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La Justicia y la Abogacía

Ramón Serrano Suñer

Sin la justicia, que es exigencia de la razón y de les que integran el ordenamiento jurídico. Su pre-
la moral, no puede darse, en ninguna comunidad, paración doctrinal ha de referirse no sólo a los tex-
la convivencia; y menos la convivencia en libertad; tos legales, sino también a la teoría general, lo que
la vida civilizada no es posible. es indispensable para manejar correctamente con-
ceptos y textos concretos; incluso necesitan de una
Para la realización del Derecho, para aproxi- cultura humanística que ayude a la comprensión e
marse en la medida de lo humano posible a la Jus- interpretación de los problemas del Derecho y de
ticia ideal, crean los Estados organismos o siste- los humanos subyacentes, pues la .. Jurispruden-
mas en el ámbito del Poder Judicial, bien lejos de cia" es tarea de los prudentes.
los otros poderes del Estado (que casi siempre in-
tentan supeditarlo), Juzgados y Tribunales con ho- El juzgador independiente y competente necesi-
nestidad y competencia. ta, además, disponer sin acosos, sin apremios, con
serenidad, del tiempo necesario para la realización
En España, durante casi dos siglos hemos teni- de su trabajo digno y serio.
do una Magistratura que dio muchos ejemplos, co-
mo en otra ocasión escribí, de probidad, de ciencia Frente a estas consideraciones sobre la Admi-
y de experiencia, incluso de heroísmo resistiendo nistración de Justicia, la realidad de hoyes que
al acoso de quienes pretenden llevar adelante as- cientos, miles de asuntos, se acumulan en las Sec-
piraciones partidistas, inmorales, pasajeras, por en- retarías de Juzgados y Tribunales en espera de se-
cima de los graves y serios problemas de la na- ñalamientos que no llegan hasta después de varios
ción. Por ello, salvo excepciones, se ha visto y con- años, cuando la resolución, por tardía, resultará in-
siderado, con el prestigio social que ello represen- operante o por lo menos de menor eficacia, dado el
ta, a los miembros de la Judicatura española. avance vertiginoso de la vida actual.

La integridad de los juzgadores supone, o exi- Se pretende, o se ha pretendido, resolver, o


ge, su entera independencia: el juez no puede de- atenuar tan grave situación con remedios que son
pender más que de la Ley y de su conciencia. inadecuados o insuficientes; por ejemplo, en las
Salas de Justicia de las Audiencias -órganos cole-
La Administración de Justicia requiere, para ser giados- que los magistrados en lugar de colaborar
eficaz, la existencia de jueces con integridad, mora- todos, de manera conjunta, en el riguroso estudio
lidad y competencia; la incompetencia, como con de los problemas que se les plantean, o de las sen-
razón se ha señalado recientemente por un distin- tencias inferiores que se les someten, sea uno so-
guido escritor en la prensa diaria, es otra forma de lo de sus miembros quien estudie el asunto y re-
inmoralidad. dacte la sentencia y que los demás magistrados se
limiten a firmar.
Han de tener una preparación adecuada y co-
nocimientos necesarios, para llevar a sus Senten- También se ha tratado de resolver de alguna
cias las consideraciones y reflexiones oportunas manera, por otros medios, esa situación, que en
sobre los casos particulares que se sometan a su ocasiones en lugar de resolverlas las agrava, como
estudio y resolución, dentro de los preceptos lega- ocurre con la incorporación de los Jueces de Distri-

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to a un solo Cuerpo de la Judicatura, accediendo al De manera que ha existido siempre una noble
él recta vía sin otro requisito de preparación y simbiosis del abogado estudioso del Derecho y
corr.petencia. del Magistrado "profundizador" de las esencias
jurídicas, estimulándose, recíprocamente la activi-
Por el deseo de "acercar la Justicia a los justi- dad de uno y otro; y de tal manera que cuando la
ciables", en cuestiones de escasa importancia eco- judicatura decae, la Abogacía se adocena. Para la
nómica, de pequeña cuantía y trascendencia so- colaboración de los abogados con los Tribunales
cial, se pensó en "jueces intermedios" que con sólo es necesario que el prestigio de aquéllos se cimen-
los conocimientos adquiridos en los estudios de la tara en virtudes y valores de alta cotización intelec-
Licenciatura en la Universidad, y que tuvieran bue- tual y moral.
na fama y conducta, pudieran ejercer funciones tan
delicadas por entender, como las hay en el Dere- Esa misión colaboradora necesita el ejercicio de
cho Mercantil, en el Penal, en el Administrativo y en una Abogacía con toda dignidad, tanto en el aspec-
el Civil y que se sustraían al juicio especial de cog- to de fondo jurídico como en el técnico, ya que doc-
nición, para los que no se necesitaba una mayor trinas y norma formal constituyen un todo; de ma-
preparación. nera que, en alguna mínima medida, pueda apli-
carse a la seriedad y rigurosidad de sus trabajos
y en virtud de esa "Uniformidad", los Jueces de aquella frase de Leibniz (cima de la historia de la
Distrito ocuparon con plena titularidad plaza en los cultura con su saber universal: Matemáticas, Filo-
Juzgados de Primera Instancia e Instrucción, e in- sofía, Derecho, Teología, Arte de la Guerra, con
cluso en las Audiencias Provinciales y otros Tribu- entusiasmo por todas las ciencias), referida al ám-
nales de Justicia, con inevitable detrimento de la bito jurídico de Roma, que decía: "Los escritos de
calidad, porque el principio, interesadamente exten- los grandes juristas romanos tienen el valor y el ri-
dido, de que el juez está preparado para ejercer en gor de los escritos de los matemáticos", es decir de
cualquier grado y fase de la Jurisdicción, no pasa la ciencia pura, la categoría.
de ser una peligrosa ilusión, una ficción, por mucha
que sea su voluntad, a lo que se une, además, la Desgraciadamente, todo eso está muy lejos de
falta o deficiencia, en medios humanos, materiales la actualidad. Hoy, aquella rigurosa disciplina jurídi-
y técnicos. También se argumenta con el valor de ca que mutuamente se imponían, con noble emula-
la "experiencia", por el simple transcurso del tiem- ción, jueces y abogados en planteamientos de au-
po, lo que dará lugar, sin una sólida base de cono- ténticos problemas de Derecho, se sustituye por
cimientos doctrinales, a una rutina chapucera que oficinas gestoras de negocios, en ocasiones nego-
es incompatible con el espíritu, e incluso con la ilu- cios con ramificaciones turbias intemacionales, in-
sión, que se precisa para toda actuación profesio- fluencia política y especulaciones fraudulentas. Ta-
nal decorosa. les oficinas nada tienen que ver con los bufetes de
los verdaderos abogados.
Contribuye a esa lamentable situación la fal-
ta de colaboración que, en su función, el juz- Es crisis de ética, dice en su libro Etica de la
gador tuvo siempre de la Abogacía, buscando Abogacía el ilustre jurista y fino escritor profesor
con ello la solución justa y adecuada a los legíti- Martínez Val, conocedor a escala mundial de las
mos intereses concretos que patrocinaba. cuestiones y las respuestas de la deontología pro-
pia del abogado, como comenta el prologuista de
Desde siempre esta noble función del abogado ese libro, el competente abogado y catedrático,
se ha considerado útil y aun necesaria: en Las Par- don Andrés de la Oliva Santos.
tidas ya se decía que el oficio del abogado era
"muy provechoso para ser mejor librados los plei- Creo que es necesario recordar, y lo hice ya ha-
tos, y porque ellos aperciben a los juzgadores". Y ce treinta años en el discurso que pronuncié para
en nuestros días un eminente profesor de la Uni- los jóvenes alumnos de la "Escuela Práctica Jurídi-
versidad de Florencia, autor de muy importantes ca" 1, que no estaba entonces, y creo que tampoco
obras de Derecho Procesal y de Casación Civil, ahora, suficientemente atendido por la Abogacía el
Calamandrei, en un libro en el que a pesar de su sector de lo económico-financiero y del asesora-
título "Troppi awocati" (demasiados abogados) nos miento fiscal, con lo que la deserción profesional
dice nada menos que la justicia, en los Estados ci- de aquél campo podía inducir a muchos intrusis-
vilizados modernos, no podría funcionar si no exis- mos y desviaciones indignas, como las que esta-
tiesen los abogados, por la complicación de los sis- mos denunciando.
temas judiciales, y que el juez si se suprimieran los
abogados quedaría en relación con la impericia y En aquel discurso pronunciado, repito, hace ya
posible mala fe de los litigantes. treinta años, se contienen manifestaciones y refe-

1. Ver Thémis Revista de Derecho, NI! 13.

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rencias que todavía hoy tienen -siguen teniendo- igualmente en el del Juzgador competente y riguro-
vigencia: las reformas, las medidas de la Hacienda so. Todo es bien distinto a los años, no muy leja-
española han abierto al letrado un panorama de nos, en que yo, con seriedad y despreocupación
estudio y de trabajo; para dedicarse a él hay que en cuanto al tiempo -el necesario, ni más ni me-
mejorar la preparación económica y contable de nos-, me honraba informando con frecuencia ante
los abogados y su cultura financiera. la ilustrada Sala Primera del Tribunal Supremo.

La organización social y política actual necesita Estos pocos bufetes que aún quedan son conti-
de letrados que especializados en Derecho Finan- nuadores de una ilustre tradición de abogados es-
ciero, Tributario y de Empresa, asistan con su con- pañoles cuyo conocimiento alcanzamos todavía.
sejo, con su defensa y con su ilustrada gestión, a Se ha dado en el tiempo distintos estilos y maneras
una multitud de personas que, preocupadas con de ejercer la Abogacía, pero siemrpe dentro de su
los problemas de la producción y la circulación de noble espíritu y dignidad; por ejemplo, en genera-
la riqueza, carecen de tiempo para dedicar10 a la ciones anteriores hubo abogados insignes, con téc-
fricción de sus actividades con el sector público. nica menos rigurosa (entraban en España pocos li-
Esta especialización que presta sus servicios a so- bros y revistas extrajeros), pero ejercieron desde la
ciedades y entidades que trabajan con amplios ho- altura con su gran talento y buena palabra: Mon-
rizontes, y en ocasiones con generosos sistemas tero Ríos, Maura y otros muchos, aunque como
de atención para sus colaboradores, requiere estu- principal ejemplo debemos citar en primer lugar a
dio, capacitación y esfuerzo, que encuentran a la don Francisco Bergamín, superior a todos,
postre justa compensación. Melquiades Alvarez, Bugallal, Alcalá Zamora,
García Prieto que viene de Montero Ríos ... en el
Quedan, sin duda, todavía en la Abogacía des- ambiente de Díaz Cobeña, de Alonso Martínez y
pachos con letrados ilustres, con responsabilidad y del Código civil, modelo del buen lenguaje. Y el
gran competencia, pero que sufren a consecuencia grupo catalán -Beltrán y Musitu entre otros- aun-
de la situación antes expuesta, el agobio por.limita- que su mayor personalidad, la del gran Camb6, se
ciones en el tiempo necesario para la reflexión, el dirigiera principalmente por las actividades antes
estudio y la exposición en los informes orales; lo referidas de lo económico-financiero.
que es contrario a la exigencia de todo trabajo se-
rio y digno. No sin tristeza, al final del camino de una larga
vida profesional -buscando la justicia en los casos
Cuando se celebran en un Sala de Justicia, concretos, y dedicado al cultivo del Derecho que es
cuatro o cinco vistas en un solo día, los abogados la gran conquista de nuestra Cultura- nos encontra-
no pueden actuar en sus informes con serenidad y mos con esta situación dramática, con este pano-
el sosiego necesarios en el análisis de los supues- rama, con los intentos de absorción del Poder Judi-
tos de hecho y de las cuestiones de Derecho, y ello cial por el Ejecutivo, con la maniobra de incrustar
lleva consigo desánimo, desgana, en sus informes, en él miembros procedentes o simpatizantes de los
al no poder disponer del tiempo absolutamente ne- partidos políticos; pero, también, con el deseo, que
cesario en su intervención, ni que al preparar sus mantengo desde el fondo del corazón, de que
escritos, procurando hacer10 con la técnica más ri- pronto se tomen medidas eficaces y adecuadas
gurosa y depurada, algunas veces se interrumpan para la recuperación de la Judicatura y de la Abo-
en su tarea y se pregunten a sí mismos, ¿y, esto gacía, contribuyendo así al bienestar general y a la
para qué?; estado de ánimo que se producirá paz interior de España.

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