Unos de los aspectos más estudiados en teoría económica es la estructura del mercado
(competencia perfecta, oligopolio, monopolio) y su relación con los niveles de precios, producción
y beneficio. La competencia perfecta es considerada el estado óptimo del mercado, donde se logra
la mayor eficiencia económica.
Se supone que en una economía donde funciona la competencia perfecta la empresa combina sus
recursos de la mejor manera posible. Esto sucede porque los precios perfectamente competitivos
reflejan las escaseces relativas y las demandas adecuadas de los bienes, y porque cada empresa
guiada por estos precios tratara de maximizar sus utilidades. Cuando los productores venden a
precios mayores que el costo marginal y los compradores compran a precios menores que el valor
marginal, los precios dejan de ser buenos índices de escasez y de demandas relativas y por lo tanto,
los productores pueden tomar decisiones económicas socialmente indeseables guiados por los
precios del mercado.
En la competencia perfecta cada una de las empresas es de un tamaño tal que no afecta
individualmente las decisiones de otras empresas 0 el equilibrio de mercado, y existe perfecta
información, tanto por parte de los consumidores (que saben todo 10 que deben saber para su toma
de decisiones, como el precio y la calidad del producto de cada oferente), como por parte de los
oferentes (conocen la mejor tecnología de producción y otra información relevante). Puesto que las
empresas venden un producto idéntico, la variable de decisión de los consumidores es el precio.
En la vida real muy pocos mercados se asemejan a un mercado que opera en competencia perfecta.
Los mercados financieros como los de acciones y, sobre todo, los de bonos y monedas en los países
desarrollados, son probablemente los que más se acercan a dicho paradigma. Dentro de los
mercados de productos físicos es muy difícil encontrar ejemplos de este tipo de mercados, ya que
incluso industrias que se podrán acercar a él, como la de las computadoras personales, tienen
algunas barreras a la entrada y a la salida, y la información de que disponen los consumidores dista
de ser perfecta. Sin embargo, a pesar de su escasa ocurrencia en la vida real, las enseñanzas que
nos dejan las nociones de equilibrio en mercados perfectamente competitivos son de gran interés,
por su aplicabilidad a otras estructuras de mercado y porque nos ayudan a comprender los procesos
de convergencia que siguen variables como los precios y cantidades.
Este mercado de competencia perfecta ha de cumplir, no obstante, algunos factores sin los cuales
no podría darse:
1
Que las materias están accesibles en otras regiones y en igualdad de condiciones, además
que las empresas pueden salir o entrar del mercado sin limitaciones.
f) Ausencia de marketing
Los productores y los vendedores no dedican tiempo a elaborar una estrategia de marketing
para distinguir sus productos de los de la competencia, puesto que esto iría en contra del
requisito de homogeneidad. De este modo, tampoco desarrollan estrategias de fijación de
precios y programas de promoción de ventas como la publicidad.
A pesar de que la competencia perfecta es difícil de conseguir, es un buen punto de partida para
comprender las estructuras del mercado. Una comprensión profunda de cómo funcionan y se
forman los mercados competitivos es la piedra angular para comprender por qué es tan difícil llegar
a ellos. Se procederá a analizar la competencia perfecta bajo dos aspectos, primero la empresa y sus
costos y luego a la industria y el mercado con las curvas de oferta en ambos casos de corto y largo
plazo.