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José Daniel Ortiz Hernández

Debates teórico-metodológicos sobre la pareja conceptual Cultura-Identidad


Prof. Dr. Gilberto Giménez Montiel
Marcadores de la Identidad para el estudio de un grupo de jóvenes estudiantes
universitarios de la modalidad en línea

Para comenzar. Estudiaré cómo viven su experiencia estudiantil los jóvenes


universitarios que optan por la modalidad en línea. Lo que busco es entender qué es
significativo en sus vivencias en el ámbito escolar y por lo tanto, desde mi hipótesis,
les motiva para continuar con sus estudios y terminar.

De manera muy particular en uno de mis objetivos parto de supuesto de que en la


construcción de la significatividad y sentido del ser estudiante, es importante el papel
que juegan la sensación de pertenencia e identificación con la institución en los
jóvenes, en el proceso de la toma de decisión para continuar con sus estudios. Estos
son los dos ejes analíticos de mi investigación en los que voy a aplicar los
conocimientos adquiridos durante el seminario.

Primeramente. El concepto de cultura construido a partir de la posición simbólica nos


apoya en la hipótesis tomando en cuenta que podemos entender la cultura como
orientaciones y modelos para la acción, aunque no es la única propiedad que le
podemos atribuir sí es una dimensión que podemos utilizar para entender el fenómeno
que pretendo estudiar.

Partamos de la definición de la cultura que orienta la afirmación anterior: "La cultura


es la organización social de significados interiorizados de modo relativamente estable
por sujetos en forma de esquemas o de representaciones compartidas y objetivadas
en forma simbólica, todo ello en contextos históricamente específicos y socialmente
estructurados." (Giménez, 2016: 49).

De esta definición podemos tomar dos de los elementos la constituyen: la noción


de"organización social de significados interiorizados" y "en forma de esquemas", si
partimos de este punto, el análisis de la significatividad en la vida de los estudiantes,
se puede explicar entendiendo qué son los estos "esquemas" y "significados
interiorizados".
Para ello será de utilidad la contribución de la antropología cognitiva a los estudios
sobre la cultura. La noción de esquema puede entenderse como uno de los elementos
en los cuales se funda la conformación de significados culturales.

Las antropólogas Naomi Quinn y Claudia Strauss, en su trabajo A cognitive theory of


cultural meaning (2001) definen primeramente el significado (meaning) como "la
interpretación evocada en una persona por un objeto o evento en un tiempo dado"
(Strauss y Quinn, 2001: 6), esta interpretación a su vez es un "estado momentáneo
que se produce a través de dos tipos de estructuras relativamente estables:
estructuras mentales intrapersonales (qué también llamaremos "esquemas" o
"entendimientos" o "suposiciones") y extrapersonales, estructuras del mundo"
(Strauss y Quinn, 2001: 6).

Ahora bien, estas "estructuras mentales" o esquemas se definen como estructuras


congnitivamente estables, determinados por las experiencias de vida de quién las
aprende y sensibles a un contexto particular, que están determinados por las
conexiones neuronales de los sujetos y que son adquiridos por la repetición de
conductas, lo que crea un fortalecimiento gradual que recae en los pesos que se
tienen en las ideas que se asocian con ellos (Strauss y Quinn, 2001: 49).

En este sentido podemos entender que los esquemas son formas que se presentan
en el individuo de manera interior, es decir son disposiciones que dependen de un
aprendizaje y repetición que ocurre de manera subjetiva y que sin embargo está
determinado por el contexto de los actores.

Por otra parte, la dimensión cultural de estos esquemas, como lo explican Strauss y
Quinn, radica en su carácter de interpretaciones ampliamente compartidas en grupos
sociales y variables entre ellos; persuasivas y motivadoras; que tienen una duración
en los individuos y a lo largo del tiempo y una capacidad de tematicidad (pueden
aplicarse en una amplia variedad de contextos) (Strauss y Quinn, 2001: 89-90).

Lo anterior sirve como fondo para el entendimiento de la identidad, ya que como


menciona Giménez, las formas interiorizadas de la cultura (esquemas) tienen la
función de identificar, "ya que estas definen en última instancia la identidad social y
permiten salvaguardar la especificidad de los grupos" (Giménez, 2016: 50) y la
identidad "resulta precisamente de la interiorización selectiva, distintiva y contrastiva
de valores y pautas de significado por parte de los individuos y grupos" (Giménez,
2016: 50)

Ahora bien, definido el punto anterior que da a los esquemas, la dimensión de forma
interiorizada de la cultura pasemos al aspecto de análisis planteado en términos de lo
que servirá para la investigación que estoy realizando. La hipótesis con la que trabajo
es que la permanencia de los estudiantes de la modalidad virtual está influenciada
por la sensación de pertenencia a la universidad que estudiaré.

Si bien, esta relación que planteo no resulta evidente de entender la sensación de


pertenencia, es necesario para el estudio obtener las dimensiones de esta
pertenencia o identificación con el grupo de adscripción -la escuela-, y la función que
tiene el actor con esta –ser estudiante- ambas entendidas como dimensiones de la
identidad de un individuo.

Para este fin, trabajemos con la definición de identidad:

"La identidad puede definirse como un proceso subjetivo (y frecuentemente


autorreflexivo) por el que los sujetos definen su diferencia de otros sujetos (y
de su entorno social) mediante la autoasignación de un repertorio de atributos
culturales frecuentemente valorizados y relativamente estables en el tiempo"
(Giménez, 2016: 61)

Comencemos desglosando esta definición desde su primer componente, es un


proceso subjetivo, es decir propio de los individuos y determinado por su
conformación como personas, por ello se toma como categoría de análisis para la
investigación que pretende entender desde la subjetvidad de los individuos como es
que sus vivencias se construyen y conforman un sentido.

Sin embargo, este proceso de subjetividad está condicionado por el reconocimiento


del otro, es decir, el establecimiento de las diferencias que se plantea en función de
atributos. Estos atributos distintivos son de dos tipos: pertenencia social y atributos
particularizantes, como puede apreciarse definen esta condición de diferencia
marcada del sujeto en relación con su grupo.

Las pertenencias sociales, se refieren a la identificación que el sujeto tiene con


respecto a su filiación con grupos de intereses similares y colectivos sociales, estos
son en general: la clase social, la etnicidad, localización territorial, los grupos de edad
y género. (Giménez, 2016: 62)

Los atributos particularizantes, se refieren a las características individuales propias


de los sujetos que conforman su yo psicológico, estos pueden clasificarse de manera
tentativa en las siguientes categorías: atributos caraterológicos (disposiciones,
hábitos y tendencias), estilo de vida (definido por las preferencias del consumo),
relaciones íntimas (círuclo de personas con las que ese establece relación), posesión
de objetos entrañables, biografía personal. (Giménez, 2016: 64-65).

De este conjunto de dimensiones que definen la distinción que procuran los individuos
que se establece en términos de la legitimidad y el reconocimiento social puede
señalarse que no siempre son un conjunto armonioso, sino que puede significar la
mayoría de las veces una serie de tensiones que buscan la afirmación entre una y
otra parte.

En este sentido puede hablarse de una tipología de las indetidades de acuerdo a esta
tensión definida por Antonio Melucci en términos de: una doble dimensión de la
identificación, entendida como una capacidad del actor para afirmar su continuidad y
permanencia y hacerse reconocer por los otros; y una afirmación de la diferencia,
entendida como capacidad de distinguirse de los otros y hacerse reconocer (Melucci
citado en Giménez, 2009: 28)

De estas dos dimensiones Melucci elabora una tipología de configuraciones


identitarias, para el se pueden encontrar cuatro tipos de identidad: las segregadas
(donde el actor se afirma así mismo sin poner atención a la aprobación de los otros),
las hetero-dirigidas (una identidad reconocida por los demás pero con una debil
identificación peronal), las etiquetadas (asignada por otros y no asumida por el sujeto)
y las desviantes (hay una aceptación de la identidad conformada socialmente, pero
una incapacidad circunstancial para cumplirla) (Melucci citado en Giménez, 2009: 28-
29).

De lo anterior, podemos encontrar los marcadores de identidad a buscar para


entender la configuración de las pertenencias de los sujetos a investigar, estudiantes
universitarios de la modalidad a distancia, la mayoría de estos marcadores nos
indicaran el perfil identitario de los sujetos, en este sentido ¿Cómo utilizar estos
marcadores para identificar su identidad estudiantil y su identidad escolar?
Se pretende hacer uso de entrevistas para obtener la información experiencial,
vivencial y biográfica de los estudiantes con respecto a su estancia en la institución
escolar, de ello podemos obtener su identidad como individuos, sin embargo,
considero que la pertenencia a una institución es una dimensión identitaria distinta la
personal por lo que la identificación de esta dimensión requiere de una categoría
distinta de la identidad y esta "identidad escolar" que pretendo estudiar se puede
entender como un acontecimiento, tomando en cuenta que se es estudiante de
manera contingente, no es para toda la vida, aunque se pueda argumentar que se
aprende toda la vida, la condición de estar afiliado a una institución escolar es una
condición intermitente y distinta para cada ocasión que se presenta en la vida. No
existen licenciaturas o posgrados vitalicios.

En este sentido, señalar esta condición como un acontecimiento, no lleva a asumir


que esta identidad es de tipo colectivo. Para entender esta dimensión de análisis debe
considerarse que las identidades sociales son analogías de las identidades colectivas
(Giménez, 2016: 67) y que guardan una relación de semejanza con las identidades
individuales.

Ahora bien, podemos entender las identidades colectivas, de la manera que lo plantea
Melucci, como una categoría de análisis de la acción colectiva, que implica un
conjunto de prácticas sociales, que involucran un cierto número de individuos bien
definido, con características morfológicas similares, con un campo de relaciones y la
capacidad de las personas involucradas para conferir sentido a de lo que está
haciendo o va a hacer (Melucci citado en Giménez, 2016: 68).

Con lo anterior podemos caracterizar de mejor manera como se definiría la identidad


universitaria; primeramente, hay un grupo de personas bien definido, el universo de
la población estudiantil; con características similares en cuanto al nivel de escolaridad
precedente, las edades y de acuerdo al programa en el que están inscritos quizá los
intereses; un campo de relaciones sociales bien establecido entre los miembros de la
universidad, docentes, estudiantes y personal administrativo en relaciones jerárquicas
y de posición; y el sentido conferido a su actividad es principalmente estudiar una
carrera universitaria para obtener un título.

Siguiendo con esta caracterización que hace Melucci, también podemos dar una
caracterización a los actores colectivos que intervienen en estos procesos sociales,
esta definición característica implica que los actores colectivos tienen: una
permanencia en el tiempo de la acción, una unidad con límites definidos, distinción
con respecto a otros sujetos y esta está sujeta al reconocimiento de los mismos
(Melucci citado en Giménez, 2016: 68-69).

Aquí también las características se pueden asignar a los actores pertenecientes a la


identidad estudiantil, los estudiantes como ya se mencionó tienen acotada su
permanencia en la institución de acuerdo al plan de estudios que eligieron y a la
normativa de su carrera; hay varias unidades definidas, los grupos, los grados, las
carreras; hay distinción entre los miembros de ciertas facultades y/o carreras y
también la distinción social entre quien es estudiante y quien no lo es lo que implica
también un reconocimiento desde fuera de la institución.

Por último, para terminar con esta caracterización también se señala que estas
identidades colectivas según Melucci tienen una orientación común de medio, fines y
campos de acción; definen un lenguaje compartido y propio; implica un
involucramiento emocional de parte de los actores que la conforman; y sus actores
tienen la capacidad de reconocer los efectos de sus acciones y para atribuir efectos
a sí mismos. (Melucci citado en Giménez, 2016: 70).

La capacidad autorreflexiva de los actores para entender las implicaciones de sus


acciones es evidente en el campo de lo que se pretende estudiar, hay un grado de
conciencia de la finalidad de la institución, de los valores que representa en el contexto
social y la posición que guarda cada uno de los que intervienen en la actividad de
estudiar.

A manera de conclusión, considero que las categorías analíticas que logré obtener de
esta caracterización de las identidades colectivas serán de gran ayuda para poder
orientar mis instrumentos, para operacionalizarlas en el campo de la educación
escolarizada y específicamente en la situación de los jóvenes que cursan la
modalidad virtual.

Fuentes Consultadas

GIMÉNEZ, G. (2009) Identidades sociales, Conaculta-Instituto mexiquense de la


cultura. México.
GIMÉNEZ, G. (2016) Estudios sobre la cultura y las identidades sociales, Conaculta-
UIA-UV-ITESO-U de G. México.

STRAUSS, C. y Quinn N. (2001) A cognitive theory of cultural meaning. Cambridge


University Press. New York

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