En Guatemala, los centros penitenciarios forman parte de Ministerio de
Gobernación de ello trasciende la acción del poder punitivo del Estado, poder que al ser utilizado de manera correcta sirve como un control sociológico, el cual marca los parámetros de las conductas de los individuos en una sociedad organizada. Sin embargo y pese a que Guatemala ha ratificado convenios internacionales en materia de Derechos Humanos, el Sistema Penitenciario Guatemalteco se encuentra en un estado lamentable de inseguridad, olvido y abandono, a pesar de toda la teoría legal existente, en realidad el estado deja mucho que desear, ya que es necesario resaltar que a pesar del objeto del mismo no se debe olvidar que fue creado para tratar a seres humanos y no animales, pero sobre todo tratar de reinsertar a los reclusos en una sociedad.
El Sistema Penitenciario Guatemalteco, evidencia la inexistencia de políticas de
reeducación y reinserción a la sociedad de los reclusos, convirtiendo los centros preventivos en un círculo viciosos de delincuencia interna y externamente. Por ello se crea el Régimen disciplinario penitenciario para el control y seguridad de los centros penitenciaros en Guatemala con el fin de garantizar la seguridad y la convivencia ordenada en los centros penitenciarios. La disciplina corresponde a las autoridades del Sistema Penitenciario y para ello la ley objeto de estudio establece una serie de faltas, clasificadas como leve, graves y gravísima y sus respectivas sanciones. Como parte importante encontramos también la Ley del régimen penitenciario que indica las condiciones óptimas de infraestructura de los sistemas penitenciarios y sobre todo la preparación, profesionalización de todo el personal penitenciario.