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Plantas Termoeléctricas

Una planta termoeléctrica o planta térmica es una instalación empleada para la generación de
energía eléctrica a partir de la energía liberada en forma de calor, normalmente mediante la
combustión de combustibles fósiles. Este calor es empleado por un ciclo termodinámico
convencional para mover un alternador y producir energía eléctrica.

Algunas centrales termoeléctricas contribuyen al efecto invernadero emitiendo dióxido de


carbono. No es el caso de las centrales de energía solar térmica que, al no quemar ningún
combustible, no lo hacen. También hay que considerar que la masa de este gas emitida por unidad
de energía producida no es la misma en todos los casos: el carbón se compone de carbono e
impurezas. Casi todo el carbono que se quema se convierte en dióxido de carbono -también puede
convertirse en monóxido de carbono si la combustión es pobre en oxígeno-. En el caso del gas
natural, por cada átomo de carbono hay cuatro de hidrógeno que también producen energía al
convertirse en agua, por lo que contaminan menos por cada unidad de energía que producen y la
emisión de gases perjudiciales procedentes de la combustión de impurezas -como los óxidos de
azufre- es mucho menor.

Cuando el calor se obtiene mediante la fisión controlada de núcleos de uranio la central se llama
central nuclear. Este tipo de central no contribuye al efecto invernadero, pero tiene el problema
de los residuos radioactivos que han de ser guardados durante miles de años y la posibilidad de
accidentes graves.

Tipos de plantas termoeléctricas

Carbón

Nucleares

Geotérmicas

Ciclo combinado

Combustoleo

El calor residual de una turbina de gas puede usarse para producir vapor y a su vez producir
electricidad en lo que se conoce como un ciclo combinado lo cual mejora la eficiencia. Las
centrales termoeléctricas no nucleares, particularmente las de combustibles fósiles se conocen
también como centrales térmicas o centrales termoeléctricas convencionales.
Plantas termoeléctricas convencionales

Se llaman centrales clásicas o de ciclo convencional a aquellas centrales térmicas que emplean la
combustión del carbón, petróleo (aceite) o gas natural para generar la energía eléctrica. Son
consideradas las centrales más económicas y rentables, por lo que su utilización está muy
extendida en el mundo económicamente avanzado y en el mundo en vías de desarrollo, a pesar de
que estén siendo criticadas debido a su elevado impacto medioambiental.

Plantas termoeléctricas de ciclo combinado

En la actualidad se están construyendo numerosas centrales termoeléctricas de las denominadas


de ciclo combinado, que son un tipo de central que utiliza gas natural, gasóleo o incluso carbón
preparado como combustible para alimentar una turbina de gas. Luego los gases de escape de la
turbina de gas todavía tienen una elevada temperatura, se utilizan para producir vapor que mueve
una segunda turbina, esta vez de vapor. Cada una de estas turbinas está acoplada a su
correspondiente alternador para generar energía eléctrica.

Normalmente durante el proceso de partida de estas centrales solo funciona la turbina de gas; a
este modo de operación se lo llama ciclo abierto. Si bien la mayoría de las centrales de este tipo
pueden intercambiar el combustible (entre gas y diésel) incluso en funcionamiento.

Como la diferencia de temperatura que se produce entre la combustión y los gases de escape es
más alta que en el caso de una turbina de gas o una de vapor, se consiguen rendimientos muy
superiores, del orden del 55%.

Impacto ambiental

La emisión de residuos a la atmósfera y los propios procesos de combustión que se producen en


las centrales térmicas tienen una incidencia importante sobre el medio ambiente. Para tratar de
paliar, en la medida de lo posible, los daños que estas plantas provocan en el entorno natural, se
incorporan a las instalaciones diversos elementos y sistemas.

El problema de la contaminación es máximo en el caso de las centrales termoeléctricas


convencionales que utilizan como combustible carbón. Además, la combustión del carbón tiene
como consecuencia la emisión de partículas y ácidos de azufre que contaminan en gran medida la
atmósfera. En las de fueloil los niveles de emisión de estos contaminantes son menores, aunque
ha de tenerse en cuenta la emisión de óxidos de azufre y hollines ácidos, prácticamente nulos en
las plantas de gas.

En todo caso, en mayor o menor medida todas ellas emiten a la atmósfera dióxido de carbono,
CO2. Según el combustible, y suponiendo un rendimiento del 40% sobre la energía primaria
consumida, una central térmica emite aproximadamente:

Combustible Emisión de CO2 kg/kW

Gas natural 0.44

Fuelóleo 0.71

Biomasa (leña, madera) 0.82

Carbón 1.45

Las centrales de gas natural pueden funcionar con el llamado ciclo combinado, que permite
rendimientos mayores (de hasta un poco más del 50%), lo que todavía haría las centrales que
funcionan con este combustible menos contaminantes.

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