Introducción
clásico de análisis de los “regímenes de cotidianos que las familias establecen con las
bienestar” de Gosta Esping-Andersen, el cual distintas instancias del estado, el mercado y
exploraba la contribución de tres pilares – la comunidad, entendidos estos actores en
estado, mercado y familia- a los procesos de términos de heterogeneidad y sus
bienestar. Subyacían en este modelo de interrelaciones como imbricaciones no
análisis tres presupuestos que el feminismo unívocas sino más bien provisorias y dúctiles.
develó: la imagen del ciudadano como varón
proveedor, de la familia como totalidad 1- La organización y
armónica sustentada en la división sexual del
trabajo y de la mujer como proveedora distribución del trabajo
natural de cuidado (Razavi, 2007) doméstico y el trabajo de
Atendiendo a ello se propuso la mencionada
cuidados no remunerados en
noción de “regímenes de género”, que las unidades domésticas del
permite visualizar los efectos de los modelos Barrio Charrúa
de bienestar sobre la calidad de vida de las
mujeres, en la medida en que permiten o
restringen sus posibilidades de ingresar al A- La organización del trabajo
mercado de trabajo, de acceder a recursos y doméstico no remunerado para el
servicios de bienestar independientemente de propio hogar
sus vínculos familiares y de ejercer sus
derechos como ciudadanas (Esquivel et al,
2009) A los efectos de indagar este punto, se
utilizan algunas dimensiones propuestas por
La categoría “organización social del cuidado” Carrasquer et al (1998) como componentes
tiene la potencialidad de comprender la del trabajo reproductivo:
configuración social en torno a los cuidados
en términos más flexibles y complejos que las - trabajo de infraestructura del
nociones de “pilar”, “régimen” o “diamante”5, hogar: limpieza, compras y
evidenciando los múltiples y diversos arreglos preparación de alimentos
ámbito doméstico, relevadas en las esta sincronía vivida por las mujeres en un
entrevistas a mujeres y el análisis de mismo espacio y tiempo, resignificando la
registros del grupo de mujeres. En gran clásica idea de “doble jornada”, que presenta
medida, tales configuraciones varían al trabajo doméstico y al trabajo remunerado
siguiendo patrones que se condicen con como espacios estancamente diferenciados y
aquellos detectados en las investigaciones en diacrónicos.
este campo. La organización y la carga del La Encuesta sobre uso del tiempo
trabajo doméstico varían en función de realizada en los hogares residenciales de la
quiénes integren los hogares, qué etapas del Ciudad de Buenos Aires en el año 2005
ciclo vital atraviesen, qué inclusión en el (Esquivel, 2009) muestra estas inequidades
mercado de trabajo tengan, qué tipos de de género en la organización cotidiana del
hogares constituyan, qué ingresos familiares trabajo doméstico: la tasa de participación de
dispongan, con qué redes sociales cuenten y las mujeres en el trabajo doméstico no
a qué servicios sociales provistos por el pagado para uso del propio hogar es del 92.6
Estado accedan (Artazcoz et al, 1999; Ayres, mientras que la de los varones es del 65.8. El
1993; Carrasquer et al, 1998; Esquivel et al, tiempo simple promedio diario que las
2009; Fernández et al, 1999; Rohlfs, 1997) mujeres participantes dedican a esta
Independientemente de estas actividad es de 3:18 hs. y el de los varones
variabilidades, se observa una constante que de 1:40 hs. Los tiempos con simultaneidad
atraviesa a la totalidad de las mujeres ascienden a 3:51 hs. para ellas y 1:53 hs.
investigadas. Desde su perspectiva, son ellas para ellos.
quienes asumen protagónicamente el trabajo La participación de las mujeres
doméstico de sus hogares, aunque algunas analizadas en este trabajo en las distintas
de ellas cuenten para ello con el apoyo de sus dimensiones que conforman el trabajo
parejas, hijos/as o integrantes de sus redes doméstico no es homogénea: mientras que
familiares, de vecindad o afinidad. Se en algunas tareas su participación es más
reproducen de este modo los estereotipos de exclusiva y rígida, en otras se observa mayor
género que instalan a las mujeres en el distribución con otros/as integrantes del
mundo doméstico y les adscriben la hogar. A continuación se analizará cada
responsabilidad de las tareas ligadas al dimensión atendiendo a las perspectivas de
mantenimiento, creación y reproducción de las mujeres respecto a cómo se configuran
las condiciones básicas de la vida. los trabajos en sus hogares. Esto implica, tal
Las mujeres se perciben a sí mismas como se advirtió en la introducción, que los
como quienes efectivamente realizan la hallazgos presentados no reflejan la
mayor carga del trabajo doméstico, y a la “verdadera” organización de los trabajos en
vez, como quienes son responsables de la los hogares, sino la caracterización que de
organización y gestión de dicho trabajo. ellos hacen las mujeres en sus narrativas; lo
Wainerman (2002) resalta la importancia de que sustentará el análisis de las
diferenciar la ejecución de las tareas de la significaciones construidas en torno al trabajo
responsabilidad por dicha ejecución, en tanto doméstico y de cuidados que se realizará en
esta última parece ser más difícil de el punto 2.
compartir que la primera entre los En relación al trabajo de
integrantes de las parejas conyugales, infraestructura del hogar, las tareas de
recayendo sobre las mujeres. limpieza y de preparación de alimentos son
La cuestión de la responsabilidad de asumidas por la mayoría de las mujeres en
las mujeres en torno al trabajo doméstico ha forma exclusiva. Sólo en algunos casos se
sido analizada en la academia feminista reporta la participación de hijas u otras
italiana, como situación que impone a las mujeres convivientes en ambas tareas y de
mujeres una intensidad y carga de trabajo las parejas en la preparación de comidas. En
que trasciende el tiempo en que ellas están cambio, en las actividades de compras
en sus hogares y avanza sobre el tiempo en aparece la participación de algunos varones
que se encuentran en sus lugares de trabajo adultos y de los/as hijos/as (en el caso de
remunerado o en otros ámbitos externos al éstos últimos cuando se trata de compras
hogar. La noción de “doble presencia”, diarias de monto pequeño realizadas en las
acuñada por Laura Balbo (1978), expresa proximidades del domicilio). La relación de las
compras con el manejo del dinero sociales por los que el Estado transfiere
probablemente actúe como potenciador de la ingresos a sus hogares.
participación de los varones adultos. Por otro lado, se destaca que un
En términos generales, el trabajo de número significativo de mujeres perciben a
infraestructura aparece como el “núcleo duro” sus parejas como ineficaces en la
(Carrasquer et al, 1998) del trabajo administración y manejo del dinero,
doméstico, siendo la más feminizada de las presuponiendo que ellos harán un uso de él
tres dimensiones analizadas y la asumida con que no redundará en beneficios para el
mayor exclusividad y rigidez por parte de las conjunto de la familia.
mujeres analizadas. Se trata de la dimensión Resulta significativa la posición de
en la que se observa mayor reproducción de poder que se visualiza en algunas mujeres en
los roles de género hegemónicos y menor cuanto al manejo del dinero. Al ser las
democratización y distribución equitativa de mujeres las que históricamente han estado
tareas. en contacto con las cuestiones domésticas,
En lo que atañe al trabajo de realizando invisiblemente arduos y complejos
organización del funcionamiento del trabajos, han acumulado un acervo de
hogar, en la mayoría de los hogares las experiencias y conocimientos que las
mujeres refieren ocuparse casi con convierte en las principales administradoras y
exclusividad de la organización del ocio organizadoras de las cuestiones financieras
familiar (salidas durante fines de semana, del hogar (Di Marco y Colombo, 1994) Si bien
visitas a familiares, etc.) Su participación se los usos del dinero en las unidades
autopercibe como escasa o nula en tareas de domésticas de las mujeres analizadas
reparaciones y mantenimiento de la vivienda, requeriría de un análisis más exhaustivo, en
que son asumidas por varones convivientes o principio se plantea a modo de hipótesis que
mercantilizadas (se remunera a alguien en este campo se observa un corrimiento
externo al hogar para que se ocupe de dichas respecto de los mandatos de género
labores) Nuevamente, se reproduce de este tradicionales, en tanto algunas mujeres
modo la construcción generizada de trabajos disponen de una cuota de poder significativa
hegemónica. Reproducción que no se observa que les confiere cierta autonomía, aunque,
tan acabadamente en relación a la claro está, esto no se traduce en situaciones
administración del dinero, tarea que también de equidad respecto a la distribución del
concierne a la organización del conjunto de tareas vinculadas a la
funcionamiento del hogar. reproducción, por un lado, ni implica que ellas
En relación al manejo del dinero, se han necesariamente adopten posturas críticas
detectado arreglos familiares diversos. Por un respecto a los mandatos de género, por otro.
lado, se han identificado situaciones de De hecho, en algunas mujeres el manejo
maltrato económico en las cuales las mujeres protagónico del dinero en sus hogares
se encuentran totalmente excluidas de la coexiste con su percepción respecto a que a
posibilidad de administrar dinero; situación los varones les corresponde “traer el dinero”
que potencia su subordinación respecto a sus y garantizar el sustento económico de las
parejas. Se destaca, en el otro extremo, la familias.
alta participación de las mujeres analizadas En lo que concierne al trabajo de
en el manejo del dinero, las que se perciben a mediación, contemplaremos en primer lugar
sí mismas como quienes controlan y disponen las tareas de mediación con las instituciones
de los ingresos de sus hogares. En algunos del estado y las organizaciones comunitarias.
casos, esta situación se vincula a que ellas no La mayoría de las mujeres investigadas
conviven con sus parejas y/o padres de sus refiere que son ellas mismas las principales
hijos/as, siendo ellas jefas de hogar y encargadas de estas tareas de gestión y
decisoras de la economía doméstica. En otras mediación con instituciones externas al
situaciones, cuando conviven con sus parejas, hogar. En particular resalta en sus narrativas
su protagonismo en el manejo del dinero el tiempo y esfuerzo que destinan a las
aparece vinculado en la mayoría de los casos gestiones en oficinas del Estado Nacional o
a que son ellas las titulares de los planes Municipal vinculadas a la tramitación de
planes sociales o de recursos como viviendas, de la familia extensa y de sus redes sociales.
medicamentos o pañales. Aunque insume Entre estas últimas, resaltan los intercambios
menor tiempo, emerge como un trabajo afectivos y comunicacionales inherentes a
significativo la mediación con los festejos de cumpleaños, nacimientos,
establecimientos educativos a los que casamientos y fallecimientos que en las
concurren sus hijos/as y con los efectores de narrativas emergen como responsabilidad de
salud en los que se atienden los/as las mujeres. En términos generales, la
integrantes de los grupos familiares. afectividad aparece como dominio femenino,
Asimismo, algunas mujeres realizan tareas de aunque algunas mujeres expresan que sus
mediación con partidos o movimientos parejas mantienen vínculos afectivos de
políticos a través de los cuales reciben algún intensidad con sus hijos/as.
beneficio social para sus familias.
Se trata de tareas tendientes a la
obtención de recursos que satisfacen las
necesidades del grupo familiar, por lo que la
B- La organización del trabajo de
participación de las mujeres puede cuidados de niños/as y
entenderse como expresión de las adultos/as miembros del hogar
responsabilidades de cuidado y crianza
inscriptas en las construcciones de género “El cuidado es una actividad compleja
presentes en la división sexual del trabajo. No que siempre ha estado, a pesar de su
obstante, tales tareas de mediación implican aparente invisibilidad, en el centro de nuestra
para muchas mujeres posibilidades de salir de existencia” (Vega Solís, 2006). No se trata
la esfera de sus hogares, incursionar en el meramente de actividades ligadas a la
mundo público, generar nuevas relaciones atención de las necesidades de las “cargas
sociales y adquirir aprendizajes y reproductoras” o “dependencias” –así
herramientas que pueden fortalecer su llamadas por los enfoques instrumentales del
autoestima y enriquecerlas en términos cuidado, que reducen las relaciones de
personales. Adicionalmente, algunas de estas autonomía y dependencia a la circunscripción
mediaciones se vinculan a la gestión de de “colectivos de riesgo” como los/as hijos/as
planes sociales de los que ellas son titulares, menores de edad, los/as adultos/as mayores
por lo que implican –además de las o los/as enfermos o personas en situación de
potencialidades de la mediaciones anteriores- discapacidad. Por el contrario, los cuidados
posibilidades de controlar dinero6. De este implican –además de trabajos concretos- una
modo, el trabajo de mediación con el estado disposición o una forma de hacerse cargo de
y las organizaciones de la comunidad redefine las necesidades de los demás, que surge a
el ámbito de ingerencia de las mujeres, des- partir de la conciencia de la vulnerabilidad
circunscribiéndolas del ámbito doméstico y propia o de los demás (Izquierdo, 2003).
propiciando trayectorias en el dominio público Bubeck (1995) y Tronto (1993) plantean una
así como experiencias tradicionalmente ética de los cuidados, como base para
propias de los varones. refundar la ciudadanía, para “mantener,
En cuanto al trabajo de mediación continuar y reparar el mundo en que vivimos,
afectiva y relacional, la mayoría de las haciéndolo lo mejor posible” (Tronto, 1993:
mujeres sostiene en sus discursos que son 103).
ellas las principales responsables de estas En esta línea, el cuidado aparece en
actividades, las cuales entrañan interacciones dos vertientes: como actividad y como
emocionales con los/as hijos/as, integrantes predisposición o motivación; como trabajo y
como afecto (Vega Solís, 2006). Daly y Lewis
6
Cabe mencionar que en términos generales la (2000) analizan el cuidado social en tres
titularidad de los planes sociales en manos de las dimensiones: como empleo, como marco
mujeres responde a concepciones tradicionales de la
familia y de los modelos de género, que ubican a la normativo de obligaciones y
mujer en el lugar de madre y sostienen su responsabilidades, y como actividad con
responsabilidad ante la crianza de los/as hijos/as y ante costos, tanto emocionales como financieros.
la reproducción de la familia. A pesar de ello,
contradictoriamente, para algunas mujeres la titularidad
de algún plan que transfiere dinero por la vía de la Las mujeres analizadas muestran en sus
maternidad reporta mayor autonomía. narrativas mayores alusiones al cuidado como
de cuidados, que conlleva dificultades dificultosa concreción. En los casos en los que
metodológicas para establecer el comienzo y ellos efectivamente participan de alguna
fin de cada actividad y a la vez devela la tarea doméstica o de cuidados, estas son
particularidad de este trabajo, el cual entraña percibidas como “ayudas” o “colaboraciones”,
responsabilidad y supervisión (estar pero no como actividades cuya
pendiente de) más que performances responsabilidad debe ser compartida en
concretas. En virtud de esta intermitencia, el términos de paridad.
trabajo de cuidados insume la mayor parte de Así, las inequidades de género en el
la jornada de las mujeres y resta reparto de las tareas cotidianas de los
posibilidades de disponer de tiempo para la hogares son identificadas, y en algunos casos
realización de otras actividades, como el resistidas, pero no se perciben como
trabajo remunerado, el estudio, el construcciones de género históricamente
esparcimiento, la participación comunitaria o situadas, sino que se anclan en suertes de
el cuidado personal. En particular, las “destinos” que se deben cumplir.
mujeres entrevistadas destacan la Se han registrado algunas situaciones
incompatibilidad entre el trabajo doméstico y en las que las mujeres intentan propiciar la
de cuidados no remunerado y el trabajo participación de sus parejas o padres de sus
remunerado, siendo menos frecuentes las hijos/as en tareas ligadas a la reproducción
alusiones a las dificultades de disponer doméstica, pero mayormente se centran en
tiempo para las otras actividades reclamos en torno a sus aportes económicos,
mencionadas. reeditando el estereotipo del varón
Prácticamente no se observan proveedor. Las estrategias de negociación en
significaciones de los trabajos domésticos y pos de la democratización de las relaciones
de cuidados como un conjunto de tareas sociales inherentes a los trabajos en cuestión
valiosas para su bienestar y el de sus al interior de los hogares es un campo a
familias. Esto se vincula a lo que Saraceno explorar. Provisoriamente, no se han
(1988) conceptualizó como “estructura registrado prácticas significativas en este
sexuada de la vida cotidiana”, dando cuenta sentido.
de que socialmente se reconoce y asigna La visualización del trabajo doméstico
valoración positiva a aquello que se relacione y de cuidados como labores cuyas
con el mundo público y/o masculino, mientras condiciones de realización podrían
que se desvalorizan tareas vinculadas a la optimizarse y retribuir mayor bienestar para
domesticidad y la reproducción en tanto las mujeres no sólo es escasa sino que se
tareas feminizadas. circunscribe a mejoras en las condiciones
El escaso reconocimiento del trabajo objetivas de vida. Es decir, la posibilidad de
doméstico y de cuidados en las mujeres no padecer sobrecargas y disfrutar a partir de
investigadas se halla en clara vinculación al la realización de estos trabajos se asocia a la
esfuerzo que demandan estos trabajos en adquisición de nuevos bienes o servicios
hogares atravesados por críticas situaciones materiales (lavarropas, una vivienda más
socioeconómicas. No obstante, tampoco se amplia, etc.) y a la mejora en el nivel de
han registrado narrativas en las que se ingresos familiares a partir del aumento de
proyecte este trabajo como tarea que podría los salarios de quienes trabajan, de la
resultar más placentera en caso de inserción de nuevos integrantes de los
desarrollarse de modo más equitativo en el hogares al mercado de trabajos –incluidas las
interior de los hogares. propias mujeres en algunos casos- o de la
Si bien la mayoría de las mujeres titularización de algún subsidio o plan social.
reconoce su situación en el trabajo doméstico Las “salidas”, entonces, se plantean por las
y de cuidados como injusta en cuanto a su vías del mercado o del Estado, en tanto las
distribución, tal situación se encuentra posibilidades de democratizar el reparto de
naturalizada, no se percibe como socialmente tareas en los hogares y de socializar los
construida y modificable. La mayor cuidados aparecen opacadas.
participación de sus parejas o el padre de sus
hijos/as en los trabajos en cuestión Si lo que se espera es que las mujeres
mayormente se significa como deseable o investigadas “vivan la vida que merece ser
esperable, pero a la vez como situación de vivida” –parafraseando a J. Butler- y que sus
Bibliografía y fuentes
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