Anda di halaman 1dari 23

 Login

Amor Yaoi
Fan cs yaoi en español

Inicio Actualizaciones Autores Titulos Categorías

PROMOTED CONTENT
by
Sin rostro por Cleyn
4.
[ Reviews - 1 ]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-¿Qué pasa? -pregunté antes de volver a beber un sorbo de té, estaba


Solo mira como baja la dulce y era agradable para tragar ya que no estaba completamente
balanza día a día
caliente.

-no… no… -tartamudeó, negó rápidamente con la cabeza y sonrió-


no creí que te quitarías la máscara -se levantó para luego sentarse a
mi lado, subí mi mano por reflejo y toqué la cicatriz sobre mi ojo con
la yema de mis dedos - no sé si serás así de pálido todo el tiempo,
pero te vez muy enfermo, permiso -subió una mano dejándola sobre
17 selfies que terminaron mi frente pero la bajó inmediatamente y me quitó la taza de té, me
siendo un enorme rodeó los hombros con su brazo y me obligó a levantarme para
desastre
guiarme hacia un cuarto.

-¿qué…?

brainberries.co
-estas ardiendo en fiebre, ahora comprendo por qué hablas solo -
dijo rápidamente- vas a descansar toda la tarde y no te dejaré ir hasta
que bajes esa fiebre -me guió hasta su cama y tiró las mantas hacia
atrás, se detuvo frente a mí comenzando a desabrochar mi uniforme.

-espera… -retrocedí algunos pasos frunciendo el ceño, ya me sentía


muy incómodo sin mi mascara como para dejar que me quitara la
25 fotos atrevidas que ropa.
jamás debes tratar de
hacer tú mismo
brainberries.co

-claro, lo siento -volteó y sacó algo de su cajón dejándolo sobre la


INFORMACIÓN
cama- ponte esto, es mucho más cómodo que ese aparatoso
30658 AUTORES. uniforme, me llamas cuando estés listo ¿bien?
134090 MIEMBROS.
117452 FANFICS.
546153 CAPITULOS.
-puedo…
2901730 REVIEWS.

ULTIMOS -¿bien? -me interrumpió y se inclinó hacia mí- puedo obligarte a


FANFICS quitarte la ropa.

Mi ardiente jefe por


Linda21 No menores de
18 años -bien -gruñí y volteé hacia un lado para comenzar a desabrochar mi
Portgas D. Ace es un uniforme, él salió del cuarto y cerró la puerta tras de sí.
exitoso bombero, pero su
vida privada no anda tan
bien... Volteé sólo un momento hacia la puerta, suspiré profundamente
SIETE DAMA por antes de bajar la mirada, me quité los guantes viendo mis manos
matildarossette No desnudas, las heridas profundas en los pliegues de las manos, sabía
menores de 18 años que había algo mal en mí, pero no lograba entender qué era o por
Benjamín solo es una qué era tan diferente.
pequeña mosca atrapada
que quedara atrapada...
La Ciudad de Polvo por
Desabroché las correas de la chaqueta pero mis manos no estaba
Dedalus No menores de
respondiendo, jadeé y me incliné hacia delante apoyando las manos
16 años
en la cama. La cabeza me daba mil vueltas y el calor sofocante de mi
Qué hacer, que decir
cuerpo me impedía moverme, mis huesos parecían vibrar y mi piel
cuando uno se encuentra
ardía. Intenté incorporarme, erguí la espalda y volví a intentar
en una situación...
desabrochar la chaqueta.
7 días de sumisión (Larry
Stylinson) [EN VENTA]
por Furia_Rosita Todos
los publicos >>Mátalo
Harry es un hombre frío,
intimidante y al que nadie
de su carrera quiere... Volteé hacia un lado viéndola, ahogué un grito retrocediendo con
If not with me... por violencia, choqué con algo haciendo que algunas cosas cayeran al
noestoyebria No suelo rompiéndose al instante, Gerard no tardó en entrar, caminó
menores de 16 años rápidamente hacia mí pasando a través de ella, coloca ambas manos
  “Supe que eras especial en mis brazos moviéndome con suavidad.
desde el momento en que
te vi” TaeGi   ♥ También...

-¿Qué pasa? –Preguntó con voz fuerte, abrí la boca para decir algo,
volteé para mirarlo pero no fui capaz de decir nada -¿seis?
-no es nada –susurré  con un hilo de voz y bajé la mirada, ella volvía
porque estaba exhausto y afiebrado, ella no existía, ella no estaba
aquí, ella no podía dañarme.

-¡seis! -gritó con tanta fuerza que fue inevitable no mirarlo con
temor- oye… creo que estás alucinando -subió una mano para
ponerla sobre mi frente- ven aquí -me guio con él y me obligó a
sentarme en su cama, desabrochó la chaqueta con agilidad y me la
quitó dejándola a un lado, quitó el arnés en donde escondías mis
armas y luego mi camiseta.

Entrecerré los ojos un momento sintiendo mi cuerpo pesado, pero


Gerard me zarandeó haciendo que lo mirara inmediatamente.

-no te duermas aún -dijo muy cerca de mí- no te puedo sostener -


pasó una mano por mi brazo y me gustó la sensación. Tomé su mano
con fuerza y la subí para dejarla junto a mi mejilla mientras cerraba
los ojos- ¿seis?

-está frio -Susurré y abrí los ojos, su mano comenzaba a calentarse


por lo que la bajé hasta mi cuello para sentir esa sensación fresca.

-primero te quitaremos la ropa para que estés más fresco, luego…

-tócame -interrumpí y tiré mi cuerpo hacia atrás para quedar


recostado.

El aire se sentí pesado y me sentí sofocado, respiraba agitado y


resoplaba mientras tanteé con mi mano para buscar a Gerard.

-tócame -insistí y me sentí aliviado cuando posó sus manos en mi


cuello, abrí los ojos y miré hacia arriba, respiraba más agitado y me
dolía el pecho ¿estaba muriendo? ¿ella me estaba matando?

-estoy preocupado seis -su voz sonó cerca de mi rostro, por lo que lo
busqué con la mirada, me obligó a levantarme y me quitó la
camiseta- estas empapado en sudor…
Me estaba ahogando, la respiración se me cortaba a ratos y cada
bocado era como respirar fuego, necesitaba enfriar mi cuerpo,
deseaba tocar algo frio y él lo estaba por lo que me abracé su cuerpo
y un escalofríos recorrió mi espalda al sentir sus prendas frías sobre
mi cuerpo, gemí y me estremecí  mientras sus manos se posaban en
mi espalda.

-me… me estoy quemando -jadeé y apegué mi mejilla a la de él- …


tócame…

-no me insistes -gruñó y me empujó con fuerza dejándome


recostado, estiré los brazos hacia los lados y gemí sintiendo un
hormigueo en mi entrepierna, me quemaba e incomodaba por lo que
bajé una mano para tirar del pantalón- dame tiempo.

Lo sentí quitarme las botas y desabrochar el arnés de mis piernas,


cuando sus manos rosaron mi piel sentía desesperación por sentir
más frío.

-tócame -rogué y lo miré, nuestras miradas se cruzaron y él se


detuvo en el acto, arqueé la espalda cuando la ropa de cama comenzó
a incomodarme- no lo… no lo soporto.

-deja de hablar así -puso sus manos en mi cinturón y lo desabrochó


para luego quitarme el pantalón con algo de esfuerzo- eres
demasiado delgado -se inclinó hacia mí y me rodeó con sus brazos
para obligarme a sentarme, simplemente me dejé guiar sintiendo que
mi cuerpo se desvanecía.

-ella… ella está -resoplé y estiré mi cuello cuando me acomodó la


camiseta.

-¿Quién es ella? -preguntó y tiró de mi para levantarme pero no pude


sostenerme, las piernas no me respondieron- oye ¿seis? ¡Seis! -
Exclamó  por lo que abrí mis ojos para verlo- mírame, no quiero que
te desmayes…

-ella está tras de ti  -mi cuerpo se desvaneció pero él me tomó con
fuerza para acostarme en su cama tirando las mantas hacia atrás.
-no, no -se apresuró a decir- aquí no hay nadie, ella no está -su
mirada era de preocupación, me miró directo al rostro mientras
acomodaba mi cabello.

-ella ya no está -susurré subiendo  la mirada para buscarla.

-no, nadie te hará daño aquí porque yo te protegeré y echaré a


patadas a todo quien quiera atacarte ¿de acuerdo? Sé un niño bueno y
descansa -susurró muy bajo mientras acomodaba mi cabello hacia un
lado, sonreí sintiendo que le gustaba mi cabello- ¿de qué te ríes?

¿Me estaba riendo?

-¿tú la echaste? –pregunté y subí la mirada para verlo, sentía que


jadeaba y el calor ya no lo soportaba, sabía que estaba hablando
incoherencias pero no podía evitarlo.

-sí, no quiero que te molesten -dijo Gerard y quitó la mano de mi


cabeza- voy por algo para bajar esa fiebre -forzó una sonrisa antes
de voltear, pero lo tomé del brazo para impedir que saliera.

-si te vas ella volverá y me asustará…

-¿Quién es ella? -preguntó y entornó los ojos para verme.

-mamá –entrecerré los ojos y estiré un poco el cuello al sentirme


sofocado- no le gusta que hable con nadie, aún está enfadada por
haberle disparado en el rostro -jadeé y resoplé, acomodé la cabeza
hacia un lado.

-¿ella te ha hecho daño? -lo escuché tan lejano que apenas entendí
su pregunta.

-ella llama a las sombras… -abrí un poco más la boca para respirar
con fuerza –ella quiere que… ella quiere que todo esté limpio y
ordenado… ella me matará si no te mato…
-…bien…

Todo se volvió borroso y el calor me sofocó al punto de impedirme


respirar, me molestaba la ropa y deseaba quitármelo todo, estiré mi
cuerpo y gemí mientras apretaba los dientes, pero sentí algo frio en
mi frente y cuello, algo me refrescó por lo que intenté descansar.

-sigues afiebrado -susurró mientras pasaba la yema de sus dedos


por mi rostro, quitó rápidamente su mano y sentí un pequeño ruido,
su dedo tocó mis labios y sentí un poco de líquido correr por estos
por lo que abrí los ojos para verlo- tienes los labios secos.

-tengo sed –susurré muy bajo por lo que él sonrió.

-¿sigues alucinando? Has hablado cosas extrañas todo el día, ya me


estoy asustando -tomó el vado de agua y lo acercó, untó su dedo y lo
acercó a mis labios, esta vez abrí la boca e incliné mi cabeza para
tomar el dedo entre mis labios y beber el agua, jadeé y volví a
recostar la cabeza cerrando un poco los ojos- quien hubiera
imaginado que mi maestro sería tan sexy -susurró muy bajo y rió,
pasó un brazo tras mi espalda y me obligo a levantar el cuerpo para
darme de beber un poco de agua- deberías ser así todo el tiempo.

Bebí con ansias sintiendo como el agua refrescaba mi garganta,


tragué y subí mis manos para inclinar más el vaso pero terminé por
atorarme por el líquido y tosí con fuerza derramando un poco de
agua.

-no te apures -levantó la voz y dejó el vaso sobre el velador para


luego golpear suavemente mi espalda, me atrajo a su cuerpo y limpió
mi rostro y mi pecho- ¿todo bien?

No respondí, cerré los ojos y me apoyé en él, el cuerpo nuevamente


me ardía y me sofocaba, él acomodó algo frio en mi cuello.

-¿Seis? -preguntó pero no tuve ánimos de responder, sólo quise


descansar por lo que apenas abrí la boca para respirar mejor- ¿Seis?
¿Estás despierto?
Sentí miedo de hablar, su corazón latía con violencia y lo sentí
acogedor. Dejé caer mi mano y respiré profundo sintiendo una de sus
manos rozar mi rostro y acomodarlo, sentí su respiración cerca de mi
rostro, su mano nuevamente me acomodó. Abrí los ojos y lo vi tan
cerca de mí que casi podía sentir sus labios pegados a los míos, su
rostro se sonrojó de golpe y sus ojos no paraban de verme.

-mememe… yo… -me recostó cuidadosamente y se levantó


apoyando una mano en su frente mientras volteaba un momento
hacia la salida del cuarto- ¿sabes… sabes quién soy?

Lo miré en silencio sin ser consciente de lo que hacía, cerré los ojos
con fuerza para luego abrirlos y mirar a mi alrededor en busca de
agua.

-¿seis? ¿Me escuchas?

-no papá, no ahora, no quiero… ellos dicen que está mal -subí la
mirada nuevamente en busca de ella- quiero huevos -cerré los ojos y
volteé para poder descansar, no quería que me tocara.

-seis…

-si… si lo haces no podré… mañana debo ir y… no podré caminar…


por favor -abrí los labios dejando salir un sollozo- si eres rudo me
dolerá…

Sentí que mi cuerpo volvía a arden, las incoherencias se hacían


presentes pero no sabía cuál de todas era la realidad.

Miré a mi padre y vi su cuerpo musculoso sobre el mío tomándome


de los hombros.

-vamos a hacerlo ahora, abre las piernas -ordenó con esa voz que me
aterraba.
-no por favor, me duele -levanté los brazos para empujarlo pero su
tamaño era superior al mío, yo era sólo un niño, un pequeño que no
podía defenderse- ¡mamá! Ayúdame ¡Ayúdame!

Temí ser tocado, temí ser dañado y no quería sufrir. Lanceé golpes y
patadas para alejarlo pero tomó mis manos y tiró de mí.

-¡no quiero! Déjame ¡mamá ayuda! –grité con tanta fuerza que mi
garganta dolió, él me arrastró con él y sabía que era hora de ceder,
no quería ir a ese cuarto.

Intenté trepar por él y buscar su boca para besarlo y dejar que hiciera
lo que quisiera pero él siguió arrastrándome.

-no papá… por favor no, no me toques…

Todo mi cuerpo se estremeció al sentir un frio que caló mis huesos,


frente a mi Gerard mojaba mi cuerpo con la ducha, yo estaba sentado
en el suelo del baño, miré a mí alrededor y respiré profundo.

-¡Seis! -Exclamó y golpeó mi mejilla suavemente por lo que volteé a


verlo- dime quien soy, por favor -me miró con expresión asustada y
mojó nuevamente mi cuerpo.

-Gerard -dije y tragué saliva con algo de esfuerzo ya que mi voz sonó
ronca.

Lo vi suspirar aliviado y se dejó caer sentado frente a mí, tiró un poco


más de agua haciéndome cerrar los ojos.

-me asustaste…

>>creí… eres… seis… se…

El sonido sonó lejano y no pude sostenerme despierto.


-¡Seis! -gritó Gerard frente a mí y tomó mi rostro con una mano
apretándolo con fuerza, parecía enojado y asustado por lo que
intenté mirarlo para esperar alguna orden- no sé qué hacer, ayúdame
por favor.

-no lo dejes entrar -dije con voz clara y firme, miré hacia la puerta y
lo vi parado viéndome.

-sigues alucinando -subió una mano hacia mi rostro para tocar mi


frente, siguió mojando mi cuerpo y detuvo el agua sobre mi cuello.

-está entrando -encogí las piernas y lo vi entrar, se quitaba el


cinturón y bajaba el cierre de su pantalón mientras relamía sus
labios- no…

-seis…

-las abriré pero no me pegues –puse mi mano en mi ropa interior


para comenzar a bajarla, él sonrió y se inclinó hacia mí, sus labios
carnosos rosaron los míos por lo que cerré los ojos.

-seis... se…

Bajé mi prenda suavemente para no enojarlo, él seguía frente a mí


por lo que abrí los ojos y gemí al ver el agujero en su frente.

-¡Seis!

Un fuerte golpe en mi mejilla me hizo despertar, parpadeé un par de


veces y subí una mano hacia mi mejilla para luego mirar al frente en
donde Gerard me miraba fijamente.

-me pegaste -dije muy bajo y lo vi suspirar, se inclinó hacia mí y me


abrazó con fuerza.
-ya no sé cómo ayudarte, en verdad no sé.

Su cuerpo estaba caliente por lo que intenté alejarlo, el


inmediatamente tomo el agua y volvió a mojarme.

-¿seis? -llamó y lo miré al instante- ¿sabes dónde estás? ¿Sabes quién


soy? ¿Hay alguien más aquí?

Levanté la mirada para buscar a alguien pero no había nadie más que
él y yo.

-¿tu casa? -bajé un poco la mirada para verlo, él sonrió y asintió-


tengo calor -no pude responder más, tiré la cabeza hacia atrás y
resoplé mientras bajaba mi mano para quitarme la ropa interior.

-oye no –se apresuró tomar mi muñeca para separarla de mi cuerpo.

-tengo calor…

-una prenda no hará la diferencia -su voz sonó preocupada por lo


que intenté verlo, me incliné hacia delante jadeando y resoplando.

-tengo calor… me duele –me quejé y volví a tirarme hacia atrás


viendo a mi alrededor.

Él gruñó y rodeó mi cuerpo con sus brazos para levantarme un poco y


así quitarme la prenda, al volver a sentarme me quitó la camiseta y
tiró más agua la cual estaba muy frio por lo que me encogí pero me
sentí mejor.

-¿Qué hubiera pasado si alguien más te ve? Mírate en el estado en el


que estás, comenzarás a cuidarte más ¿Qué hubieras echo si yo no
estuviera? -me miró y acomodó el agua fría en mi cuello- ¿seis?

-te escucho -respondí y estiré mi cuello para sentir el frio en mi


cuerpo.
-es sólo agua fría así que es muy probable que te resfríes, pero
debemos bajar esa fiebre.

Comencé a ser consciente de lo que estaba pasando, mi cuerpo se


enfriaba mientras Gerard mojaba cuidadosamente mi cabello, cuello y
pecho. Lo miré con atención y poco a poco sentí vergüenza, bajé la
mirada viendo mi cuerpo totalmente desnudo por lo que encogí las
piernas para intentar cubrirme.

-¿sabes quién so…?

-deja de preguntarme eso -interrumpí y puse mis manos en mi


entrepiernas mientras desviaba la mirada hacia un lado, lo escuché
reír y posó una mano en mi cuello.

-bajó muy rápido -subió un poco su mano para tocar mi frente- ¿te
sientes mejor?

-no -resoplé y cerré los ojos disfrutando el agua fría, pero un fuerte
escalofríos me hizo temblar y no pude detenerme.

-maldición –dijo entre dientes y apagó el agua para luego cargarme.

Despertaba a ratos sintiendo sus dedos en mi boca, me sentaba en la


cama y me obligaba a beber líquido y tragar algo amargo que supuse
era una píldora, luego me recostaba y volvía a dormir, su voz a ratos
sonaba lejana, luego era un susurro en mi oído y otras tan clara que
sentí que despertaría en cualquier momento.

Abrí los ojos viendo que todo estaba muy obscuro, miré hacia un lado
viendo a Gerard dormitando en una silla junto a la cama, subí una
mano para tocar mi frente ya que me dolía un poco la cabeza, me
senté de golpe al no sentir mi mascara, sentí un vacío en el estómago
como si mis tripas se estrujaran, mi cuerpo estaba completamente
desnudo y sólo era cubierto con unos paños fríos en mi abdomen.
-despertaste…

-¡no me mires! –grité y cubrí mi rostro con ambas manos, no tenía


idea de lo que hacía en este lugar durmiendo en una cama que no era
la mía y dejando ver mi rostro a alguien que apenas conocía.

-oh perdona… yo… voy por tu mascara, lo siento -lo escuché decir y
salió de la habitación, al volver dejó algo sobre mis piernas- voy a
voltear así que descuida…

-¿ya viste mi rostro? -pregunté aún más angustiado.

-si digo que no te estaría mintiendo, te he estado cambiando las


compresas todo el día, pero no es como si fuera a decirle a alguien
que te vi y me sorprende que preguntes por tu rostro y no por tu otra
parte del cuerpo.

-quiero irme a mi cuarto -quité las manos de mi rostro y bajé las


piernas de mi cama para poder salir de ahí, pero Gerard volteó hacia
mí colocando sus manos sobre mi pecho para obligarme a acostarme.

-lo siento pero no te dejaré ir, puedes enfadarte todo lo que quieras
pero no iras a ninguna parte, aún no baja tu fiebre y nuestro superior
me dejó a cargo, si te pasa algo me cortará las manos y no estoy
dispuesto a perder mis manos ¿está claro?

-no quiero estar aquí -coloqué ambas manos sobre mi cabeza, sentir
el contacto de su mano contra mi pecho desnudo me llenaba de
repulsión, todo olía a él, todo me daba repulsión, quería llorar, gritar
y salir corriendo de ese sitio.

-yo tampoco quería estar aquí -dijo y se sentó a un lado dándome la


espalda, quité las manos de mi cabeza para poder verlo sin entender
que decía- cuando llegué aquí todo era nuevo, no estaba con mi
familia y todo se veía tan frio, me daba miedo estar solo y quería un
amigo o alguien con quien hablar ¿lo imaginas? Estaba solo en un
lugar que no conocía.
-no es lo mismo…

-claro que no, yo no tenía a nadie a mi lado, fui traído aquí con otros
tipos que tampoco conocía, me dejaron en este cuarto y me dijeron
que debía acostumbrarme si o si -volteó y me miró sonriéndome con
amabilidad -no sé nada de tu vida, de tu pasado o el futuro, pero sé
que ninguno de los dos quiere seguir aquí.

-eres raro -fruncí el ceño y bajé la mirada un momento para poder


ver mi mascara.

-tú eres raro -dijo, por lo que sonreí de medio lado- es


impresionante, siempre creí que sería distinto.

-¿distinto?

-no lo sé, quizás tendrías un tercer ojo o dos narices, me alegro que
seas normal -subió su mano empujando mi frente con su dedo
índice.

Subí una mano tocando mi frente, suspiré profundamente antes de


volver a recostarme, si lo pensaba sólo un momento, estar en este
lugar no era tan malo, hace años no estaba tan cómodo, nunca nadie
me había cuidado, además el lugar se veía muy limpio y olía bien.

-tuve que quitarte todo lo que llevabas ya que empataste tu ropa en


sudor, muchas veces y tuve que bañarte ya que… hablabas muchas
incoherencias, te puse otras ropa y también las empapaste, hace poco
logré bajar tu fiebre por completo -pasó una mano por mi rostro para
tomar mi temperatura y sorprendentemente no sentí asco.

-tengo calor -me encogí de hombros y lo vi sonreír.

-aun estás algo afiebrado, traeré algo para que comas –se levantó de
la cama y tomó un paño que estaba junto a la almohada antes de
retirarse.
Subí las mantas hasta cubrir mis hombros, me acurruqué y cerré los
ojos sintiendo lo cálido de la cama, encogí mi cuerpo y sonreí
sintiendo que el sueño me vencía.

-no te duermas, te traje algo para que comas…

Abrí los ojos viendo que Gerard entraba con una bandeja en sus
manos, por lo que me senté y acomodé, él dejó la bandeja en mis
piernas antes de acomodar un paño frio en mi frente, me empujó
suavemente hacia atrás para que pudiera quedar algo recostado.

-oye es bastante divertido tener invitados –Gerard se sentó en la silla


junto a la cama viéndome atentamente –come, no está envenenado ni
nada de eso.

-gracias -bajé la mirada para ver la comida, había un tazón con caldo
y un gran vaso con jugo, probé el caldo y me impresioné lo sabroso
que estaba, yo apenas sabía cocinar, era muy bueno cazando y
despresando los animales, pero cocinar era muy distinto- está bueno.

-claro que está bueno, lo hice yo.

-eres buen cocinero -sonreí y comí un poco más, pero me detuve al


ver que Gerard me miraba atentamente- ¿qué?

-nunca creí que mi maestro pudiera sonreír –se inclinó hacia mí y


acomodó mi cabello- debes mejorarte pronto, aun tienes mucho que
enseñarme.

-gracias por todo –bajé la cabeza y seguí comiendo con bastante


ansias, llevaba días sin comer bien o dormir bien, por lo que acabé de
comer muy rápido, luego de eso me recosté y Gerard me puso una
compresa fría en mi frente, cerré los ojos y me acomodé. Sentí la
mano de Gerard tocar mi rostro, probablemente para revisar mi
temperatura, no quise molestarlo ni incomodarlo por lo que fingí
dormir, luego salió retrocedió y volvió a sentarse en el puesto en el
que estaba.

 
Desperté y la luz iluminaba el cuarto, miré a mí alrededor viendo el
cuarto vacío, subí una mano para tomar mi rostro el cual se sentía
mucho más fresco, no me dolía la cabeza y me sentía bastante bien
por lo que me senté viendo a mi alrededor, mi mascara estaba en el
velador a un lado de la cama junto a mis guantes, mi ropa estaba en
la silla junto a la cama y mis botas en el suelo muy limpias y
lustradas, había una muda de ropa sobre la cama, una camiseta y un
pantalón de buzo.

Me levanté y vestí sintiendo el suave olor cítrico en la ropa, por lo que


tomé la camiseta y la subí un poco hacia mi rostro para oler
disfrutando la sensación. Salí del cuarto viendo a Gerard recostado en
el sofá cubierto con una manta, el pequeño zorro estaba durmiendo
en su pecho pero al verme bajó al suelo inmediatamente y corrió
hacia una caja escondiéndose dentro, Gerard abrió los ojos y me miró
sonriendo ampliamente.

-hola ¿Qué hora es? -Se sentó rápidamente en el sofá y miró su


muñeca antes de pasar una mano por su rostro- son las siete ya
¿quieres comer algo?

Bajé la mirada sintiéndome muy incómodo, ocupaba la ropa y la cama


de él haciendo que durmiera en el sofá. No sabía si habían pasado
unas horas o unos días ¿Qué debía hacer ahora? No quería escapar y
salir sin decir nada, pero tampoco tenía nada que decir.

-¿te sientes mal? -se levantó y caminó hacia mí colocando una mano
en mi brazo acariciándolo con ternura   mientras su otra mano la
posaba en mi frente- te ves mucho mejor y ya no tienes fiebre -quitó
su mano de la frente y se inclinó un poco hacia mí.

-gracias -dije y subí la mirada- gracias por todo, soy muy severo
contigo pero me has demostrado que eres buena persona, lamento
ser tan rudo.

-eres mi maestro, está bien que seas rudo -quitó la mano de mi


brazo y caminó hacia la cocina llenando una tetera con agua- ¿comes
algo en especial?

-no…
-llamé ayer a nuestro superior y le dije que seguías con mucha fiebre,
dijo que te tomaras el día y debía cuidarte hasta que estés mejor,
pero mañana no podemos faltar aunque estés muriendo, pero te ves
mucho mejor -comenzó a sacar algunos sartenes y artículos de
cocina.

-aún es tiempo…

-no vas a ir a ninguna parte, hoy te bañarás y descansarás en el día


para recobrar fuerzas, vas a comer bien -me interrumpió y estrelló
unos huevos en el sartén- ¿te gustan los huevos?

-supongo –caminé hacia él viendo que usaba un pantalón de buzo


igual al que usaba yo y una camiseta entallada de color gris, y estaba
usando la misma ropa y me quedaba unas dos tallas más grandes, lo
que me avergonzaba. Era extraño ver su cabello, siempre usaba esa
sudadera negra que cubría casi toda la parte superior de su cuerpo,
ahora podía ver su cuerpo tonificado y fuerte, me avergoncé aún más
de lo que estaba pensando y bajé  la mirada.

-¿té o café?

-lo que sea…

-no tengo de eso, pero puedo ofrecerte té -rió antes de voltear a


verme –si no te gustan los huevos puedo ofrecerte otra cosa, si no
quieres té puedo darte café, no hay problemas en que pidas, de
verdad.

-cualquier cosa está bien, no acostumbro a comer mucho…

-y es por eso que eres tan delgado, estás extremadamente flaco, no


me costó nada cargarte y casi pude ver una cintura de niña, no te
alimentas bien, nunca te he visto comer en el trabajo, sales muy
temprano de casa y vuelves muy tarde -apagó la cocina y sacó
algunas cosas para llevándolas hacia el living dejándolas sobre la
mesa de centro, yo tomé dos tazas bacías y las lleve a la mesa de
centro pero Gerard me las quitó y me obligó a sentarme- eres mi
invitado, déjame hacerlo yo.

-ya me siento mejor, de verdad puedo ayudar…

-¿Qué va a querer comer Maestro? -Preguntó y tomó postura-


¿tostadas o pan fresco? Puedo presumir que hago un té esplendido
con una receta especial ¿un café negro y amargo?

-té y pan -sonreí y bajé la mirada para ver mis manos, sentí la
necesidad de lavarlas por lo que me levanté- ¿baño?

-la puerta que no es mi cuarto –dijo indicando una puerta junto al


cuarto, asentí rápidamente y fui al baño cerrando la puerta tras de mí,
bajé un poco el pantalón para orinar ya que comenzaba a dolerme la
vejiga por aguantarme, miré un poco el lugar, todo parecía estar en
su lugar, Gerard era alguien muy ordenado y limpio, todo olía bien,
un poco cítrico. Acomodé mi pantalón y tiré la cadena antes de abrir
la llave del agua, lavé mis manos lo mejor que pude, limpié bajo mis
uñas y pasé energéticamente mis dedos por las pequeñas heridas en
los pliegues de mis manos, me incliné hacia delante y lavé mi rostro
sintiendo alivio al sentir el agua fría refrescarme.

Salí del baño cuando me sentí listo, Gerard ya estaba comiendo


sentando en el sofá, me miró e hizo un gesto para que lo
acompañara.

-te va a encantar mi té, lo sé –dijo y tomó su taza para beber un


sorbo.

Fui hacia él y me senté a su lado viendo un plato con dos huevos


fritos, un trozo de pan y una taza de té ¿Cuántos años llevaba sin
comer algo así? ¿Cuántos años llevaba sin comparten algo con
alguien?

-¿no tienes hambre? -preguntó y volteó hacia mí para verme.

-no, está bien -tomé la taza y probé el té sintiendo el suave y dulce


sabor -¿canela y naranja?
-sí, además de un toque de algo secreto y especial, no te lo diré -dijo
y metió un poco de pan a su boca.

-manzana -dije y bebí otro sorbo, volteé la mirada para ver a Gerard
quien me miró detenidamente, su expresión de curiosidad llamó mi
atención, sonrió ampliamente y subió su mano para acomodar mi
cabello.

-¿Cómo lo sabes?

-sabe a té, canela, naranja y manzana, sé que si intento hacerlo no


podría a pesar de saber lo que tiene, tiene las medidas justas de
asido y dulce, es muy bueno –dejé la tasa sobre la mesa y comí un
poco de pan.

-¿puedo preguntar cómo te hiciste esas cicatrices? -preguntó con voz


seca, inconscientemente subí mi mano para tocar mi rostro.

-fue un trabajo mal hecho, me distraje y fui atacado, mi enemigo


cortó mi rostro y mis brazos, intentaba apuñalarme pero fui rápido y
le disparé en el rostro… en su ojo derecho -bebí un poco de té al
sentir que se hacía un nudo en mi garganta, volteé para verlo viendo
su expresión de horror.

-¿fue ella? -dijo con algo de preocupación ¿ella? ¿Sabía de ella? –a…
ayer dijiste muchas cosas sin sentido, creí que alucinabas por la
fiebre pero, dijiste que ella… que ella era tu mamá, que estaba
enfadada por haberle disparado en el rostro, perdió su ojo y murió…

-yo… -bajé la mirada viendo la taza de té ¿yo había dicho eso? No


recordaba nada, no sabía qué más había dicho y sentí miedo de ello.

-¿mataste…?

-creo que ya es tarde y debo volver a mi cuarto -me levanté de golpe


pero él sostuvo mi mano con fuerza.
-no te estoy juzgando a ti ni a tu familia -se levantó deteniéndose a
mi lado- he escuchado rumores muy fuertes sobre ti pero no los he
querido escuchar, he hecho oídos sordos ante lo que han dicho,
incluso el día en que no me querían entregar a tu cuidado –se inclinó
hacia mí y me rodeó con sus brazos- no importa lo que digan, eres tú
el dueño de tu vida, el resto puede decir lo que quiera.

-quiero irme a casa -susurré sintiendo su mano acariciar mi cabeza.

-no te dejaré solo mientras ella te atormente, no dejaré que vuelva a


asustarte, en verdad no voy a permitir que vuelvas a tener esa
expresión de terror nunca más -susurró cerca de mi oído, se separó
un poco y colocó sus manos en mis brazos para mirarme directo a los
ojos, me miraba con serenidad y ternura, algo que no acostumbraba a
ver- ¿está claro?

-puedo cuidarme solo.

-y yo también puedo cuidarme solo, pero es más fácil cuando


podemos apoyarnos en alguien cuando tenemos miedo o no
queremos estar solos -subió sus manos colocándolas en mi rostro
pasando un dedo por la cicatriz de mi mejilla- no tienes que huir.

-ya me siento demasiado incomodo sin mi mascara y con tu ropa -


bajé la mirada sintiendo que mi cabello cubría un poco mi rostro.

-¿te molesta que te toque? -pregunto entre risas, se inclinó un poco


para poder ver mis ojos, sonrió y se acercó un poco más- si no me lo
dices no dejaré de hacerlo.

-me molesta que me toques -gruñí y levanté un brazo para alejar los
suyos, me senté en el sofá y bebí un poco de té, acomodé mi cabello
hacia un lado con algo de torpeza y mordí algo de pan.

-otra pregunta y si no quieres contestarla está bien -se sentó a mi


lado y bebió un poco de té mientras yo volteaba a verlo- ¿por qué no
te quitas la máscara?
-no la llevo.

-si pero antes o con el resto -dijo y frunció el ceño, sonreí y volteé al
frente bebiendo un poco más de té.

-siempre se me fue inculcado que el rostro era algo casi sagrado que
sólo podía ser visto por nuestra familia.

-eso era hace años, la ley ha cambiado y ahora podemos mostrar


nuestro rostro en nuestro día fuera del trabajo ¿lo sabes no es así?

-sí, pero… ¿a quién puedo mostrarle un rostro que nadie quiere ver?
-mordí un poco de pan y bebí té.

-¿por qué dices eso?

-no le agrado a la gran mayoría, soy extraño para ellos, no quiero


mostrarle un rostro lamentable, quiero que me vean siempre fuerte y
mostrarle mi rostro a alguien es… raro.

-ahora tienes a alguien que quiere ver tu rostro -subió su mano y


acarició mi cabeza.

-deja de tocarme -levanté un brazo para alejarlo de mí, lo miré y


fruncí el ceño antes de volver a comer.

PROMOTED CONTENT by
Solo mira como baja la balanza día a día

White Boots - A Trend To Try This Autumn

lifestyleasia.com
lifestyleasia.com

The Tallest Skyscrapers To Be Build Around The World By


ANTERIOR
2021!
Opciones

SIGUIENTE

Nombre:
Review:

Ruta: p
Usar el editor tinyMCE
Introduzca el código de seguridad que aparece
debajo:
Enviar

Todos los fanfics que se encuentran Registrase | Login |


en esta web son de temática yaoi, Contraseña Perdida
slash o yuri. Si alguien no sabe que Terminos del servicio | Normas
significa, decir que se trata de de publicación | Política de
historias de temática homosexual. Si privacidad | Ayuda
este tipo de fanfics no son de tu Contactar
agrado, por favor, sal de la web, ya
has sido suficientemente advertido.
Debido a los e-mails que he recibí
pidiendo poder publicar fanfics de
temática heterosexual, decidí crear
una nueva web Fan c Es para ello.

LA WEB NO SE HACE RESPONSABLE DEL CONTENIDO DE LOS FANFICS. COPYRIGHT AMOR-YAOI.CO


COPYRIGHT © 2018 AMOR YAOI . TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
claro

Anda mungkin juga menyukai