A nosotros nos viene bien preguntarnos:
• ¿Qué gestos de misericordia nos ayudarían para prolongar
en nuestros ambientes la misión misericordiosa de Jesús?
• ¿Te has dejado amar por Dios, o has rehuido a su perdón?.
• ¿Has experimentado el amor de Dios? Y si lo has
experimentado ¿en qué medida ha cambiado tu vida?.
• ¿Eres portador de la Buena Noticia de la Misericordia para los
que están cerca de ti? ¿Los tratas con misericordia o los juzgas
y condenas?.
• ¿Esperas que el jubileo de la Misericordia ayude en tu vida
cristiana?