La debida diligencia consiste en desarrollar las acciones que sean necesarias para conocer
adecuadamente a los clientes, reforzando el conocimiento de aquellos que por su actividad o
condición sean sensibles al lavado de activos o al financiamiento del terrorismo y, en general,
cumplir con todas y cada una de las obligaciones establecidas en la Ley anti lavado, en el
Manual para la Prevención, en el Código de Conducta y en las disposiciones emitidas por el
sujeto obligado en materia de prevención del lavado de activos y del financiamiento del
terrorismo, de la manera más eficiente y diligente posible.
Los procedimientos deben incluir una debida diligencia reforzada para clientes de alto riesgo,
así como otra continua aplicada a los clientes actuales. Los criterios de debida diligenciase se
establecerán en función del riesgo asociado a cada grupo de clientes. Estos procedimientos
aportan el marco de referencia para cumplir con las obligaciones que marca la ley para informar
de las operaciones sospechosas.
La debida diligencia está relacionada con el cumplimiento de las normas sobre conocimiento
del cliente y las demás disposiciones sobre prevención del lavado de activos y del
financiamiento del terrorismo.
Las medidas de debida diligencia respecto del cliente deberán adoptarse cuando (Fuente: Las
Cuarenta Recomendaciones, Recomendación V, del GAFI):
a) Se inicien relaciones comerciales.
b) Se realicen operaciones ocasionales por encima del umbral designado aplicables.
c) Exista sospecha de lavado de activos o de financiamiento del terrorismo.
d) Se tenga dudas sobre la veracidad de o congruencia de la información de identificación del
cliente obtenida anteriormente.
Las medidas que pueden adoptarse en el contexto del procedimiento de debida diligencia
sobre el cliente, son los siguientes:
a) Identificar al cliente y verificar su identidad empleando documentos, datos e información de
una fuente independiente y confiable.
b) Identificar al beneficiario final, y tomar medidas razonables para verificar su identidad de
modo que no haya duda para la institución que lo identifica. En el caso de las personas jurídicas
y otras estructuras jurídicas, las instituciones deberían, además, tomar medidas razonables
para conocer la estructura de propiedad y control del cliente.
c) Obtener información sobre el propósito y la naturaleza de la relación comercial.
d) Llevar a cabo un proceso continuo de debida diligencia respecto de la relación comercial,
así como un examen detallado de las operaciones realizadas durante el curso de la relación,
con el fin de asegurar que las operaciones que se están haciendo son compatibles con lo que
la institución sabe del cliente, sus negocios y su perfil de riesgo, incluso el origen de los fondos,
en caso necesario (Fuente: Las Cuarenta Recomendaciones, Recomendación V, del GAFI).
b) Los sujetos obligados recabarán información de los clientes para determinar si éstos actúan
por cuenta propia o de terceros. Cuando existan indicios o certeza de que los clientes no actúan
por cuenta propia, los sujetos obligados recabarán la información precisa a fin de conocer la
identidad de las personas por cuenta de las cuales actúan aquéllos.
En todo caso los sujetos obligados aplicarán las medidas de diligencia debida cuando
concurran indicios de blanqueo de capitales o de financiación del terrorismo, con
independencia de cualquier excepción, exención o umbral, o cuando existan dudas sobre la
veracidad o adecuación de los datos obtenidos con anterioridad.
b) De preferencia, los sujetos obligados no sólo aplicarán las medidas de diligencia debida a
todos los nuevos clientes sino también a los clientes existentes, en función de un análisis del
riesgo.
En todo caso, los sujetos obligados aplicarán a los clientes existentes las medidas de diligencia
debida cuando se proceda a la contratación de nuevos productos o cuando se produzca una
operación significativa por su volumen o complejidad.
d) Los sujetos obligados aplicarán las medidas de diligencia debida a los fideicomisos
(«trusts») u otros instrumentos jurídicos o masas patrimoniales que, no obstante carecer de
personalidad jurídica, puedan actuar en el tráfico económico.
5. Banca corresponsal.
a) Reunir sobre el banco corresponsal información suficiente para comprender la naturaleza
de sus actividades y determinar, a partir de información de dominio público, su reputación y la
calidad de su supervisión.
b) Evaluar los controles contra el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo de que
disponga el banco corresponsal.
c) Obtener autorización del inmediato nivel directivo, como mínimo, antes de establecer nuevas
relaciones con un banco corresponsal.
Cada cliente representa un determinado nivel de riesgo que deberá ser mitigado mediante la
aplicación de medidas de control orientadas a reducir la exposición al riesgo del negocio por
la materialización del riesgo del cliente. Estas medidas de control o medidas de mitigación de
riesgos no deben ser uniformes para todos los clientes, sino deben estar en función al riesgo
que representa cada cliente según el perfil asignado.
Si el cliente representa mayor riesgo, las medidas de control deberán ser mayores, no
necesariamente en cuanto a su número sino en cuanto a la medida en sí misma.