Este tipo de dieta se caracteriza por cuatro pilares: la variedad (comer sano no
significa comer siempre lo mismo. Debe estar llena de alimentos diferentes que nos
aporten los nutrientes que necesitamos), frecuencia(regulando la ingesta de
algunos y aumentando la de otros), moderación(con aquellos alimentos que no
nos aporten tantos beneficios) e hidratación (bebiendo mucho agua para regular
nuestro metabolismo).
A media mañana y en las meriendas puedes tomar un yogur, una pieza de fruta,
zumos o una tostada, dependiendo de lo que hayas elegido para desayunar.
En las dietas balanceadas hay varias características que tienes que tener en cuenta
a la hora de organizar tu menú equilibrado.
Con la fruta pasa lo mismo. Las variedades para comerla son increíbles: batidos,
granizados, zumos, por piezas enteras, en macedonia, asadas… La mayoría de ellas
tiene efecto saciante y poseen agua y bajo aporte calórico, a la vez que están llenas
de vitaminas y minerales.
+Recuerda también que puedes introducir en esta dieta frutos secos y rojos, que
contienen Omega 3, protegen el corazón y calman la ansiedad.
Evita también el exceso de sal (para dar gusto a los alimentos de una forma más
sana puedes usar hierbas aromáticas o especias). Además de suplementos
alimenticios (salvo por prescripción médica). Si llevas una dieta equilibrada y no
tienes problemas de salud, todo lo que necesitas te lo aportarán los alimentos que
comes.
Lo más importante es que recuerdes que, si quieres hacer una dieta, debes
consultar a tu médico.