Frankl cuenta en su autobiografía que los más aptos para sobrevivir a los campos
de concentración eran aqueos que tenían una meta en su vida, para el mismo era
el reescribir un manuscrito que iba a publicar poco antes de ser atrapado por los
alemanes.
Frankl postula que la voluntad interviene siempre en la libertad del hombre para
elegir entre aceptar y rechazar una oferta. Es decir que siempre estamos
consientes del poder que tenemos sobre lo que será de nosotros en el futuro,
nuestra voluntad guía nuestra vida.