El primer capítulo de esta obra nos trasporta en clave histórica a un tema tan
importante como la noción del ser en la filosofía. La dimensión del ser como uno, antes
de como existencia marcará un conjunto de desviaciones desde Parménides hasta
Meister Eckhart, que condicionarán multitud de enfoques filosóficos. El ser se muestra
en su primera aproximación como un signo de contradicción filosófica. Quien no atine
en su mayor profundidad desde un primer momento estará condenado a repetir los
errores del pasado.
1 Título original: Being and Some Philosophers, (Toronto, 1949). Traducción española, Ed. EUNSA,
Pamplona, 1985, 2ª ed., 345 pp.
ONTOLOGÍA I: Prof. ENRIQUE MOROS CLARAMUNT
El resultado de este capítulo es que la historia de esta confusión sutil sobre el ser ha
generado y genera en nuestros días desviaciones tangibles sobre el mundo, el hombre y
Dios. Pero no es la única confusión posible acerca el ser.
Pero ese mismo principio existencial se seguirá viéndose en algunas mentes como
un añadido artificial. El proceso de este malentendido comienza en Avicena y, pasando
por Duns Escoto, termina en la total identificación de esencia y existencia que realizan
Suárez y sus seguidores.
El capítulo VI está dedicado a la teoría del conocimiento acerca del ente y sus
principios constitutivos. En el fondo, detrás de unos problemas de lógica y gnoseología
magistralmente expuestos por Gilson, se esconde un intento de explicación de por qué,
siendo un tema tan importante, el olvido del ser como existencia es tan recurrente en la
filosofía. La confusión del plano lógico con el ontológico, explicada aquí como mezcla
de la simple aprehensión y el juicio, reaparece para explicar de modo convincente los
ámbitos propios de la aproximación de una racionalidad que es más amplia que la mera
lógica conceptual.
Con todo, Gilson no puede explicar de modo completamente filosófico por qué se
llegó a olvidar el ser en la filosofía; tendremos que achacar este olvido, al menos en
parte, a acontecimientos históricos contingentes. El error de un filósofo —un error
necesariamente muy sutil— que no ha sido percibido por el siguiente. Pero nuestro
autor al menos tiene el gran mérito de describir cómo el terreno que pisaban era
especialmente resbaladizo: “Puesto que el ente es pensable, aparte de su existencia
actual, mientras que la existencia actual no es pensable separada del ente, los filósofos
no harán más que ceder a una de las inclinaciones fundamentales de la mente humana,
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