Por otro lado, cabe precisar que el motivo ilícito encuentra su asidero en el art. 490 del
Código Civil que señala: “El contrato es ilícito cuando el motivo que determina la voluntad
de ambos contratantes es contrario al orden público o a las buenas costumbres”; a esto
cabe precisar que el motivo es un elemento subjetivo, la voluntad del sujeto para asistir al
contrato, por lo que pareciere irrelevante el móvil de las partes, por separado, para la
validez del contrato, sin embargo cuando ese motivo en conjunto determina el acuerdo
arribado por las partes y el mismo es contrario al orden público o las buenas costumbres ese
contrato es considerado ilícito. Al respecto Carlos Miguel Ibañez (Derecho de los
contratos, 2010, pág. 363) explica que: “Los motivos individuales de los contratantes sólo
alcanzan relevancia, cuando el móvil perseguido ha sido explicitado, incluido,
incorporado, en el contenido del contrato, lo que implica su conocimiento por la otra
parte, y, además ha constituido la causa determinante del consentimiento. En tal caso es un
motivo causalizado, que integra la causa fin, y si ese móvil se torna de cumplimiento
imposible o si es ilícito, puede anular el contrato”, por ello se explica que el motivo es
ilícito cuando aquel móvil personal contrario al orden público o a las buenas
costumbres ha sido determinante para el acuerdo de las voluntades, es decir el motivo
individual -elemento subjetivo- se encuentra incluido en la celebración del acto que por ser
encontrado con el orden público o las buenas costumbres se torna ilícito el mismo…”