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INTRODUCCION

En el presente estudio abordaremos como nuestra constitución política del


Perú, aparte de reconocer derechos fundamentales de la persona también
abarca un tema imprescindible que es el reconocimiento de derecho
económico, como libertad del individuo desarrolla, permite y reconoce al ser
humano como un ente libre, es decir, como un ser creativo y proyectivo. El
rango constitucional tiene pues que reconocer esta libertad humana como una
condición para desarrollar la creatividad y proyección del ser humano, porque
permite la empresa y su libre accionar, desarrollo y permanencia; siendo la
empresa demasiado importante porque tiene como trascendente finalidad la de
proveer de bienes y servicios necesarios para atender la subsistencia y
desarrollo integral de todas y cada una de las personas que integran la
sociedad

Otro de los factores que hacen de la libertad de empresa tener el rango


constitucional, es que, organiza la producción y diríamos, también organiza la
distribución, permitiendo que los la producción de bienes y servicios que no
puede o no debe brindar el Estado, puedan si brindarse por la empresa.
Recordemos que la empresa atiende la demanda, es decir que es el
consumidor el que lo requiere, y este no discrimina su necesidad por el
organismo que produce o debe producir el servicio, sino solo demanda su
ejecución con lo que genera, posibilita extraordinariamente uno de los mayores
derechos del ser humano en una sociedad democrática, republicana y libre, la
potencialización del ser en su mayor expresión, su capacidad proyectiva, y el
desarrollo de su auto sostenimiento, es decir, que el ser humano construya por
cuenta propia la satisfacción de sus necesidades y generador de su auto
sostenimiento al desarrollar su personalidad.
DERECHO CONSTITUCIONAL EMPRESARIAL

Artículo 58.- La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economía social de


mercado. Bajo este régimen, el Estado orienta el desarrollo del país, y actúa
principalmente en las áreas de promoción de empleo, salud, educación,
seguridad, servicios públicos e infraestructura.

La Constitución económica

Normas de contenido económico han existido desde los orígenes mismos del
Derecho, de ahí que en el fondo la aparición de la primera Constitución
respondiera a la necesidad de controlar el poder económico del Estado y,
más puntualmente su poder fiscal (es la facultad del Estado por virtud de la cual
puede imponer a los particulares la obligación de aportarle parte de su riqueza para el
cumplimiento de sus atribuciones es el poder de recaudar impuesto). En este
sentido, la Constitución fue y en gran medida sigue siendo, un estatuto de
poder económico, que luego se ampliará e incluirá derechos fundamentales
que justificadamente fueron adquiriendo a lo largo del tiempo.

Las Constituciones liberales del siglo XIX no contenían normas económicas. El


orden político estatal y el orden económico fueran considerados como dos
sistemas independientes cada uno orientado con sus propios fines y leyes.

Solo a partir del siglo XX, más precisamente luego de la Segunda Guerra
Mundial las Constituciones recogerán normas de contenido económico. El
fenómeno es producto de una mayor presencia de la empresa en el escenario
económico mundial.

La empresa ha sido el actor más importante en la economía del siglo XX, y


todo apunta a que lo seguirá siendo en el presente siglo.
De la misma manera como el Estado representó en su hora la subyugación de
multiplicidad de centros de poder (señores feudales, obispos y gremios), el
surgimiento de la empresa ha significado un contrapeso al poder económico del
Estado, llegando incluso en ocasiones a superarlo con el surgimiento de
empresa globalizadas, que en muchos casos representan una economía mayor
a la de todo un país.

Los derechos económicos se extienden y profundizan y se le asigna al Estado


un rol jurídico económico. La Constitución reconoce la situación de desigualdad
en la que se encuentran ciertos actores en el mercado y tiene la necesidad de
protegerlos, reconoce las desigualdades sociales y procura una nivelación y
una economía eficiente.

CONCEPTO DE CONSTITUCIÓN ECONÓMICA

Según Font Galán, entiende por constitución económica “el conjunto de normas
de contenido específicamente socioeconómico, mediante las cuales se
establecen los principios que rigen la actividad económica desarrollada por los
individuos y por el Estado, y se determinan las libertades, derechos, deberes y
responsabilidades de aquellos y este en ejercicio de dicha actividad”.

En el plano jurisprudencial el TC español, en voto singular de Díez Picazo, se


ha dicho: “El concepto de Constitución económica designa el marco jurídico
fundamental para la estructura y el funcionamiento de la actividad económica o,
dicho de otro modo, para el orden del proceso económico”.

Nuestro TC se ha referido a la Constitución económica como el conjunto de


“normas orientadas a establecer las pautas básicas sobre las que debe
fundarse el régimen económico de una sociedad”.

INICIATIVA PRIVADA Y LIBERTADES ECONÓMICAS


La iniciativa privada es libre, así se inicia nuestra Constitución económica. Se
trata de la constitucionalización de la autonomía privada (poder que el orden
jurídico confiere al individuo para que gobierne sus propios intereses conforme con el
ordenamiento jurídico) en el ámbito económico.

Decir que la iniciativa privada es libre es afirmar que el mercado le pertenece a


los particulares y no al Estado. Quiere decir que no es tarea del Estado la
creación de riqueza, esta función se encuentra reservada a los particulares.
Nuestra Constitución ha entendido que la civilización moderna es producto del
accionar de los particulares en el mercado, del libre intercambio de bienes y
servicios que son la base de las relaciones económicas que se manifiestan en
los contratos. La nuestra es una civilización contractual, que solo es posible
gracias a que la iniciativa privada es libre.

Ahora bien, afirmar que la iniciativa privada es libre, no quiere decir que su
ejercicio sea absoluto, pues siempre se hace necesaria la presencia de un
Estado capaza de ejercer funciones supervisoras, correctivas y reguladoras.
Esto lo señala nuestro TC, pues la iniciativa privada se ejercerá libremente
siempre que no colisione con los intereses generales de la comunidad.

Por ende se exige una celosa protección al consumidor y la igualdad de


trato en el mercado, todo ello bajo una regulación que impida que los
inevitables desequilibrios afecten a los más débiles o que los agentes
más poderosos abusen de su poder.

DEFINICIÓN DE ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO


Una economía social de mercado parte de dos convicciones: por un lado, la
creencia de que el mercado es el mejor invento para el desarrollo y
funcionamiento de la economía; la segunda, referida a que si bien el mercado
puede ordenar la economía, no crea necesariamente justicia.

Una economía totalmente libre sin límite alguno, creará más desigualdades. De
ahí que una economía social de mercado postule que en situaciones de
desigualdad el Estado deberá regular la libertad de mercado.

El problema reside en que para que este sistema funcione, debe combinarse
eficiencia con igualdad en el mercado. En resumen, mercado eficiente y
sociedad justa es lo que persigue una economía social de mercado. Pero este
equilibrio demanda la participación del Estado pero de manera restringida,
estableciendo las reglas de juego de acuerdo a las cuales operará el mercado y
los agentes económicos, reglas que no podrán exceder los límites impuestos
por la Constitución ni violar las libertades económicas.
En este sentido, la iniciativa privada y la libertad de mercado que la Carta
Fundamental regula no son ni pueden ser meramente formales, el Estado
deberá crear las condiciones para su pleno ejercicio.

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