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Susana Guadalupe Martínez García Gpo.

T31 San Nicolás de los Garza 9 marzo 2017

El <<Genio de la lengua>> y la traducción

Algunos rasgos comunes: arbitrariedad, elementos discretos, doble estructuración,


productividad.

Todas las lenguas, por el hecho de serlo, presentan semejanzas y diferencias. En primer
lugar, una de las características común a todas las lenguas es la arbitrariedad, que en su
forma más elemental se manifiesta en la ausencia de relación natural entre los códigos del
lenguaje corriente y los sucesos o propiedades a los que hacen referencia, entre la forma y
el significado.

El segundo rasgo compartido es la utilización de elementos discretos, es decir, de elementos


que contrastan entre si y no forman un continuum.

Una tercera característica es la doble organización de la estructura de las lenguas, que están
constituidas por un número reducido de sonidos arbitrarios, que carecen de significado y
que los hablantes perciben como diferenciados, y por la combinación de estos sonidos en
cadenas de significado. Estos elementos pueden agruparse para dar lugar a estructuras más
complejas cuyo significado difiere del de los elementos por separado.

En cuarto lugar se encuentra la productividad semántica ilimitada, es decir que a partir de


un número finito de unidades podemos generar un número infinito de mensajes.

Gramaticalidad y universales

Todas las lenguas poseen reglas que permiten o impiden ciertas construcciones. Estas
reglas, por ejemplo, rigen la combinación de fonemas para formar morfemas. Asimismo,
dichas reglas especifican los modos en que pueden combinarse las palabras, al margen de
que hayan sido oídas antes y al margen de su sentido.
El intento de la gramática generativa es el intento de encontrar las estructuras profundas
que subyacen al comportamiento de todas las lenguas; o dicho de otro modo, de llegar a un
conjunto de reglas capaz de generar únicamente oraciones gramaticales.

La necesidad misma de la traducción confirma que cada lengua presenta un patrón único de
especificidad fonológica, léxica y gramatical que le confiere una identidad lingüística
particular y que, en combinación con el desarrollo histórico y cultural de las comunidades
de hablantes que la utilizan, ha forjado lo que antes se le denomino como su <<espíritu>>.

Evolución histórica y variación diatópica

En su primera época, entre los siglos VI y XI, la lengua germánica que se conocería con el
nombre de inglés se vio sometida a un rápido cambio forzado debido a la invasión de
pueblos escandinavos, que hablaban diversas lenguas germánicas.

Los primeros registros escritos de lo que se considera ingles antiguo datan de la época de
Beda el Venerable. Cada nueva aportación lingüística dejo huellas indelebles, y el resultado
ha sido un amplio repertorio de vocales y consonantes (45 sonidos básicos).

Se considera que el primer registro histórico del castellano son unos comentarios a un texto
religiosos escrito en el monasterio de San Millán, donde la base lingüística del castellano la
constituía el latín, introducido por las tropas romanas. Desde 1713, la sintaxis y la
ortografía castellana están reguladas por la Real Academia Española, creada a imitación de
la Academia Francesa. El inglés, en cambio, carece de un órgano regulador similar; se ha
desarrollado y continúa evolucionando al margen de cualquier autoridad prescriptiva
verdaderamente inapelable a partir del uso común y sujeto solo a las limitaciones del gusto
culto u el consenso.

En este punto, quizá valga la pena repetir que la traducción es, por encima de todo, un
puente lingüístico entre culturas y que un buen conocimiento del inglés británico o
estadounidense estándar no basta al traductor castellano para trasladar.

El orden SVO: un patrón común


El inglés y el castellano comparten muchos elementos comunes; ambas lenguas, aunque en
diferentes grados, siguen un orden SVO, es decir, que predomina en ellas el orden sujeto-
verbo-objeto/complemento. En el inglés moderno, este esquema es el preferido de modo
mayoritario, aunque, no siempre ha sido asi, en castellano, se trata de un orden básico del
que la lengua se aparta con frecuencia en respuesta a los dictados del estilo y la
expresividad individual. Semejante versatilidad es posible gracias al gran sistema de
desinencias del castellano, mientras que, en inglés, el sentido o la interpretabilidad de un
enunciado depende principalmente a la simplicidad morfológica fijada en los diversos
elementos gramaticales que lo constituyen, asi como el acento tónico, los grupos rítmicos y
los patrones de entonación de la lengua hablada

Dos lógicas internas diferentes

Diversos autores han identificado cierto número de características o tendencias generales


divergentes del inglés y del castellano relacionado con los modos en que estas dos lenguas
segmentan y describen la realidad. Por ejemplo, la que observa Gerardo Vázquez-Ayora,
para quien el inglés es una lengua que expresa la realidad de un modo objetivo y
descriptivo, cinematográfico, mientras que el castellano percibe la realidad de una forma
más abstracta y analítica. En resumen, escribe del inglés, <<el positivismo inglés y su
visión objetiva del mundo dictan el orden lógico y racionalista>>; y del castellano, <<el
español funciona en el plano psicológico, es más anárquico y arbitrario frente a la realidad,
deja mucho a las presuposiciones psicológicas del interlocutor>>

Parataxis, elipsis, lítotes

Otros rasgos inherentes del inglés que no pueden atribuirse únicamente a la idiosincrasia
del estilo de los autores individuales, sino más bien a la tiranía de la lengua, son la
parataxis, la elipsis y la lítote.

Esta última, la figura retórica de la atenuación relacionada con ese otro modo de expresión
inglés, la ironía, se encuentra frecuentemente en el inglés cotidiano, en expresiones como:
<<she´s ratter pretty>> o <<it´s not bad>>. En relación con la arquitectura sintáctica de sus
frases, el inglés contemporáneo favorece la parataxis, con el uso de la yuxtaposición y el
asíndeton, con el uso de la elipsis.
Repetición y variación.

Esta característica del inglés difiere radicalmente del castellano. En el inglés, se admite la
repetición como procedimiento para subrayar o intensificar la expresión, por ejemplo: <<he
´s very very shy>>, estas repeticiones son intencionales y apuntan a un objetivo retorico
claro: intensificar, enfatizar, y dotar al texto de un ritmo deliberado.

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