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LA DULZURA DEL ANGELUS La armonía el cielo inunda, perro de los ingenios de Castilla,

y la brisa va a llevar docto en pullas, cual mozo de camino.


La dulzura del ángelus matinal y divino la canción triste y profunda Apenas hombre, sacerdote indino,
que diluyen ingenuas campanas provinciales, del mar. que aprendiste sin Christus la cartilla,
en un aire inocente a fuerza de rosales, hecho carnero en Córdoba y Sevilla
de plegaria, de ensueño de virgen y de trino Del clarín del horizonte y bufón en la corte a lo divino.
brota sinfonía rara, ¿Por qué censuras tu la lengua griega,
de ruiseñor, opuesto todo al rudo destino como si la voz del monte siendo solo rabí de la judía,
que no cree en Dios... El áureo ovillo vespertino vibrara. cosa que tu nariz aun no lo niega?
que la tarde devana tras opacos cristales No escribas versos más, por vida mía;
por tejer la inconsútil tela de nuestros males, Cual si fuese lo invisible... que aun aquesto de escribas se te pega,
Cual si fuese el rudo son pues tienes de sayón la rebeldía.
todos hechos de carne y aromados de vino... que diese al viento un terrible
y esta atroz amargura de no gustar de nada, león. A Celestina
de no saber adónde dirigir nuestra prora, Yace en esta tierra fría,
Rubén Dario Digna de toda crianza,
mientras el pobre esquife en la noche cerrada *** La vieja cuya alabanza
va en las hostiles olas huérfano de la aurora... LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE Tantas plumas merecía.
(¡Oh süaves campanas entre la madrugada!) (1582)
Rubén Dario Suspiros tristes, lágrimas cansadas, No quiso en el cielo entrar
que lanza el corazón, los ojos llueven, A gozar de las estrellas,
TARDE DEL TROPICO los troncos bañan y las ramas mueven Por no estar entre doncellas
de estas ramas a Alcides consagradas; Que no pudiese manchar
Es la tarde gris y triste. Mas del viento las fuerzas conjuradas, ***
Viste el mar de terciopelo los suspiros desatan y remueven, GARCILASO DE LA VEGA
y el cielo profundo viste y los troncos las lágrimas se beben, Soneto I
de duelo. mal ellos, y peor ellas derramadas; Cuando me paro a contemplar mi estado
Y aun de mi tierno rostro aquel tributo y a ver los pasos por dó me ha traído,
Del abismo se levanta que dan mis ojos, invisible mano hallo, según por do anduve perdido,
la queja amarga y sonora. de sombra o viento me lo deja enjuto, que a mayor mal pudiera haber llegado;
La onda, cuando el viento canta, porque alquel ángel fieramente humano
llora. no crea mi dolor, y así es mi fruto mas cuando del camino estoy olvidado,
llorar sin premio y suspirar en vano. a tanto mal no sé por dó he venido:
Los violines de la bruma *** sé que me acabo, y mas he yo sentido
saludan al sol que muere. FRANCISCO QUEVEDO ver acabar conmigo mi cuidado.
Salmodia la blanca espuma: Yo te untaré mis versos con tocino,
¡Miserere! porque no me los muerdas Gongorilla, Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme,
si quisiere, y aun sabrá querello: poesía es dar el nombre

que pues mi voluntad puede matarme, nombro el hombre


la suya, que no es tanto de mi parte, nombro el hombre
pudiendo, ¿qué hará sino hacello? en fondo el hambre

Soneto X nombro el hambre


¡Oh dulces prendas, por mí mal halladas,
dulces y alegres cuando Dios quería, (Haroldo de Campos
Juntas estáis en la memoria mía, Servidumbre de pasaje, Frag. 1961)
y con ella en mi muerte conjuradas!
Hay grandes libros en el mundo, y grandes
¿Quién me dijera, cuando las pasadas mundos en los libros
horas que en tanto bien por vos me vía, ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
que me habiáis de ser en algún día ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
con tan grave dolor representadas? ¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
Pues en una hora junto me llevastes la que cae de rogada,
todo el bien que por términos me distes, o el que ruega de caído?
lleváme junto el mal que me dejastes; ¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga,
si no, sospecharé que me pusistes la que peca por la paga
en tantos bienes, porque deseastes o el que paga por pecar?
verme morir entre memorias tristes. Pues, ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
*** queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Un poema del famoso poeta Sor Juana Inés de la Cruz

poesía en tiempo de hambre


hambre en tiempo de poesía
poesía en lugar del hombre
pronombre en lugar del nombre

hombre en lugar de poesía


nombre en lugar de pronombre

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