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Enfermedad discal intervertebral (II): pruebas diagnósticas, tratamiento y

pronóstico

Article  in  La Clinica veterinaria · January 2015

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4 authors, including:

Daniel Sanchez-Masian Elsa Beltran

University of Liverpool Royal Veterinary College
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Alejandro Lujan-Feliu-Pascual
Aúna Especialidades Veterinarias
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 Enfermedad discal intervertebral (II): pruebas
diagnósticas, tratamiento y pronóstico
Intervertebral disc disease (II): diagnostic techniques, treatment and prognosis

D. Sánchez-Masian,1 E. Beltrán,2 J. Mascort-Boixeda,3 A. Luján-Feliu-Pascual3,4

1
Small Animal Teaching Hospital. University of Liverpool. Leahurst, Neston CH64 7TE (UK)
The Royal Veterinary College. University of London. Hawkshead Lane, North Mymms, Hatfield Herts AL9 7TA (UK)
2

3
Hospital Ars Veterinaria c/ Cardedeu, nº 3 08023 Barcelona (España).
4
AÚNA Especialidades Veterinarias, c/ Corretges s/n, 46980 Paterna - Valencia (España)

Resumen
La precisa localización del material discal herniado dentro del canal vertebral es fundamental para planificar la
cirugía espinal. La mielografía, la tomografía computarizada y la resonancia magnética son las técnicas diagnósti-
cas actualmente empleadas para evaluar la sospecha de hernia discal en medicina veterinaria. La decisión sobre el
tratamiento de elección se basa en los beneficios que aporta la cirugía respecto al manejo conservador. La valora-
ción clínica de la presencia o ausencia de nocicepción es considerada, todavía, la manera más fiable de establecer
un pronóstico en pacientes con daño medular severo; sin embargo, otros parámetros (tales como los hallazgos de
resonancia magnética o recientemente, biomarcadores en el líquido cefalorraquídeo) pueden ayudar a establecer el
pronóstico de la enfermedad.

R
Palabras clave: Disco intervertebral; resonancia magnética; médula espinal; tratamiento.
Keywords: Intervertebral disc; magnetic resonance; spinal cord; treatment.
Clin. Vet. Peq. Anim, 2015, 35 (2): X-XX

Introducción
Como decíamos ayer (Dicebamus hesterna die – Fray
Luis de León –) el objetivo de este segundo artículo es
describir las diferentes técnicas diagnósticas disponibles
en medicina veterinaria, así como las características
del tratamiento conservador (médico) y quirúrgico
y los diversos factores que ayudan a determinan el
pronóstico de los pacientes con enfermedad discal
intervertebral.
Conviene recordar que las pruebas diagnósticas
no sustituyen al examen físico y/o neurológico,
que continúan siendo prioritarios y fundamentales
para confirmar la presencia de una patología espinal
(mielopatía) y determinar su localización. Enfermedades
sistémicas (tales como septicemia generalizada o
embolismo aórtico), patologías cardiacas (especialmente
aquellas que cursan con tamponamiento cardiaco),
osteomusculares (poliartritis), o neuromusculares
(miastenia gravis) pueden provocar un cuadro clínico
muy similar a una gran variedad de mielopatías.
Después de establecer la localización neuroanatómica
(C1-C5, C6-T2, T3-L3 o L4-S3), las pruebas de imagen
son generalmente el siguiente paso en el proceso
diagnóstico, ya que en la mayoría de los casos
proporcionan suficiente información sobre la severidad
y la naturaleza de la lesión medular y con frecuencia
permite descartar otros diagnósticos diferenciales.1
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico de la enfermedad discal intervertebral
puede sospecharse inicialmente con la radiografía
simple de la columna vertebral; pero es necesario
realizar otras pruebas de imagen como la mielografía,
tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética
(RM) para confirmar o descartar la sospecha inicial y
poder localizar con precisión el nivel y la severidad de
la compresión medular.1
Un artículo reciente1 explica de manera simplificada
la utilidad de las diferentes técnicas de imagen
en pacientes con sospecha de hernia discal; de tal
manera, que la RM de alto campo (> o igual de 1
Tesla) sería la técnica idónea para el diagnóstico de
cualquier mielopatía, incluidos aquellos pacientes con
enfermedad discal intervertebral. La combinación de
mielografía y TC (mielo-TC) sería la siguiente mejor
opción, especialmente en razas no condrodistróficas.
En razas condrodistróficas, donde la extrusión discal
está habitualmente mineralizada, el TC simple debería
aportar el diagnóstico en la mayoría de los casos.

* Contacto: danimasian@yahoo.es La primera parte de este artículo fué

publicado el año 2012 Volumen 32 nº1

7
Sánchez-Masian et al
Finalmente, la mielografía todavía se considera una
técnica adecuada para el diagnóstico de la hernia
discal en aquellos casos donde la TC o la RM no están
disponibles.
En la especie canina, la aparición de signos clínicos
compatibles con una mielopatía y la sospecha de
hernia discal, especialmente en determinadas razas
tales como el Teckel o el Bulldog Francés, son una
indicación habitual para recomendar la realización
de pruebas de imagen. Aunque la radiografía simple
suele ser una modalidad empleada frecuentemente
en primer lugar, está considerada poco precisa para
el diagnóstico de hernia discal.2 Otras técnicas de
imagen son estrictamente necesarias antes de proceder
a cualquier intervención quirúrgica de la columna
vertebral. Una valoración precisa y detallada de la
localización, lateralización y el grado de compresión
medular facilita el tratamiento quirúrgico y debería
mejorar la recuperación de los pacientes.1
En aquellos con exclusivamente dolor espinal sin
déficits neurológicos, las radiografías simples pueden
ayudar a descartar inicialmente patologías graves que
provocan destrucción ósea significativa (como por
ejemplo discoespondilitis o neoplasia). Sin embargo,
otras pruebas de imagen más avanzadas (mielografía,
CT o RM) están indicadas si el dolor espinal persiste a
pesar de un correcto tratamiento médico.
Radiografía simple
Las radiografías simples, en pacientes sintomáticos,
habitualmente muestran cambios radiológicos que
pueden estar asociados con enfermedad discal
intervertebral, tales como estrechamiento del espacio
intervertebral discal, estrechamiento de distancia entre
las facetas articulares, incremento de la opacidad del
foramen intervertebral o la presencia de material discal
mineralizado dentro del canal vertebral; sin embargo,
raramente puede proporcionar información suficiente
para establecer el diagnóstico definitivo.2
Actualmente el empleo de radiografías simples
parece estar limitado a estudios de prevalencia
de la degeneración discal en determinadas razas
condrodistróficas (Fig. 1). Algunos datos significativos
en la raza Teckel apuntan como factor predisponente
Figura 1. Proyección lateral de una radiografía simple de la columna
toracolumbar canina en la que se aprecian múltiples discos calcificados a
nivel de los espacios intervertebrales T10-T11, T12-T13, T13-L1 y L1-L2.
8
para sufrir extrusión discal, la detección radiológica
de mineralización del disco intervertebral a la edad
de 2 años.3 Otro estudio sugiere que la mineralización
de 5 o más discos intervertebrales en el momento de
cirugía aumenta el riesgo de recaída tanto en razas
condrodistróficas como no condrodistróficas.4 Sin
embargo, la desaparición de la mineralización discal
previamente detectada en la región toracolumbar está
descrita en la raza Teckel, especialmente, en perros de
más de dos años y con más de 4 discos mineralizados
y se cree que es el resultado de una degeneración
progresiva del disco más que una regeneración discal.5
La radiografía simple permite, en la mayoría de los
casos, detectar la existencia de discos intervertebrales
degenerados (que no es sinónimo de hernia discal),
pero no aporta información en relación a la compresión
medular o sobre la precisa localización del material
discal herniado.3
A pesar de que algunos estudios,2,6,7 atribuyen una
elevada sensibilidad a la radiografía simple para la
precisa localización de la hernia discal, esta técnica
de imagen no debería emplearse de manera aislada,
ya que no proporciona suficiente información sobre
la lateralización del material discal herniado o la
extensión y el grado de compresión medular ni, en
la mayoría de los casos, la presencia de otras posibles
lesiones.
En aquellos casos donde se decida realizar
radiografías simples, las proyecciones radiológicas
recomendadas incluyen la vista lateral y ventrodorsal,
que para una correcta interpretación deben realizarse
bajo sedación profunda o anestesia general, ya que
permite disminuir el movimiento del animal y asegura
un correcto posicionamiento del paciente.
Otro de los signos clásicamente observados en la
radiografías simples, la espondilosis deformante, no
está asociada con hernias Hansen tipo I; sin embargo,
puede existir una cierta asociación entre espondilosis
deformante visible radiológicamente y Hansen tipo II.8
Mielografía
Durante muchos años, la mielografía fue considerada
la técnica de imagen principal para el diagnóstico de
la hernia discal en medicina veterinaria. Actualmente,
la decisión de usar la mielografía en animales con
sospecha de hernia discal se basa principalmente en la
falta de disponibilidad de RM o TC. La mielografía se
define como la opacificación del espacio subaracnoideo
alrededor de la médula espinal con el objetivo de
identificar cualquier desviación que pueda indicar la
localización de la lesión medular (Fig. 2).1
Según los artículos consultados,9-12 la mielografía
convencional tiene una precisión diagnóstica que oscila

Figura 2. Proyección lateral de una radiografía con contraste
(mielografía) de la columna cervical evidenciándose desplazamiento dor-
sal de la columna de contraste (patrón extradural) a nivel de C2-C3 espa-
cio intervertebral compatible con extrusión discal. También se aprecia la
calcificación del disco intervertebral entre C3-C4.
entre el 72% al 97% para determinar la localización
y entre el 53% al 100% para determinar el lado de la
extrusión; sin embargo, sus mayores inconvenientes
radican en su carácter más invasivo, los efectos adversos
potenciales (como por ejemplo, convulsiones
empeoramiento de los signos neurológicos14) y su
dificultad técnica en algunos animales.9-11
Estudios en la especie canina, que han evaluado
el uso de la mielografía como técnica de imagen
independiente, han incluido en sus protocolos
las proyecciones oblicuas, junto con las
proyecciones laterales y ventrodorsales
tradicionales, alcanzaron una precisión
hasta del 95% en la identificación del lado
de la extrusión del disco intervertebral.
Actualmente, combinar la interpretación
de ambas proyecciones (ventro-dorsal y
oblicua) se considera más beneficioso que
cualquiera de las dos proyecciones por
separado.9,16
Una de las mayores desventajas atribuidas
a la mielografía es la tendencia de muchas de las
lesiones medulares, incluida la hernia discal, de
colapsar el espacio subaracnoideo, impidiendo el
paso o el acúmulo del medio de contraste y por lo
tanto impidiendo determinar la localización y la
extensión de la lesión. De manera adicional, hernias
caudales a la terminación del saco dural dificultan la
interpretación del mielograma. Finalmente, cualquier
depósito del contraste a nivel epidural, debido a una
colocación inadecuada de la aguja espinal, provoca
una disminución en la calidad del estudio.
La incidencia descrita de convulsiones post-
mielografía, tras la administración de iohexol, oscila
entre 0% - 10% y se ha asociado positivamente con
el peso de los pacientes (razas grandes), el volumen
inyectado (mayores volúmenes), la mielografía
cervical (o cerebelomedular), la localización de la
lesión (más probable si la lesión es cervical), el sexo
2015, Vol. 35 nº2
(mayor riesgo en machos), y la raza (mayor riesgo en
Doberman pinschers).13-15 La mayor prevalencia de
convulsiones en las razas grandes, comparado con las
razas pequeñas, se debe probablemente a la necesidad
de emplear un mayor volumen de contraste. En
cualquier caso conviene recordar que las mielografías
en perros de menos de 20 kilos a nivel lumbar están
asociadas con la menor tasa de convulsiones (los que
sufren hernias discales con mayor frecuencia).15
La mayoría de las convulsiones ocurren durante la
primera hora tras la recuperación de la anestesia, por
lo tanto es fundamental monitorizar al paciente sobre
todo en el periodo inmediato después la anestesia. Una
posible explicación implica que el proceso anestésico
puede encubrir las convulsiones o elevar el umbral
de las mismas.15 Otras complicaciones severas de la
mielografía en la especie canina incluyen asistolia17 y
hemorragia subaracnoidea intracraneal.18
13-15
o Un interesante estudio histopatológico, demostró la
presencia de hemorragia, gliosis y degeneración axonal
medular tras la realización de mielografía lumbar en
Beagles sanos, aunque ninguno de los animales mostró
signos neurológicos.19
La mielografía lumbar es más exigente técnicamente
que la mielografía cervical, pero es más probable
Actualmente, obtener un diagnóstico preciso en lesiones
la decisión toracolumbares, ya que el contraste puede
de emplear la introducirse bajo presión con un menor
mielografía se basa riesgo de riesgo de convulsiones.7
La fluoroscopia puede emplearse para
principalmente
dirigir la colocación de la aguja espinal,
en la falta de
confirmar el flujo del contraste en el
disponibilidad de espacio subaracnoideo y localizar el lugar
RM o TC de la lesión mientras se está inyectado el
contraste. Es fundamental que las proyecciones
radiológicas lateral y ventro-dorsal del área de interés
se obtengan inmediatamente después de inyectar el
contraste.7,10,16
Existe cierta controversia en relación a la capacidad
de la mielografía para establecer un pronóstico de
recuperación. La ausencia del contraste mielográfico
en una extensión cinco veces la longitud de la segunda
vértebra lumbar conlleva un valor pronóstico negativo
en perros con extrusión discal toracolumbar y pérdida
de nocicepción.20 Sin embargo, un estudio posterior,
1,12
no consideró la extensión de la pérdida de contraste
provocada por la tumefacción medular como factor
pronóstico válido.21
Tomografía computarizada
En comparación con la mielografía, la TC aporta una
resolución superior, la capacidad para reformatear las
imágenes y un menor tiempo para la obtención de
9
Sánchez-Masian et al
las mismas.21 La TC también elimina el problema de
la superposición de tejidos que generalmente ocurre
con la mielografía, especialmente en la columna
torácica. La ventaja de ser extremadamente sensible
a los cambios de densidad radiográficos, permite una
correcta definición y una gran resolución espacial del
material discal calcificado dentro del canal vertebral
o del foramen intervertebral. Además proporciona
en las imágenes transversas una clara definición de
la localización del material extruido o protuido con
respecto a la médula espinal. El material discal extruido
se visualiza como una masa extradural heterogénea
hiperatenuante que comprime y desplaza la médula
espinal (Fig. 3).11,22
Figura 3. A. Imagen transversa de mielo-TC a nivel del cuerpo vertebral
de C4 en la que se aprecia material calcificado hiperatenuante que des-
plaza dorsalmente y comprime la médula espinal compatible con hernia
discal aguda calcificada. B. Imagen sagital de una TC con la presencia
de material hiperatenuante dorsal al espacio intervertebral C3-C4 com-
patible con hernia discal. C. Imagen sagital de una mielo-TC donde se
aprecia un material hiperatenuante y compresión ventral de la médula
espinal a nivel del cuerpo vertebral de T12 y atenuación de las lineas
de contraste. Mineralización del disco intervertebral entre T12-T13. Notar
que T12 es una hemivértebra.
Sin embargo, aunque la TC sin contraste de la
columna vertebral está considerada como una técnica
válida para el diagnóstico y la localización del material
discal mineralizado en razas condrodistróficas,11,22-24 la
mielo-TC tiene mayor sensibilidad para el diagnóstico
de la compresión medular extradural y generalmente
es necesario para identificar compresiones discales no
mineralizadas.24,25
El principal inconveniente de la TC para el
diagnóstico de la enfermedad discal intervertebral
Hansen tipo I radica en pacientes donde el material
extruido no está calcificado o, si lo está, cuando es sólo
un pequeño volumen y por lo tanto puede ser difícil
de detectar.11
10
Diferentes estudios han demostrado que en la
mayoría de los casos, en razas condrodistróficas, no
es necesario el empleo de contraste intravenoso o
subaracnoideo, ya que el material discal mineralizado
se puede identificar claramente con la TC simple.23,26
De la misma manera que pocas diferencias existen a
la hora de administrar el contraste por vía intravenosa
(IV) o intratecal para determinar el nivel y el lado de la
compresión medular.27 Es evidente, en cualquier caso,
que existen ventajas al administrar el contraste por vía IV
al evitar la necesidad de inyectar el contraste intratecal
y complicaciones, sin olvidar que en ocasiones puede
ser complicado, especialmente en pacientes obesos
y con artrosis articular. El material de contraste en el
seno venoso dural y en los tejidos blandos adyacentes
puede ayudar a delinear la asimetría de la médula
espinal debido a lesiones compresivas extradurales.28
Las imágenes de la TC después de la opacificación
del espacio subaracnoideo combina los beneficios
de la mielografía y de la TC, aunque también sus
inconvenientes. Bajas concentraciones o volúmenes del
medio de contraste, en el espacio subaracnoideo, que
no serían visibles radiológicamente, se pueden detectar
con la TC. La decisión de realizar una mielo-TC se basa
en un mielograma o una TC inconcluso. En ausencia de
RM, mielo-TC (+/- admnistración de contraste IV) es
la mejor opción diagnóstica, especialmente en razas no
condrodistróficas.1 La administración de contraste IV
en la TC puede ayudar a la valoración de lesiones que
afectan el espacio epidural o el foramen intervertebral.
Esta técnica es más beneficiosa para valorar pacientes
con enfermedades inflamatorias o neoplasias que
afectan al tejido paravertebral o vertebral más que en
aquellos pacientes con hernia discal.1 La inyección de
contraste intratecal se recomienda en aquellos casos
donde la TC no permita un diagnóstico definitivo,
sin embargo, algunos autores recomiendan su uso en
todos los casos, ya que el contraste puede delinear
lesiones que no eran visibles antes de la administración
del contraste.29
En algunos pacientes, la hemorragia asociada con
la extrusión discal no es fácil de diferenciar de la
médula espinal mediante la TC. Sin embargo, estudios
recientes han demostrado que se puede diferenciar
entre hemorragia y material discal extruido o médula
espinal. Por otra parte, la atenuación (medida en
unidades Hounsfeld) del material discal aumenta
según lo hace la mineralización del disco, lo que podría
permitir la diferenciación entre extrusiones crónicas y
agudas.27,28
Existen varias razones por las cuales la mielografía
o la TC pueden no ser diagnósticas en pacientes con
hernia discal. En medicina humana, la presencia

de múltiples protusiones discales, la fuga epidural
del medio de contraste, volúmenes pequeños o
lateralización del material discal son algunas de las
causas propuestas que afectan de forma negativa la
utilidad diagnóstica de la mielografía o mielo-TC.30
Por razones obvias, no todos los pacientes con
signos clínicos de mielopatía padecen enfermedad
discal degenerativa intervertebral; en dichos animales
otras pruebas de imagen, como la RM o pruebas
complementarias adicionales como el análisis del
líquido cefalorraquídeo serán necesarias.
Resonancia magnética
La resonancia magnética está considerada
actualmente como la técnica de imagen de elección
en medicina humana para evaluar la enfermedad
degenerativa discal y el daño medular (Fig. 4).31 La RM
es un procedimiento no invasivo, no expone al paciente
Figura 4. Imagen de RM (alto campo) sagital potenciada en T2 de la
columna cervical de un Pastor Belga. Extrusión severa a nivel C3-C4.
El material discal desplaza dorsalmente la médula espinal, se extiende
craneal y caudalmente dentro del canal vertebral.
a radiación ni requiere inyección intratecal de medio
de contraste, y mediante protocolos adecuados, puede
generar imágenes multiplanares de alta resolución del
disco intervertebral, el parénquima medular, el espacio
subaracnoideo y epidural, las raíces nerviosas y los
tejidos blandos asociados.32,33,34
Los principales inconvenientes y limitaciones
del uso de RM son su coste, el tiempo de anestesia
necesario para realizar los protocolos (generalmente
mayor que una mielografía o mielo-TC), los artefactos
de imagen que producen implantes ferromagnéticos
previos (microchip, prótesis, placas, etc), la posibilidad
2015, Vol. 35 nº2
de reacciones anafilácticas al contraste intravenoso si
se utiliza, y los efectos del campo electromagnético
que los equipos de RM generan sobre los materiales de
su alrededor con el riesgo de accidentes inesperados.
Cuando la RM de alto campo está disponible, se
considera la técnica diagnóstica de elección para el
diagnóstico de patologías de la columna vertebral,
incluida la enfermedad discal,1,35 ya que ofrece superior
contraste tisular y la capacidad de generar imágenes
multiplanares, junto con la visualización directa de
las lesiones que afectan al parénquima medular.35 Por
lo tanto, la RM se considera una técnica diagnóstica
superior a la TC36 y a la mielografía37 para reconocer
patologías intraparenquimatosas y valorar el daño
medular espinal y así, poder establecer un posible
pronóstico.
Estudios previos, en la especie canina, han
demostrado que la RM, a diferencia de la mielografía,
Figura 5. Imagen de RM (alto campo) sagital potenciada en T1 con su-
presión grasa tras la administración de contraste en la columna toraco-
lumbar. Captación heterogénea del material discal extruido con compre-
sión severa de la médula espinal, confirmado quirúrgicamente.
permite diferenciar la hemorragia extradural del
material discal intervertebral o la tumefacción
medular.33 Sin embargo, en las planos transversales de
las secuencias potenciadas en T1 y en T2, la hemorragia
extradural tiene una señal similar a al material discal
intervetebral extruido, de tal manera que secuencias
eco de gradiente son necesarias para detectar la
presencia de sangre.37 Sin embargo, conviene recalcar
que el material calcificado también es hiperintenso en
la secuencia de gradiente y en ocasiones no se puede
diferenciar de hemorragia.
El empleo de medio de contraste (gadolinio) en RM
para el diagnóstico de la extrusión discal intervertebral
ha demostrado una precisión del 100%, llegando
a valores de sólo el 90.9% sin medio de contraste,
exclusivamente con secuencias potenciadas en T1 y
en T2; de tal manera que diversos autores sugieren
la combinación de múltiples secuencias de RM, tales
como T1, T2, y T1 post-contraste para detectar con
mayor precisión la localización de la extrusión del
disco intervertebral (Fig. 5).37
Recientemente, se ha descrito la captación de
11
Sánchez-Masian et al

Figura 6. Resonancia magnética de un Labrador de 8 años con un cuadro agudo de paraparesia no ambulatoria (lateralizado a la derecha), con extrusión
aguda no compresiva del núcleo pulposo a nivel de T12-T13 espacio intervertebral. A. Imagen sagital potenciada en T2. B. Imagen transversa potenciada
en T2. C. Imagen transversa potenciada en T1.
contraste por parte del material discal extradural,
tanto extrusiones como protusiones discales,
en perros con presentación subaguda-crónica y
asociado a la presencia de hemorragia, lo que puede
dificultar su diferenciación de otras patologías como
tumores extradurales, granulomas infecciosos, etc. El
mecanismo que origina la captación de contrate del
material discal se desconoce, aunque posibles causas
apuntan a la presencia de tejido de granulación o
fibrovascular alrededor del disco afectado, captación
de la grasa epidural peridiscal o fuga vascular del
material de contraste desde el plexo venoso vertebral
interno.38
Desde el empleo rutinario de la RM en la investigación
de perros y gatos con mielopatías se han descrito nuevos
tipos de hernia discal intervertebral. Entre ellos, el más
común, es la extrusión no compresiva peraguda del
núcleo pulposo (Fig. 6), no degenerado, probablemente
asociado con estrés mecánico, suprafisiológico,
durante ejercicio físico. En esta patología, una porción
del núcleo pulposo atraviesa de manera explosiva
el anillo fibroso, contusiona la médula espinal y su
desplazamiento y el daño medular puede apreciarse
con la RM.39-41 Este tipo de extrusión discal ha sido
erróneamente denominado como Hansen tipo III,
pero es un término que no debería emplearse, ya
que no existe en ningún caso la evidencia previa de
degeneración discal en el material extruido, y lo que
es más importante, Hansen no describió este tipo de
extrusiones discales en su tésis. Antes del empleo
rutinario de la RM, es probable que muchos pacientes
con extrusiones agudas no compresivas del núcleo
pulposo fueran sometidos a cirugías innecesarias, en
parte debido a que no se podía descartar una lesión
compresiva sin una investigación quirúrgica.
Un tipo de extrusión similar ha sido descrita en la
región cervical canina (Fig. 7)42, en la que se pone de
manifiesto un material hiperintenso en las secuencias
de T2 ventral a la médula espinal. La interpretación
radiológica, apoyada por los hallazgos quirúrgicos,
indica que este material corresponde a material nuclear
hidratado extruido y que puede estar asociado con
compresiones medulares moderadas a severas. En estos
casos, la severidad asociada al daño medular es variable.

Figura 7. Resonancia magnética, de un Doberman de 7 años con signos agudos de mielopatía cervical, donde se aprecia extrusión de material discal
hidratado (no degenerado) con compresión ventral severa de la médula espinal a nivel de C5-C6 espacio intervertebral, confirmado quirúrgicamente. A.
Imagen sagital potenciada en T2. B. Imagen transversa potenciada en T2.

12

La RM es la técnica por excelencia para mostrar
detalladamente el parénquima medular, de tal manera,
que tras una lesión contusiva se puede apreciar
una región hiperintensa en las secuencias de T2. El
aumento de señal de la médula espinal evidente en RM
representa edema, hemorragia o mielomalacia durante
la fase aguda de la lesión espinal, mientras que se
considera que probablemente representa gliosis en la
fase crónica.43
Hay múltiples evidencias que indican que la
RM puede proporcionar información pronóstica
en pacientes con lesiones espinales severas.44,45 En
estos estudios, la extensión de la hiperintensidad del
parénquima medular en la secuencia de T2 (tanto
en sección transversal como en longitud) se asocia
negativamente a la probabilidad de una recuperación
funcional completa en perros parapléjicos:
- Perros sin áreas hiperintensas en la médula
espinal-100%.
- Perros con áreas de hiperintensidad en la médula
espinal – 55%
- Perros con áreas de hiperintensidad y ausencia de
nocicepción – 31%
- Perros con áreas de hiperintensidad 3 veces la
longitud del cuerpo vertebral de L2 y ausencia de
nocicepción – 10%
Similar a lo descrito con la mielografía,46, el grado
de compresión medular observado con la RM no está
asociado con el inicio y duración de los signos clínicos
o con el resultado postquirúrgico.47,48 Aunque el grado
de compresión medular detectado con la RM no está
asociado con la severidad de los signos clínicos en
pacientes lesiones toracolumbares,47 sí parece estar
asociado en lesiones cervicales.48
En general, la RM se considera una herramienta
excelente para planificar las dimensiones y la
localización de la cirugía espinal; sin embargo,
para asegurar la completa descompresión medular
se recomienda realizar una ventana quirúrgica
ligeramente mayor que lo mostrado por la RM, ya que
tiende a subestimar la extensión del material extruido.49
Análisis del líquido cefalorraquídeo
Tradicionalmente, el líquido cefalorraquídeo (LCR)
en perros con enfermedad discal intervertebral
se consideraba dentro de los valores normales o
ligeramente inflamatorio.50 Algunos autores sugieren
que el análisis del LCR es innecesario en aquellos casos
donde los hallazgos de la RM claramente indican la
presencia de enfermedad discal intervertebral.51 Un
estudio reciente detectó que la presencia de pleocitosis
moderada a severa en el LCR y el incremento en la
concentración de proteínas era más habitual de lo
2015, Vol. 35 nº2
que tradicionalmente se había descrito en pacientes
con enfermedad discal Hansen tipo I y sugiere que
perros parapléjicos con ausencia de nocicepción tienen
un incremento significativo en el número de células
inflamatorias en el LCR en comparación con aquellos
que conservaban la nocicepción.52
Otro estudio más reciente confirmó la asociación
entre la presencia de pleocitosis en el LCR y el grado
de daño medular, y a su vez, estableció un porcentaje
determinado de macrófagos en el LCR como valor
pronóstico para la recuperación de la movilidad en
pacientes con pérdida de nocicepción.53
Conviene recordar que el LCR se debe obtener
antes de realizar técnicas tales como la mielografía,
que puedan potencialmente modificar los resultados.
Por otro lado, y en base a estudios publicados, se
recomienda obtener el LCR caudal a la lesión para
maximizar la información diagnóstica proporcionada
por el análisis del LCR.54
Tratamiento y pronóstico
El tratamiento de la enfermedad discal intervertebral
se divide en tratamiento conservador (reposo estricto
y administración de medicación antiinflamatoria y
analgésica) y/o tratamiento quirúrgico (descompresión
medular con o sin estabilización vertebral del
segmento espinal afectado). La elección del tipo de
tratamiento se basa en la severidad de los signos
clínicos neurológicos, la detección de compresión
medular o de las raíces nerviosas mediante técnicas de
imagen y la situación financiera de los propietarios del
animal.55,56
Hernias cervicales
El tratamiento médico (conservador) de la hernia
discal cervical generalmente se considera en aquellos
pacientes con signos neurológicos leves, como por
ejemplo, el primer episodio de dolor espinal o en
situaciones donde hay limitación económica por
parte del propietario. Este tratamiento consiste
en combinar la restricción del ejercicio junto con
medicaciones antiinflamatorias y analgésicas..55
Durante cuatro a seis semanas es necesario confinar
al paciente en una jaula (o espacio limitado) con
el objetivo de evitar el riesgo de más extrusión de
un mayor volumen de disco mientras cicatriza la
ruptura del anillo fibroso. Los antiinflamatorios no
esteroideos pueden emplearse combinados con dos o
tres días de diazepam o metocarbamol como relajantes
musculares si se considera necesario. El uso del arnés
en lugar del collar en casos de hernias cervicales y
mantener al paciente controlado con correa durante
13
Sánchez-Masian et al
los paseos es fundamental. La progresión de los signos
clínicos neurológicos o la falta de respuesta, en una o
dos semanas, es indicativo del fallo del tratamiento
conservador y en estos pacientes se debe considerar la
posibilidad del tratamiento quirúrgico. Si el paciente
responde satisfactoriamente al tratamiento médico
conservador, es importante que mantenga el reposo
durante al menos seis semanas más, una vez que los
signos clínicos hayan mejorado. La recurrencia de los
signos clínicos después del tratamiento conservador en
pacientes con sospecha de hernia discal cervical puede
alcanzar hasta el 33% según un estudio reciente.
En el mismo estudio, aproximadamente
un 50% de los animales tuvo una
recuperación satisfactoria. Igualmente 5%-18% de perros
demostró que la administración de parapléjicos sin
antiinflamatorios no esteroideos estaba
asociado significativamente a un
resultado satisfactorio a diferencia de
mielomalacia
la administración de glucocorticoides
que se asoció de manera negativa a un
resultado satisfactorio. Aunque no de manera
significativa, los pacientes con signos neurológicos
más leves tenían más probabilidades de tener una
recuperación satisfactoria.57
El tratamiento quirúrgico está indicado cuando
existe compresión medular espinal e hiperestesia
cervical severa, déficits neurológicos severos o
progresivos o falta de respuesta en el manejo médico
conservador.
El tratamiento quirúrgico en pacientes con
hernias discales cervicales consiste en técnicas de
descompresión vía slot ventral (con o sin fijación y
diferentes modificaciones), laminectomía dorsal o
hemilaminectomía dependiendo de la localización
de la compresión.56,58-62 La descompresión quirúrgica
siempre debe ir acompañada del tratamiento post-
operatorio, que consiste en lo descrito para el
tratamiento conservador.
El slot ventral está considerado, en muchos casos,
como el tratamiento de elección para el tratamiento de
la hernia discal cervical ventral, ya que permite el acceso
directo al material discal extruido, mejora rápidamente
los signos clínicos de dolor y está asociado con una
buena recuperación funcional en perros con dolor
cervical y déficits neurológicos leves a moderados.63
Las complicaciones intraoperatorias asociadas al slot
ventral incluye la hemorragia moderada a severa, los
errores quirúrgicos técnicos, las arritmias cardiacas y
la parada cardiopulmonar. La inestabilidad vertebral,
el daño medular u otras estructuras (esófago, tráquea,
tronco vagosimpático, nervio laríngeo recurrente) se
producen generalmente como consecuencia de errores
14
técnicos quirúrgicos.64-69
Un artículo reciente70 ha descrito como las
complicaciones más frecuentes, asociadas al slot
ventral el deterioro de los signos clínicos neurológicos,
la persistencia de dolor espinal y la hemorragia
intraoperatoria. En el citado artículo, los autores
recomiendan realizar pruebas de imagen post-
operatorias si alguna de estas complicaciones aparece,
ya que en un 50% de los casos se necesitó una segunda
cirugía.
Estudios previos han asociado la luxación vertebral,
tanto con extrusiones discales en la columna
cervical caudal como con la realización de
Entre un una ventana vertebral excesivamente
ancha en el slot ventral.59,69 El resultado
de estos estudios resalta la importancia
nocicepción de evitar crear un defecto de más del
desarrollan 33% en la anchura de la vértebra o,
alternativamente, usar la técnica del cono
invertido para minimizar la inestabilidad
progresiva y para evitar la laceración del plexo venoso
vertebral.
Esta restricción en la anchura del slot limita
la exposición de la médula espinal y la observación
del material discal compresivo,59,69 dado que ambos
factores pueden impedir la completa descompresión
de la médula espinal. La descompresión incompleta
medular ha sido descrita con frecuencia en pacientes
sometidos a slot ventral57,70,71 y se ha asociado al
desplazamiento del material discal de su lugar original
o al excesivo sangrado, que limita la visión de la
médula espinal y del material discal extruido. Por otro
lado, sólo se extrae la parte central del anillo fibroso
durante el slot ventral, y esto podría ser insuficiente
para asegurar la completa descompresión en aquellos
pacientes con protrusiones medulares. 72 Por lo tanto, es
necesario una juiciosa interpretación de los hallazgos
de imagen para decidir qué técnica es la más adecuada
en cada caso.
Otra de las técnicas empleadas, la hemilaminectomía
cervical, tiene como principales beneficios una buena
visualización de la médula espinal, de las raíces
nerviosas y del canal vertebral, facilitando la extracción
del material discal, aunque no permite la fenestración
del disco intervertebral. Además, la hemilaminectomía
puede evitar la desestabilización del segmento
operado, descrito tras el slot ventral. La principal
complicación observada es la hemorragia durante la
extracción del material discal, al dañar el plexo venoso
vertebral interno. El resultado post-quirúrgico con
esta técnica es significativamente más satisfactorio en
perros de raza pequeña con hernias Hansen tipo I.73
Los resultados quirúrgicos, independientemente de

la técnica quirúrgica empleada, reportan un resultado
satisfactorio en el 99% de los pacientes con hernia
discal cervical Hansen tipo I.58 Por el contrario, los
pacientes con hernias discales Hansen tipo II, tienden
a tener resultados menos favorables, entre un 66%-
80%.74,75
La tasa de mortalidad en la cirugía descompresiva
cervical en perros oscila entre el 1% y el 25%, siendo
los pacientes no ambulatorios los que tienen un mayor
riesgo de mortalidad.66,67 En un estudio reciente, la
mortalidad en pacientes con hernias discales cervicales
sometidos a cirugía no es diferente a pacientes con
hernias toracolumbares; sin embargo, tienen mayor
riesgo de desarrollar neumonía por aspiración.76
El pronóstico es bueno en pacientes con hiperestesia
cervical o déficits neurológicos leves. En un
estudio reciente,59 sólo el 5.6% de los pacientes con
enfermedad discal cervical tratados quirúrgicamente
experimentaron recurrencia de los signos clínicos,
comparado con el 33% de los perros tratados de manera
conservadora.57 La tasa de recuperación descrita en los
perros con tetraplejia y tratados quirúrgicamente es
del 83%.77
Hernias toracolumbares
El tratamiento médico (conservador) puede estar
indicado en pacientes con leve disfunción neurológica
o simplemente hiperestesia espinal, propietarios
con dificultades económicas o también en pacientes
con otros problemas sistémicos con alto riesgo de
anestesia general o cirugía. El tratamiento conservador
consiste en el mismo descrito para las hernias discales
cervicales.
El tratamiento quirúrgico78-81 (ver vídeos en la web
de AVEPA, zona revista) mediante hemilaminectomía,
pediculectomía, mini-hemilaminectomía, laminectomía
dorsolateral, corpectomía lateral parcial con o sin
fenestración discal se recomienda en pacientes con
compresión medular confirmada y déficits neurológicos
progresivos, aunque también puede recomendarse
en pacientes con mínimos déficits neurológicos o
simplemente dolor espinal. La hemilaminectomía78,81
es la técnica quirúrgica más comúnmente empleada
en la columna toracolumbar, ya que permite el acceso
directo al aspecto ventral y lateral del canal vertebral
y la posibilidad de eliminar el material discal extruido
para una completa descompresión medular (Fig. 8).
La hemilaminectomía, además, permite acceso al
disco intervertebral para realizar la fenestración. La
fenestración del disco intervertebral herniado debería
realizarse para evitar la extrusión de más material
discal a través del anillo fibroso dañado en el periodo
postoperatorio. La tasa de recurrencia, descrita
2015, Vol. 35 nº2
Figura 8. Imagen intraoperatoria de una hemilaminectomía continua a
nivel de la columna toracolumbar, donde se observa la hemorragia aso-
ciada a la extrusión discal.
recientemente82 y confirmada quirúrgicamente, es del
12%, con una tasa menor en pacientes con fenestración
múltiple preventiva – desde T11 hasta L4 - (7.4%)
comparado con aquellos con una fenestración única
(17.8%). Existe cierta controversia existe en referencia a
los beneficios de la fenestración profiláctica en los discos
intervertebrales toracolumbares degenerados; sin
embargo, la mayoría de los estudios82-84 apoyan el uso
de la fenestración para reducir la incidencia de recaída.
El principio de la fenestración del disco intervertebral
degenerado consiste en crear una ventana en el anillo
fibroso que permita extraer el núcleo pulposo. En
general, reducir el tamaño de la lesión del anillo
fibroso y extraer la mayor cantidad del núcleo pulposo
degenerado remanente son los objetivos principales de
la fenestración. Por otra parte, una menor ventana en el
anillo fibroso puede reducir la inestabilidad creada con
la fenestración y la extracción del disco, y prevenir de
esta manera el colapso del disco intervertebral.82
En aquellos pacientes con compresiones discales
ventrales, especialmente con hernia discal Hansen
tipo II, la manipulación excesiva de la médula
espinal mediante una hemilaminectomía puede
afectar negativamente al éxito de la cirugía.78 Una
técnica relativamente reciente, la corpectomía
parcial lateral, permite la descompresión ventral con
mínima manipulación medular.85 Las principales
complicaciones asociadas a dicha técnica quirúrgica
son la hemorragia del seno vertebral venoso y el daño
de la raíz nerviosa.85,86 Los resultados obtenidos con
esta técnica muestran mejores resultados a corto plazo
en pacientes con déficits neurológicos más severos que
la mayoría de los pacientes no condrodistróficos con
compresiones crónicas. Sin embargo, en posteriores
exploraciones, 6 meses después de la cirugía, casi un
15
Sánchez-Masian et al

70% presentaban una marcha normal.86
Conviene también recordar que, razas como el
Pastor Alemán, generalmente presentan lesiones en la
región torácica craneal o múltiples compresiones en la
columna torácica desde T1 hasta T9, que por otro lado,
conlleva un pronóstico postquirúrgico más reservado
(Fig. 9).87 Además, el Pastor Alemán es una de las razas
Figura 9. Imagen de RM (bajo campo) sagital ponderada en T2 de la co-
lumna torácica de un Pastor Alemán. Discopatía degenerativa de los dis-
cos torácicos desde T2-T3 hasta T5-T6 con las protrusiones dorsales T2-
T3 y T3-T4 que colapsan el espacio subaracnoideo perimedular ventral.
donde más habitualmente se diagnostica mielopatía
degenerativa, la cual tiene una presentación clínica
muy similar a una compresión discal en la región
torácica craneal. Desafortunadamente, la mielopatía
degenerativa requiere histopatología para establecer
el diagnóstico definitivo, ya que el test genético sólo
permite detectar los animales que potencialmente
pueden desarrollar la enfermedad, y en algunos
pacientes puede ser difícil diferenciar si los signos
clínicos están asociados a una compresión en la región
torácica craneal, toracolumbar o a la mielopatía
degenerativa.88
El pronóstico de la enfermedad discal intervertebral
depende de la presencia clínica, hallazgos diagnósticos
y el tipo de tratamiento empleado. El pronóstico está
resumido en la Tabla 1.
Complicaciones a largo plazo asociadas a lesiones
medulares producidas por la hernia discal incluyen
incontinencia (urinaria y/o fecal), deterioro neurológico
permanente y auto-mutilación.21,83,89 Los perros con
paraplejía antes de la cirugía, presentan incontinencia
fecal o urinaria con mayor frecuencia que los perros
ambulatorios.83,89 La disfunción urinaria y/o fecal es
una alteración neurológica característica de pacientes
parapléjicos, especialmente en aquellos con pérdida de
nocicepción. En pacientes parapléjicos con pérdida de
nocicepción, la persistencia de incontinencia urinaria
oscila en torno al 35% y la incontinencia fecal alrededor
del 15%.83,89
Las secuelas más habitualmente descritas en
pacientes que se recuperan de la cirugía espinal son la
infección urinaria recurrente y la paraparesia residual.
La prevalencia de infección del tracto urinario oscila
entre el 20-42% en pacientes con hernia discal Hansen
tipo I tratados quirúrgicamente.90-93 Factores como el
sexo (hembras) y la incapacidad para caminar u orinar
voluntariamente tras la cirugía parecen aumentar el
riesgo de infección urinaria.90 La técnica empleada
para vaciar la vejiga (vaciado manual, cateterización
intermitente o cateterización permanente) en pacientes
con hernias toracolumbares agudas no influye en el
riesgo de desarrollar infección urinaria; sin embargo,
la duración del procedimiento si aumenta el riesgo
significativamente.91 Un estudio reciente, recomienda
monitorizar estos pacientes mediante urianálisis y
cultivos de orina, incluso tres meses después de la
cirugía, ya que en este periodo todavía existe una
prevalencia alta de pacientes con infección urinaria y

Tabla 1. Pronóstico de la enfermedad discal intervertebral según la clínica y el tratamiento utilizado

Presentación clínica Tratamiento recomendado Pronóstico con tratamiento Pronóstico con tratamiento quirúrgico
con compresión medular conservador
confirmada

Paraplejia sin Tratamiento quirúrgico 5-10% < 12hr → 50-76%

nocicepción >48hr → 6-33%

Paraplejia con Tratamiento quirúrgico 5-10% 79-96%

nocicepción intacta

Paraparesis no Tratamiento quirúrgico 55-85% 83-96%

ambulatoria

Paraparesis Tratamiento quirúrgico o 55-85% 83-96%

ambulatoria conservador según el caso

Dolor espinal Tratamiento quirúrgico o 55-85% 83-96%

conservador según el caso

16

en muchos de ellos, de manera oculta.92
Los indicadores pronósticos de una posible
recuperación funcional incluyen la severidad y el curso
de los déficits neurológicos previos a la cirugía,78-82
los hallazgos de imagen,20,44 los marcadores séricos o
en LCR93-95, y el estado neurológico tras la cirugía.21,89
Uno de los diferentes indicadores de pronóstico
analizados en perros parapléjicos sin nocicepción, ha
sido el inicio de los signos clínicos, con resultados
inconclusos. En uno de los estudios21, se sugiere que
una pérdida rápida de la función motora conlleva un
mal pronóstico comparado con aquellos pacientes que
pierden de manera progresiva y lenta la capacidad
para caminar. Sin embargo, otro estudio contradice el
uso de este parámetro como indicador de pronóstico
en pacientes parapléjicos sin nocicepción.80 La
presencia de nocicepción antes del tratamiento médico
o quirúrgico ha sido considerado por diferentes
autores como un factor determinante para un buen
pronóstico de recuperación en pacientes con hernia
discal toracolumbar.78,81,98-102 Por otro lado, la pérdida
de nocicepción está asociada con un peor pronóstico
de recuperación.19,20,89 La duración de la pérdida de
nocicepción también se ha discutido como factor
para determinar el pronóstico, y se ha recomendado
la cirugía lo antes posible, en un periodo entre las 12
y 48 horas tras la pérdida de la nocicepción.20,21 Sin
embargo, algunos estudios sugieren que hay opciones
de recuperación hasta las 72 horas después de la
pérdida de nocicepción.21
Los porcentajes de recuperación en pacientes con
pérdida de nocicepción que son sometidos a cirugía
oscila entre el 38-76%, con un riesgo de desarrollar
mielomalacia progresiva de aproximadamente entre
5-18%.20,21,44,81,89,103 En cualquier caso, la presencia o
ausencia de nocicepción se considera todavía la manera
más fiable de establecer un pronóstico en pacientes
parapléjicos. Pacientes con nocicepción intacta tienen
un pronóstico favorable tras la cirugía, pero el tiempo
de recuperación es variable.103 La evaluación de la
nocicepción tras un mes de la cirugía se ha propuesto
como un indicador pronóstico de recuperación tardía
en algunos pacientes.89 Incluso la recuperación de la
función motora con ausencia de nocicepción ha sido
descrita y podría sugerir la supervivencia de algunos
axones a través del área dañada o el desarrollo de
caminar espinal reflejo (“spinal reflex walking”),83
fruto, presumiblemente, del desarrollo de de circuitos
espinales locales que se originan tras la sección
completa de la médula espinal.105,106
Estudios de imagen han evaluado la severidad de la
compresión medular, la longitud de la hiperintensidad
intramedular en las secuencias de T2 en RM y la
2015, Vol. 35 nº2
longitud del defecto observado en mielografía.
Mientras que el grado de la compresión no se considera
como un factor pronóstico, hay ciertas evidencias
que muestran que cuantos más segmentos espinales
muestran alguna alteración en las pruebas de imagen,
peor es el pronóstico.20,44,107
Otro de los parámetros recientemente evaluados
como factor pronóstico indica que el grado de
inflamación epidural tras la extrusión del material
discal está inversamente relacionado con la capacidad
de los animales de recuperar la movilidad. Este
hallazgo sugiere que la respuesta inflamatoria epidural
puede tener un efecto negativo en la evolución de la
lesión medular.108
Cambios post-quirúrgicos del reflejo cutáneo
del tronco son un indicativo temprano del
resultado en perros con hernia discal intervertebral
severa. El desplazamiento craneal del reflejo
está significativamente asociado al desarrollo de
mielomalacia progresiva. El movimiento del reflejo
hacia la cola está significativamente asociado con
mejoría, pero no garantiza un resultado satisfactorio
a largo plazo en pacientes parapléjicos sin
nocicepción.103
Además, múltiples variables bioquímicas han sido
también evaluadas, tales como la concentración de
glutamato109 y de la proteína básica de mielina110 en
LCR, ambas correlacionadas con la severidad de la
lesión, pero no pueden discriminar entre resultado
satisfactorio y no satisfactorio en perros sin nocicepción.
El análisis del LCR podría, en un fututo cercano, ayudar
a determinar el pronóstico en pacientes con lesiones
medulares severas. En un estudio reciente, a los perros
con paraplejia y ausencia de nocicepción con niveles
detectables de metaloproteinasas de matriz 9 (MMP-9)
en el LCR tenían un pronóstico grave para recuperar
la movilidad, presumiblemente por la formación de
una cicatriz glial y la inhibición de regeneración de los
axones; sin embargo, los autores no pudieron concluir
que la ausencia de expresión de MMP-9 en el LCR
fuera un factor pronóstico positivo.95
La recuperación de la nocicepción está fuertemente
asociada con la recuperación de la función motora y
sigue siendo el mejor parámetro para determinar una
recuperación favorable.103
Como conclusión destacar que empleo rutinario
de TC y RM ha mejorado nuestra capacidad para
diagnosticar hernias discales de manera más precisa.
Por otra parte, la variedad de los tratamientos médicos
y quirúrgicos se deben adaptar de manera individual a
cada paciente. Finalmente, recordar que el pronóstico
para la mayoría de los pacientes con hernias discales es
muy favorable.
17
Sánchez-Masian et al

Fuente de financiación: este trabajo no se ha realizado con fondos comerciales, públicos o del sector privado.
Conflicto de intereses: Los autores declaran que no existe conflicto de intereses en los datos publicados.

Summary
Accurate localisation of the site of intervertebral disc herniation within the vertebral canal is important for surgi-
cal planning. Myelography, computed tomography (CT), and magnetic resonance (MR) imaging are the diagnostic
modalities currently used in veterinary medicine for suspected disc herniation. The decision of different treatment
options centres on the benefits of surgery versus conservative management. Prognosis following severe spinal cord
injury due to intervertebral disc herniation is best predicted clinically by the presence or absence of nociception,
but other markers (such as MRI characteristics of the lesion and biomarkers in the cerebrospinal fluid) might help
refine this prognosis.

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