Philippe Meirieu
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Título original: Pédagogie. Des lieux communs aux concepts clés IN DICE
Publicado originalmente en francés por ESF éditeur, 2013
Meirieu, Phílíppe
Recuperar la pedagogía: de lugares comunes a conceptos claves 1 Phílíppe Meirieu -1• ed.- Ciudad Autónoma
de Buenos Aires: Paidós, 2016.
232 pp.; 22 x 16 cms.
1. Jules Ferry (1832-1893) fue ministro de Instrucción Pública y presidente del Consejo
gógica. Hasta soVa presentarse de buena gana como un fer- asegurar la "instrucción obligatoria··, afirmar la existencia de
viente partidario de lo que ya entonces se llamaba "métodos una "ciencia de la educación" presentaba la ventaja de basar la
nuevos": empresa en una doctrina estabilizada [Gautherin, 2002].
En 1888, Henri Marion da así, ante una platea de "hussards
Estos métodos nuevos [que él anhelaba implantar] y_a no con- noirs 4 de la República" en formación, una lección que tendrá
sisten en dictar la regla como una orden al niño sino en ha- gran repercusión y cuyo texto será considerado durante lar-
cérsela descubrir; se proponen ante todo excitar y despertar la
go tiempo como el "manifiesto" pedagógico por excelencia.
eseontaneidad del niño para vigilarla y dirigirla en su desarrollo
normal, ~r:.Jga de aprisionarla en reglas ya hechas a las que De entrada, Marion afirma: "Hay un solo método pedagógico
~sta ninguna aten~ió. 2 - - digno de ese nombre: el método activo" [cit. en Hameline,
Jornod y Belka'ld, 1995]. Y justifica ese principio de dos ma-
En tales condiciones, no debe sorprender que Ferry haya neras: por un lado, explicando que la función del maestro es
propuesto al filósofo Henri Marion, muy comprometido con la "poner·en movimiento" el espíritu deJ alyf!n.Q~ darle "~!J:1-
promoción de la enseñanza secundaria para las jovencitas y pulso y el desr2ertar" necesarios para su desarrollo; por otra
particularmente sensible a las cuestiones pedagógicas, para pa~;ndo que, según la fórmula de Aristóteles, "uno
que ocupara, en 1883, la erimera cátedra de Ciencia de la solo sabe realmente lo que ha hecho por sí mismo".
Educación de la sQrl;ona. --- - . ~-·= .- Volver activo al alumno es pues, al mismo tiempo, invi-
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En aquella época, aCTíferencia de ahora, la expresión "cien- tarlo a comprometerse personalmente en sus ap.rendizaj!=s ~
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cia de la educación" se escribía en singular: 3 no es que Jules Y. proponerle trabajar de forma concrm, "componiendo, es- :a
cribiendo, dibujando, actuando de todas las maneras que le z
Ferry y Henri Marion hubiesen juzgado que la pedagogía era -o
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una simple "técnica" deducible de datos científicos indiscutidos permitan ejercer y probar sus fuerzas". Por lo tanto, el docen- <(
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y asentados en "verdades positivas", a semejanza de las mate- te tiene la responsabilidad de "movilizar" y de "hacer actuar", a..
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máticas o de la física, sino que, no me cabe la menor duda, en de movilizar haciendo actuar y de hacer actuar movilizando. S
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la perspectiva voluntarista de la construcción de una institu- Para Henri Marion, "el método activo" consiste, sencillamen- w
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ción escolar del Estado, laica y gratuita, consideraron que, para te, en organizar la clase para que el alumno trabaje en ella de o(.)
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verdad, es decir, que no se contente con escuchar ni siquiera ñ::
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de M~nistro rancé~f .• Estableció un sistema de enseñanza pública laica, obligatoria y
con memorizar las reglas de gramática, las fórmulas mate- ...J
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(!) gratu1ta. Se lo conoc1o en Francia como fundador de la Escuela de la República. máticas o las lecciones de geografía, sino que las ponga en Vi
c3w 2. Discurso pronunciado en el congreso pedagógico del2 de abril de 1880. práctica. Esta actividad de "poner ~práctia" tie!:!e la d.Qhle
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ya nadie defi~? .. la idea de .. una .. ciencia de la educación. El conc!!pto de ventaja de combatir el aburrimiento y_ de favorecer la com- ~
0:: CJenc~s de la educac10n (en plural) fue presentado en Ginebra en 1912 por Edouard - - ..·-~"' (/)
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0:: C_la~ed (e_n el _mo!llento ~e la creación del Instituto Jean-Jacques Rousseaul y la E~.nsió de suscitar la implicación y permitir la asimilación. o
w dJSCipll_na umversJtana qu~do }~stiuda. en Fr:ancia en 1967, aunando, como principio, ~
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(.)
u~ conJunto de enfoques CJentJflcos que trabaJaran de forma complementaria sobre un :a
w m1smo te~a: la educación. Aun así, la identidad de la disciplina sigue siendo objeto de (/)
0:: debate. Vease Charlot (19951. 4. El autor se refiere a los primeros "instructores públicos". [N. de T.] g
Y "el método activo" es tanto más eficaz, explica Marion, el filósofo Alain [1932: XXVI. en La vanidad de esas "pequeñas
cuando el maestro alterna metódi_~an tiempos de d!:_s- Sorbonas" donde se somete al niño a escuchar y se Lo incita
cubrimiento [que él Llama "eurísticos"] y tiempos de formali- a dejar que su espíritu vague cuando, por el contrario, habría
zación ["breves resúmenes, cuadros sinópticos, hasta Leccio- que focalizar su atención y entrenar su inteligencia estimu-
nes ex cathedra"]: de este modo, Los primeros, que siempre Lándolo a hacer un trabajo preciso:
corren el riesgo de ser "desordenados e inconexos" quedan
Nadie aprende a dibujar mirando a un profesor que dibuja muy
equilibrados por Los segundos, "cuya función propia es ase- bien. Nadie aprende a tocar el piano escuchando a un virtuoso.
gurar el orden en el espíritu y La organización de Las ideas Del mismo modo, me he dicho con frecuencia, nadie aprende a
adquiridas", mientras que Los segundos, que pueden caerfá- escribir ni a pensar escuchando a un hombre gue habla y pien-
cilmente en "La Lección magistral interminable que hastía al sa bien. Hay que intentarlo. hacer. rehacer. hasta gue el oficio
alumno porque Lo deja inerte", quedan equilibrados por Los se haga carne, como suele decirse [Alain, 1932: XXXVII].
primeros, en Los que "se invita al espíritu del niño a sacudir
Los arbustos para que él mismo haga saltar La Liebre". "EL método activo" nos remite primero -y este es su ma-
Más precisamente y de manera aún más exigente, el yor mérito- a una exigencia fundadora de toda enseñanza:
maestro que practica "el método activo·· podrá hacer que hacer trabajar a Los alumnos en clase, ponerlos "en activi-
emerja La necesidad de formalización dentro del trabajo de dad", acompañarlos en sus investigaciones, s_us ejrci~o._ _¡
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descubrimiento mismo e ingeniárselas para que Los alum- ~be res y_~ ce~!- q~Yº-nfl!J ~a-xig.s:D zw
nos tomen parte de esa formalización a fin de que descu- decaigan. Hacerlos Leer y escribir, hacerlos combmary cons- 2
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bran "La alegría de atrapar La presa que hicieron salir de su truir, hacerlos corregir y mejorar sin cesar Lo que han hecho, •O
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escondite". Cada alumno estará así "tan feliz de actuar para aplicando Lo que Alain Llama bonitamente "La pacienciá del 0:::
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coordinar y aplicar su saber como antes estuvo por adquirir- taller" [Alain, 1932: XXXVII]. Instituir La clase como "esQacio o
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<( cuela primaria hasta La universidad y aun en La formación cammo. o
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0.. de adultos-, incluso representa un ideal del todo aceptable. Por Lo demás, .. el método activo" propone una línea de 2
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u Este enfoque insiste Legítimamente, como Lo hará más tarde paso estructurante entre el pragmatismo y el dogmatism9. g
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mientras que nosotros, en nuestros tanteos cotidianos, nos "LA ESCUELA ACTIVA": UNA SOCIEDAD EN MINIATURA
sentimos más inclinados a oscilar de uno a otro alternando
actividades espontáneas poco explotadas y explicaciones ma- Según Daniel Hameline, la expresión ''escuela activa"
gistrales en situación de ingravidez. Al alternar los períodos apareció en 1917 y de una manera bastante anecdótica antes
de exf?!2!ación con !os Rf!ÍQ9os de formalizªºº-n. implicando de alcanzar un éxito considerable y terminar siendo el eslo-
a los alumnos en ambos tiempos, "el método activo" permite gan más utilizado para designar un movimiento pedagógico
protegerse al mismo tiempo del activismo y del formalismo; del que formarían parte la mayoría de las grandes figuras
él método hasta llega a definir precisamente el trabajo es"éo- de la pedagogía del siglo XX: Claparede, Ferriere y Bovet en
lar como articulación del descubrimiento y la formalización, Ginebra, pero también Ovide Oecroly, Maria Montessori o Cé-
como paso metódico de la implicación vacilante a la cons- lestin Freinet (Hameline, Jornod y BelkaYd, 1995].
trucción de modelos adelantados. Este método se inscribe Muy tempranamente, "la escuela activa" designó, mucho
así en una perspectiva que desarrollarán tanto Bachelard en más que un método pedagógico, un verdadero proyecto edu-
el campo epistemológico como Piaget en el campo de la psi- cativo alternativo. Ferriere la oponía a "la escuela sentada",
cología cognitiva, quienes mostrarán, cada uno a su manera, pero sobre todo veía en ella el principio de "verdaderos la-
que la inteligencia se construye en la dialéctica del empiris- boratorios de la educación del mañana". Ya no se trata solo,
mo y el racionalismo, cuando el espíritu aprehende los obje- pues, de mejorar el funcionamiento de la institución escolar _J
tos y se reestructura para poder pensarlos. para que los alumnos aprendan mejor; consiste en refundar- ~
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Con todo, "el método activo", ya sea enseñado oficialmen- la en su totalidad para que en ella los alumnos aprendan de
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te en las escuelas normales, ya sea considerado casi de for- z
otra manera. Pues, aun cuando adoptara "el método activo", -o
(.)
ma unánime como algo evidente por sí mismo, no ha estado la escuela "tradicional" -como pasa a llamársela- continúa <(
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libre de esa desecación dogmática que siempre amenaza al siendo, para sus detractores, una escuela del ejercicio arti- Q_
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menor "método" que se quiera aplicar en pedagogía: pronto ficial y arbitrario, un lugar donde se somete al niño a presio- S
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se olvidaron sus princiP-ios fundadores y solo se vio en él una nes incompatibles con las leyes "naturales" de su desarrollo. LU
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vaga incitación a la práctica de los "ejercicios de aplicación". Para los promotores de "la escuela activa", hay_que apoyar- o
(.)
También se olvidó que la idea de "'hacer hacer" de Marion se en "las necesidades" del niño y proponerle "actividades ¡:¡::
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.::! se aplicaba al conjunto de la empresa de enseñanza y se la funcionales" en línea con sus necesidades: de ese modo el
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(!) ,redujo a estructurar "la lección" según la trilogía "oír-com- alumno va a desarrollarse y a acceder "naturalmente" al ti)
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o prender-aplig¡r" que, desde finales del siglo XIX y comienzos >
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Q_ conjunto de los saberes que le son necesarios. ¡::
(.)
S del XX, terminó sirviendo precisamente para dar realce a los Por esta razón los promotores de "la escuela activa" in-
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promotores de "la escuela activa". sisten en que es menester apoyarse en los trabajos manua- o
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::J les que, en su opinión, responden a la necesidad fisiológica y ·LU
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(.) tfl
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0:: psicológica de movimiento propia del niño y le permiten des- g
cubrir al mismo t_iempo las posibilidades de su cuerpo y las en el que cada alumno participa en talleres de carpintería o
riquezas del mundo. De forma progresiva, se irán articulando plomería además de entregarse a una multitud de activida-
tanto el cálculo como la lectura en relación con los trabajos des artísticas de alto nivel [Bertier, 1935]. Es evidente que~
manuales, sosteniendo la hipótesis de una continuidad per- trataba, tanto en Inglaterra como en Francia, de estableci-
fecta entre la satisfacción de las "necesidades" del niño y los mientos para la elite frecuentados por niños y adolescentes
saberes más elaborados. particularmente privilegiados de quienes es dable suponer
Los pensadores de "la escuela activa" se inspiran en el que ya habían adquirido el gusto de aprender y con los cuales
pedagogo alemán Georg Kerschensteiner, quien, a comien- el docente podía permitirse algunas modificaciones de los
zos del siglo XX, fundó en Múnich las "escuelas del trabajo": programas oficiales sin el temor de meterse en problemas.
para él, la escuela debe proponer a los niños un "trabajo ver- Pero otras experiencias con lo que hoy se llamaría "pú-
dadero", lejos del intelectualismo que preside los programas blicos difíciles" y, también, con un horizonte ideológico com-
escolares. Kerschensteiner no recusa la necesidad de ad- pletamente distinto, se inspiraron en principios pedagógicos
quisiciones intelectuales, pero sostiene que estas deben ins- que, sin embargo, son comparables: es el caso, por ejemplo,
cribirse en el marco de actividades colectivas que las hagan de@ cooperativa integral "La Ruche" [La Colmena], fundada
necesarias y que permitan su adquisición (Huguenin, 1933]. en 1905 por el anarquista Sébastien Fa ure para unos cuaren-
El movimiento de "la escuela activa" también mira con ta niños de uno y otro sexo: 5 espacio escolar y de producción,
mucho interés las experiencias de Abbotsholme y de Seda- la granja implica a todos los niños en el conjunto de sus ac- ¡:!;
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"pegueños mundos" en el seno de los cuales los alumnos cusión ... y las enseñanzas que no pueden darse así se efec- 5o
se entregan a toda clase de actividades .. reales y práctia~": túan de manera "positiva", "inductiva", "teniendo solamente
(.)
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trabajan en tareas agrícolas y redactan un periódico, montan en cuenta las cosas concretas, vivas, vistas; apoyándose en LU
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piezas de teatro y participan de los trabajos que impone la la observación; apelando al espíritu crítico; basándose en la UJ
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LU vida colectiva. experimentación; integrando la verificación y el control de los >
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5 En 1899, Oemolins funda en Francia la École des Roches, resultados a cargo del grupo".
(.)
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prestigioso establecimiento privado en el que los alumnos vi- o
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0.. ven en pequeños equipos que están a cargo de uno de ellos ~
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5. Sébastien Faure continúa así la obra de otro pedagogo libertario, Paul Robín, quien, 2
-"el capitán"-, en el que se practican numerosos deportes,
(.)
LU siguiendo los mismos principios, había fundado y animado un orfanato en Cempuis en- UJ
0:::
tre 1880 y 1894. g
En 1917, "La Ruche" tuvo que cerrar sus puertas, "víctima finitivamente los dos ámbitos y estos constituirían uno solo
de la guerra, pero también de la bolcheviquización del movi- en lo que a veces se ha llamado, en su acepción más ambi-
miento obrero y de su creciente desinterés por la autogestión ciosa, "la pedagogía de proyecto".
generalizada" [Raynaud, 1992: 21]. Abbotsholme y Bedales
continuarán su camino, al igual que la École des Raches,
pero de una manera cada vez más elitista y reintroduciendo
"LA PEDAGOGÍA ACTIVA": ESTAR ACTIVO PARA
progresivamente todos los elementos de la cultura escolar
APRENDER
"tradicional". En Ginebra, la "Maison des Petits" [La Casa
de los Niños]. fundada en 1913 por 9la~e como escuela
de aplicación del Instituto Jean-Jacques Rousseau, todavía Pero las ciudades ideales y los mundos utópicos tienen
existe: en ella se practica una pedagogía "activa y personali- dificultades para ocultar, detrás de la ~erfción for~al.g_ue
zada", pero muy alejada de la utopía de las "comunidades de los caracteriza, la reproducción drástica de las desigualda-
niños" preconizada por los grandes teóricos. de "la escuela ~y_gÍQ.!IHotan Su lema: ''The right man at the right pla-
activa .. [Ferriere, 1950]. ce" ["La persona adecuada en el lugar adecuado"], en fun-
No obstante, "la escuela activa" continúa estando muy ción de su nacimiento, del lugar que le ha sido asignado, de
presente en el imaginario pedagógico a semejanza de una los talentos de que dispone y del destino al cual no puede
"ciudad ideal" ... Este sitio ideal sería un "pequeño mundo" escapar. ''The right man at the right place" es la divisa que _¡
~
en el que niños y adultos vivirían juntos y participarían, cada preside el destino de Utopía, de Tomás Moro, y de La ciudad zw
2:
uno en función de sus medios y de sus competencias, en el del sol, de Tommaso Campanella, o de las ciudades azte- z
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funcionamiento de lo colectivo. Sería una sociedad en minia- cas como las peores anticipaciones de la ciencia ficdón: un u
<1:
tura en la que se ajustaría el conjunto de sus dimensiones mundo cerrado que gira sobre sí mismo reproduciendo de 0::
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Cl.
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y sus instituciones -económicas, sociales, jurídicas y políti- manera idéntica las mismas configuraciones sociales. :S
cas- a fin de que cada niño encontrara en ella su lugar. Se- Pero "The right man at the right place" es también la fór- <1:
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ría una "ciudad del aprendizaje" en la que todos los saberes mula que el pedagogo Adolphe Ferriere [1972: 205] utiliza 3o
podrían emerger como consecuencia natural de las activida- para describir el ideal de "la escuela activa". Yello no impli- u
0::
ca que su generosidad esté en tela de juicio: Ferriere quiere m
_:::¡; des cotidianas, sin que fuera necesario imponerlas mediante _¡
w
(!)
o programas ni obligaciones escolares. Ya no habría "clases", una escuela y una sociedad fundadas en "la entrega y la so- o
(!) U1
<1:
o solo "talleres"; ya no habría "deberes", simplemente tareas lidaridad"; dice que lo que desea es concretar "la aspiración o
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Cl. universal a la armonía social". Pero, al obstinarse en situar ti<1:
:S necesarias al bien común·; ya no existiría la obligación de
0::
aprendert, solo habría un deseo permanente y contagioso de la adquisición de todo saber en la prolongación funcional de U1
o
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<1:
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Cl. saber. Ya no se opondrían "la escuela" de un lado y "la vida una actividad productiva socialmente valorizada, olvida que ~
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2:
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u activa" del otro, puesto que "la escuela activa" conciliaría de- "tener éxito" Y. "comprender" son dos objetivos que no res- U1
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0::
ponden a la misma lógica [Meirieu, 2010: 57 y ss.l. En efecto, transforma -sin advertirlo, por supuesto- en una máquina de
desde el momento en que una actividad colectiva debe con- vedar los aprendizajes y de excluir a quienes tendrían m~
tribuir al buen funcionamiento de lo colectivo, ya no obedece cesidad de participar actiyme~! er:_a~.-vo Es
más qü"eaUñ-cnteno-deelTc:i3cTa-económTca y social. Yel éxi- implacable con quienes tendrían una auténtica necesidad de
to delat~ a exp~nsa de la satisfaccióñaelgrupo "suscita hacer lo que todavía no saben hacer ¡para aprender a hacerlo!
espontáneamente, como lo explica el mismo Ferriere [1972: Pero ¿es esta razón suficiente para renunciar a todo lo
1781. una división de los roles según las aptitudes de cada que nos ha aportado el movimiento de "la escuela activa"?
uno". Por lo tanto, ninguna oportunidad para aquel que vacile No, evidentemente no .. Pues muchas g_randes figuras peda-
sobre sus "aptitudes", para el que ignore o "tantee", para el gógicas, conscientes de los desvíos que amenazan "la pe-
que haga perder tiempo o arruine el material, como tampoco dagogía activa", construyeron dentro de ella dispositivos que
para el que no se atreva a lanzarse a lo desconocido, a parti- precisamente permiten garantizar los aprendizajes sin dejar
cipar en una actividad colectiva cuyo éxito, evidentemente, lo de promover la movilización de los alumnos gracias a un pro-
comprometería. yecto colectivo.
Activar la lógica productiva para movilizar a los sujetos en Así. Anton Makarenko [19671. qui~n. en 19?0. crea la~
una actividad es, pues, inexorablemente un modo de ratificar nia Gorki para ofrecer una estructura educativa a los adoles-
las desigualdades y de dejar que se reproduzca la tripartición centes no considerados por la Revolución bolchevique, impo-
_J
clásica entre planificadores, ejecutantes y desempleados. ne sistemáticamente, en todos los grupos y para el conjunto· ~
z
"La escuela activa" se vuelve así "la escuela de la actividad de las actividades de la colonia, la rotación de los roles y de.. w
:2:
productiva" e hipoteca la posibilidad de un individuo de parti- las tareas, ~od tal que nadie quede excluido de ninguna z
·O
las cuales el grupo no aceptaría que fracase. Así, lo que ame- Desde la década de 1930, Célestin Freinet [1949] instaura, UJ
u.
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naza permanentemente la pedagogía de "la escuela activa" junto con las actividades colectivas, como el periódico de la <(
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es que, aun cuando se movilice a un grupo de alumnos en un clase o las investigaciones, el sistema de "diplomas obliga- w
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proyecto de futuro, no es posible interesarse en cada uno de torios", importado del escoutismo, 6 que le permite distinguir :S
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ellos más que atendiendo a su pasado, considerando lo que los aprendizajes impuestos a todos [los "diplomas obligato- 0:::
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~ ya sabe hacer y no lo que debería aprender a hacer. rios", como el de lectura. el de escritor, el de historiador o el _J
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(!) La focalización en la eficacia productivé! desalienta toda Ul
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o de a~imrse a superar el pas_~do >
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~ativ 1 _? adquirir nue- 6. En palabras de Freinet [1949]: "Baden-Powell, cuyo talento pedagógico es innegable, ¡::::
vas "aptitudes", a trasgredir lo dad.Q: Este enfoque funciona
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había percibido la necesidad que tienen los niños de superarse incesantemente y había
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marcado, mediante los diplomas, las etapas de esta excelencia. En lugar de poner el o
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como una'"pedagogía al revés" que encierra a cada alumno en acento -como lo hace el certificado de estudios- en las insuficiencias y los fracasos, él o
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ponía a sus exploradores en la línea de partida y le pedía a cada uno que se destacara
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lo que ya es, en lugar de apostar a su educabilidad y de ofre- en al menos algún momento y en alguna dirección. El explorador que había adquirido el
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(_)
UJ cerle nuevos horizontes. Así concebida, "la escuela activa" se dominio en una actividad y daba prueba de ello, en el transcurso de una sesión solemne Ul
g
0::: obtenía un diploma por su éxito y recibía una insignia que luego llevaba en la manga".
de ingeniero botánico] de los que corresponden a las elec- presa privada o pública]; también es así cuando se trata de
ciones de cada alumno [los "diplomas accesorios", como el nuestros compromisos ciudadanos [que se miden con la vara
de recolector de plantas medicinales o el de marionetista]. del servicio ofrecido y del progreso de la causa]; también lo
Una .. comisión de diplomas" que reúne a varios docentes, re- es si nos referimos a las contribuciones que hacemos a la
presentantes de los alumnos y de los padres en una sesión vida social [de las que esperamos legítimamente un resul-
de carácter deliberadamente solemne, valida cada diploma. tado positivo]. y lo es también en toda intervención que ha-
Además, para Freinet, la combinación de los diplomas debe cemos en nuestros grupos humanos de pertenencia [donde
sustituir los exámenes de fin de ciclo y permitir una verda- nuestro aporte contribuye a la satisfacción de todos].
dera personalización de la enseñanza. En esta misma pers- Pero, cuando se trata de aprender, lo importante no es
pectiva, elabora ficheros individualizados autocorrectivos de ninguna manera "el producto" que "se lanzará al mer-
que garantizan que, en cuanto a los objetivos fundamentales, cado", ni siquiera la evaluación institucional o social que
cada alumno efectúe el trabajo que necesita y reinvierta lue- se haga de él; lo importante reside en las adquisiciones y_
go los conocimientos adquiridos en actividades colectivas. ~ la progresión. que habrá permitido la fabricación de ese
Así, tanto Makarenko como Freinet nos abren la senda de producto. Ciertamente, cuando se trata de recitar una lec-
una auténtica "pedagogía activa··. Nos invitan a concentrar- ción, de entregar un deber individual o de aprobar un exa-
nos en la verdadera pregunta pedagógica, que es la siguiente: men, E..odría considerarse gue la tarea__[ el objeto entregado y
....!
¿cómo hacer activo al alumno para que se movilice en las di- evaluado] "representa" el aprendizaje, pero esto es en. gran_ ~
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• versas actividades y, al hacerlo, logre aprendizajes exitosos? medida una ilusión. w
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La distinción que hace Noam Chomsky [1971] entre uac.:.· z
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importan~ es la tarea: esto es así en las actividades produc- U1
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tivas del circuito económico [a todo "productor" se le exige la o
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(.)
calidad de su producto]; es así en toda actividad profesional 7. Aquí utilizamos la palabra "competencia" en el marco del par "performance-com- ::::!'
w petencia" sin profundizar en la necesaria crítica al aumento desmedido del uso de ese U1
0::: [que se juzga en relación con criterios de eficacia de la em- término en pedagogía.
g
el aprendizaje de ~ad uno de los miembros del grupo. Hasta El trabajo extraordinario tiene una función simbólica y de
es más probable que se dé lo contrario: un ''producto bien valorización, pero lo que se evalúa no es la "obra de arte" mis-
logrado" [sea un periódico escolar, una lámina sobre un país ma. stricto sensu. sino la adquisición de conocimientos que la
o un animal, la maqueta de una ciudad romana, una demos- ~sib!§. Y, con mayor razón, si se trata de una r~alicón
tración científica o la representación de una obra de teatro] Cólectiva, la evaluación tendrá que hacerse de forma 1nd1v1dual
sugiere .más bien que se han utilizado las competencias ya a partir de elementos que permitan puntuar las adquisiciones
existentes y que se ha dejado al margen a los alumnos que personales estabilizadas. La exhibición social del resultado y
tenían pocas o ninguna, a riesgo de tener que compensar su su reciclado en el circuito productivo de ninguna manera ga-
frustración en el trabajo identificándolos con el resultado: en rantizan la eficacia pedagógica de la actividad. El pedagogo lo
efecto, el producto tuvo éxito gracias a la abstención de es- sabe: aun cuando forme a sus alumnos para que con el tiempo
tos; su participación habría hecho perder tiempo, arruinado utilicen lo que les enseña en el "circuito productivo", no debe
parte del material y comprometido la calidad del producto, obtener satisfacción de lo que los riños producen en clase
lo que habría disminuido la satisfacción narcisista colectiva. sino de lo que aprenden. Toda la dificultad -y la nobleza- de la
En materia de aprendizaje, lo que hay que evaluar, enton- pedagogía estriba en esto: el objetivo -porque siempre corres-
ces, es el objetivo de adquisición y de progresión para cada ponde al registro mental- es en gran medida invisible y, sin
participante; por otra parte, los medios para hacer esta eva- er;nbargo, nunca debe perderse de vista.
luación no son en absoluto evidentes y deben construi~e de _J
¡::;
manera rigurosa combinando varios inqicadores: 8 Célestin zLU
Freinet [1949] validaba los diplomas por la realización de un 2) La actividad escolar debe hacer que el aprendizaje no 2
z
·O
trabajo extraordinario asociada a una explicación detallada caiga en lo aleatorio (.)
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0:::
de los pasos seguidos para llevarlo a cabo [a fin de verificar LU
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la implicación y la comprensión del alumno] y a dos pruebas La mayor parte de nuestras actividades cotidianas no nos o
::5
complementarias [para permitir ampliar el espectro y evitar permiten aprender verdaderamente. Es cierto que, por me- _<(
LU
--,
la excesiva especialización]. Por cierto, hay que destacar que dio de la experiencia, podemos perfeccionarnos, ser más ::5
o
el trabajo en sí es una tarea, pero aquí su realización se con- rápidos, eficaces y precisos, pero no tenemos el tiempo su- (.)
¡:¡:::
.::J;
(!) sidera como un elemento más de un conjunto de pruebas ficiente de efectuar incursiones en terrenos desconocidos. co
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o La "formación a lo largo de toda la vida" que, sin embargo, LU
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que permiten inferir el dominio de los saberes elaborados y o
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la capacidad de transferirlos. todos reivindicamos, todavía sigue siendo en gran medida o
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5 una ficción: sometida al principio de la ganancia rápida so- (.)
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0:::
~ bre la inversión, esa formación se focaliza en el saber hacer Ul
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• y como _lo muestran desde hace tanto tiempo los trabajos de docimo- operativo [las famosas "competencias"] en detrimento de los o
1-
logia, las notas no son evidentemente el mejor instrumento de evaluación. Tanto más ·UJ
(.)
UJ
0::: cuanto. que lo qu7 hace~ _es establecer promedios improbables gracias a los cuales un aprendizajes nuevos, de las aperturas culturales y de una 2
Ul
12 en flsica permite equilibrar un 8 en francés.
verdadera formación ciudadana. g
Por lo demás, el progreso técnico está ahí precisamente evidente, los fundamentos de toda pedagogía. Pero, sin duda,
para evitarnos aprender. Nos permite, cada día un poco más, es indispensable ir más lejos e identificar con precisión las
"lograr sin comprender": sin saber lo que pasa· bajo el capó invariables estructurales de toda "situación de aprendizaje",
del automóvil o detrás de la pantalla de la comp~tadr, sin que son de muchos órdenes:
disponer de una representación, siquiera aproximativa, de
los modelos teóricos que utilizamos, sin siquiera tener que • Primero, si uno quiere que los alumnos participen de
leer los manuales de instrucciones. Por supuesto, a veces forma dinámica de una actividad de aprendizaje, hay
nos queda un poco de tiempo para "cultivamos", leer publi- que asegurarse de que lo que se les pide sea algo ac-
caciones o mirar programas científicos, consultar Internet o cesible para ellos o, para hablar como Vigotsky, hay
pedirle a alguien que se tome el trabajo de explicarnos algo. que situarse en su "zona próxima de desarrollo" :9 lo1
Pero todo esto corresponde a un tiempo robado, en función que se les pide debe ser suficientemente difícil para in- •
de las oportunidades, al frenesí productivo en el que estamos ducirlbs a progresar y suficientemente accesible para
todos, en mayor o menor medida, embarcados. no desalentarlos. ·
Ahora bien, la escuela, precisamente, tiene la vocación de • Luego, hay que pon'er a disposición de los alumnos tan-
instituir un tiempo para aprender; para aprender de manera to los materiales como Las consignas para que puedan
~: -
sistemática y no aleatoria. Esa es la gran lección de Come-
frente a los saberes fraccionados, que aparecen en la
vida cotidiana de manera fortuita y que se utilizan sin tener
realmente ponerse a trabajar: los materiales pueden
estar constituidos por textos o por datos, conjuntos de
documentos o de objetos de los que deberán apoderar-
¡:;
zw
_J
::;¿:
verdadera conciencia de sus fundamentos y de lo que ponen se, que deberán manipular, clasificar, organizar, tratar z
·O
u
en juego, la escuela debe transmitir conocimientos exhausti- y estudiar en función de Las consignas que se le~ indi- ~
w
~s de manera rigurosa, para permitir gue todos los alumnos quen. Materiales y consignas deben estar selecciona- o_
o
t alumnas se apropien de elo~: "La educación en las escue- dos con cuidado a fin de que, en la interacción entre ::5
<{
las debe ser universal -explica-. Todos deben recibir instruc- unos y otras, Los alumnos "operen" mentalmente y d,e w
-,
ción de todo" [Comenio, 1992]. De todo lo que una sociedad _gue, mediante esa operación. se eleven por encima de ::5
o
u
decide transmitir a sus niños para "hacerlos aptos para la su sistema de repsntacio~ para reestabilizarlo a::
m
.::f vida presente y dignos de su vida futura". en un nivel superior. "Pensar es operar", explica Hans _J
w
-
(!)
o o
(!) Es decir que la pedagogía escolar debe construir "situa- Aebli [1951]. uno de Los primeros que tradujeron al te- cfi
;3 o
w
o_
ciones de aprendizaje" para que cada alumno descubra y se rreno de la acción pedagógica y didáctica Los principios >
¡::
u
::5 apropie de los conocimientos por sí mismo. Sobre este as- fundamentales de La psicología piagetiana. <{
-
(f)
a:: o
<{
a:: . pecto en particular, Henri Marion tiene razón al insistir en o
o
w
o_
::l
la necesidad de "hacer actuar", por un lado ..Y "coordinar)as 1-
·W
::;¿:
u
w
a::
a.d_guiscon~" por el otro: de este modo plantea, de manera (f)
g
9. Véase Schneuwly y Bronckart [1985].
La tare? del maestro consiste en crear situaciones que ción que promueva el progreso de todos. Es por ello
le permitan al niño construir las operaciones que debe que el maestro debe definir entonces un "modo de
adquirir. [...] Para ello tiene que presentar él material
funcionamiento grupal" que dé la posibilidad a cada
adecuado para esta actividad intelectual y velar para que
la investigación de la operación nueva esté orientada en
alumno de "operar" por sí mismo y construir nuevos
la dirección deseada [Aebli, 1951: 741. saberes: esto pasa por un trabajo individual previo
que garantice la contribución de todos, con reglas de
Y, en efecto, esto es "hacer actuar para hacer apren- juego precisas, que eviten que algunos se enquisten
der'': hacer posible una actividad que podrá ejercer- en roles o funciones que les impiden progresar. Si
se en el seno de un sistema elaborado de recursos se dan estas condiciones, un trabajo de grupo puede
y de obligaciones, de manera tal que la acción haga transformarse en un "grupo de aprendizaje" y cum-
progresar intelectualmente al sujeto. Sigue siendo plir su función propiamente pedagógica en la institu-
una necesidad que lueg9, por supuesto, el docente ción escolar o de formación [Meirieu, 201 DI.
proponga una formalización de las aptitudes adqui-
ridas; pero, como dice Henri Marion, esa formación 3) Ser "activo" es ejercer una "actividad mental", pues ¡La
debe constituir además una ocasión de actuar para única actividad que permite aprender es La que pasa "en
el alumno: "Hay que cuidarse de no recaer, con el la cabeza del alumno"! _J
etapa hay que preguntarle a él en la medida de lo po- actividad exterior, la actividad de efectuar algo -explica-, es
<!
0::
w
sible" [según Hamelin, Jornod y Belkaid, 1995: 69].
Q_
portancia de las actividades de aprendizaje colecti- que se corre el riesgo de que el niño caiga en el activismo-,
0::
en
s
-
_J
(!) vas, tanto para formar al alumno en la socialización sino el esfuerzo permanente para articular el "hacer" y el w
o
o
(!)
como para favorecer los intercambios entre pares, "pensar", para que emerjan "pensamientos" en y por medio tii
o
C3 >
w
Q_ intercambios que, como han podido mostrar los psi- del "hacer" a través de la problematización. El pragmatis- ¡:::
(.)
<!
:S cólogos, tienden a contribuir al progreso de cada mo de Dewey [1968] no implica de ningún modo exaltar la lfl
0:: o
o
<!
0::
w
individuo. Por consiguiente, hay que garantizar que actividad práctica permanente, sino que afirma la necesaria 1-
o
·W
Q_
::)
(.)
el trabajo común nO suscite la división del trabajo y continuidad entre la experiencia y el saber, inducida por una :a
lfl
w
0:: que engendre, en cambio, una verdadera coopera- pedagogía exigente que vincula sin cesar las situaciones vivi- g
das con las leccion_es de los saberes y permite así que el su- resumidas cuentas, la presencia de un conflicto sociocogniti-
jeto haga "operar" mentalmente los saberes para organizar ~Pert-Clmon, 1979]. Todo s~jeto debe ser intergl~do
la experiencia que vive. 10 e inducido a estar mentalmente act1vo y esto se logra hablan-
En efecto, cuando se observan las cosas con mayor detalle, dele en un len,.ill!aje accesible, proponiéndole trabajar "en
lo que caracteriza verdaderamente un aprendizaje es el hecho su cabeza" sobre materiales que le abren otros horizontes,
de que "algo pasa en la cabeza del que aprende". Ycorrespon- p¡diéndole que cumpla con exigencias, :gracias a las _cuales
de a Antaine de La Garanderie haber recordado con energía tendrá gue rever su sistema de pensamiento.. descubnr nue- V\oa.~ dt
y convicción, en los años ochenta, la importancia del "trabajo vos modelos de inteligibilidad del mundo, es decir, construir :rn\el<.~bt;
mental", pues efectivamente ese "trabajo mental" es lo g_ue nuevos saberes [Astolfi, 1992].
tiene que ocupar el centro de las P-rácticas pedagógica.s, es Se ha criticado mucho "el constructivismo". Con una ex-
lo que el enseñante debe suscitar y sostener, es lo que debe travagante mala fe, algunos hasta han dado a entender que
organizar durante la clase concentrándose en la calidad del los pedagogos proponían "dejar_que los alumnos construye-
"estudio" de los alumnos, en su movilización intelectual, en la ran solos sus propios saberes". Es evidente que esto es un
apropiación y la manipulación de las imágenes, los conceptos absurdo: las obras de la cultura nos preceden y es del todo
y los modelos que permiten construir verdaderos saberes.11 imposible que cada individuo, abandonado a sí mismo o en
Así, tanto la sistematización del "trabajo personal" en las el marco de un trabajo de grupo bajo la dirección de un ani-
clases -que proponía Henri Marion- como la actividad de mador bondadoso, reinvente el conjunto de los saberes que ~
_J
z
"elaboración" socialmente valorizada -que querían promo- lo harán un ciudadano lúcido y un profesional competente. l1J
2
ver los teóricos de "la escuela activa"- nunca llegan a ser por Imposible imaginar que cada sujeto pueda rehacer toda la z
·O
sí solas garantía de una "actividad mental" eficaz. Digámoslo historia; la transmisión está ahí precisamente para hacer un ü
<(
0::
sin rodeos: un alumno puede estar mentalmente muy activo poco de economía de la historia de los hombres para esos
l1J
CL
o
escuchando una "clase magistral" y, por el contrario, pue- niños que mañana serán hombres. S
de sumergirse en una pasiYlQ§¡d intelectual total durante uña Pero "hacer economía de la historia" no significa "hacer
<(
l1J
-,
clase e_~ la gue está institucionalizada la actividad práctica economía de toda la historia". Pues un sujeto solo adquiere S
o
u
colectiva. Lo que importa, en realidad, es la estructura de la
__ _ verdaderamente saberes cuando los convierte en "su historia":
____
0::
en
situación de aprendizaje, ~-itEmf:a_Q§! __~ªs-2ndicoe que únicamente entra en un libro cuando las palabras que lee re-
____
~ ., _J
(.!) l1J
o
(.!)
<(
o
promueven, estimulan _...,_ y respaldan -----;-__
el trabajo intelectuaC-en suenan en él y le permiten entablar un diálogo interior; sola-
o
Vi
o
l1J
CL - mente comprende un modelo científico o una teoría filosófica >
¡:::
u
S 10. Véase Morandi [2013: 19-33). Sobre John Dewey, véase también Blais, Gauchet y cuando se los apropia gracias a un trabajo intelectual que, si <(
(/)
0:: Ottavi [2008). o
~ bien no es una "construcción ex nihilo", es, al menos, un trabajo o
o
l1J 11. Es posible criticar los trabajos de Antoine de La Garanderie y discutir sus análisis 1-
CL
::J psicológicos y sus proposiciones precisas, pero sin duda es alguien que recentró de for- de "reconstrucciórl'; nadie domina auténticamente una com- ·l!J
u 2
ma muy provechosa la reflexión pedagógica sobre el acto de aprender y sus condiciones
l1J
0::
de "movilización mental". Véase, en particular, La Garanderie [1982).
petencia si no ha comprendido su principio, si no sabe a qué si- (/)
g
tuación le permite hacer frente esa competencia y en qué coR-
diciones puede utilizarla en otro contexto por propia iniciativa.
2. LA MOTIVACIÓN:
"Ningún aprendizaje evita el viaje", dice Michel Serres DE LA ACTITUD DE ESPERA
[19911. Y la pedagogía escolar, podríamos agregar, está allí
~rcisa.ment p~.YJ8j(: lo hace construyendo
A LA EXIGENCIA
_21tuac1ones de ª,preoQj~" que nunca exoneran al alumno de
"participar de modo comprometido" ni de "estar activo", sino
que le dan justamente los medios para cumplir esos 0bjetivos.12
EN RESUMEN
c3 :S
w
a..
todo a un trastorno del vínculo con los demás y, en particu- cae entonces en el círculo vicioso del fracaso y la desmoti- w
o
:S lar, con los adultos. Salirse de esta espiral infernal supone, vación. Para romper ese círculo, es necesario que el alumno z
•O
0::
<{ en efecto,lreconocer que uno tiene necesidad de ayuda y de se implique plenamente en una actividad movilizadora y que u
0::
w ~
a..
::J
un acompañamiento. Ahora bien, a menudo, ciertos jóvenes §
u 2:
w
0::
prefieren rechazar el más mínimo apoyo exterior para ins- :S
1. Según la expresión de Fernand Oury (Vásquez y Oury, 19671.
------
esta implicación pas~ a ser el principio mismo de la organi- mún de aprender. Estamos hablando del movimiento mismo
zación del trabajo escolar: de la emancipación de un sujeto que progresa asumiendo la
Sin embargo, para que un alumno se comprometa en los dependencia respecto de sus "maestros" para ir apartándo-
aprendizajes es indispensable que reciba, al mismo tiempo, se de ese aporte a medida que este se va incorporando en su
el apoyo que le permita alcanzar logros y la posibilidad de propia marcha. Y vemos emerger aquí el verdadero sentido
reivindicarse como autor de su propio éxito. Para dar lo me- de toda evaluación que pretenda ser auténticamente educa-
jor de sí mismo, necesita que otro lo acompañe. Y precisa tiva: permitir a quien ha aprendido "saber que sabe" y prose-
poder sentirse orgulloso de sus logros. Pues el orgullo, en guir sus propios aprendizajes.
este caso, no es en modo alguno un ··pecado··. como cierto Este es el metabolismo fundador de la pedagogía que Pes-
puritanismo pedagógico da a entender: Tampoco es, necesa- talozzí, como muchos otros, situó en el corazón de su "mé-
riamente, la expresión de un sentimiento de superioridad en todo". El pedagogo suizo, quien en 1804 fundó en Yverdon un
relación con los demás, como podrían temer quienes des- instituto en el que se aplicaban principios de enseñanza muy
confían, con razón, del aumento de la competición despiada- elaborados y rigurosos para cada una de las disciplinas que
da entre los individuos en el seno de la escuela. El orgullo, se enseñaban, no vacilaba en afirmar:
en este caso, es el signo de un progreso en relación con uno
mismo, una victoria contra la fatalidad. Quienquiera que se apropie de mi método, ya sea un niño, ya
Este orgullo corresponde a lo que el psicoanalista y peda- sea un adolescente, se trate de un hombre o de una mujer.
gogo Jacques Lévíne llamaba "el mínimo de reconocimiento llegará a un punto, en sus ejercicios, que requerirá su indivi-
<{
dualidad; al. abordar y tratar de resolver ese punto la persona, ü
del yo" [Lévine y Moll, 2009]. sin el cual nadie podría nun- z
con toda seguridad, desarrollará en su interior las fuerzas y los w
ca comprometerse en una actividad tan compleja como es medios que la elevarán más allá de la necesidad de ayuda y de
(!)
xw
aprender: cuando hay que hacer lo que uno no sabe hacer sostén para su formación y la pondrán en posición de alcanzar y S
¡precisamente para aprender a hacerlo! Pues, sin este reco- recorrer, a partir de ese punto, el camino restante de su forma-
<{
<{
Ct:
nocimiento, el sujeto no dispone de ningún terreno estable ción con paso seguro y de manera autónoma (Pestalozzi, 1805; w
o_
donde apoyarse para avanzar; está condenado al titubeo fu- cit. en Soetard, 1995: 114]. 2 (/)
w
w
o
gaz y al desaliento permanente hasta que, finalmente, vaya o
.::f a buscar en otra parte con qué escribir su historia: en los Justamente, para quebrar el círculo vicioso "fracaso/des- ::J
1-
~<{
(!)
o
(!) delirios de los videojuegos, en las ilusiones medíátícas, en la motivación" Lo que hace falta es alcanzar ese "punto", ese
<{
o
w
o_
provocación gratuita o en la trasgresión mortífera. "punto de inflexión" que permite a un sujeto pasar de La ne- S
w
o
S Aquí estamos en el corazón de la relación pedagógica que, cesaria fase de apuntalamiento, donde la ayuda es absolu- z
Ct:
<{
Ct:
en realidad, no es otra cosa más que la dinámica del "trabajo tamente indispensable, a La fase de quitar Los puntales, en •Q
ü
w ~
o_
::J
con": cuando el enseñante se implica lo suficiente como para §
ü
w
Ct:
que cada alumno también lo haga, con él, en la aventura co- 2:
:S
largo de toda la actividad. en un marco de trabajo estructurado que permita que cada <(
<(
Y así es como, efectivamente, el pedagogo puede reabrir alumno se implique y se reconcilie con Los logros. Pero todo
0:::
LU
a.
el campo de lo posible y romper el círculo vicioso del fraca- esto -y es muy irritante que así sea- no resuelve el problema
IJ)
LU
LU
so que desmotiva; y lo consigue cada vez que le permite a del "caballo que no tiene sed", del sujeto que se obstina, del
o
o
~
(!) un alumno implicarse en una tarea con la certeza de que no alumno que no quiere aprender.
;::)
f--
¡::::
o
(!)
va a ser abandonado y la seguridad de que podrá llevarla a Los pedagogos no se engañaron en este sentido: giran al-
(.)
<(
C5 :S
LU
a. buen término y construir por sí mismo "su" éxito, asumido y rededor de esta cuestión desde hace siglos, fascinados por LU
o
:S reconocido como tal. Poco a poco, de este modo, se puede ir ese agujero que pone en tela de juicio todas las buenas vo- z
0:::
~ tendiendo UQlazo entre éxito y motivación. luntades del mundo. YCélestin Freinet mismo, a pesar de su
•O
ü
LU
a. §
:::l Pero ese lazo nunca es mecánico, aun cuando se lo cons- confianza en "la naturaleza del niño", no se equivocaba: sa- §
(.)
LU
truya de la manera más rigurosa posible y se lo apoye con bía que, como cuando se intenta hacer beber a un caballo, no ::;;:
0:::
:s·
hay que inquietarse en exceso pues, en cuanto haga un poco individualista y el éxito a cualquier precio en detrimento de
de calor y se lo deje un rato sin agua, el caballo terminará las verdaderas adquisiciones profundas, basadas en la inves-
siempre teniendo sed. Pero, cuando se trata de enseñar el tigación y la cooperación.
teorema de Tales, ya no es lo mismo: ¡no basta con privar al Todo esto se hacía eco de las teorías, bien conocidas en-
alumno de algo para que venga a reclamarlo! tonces, de "la escuela activa'" y parecía la consecuencia na-
Así, .incluso para quienes preferían desnt~r del tural de Abbotsholme y de la École des Roches. Solo era un
problema afirmando que el éxito crea la motivación, siempre poco más atrevido, pues Neill no vacilaba en agregar que era
hay -como demuestra la experiencia- un "resto" que resiste: partidario de arrasar con todos los tabúes educativos en el
la cuestión del deseo no se zanja tan fácilmente. terreno de la sexualidad -como prohibir La desnudez, La mas-
turbación o Los juegos sexuales entre niños-, tabúes que, a
su entender, no engendran sino disimulo, frustración y agre-
ESPERAR QUE SURJA EL DESEO DE APRENDER: sividad inútiles.
¡UN CALLEJÓN SIN SALIDA! Neill alcanza su momento de glória en el año 1970, cuando
todavía no se había asentado el estallido Libertario de 1968: la
Aunque Summerhill fue creada en 1921, la experiencia re- publicación de Libres enfants de Summerhill [Niños libres de
cién se conoció en Francia en la década de 1960. Los medios Summerhill] [Neill, 19711 tiene, ciertamente, el efecto de una
pedagógicos de la Educación Nueva, los pedagogos que se bomba. En una serie de breves capítulos ilustrados con nu-
interesaban en el movimiento libertario y en la difusión de merosas anécdotas, Neill describe allí su ··escuela'". Es más :::f
u
las teorías psicoanalíticas en materia educativa conocían la que evidente que el autor no se siente a gusto con el estilo de zw
existencia de esta "escuela" de Suffolk, Inglaterra, pero la "Los tratados de pedagogía" y, de hecho, ni se toma éltrabajo (!)
~
mayoría ignoraba sus prácticas reales y solo se referían a de hacer una exposición sistemática de sus principios y sus S
ella de manera muy general. prácticas, pero el cuadro es sugestivo y Lo bastante "refres- <(
<(
0::
cante" para que muchos vean en él una propuesta alternativa w
En 1966, apareció una pequeña obra del fundador de a..
tfl
w
Summerhill, Alexander Sutherland Neill [1966]. que ilustra original. Madeleine Chapsal, escritora y periodista, cofunda- w
o
bastante mejor lo que estaba en juego en aquella empresa: el dora de L'Express, escribe entonces en ese semanario, que, sin o
::::>
..:::f .objetivo consistía en permitir que los niños se desarrollaran embargo, no es nada afecto a las elucubraciones Libertarias: f--
¡::
(!)
o u
(!)
<(
Yaprendieran libremente, mediante la práctica colectica del "¿Por qué resulta tan rara una experiencia tan positiva, tan ne- <(
<(
o ...J
w
a..
autogobierno. Neill consideraba, en efecto, que las obligacio- cesaria en una época en que todo el sistema de enseñanza, de w
o
S nes escolares y sociales tradicionales eran muy contrapro- un extremo al otro de La cadena, desde el jardín de infantes a ·O
z
0::
<(
0::
ducentes: i al imponer a los niños adquisiciones mecánicas La universidad, muestra su fracaso?" [Neill, 1971: contratapal. u
g
w
a..
::::> Y superficiales ajenas a sus preocupaciones, se fomentaba Como vemos, La retórica indestructible del "fracaso del sis- §
u
w
0::
en ellos la hipocresía y el engaño; se favorecía el arribismo tema" ya estaba presente. Yvemos, sobre todo, que Summer- 2:
S
hill -sin duda a CC!USa del carácter simpático y a la vez des- ble estudiar el perro de caza cuando se lo tiene encadenado.
hilvanado de la propuesta- se presenta como una alternativa Como tampoco, en psicología humana, se pueden enunciar
institucional creíble, una alternativa en la que el educador teorías dogmáticas sobre una humanidad prisionera de su
resuelve la cuestión del deseo de aprender de la manera odio desde varias generaciones"' [Neill, 1971: 35]. 4
más sencilla del mundo: esperando con tranquilidad, sin Sostenido por sus convicciones, Neill deja que los niños
intervenir, a que tal deseo se manifieste de forma espon- que recibe en su escuela sigan las enseñanzas que se les pro-
tánea ... ponen con total libertad. Algunos -que según Neill están de-
En realidad, Neill [1971: 23] funda sus proposiciones en formados por la "'enseñanza tradicional"'- se niegan a asistir a
una profesión de fe ingenuamente rousseauniana: los cursos. Nadie los culpa ni los obliga a presentarse. Nadie
intenta tampoco convencerlos de la necesidad o el interés de
Mi mujer y yo decidimos abrir una escuela en la que daríamos aprender lo que sea. Un caso extremo es el de un niño que lle-
a los alumnos la libertad de expresión. Para hacerlo, debíamos
ga a no participar de ninguna enseñanza durante varios años
renunciar a toda disciplina, a toda dirección, a toda sugestión,
a toda moral preconcebida, a toda instrucción religiosa del tipo ¡y abandona Summerhill a los 17 años sin saber leer! Pero la
que fuera. Algunos dijeron que éramos muy valientes, pero, en mayoría de ellos, puesto que viven libres en un marco sin obli-
realidad, no teníamos necesidad de coraje. Lo que necesitába- gaciones, se vuelca "'naturalmente"' a la lectura, las matemá-
mos, lo teníamos: la creencia absoluta en el hecho de que el ticas, la carpintería, la mecánica y la geografía. Yentonces se
niño no es malo, sino que es bueno (Neill, 1971: 45).3 entrega a ellas plenamente, sin ningún límite:
:::!:
En esta perspectiva, Neill está convencido de que "'el exce- Tom, de 8 años, estaba siempre golpeando a mi puerta para u
z
w
so de agresividad que hallamos en los niños oprimidos no es preguntarme: "'Dime, ¿qué puedo hacer ahora?". Nadi.e ·quería (!)
xw
sino una fuerte protesta contra el odio que se les ha manifes- decirle. Seis meses más tarde, si alguien buscaba a Tom, podía
encontrarlo en su habitación en medio de un fárrago de pa- :5
tado"' y cree que insistir, como hacen psicólogos y educado- <!
peles. Pasaba horas dibujando mapas geográficos. Un día, un <!
res, en la necesidad de ejercer las ineludibles presiones para profesor de una facultad de Viena visitó Summerhill. Conoció a
0::
w
a..
sujetar esta agresividad es un profundo error: "'No es posi- Tom y le hizo mil preguntas. Luego, me dijo: "'He interrogado a
Ul
w
w
Cl
su pequeño Tom sobre geografía y me ha hablado de rincones Cl
:::;)
que me eran desconocidos por completo" (Neill: 1971: 45]. 1-
¡::
3. Por supuesto, la referencia de Neill a Rousseau se puede rebatir: la afirmación de la u
"bondad natural del hombre" de Rousseau solo tiene validez en el"estado de naturaleza" <!
y ese "estado de naturaleza" no es una etapa histórica determinada, sino una hipótesis Pues, desde el momento en que un niño desea aprender :5
filosófica que representa de algún modo "al hombre, abstracción hecha de las influen- w
Cl
cias sociales nefastas que perturban su desarrollo". Así concebida, la "bondad natural del algo, lo que sea, Neill no solo lo deja enfrascarse plenamente z
hombre" es una suerte de "huella original" [independiente de todo "comienzo" histórico) •O
e inseparable,! para Rousseau, del principio de "perfectibilidad" que pueden alcanzar los u
seres humanos mediante la educación. Rousseau no considera, en efecto, que "el niño ~
¡::
sea bueno", sino que tiene en sí esa potencialidad y que, gracias a la educación emanci- 4. En realidad, Neill recusa los análisis de Sigmund Freud sobre la agresividad y pre- o
padora, es posible, por lo tanto, hacerlo acceder al estado de sujeto y permitirle construir ::;;:
fiere, en cambio, los de Wilhelm Reich sobre el carácter resueltamente positivo de la
una sociedad democrática en el marco del"contrato social". "pulsión de vida". :5
en lo que ha elegido -_con la posible consecuencia de no dor- tenía la dependencia que pretendía abolir, al mismo tiempo
mir lo suficiente-, sino que además le aporta toda la ayuda ue dejaba intervenir el carácter fundamentalmente injusto e
técnica posible. en especial a través de "lecciones particula- ~evitablmn selectivo de los fenómenos de identificación.
res" intensivas. Así es como encontramos de su pluma, junto Por lo tanto, resulta imposible limitarse a esperar la apa-
a violentos ataques a "la escuela tradicional", un cuestiona- [1"ción espontánea del deseo de aprender, pues se corre el
miento virulento a los métodos pedagógicos que procuran riesgo de volver la espalda a la pedagogía misma y a su pro-
"dorar la píldora para hacerla tragar más fácilmente" [Neill, yecto fundador: transmitir a todos los niños los saberes nece-
1971: 41 l. Neill denuncia además el uso del juego y de to- sarios para su desarrollo personal, social y ciudadano. Y sin
dos los artificios que tienen por objetivo volver atractivos en embargo. aun cuando Summerhill parezca algo que ha que-
forma artificial los saberes hacia los que, según su opinión, dado lejos en el pasado, esta tentación reaparece cada tanto.
hay que esperar que el niño se vuelque espontáneamente. y y hasta es, implícitamente, uno de los lugares más comunes
hacia los cuales -de manera milagrosa- casi todos los niños ele la vulgata-pedagógica: el niño sería, por su naturaleza, un
en Summerhill, ¡se vuelcan espontáneamente! ser al que todo le despierta curiosidad, deseoso de aprender
Falta elucidar, aunque sea mínimamente, ese milagro, so- desde su nacimiento, que solo pide que se le dé acceso a
bre todo si uno no se resigna a dejar que lo aleatorio de las los saberes más elaborados y, por eso mismo, no rezongaría
situaciones individuales rija el aprendizaje. Bruno Bettelheim, ante ningún esfuerzo ... , ¡por lo menos mientras los padres no
que estudió de modo exhaustivo el caso de Summerhill y de le hayan matado ese deseo por torpeza o mientras la institu-
quien no puede sospecharse hostilidad con respecto a Neill, ción escolar y sus presiones no hayan terminado por contra- ::f
u
levanta una punta del velo: afirma que "Summerhill es una riar esta disposición espontánea! 6 "Nacido para aprender", zw
buena escuela", pero reconoce sin embargo que ello no se el título de una obra de Hélene Trocmé-Fabre [2006] que ·se
(!)
xw
debe a la calidad de su pedagogía. Si la mayor parte de los apoya en las "ciencias cognitivas", el niño estaría, en cierto :5
niños terminan por querer aprender, es, sencillamente, dice
<(
modo, destinado a un desarrollo intelectual natural que le <(
0::
Bettelheim, porque "Neill es un tipo formidable y porque uno permitiría integrar el conjunto de los conocimientos reque- w
o..
ll1
w
haría cualquier cosa para obtener su estima y su afecto".s En ridos para su educación, según una dinámica que nosotros w
o
realidad, si lo hemos comprendido bien, ¡Neill no practicaba solo tendríamos que acompañar de manera benevolente. o
::;)
~
(!)
la abstención educativa más que para recuperar en seducción Pero ¿no se está confundiendo aquí el"deseo de aprender" 1-
¡::
o u
(!) lo que había abandonado en exigencias! De ese modo man- con el"deseo de saber"? Nadie duda de que los niños desean <(
<(
o :5
w
o.. "saber": quieren saber cuáles son sus orígenes y cómo obte- w
D
::i ?- M~ aú~; ""Los cambios que produce Neill en sus alumnos. al estar basados en la z
•Q
0:: 1dent1flcac1on, sol? t¡enen éxito con aquellos que pueden identificarse con él. y muchos
<( u
0:: pueden hacerlo Simplemente porque él es el hombre más extraordinario que conocen. 6. Véase Menes [2012]. La autora explica que, en cuanto sujeto. el niño está movido por
w Pero que un hombre de menor ~stura intente apli~r su ingenua filosofía ... y será el deseos, entre ellos. el deseo de aprender. Los adultos pueden alentar ese deseo me-
~
o.. §
::;)
u caos, porqu~ el ~oncept que Ne1ll tiene de la humamdad es incorrecto, aun cuando ese diante un diálogo que le inspire confianza o facilitando sus relaciones con el ambiente.
w 2
concepto lo msp1re has!a el punto de hacerle lograr cosas extraordinarias·· [Bettelheim También pueden anestesiarlo no respondiendo nunca a ese deseo o bien. por el contra-
0::
Yotros, 1972: 90-91]. Vease también Meirieu [1985a]. rio, agotarlo "sobreestimulándolo" permanentemente. :5
ner satisfacción de los adultos que los rodean. Quieren saber DESVIAR UN DESEO EXISTENTE: EL RIESGO DE LA
cómo obtener una buena nota y pasar un examen. Quieren DEMAGOGIA
saber cómo ir a una reunión con amigos o cómo utilizar un
aparato electrónico. Pero preferirían no tener que "aprender"
En realidad, la abstención pedagógica -que se conten-
todo eso. En primer lugar, porque el aprendizaje siempre se
ta con esperar a que surja el deseo de a~endr- s~lo se
nos presenta como una pérdida de tiempo, sobre todo cuan-
do alguien puede efectuar la tarea en nuestro lugar. Des- h.a puesto en práctica en raras y problemat1cas ocas1ones. .,
Uno hasta podría preguntarse si algún educador renuncio
pués, porque todo el progreso técnico consiste, precisamen-
alguna vez por completo a influir -de una u otra manera-
te, en permitirnos hacer cada día un poco más de economía
en el deseo de aprender de los niños que tenía a su cargo.
del aprendizaje para obtener resultados, sin saber qué pasa
En cambio, la mayoría de los educadores ha ensayado este
"debajo del capó", para lograr algo sin comprender cómo.
ejercicio que corresponde a una for~a de _.. e~idn,ca peda-
Yesto es justamente lo que está en juego en la pedagogía
gógica": désalentar el deseo por Qbjet~s SI~ mteres escolar
escolar y el punto en que se produce la ruptura con el "de-
0 intelectual particular y desviarlo hac1a obJetos que, en su
seo natural del niño": en clase se trata de pasar del "deseo
opinión, merecen precisamente ser deseados. Yasí.:e mani-
de saber" -deseo de eficacia en el corto plazo, guiado por la
pula con habilidad "el interés del niño':: ~asn,d de lo que le
preocupación por obtener satisfacción al menor costo posi-
interesa" a "lo que conviene a su prop1o mteres .
ble- al "deseo de aprender", que exige tomarse el tiempo de
Por otra parte, hay quienes han encontrado, en una lec-
explorar lo desconocido, que choca con la extrañeza inevita-
tura superficial del Emilio de Jean-Jacques Rousseau, ele- ~
ble de los saberes nuevos, que acepta el esfuerzo sin la pers- (.)
zUJ
mentos para justificar esta jugarreta. Esto es lo que explica
pectiva de remuneración inmediata ... , a fin de acceder al pla- (!)
xUJ
Rousseau:
cer -nunca del todo garantizado cuando uno se lanza a esta
:S
empresa- que procura la inteligibilidad de los seres y de las Se trataba de hacer ejercitar a un niño indolente y perezoso en
<(
<(
cosas. Se trata, pues, de aplazar la "lógica productiva" 7 para la carrera L.l. La dificultad era tanto mayor por cuanto yo no
0::
UJ
a.
medirse en el goce del pensamiento. Yesto no tiene nada de quería prescribirle absolutamente nada; yo había desterrado de
(f)
UJ
UJ
natural; por el contrario, hacen falta contenidos exigentes, mis derechos las exhortaciones, las promesas, las amenazas, o
o
.:5 situaciones estructuradas y la mediación de un "maestro", la emulación, el deseo de brillar; ¿cómo despertarle el deseo :::>
1-
(!) ¡::::
o
(!) Vale decir, hace falta la escuela. de correr sin decir nada? (.)
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UJ
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a.
Pero el preceptor conoce el gusto del jovencito por los UJ
o
:S 7. He mostrado (Meirieu, 2010) hasta qué punto la ""lógica productiva··. dominante en
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0::
<(
el campo económico y social, donde puede ser legítima, amenazaba siempre la clase pasteles y, durante sus paseos, se los ofrece al vencedor de ·O
0:: y ponía a muchos en riesgo de quedar marginados del aprendizaje (que favorece solo ü
UJ
a. el perfeccionamiento de quienes ya saben o está más dedicado a los alumnos que ya las breves carreras que organiza entre los niños con los que ~
¡::::
:::> conocen de antemano la satisfacción de aprender). Esta es la principal razón de que la
(.)
UJ escuela no pueda remedar "'el taller··, salvo que se resigne a que los alumnos se repar-
se encuentran. Hasta que un día, "harto de ver que otros se o
::E
0::
tan '"naturalmente·· entre planificadores, ejecutantes y desempleados. comían los pasteles que él deseaba, el caballero llegó a sos- :S
pechar por fin que co_rrer bien podía servir para algo y, viendo A una niña le encanta el ajo y no le gusta estudiar gramática.
que también él tenía dos piernas, comenzó a entrenarse en Sus padres querrían que renuncie al ajo y se dedique al estu-
secreto" [Rousseau, 1966: 179-180]. dio. Sería contrariar doblemente sus inclinaciones naturales.
Más vale tratar de desarrollarlas en un doble sentido. Después
La artimaña funciona aquí plenamente y, si bien en La obra
de ponerla en relación cabalística en la mesa con los amantes
de Rousseau está acompañada del esfuerzo permanente por del.ajo, preséntenle la Oda en honor al ajo de M. Marcellus; ella
"hacer razonar al alumno" y hacerlo consciente de Las con- estará interesada en leerla [...]. Aprovechen esta lectura para
diciones de su emancipación, es verdad que todos La utiliza- iniciarla en la poesía lírica, en las distinciones de estrofas y de
mos cotidianamente sin ningún escrúpulo y muchas veces versos libres; probablemente la joven se apasione por la poesía
sin tomar Los recaudos necesarios para no caer en La mera antes que por la gramática y una conducirá pronto al estudio
manipulación. de la otra. 9
cer que se enamore de Las matemáticas -La gramática o La ban. Yasí es como alimentamos La esperanza de que Logren ü
z
w
geografía- una niña que ama el ajo?". 8 Pregunta que podemos engranarse Los deseos espontáneos y Los descubrimientos (.!)
xw
conjugar hasta el infinito en todos Los Lugares pedagógicos fecundos y de ese modo aparezcan "naturalmente", al final
S
del mundo: ¿cómo hacer que se entusiasme con el teorema del camino, Los programas escolares. <(
<(
de Pitágoras o con La Ley de Joule un alumno que solo piensa Pero La operación es riesgosa, tanto más si La "triquiñue- ct:
w
0..
en el rap? ¿Cómo despertar el amor por La Literatura clásica La es evidente'': Los alumnos no aprecian para nada que el U1
w
w
Yel análisis estilístico en un alumno apasionado del World of docente simule interesarse en Lo que a ellos Les gusta para o
o
warcraft? ¿Cómo hacer que ame La historia y La geografía un
arrastrarlos, inadvertidamente, hacia otra senda; algunos :::l
1-
.:::!; ¡=
(.!)
o(.!) alumno fanático del fútbol o Las revistas de celebridades? hasta terminan poniendo distancia, enojados al descubrir que u
<(
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el docente ha rebajado al nivel de pretexto pronto olvidado Lo S
o
w Todos procuramos resolver así, con mayor o menor con- w
o
0..
~
Por lo tanto, hay que comprender la "transmisión escolar" ne a los alumnos que realicen la maqueta de la casa de sus ::5
como un diálogo permanente entre el sujeto y la cultura: es el sueños y, cuando es necesario, se suspende la actividad de ~
~
LU
a..
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sus problemas, y proponer saberes nuevos, poniendo toda la ¡::::
0
(.)
LU
0:::
energía y la inventiva de que es capaz el pedagogo para que 12. Vladimir Propp [1970) mostró que el cuento se construye sobre una estructura na- 2:
~
rrativa estable que articula el héroe, la búsqueda, el obstáculo, el aliado, etc. ....1
o los juegos de lenguaje del Oulipo. 13 Hasta aquí no parece Cada vez, lo importante es ofrecerle al niño acceso al placer
problemático: es una manera por completo honorable de fina- de comprender y al goce del pensamiento: comprender -a me-
lizar los aprendizajes a través de su funcionalidad inmediata días- que el ogro del cuento es un poco cada uno de nosotros,
y distamos mucho de haber terminado de explorar todas las cuando queremos tanto a alguien que terminamos por aho-
posibilidades que ofrece este tipo de prácticas pedagógicas. garlo y querer comerlo; comprender que aprender a escribir
Sin embargo, la dificultad surge bastante pronto, cuando es poder comunicar a distancia, dejar una huella duradera y
el docente pretende transmitir conocimientos cuyo nivel de transformar las restricciones de la lengua en recursos para
abstracción o de complejidad no corresponde a ningún pro- el pensamiento; comprender por qué los seres humanos te-
blema concreto identificable y esto puede darse desde el jar- nemos necesidad de mapas, para qué sirve la geografía y qué
dín de infantes y la escuela primaría. Por esta razón, también aportó el mapamundi de Mercator; comprender quién fue Ga-
es necesario recorrer la cadena en el sentido contrarío desde lileo y qué sentido tuvo su lucha; comprender por qué el infinito
muy temprana edad. Hay que ofrecer a los niños actividades descompone todos nuestros cálculos y cómo Cantor resolvió
que les permitan encontrar placer en los juegos del espíritu, el problema ... Ciertamente, no todos los días habrá aventuras
mediante la combinación razonada de elementos que pue- tan exaltantes para contar, pero es necesario hacer vivir regu-
dan manipular en el marco de reglas fecundas. Hay que ofre- larmente este tipo de historias, a fin de que la inteligencia del
cerles obras cuyo alcance simbólico permita que se sientan alumno se sienta movilizada todo el tiempo por apuestas inte-
interrogados, sin que ello implique una violación de su inti- lectuales fuertes. Hay que "hacer centellear su espíritu" y sus-
midad: esta es la función de los cuentos y, en términos ge- citar su deseo de saber, haciéndolo compartir los conocimien- ::;!;
u
nerales, de todas las formas de expresión artística. Hay que tos humanos a través de los procesos que los constítuyeGon. 15 zw
organizar los reencuentros con objetos extraños, fascinan- Ydespués, una vez que el alumno entra en esta dinámica, (!)
xw
tes, cuyo funcionamiento habrá que comprender, así como el cada explicación -hasta la de apariencia más trivial- se con- :S
<t:
proceso que llevó a su invención. Hay que contarles la histo- vierte en una aventura de la inteligencia. La clase pasa a ser <t:
0::
ria de los descubrimientos científicos mostrando cómo estos un lugar donde ejercitar el pensamiento. Un pensamiento w
a..
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w
permitieron afrontar desafíos, superar obstáculos o penetrar que moviliza el deseo de aprender sin cesar y cada día más. w
o
misterios hasta entonces ínsondables. 14 Pues ahí está el signo del verdadero deseo: no se termina o
::J
~ cuando se satisface, ¡sino todo lo contrarío! A semejanza del 1-
(!)
o poema de René Char [1966], el deseo de aprender llega a ser ~
(!)
<t: 13. Oulipo, grupo constituido por hombres de letras [como Raymond Queneau, Georges :S
o
w Perec o ltalo Calvinol y de matemáticos, insiste en introducir restricciones !como elli- "el amor realizado del deseo que sigue siendo deseo". w
o
a.. pograma, en el que se prohíbe el uso de una letra en la redacción de un texto] que, en el
:S uso de la lengua\ desbloquean lo imaginario y suscitan la inventiva. Véase Oulipo [1973]. z
•O
0:: u
<t: 14. Jerome Brun~ hace repetidamente hincapié en la función educativa del relato como que es el eje del relato, que estimula la curiosidad, enseña a afrontar lo desconocido y
0::
··entrada en la cultura·'. Por medio del relato, explica, el niño aprende a estructurar el ~
\lf mundo; se desprende del caos de las sensaciones que se entrechocan para transformar
a lanzarse a la búsqueda de soluciones. Véase Bruner [1996; 2002]. §
::J ::;;:
u los hechos en acontecimientos. Además, el relato obedece a reglas canónicas y está 15. Pueden hallarse excelentes desarrollos de esta postura en el libro de Legrand
w
0:: abierto a diferentes interpretaciones. Por último, siempre hay un problema-obstáculo [1960]. Esta es también la línea que sugiere Morin [2000]. :S
"S~CITAR EL DESEO DE APRENDER", SÍ, PERO se perfeccionaba día tras día, para terminar convirtiéndose
¿COMO? en lúcidos comentadores de Fenelón. De este éxito, Jaco-
tot extrae un principio pedagógico radical: "'Enseñar impide
1) AL comienzo, siempre hay una pregunta ·comprender; el maestro explicador es embrutecedor; solo el
maestro ignorante instruye y emancipa a La vez" (Ranciere,
La pregunta puede venir de un alumno curioso o de una 19871.
experiencia colectiva, puede suscitarla una dificultad encon- Jacotot está en lo cierto sobre todo en un punto: el alum-
trada o un texto misterioso ... Lo esencial es que cada alumno no aprende realmente poniéndose a trabajar y nadie pue-
se apropie de la pregunta. de aprender en su lugar. Pero se equivoca en cuanto a las
Pues "todo el arte del maestro está en formular bien las razones de ese Logro: aquí Lo que opera no es la ignorancia
preguntas", decía Henri Marion, el filósofo apóstol del "mé- del maestro, sino su postura. Él podría perfectamente haber
todo activo" a quien sus colegas describían como "un hom- sabido hablar en holandés y tener el mismo éxito, hasta un
bre de sabiduría y de razón". Y, setenta años antes, Henri éxito mayor. Uno puede saber matemáticas y enseñar ma-
Jacotot, revolucionario y libertario, "pedagogo paradójico" temáticas, pero con la condición de utilizar su dominio de la
como lo llama Claude Raisky, estigmatizaba "al maestro que disciplina para identificar mejor los trabajos que deben hacer
da respuestas sin hacer las preguntas". Jacotot había elabo- los alumnos para adquirir los conceptos, las reglas y los mo-
rado un método que puede parecer extraño: el profesor debía delos de la matemática. EL conocimiento de la disciplina per-
ignorar todo lo que enseñaba y debía contentarse con poner mite, en efecto, formular buenas preguntas, crear el enigma :5
ü
es la exigencia: la exigencia desde el más pequeño gesto de si no se enmarca en una promesa educativa en la que
w
w
o
la vida cotidiana hasta en los aprendizajes escolares, ta exi- esté comprometida la credibilidad del adulto o
::::>
~
(!)
gencia tanto en los comportamientos como en las adquisi- f-
i=
o (.)
(!) ciones. Una exigencia benévola, por cierto, nunca agresiva, Aun cuando este sentimiento corresponda en alto grado
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i3w :S
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CL a una ilusión retrospectiva, a veces sentimos nostalgia por o
:S z
0:: 16. El autor .ha,ce ref~ncia aquí a una política escolar y educativa territorializada que ·O
<(
se desarrollo_ en F:anct~ desde 1981, cuyo objetivo fue atender con iniciativas y recursos ü
0::
w suplementanos [ftnancteros, profesionales, pedagógicos) a las escuelas ubicadas en 17. Le moindre geste es una película de Fernand Deligny [1972]: la alus~ón a :se título ~
CL ¡:=
::::> zonas ur~an ~on dificultades económicas y sociales. El programa ZEP fue la base en es aquí un homenaje a aquel ·pedagogo de lo extremo· que consagro su vtda a ~s o
(.) ::2:
w la que se tns~ro el programa ZAP [Zonas de Acción Prioritaria), que desarrolló la ciudad "crápulas·, luego a algunos niños autistas, en una entrega completa y con una atencton
0:: de Buenos Atres desde 1998. [N. de E.] ascética a cada uno ·en sus más pequeños gestos ... :S
el tiempo bendito en el que uno todavía podía decirle a un Thierry en su diario. Pero ni aun así baja la guardia, pues
alumno: "Trabaja y lo lograrás". Imaginamos que entonces, sabe que, "aceptada, desecada, absorbida, su influencia vivi-
por el efecto casi mecánico de la atracción meritocrática, la rá en esos niños como un solo día de primavera en un árbol
cuestión de la motivación estaba resuelta. Pero, por supues- de mil años" [Thierry, 1986: 156]. Un solo día, ciertamente y
to, no lo estaba: a muchísimos alumnos, el éxito prometido muy corto. Pero "un solo día de primavera en un árbol de mil
les parecía, de entrada, algo inaccesible y reducían inmedia- años" es ya un bello logro.
tamente, como dicen los psicólogos, "su nivel de aspiración a Ahora bien, nos quedamos cortos si decimos que poco
su nivel de expectación", para, por último, no desear más que más de un siglo después las dificultades de Albert Thierry
lo que se les asignaba como accesible. A otros, los saberes y se han amplificado enormemente. "Trabaja y lo lograrás" se
la cultura que el docente procuraba transmitirles continua- ha vuelto hoy, en mayor o menor medida, una ficción utiliza-
ban siéndoles radicalmente ajenos. da con demasiada frecuencia sin ninguna convicción, con el
Así, en 1905, Albert Thierry, maestro de nivel primario, de- único propósito de mantener una apariencia de orden en una
dicado en cuerpo y alma a la transmisión de saberes, hizo la institución ya sin aliento [Dubet, 2008]. Todos podemos ver,
dura experiencia: 18 "Yo había llegado -explica- a una madurez en efecto, que el trabajo no es el factor principal en el buen
dogmática y declamatoria. Mis alumnos se mofaban". Hasta el desempeño escolar y que, si bien puede marcar una diferen-
punto de tener que afrontar todos los días la indiferencia y las cia "cuando todos los demás factores permanecen iguales"
burlas. Cuando él espera la adhesión o, al menos, la atención, [ceteris paribus], desempeña una función secundaria en rela-
las bromas disputan su lugar a la apatía. Sus alumnos, a quie- ción con el origen social, con la riqueza de los estímulos del ;S!;
nes él hubiera querido hacer discípulos entusiastas, se hunden medio, con las estrategias familiares y con los encuentros
(.)
zw
en la pasividad, cuando no le devuelven un ostensible desdén ... fecundos con pares o profesores.
(!)
xw
Por ejemplo, durante una de sus primeras clases de fran- Tanto más porque la crisis ha pasado precisamente por <(
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cés, mientras Thierry lee con una emoción no disimulada un allí: la formación misma, aunque se logre con los mejores
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0::
extracto de Los miserables, se entregan a diversas ocupacio- resultados, ya no garantiza el empleo. En tales condicio- w
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nes y a hacer comentarios cómicos sobre el texto que se les nes, ¿cómo ápostar a la meritocracia y a la esperanza de lo- w
w
o
está leyendo. Mientras el maestro está al borde de las lá- grar movilizar a un alumno para que aprenda el subjuntivo o
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(!)
grimas, pues así lo conmueve profundamente el pasaje que en lengua o las identidades notables en matemática? Has- 1-
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(.)
o
(!) lee, sus alumnos ridiculizan las expresiones de Víctor Hugo ta hay algo patético en esos mandatos repetidos una y otra <(
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y cuando, algunos minutos más tarde, salen al recreo, paro- vez: "Si no escuchas, ¡no pasarás a sexto, no aprobarás el w
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dian con violencia y maldad lo que el docente quería hacerles bachillerato, vas a arruinarte la vida y a terminar siendo un z
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0::
<( admirar: "Y yo, humillado, me apiadaba de la belleza", anota desempleado!". No hay nada verdaderam_ente comprensible (.)
0::
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en esas palabras cuando el niño o el adolescente sabe cuál §
:2
(.)
w 18. Cue_nta esta experiencia en su diario [Thierry, 1986], obra que explora en un lenguaje es el destino social reservado a los miembros de su grupo o :S
0:: magníf1co las contradicciones de la empresa educativa.
a tos habitantes de s_u barrio ... y cuando puede observar, en
cambio, tos beneficios que obtienen tos pequeños dealers o
que el cuerpo ha pasado .a ser.et único Lugar de .placer20posi-
bte, es rehabilitar Las sat1sfacc1ones del pensam1ento ...
tos sueldos de tos grandes futbolistas. ¿Por qué esforzarse y Pero, para Lograrlo, hace falta que el adulto que está al
sacrificar satisfacciones inmediatas cuando no se vislumbra frente del aula tome La posta de La promesa institucional: a él
como resultado ninguna retribución seria? Sin perspectiva Le corresponde encarnar, en su comportamiento de educa-
de un provenir creíble, la promesa de la escueta se ve así dor, el placer de investigar y La alegría de conocer. A él Le co-
muy desvalorizada. rresponde resaltar Las satisfacciones que procura el trabajo
Pero ¿no es posible que ese fenómeno, descrito a menudo intelectual, así como también atestiguar La felicidad que uno
como una crisis, sea en realidad una oportunidad para ta pe- encuentra en La aventura de Los saberes. ·
dagogía? ¿No sería ya et momento de retornar a ta ambición Como subraya Pauto Freire (1974]. que ha dedicado su vida
cultural de un Albert Thierry? ¿No debemos, en efecto, con- a La alfabetización y a La "concientización de Los oprimidos",
centrar nuestros esfuerzos en las satisfacciones intelectua- "el profesor que piensa bien deja entrever a sus estudian-
les det aprendizaje antes que en ta hipotética inserción social tes que una de Las bellezas de nuestra manera de estar en y
que procuraría una escolaridad bien cumplida? con el mundo, en cuanto seres históricos, es La capacidad de
Podríamos, pues, ser ganadores en todos tos frentes. Pri- conocerlo interviniendo en él" (Freire, 2013: 45]. A sus ojos,
mero porque así daríamos sentido at presente, para nosotros "pensar bien" con Los alumnos es, a La vez e ind~ocablem
y para nuestros alumnos; daríamos sentido a nuestra activi- te, un asunto ético y estético. Por eso, para Fre1re, el educa-
dad común cotidiana. Luego, porque precisamente ta capa- dor debe ser imperativamente un "enseñante-investigador", <{
EN RESUMEN
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:S 21. ''La proletariz<¡lCión consiste, de manera general, en privar a un sujeto [productor,
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<l: consumidor, planificador] de sus saberes [saber hacer, saber vivir, saber concebir y u
0::
w teorizar]", explica Marc Petit [2013: 4241. Los obreros fueron proletarizados cuando se ~
0..
::::¡ transfirió su inteligencia a las máquinas y cuando se los sometió a ellas. Se proletariza §
u a los enseñantes desde el momento en que la institución les impone reglamentar su
2:
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0:: actividad de acuerdo con lo que aquella decide evaluar según criterios estandarizados. :S