Redes Fantasmas
Los desechos flotantes que muchos animales marinos ingieren por error, ya
que se asemejan a su comida habitual. Los detritos de plástico voluminosos
pueden quedarse permanentemente en el tracto digestivo de los animales,
causando la muerte por perforación de tejidos o el bloqueo del paso de comida.
Según un estudio de 1999 de la Marine Reacerch Foundation, la masa de plástico
era seis veces mayor que la de plancton.
Los aditivos tóxicos usados en la fabricación del plástico pueden contaminar el
agua y los alrededores cuando son expuestos al agua. Los contaminantes
hídrofobicos transmitidos por el agua se agrupan en la superficie como detritos
plásticos, haciendo que el plástico encontrado en los océanos sea más tóxico que
el hallado en tierra. Los contaminantes hídrofobicos se bioacumulan en tejidos
grasos, biomagnificándose a lo largo de la cadena alimentaría, causado gran daño
a los superpredadores. Algunos aditivos plásticos son conocidos por interrumpir el
sistema endocrino, cuando son consumidos, otros pueden deteriorar el sistema
inmune o hacer decrecer la tasa reproductiva.
Se puede definir el mar como una gran superficie de agua salada, de tamaño
menor que los océanos. Generalmente, los mares forman parte de algún océano y
comunican con este por algún tipo de canal o estrecho natural. También es
habitual que se sitúen entre dos masas de tierra relativamente cercanas, aunque
pertenezcan a distintos continentes (véase el Mar Mediterráneo). Sin embargo, los
océanos ocupan vistos terrenos en los que existen grandes separaciones entre las
áreas de tierra firme más cercanas. Existen diferentes tipos de mares:
Mares continentales: Si sitúan dentro de los continentes y comunican con el
océano por medio de estrechos. Un ejemplo sería el Mar Mediterráneo.
Mares litorales: Son como golfos dentro de los océanos, como el Mar de Noruego
o de Beaufort.
Una de las mayores catástrofes que existen en este planeta, desde mi opinión, es
la que nosotros mismos generamos. Cómo de forma constante seguimos
contaminando aquello que nos permite vivir, cómo destrozamos la tierra, el agua y
el aire como si no fuera a pasar nada, ciegos a los daños que no dejamos de
causar.
Tanto los ríos como los mares nos dejan imágenes insólitas, catastróficas en las
que nuestros residuos aparecen flotando o en el fondo de la tierra. En el caso de
los mares suele haber una mayor incidencia en la etapa estival ya que es cuando
hay una mayor afluencia de personas; es tan demoledor ver cómo en una ola hay
bolsas de basura, botellas o cualquier otro tipo de envase que destroza el medio
ambiente y la vida que se fragua por debajo del agua…
Ya no sólo son los sedimentos que vertemos de forma consciente al mar, no nos
olvidemos de los vertidos industriales y urbanos que se realizan de forma
constante al agua. Aunque no lo oigamos todos los días, aunque no lo veamos
con nuestros propios ojos, no dejan de realizarse vertidos de todo tipo de niveles
de contaminación con las consecuencias pertinentes.
Los residuos radioactivos están en el fondo del mar, un mar que nosotros
contaminamos o permitimos impasibles que lo hagan, un mar que nos alimenta y
¿Luego nos impresiona que cada vez haya enfermedades más raras? Nuestra
alimentación se deteriora.
Por hacernos eco de los datos, se cree que el 80% de las diversas
sustancias que contaminan los mares provienen de la propia tierra; esto es, de
suelo urbano o industrial. De esas fuentes terrestres, la denominada como
contaminación difusa es la más importante, la cual incluye focos diversos tales
como vehículos, camiones o tanques sépticos, así como tierras de cultivo y otros.
Por todo lo indicado hasta este punto, luchar por la contaminación de los mares es
de vital importancia, especialmente porque alrededor de aproximadamente el 60%
de las especies,viven en la franja de 60 kilómetros más próxima a la costa. O si lo
preferís, lucha por ti y por cada uno de los que vendrán, porque todo acaba por
deteriorarse, por cambiar y no siempre es hacia mejor.
Lo único que puedo decir es ¡Despertar!. Despertar y mirar todo lo que os rodea,
atreveros a investigar y ver cómo eran las cosas antes, cómo eran las montañas,
cómo brillaba el cielo, los polos y cómo eran las aguas que ahora mismo
envuelven en su manto nuestros propios residuos.
El efecto más evidente es el perjuicio que la contaminación de los mares por culpa
del ser humano supone para la biodiversidad de la zona. La contaminación del
agua provoca que miles de especies de animales y plantas marinos vean
destruidos sus hábitats naturales (y, por tanto, reducidas sus posibilidades de
supervivencia, Las Naciones Unidas han calculado que la contaminación afecta a
casi un tercio de los mares del planeta y que esto ha provocado la extinción de
casi el 40% de los ecosistemas en estado más crítico.
La contaminación en los mares no es fácil de erradicar. Una vez que está ahí,
resulta muy difícil eliminarla. Se necesitarían grandes infraestructuras y enormes
costes para limpiaralgunas de las islas de basura y puntos negros que ya existen
en el mundo. Pero, ¿quién está dispuesto a asumir esta titánica empresa? La
cantidad de vertidos en el mar ha crecido a un ritmo de x100 en las últimas
décadas, por lo que “limpiar” a la misma velocidad que se contamina, es cada vez
más difícil.
Por otro lado, toda la suciedad acumulada, ya sea petróleo, plásticos, productos
químicos u otras muchas sustancias, tardan mucho tiempo en desaparecer y
durante ese tiempo no solo contaminan el agua, sino que también el aire en
incluso la tierra a través de las mareas y corrientes, que hacen llegar buena parte
de la basura a las costas.
Por otro lado, no hace falta esperar a una catástrofe ambiental en el mar para
ponerse las pilas, movidos muchas veces por el impacto mediático más que por
motivos realmente ecológicos. Siempre puede echar una pequeña mano en lo que
se refiere a la contaminación de los mares, mismamente cuando vas a la playa y
retiras algún vidrio o plástico que flota en el agua y lo depositas en su lugar
correspondiente. Cada pequeño gesto cuenta.
De nada sirve hacer esos pequeños gestos si luego nosotros mismo no ponemos
cuidado y no nos importa tirar cigarros, botellas o bolsas de basura al mar.
Algunos de los que leéis este blog seréis jóvenes (o, al menos, lo habréis sido) y
sabréis lo que es un botellón en la playa, por ejemplo. No somos vuestros padres
ni las autoridades pertinentes para deciros lo bien o mal que está hacer botellón
en la playa, pero sí podemos deciros que, si lo vais a hacer, recojáis luego todas
las bolsas, botellas de cristal, refrescos, etc.
Si eres de los que viaja en el mar, a bordo de barcas, yates o la embarcación que
sea, no arrojes la basura por la borda. Puede parecer un ejemplo tonto, pero todo
contribuye a la contaminación de los mares. Por ejemplo, un gesto tan simple
como tirar las anillas de plástico de los refrescos puede provocar la muerte por
asfixia de peces.
Otra forma interesante de cuidar el mar y la fauna marina es ofrecer ayuda, ya sea
económica o de voluntariado, a alguna asociación que luche contra la
contaminación en los mares y océanos.
Los que sean más valientes y vivan en una zona donde haya problemas de
contaminación marina, también pueden intentar concienciar a su comunidad
local y tratar de proponer cambios a los gobiernos s instituciones de turno.
Muchas veces la unión hace el poder y si se presiona, muchas veces se consigue
que los mandatarios actúen.
Todos estos consejos son igual de válidos para la contaminación del agua en
general, no solo para la contaminación de los mares. También en lagos, ríos u
océanos la contaminación destruye ecosistemas marinos y provoca la muerte de
millones de seres vivos.
Aquí tienes un vídeo donde puedes ver todos los problemas en el mar
ocasionados por la contaminación, además de un enlace para acceder a mas
información.