necesita palabras, el idioma
de nuestras emociones.
Ya lo sentenció Darwin:

«El lenguaje de las emociones es sin duda importante para el bienestar del
género humano».

Un trabajo de la Universidad Brigham Young, de Utah, Estados Unidos mostró


que, independientemente del sexo, las personas con un alto número de
amigos aumentan las probabilidades de supervivencia en un 50%, una
interacción social baja equivale a fumar 15 cigarrillos diarios, a ser alcohólico, es
más perjudicial que el sedentarismo y doblemente dañino que la obesidad.
Cuando alguien está conectado a un grupo y se siente responsable de otras
personas, ese sentido de propósito y significado se traduce en cuidar mejor de
sí mismos y tomar menos riesgos.

No solo necesitamos amigos para conservar la salud, sino que, son


imprescindibles a la hora de afrontar alguna adversidad. Publicado en el Diario

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Oficial de la Sociedad Americana de Oncología, otro estudio concluyó que las
mujeres socialmente aisladas tenían un riesgo elevado de mortalidad después
de un diagnóstico de cáncer de mama.

Siguiendo con esta idea, un estudio elaborado por un grupo de investigadores


del área social y evolutiva de neurociencia de la Universidad de Oxford, muestra
que los hombres que mantienen un grupo de amistad son más sanos, se
recuperan más rápido de las enfermedades, tienen menos tendencia a sufrir
depresión y mejoran sus niveles de generosidad. (Así que, señora, si quiere que
su marido sea generoso…)

Pero, bromas aparte, mujeres a estar atentas, para las mujeres la importancia
de las amistades también es fundamental. Según indicó un estudio dirigido en
2012 desde el Departamento de Epidemiología y Salud Pública de la Universidad
de Londres, el matrimonio es beneficioso para los varones porque intensifican
los vínculos familiares pero perjudicial para las mujeres porque se les reduce el
tiempo a dedicar a sus amigos. Así que, si está casada, no se olvide de sus
amigas si quiere conservar la salud.
Con nuestros amigos nos distendemos, nos divertimos, reimos, intercambiamos
energías positivas, liberamos endorfinas, serotonina, oxcitocina, en fin,
sustancias que naturalmente tenemos pero están inhibidas o no se expresan.
Las amistades ayudan a conseguir la tranquilidad necesaria para evitar
situaciones de estrés, que están directamente asociadas con un incremento del
riesgo cardiovascular; además, por esta misma razón, los amigos son un buen
analgésico, o ¿acaso no nos duele menos aquello que tenemos cuando estamos
enfermos o recién operados, si nos visitan nuestros amigos?
Todas las investigaciones refuerzan el concepto de que los amigos son
necesarios para nuestra salud.
En algún lado leí cinco reglas de oro que me gustaría compartir:
1) Agradecer: Qué fácil es decir lo que nos molesta, pero agradecer es
oxígeno para la relación.
2) Avanzarse: Si me importas, te pienso, y puedo adelantarme a ofrecerte lo
que necesitas antes de que me lo pidas.
3) Abordar los cafés pendientes: Esas conversaciones pendientes que
tenemos
4) Estar presentes en la adversidad: Reír juntos es fácil, pero cuando se trata
de llorar, esa presencia silenciosa que abraza sin palabras es tan
reconfortante.
5) Utilizar a menudo las palabras mágicas: Lo siento. Gracias. No pasa
nada… (disculparse, agradecer y perdonar)

Espero que luego de esto que hemos reflexionado cultiven la amistad, por
nuestra salud.

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