Una planta termoeléctrica o planta térmica es una instalación empleada para la generación de
energía eléctrica a partir de la energía liberada en forma de calor, normalmente mediante la
combustión de combustibles fósiles. Este calor es empleado por un ciclo termodinámico
convencional para mover un alternador y producir energía eléctrica.
Cuando el calor se obtiene mediante la fisión controlada de núcleos de uranio la central se llama
central nuclear. Este tipo de central no contribuye al efecto invernadero, pero tiene el problema
de los residuos radioactivos que han de ser guardados durante miles de años y la posibilidad de
accidentes graves.
Carbón
Nucleares
Geotérmicas
Ciclo combinado
Combustoleo
El calor residual de una turbina de gas puede usarse para producir vapor y a su vez producir
electricidad en lo que se conoce como un ciclo combinado lo cual mejora la eficiencia. Las
centrales termoeléctricas no nucleares, particularmente las de combustibles fósiles se conocen
también como centrales térmicas o centrales termoeléctricas convencionales.
Plantas termoeléctricas convencionales
Se llaman centrales clásicas o de ciclo convencional a aquellas centrales térmicas que emplean la
combustión del carbón, petróleo (aceite) o gas natural para generar la energía eléctrica. Son
consideradas las centrales más económicas y rentables, por lo que su utilización está muy
extendida en el mundo económicamente avanzado y en el mundo en vías de desarrollo, a pesar de
que estén siendo criticadas debido a su elevado impacto medioambiental.
Normalmente durante el proceso de partida de estas centrales solo funciona la turbina de gas; a
este modo de operación se lo llama ciclo abierto. Si bien la mayoría de las centrales de este tipo
pueden intercambiar el combustible (entre gas y diésel) incluso en funcionamiento.
Como la diferencia de temperatura que se produce entre la combustión y los gases de escape es
más alta que en el caso de una turbina de gas o una de vapor, se consiguen rendimientos muy
superiores, del orden del 55%.
Impacto ambiental
En todo caso, en mayor o menor medida todas ellas emiten a la atmósfera dióxido de carbono,
CO2. Según el combustible, y suponiendo un rendimiento del 40% sobre la energía primaria
consumida, una central térmica emite aproximadamente:
Fuelóleo 0.71
Carbón 1.45
Las centrales de gas natural pueden funcionar con el llamado ciclo combinado, que permite
rendimientos mayores (de hasta un poco más del 50%), lo que todavía haría las centrales que
funcionan con este combustible menos contaminantes.