Bautismo en el espíritu santo. Frase utilizada por Juan el bautista, Jesús, Simón Pedro
y Pablo. Juan el bautista proclamo “yo a la verdad os bautizo en agua para
arrepentimiento; pero el que viene tras mi, cuyo calzado no soy digno de llevar, es
mas poderoso que yo el os bautizara en espíritu Santo y fuego” (Mat. 3:11) los cuatro
evangelios presentan esta predicción, aunque Juan y Marcos dejan fuera las palabras
“y fuego” (Mar. 1:8; Luc. 3:16; Juan 1:33). Jesús hace referencia a las palabras de Juan
justo antes de su ascensión, afirmándoles a los discípulos que pronto (“dentro de no
muchos días”) iban a recibir este bautismo (Hech. 1:5) la promesa se cumplió en el día
de pentecostés cuando el Espíritu Santo descendió sobre los 120 discípulos que
estaban en el aposento alto (Hech. 2:4) y las lenguas de fuego se asentaron sobre cada
uno de ellos (Hech. 2:3). Dios, a fin de demostrar públicamente que les había dado el
Espíritu, capacito milagrosamente a los 120 para que hablaran en los idiomas
extranjeros de los peregrinos que ese día estaban presentes en Jerusalén (Hech. 2:4-
12).
En hechos 10, Dios envió Simón Pedro a la casa de un gentil llamado Cornelio. El
Señor derramó allí el Espíritu sobre los gentiles, capacitándolos para que hablaran en
lenguas, demostrándole así a Pedro que los gentiles habían recibido el mismo don que
los judíos. Cuando Pedro le dio su informe de ese asunto a la iglesia de Jerusalén, cito
las palabras de Jerusalén en Hech 1:5 acerca del bautismo del Espíritu. Lo que causo
que los discípulos que estaban presentes afirmaran: “¡De manera que también a los
gentiles a dado Dios arrepentimiento para vida!” (Hech 11:18). Estas primeras seis
referencias al bautismo del Espíritu señalan el cumplimiento de la promesa del don del
espíritu (Juan 14:25-27; 15:26-27; 16:7-11), en primer lugar a los judíos de Jerusalén y
luego a los gentiles. Los dos tipos de creyentes ahora son uno, no solo por que tienen
un salvador en común sino porque poseen el mismo don del Espíritu (Efe. 2:11-3:6;
gal. 3:28; Rom. 2:9-29 Col. 1:26-27.).
Pablo habla también acerca de ser bautizados por el Espíritu (1 Cor. 12:13) “Porque
por un solo espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo sean judíos o griegos, sean
esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” de manera similar
las referencias anteriores, este texto señala la unidad de los judíos y de los gentiles al
tener el Espíritu, y enfatiza esta unidad al referirse al espíritu como “un mismo
espíritu” no obstante, la declaración de Pablo tiene aspectos singulares. Primero, se
refiere a una experiencia pasada compartida por Pablo y los Corintios, mientras que
las otras referencias tienen una orientación futura. Segundo, es significativo que
ninguno de estas personas haya estado presente en los eventos de los dos textos de
hechos, sin embargo, Pablo afirma que ellos también han sido bautizados en el mismo
Espíritu. Tercero, Pablo dice que este bautismo del Espíritu tiene como resultado la
incorporación de los creyentes al cuerpo de Cristo (Como en 1 de Cor. 12_14-27; Efe.
1:23; 4:12; Col. 1:24).
Durante el siglo pasado, los intérpretes de la Biblia han discrepado de tres maneras
específicas cuando a la interpretación de estos textos. Primero, se ha efectuado la
pregunta, el bautismo del Espíritu ¿es a caso unas experiencias posteriores a la
conversión o sucede en el mismo momento? Segundo, ¿debe la persona bautizada por
el Espíritu hablar en lenguas para dar “evidencias” de la experiencia? Tercero, esta
Pablo hablando en 1 Cor. 12:13 acerca de la misma experiencia a la que Juan, Jesús y
Pedro hacen referencia en los otros textos? Las preguntas ciertamente requieren una
respuesta bastante precisa.
Tomando en primer lugar el último punto, es evidente que Pablo está hablando
especialmente de la misma clase de experiencia que menciona Juan ya que utiliza la
misma construcción en el griego, con la única diferencia del agregado de la palabra
“un” espiritual y en tiempo pasado. También utiliza la voz pasiva, pero eso es de
esperar al pasar de “el” Jesús ha “nosotros” los creyentes. Si llegamos a la conclusión
de que Pablo está hablando de la misma experiencia de la cual hablan los otros textos,
entonces tomaría claro que el bautismo del espíritu no puede ser posterior a la
conversión ya que él dice que es el medio por el cual los creyentes son incorporados al
cuerpo de Cristo. Esto debe suceder en el momento de la conversión, tal como
sucedió en Hechos, como parte de la constelación de bendiciones que el Espíritu
derramo sobre los creyentes en esa ocasión nacer del Espíritu (Efe 1:13) y recibir el
don de la morada del Espíritu (Rom. 8:9-11). ¿Qué sucede con el tema de las lenguas
como evidencia inicial del bautismo del Espíritu? Los creyentes bautizados en el
Espíritu hablaron en leguas en pentecostés y en la casa de Cornelio, pero esto fue para
demostrar que tanto los judíos como los gentiles habían recibido de manera similar el
don prometido del Espíritu.
En ninguna otra parte de las escrituras se les dice a los creyentes que las lenguas son
evidencia del bautismo del Espíritu con excepción de estos momentos iníciales en la
historia de la salvación, y en ningún lugar se les ordena a los creyentes que sean
bautizados en el Espíritu o que hablen en lenguas.
La promesa inicial de Juan el bautista acerca del bautismo del Espíritu se cumplió en él
“pentecostés” de los judíos y de los gentiles (hech. 2:10) Pablo les dice a los Corintios
que ellos han sido bautizados por el Espíritu, por lo tanto, la bendición del don
pentecostal se aplica a todos los discípulos en el momento de la conversión, los siete
textos relacionados entre sí dejan en claro que Jesús es el que bautiza a los creyentes,
que el Espíritu es el elemento en o con el que son bautizados y que los resultados es la
incorporación al cuerpo de Cristo.
Bautismo infantil. Ritual inicial de los bebes nacidos en familias cristianas aunque no
hay un registro explicito sobre el bautismo infantil en el NT, hacia el Siglo III ya era una
práctica establecida en el iglesia.
La importancia del bautismo infantil varía en las diversas tradiciones cristianas donde
se observa este ritual. Algunas como el catolicismo romano y la ortodoxia oriental,
sostienen que el bautismo brinda limpieza de pecados varios reformadores
protestantes mantuvieron esa práctica del bautismo infantil pero desarrollaron una
teología bautismal centrada mas en el significado de pacto que posee el rito.
Los defensores de la práctica del bautismo infantil presentan varias razones. Primero,
el bautismo en las casas (Hech 16:15-33; 18:8; 1 Cor. 1:16) pudo haber incluido a los
hijos bebes de padres creyentes. Segundo, Jesús atrajo a los niños hacia si durante su
ministerio (Mat. 19:13-15; 21:16: Mar. 10:14; Luc. 10: 21) tercero, a si como la
circuncisión era señal de la promesa del pacto de Dios en el Antiguo Testamento,
también el bautismo se ve como señal del pacto ene l Nuevo Testamento (Col 2:11-12)
Como los bebes (varones) cumplían con la circuncisión en el judaísmo, los bebes
también debían ser bautizados en el cristianismo. La afirmación de Pedro en el sermón
del Pentecostés Se que “la promesa es para vosotros y para vuestros hijos” (Hech.
2:39 la Bla) algunos también la consideran como apoyo para el bautismo infantil.
Es más, la idea de que Dios hace extensiva la salvación a las familias o a grandes
comunidades es evidente en ejemplos del Antiguo Testamento donde la familia de
Noé se salva del diluvio (com. 1 Pedro 3:20-21) y toda la nación de Israel es librada a
través de las aguas del mar rojo (com. 1 Cor. 10:1-2).
Los adeptos al bautismo de los creyentes argumentan contra el bautismo infantil
sobre la base que: (1) el claro modelo del nuevo Testamento es que el bautismo va
precedido del arrepentimiento y fe (p. Ejemplo Hech 2:18; 8:12; 18:8); (2) No queda
claro si el bautismo en las casas incluía a bebes y (3) el paralelismo del Nuevo
Testamento con la circuncisión no es el bautismo sino la circuncisión del corazón (Rom
2:29; Col. 2:11) que apunta a una realidad Espiritual interior basada en una confesión
de fe imposible para un bebe referencia a algo que se practicaba pero no agrego
ningún comentario. No lo elogia, ni lo aprueba ni lo condena. El bautismo por los
muertos no es el tema de Pablo sino que lo utilizaba para reforzar su argumento en
cuanto a la resurrección que algunos negaban (1 Cor. 15:12). Su argumento se basa en
la resurrección de Cristo (vv. 3:16) y en la salvación de los Corintios (vv. 17:19). El
orden de la resurrección es que Cristo resucito primero (v.20), luego los que son de
Cristo en su venida (v.23) y finalmente la misma muerte es abolida (v. 26) Pablo
refuerza su lógica señalándola practica que tenía en ellos. Si no ay resurrección,
entonces “¿Qué harán los que se bautizan por los muertos?” (V.29).
No se da ninguna explicación de esta práctica. Una lectura directa de “bautismo por lo
muertos” es que la gente se bautizaba en forma vicaria a favor de alguien que ya
estaba muerto. Algunos han sugerido un significado simbólico. Si el “bautismo” es
simbólico, entonces habría que compararlo con la forma en que lo utilizo Jesús en
Mar. 10:38 “¿podéis…ser bautizados con el bautismo que yo soy bautizado?”, una
referencia metafórica a su crucifixión y muerte en este caso las palabras de Pablo se
podrían referir al martirio. Si la “muerte” es simbólica, entonces se podría referir a la
muerte del creyente a su vieja naturaleza, al yo y al pecado simbolizado todo en el
bautismo (Rom. 6:4).
Otra sugerencia se entiende que la preposición de la frase significa un bautismo “en
sima” de las tumbas de los creyentes, “con referencia” a la muerte futura de los
convertidos o “en vista a” reunirse con los otros creyentes que ya están muertos otra
posibilidad es “¿Por qué se bautizan si no hay resurrección de los muertos?”.
Esta sugerencia simbólicas o sin tácticas tiene poco respaldo. Lo preferible es la
lectura natural que consiste en el bautismo vicario a favor de los muertos. No se
proporciona información acerca de cómo se llevaba a cabo o lo que se creía que
lograba. Simplemente no lo podemos saber solo con esa referencia. Sin embargo,
cualquier idea referente a que una persona viva pueda ser bautizada y cause la
salvación de otra que ya está muerta contradice la clara enseñanza de las escrituras
tanto en relación a la salvación como al bautismo. No podría ser una práctica aproada
por Pablo.