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EL FEMICIDIO

PC-SP

9 DE OCTUBRE DE 2018
VANESSA IVETH LÓPEZ GALVÁN
Universidad Veracruzana
Nombre del proyecto: El femicidio

Nombre de estudiante: Vanessa Iveth López Galván

Correo electrónico: Vanessasg88@hotmail.com

Experiencia Educativa: Ingeniería en alimentos

Facultad de ciencias químicas Universidad Veracruzana

Región: Xalapa

Fecha de entrega:
INTRODUCCIÓN
1. Antecedentes históricos:
Según la definición de Russell, el “femicidio” se aplica a todas las formas de asesinato
sexista, es decir, “los asesinatos realizados por varones motivados por un sentido de tener
derecho a ello o superioridad sobre las mujeres, por placer o deseos sádicos hacia ellas,
o por la suposición de propiedad sobre las mujeres”.
El nacimiento del término como constructo teórico es el resultado de un extenso y valioso
trabajo de la academia feminista, en confluencia con los procesos de denuncia y
visibilización del fenómeno que vienen sosteniendo el movimiento feminista, familiares de
víctimas y activistas de derechos humanos. En la década de los noventa, feministas
anglosajonas introdujeron el concepto. Aunquefemicide, argumenta Diana Russell, ha
estado en uso desde hace más de dos siglos y apareció por primera vez en la literatura,
en A Satirical View of London (Inglaterra, 1801) para denominar “el asesinato de una
mujer”. Russell teorizó sobre el concepto a partir de 1990 pero realizó una ponencia sobre
esa forma extrema de violencia contra las mujeres en 1976, ante el Primer Tribunal
Internacional de Crímenes contra Mujeres, celebrado en Bruselas. Aquello, visto en
perspectiva, fue un acontecimiento histórico y de vital importancia para la evolución que
sufriría el concepto décadas después. El Tribunal fue inaugurado por Simone de
Beauvoir, quien advirtió: “Este encuentro feminista en Bruselas intenta que nos
apropiemos del destino que está en nuestras manos”. Alrededor de 2.000 mujeres de 40
países ofrecieron su testimonio y documentaron las distintas formas en que se manifiesta
la violencia de género.
Diana Russell y Jane Caputi dieron a conocer el término en el artículo Speaking the
Unspeakable, publicado originalmente en la revista Ms (1990): “es el asesinato de
mujeres realizado por hombres motivado por odio, desprecio, placer o un sentido de
propiedad de las mujeres”. En 1992, Diana Russell y Jill Radford lo definieron como “el
asesinato misógino de mujeres cometido por hombres”. Las autoras clasifican las distintas
formas de violencia de género que padecen las mujeres y que se manifiesta con un
creciente terrorismo sexual. Señalan que estos actos violentos que acaban con el
asesinato o muerte de las mujeres son feminicidios:
El feminicidio representa el extremo de un continuum de terror anti-femenino que incluye
una amplia variedad de abusos verbales y físicos, tales como: violación, tortura,
esclavitud sexual (particularmente por prostitución), abuso sexual infantil incestuoso o
extra-familiar, golpizas físicas y emocionales, acoso sexual (por teléfono, en las calles,
en la oficina, y en el aula), mutilación genital (clitoridectomías, escisión, infibulaciones),
operaciones ginecológicas innecesarias (histerectomías), heterosexualidad forzada,
esterilización forzada, maternidad forzada (por la criminalización de la contracepción y del
aborto), psicocirugía, negación de comida para mujeres en algunas culturas, cirugía
plástica y otras mutilaciones en nombre del embellecimiento. Siempre que estas formas
de terrorismo resultan en muerte, se convierten en feminicidios.
Las autoras sostienen que la meta del ejercicio de la violencia por parte de los hombres,
deliberada o no, es preservar la supremacía masculina. Se trata de un concepto político
que permite visibilizar la posición de subordinación, desigualdad, marginalidad y riesgo
en la que se encuentran las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.

2. Situación actual
Registros de femicidios en 2018:
Entre el año 2015 y el mes de mayo de este 2018 se tiene un registro oficial de 2018
feminicidios. El Estado de México, Veracruz, Oaxaca, la Ciudad de México y Sinaloa
aparecen con el mayor número absoluto de casos

En julio pasado se registraron en el país 78 feminicidios, la cifra más alta desde la apertura
de este recuento, en enero de 2015. De las 78 víctimas, 10 eran menores de edad.
De enero a julio de este año, 469 mujeres fueron asesinadas en situaciones de tal
gravedad que elevan las agresiones a nivel de feminicidio, según muestra la estadística
más reciente del Sistema Nacional de Seguridad Pública de la Secretaría de
Gobernación.
La distribución territorial de casos de feminicidios en el país muestra diferencias notables
entre estados. En números absolutos, el Estado de México aparece como el primer lugar
nacional en el número de casos, con 207 en el periodo señalado de enero del 2015 a
mayo del 2018. Al respecto, sin minimizar la problemática, debe tenerse en cuenta que
también es la entidad más poblada del país.
En segundo lugar se encuentra Veracruz, con una suma de 206 casos, es decir, sólo 1
caso menos que el Estado de México, pero con una población casi 50% menor a la de la
primera entidad, por lo que la tasa de feminicidios debe asumirse como exponencialmente
más alta en esa entidad, en los últimos tres años.
En tercer sitio se encuentra Oaxaca, con una suma de 167 casos; de manera notable,
esta entidad muestra la necesidad de mejorar los diagnósticos pues no se tiene claridad,
por ejemplo, respecto del origen étnico de las mujeres víctimas de feminicidio; y menos
aún, de su condición socioeconómica.
En cuarto lugar se ubica la Ciudad de México, con 162 casos. Se trata de una suma muy
elevada; y muestra que aún en la capital del país, en donde se asume que hay mayores
capacidades para la protección de los derechos de las mujeres, la violencia de género
sigue siendo una problemática que exige, como en el resto del país, la transversalización
de la perspectiva de género en todas las políticas y programas públicos, reto en el cual el
nuevo gobierno deberá dar pasos agigantados desde el 1 de diciembre.
En quinto lugar de esa bochornosa lista se encuentra Sinaloa, con 157 casos en el periodo
señalado; le sigue Jalisco con 156; Chiapas con 111, Sonora con 94; Morelos con 83;
Tabasco con 74; Nuevo León con 70; Guanajuato y Puebla con 55 cada uno de ellos; y
Guerrero, con 53.
Estado de México, Veracruz, Nuevo León, Chihuahua, Guerrero, Sinaloa y Ciudad de
México encabezan la lista de homicidios de ese sector.
En territorio mexiquense se han abierto 51 pesquisas por presunto feminicidio, es decir,
10.8 por ciento del total de los casos a escala nacional. Veracruz, Nuevo León y
Chihuahua tienen entre 30 y 40 cada uno.
En el siguiente rango –entre 20 y 30– están Guerrero, Sinaloa, Ciudad de México y
Jalisco. En sentido contrario, las entidades con ningún registro de feminicidio son
Querétaro y Baja California Sur.
Si tomamos en cuenta el tamaño de la población, la tasa más alta la tiene Zacatecas, con
2.11 casos por cada 100 mil habitantes. Le sigue Colima (2.07), Sinaloa (1.87), Chihuahua
(1.65), Guerrero (1.55) y Tabasco (1.44).
En el recuento de víctimas por edad, si bien prevalece la afectación a las adultas, hay un
rango de 14 por ciento de los casos en que se desconoce cuántos años tienen. En el caso
de las niñas fallecidas en situaciones de agresión extrema, y por su condición de mujeres,
también hay tendencia alcista. En 2015, por ejemplo, 45 menores fueron asesinadas en
hechos clasificados como feminicidios, mientras en 2017 fueron 106 y para los primeros
siete meses del año en curso el acumulado de víctimas –niñas y adolescentes– es de
medio centenar de casos: más que en todo 2015.
Entre las entidades con mayor número de niñas y adolescentes asesinadas destacan el
estado de México, Chihuahua y Zacatecas.
Por un lado aumentan los feminicidios y por otro se registra una contención o ligera baja
en homicidios dolosos cometidos contra ellas. Es así que a los 78 feminicidios de julio
habrá que sumar 218 asesinatos, así como 27 secuestros de mujeres.
En Oaxaca, la impunidad impera en los casos de feminicidio. Sin embargo, sigue sin
declararse la alerta de violencia de género (AVG), denunció el Observatorio Ciudadano
Nacional del Feminicidio (OCNF).
Durante la presentación del informe Implementación del tipo penal de feminicidio en
México: desafíos para acreditar las razones de género 2014-2017, el OCNF detalló que
de enero de 2014 a junio de 2017 han matado a 385 mujeres en este estado; de ellos,
sólo 256 casos fueron investigados como feminicidios, es decir, 66 por ciento.
La fiscalía del estado informó que la mayoría de las víctimas de feminicidio estaban en el
rango de más de 50 años, con 23 por ciento, seguidas de las de 31 a 40, con 21.

3. Relaciones causales primarias y secundarias


La motivación para el crimen es una de las peculiaridades principales del feminicidio en
relación a otros tipos de homicidio.
Según Diana Russell, a quien se atribuye la popularización de la palabra “feminicidio”
(“femicide” en inglés”), algunas de las motivaciones principales para estos asesinatos son
la ira, el odio, los celos y la búsqueda de placer.
Otras variables que Russell considera relevantes son la misoginia, el sentido de
superioridad de género y la concepción de las mujeres como posesión. Estas variables
se transmiten culturalmente y favorecen la violencia de los hombres hacia las mujeres.
Causas: Educación genérica desigual, con unos roles asumidos y reforzados según sea
el sexo. Machismo, patrifocalidad, un sentido de pertenecía asumido, sobre apego,
dependencia emocional, angustia de separatividad no resuelta, baja autoestima,
trastornos psicoemocionales no superados, poca tolerancia a la frustración, mal manejo
de la ira y de los impulsos.
Consecuencias: Muerte de mujeres en edad productiva, traumas en las familias, niños y
niñas huérfanos, legitimación de un aprendizaje social del que ama controla, maltrata y
produce muerte en nombre del amor. Cultura de violencia aprendida, depresión.
¿Fruto de un proceso histórico?
El concepto del patriarcado sirve para introducir una dimensión muy relevante a la
concepción del problema del feminicidio. Hace que no sea un problema aislado reducible
simplemente a las tendencias violentas de algunos individuos, sino que tiene que ver con
las situaciones de sumisión del género femenino y la del dominio del masculino.
Así, esta vulnerabilidad heredada y de causas económicas, políticas y sociales se
concreta en muertes de personas desamparadas, que no ven sus derechos protegidos
por la sociedad en la que viven, dado que esta protege privilegios que no tienen que ver
con la forma de vida de la mayoría de las mujeres. Como resultado, el feminicidio debería
ser analizado desde la óptica propia de la perspectiva de género.
Perspectivas evolucionista y biologicista
En muchas ocasiones se atribuyen las diferencias en los roles de género a la biología de
hombres y mujeres. En particular se suele mencionar que los varones tienen mayores
niveles de testosterona, una hormona sexual que influye en la agresividad, la dominancia
y la toma de riesgos.
También se ha propuesto que el hecho de que sean las mujeres quienes se quedan
embarazadas influyó históricamente en el desarrollo de las sociedades desde los
comienzos de la humanidad, especialmente a partir de la adopción del sedentarismo.
Desde estas perspectivas las diferencias biológicas existentes entre géneros tienden a
ser muy valoradas, en detrimento de las influencias socioculturales, como la religión.
Interaccionismo simbólico y el patriarcado
El interaccionismo simbólico es una corriente teórica de la
sociología, la psicología social y la antropología que propone
que las personas construimos conjuntamente símbolos que
dotan de significado a la realidad en sus distintos aspectos,
guiando nuestra conducta en relación a estos.
Desde esta orientación el feminicidio podría explicarse como
una consecuencia de las diferencias en los roles otorgados a
cada género por muchas sociedades: se entiende que el
ámbito público debe ser controlado por los varones y se
relega a las mujeres a la reproducción y al cuidado del hogar.
En muchas ocasiones se denomina “patriarcado” a esta
estructura social, que se sostiene en leyes escritas y/o en
normas implícitas que refuerzan y condicionan patrones de
comportamiento diferenciados en función del sexo biológico.
Según la socióloga Sylvia Walby las estructuras patriarcales
se manifiestan en la mayor probabilidad que tienen las
mujeres de recibir abuso, de ocuparse del hogar y de los
hijos, de ser representadas con poca fidelidad en los medios
y en la cultura popular, de cobrar menos que los hombres por
el mismo trabajo y de que su sexualidad sea vista de forma
negativa. Asimismo, tienden a estar infrarrepresentadas en
los ámbitos de poder y de toma de decisiones.
La concepción de las mujeres como inferiores a los hombres hace que el significado social
de estos asesinatos sea menos negativo en entornos más patriarcales. De esto se podría
deducir que existe una mayor probabilidad de que se dé violencia de género y por tanto
feminicidio si la ley y la cultura no los penalizan.
Las razones que llevan al feminicidio son variadas, pero la más común son los celos.
Muchos hombres agresores alegan que los celos los llevan a cometer el asesinato de sus
parejas. Sobre todo si se trata de una supuesta infidelidad.
La segunda causa que lleva a un hombre a perpetrar ese delito es la decisión de su pareja
de separarse, lo que no es aceptado por su agresor. Mientras que el rechazo o la
negación a una relación también es motivo de ataque. La adicción a las drogas y el alcohol
también se cuentan como causantes de la violencia del hombre hacia la mujer.
Otro motivo es el machismo, en la sociedad actual todavía existe un fuerte arraigo de la
población masculina a creer que son superiores a las mujeres, lo que conlleva a la
discriminación y el maltrato constante, que regularmente termina en el feminicidio. “El
agresor es una persona criada dentro de una cultura machista cuyo objetivo es mantener
el control sobre una mujer hasta lograr su subordinación.

4.- Situaciones análogas

¿Cuán grave se calcula que es el problema en América Latina?


Es el principal problema para las mujeres en la región: el feminicidio... la violencia contra
las mujeres.
Por ejemplo, en el caso de México siete de cada diez han sido víctimas de violencia. En
otros países son cinco de cada diez y en otros ocho.
Y la violencia es de muchas formas: incluye la psicológica, la económica… Entonces es
la forma más fuerte de discriminación y violación de los derechos humanos. Es el gran
problema que tienen las mujeres para realmente estar en pie de igualdad con los
hombres.(El feminicidio) es como la suma de todas las violencias. O sea, la violencia
acaba en feminicidio. Es como la muestra de lo más grave que hay.
Que haya violencia contra las mujeres es un problema para el desarrollo y la seguridad
nacional. Porque no podemos hablar de que tenemos un país con gran seguridad cuando
las mujeres no pueden estar en su casa tranquilas y ahí las empiezan a golpear.
La seguridad empieza en la casa, sigue en la calle, el trabajo, la escuela. Y si usted está
violentando a las mujeres en todas esas etapas, no tiene una sociedad con seguridad
ciudadana o derechos humanos.
¿Dónde está focalizado el problema? ¿Es más grave en México y Centroamérica
que en Brasil y Argentina, por ejemplo?
Es más grave en los países de Centroamérica. En Guatemala, Honduras… Por ejemplo,
si en México tenemos más o menos tres mil muertas en un año y en Honduras 1.500,
entonces imagínese que la proporción respecto de la población es brutal.
Ahora están sacando las cifras por 100 mil habitantes y ahí es donde El Salvador salió en
un estudio que hizo una ONG como el lugar más grave: tiene 12 muertas por 100 mil
mujeres.
Es cierto que hay zonas donde es más grave, pero no tiene una relación exclusiva con la
situación geográfica. En las zonas donde ha habido conflicto armado, como Guatemala o
Colombia, por ejemplo, se acentúa bastante el tema de los feminicidios.
¿Por qué es tan difícil cuantificar el feminicidio?
El problema principal es que no tenemos cifras confiables y comparables entre todos los
países.
Algunos países sí dan las cifras. Otros las sacan de homicidios de mujeres, pero no se
sabe si fue un homicidio por cualquier causa o si fue precisamente porque eran mujeres:
no toman ese cuidado. Otros simplemente sacan homicidios de hombres y mujeres todos
juntos.No hay realmente cifras. Nosotros estamos emprendiendo un esfuerzo para
identificarlas.
En Guatemala, por ejemplo, no las identifican y sabemos que el índice es bastante alto.
Entonces estamos tratando de que hagan un desglose de los homicidios para saber
cuándo es porque son mujeres y cuando es simplemente un homicidio en el que mataron
a varias personas.
También hay países en que el feminicidio ni siquiera está tipificado como delito. O sea,
simplemente no existe. Entra dentro de la cifra de homicidios; no está diferenciado. En
otros países ya está la figura y hay penas especiales cuando lo consideran como un
agravante del homicidio.
Pero, ¿cómo se explica que América Latina tenga estadísticas más altas que otras
regiones?
Esto procede de lo que son las relaciones desiguales de género, de poder: esa idea
ancestral de que los hombres son superiores a las mujeres, esos estereotipos que están
muy extendidos.
¿Hay medidas que los países deban tomar para reducir el problema del feminicidio
en la región?
La legislación ayuda mucho. Ayuda más que la impartición de justicia sea pronta y
expedita. Ayuda más todavía que a los que son violadores, perpetradores de violencia los
condenen y metan en la cárcel. Ayuda más que cuando hay un homicidio tipificado como
feminicidio, que esa pena sea mayor, porque entonces van a tener un poco más de
cuidado. También ayuda mucho la educación.
4. Problema:
El concepto de femincidio adaptado en México
por el movimiento de derechos humanos de las
mujeres, si bien también se refiere a la muerte
intencional y violenta de mujeres por el solo
hecho de ser mujeres, incorpora dos
componentes: el contexto de permisivilidad
social e impunidad del Estado Mexicano. Este
es por lo menos uno de los principales rasgos
que distinguen conceptualmente al femicidio del
feminicidio.
Como concepto el feminicidio es un neologismo que nos permite nombrar la forma
extrema de violencia contra las mujeres motivada por razones de odio de género y
cuestionar la aquiescencia social e impunidad instutucional que rodea muchos de estos
casos.
Es un llamado urgente a las instituciones del Estado y a la sociedad misma para
reconocer y atender este fenómeno. Nombrar en voz alta el feminicidio, hasta hace pocos
años negado o invisibilizado, ha sido muy importante para avanzar, por ejemplo, en el
terreno de las estadísticas en las Procuradurías de Justicia, que nos permitan contar con
datos desagregados por sexo. para dimensionar este fenómeno en nuestro país y por
consiguiente diseñar políticas públicas para su erradicación.
Tipos de feminicidio
FEMINICIDIO ÍNTIMO:
Es el asesinato cometido por un hombre con quien la víctima tenía o había tenido una
relación o vínculo íntimo: marido, exmarido, novio, exnovio o amante. Se incluye el
supuesto del amigo que asesina a una mujer -amiga o conocida- que rechazó entablar
una relación íntima con este.
FEMINICIDIO NO ÍNTIMO:
Aquel asesinato cometido por un hombre desconocido con quien la víctima no tenía
ningún tipo de relación: agresión sexual que culmina en asesinato de una mujer a manos
de un extraño. También consideramos feminicidio no íntimo el caso del vecino que mata
a su vecina sin que existiera entre ambos algún tipo de relación o vínculo.
FEMINICIDIO INFANTIL
El asesinato de una niña hasta los 14 años de edad cometido por un hombre en el
contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder que le otorga su situación
adulta sobre la minoría de edad de la niña.
FEMINICIDIO FAMILIAR:
El asesinato se produce en el contexto de una relación de parentesco entre la víctima y
el victimario. El parentesco puede ser por consanguinidad, afinidad o adopción.
FEMINICIDIO POR CONEXIÓN:
Cuando una mujer es asesinada “en la línea de fuego” de un hombre que intenta o mata
a otra mujer. Puede tratarse de una amiga, una parienta de la víctima, madre, hija u otra;
o una mujer extraña que se encontraba en el mismo escenario donde el victimario atacó
a la víctima.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO POR PROSTITUCIÓN:
Es el asesinato de una mujer que ejerce la prostitución cometido por uno o varios
hombres. Entran en esta tipología los casos en los que él o los victimarios asesinan a la
mujer motivados por el odio y la misoginia que despiertan en estos la condición de
prostituta de la víctima. Los casos también conllevan la carga de estigmatización social y
justificación del feminicidio por prostitución en la mente de los asesinos: “se lo merecía”;
“ella se lo buscó por lo que hacía”; “era una mala mujer”; “su vida no valía nada”.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO POR TRATA:
La muerte o el asesinato se produce en una situación de sometimiento y privación de la
libertad de la mujer víctima en situación de “trata de personas”. Por trata entendemos -tal
como lo señala la ONU- la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción
de mujeres y niñas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de
coacción, ya sean rapto, fraude, engaño, abuso de poder o la concesión o recepción de
pagos o beneficios para obtener el consentimiento de la o las mujeres y niñas con fines
de explotación. Esta explotación incluirá, como mínimo, la prostitución ajena u otras
formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las
prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO POR TRÁFICO:
El asesinato de la mujer víctima se produce en una situación de tráfico ilegal de migrantes.
Entendemos por tráfico -tal como lo señala la ONU- la facilitación de la entrada ilegal de
una mujer en un Estado Parte del cual dicha mujer no sea nacional o residente
permanente, con el fin de obtener, directa o indirectamente, un beneficio financiero u otro
beneficio de orden material.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO TRANSFÓBICO:
La víctima del asesinato es una mujer transexual y el o los victimarios la matan por su
condición o identidad transexual, por odio o rechazo de la misma.
FEMINICIDIO LESBOFÓBICO:
La víctima del asesinato es una mujer lesbiana y el o los victimarios la matan por su
orientación o identidad sexual, por el odio o rechazo de la misma.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO RACISTA:
El asesinato cometido contra una mujer por su origen étnico o sus rasgos fenotípicos, por
odio o rechazo hacia los mismos.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO POR MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA:
Cuando la mutilación genital que se practica a una mujer o niña acaba con la vida de ésta.
Nos basamos en la definición amplia de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
comprende todos los procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los
genitales externos femeninos, así como otras lesiones de los órganos genitales
femeninos por motivos no médicos. Esto incluye:
- Clitoridectomía: resección parcial o total del clítoris.
- Excisión: resección parcial o total del clítoris y los labios menores, con o sin excisión de
los labios mayores.
- Infibulación: estrechamiento de la abertura vaginal para crear un sello mediante el corte
y la recolocación de los labios menores o mayores, con o sin resección del clítoris.
FEMINICIDIO COMO CRIMEN INTERNACIONAL:
Proponemos este tipo de feminicidio como término que pudiera ser utilizado en el ámbito
del derecho internacional, los Estados serían responsables política y jurídicamente por
dichos crímenes. El feminicidio como crimen internacional aglutina a su vez, tres tipos de
feminicidio: feminicidio como genocidio, feminicidio como crimen de lesa humanidad y
feminicidio como crimen de guerra. Para la definición de los tres subtipos nos hemos
basado en el Estatuto de Roma y los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949. Lo
explicamos en el siguiente cuadro.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO SEXUAL SISTÉMICO:
El feminicidio sexual es el asesinato de mujeres que son secuestradas, torturadas y
violadas. Sus cadáveres, semidesnudos o desnudos son arrojados en las zonas
desérticas, los lotes baldíos, en los tubos de desagüe, en los tiraderos de basura y en las
vías del tren. Los asesinos por medio de estos actos crueles fortalecen las relaciones
sociales inequitativas de género que distinguen los sexos: otredad, diferencia y
desigualdad.
Feminicidio sexual sistémico desorganizado:
El asesinato de las mujeres está acompañado -aunque no siempre- por el secuestro,
tortura, violación y disposición del cadáver. Los asesinos, presumiblemente, matan por
una sola vez, en un período determinado; y pueden ser hombres desconocidos, cercanos
o parientes de las víctimas que las asesinan y las depositan en parajes solitarios, en
hoteles, o en el interior de sus domicilios.
5.- Tesis:
El feminicidio es un problema de gran impacto hoy en día, ya que los índices de asesinato
hacia las mujeres son muy elevados cada año, es por eso que esté presente trabajo tiene
como objetivo principal de investigar las causas y consecuencias a profundidad sobre este
problema, como también tiene la finalidad de hacer conciencia sobre este gran problema.
Para buscar claridad de la temática a abordar, cabe preguntarnos ¿Por qué matar a una
mujer por serlo? Según los diferentes observatorios en violencia de género, el siglo XXI
comienza con la visibilidad de este fenómeno, que cada vez se presenta con mayor
frecuencia. A dichos crímenes se les conoce como violencia de género y terminan con
feminicidio. Son conductas exteriorizadas por convicción, el victimario está convencido de
la necesidad de tener que humillar, golpear y hasta matar a una mujer. Tal construcción
mental depende de los roles que se le asignaron socialmente a razón del sexo, es decir,
se agrede y se mata por ser una mujer (Caputi & Russell, 1990).
La anterior conducta es difícil de asimilar. Atacar o quitarle la vida a una persona, por su
condición de mujer, impacta. Sin embargo, lo que más llama la atención es que el sujeto
activo no se detiene a efectuar un análisis del porqué la está maltratando o matando,
simplemente la mujer debe ser alineada a unos parámetros preexistentes y
preestablecidos por una determinada sociedad, además de la creencia de que se debe
hacer imperar la voluntad del hombre y es él quien tiene el poder y está legitimado para
hacerlo valer, dado que las mujeres son las que deben obedecer. Dicho código, se
transmite de generación en generación y es el mayor obstáculo de la materialización de la
igualdad de género (Carcedo, 2014).
En busca de hacer cumplir la voluntad masculina y los códigos de moralidad de una
determinada sociedad, el hombre utiliza diferentes medios de violencia: se apoyan en
lo psicológico, en lo físico y en lo sexual, pero todos los hombres maltratadores lo hacen
por doblegar la personalidad (Atencio, 2015). Esta actitud se gesta en la idea de que la
mujer es un objeto de posesión exclusiva y a perpetuidad de los hombres y que el maltrato
y las formas de violencia son la manera de hacerlas comportarse y alinearse a los roles
dados en la comunidad. Estas conductas aberrantes, lejos de ser rechazadas de plano,
son imitadas y copiadas por quien las ve como algo normal, renovando así el círculo de
violencia como una variante natural de las relaciones entre hombres y mujeres (Barnuevo,
2015).
El deseo de destruir al otro nace con la frustración de no poderlo someter. Es claro que un
hombre violento contra las mujeres no se expone de un momento a otro; es un individuo
que ha mostrado reacciones violentas inesperadas en circunstancias que, para la mayoría
son fáciles de manejar, pero que al abusador le resultan frustrantes y desembocan en una
crisis de violencia. Por ello, no son ciertas las frases “él no era así”, “él cambió”, dado que
siempre fue violento, pero tal vez los episodios de este comportamiento no habían
alcanzado a la mujer (Caputi & Russell, 1990).
MÉTODO DE INTERVENCIÓN
1. Objetivos
En el mundo entero la violencia y la discriminación contra la mujer se han venido
naturalizando como un ejercicio que se origina en el poder desarrollado de las relaciones
inequitativas entre mujeres y hombres, acciones que afectan la dignidad, la vida y la
integridad de las mujeres en diversas formas, y que se nos hace creer que forman parte
de la existencia de las mujeres.
Por ello es necesario realizar investigaciones sobre este problema social en cuanto
psicológico como cultural.
El feminicidio y la violencia que lo identifica expresa la desigualdad e inequidad del poder
entre hombres y mujeres como una realidad que ha permanecido oculta durante siglos,
vista como algo natural y que compone la violencia de sexo, viviendo en desigualdad de
derechos y condiciones, considerando a las mujeres siempre de menor categoría que los
hombres, pensando en que no están capacitadas para disponer de sus vidas, resaltando
las diferencias apoyadas en los estereotipos de sexo y conservando las estructuras de
dominio que se derivan de estos.
Es por eso que el objetivo primordial de este trabajo es dar un panorama amplio sobre este
problema, ya que no es un problema que apenas se da, si no que por siglos y por la
educación de casa se viene dando. Es un problema que aterroriza a todas las mujeres ya
que por mucho tiempo han sido menospreciadas ante la sociedad como un género ‘’débil’’
y el machismo y la superioridad hacia las mujeres son causas de este problema.
La ideología patriarcal se ha reproducido durante siglos por la educación, la religión y el
Estado conjuntamente, y sigue siendo permanente en las percepciones y actitudes
machistas que respaldan la discriminación y el menosprecio hacia las mujeres como
mecanismo cultural para su control y opresión.
Lo cual esto se debe eliminar, como es el caso de la educación que viene desde casa ya
que a los varones se les tiene que poner reglas como también fomentarles el respeto hacia
la mujer y la igualdad, como también la igualdad en las actividades ya sea en ámbito laboral
o con el simple hecho de ayudar en casa, ya que la mayoría de los padres fomentan que
solo las mujeres son las que tienen que ayudar en la casa y con ese simple hecho ya están
cambiándole la forma de pensar a los hombres y se convierte poco a poco en machismo.
Tenemos que hacer conciencia sobre este gran problema, y entre las mujeres ayudarnos
ya que es un problema que no desaparecerá de la noche a la mañana si no que esto se
tiene que detener y cuidarnos mucho, no debemos de confiar en cualquier persona y
siempre tenemos que estar cuidando de nuestras espaldas y acciones ya que las acciones
son las que llevan a cabo este tipo de situaciones ya sea violentas o hasta la muerte.
2. Justificación
Femicidio fue el término utilizado para describir los hechos violentos cometidos en contra
de las mujeres, empleado por primera vez en Bruselas en 1976 por la feminista Diana
Russell al testimoniar ante el Tribunal Internacional sobre Crímenes contra las Mujeres, y
luego utilizado por Mary Anne Warren en 1985 en su libro Gendercide: The Implications of
Sex Selection. El femicidio recoge, en su concepto amplio, el asesinato de fetos femeninos
(feticidio), niñas (infanticidio), adolescentes y mujeres por el solo hecho de serlo, es decir,
por ser del sexo femenino.
En la época clásica, la mujer tenía casi la misma condición de un esclavo, es decir, de una
cosa, un objeto y no de un sujeto de derecho; todo por la pérdida del “status libertatis”.
Esto, la excluía por completo de tener derechos civiles y políticos; sin embargo, algunos la
reconocían de naturaleza igual al hombre y la hacían merecedora de educarse a los más
altos niveles, atendiendo a la visión de creación de una sociedad perfecta.
Según Marcela Lagarde, el feminicidio sucede cuando las condiciones históricas generan
prácticas sociales agresivas y hostiles que atentan contra la integridad, el desarrollo, la
salud, las libertades y la vida de las mujeres, e implican según René Jiménez (2006) que
las mujeres son utilizables, prescindibles, maltratarles y desechables, ya que los femicidios
tienen en común una infinita crueldad y un odio desmedido hacia ellas.
La importancia de darles el nombre de feminicidio a los homicidios cometidos contra las
mujeres radica en que el término desarticula los argumentos de que la violencia de sexo
es un asunto personal o privado y muestra su carácter profundamente social y político,
resultado de las relaciones estructurales de poder, dominación y privilegio entre los
hombres y las mujeres en la sociedad (Carcedo y Sagot 2000, 10).
Visibilizar el femicidio permite que se conozca la real magnitud de esta conducta ilícita,
contribuye a abrir los espacios de repercusiones de los homicidios de mujeres cometidos
no solo por parte de sus parejas o exparejas, sino los de aquellas que ejercen la
prostitución, o son asesinadas después de haber sido violadas, o son víctimas de otras
conductas de violencia sexual (Antony 2011, 13).
La violencia contra las mujeres ha pasado a ser una preocupación mundial, obligando
a los gobernantes a convertir esta situación en un asunto de Estado; y más aún, de cara
al feminicidio, en una conducta punible del nuevo derecho penal con miras a la
constitucionalización de esta área del Derecho (Barnuevo, 2015).
Si bien no existe un perfil psicológico/neuropsicológico del feminicida, maltratador de
género o agresor de la mujer en estos tiempos que se considera una problemática grave
a nivel social, se hace imperante y necesario llevar a cabo investigaciones que ayuden
aclarar los asuntos en términos de los perfiles, la imputación y la eficacia de la justicia en
estos casos.
3. Marco referencial: teórico y contextual
La violencia del marido, compañero, novio padre es la primera causa en el mundo de
muerte e invalidez permanente entre las mujeres de 16 a 44 años, según un informe por
el Observatorio Italiano Criminal y Multidisciplinario de la Violencia de Género, los datos
proceden del Consejo de Europa y fueron publicados por el observatorio italiano,
especializado en ayudar a las víctimas de la violencia de género en el país. Este tipo de
violencia familiar causa más muertes entre las mujeres de ese grupo de edad, que el
cáncer, los accidentes de tráfico o la guerra.
Uno de los grandes retos del siglo XXI es la erradicación de la violencia de género. Desde
ese marco de referencia, la meta supone el reconocimiento y la utilización de un paradigma
de análisis: feminicidio -femicidio. El término apareció en la segunda mitad del siglo pasado
y su validación actual certifica que aquellos conceptos políticos que se construyeron por la
alianza entre los movimientos sociales y la academia, sientan las bases para un cambio
social sin precedentes. Pero, ¿de qué hablamos cuando nombramos la palabra
feminicidio? Hablamos de un fenómeno invisibilizado durante milenios, de un hecho
normalizado desde los inicios de la sociedad humana global. El asesinato de las mujeres
por el hecho de ser mujeres cometido por hombres -la definición más básica y que debería
aparecer en los diccionarios- es tan difícil de comprender y de asimilarse socialmente que
nos vemos en la necesidad fáctica de situarlo en el centro mismo de la barbarie. Una
barbarie que no distingue entre países del norte o países del sur, ni clases sociales, ni
origen étnico El Feminicidio es una de las formas de la Violencia Feminicida, que es la
forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus
derechos humanos, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de
conductas misóginas que pueden conllevar tolerancia social e indiferencia del Estado y
puede culminar en Feminicidio, homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres.
Entre estas formas de violencia feminicida se encuentran los homicidios dolosos, así como
todas las formas evitables de muerte de las mujeres que están relacionadas con la falta de
acceso a sus derechos humanos: salud, el trabajo, educación, justicia, igualdad, libertad,
seguridad.
Las formas convencionales de violencia contra las mujeres, sobre todo las de tipo
intrafamiliar y las que se producen en situaciones de conflicto armado, de desplazamientos
o post conflicto, se han expandido a todas las sociedades e incluso tecnificado y se suman,
hoy día, a las nuevas expresiones de violencia contra las mujeres (la trata de personas
con fines de esclavitud y explotación sexual, la feminización de la pobreza y el femicidio
vinculado) así como a un incremento sin precedentes en cuanto al número y brutalidad con
que hoy día son violentadas las mujeres en menoscabo de sus derechos humanos.
Es indignante el número y forma en que diariamente mueren las mujeres e igualmente
indignante la impunidad social y estatal que se produce alrededor de esos hechos.
DESARROLLO TÉCNICO DE LA PROPUESTA DE SOLUCIÓN DEL PROBLEMA
1. Marco metodológico
El tema se desarrolla a partir del problema ‘’femicidio’’ que se encuentra muy sonado
actualmente, aclarando que como se trata de un fenómeno mundial, se analizarán las
principales características sociales, culturales y psicológicas que componen este
problema, y se realiza de esta manera, ya que la intención del texto recae en el análisis de
elementos específicos que permitan la reflexión y discusión de una propuesta de dicho
problema, del femicidio/feminicidio.
El método empleado en la presente investigación se denomina investigación cualitativa ya
que se describen distintas características de este problema y mirar las distintas realidades
que lo componen ya sea desde sus antecedentes hasta la actualidad.
También se hizo una amplia investigación sobre el tema ya que es un problema con amplio
campo de investigación, se hace uso de análisis de gráficos para entender la evolución de
dicho problema, su crecimiento ya sea en distintos países o una región en particular.
También se analizaron dichas características que ocasionan este problema y que influyen
tanto la cultura como la educación que se dio desde casa. Este problema es muy amplio
ya que también incluyen cosas psicológicas que hacen que los hombres hagan este tipo
de violencia y como desde hace siglos este problema ya estaba, ya que la mujer siempre
ha sido menospreciada y el género lo toman como ‘’débil’’.
También se tomaron muchas frases sobre autores relevantes en este ámbito ya que son
especialistas y hacen que este trabajo tenga un fundamento más amplio y la información
sea aún más completa.
Como también tiene como fundamento la comprensión del acto social que permite construir
conocimiento sobre la realidad social y crear conciencia sobre este tipo de actos. Tener
una visión amplia sobre este tipo de problema es de gran importancia ya que nos hará mas
consientes sobre este problema muy grave que afecta no solo a las mujeres sino también
a la sociedad.
Este problema fue seleccionado teniendo en cuenta los siguientes criterios:
a) Los investigadores tienen acceso a los datos relacionados al problema.
b) Su solución contribuye a la solución de otros problemas.
c) Es un problema amplio
d) Afecta negativamente a la sociedad
2. Modelo y método de intervención

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