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Prácticas de oficio.

Investigación y reflexión en Ciencias Sociales, n° 6, agosto de 2010

El trabajo doméstico y de cuidados


no remunerado desde la perspectiva
de las mujeres del Barrio Charrúa:
desigualdades y resistencias en el
ámbito de la domesticidad y la
reproducción
María Gabriela Pombo
Lic. en Trabajo Social (U.B.A.) y Esp. en Problemáticas Sociales Infanto-juveniles (U.B.A.).
Docente en la Carrera de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos
Aires.
Mail: gabrielapombo@hotmail.com

Introducción

El presente trabajo aborda el campo trabajos y a su distribución en el interior de


problemático del trabajo doméstico y el los hogares.
trabajo de cuidados no remunerados A fin de caracterizar la organización
realizado en los hogares del Barrio General del trabajo realizado en las unidades
San Martín (conocido como Barrio Charrúa) domésticas en torno a la reproducción, se
ubicado en la zona sur de la Ciudad de utilizará la distinción entre: 1- Trabajo
Buenos Aires, en el límite entre los barrios doméstico no pagado para el propio hogar, 2-
Bajo Flores y Nueva Pompeya. El problema de Trabajo de cuidados de niños y/o adultos
conocimiento se circunscribe a las miembros del hogar y 3-Servicios a la
perspectivas de las mujeres adultas del barrio comunidad y ayudas no pagas a otros
respecto a la organización de tales trabajos, hogares, siguiendo la línea de Valeria
que incluyen arreglos y negociaciones con Esquivel (2009), quien retoma criterios de
instancias estatales, familiares, comunitarias Naciones Unidas respecto a la Clasificación de
y mercantiles. Actividades de Uso del Tiempo (ICATUS).
Los objetivos del trabajo apuntan a: Para la autora, los tres componentes
mencionados conforman el trabajo doméstico
1 -Caracterizar la organización y y de cuidados no remunerado. “El trabajo
distribución del trabajo doméstico y de doméstico y de cuidados no remunerado se
cuidados desde la perspectiva de las mujeres realiza en la esfera de los hogares con el
y analizar la incidencia de las construcciones objetivo de proveer servicios para los
de género en su configuración. miembros de la familia y la comunidad. Es
2- Explorar las significaciones que las “trabajo” porque su realización tiene un costo
mujeres construyen en torno a dichos

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desde el punto de vista del tiempo y la autoconstrucción comunitaria coordinado por


energía; es “doméstico” porque se realiza la Comisión Municipal de la Vivienda durante
fuera de la esfera mercantil y emerge de el gobierno del Dr. Illia.3 Las viviendas fueron
obligaciones sociales o contractuales como el ampliándose “hacia arriba”, y hoy muchas de
matrimonio u otras relaciones sociales; es de ellas constan de cuatro plantas. Es frecuente
“cuidados” porque contribuye al bienestar de que en la misma vivienda residan distintas
las personas; y es “no remunerado” porque familias, cada una de las cuales habita uno o
no se recibe pago a cambio” (Esquivel, 2009: más cuartos. Según datos del último Censo
15) Nacional de Población, en el año 2001
En lo que respecta a la metodología, el residían en el barrio 1.671 personas.
trabajo presenta hallazgos preliminares Desde la década del ´60 el Barrio
surgidos de una indagación exploratoria en Charrúa recibe a migrantes provenientes de
curso, en la que hasta el momento se han Bolivia y ha sido considerado “el primer barrio
aplicado 16 entrevistas semiestructuradas boliviano” de la ciudad (Sassone, 2004).
individuales a mujeres adultas residentes en Actualmente es un sitio de referencia de la
el Barrio Charrúa (procedimiento muestral colectividad boliviana a nivel nacional, en el
intencional) y análisis de discurso de crónicas que conviven familias que han migrado
de un grupo de mujeres1 desarrollado recientemente de Bolivia con familias
durante el año 2009 en el Centro de Salud y constituidas por hijos/as y nietos/as de
Acción Comunitaria Nº 322 (ubicado en el bolivianos/as que han migrado en las pasadas
mismo barrio) donde me desempeño como décadas4.
trabajadora social. Respecto a las mujeres entrevistadas,
El Barrio Charrúa se encuentra ellas son argentinas hijas de migrantes
delimitado por las calles Erezcano, Avenida
Fernández de la Cruz, Carlos Berg y las vías
del Ferrocarril Metropolitano (ex Belgrano). 3
Para ampliar información sobre la historia del barrio
Ocupa una pequeña superficie ver: Isabel Laumonier, Manuel Rocca y Eleonora
(aproximadamente 2,6 hectáreas) y Smolensky, Presencia de la tradición andina en Buenos
comprende 305 viviendas ubicadas a ambos Aires. Editorial de Belgrano, Buenos Aires, 1983.
También: Susana Sassone, “Identidad Cultural y
lados de 18 pasillos. Las viviendas fueron Territorio: La construcción del “lugar” en la comunidad
edificadas por familias migrantes procedentes de migrantes bolivianos en la Zona Sur de la Ciudad de
de Bolivia, mediante un proceso de Buenos Aires”, en Dembicz, A. (ed.), Interculturalidad en
América Latina en ámbitos locales y regionales. Univ.
Varsovia – CESLA, Warzawa, 2004.
4
1 Magliano (2007) expresa que en los procesos
El “grupo de mujeres” consistió en un dispositivo de
migratorios de Bolivia hacia Argentina la migración forma
intervención grupal, abierto a las mujeres adultas del
parte de un proyecto familiar, fomentado por las
barrio, que funcionó con una frecuencia semanal durante
posibilidades que ofrece el mercado de trabajo argentino
un período de tres meses. Los objetivos del mismo
y, a la vez, por las reiteradas crisis socio-económicas que
apuntaban a la promoción de la igualdad de género en el
se han sucedido en Bolivia. Así, la mayoría de las
ámbito doméstico y las principales temáticas abordadas
mujeres bolivianas migra en contextos familiares o por
fueron: la organización del trabajo doméstico y de
reunificación familiar (pese al crecimiento de las mujeres
cuidados, su compatibilización con el trabajo para el
que se movilizan solas registrado en los últimos años).
mercado y el tiempo libre, los modelos de género y las
Ver: María José Magliano, “ Migración de mujeres
relaciones vinculares con los/as integrantes de los
bolivianas hacia Argentina: cambios y continuidades en
hogares. En su implementación se utilizó la modalidad
las relaciones de género”, Amérique Latine Histoire et
operativa de taller.
2 Mémoire. Les Cahiers ALHIM, 14 | 2007, disponible en:
Los Centros de Salud y Acción Comunitaria (CeSACs)
http://alhim.revues.org/index2102.html. También:
son efectores de salud descentralizados dependientes del
Marcela Cerrutti, Diagnóstico de las poblaciones de
Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos
inmigrantes en la Argentina, Serie de Documentos de la
Aires. Allí se desarrollan actividades clínico-asistenciales
Dirección Nacional de Población, Dirección Nacional de
y se implementan estrategias de promoción de la salud a
Población, Secretaría del Interior, Ministerio del Interior.
nivel comunitario. El Centro de Salud y Acción
Buenos Aires, 2009.
Comunitaria N°32 depende del Área Programática del
Para un análisis de la migración boliviana a la Argentina
Hospital J.M. Penna y se encuentra ubicado en el Barrio
ver: Alejandro Grimson, “La migración boliviana en la
San Martín. Integra la Región Sanitaria N° 1 y la Comuna
Argentina. De la ciudadanía ausente a una mirada
N° 4. La Comuna N° 4 presenta el mayor porcentaje de
regional”, en: Migrantes Bolivianos en la Argentina y
cobertura de salud únicamente estatal registrado en la
Estados Unidos, Cuadernos del futuro 7, La Paz, Bolivia,
ciudad (41%) y el promedio de ingreso per cápita más
2000.
bajo de la Región Sanitaria 1. (Departamento de
Epidemiología en base a proyecciones 2007 de la
Dirección de Estadísticas y Censos. GCBA)

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procedentes de Bolivia, con al menos un (Scott, 1999). Conforme lo establecen los


hijo/a a su cargo. La mayoría convive con su sistemas de sexo-género dominantes, en la
pareja actual, y varias de ellas tienen hijos/as división sexual del trabajo las mujeres se
de parejas previas. Algunas habitan cuartos inscriben en el mundo privado y asumen la
en viviendas que son propiedad de su familia responsabilidad del trabajo doméstico y del
de origen, por lo que comparten la unidad cuidado de las personas “dependientes”-
habitacional con hermanos/as y otros/as trabajos socialmente desjerarquizados y
integrantes de la familia extensa que residen desalarizados- mientras que los varones lo
en diferentes cuartos de la misma vivienda. hacen en el mundo público y asumen el
Otras alquilan uno o más cuartos en trabajo productivo y remunerado. Se
viviendas compartidas con familias con las expresan de este modo relaciones de poder
que no tienen lazos de afinidad o que ubican a las mujeres en condiciones de
consanguinidad. subordinación y dominio.
En su mayoría realizan trabajos para Wainerman (2002) afirma que las
el mercado en condiciones de precariedad, investigaciones sobre la división del trabajo
inscriptas en circuitos de la economía en la familia entre los integrantes de la pareja
informal, especialmente en el trabajo conyugal realizadas en las dos últimas
doméstico y de cuidados para otros hogares y décadas en el mundo, desde la perspectiva de
en trabajos textiles realizados género, revelan tres coincidencias: 1- las
frecuentemente en sus propios hogares. La actividades desarrolladas en el hogar
amplia mayoría de ellas titulariza planes muestran una clara segregación por género,
sociales, por los que reciben transferencias de distribuyéndose de manera desigual y
ingresos procedentes del Gobierno Nacional o sobrecargando a las mujeres; 2- la
del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. segregación genérica es mayor en el trabajo
doméstico que en el trabajo de atención de
los/as hijos/as; 3- en las últimas dos o tres
Algunas notas conceptuales décadas se observa un incremento en el
compromiso de los padres respecto a la
El trabajo doméstico y de crianza de sus hijos/as en tanto su
cuidados desde una perspectiva compromiso con las tareas domésticas se ha
de género modificado levemente (Wainerman, 2002:
202-203)
En este marco, se destaca el lugar
Las organizaciones sociales se hallan
crucial de las mujeres en los procesos de
atravesadas por sistemas sexo-género,
reproducción social a partir de su
entendidos como “el conjunto de
participación naturalizada y despolitizada en
disposiciones por el que una sociedad
el trabajo doméstico y el trabajo de cuidados
transforma la sexualidad biológica en
(Balbo, 1987). Por ello se ha planteado una
productos de la actividad humana (...) son los
“adscripción estructural de la mujer al trabajo
conjuntos de prácticas, símbolos,
doméstico” (Duran, 1988) que configura una
representaciones, normas y valores sociales
situación de violencia de género inherente a
que las sociedades elaboran a partir de la
la constitución de la familia e implícita en los
diferencia sexual anátomo-fisiológica y que
roles adscriptos a la mujer, los cuales
dan sentido a la satisfacción de los impulsos
restringen sus opciones y cercenan su
sexuales, a la reproducción de la especie
autonomía (Dorola, 2003)
humana y en general al relacionamiento entre
las personas” (De Barbieri, 1992: 4)
Los estudios de género han develado
como los roles de género -desde los que se La conceptualización de los
adjudican modos de ser y actuar diferenciales trabajos vinculados a la
para varones y mujeres- se hallan domesticidad y la reproducción
socialmente naturalizados y producen y
reproducen relaciones de desigualdad social

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A comienzos de los años setenta tanto las organizaciones de la comunidad que


la crítica feminista a la economía como la proveen servicios sociales- aunque
tradición marxista planteaban la necesidad de prácticamente todas las tareas domésticas se
visibilizar el trabajo doméstico y su ligan a la reproducción social. En segundo
importancia social y económica. Entonces se lugar, se introdujo el análisis del mercado y
develó su contribución a la reproducción de la los procesos de mercantilización de las
fuerza de trabajo, a la generación indirecta actividades ligadas a la reproducción, que
de plusvalía, al sostenimiento de la economía incluye el estudio del mercado de cuidados y
oficial monetaria (Torns, 2001; Razavi, 2007) de la compleja articulación entre la calidad vis
y a la reproducción biológica, cotidiana y a vis la comodificación del cuidado. En tercer
social (Larguía y Dumoulin, 1976) lugar, se incorporó el nivel institucional para
El concepto de trabajo doméstico dio analizar el rol de las instituciones, y en
lugar al de trabajo reproductivo, que alude al especial del Estado como proveedor y
trabajo invisible y no remunerado que se regulador de servicios ligados a la producción
realiza en el ámbito doméstico o fuera de él y reproducción social.
con el fin de garantizar los cuidados de las/os
integrantes del hogar, y el mantenimiento, La organización social del cuidado
creación y reproducción de las condiciones
básicas de la vida (Rohlfs et al, 1998) La noción de “cuidado social” alude a
Entraña tareas de mantenimiento de la “las actividades y relaciones orientadas a
infraestructura del hogar, organización del alcanzar los requerimientos físicos y
funcionamiento del hogar, trabajo de emocionales de niños y adultos dependientes,
mediación con el mundo externo y cuidado de así como los marcos normativos, económicos
las “cargas reproductoras” o personas y sociales dentro de los cuales estas son
dependientes (Carrasquer et al, 1998) asignadas y llevadas a cabo” (Daly y Lewis,
Actualmente, si bien la categoría 2000: 285) Esta definición contempla un
trabajo reproductivo continúa siendo utilizada macro nivel –división del trabajo, las
(Benería, 2003) por motivos teóricos, pero responsabilidades y los costos del trabajo de
también éticos e ideológicos, la atención ha cuidados entre el estado, el mercado, las
virado hacia la noción de trabajo de cuidados, familias y la comunidad; infraestructura de
alejándose de los planteos iniciales que cuidados; economía política que subyace a la
ponían foco en la producción y reproducción distribución de la provisión de cuidado- y un
de la fuerza de trabajo (Esquivel et al, 2009) micro nivel - división del trabajo, las
El cuidado es una dimensión central del responsabilidades y los costos del trabajo de
bienestar y el desarrollo humano, y a la vez, cuidados al interior de las familias, relaciones
expresa profundas desigualdades sociales en entre quienes dan y reciben cuidado,
términos de género, clase, etnicidad, status condiciones sociales, económicas y
migratorio y generación. En función de ellos normativas en las que se desarrolla el
se observan estratificaciones tanto en el cuidado.
acceso al cuidado como en la calidad del Se trata de un trabajo complejo en el
cuidado que las personas reciben (Faur, que se entrecruzan distintos actores y
2009). sectores y que requiere de la combinación de
Tal como señalan Esquivel, Faur y Jelin trabajo remunerado y no remunerado
(2009), partiendo de los debates de (Esquivel et al, 2009) Atendiendo a esta
comienzos de los años setenta reseñados, los complejidad, Faur (2009) acuña la categoría
modelos de análisis de cuestiones vinculadas “organización social del cuidado”, para dar
a la domesticidad, la reproducción y los cuenta de “la configuración que se desarrolla
cuidados fueron profundizándose y mediante las instituciones que regulan y
adquiriendo mayor precisión. En primer lugar, proveen servicios de cuidado, y el modo en
se establecieron distinciones analíticas entre que los hogares y sus miembros se benefician
la domesticidad y la reproducción, atendiendo del mismo” (Faur, 2009: 182).
a que no todas las actividades que Dicha categoría surge de una revisión
contribuyen a la reproducción acontecen en el crítica de la noción de “regímenes de género”
ámbito doméstico –también acontecen en (Sainsbury, 1996) utilizada en el campo
otros ámbitos como el mercado de trabajo o feminista para complementar el modelo

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clásico de análisis de los “regímenes de cotidianos que las familias establecen con las
bienestar” de Gosta Esping-Andersen, el cual distintas instancias del estado, el mercado y
exploraba la contribución de tres pilares – la comunidad, entendidos estos actores en
estado, mercado y familia- a los procesos de términos de heterogeneidad y sus
bienestar. Subyacían en este modelo de interrelaciones como imbricaciones no
análisis tres presupuestos que el feminismo unívocas sino más bien provisorias y dúctiles.
develó: la imagen del ciudadano como varón
proveedor, de la familia como totalidad 1- La organización y
armónica sustentada en la división sexual del
trabajo y de la mujer como proveedora distribución del trabajo
natural de cuidado (Razavi, 2007) doméstico y el trabajo de
Atendiendo a ello se propuso la mencionada
cuidados no remunerados en
noción de “regímenes de género”, que las unidades domésticas del
permite visualizar los efectos de los modelos Barrio Charrúa
de bienestar sobre la calidad de vida de las
mujeres, en la medida en que permiten o
restringen sus posibilidades de ingresar al A- La organización del trabajo
mercado de trabajo, de acceder a recursos y doméstico no remunerado para el
servicios de bienestar independientemente de propio hogar
sus vínculos familiares y de ejercer sus
derechos como ciudadanas (Esquivel et al,
2009) A los efectos de indagar este punto, se
utilizan algunas dimensiones propuestas por
La categoría “organización social del cuidado” Carrasquer et al (1998) como componentes
tiene la potencialidad de comprender la del trabajo reproductivo:
configuración social en torno a los cuidados
en términos más flexibles y complejos que las - trabajo de infraestructura del
nociones de “pilar”, “régimen” o “diamante”5, hogar: limpieza, compras y
evidenciando los múltiples y diversos arreglos preparación de alimentos

- trabajo de organización del


5
Razavi (2007) propone el esquema analítico del funcionamiento del hogar:
“diamante de cuidados”, cuyas distintas caras permiten administración del dinero,
visualizar las instancias proveedoras de cuidados,
organización del ocio familiar,
incluyendo a la comunidad y las provisiones voluntarias
de cuidados –pilar desestimado en el modelo de Esping- servicios familiares,
Andersen. Si bien la arquitectura del diamante muestra reparaciones y mantenimiento
cuatro aristas centrales –Estado, unidades domésticas, de la vivienda.
mercado y organizaciones sin fines de lucro- el modelo
permite analizar las provisiones intermedias, como el
trabajo doméstico realizado por familiares a quienes se
les paga una remuneración o los servicios de cuidados - trabajo de mediación: incluye
provistos por el mercado que cuentan con subsidios la mediación entre el hogar y el
estatales. Como sostiene Faur (2009) la debilidad de este
conjunto de servicios ofertados
esquema se asienta en que supone que los pilares
operan de modo estable, y que cada organización social por el Estado y las
se cristaliza en un único diamante de cuidados. “En organizaciones comunitarias,
sociedades altamente desiguales como la argentina, no así como la mediación
resulta adecuado hablar de UN diamante de cuidado, sino
vinculada a la gestión afectiva
que se pueden identificar una variedad de diamantes,
definidos principalmente según los niveles de y relacional
estratificación y fragmentación social, que se reproducen
mediante la oferta segmentada de políticas y de diversa Partimos de considerar la
calidad según las clases sociales”
heterogeneidad de las configuraciones
familiares en torno a la organización de las
tareas vinculadas a la reproducción en el

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ámbito doméstico, relevadas en las esta sincronía vivida por las mujeres en un
entrevistas a mujeres y el análisis de mismo espacio y tiempo, resignificando la
registros del grupo de mujeres. En gran clásica idea de “doble jornada”, que presenta
medida, tales configuraciones varían al trabajo doméstico y al trabajo remunerado
siguiendo patrones que se condicen con como espacios estancamente diferenciados y
aquellos detectados en las investigaciones en diacrónicos.
este campo. La organización y la carga del La Encuesta sobre uso del tiempo
trabajo doméstico varían en función de realizada en los hogares residenciales de la
quiénes integren los hogares, qué etapas del Ciudad de Buenos Aires en el año 2005
ciclo vital atraviesen, qué inclusión en el (Esquivel, 2009) muestra estas inequidades
mercado de trabajo tengan, qué tipos de de género en la organización cotidiana del
hogares constituyan, qué ingresos familiares trabajo doméstico: la tasa de participación de
dispongan, con qué redes sociales cuenten y las mujeres en el trabajo doméstico no
a qué servicios sociales provistos por el pagado para uso del propio hogar es del 92.6
Estado accedan (Artazcoz et al, 1999; Ayres, mientras que la de los varones es del 65.8. El
1993; Carrasquer et al, 1998; Esquivel et al, tiempo simple promedio diario que las
2009; Fernández et al, 1999; Rohlfs, 1997) mujeres participantes dedican a esta
Independientemente de estas actividad es de 3:18 hs. y el de los varones
variabilidades, se observa una constante que de 1:40 hs. Los tiempos con simultaneidad
atraviesa a la totalidad de las mujeres ascienden a 3:51 hs. para ellas y 1:53 hs.
investigadas. Desde su perspectiva, son ellas para ellos.
quienes asumen protagónicamente el trabajo La participación de las mujeres
doméstico de sus hogares, aunque algunas analizadas en este trabajo en las distintas
de ellas cuenten para ello con el apoyo de sus dimensiones que conforman el trabajo
parejas, hijos/as o integrantes de sus redes doméstico no es homogénea: mientras que
familiares, de vecindad o afinidad. Se en algunas tareas su participación es más
reproducen de este modo los estereotipos de exclusiva y rígida, en otras se observa mayor
género que instalan a las mujeres en el distribución con otros/as integrantes del
mundo doméstico y les adscriben la hogar. A continuación se analizará cada
responsabilidad de las tareas ligadas al dimensión atendiendo a las perspectivas de
mantenimiento, creación y reproducción de las mujeres respecto a cómo se configuran
las condiciones básicas de la vida. los trabajos en sus hogares. Esto implica, tal
Las mujeres se perciben a sí mismas como se advirtió en la introducción, que los
como quienes efectivamente realizan la hallazgos presentados no reflejan la
mayor carga del trabajo doméstico, y a la “verdadera” organización de los trabajos en
vez, como quienes son responsables de la los hogares, sino la caracterización que de
organización y gestión de dicho trabajo. ellos hacen las mujeres en sus narrativas; lo
Wainerman (2002) resalta la importancia de que sustentará el análisis de las
diferenciar la ejecución de las tareas de la significaciones construidas en torno al trabajo
responsabilidad por dicha ejecución, en tanto doméstico y de cuidados que se realizará en
esta última parece ser más difícil de el punto 2.
compartir que la primera entre los En relación al trabajo de
integrantes de las parejas conyugales, infraestructura del hogar, las tareas de
recayendo sobre las mujeres. limpieza y de preparación de alimentos son
La cuestión de la responsabilidad de asumidas por la mayoría de las mujeres en
las mujeres en torno al trabajo doméstico ha forma exclusiva. Sólo en algunos casos se
sido analizada en la academia feminista reporta la participación de hijas u otras
italiana, como situación que impone a las mujeres convivientes en ambas tareas y de
mujeres una intensidad y carga de trabajo las parejas en la preparación de comidas. En
que trasciende el tiempo en que ellas están cambio, en las actividades de compras
en sus hogares y avanza sobre el tiempo en aparece la participación de algunos varones
que se encuentran en sus lugares de trabajo adultos y de los/as hijos/as (en el caso de
remunerado o en otros ámbitos externos al éstos últimos cuando se trata de compras
hogar. La noción de “doble presencia”, diarias de monto pequeño realizadas en las
acuñada por Laura Balbo (1978), expresa proximidades del domicilio). La relación de las

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compras con el manejo del dinero sociales por los que el Estado transfiere
probablemente actúe como potenciador de la ingresos a sus hogares.
participación de los varones adultos. Por otro lado, se destaca que un
En términos generales, el trabajo de número significativo de mujeres perciben a
infraestructura aparece como el “núcleo duro” sus parejas como ineficaces en la
(Carrasquer et al, 1998) del trabajo administración y manejo del dinero,
doméstico, siendo la más feminizada de las presuponiendo que ellos harán un uso de él
tres dimensiones analizadas y la asumida con que no redundará en beneficios para el
mayor exclusividad y rigidez por parte de las conjunto de la familia.
mujeres analizadas. Se trata de la dimensión Resulta significativa la posición de
en la que se observa mayor reproducción de poder que se visualiza en algunas mujeres en
los roles de género hegemónicos y menor cuanto al manejo del dinero. Al ser las
democratización y distribución equitativa de mujeres las que históricamente han estado
tareas. en contacto con las cuestiones domésticas,
En lo que atañe al trabajo de realizando invisiblemente arduos y complejos
organización del funcionamiento del trabajos, han acumulado un acervo de
hogar, en la mayoría de los hogares las experiencias y conocimientos que las
mujeres refieren ocuparse casi con convierte en las principales administradoras y
exclusividad de la organización del ocio organizadoras de las cuestiones financieras
familiar (salidas durante fines de semana, del hogar (Di Marco y Colombo, 1994) Si bien
visitas a familiares, etc.) Su participación se los usos del dinero en las unidades
autopercibe como escasa o nula en tareas de domésticas de las mujeres analizadas
reparaciones y mantenimiento de la vivienda, requeriría de un análisis más exhaustivo, en
que son asumidas por varones convivientes o principio se plantea a modo de hipótesis que
mercantilizadas (se remunera a alguien en este campo se observa un corrimiento
externo al hogar para que se ocupe de dichas respecto de los mandatos de género
labores) Nuevamente, se reproduce de este tradicionales, en tanto algunas mujeres
modo la construcción generizada de trabajos disponen de una cuota de poder significativa
hegemónica. Reproducción que no se observa que les confiere cierta autonomía, aunque,
tan acabadamente en relación a la claro está, esto no se traduce en situaciones
administración del dinero, tarea que también de equidad respecto a la distribución del
concierne a la organización del conjunto de tareas vinculadas a la
funcionamiento del hogar. reproducción, por un lado, ni implica que ellas
En relación al manejo del dinero, se han necesariamente adopten posturas críticas
detectado arreglos familiares diversos. Por un respecto a los mandatos de género, por otro.
lado, se han identificado situaciones de De hecho, en algunas mujeres el manejo
maltrato económico en las cuales las mujeres protagónico del dinero en sus hogares
se encuentran totalmente excluidas de la coexiste con su percepción respecto a que a
posibilidad de administrar dinero; situación los varones les corresponde “traer el dinero”
que potencia su subordinación respecto a sus y garantizar el sustento económico de las
parejas. Se destaca, en el otro extremo, la familias.
alta participación de las mujeres analizadas En lo que concierne al trabajo de
en el manejo del dinero, las que se perciben a mediación, contemplaremos en primer lugar
sí mismas como quienes controlan y disponen las tareas de mediación con las instituciones
de los ingresos de sus hogares. En algunos del estado y las organizaciones comunitarias.
casos, esta situación se vincula a que ellas no La mayoría de las mujeres investigadas
conviven con sus parejas y/o padres de sus refiere que son ellas mismas las principales
hijos/as, siendo ellas jefas de hogar y encargadas de estas tareas de gestión y
decisoras de la economía doméstica. En otras mediación con instituciones externas al
situaciones, cuando conviven con sus parejas, hogar. En particular resalta en sus narrativas
su protagonismo en el manejo del dinero el tiempo y esfuerzo que destinan a las
aparece vinculado en la mayoría de los casos gestiones en oficinas del Estado Nacional o
a que son ellas las titulares de los planes Municipal vinculadas a la tramitación de

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planes sociales o de recursos como viviendas, de la familia extensa y de sus redes sociales.
medicamentos o pañales. Aunque insume Entre estas últimas, resaltan los intercambios
menor tiempo, emerge como un trabajo afectivos y comunicacionales inherentes a
significativo la mediación con los festejos de cumpleaños, nacimientos,
establecimientos educativos a los que casamientos y fallecimientos que en las
concurren sus hijos/as y con los efectores de narrativas emergen como responsabilidad de
salud en los que se atienden los/as las mujeres. En términos generales, la
integrantes de los grupos familiares. afectividad aparece como dominio femenino,
Asimismo, algunas mujeres realizan tareas de aunque algunas mujeres expresan que sus
mediación con partidos o movimientos parejas mantienen vínculos afectivos de
políticos a través de los cuales reciben algún intensidad con sus hijos/as.
beneficio social para sus familias.
Se trata de tareas tendientes a la
obtención de recursos que satisfacen las
necesidades del grupo familiar, por lo que la
B- La organización del trabajo de
participación de las mujeres puede cuidados de niños/as y
entenderse como expresión de las adultos/as miembros del hogar
responsabilidades de cuidado y crianza
inscriptas en las construcciones de género “El cuidado es una actividad compleja
presentes en la división sexual del trabajo. No que siempre ha estado, a pesar de su
obstante, tales tareas de mediación implican aparente invisibilidad, en el centro de nuestra
para muchas mujeres posibilidades de salir de existencia” (Vega Solís, 2006). No se trata
la esfera de sus hogares, incursionar en el meramente de actividades ligadas a la
mundo público, generar nuevas relaciones atención de las necesidades de las “cargas
sociales y adquirir aprendizajes y reproductoras” o “dependencias” –así
herramientas que pueden fortalecer su llamadas por los enfoques instrumentales del
autoestima y enriquecerlas en términos cuidado, que reducen las relaciones de
personales. Adicionalmente, algunas de estas autonomía y dependencia a la circunscripción
mediaciones se vinculan a la gestión de de “colectivos de riesgo” como los/as hijos/as
planes sociales de los que ellas son titulares, menores de edad, los/as adultos/as mayores
por lo que implican –además de las o los/as enfermos o personas en situación de
potencialidades de la mediaciones anteriores- discapacidad. Por el contrario, los cuidados
posibilidades de controlar dinero6. De este implican –además de trabajos concretos- una
modo, el trabajo de mediación con el estado disposición o una forma de hacerse cargo de
y las organizaciones de la comunidad redefine las necesidades de los demás, que surge a
el ámbito de ingerencia de las mujeres, des- partir de la conciencia de la vulnerabilidad
circunscribiéndolas del ámbito doméstico y propia o de los demás (Izquierdo, 2003).
propiciando trayectorias en el dominio público Bubeck (1995) y Tronto (1993) plantean una
así como experiencias tradicionalmente ética de los cuidados, como base para
propias de los varones. refundar la ciudadanía, para “mantener,
En cuanto al trabajo de mediación continuar y reparar el mundo en que vivimos,
afectiva y relacional, la mayoría de las haciéndolo lo mejor posible” (Tronto, 1993:
mujeres sostiene en sus discursos que son 103).
ellas las principales responsables de estas En esta línea, el cuidado aparece en
actividades, las cuales entrañan interacciones dos vertientes: como actividad y como
emocionales con los/as hijos/as, integrantes predisposición o motivación; como trabajo y
como afecto (Vega Solís, 2006). Daly y Lewis
6
Cabe mencionar que en términos generales la (2000) analizan el cuidado social en tres
titularidad de los planes sociales en manos de las dimensiones: como empleo, como marco
mujeres responde a concepciones tradicionales de la
familia y de los modelos de género, que ubican a la normativo de obligaciones y
mujer en el lugar de madre y sostienen su responsabilidades, y como actividad con
responsabilidad ante la crianza de los/as hijos/as y ante costos, tanto emocionales como financieros.
la reproducción de la familia. A pesar de ello,
contradictoriamente, para algunas mujeres la titularidad
de algún plan que transfiere dinero por la vía de la Las mujeres analizadas muestran en sus
maternidad reporta mayor autonomía. narrativas mayores alusiones al cuidado como

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trabajo, es decir, como conjunto de socialmente definidas como femeninas, que


actividades consideradas por el esfuerzo que opera a partir de la naturalización de la
demandan y por la “carga” que para ellas sinonimia mujer = madre.
suponen. Mencionan en mayor medida este Atendiendo a los relatos de las
tipo de costos vinculados a los esfuerzos mujeres, la participación de los varones es
físicos y psíquicos, en comparación con los muy escasa, lo que contribuye a que el
costos económicos. La alusión a estos últimos trabajo de cuidados demande mayor carga
aparece en algunas mujeres que trabajan en para las mujeres. Se registra en particular en
empleos remunerados y a la vez remuneran a el caso de padres jóvenes y de algunos
alguna cuidadora informal por ocuparse del abuelos que participan del cuidado de sus
cuidado de sus hijos/as. nietos/as. Llamativamente, varias mujeres
El énfasis que las mujeres colocan en investigadas conviven con el padre de sus
los esfuerzos y costos del trabajo de cuidados hijos/as –o de algunos/as de ellos/as- y
lleva a formularnos dos interrogantes refieren que aún en las situaciones en las que
concomitantes: i- ¿qué sucede con la salud y ellos se encuentran desocupados y
la calidad de vida de estas mujeres, vale permanecen varias horas diarias en sus
decir, con el cuidado de estas mujeres hogares, no tienen una participación
cuidadoras?; y ii- ¿qué implicancias tiene esta significativa en el cuidado de sus hijos/as.
sobrecarga en la calidad del cuidado que La Encuesta sobre uso del tiempo
brindan a sus hijos/as? Y en particular, si el realizada en los hogares residenciales de la
lazo afectivo per se no garantiza un cuidado Ciudad de Buenos Aires en el año 2005
de calidad –tal como lo evidencian las (Esquivel, 2009) evidencia que el trabajo de
situaciones de violencia intrafamiliar- ¿desde cuidados de niños/as y adultos/as del propio
qué parámetros se puede definir un cuidado hogar presenta desigualdades en términos de
adecuado? Ambos interrogantes suponen género. La tasa de participación de las
poner en cuestión a las perspectivas mujeres en el trabajo de cuidados para el
familísticas, que idealizan a la familia como propio hogar es de 30.9, mientras que la de
lugar de amor y afecto y naturalizan a la los varones es de 19.67. El tiempo simple
mujer como cuidadora, que no necesita más promedio dedicado diariamente a la actividad
retribución que la felicidad ligada al de cuidado por las/os participantes es de 3:
desempeño de su “virtud”. 07 hs. en el caso de las mujeres y de 1:52
La dimensión relacional y comunicativa hs. en el de los varones. Los tiempos con
del cuidado, considerada en sus aspectos simultaneidad ascienden a 4:07 hs. para ellas
emocionales positivos –el cuidado de otros/as y 2:30 hs. para ellos. En las mujeres la tasa
como elección personal o como satisfacción- de participación en el cuidado para el propio
fue escasamente registrada en las hogar es alta para ocupadas (32%) y
entrevistas. En particular, se observa en desocupadas (41%) y en los varones es
madres de hijos/as muy pequeños/as, relativamente alta sólo en el caso de los
quienes reportan sentimientos de ocupados (23%)
complacencia y satisfacción en relación a su En general, las mujeres investigadas
cuidado. aluden a los cuidados de los hijos/as, hecho
Probablemente la escasa referencia a que se liga a que la amplia mayoría de ellas
emociones positivas y placenteras ligadas al no convive con sus padres o con adultos/as
cuidar se vincule a su alta sobrecarga en el mayores a quienes cuidar. Se observa una
trabajo de cuidados, a la que contribuyen no fuerte distinción entre las caracterizaciones
sólo las dificultades materiales de vida sino de los cuidados de hijos/as según la etapa del
también los patrones de género hegemónicos, ciclo vital que estos/as atraviesen. Mientras el
en una clara interacción entre el género y la
clase social. Así, la resolución de las 7
Cabe recordar que en la Encuesta analizada la medición
necesidades de cuidado de los hogares queda del trabajo de cuidados para el propio hogar no incluye al
circunscripta a la órbita femenina. El cuidado trabajo doméstico para el propio hogar, respecto al cual
las tasas de participación son del 92.6 para las mujeres y
expresa una prolongación de las tareas
de 65.8 para los varones, tal como se expuso en la
ligadas a la crianza y la protección sección anterior

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cuidado de niños/as se describe como trabajo de Buenos Aires, destacando la


que demanda alto esfuerzo físico, el cuidado heterogeneidad que caracteriza a la oferta y
de hijos/as adolescentes se define como el impacto de esta fragmentación en la
trabajo que entraña costes emocionales capacidad de desfamiliarizar y decomodificar
importantes. En particular, las madres aluden el cuidado infantil de las familias. Las
a profundas preocupaciones por eventuales prestaciones estatales, si bien cubren el 55%
incursiones de sus hijos varones en de la educación inicial, se centran en la
trayectorias delictivas y de consumo de población infantil mayor de 3 años y son
drogas. Simultáneamente manifiestan temor insuficientes respecto a la demanda. La
e intranquilidad ante el posible embarazo de autora observó desigualdades en la calidad de
sus hijas mujeres y, en menor medida, las prestaciones en función de los/as
preocupación por la posibilidad de que ellas destinatarios/as, en el marco de dos enfoques
usen drogas. Bregar por el sostenimiento de inscriptos en lógicas distintas en relación a las
la escolaridad de los/as hijos/as y protegerlos políticas sociales. Mientras las instituciones de
de las “inseguridades de la calle” aparecen cuidado infantil dependientes del Ministerio
como preocupaciones comunes frente a los/as de Educación enfatizan lo educativo y gozan
hijos/as, independientemente de su edad y su de regulación estatal, las dependientes de
sexo. Desarrollo Social se localizan en los barrios de
La literatura propone distinguir los menores ingresos y apuntan a cubrir
cuidados de las personas enfermas y en necesidades asistenciales, son gestionadas
situación de discapacidad como procesos que por la propia comunidad y manejan criterios
suponen una mayor carga de trabajo y costes de ingreso discrecionales. Esta fragmentación
emocionales de mayor intensidad que los de la oferta reedita la tensión universalidad-
inherentes al cuidado de hijos/as o adultos/as focalización y legitima la diferenciación de los
mayores sanos/as. En relación a las mujeres servicios según clase social, reproduciendo
investigadas, las actividades ligadas a las desigualdades sociales en el ámbito del
atender a personas enfermas cuando están cuidado (Faur, 2009: 212-214)
en reposo y a garantizar la atención en Si bien en el Barrio Charrúa la
efectores de salud –gestión de turnos y provisión estatal se restringe a un Jardín
tramites varios- son las que en los discursos dependiente del Ministerio de Educación, las
emergen como las de mayor carga y familias también recurren a las prestaciones
preocupación emocional para las mujeres de los recursos de cuidado infantil
investigadas. dependientes de Desarrollo Social ubicados
En tanto las mujeres atraviesan en la Villa 1-11-14, ubicada frente al Barrio.
situaciones de vulnerabilidad socioeconómica, El acceso a estos centros comunitarios es en
que fragilizan sus posibilidades objetivas y términos generales desvalorizado por las
subjetivas de garantizar los cuidados de mujeres investigadas, quienes consideran que
los/as integrantes de los hogares, el cuidado su calidad educativa no es buena, en
se vuelve mayormente una “carga” y discursos que, vale aclarar, tramitan procesos
desencadena prácticas cotidianas de más amplios de distinción y jerarquización
búsqueda de resolución a las demandas de entre “los villeros” y “los del barrio”. Son
cuidado de los hogares. Las estrategias en estos mismos prejuicios y significaciones los
torno a ello son diversas y entrañan arreglos que conducen a algunas familias –las de
que combinan instancias estatales (escuelas, mayores ingresos- a optar por instituciones
jardines, centros de día, centros de atención de cuidado infantil mercantilizadas, como dos
familiar, etc.); instancias mercantilizadas establecimientos educativos de gestión
(remunerar a una vecina o familiar, o pagar privada confesionales, subvencionados por el
la cuota de un establecimiento educativo estado, que se localizan en las cercanías del
privado); recursos comunitarios (comedores, Barrio Cahrrúa.
guarderías o talleres comunitarios) y redes Las dificultades para acceder tanto a
familiares y de afinidad (contar con el apoyo los recursos de cuidado estatales como a los
no remunerado de sus madres, familiares, servicios mercantilizados llevan a la mayoría
amigas o vecinas) de las mujeres a buscar soluciones menos
Faur (2009) ha analizado la provisión estables y de mayor precariedad, como
de servicios de cuidado infantil en la Ciudad recurrir a la “ayuda” de otras mujeres que

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integran sus redes de proximidad. Se trata de escasa valorización y reconocimiento de las


estrategias mayormente provisorias, flexibles, mujeres que realizan estos servicios respecto
que se resuelven en el “día a día”. En a lo que ellas aportan a sus hogares fruto de
términos generales estas estrategias siguen su participación en estas redes de
los ritmos del empleo remunerado que intercambio. Asimismo, sería importante
eventualmente realizan las mujeres, quienes explorar la articulación entre los sistemas
buscan recursos de cuidado cuando consiguen clientelares y la violencia basada en género
un trabajo. Tal como evidencian las que pueden sufrir las mujeres que participan
investigaciones en este campo, las principales en los mencionados sistemas como forma de
protagonistas de la conciliación o adquirir recursos que mejoren la calidad de
compatibilización entre empleo remunerado y vida de sus familias.
trabajo doméstico y de cuidados no
remunerado son las mujeres. Ellas adaptan Finalmente, se destaca que la baja
su inserción en el mercado de trabajo a las participación de las mujeres entrevistadas en
necesidades de cuidados de sus hogares los servicios a la comunidad y las ayudas no
(Faur, 2006) pagas a otros hogares, así como el magro
tiempo destinado a ellas sigue patrones
C- La prestación de servicios a la relevados en la Encuesta de Uso del Tiempo
de la Ciudad de Buenos Aires del año 2005
comunidad y de ayudas no pagas (Esquivel, 2009) en la que la tasa de
a otros hogares participación de las mujeres en estas
La participación de las mujeres actividades es de 10.9 y el tiempo simple
investigadas en actividades de servicios a la promedio poblacional dedicado diariamente a
comunidad no es alta. Quienes participan lo ellas es de 00:16 hs. (lo que representa el
hacen en tareas vinculadas a instituciones 1,1 % de su tiempo diario)
religiosas –católicas o evangélicas- o en
organizaciones ligadas a partidos o
movimientos políticos localizados en las 2. La naturalización del
cercanías del barrio. En mayor medida, pero
también con baja participación, participan en trabajo doméstico y de
actividades de ayuda a otros hogares, cuidados como trabajo
especialmente a familiares adultos/as
mayores. La falta de tiempo y la sobrecarga
femenino
de tareas en el propio hogar aparecen en los
discursos como las principales motivaciones Tanto en las entrevistas como en las
por las cuales estas tareas se realizan con crónicas del grupo de mujeres del CeSAC 32,
escasa frecuencia y en pequeña medida. las alusiones al trabajo doméstico en los
discursos de las mujeres están signadas por
En relación a la prestación de servicios calificativos que dan cuenta de un impacto
comunitarios, es de destacar que en negativo o perjudicial de dicho trabajo en su
reiteradas ocasiones la misma aparece calidad de vida. Este trabajo es caracterizado
relacionada a circuitos de intercambio, como rutinario, dificultoso, aburrido, arduo y
aparentemente clientelares, en los que los desgastante. Se lo significa como un trabajo
servicios se prestan a cambio de la obtención continuo, que insume esfuerzos y ocupa gran
de recursos materiales o planes sociales que parte del tiempo diario, tornándose una
redundan en el mayor bienestar de las “carga”. La percepción del trabajo de
familias. Surge de aquí la importancia de cuidados, en cambio, combina significaciones
futuras indagaciones en torno a la positivas y negativas, aunque, prevalece la
participación de las mujeres en estas atribución de sentidos ligados a la “carga”.
actividades que las posicionan en un lugar de Ambos trabajos son concebidos como
“proveedoras”, que no implica su un continuo de tareas indiferenciadas e
participación en el mercado de trabajo intermitentes. Razavi (2007) analiza esta
remunerado. En principio, se ha observado superposición de tareas inherente al trabajo

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de cuidados, que conlleva dificultades dificultosa concreción. En los casos en los que
metodológicas para establecer el comienzo y ellos efectivamente participan de alguna
fin de cada actividad y a la vez devela la tarea doméstica o de cuidados, estas son
particularidad de este trabajo, el cual entraña percibidas como “ayudas” o “colaboraciones”,
responsabilidad y supervisión (estar pero no como actividades cuya
pendiente de) más que performances responsabilidad debe ser compartida en
concretas. En virtud de esta intermitencia, el términos de paridad.
trabajo de cuidados insume la mayor parte de Así, las inequidades de género en el
la jornada de las mujeres y resta reparto de las tareas cotidianas de los
posibilidades de disponer de tiempo para la hogares son identificadas, y en algunos casos
realización de otras actividades, como el resistidas, pero no se perciben como
trabajo remunerado, el estudio, el construcciones de género históricamente
esparcimiento, la participación comunitaria o situadas, sino que se anclan en suertes de
el cuidado personal. En particular, las “destinos” que se deben cumplir.
mujeres entrevistadas destacan la Se han registrado algunas situaciones
incompatibilidad entre el trabajo doméstico y en las que las mujeres intentan propiciar la
de cuidados no remunerado y el trabajo participación de sus parejas o padres de sus
remunerado, siendo menos frecuentes las hijos/as en tareas ligadas a la reproducción
alusiones a las dificultades de disponer doméstica, pero mayormente se centran en
tiempo para las otras actividades reclamos en torno a sus aportes económicos,
mencionadas. reeditando el estereotipo del varón
Prácticamente no se observan proveedor. Las estrategias de negociación en
significaciones de los trabajos domésticos y pos de la democratización de las relaciones
de cuidados como un conjunto de tareas sociales inherentes a los trabajos en cuestión
valiosas para su bienestar y el de sus al interior de los hogares es un campo a
familias. Esto se vincula a lo que Saraceno explorar. Provisoriamente, no se han
(1988) conceptualizó como “estructura registrado prácticas significativas en este
sexuada de la vida cotidiana”, dando cuenta sentido.
de que socialmente se reconoce y asigna La visualización del trabajo doméstico
valoración positiva a aquello que se relacione y de cuidados como labores cuyas
con el mundo público y/o masculino, mientras condiciones de realización podrían
que se desvalorizan tareas vinculadas a la optimizarse y retribuir mayor bienestar para
domesticidad y la reproducción en tanto las mujeres no sólo es escasa sino que se
tareas feminizadas. circunscribe a mejoras en las condiciones
El escaso reconocimiento del trabajo objetivas de vida. Es decir, la posibilidad de
doméstico y de cuidados en las mujeres no padecer sobrecargas y disfrutar a partir de
investigadas se halla en clara vinculación al la realización de estos trabajos se asocia a la
esfuerzo que demandan estos trabajos en adquisición de nuevos bienes o servicios
hogares atravesados por críticas situaciones materiales (lavarropas, una vivienda más
socioeconómicas. No obstante, tampoco se amplia, etc.) y a la mejora en el nivel de
han registrado narrativas en las que se ingresos familiares a partir del aumento de
proyecte este trabajo como tarea que podría los salarios de quienes trabajan, de la
resultar más placentera en caso de inserción de nuevos integrantes de los
desarrollarse de modo más equitativo en el hogares al mercado de trabajos –incluidas las
interior de los hogares. propias mujeres en algunos casos- o de la
Si bien la mayoría de las mujeres titularización de algún subsidio o plan social.
reconoce su situación en el trabajo doméstico Las “salidas”, entonces, se plantean por las
y de cuidados como injusta en cuanto a su vías del mercado o del Estado, en tanto las
distribución, tal situación se encuentra posibilidades de democratizar el reparto de
naturalizada, no se percibe como socialmente tareas en los hogares y de socializar los
construida y modificable. La mayor cuidados aparecen opacadas.
participación de sus parejas o el padre de sus
hijos/as en los trabajos en cuestión Si lo que se espera es que las mujeres
mayormente se significa como deseable o investigadas “vivan la vida que merece ser
esperable, pero a la vez como situación de vivida” –parafraseando a J. Butler- y que sus

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trayectorias vitales estén signadas por la las políticas de desfamiliarización y


igualdad de género, claro está que resulta desfeminización del cuidado -que
insuficiente que ellas tengan la posibilidad de individualizan derechos y beneficios sociales-
mercantilizar el cuidado y que el Estado pueden entrar en tensión con el
cumpla con su función de proveedor de sostenimiento de los lazos familiares y
recursos asistenciales y transferencias de comunitarios y las relaciones de
ingresos. Cabe esperar del estado responsabilidad mutua. En rigor, el desafío
intervención en otros campos igualmente que se presenta es promover la igualdad de
importantes en términos del cuidado: la género sin que ello suponga desconocer las
regulación de los servicios de cuidado diferencias, por un lado, ni atentar contra la
ofrecidos por el mercado, la familia y la solidaridad y el sentido de pertenencia
comunidad y, en definitiva, la consolidación comunitaria, por el otro.
de un régimen de bienestar que apunte a
desmercantilizar el cuidado y a la vez a
desfamiliarizarlo (Lister, 1994) La
desfamiliarización permitiría que las Conclusiones preliminares
responsabilidades de cuidado se transfieran
desde las familias hacia otras instancias A modo de síntesis, la organización del
sociales –estado, mercado, comunidad. En trabajo doméstico y de cuidados no
relación a ello, Daly y Lewis (2000) ponen en remunerados para uso de los propios hogares
cuestión la tradicional noción de políticas de emerge en el discurso de las mujeres
familia y plantean la utilidad de la noción investigadas como trabajo altamente
políticas de cuidado como categoría de feminizado, en el que la participación de los
análisis de los estados de bienestar. Poner el varones es escasa y se circunscribe a las
cuidado en este lugar de relevancia resulta tareas de reparación y mantenimiento del
fundamental, al igual que interpelar al estado hogar –en las que muestran protagonismo- y
como instancia garantizadora del cuidado de a “ayudas” o “colaboraciones” en algunas
todos/as los/as ciudadanos/as. “Toda política tareas de organización del funcionamiento del
social tiene como supuesto una organización hogar y de cuidados.
social del cuidado, que de manera implícita En términos generales, desde la
más que explícita define a l@s actor@s perspectiva de las mujeres investigadas, la
sociales, asigna responsabilidades y cargas configuración de la distribución de tareas en
de tareas y de esa manera define también las los hogares reproduce los modelos de
características y contenidos de la ciudadanía relaciones sociales de género hegemónicos.
de cada tipo de actor/a” (Esquivel et al, No obstante, se destaca su participación
2009: 18) protagónica en el manejo del dinero y la
El interrogante que se abre es si la administración de la economía familiar, así
desmercantilización y la desfamiliarización como sus incursiones en el mundo público
redundan necesariamente en menor como mediadoras entre sus familias y las
sobrecarga de trabajo para las mujeres, instituciones estatales y las organizaciones de
atendiendo a que hay tareas de cuidado de la comunidad. Prácticas que dan cuenta de
niños/as, adultos/as mayores y personas ciertas transgresiones y rupturas en relación
enfermas o en situación de discapacidad que, a los mandatos de género.
por el momento al menos, resultan El trabajo de cuidado, central en la
indelegables para las familias. De aquí que se producción y reproducción de la existencia,
ha planteado que la desmercantilización y la aparece en las narrativas de las mujeres
desfamiliarización deben acompañarse de mayormente reducido a su función
políticas que tiendan a la desfeminización del instrumental –cuidado como trabajo, como
cuidado. “carga”- Se destaca la escasa valoración de
este trabajo como aporte al bienestar propio
En un análisis comparado de las políticas y de los/as integrantes de los hogares.
públicas argentinas y suecas en relación al Las posibilidades de disfrutar de las
género y la familia, Jelin (2008) afirma que relaciones afectivas que entrañan los

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procesos de cuidados se ven obstaculizadas en la división del trabajo en la familia,


por la alta sobrecarga de trabajo doméstico Sainsbury (1999) propone una estrategia que
no remunerado de las mujeres, la inequitativa combina las responsabilidades de cuidar y de
distribución de las tareas ligadas a la generar ingresos, de modo que tanto los
reproducción en sus hogares, la escasa oferta varones como las mujeres adultos/as puedan
y difícil acceso de servicios públicos de ocuparse de ambos trabajos en igualdad de
cuidado y las dificultades para mercantilizar condiciones. En esta estrategia “cuidador/a –
actividades inherentes a las labores preceptor/a de ingresos”, los derechos se
domésticas y de cuidados. Claramente, su individualizan, es decir que se inscriben en
situación de vulnerabilidad socioeconómica las personas –madres y padres- y no en la
restringe sus posibilidades de realizar el unidad familiar (lo que la experiencia
trabajo de cuidados de manera que reporte escandinava ha demostrado que conduce a
bienestar y calidad de vida. reforzar el protagonismo de las mujeres en el
Complementariamente, el escaso trabajo de cuidados). Así, la estrategia
reconocimiento social del trabajo doméstico y sugerida por Sainsbury apunta a que tanto
de cuidados contribuye a que ellos se las madres como los padres gocen de los
perciban en términos de “cargas”. mismos derechos y beneficios ligados al
Resulta significativa la coexistencia del trabajo remunerado y al trabajo de cuidados,
reconocimiento de su situación frente a estos remarcando la misma legitimidad social que
trabajos como “injusta” con los procesos de deben tener el cuidado y el empleo.
naturalización de dichos trabajos como tareas Tomando en cuenta las narrativas de
femeninas, por un lado, y, por otro, con la las mujeres investigadas -en particular las
prácticamente inexistente visualización de su alusiones a los trabajos doméstico y de
adscripción a dichos trabajos como situación cuidados como un continuo de tareas que se
de opresión modificable en términos de tornan “carga” y absorben la mayor parte de
posibles reconfiguraciones en la distribución la jornada diaria- se avizora la centralidad de
de tiempos y tareas entre los/as integrantes implementar políticas públicas en la línea de
de los hogares. Se plantea de este modo la la estrategia planteada por Sainsbury. No
necesidad de diseñar políticas públicas obstante, ellas deben contemplar otras
tendientes a visibilizar las desigualdades de dimensiones de la vida de las personas que
género en cuestión y a democratizar las exceden los tiempos destinados al trabajo
relaciones sociales inherentes a la remunerado y al trabajo de cuidados: los
domesticidad y la reproducción. tiempos comúnmente llamados “libres”. Es
Tal como sostiene Jelin (2008), la decir, los dedicados al esparcimiento y la
realidad argentina ha distado siempre del recreación, al cuidado personal, a la
prototipo patriarcal de familia nuclear en educación, así como a la participación política
relación a las responsabilidades asumidas por y comunitaria. Los tiempos en los que las
las mujeres, quienes tuvieron históricamente personas “eligen”, dentro del abanico de
una alta participación en el mercado de posibilidades que se abre en virtud de su
trabajo. Sin embargo, las políticas públicas se posición en el espacio social, que actividades
sustentaron básicamente en el modelo del realizar. Es en este tiempo “libre”, en el que
varón proveedor, desconociendo los derechos también se producen inequidades entre
de las mujeres trabajadoras y relegando a las varones y mujeres, entrelazadas a
propias familias la solución de las desigualdades étnicas, de clase y de
incompatibilidades entre trabajo remunerado generación. Y en tanto se trata de tiempos
y trabajo doméstico y de cuidados. que en definitiva hacen al cuidado propio y al
Atendiendo a la importancia de diseñar cuidado de todos/as, ellos también deben ser
políticas que apunten a la equidad de género compatibilizados y democratizados.

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Bibliografía y fuentes
Artazcoz, Lucía, Cortès, Imma, Moncada, Salvador, Rohlfs, Izabella y Borrell, Carme (1999),
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