PC-SP
9 DE OCTUBRE DE 2018
VANESSA IVETH LÓPEZ GALVÁN
Universidad Veracruzana
Nombre del proyecto: El femicidio
Región: Xalapa
Fecha de entrega:
INTRODUCCIÓN
1. Antecedentes históricos:
Según la definición de Russell, el “femicidio” se aplica a todas las formas de asesinato
sexista, es decir, “los asesinatos realizados por varones motivados por un sentido de tener
derecho a ello o superioridad sobre las mujeres, por placer o deseos sádicos hacia ellas,
o por la suposición de propiedad sobre las mujeres”.
El nacimiento del término como constructo teórico es el resultado de un extenso y valioso
trabajo de la academia feminista, en confluencia con los procesos de denuncia y
visibilización del fenómeno que vienen sosteniendo el movimiento feminista, familiares de
víctimas y activistas de derechos humanos. En la década de los noventa, feministas
anglosajonas introdujeron el concepto. Aunquefemicide, argumenta Diana Russell, ha
estado en uso desde hace más de dos siglos y apareció por primera vez en la literatura,
en A Satirical View of London (Inglaterra, 1801) para denominar “el asesinato de una
mujer”. Russell teorizó sobre el concepto a partir de 1990 pero realizó una ponencia sobre
esa forma extrema de violencia contra las mujeres en 1976, ante el Primer Tribunal
Internacional de Crímenes contra Mujeres, celebrado en Bruselas. Aquello, visto en
perspectiva, fue un acontecimiento histórico y de vital importancia para la evolución que
sufriría el concepto décadas después. El Tribunal fue inaugurado por Simone de
Beauvoir, quien advirtió: “Este encuentro feminista en Bruselas intenta que nos
apropiemos del destino que está en nuestras manos”. Alrededor de 2.000 mujeres de 40
países ofrecieron su testimonio y documentaron las distintas formas en que se manifiesta
la violencia de género.
Diana Russell y Jane Caputi dieron a conocer el término en el artículo Speaking the
Unspeakable, publicado originalmente en la revista Ms (1990): “es el asesinato de
mujeres realizado por hombres motivado por odio, desprecio, placer o un sentido de
propiedad de las mujeres”. En 1992, Diana Russell y Jill Radford lo definieron como “el
asesinato misógino de mujeres cometido por hombres”. Las autoras clasifican las distintas
formas de violencia de género que padecen las mujeres y que se manifiesta con un
creciente terrorismo sexual. Señalan que estos actos violentos que acaban con el
asesinato o muerte de las mujeres son feminicidios:
El feminicidio representa el extremo de un continuum de terror anti-femenino que incluye
una amplia variedad de abusos verbales y físicos, tales como: violación, tortura,
esclavitud sexual (particularmente por prostitución), abuso sexual infantil incestuoso o
extra-familiar, golpizas físicas y emocionales, acoso sexual (por teléfono, en las calles,
en la oficina, y en el aula), mutilación genital (clitoridectomías, escisión, infibulaciones),
operaciones ginecológicas innecesarias (histerectomías), heterosexualidad forzada,
esterilización forzada, maternidad forzada (por la criminalización de la contracepción y del
aborto), psicocirugía, negación de comida para mujeres en algunas culturas, cirugía
plástica y otras mutilaciones en nombre del embellecimiento. Siempre que estas formas
de terrorismo resultan en muerte, se convierten en feminicidios.
Las autoras sostienen que la meta del ejercicio de la violencia por parte de los hombres,
deliberada o no, es preservar la supremacía masculina. Se trata de un concepto político
que permite visibilizar la posición de subordinación, desigualdad, marginalidad y riesgo
en la que se encuentran las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.
2. Situación actual
Registros de femicidios en 2018:
Entre el año 2015 y el mes de mayo de este 2018 se tiene un registro oficial de 2018
feminicidios. El Estado de México, Veracruz, Oaxaca, la Ciudad de México y Sinaloa
aparecen con el mayor número absoluto de casos
En julio pasado se registraron en el país 78 feminicidios, la cifra más alta desde la apertura
de este recuento, en enero de 2015. De las 78 víctimas, 10 eran menores de edad.
De enero a julio de este año, 469 mujeres fueron asesinadas en situaciones de tal
gravedad que elevan las agresiones a nivel de feminicidio, según muestra la estadística
más reciente del Sistema Nacional de Seguridad Pública de la Secretaría de
Gobernación.
La distribución territorial de casos de feminicidios en el país muestra diferencias notables
entre estados. En números absolutos, el Estado de México aparece como el primer lugar
nacional en el número de casos, con 207 en el periodo señalado de enero del 2015 a
mayo del 2018. Al respecto, sin minimizar la problemática, debe tenerse en cuenta que
también es la entidad más poblada del país.
En segundo lugar se encuentra Veracruz, con una suma de 206 casos, es decir, sólo 1
caso menos que el Estado de México, pero con una población casi 50% menor a la de la
primera entidad, por lo que la tasa de feminicidios debe asumirse como exponencialmente
más alta en esa entidad, en los últimos tres años.
En tercer sitio se encuentra Oaxaca, con una suma de 167 casos; de manera notable,
esta entidad muestra la necesidad de mejorar los diagnósticos pues no se tiene claridad,
por ejemplo, respecto del origen étnico de las mujeres víctimas de feminicidio; y menos
aún, de su condición socioeconómica.
En cuarto lugar se ubica la Ciudad de México, con 162 casos. Se trata de una suma muy
elevada; y muestra que aún en la capital del país, en donde se asume que hay mayores
capacidades para la protección de los derechos de las mujeres, la violencia de género
sigue siendo una problemática que exige, como en el resto del país, la transversalización
de la perspectiva de género en todas las políticas y programas públicos, reto en el cual el
nuevo gobierno deberá dar pasos agigantados desde el 1 de diciembre.
En quinto lugar de esa bochornosa lista se encuentra Sinaloa, con 157 casos en el periodo
señalado; le sigue Jalisco con 156; Chiapas con 111, Sonora con 94; Morelos con 83;
Tabasco con 74; Nuevo León con 70; Guanajuato y Puebla con 55 cada uno de ellos; y
Guerrero, con 53.
Estado de México, Veracruz, Nuevo León, Chihuahua, Guerrero, Sinaloa y Ciudad de
México encabezan la lista de homicidios de ese sector.
En territorio mexiquense se han abierto 51 pesquisas por presunto feminicidio, es decir,
10.8 por ciento del total de los casos a escala nacional. Veracruz, Nuevo León y
Chihuahua tienen entre 30 y 40 cada uno.
En el siguiente rango –entre 20 y 30– están Guerrero, Sinaloa, Ciudad de México y
Jalisco. En sentido contrario, las entidades con ningún registro de feminicidio son
Querétaro y Baja California Sur.
Si tomamos en cuenta el tamaño de la población, la tasa más alta la tiene Zacatecas, con
2.11 casos por cada 100 mil habitantes. Le sigue Colima (2.07), Sinaloa (1.87), Chihuahua
(1.65), Guerrero (1.55) y Tabasco (1.44).
En el recuento de víctimas por edad, si bien prevalece la afectación a las adultas, hay un
rango de 14 por ciento de los casos en que se desconoce cuántos años tienen. En el caso
de las niñas fallecidas en situaciones de agresión extrema, y por su condición de mujeres,
también hay tendencia alcista. En 2015, por ejemplo, 45 menores fueron asesinadas en
hechos clasificados como feminicidios, mientras en 2017 fueron 106 y para los primeros
siete meses del año en curso el acumulado de víctimas –niñas y adolescentes– es de
medio centenar de casos: más que en todo 2015.
Entre las entidades con mayor número de niñas y adolescentes asesinadas destacan el
estado de México, Chihuahua y Zacatecas.
Por un lado aumentan los feminicidios y por otro se registra una contención o ligera baja
en homicidios dolosos cometidos contra ellas. Es así que a los 78 feminicidios de julio
habrá que sumar 218 asesinatos, así como 27 secuestros de mujeres.
En Oaxaca, la impunidad impera en los casos de feminicidio. Sin embargo, sigue sin
declararse la alerta de violencia de género (AVG), denunció el Observatorio Ciudadano
Nacional del Feminicidio (OCNF).
Durante la presentación del informe Implementación del tipo penal de feminicidio en
México: desafíos para acreditar las razones de género 2014-2017, el OCNF detalló que
de enero de 2014 a junio de 2017 han matado a 385 mujeres en este estado; de ellos,
sólo 256 casos fueron investigados como feminicidios, es decir, 66 por ciento.
La fiscalía del estado informó que la mayoría de las víctimas de feminicidio estaban en el
rango de más de 50 años, con 23 por ciento, seguidas de las de 31 a 40, con 21.