MOTRICIDAD
PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA
INTERVENCIÓN
WANCEULEN
EDITORIAL DEPORTIVA, S.L.
Título: MOTRICIDAD. PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA
DE LA INTERVENCIÓN
Autor: José Luis Pastor Pradillo
Portada: Siete figuras. Pintura. Museo del Palacio del Maraha en la Ciudad de
Jaipur (India).
Edición avalada por el Ilustre Consejo General de Colegios de Licenciados en
Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de España
Editorial: WANCEULEN EDITORIAL DEPORTIVA, S.L.
C/ Cristo del Desamparo y Abandono, 56 41006 SEVILLA
Tlfs.: 954656661 y 954921511 - Fax: 954921059
I.S.B.N.: 978-84-9823-193-9
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Dep. Legal: SE-1637-2007 U.E.
©Copyright: WANCEULEN EDITORIAL DEPORTIVA, S.L.
Primera Edición: Año 2007
Impreso en España: Publidisa
Capítulo I
Planteamientos iniciales
1
Cfr. Real Decreto 1670/1993 de 24 de septiembre, por el que se establece el título universitario oficial
de Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. (BOE, 251 de 20-X-1993).
9
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También sería posible que toda esta disertación, y la polémica que puede
generar, fuera improcedente si eliminamos el discutible y pretencioso sustantivo
de “Ciencias” y, simplemente, aludimos a un aspecto definidor y más
identificativo como es simplemente el de “motricidad”.
10
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2
Cfr. Pestalozzi, Juan E.: Libro de las madres, México, Ed. Porrua, 1976, p. 217.
1º. La madre enseña al niño a designar y a nombrar las partes exteriores del cuerpo.
2º Le enseña la posición relativa de estas partes.
3º. Hace fijar su atención sobre la conexión de las diferentes partes del cuerpo.
4º. Le enseña que partes del cuerpo son únicas, dobles, cuádruples, etc.
5º. Le enseña a observar y a nombrar las cualidades principales distintivas de las diversas partes del
cuerpo.
6º. Le enseña que propiedades son comunes a ciertas partes del cuerpo.
7º. La madre enseña al niño que movimientos puede ejecutar cada una de las partes de su cuerpo y en
que ocasiones se verifican estos movimientos.
8º. Llama la atención del niño sobre las precauciones esenciales para sostener el cuerpo en estado de
salud.
9º. Le pone en camino de conocer los diferentes usos que pueden hacerse de las propiedades ya
conocidas de las diversas partes del cuerpo; y le enseña también a hacer efectivamente uso de ellas.
10º. Enseña al niño a relacionar todas las nociones que ha adquirido sobre las diferentes partes de
su cuerpo, tan exactamente como sea posible después de estas nociones.
3
Damasio, Antonio R.: El error de Descartes, Barcelona, Ed. Crítica, (3ª edición), 2004.
11
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4
Cit. por Walsh, R. y Vanghan, F.: Más allá del ego, Barcelona, Kairós, (7ª edic.), 2000, p. 32.
12
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Para algunos, a partir de 1885, cuando Freud publica sus estudios sobre la
histeria, se inicia la modificación del paradigma que, hasta entonces, había
servido para ordenar el entendimiento y el estudio del hombre, de su naturaleza y
de su conducta. El psiquiatra vienés propone sustituir el tradicional modelo
dualista compuesto por dos realidades distintas, el cuerpo y el espíritu, por otro,
de carácter global y unitario, de naturaleza psicosomática que, entendido como
una única realidad, algunos adaptarían posteriormente a sus propios intereses al
calificarle de psicomotriz. Nosotros creemos que tras este cambio taxonómico,
como advirtieron P. Vayer y P. Toulouse, lo que en realidad se produjo fue la
sustitución del cuerpo por el Yo5. En cualquier caso, según se considere, se
iniciaba una identificación o una diferenciación entre dos conceptos que, en
adelante, originará una confusa conciliación entre dos nociones aparentemente
irreconciliables: la materia, el cuerpo, y la dimensión psíquica, el Yo.
5
Vayer, P. y Toulouse, P.: Psicosociología de la acción, Madrid, Científico Médica, 1987, p. 8.
6
Ajuriaguerra, J. de: Manual de Psiquiatría Infantil, Barcelona, Masson, (4ª edic.), 1993, p. 211.
13
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Con independencia de cual sea la etiqueta que convenga utilizar, desde los
dos ámbitos se admite que la conducta, ya sea con fines expresivos, transitivos o
relacionales (también valdría cualquier otra denominación o clasificación), ha de
entenderse como un complejo psicosomático y, si fuera pertinente la
especificación que delimite esta definición, psicomotriz.
14
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
7
Marina, J.A.: El movimiento inteligente, en ... Teoría de la inteligencia creadora, Barcelona, Ed.
Anagrama-Círculo de Lectores, 1995, pp. 93 y ss.
8
Le Boulch, Jean: El cuerpo en la escuela en el siglo XXI, Barcelona, INDE, 2001, p. 19.
15
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16
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17
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También como una técnica la conciben otros autores. Para F. Ramos “es
una técnica que tiende a favorecer por el dominio corporal la relación y la
comunicación que el niño va a establecer con el mundo que le rodea”21.
Defontaine, aun sin abandonar la idea de globalidad, la describe como “una
técnica que por medio del cuerpo y del movimiento, se dirige al ser en su
totalidad”22.
17
Fernández Domínguez, M.R.; Palomero Pescador, J.E. y Aranda Lilao, Beatriz: “Propuesta para la
creación de los estudios de Psicomotricidad en la Universidad española”, Revista Interuniversitaria de
Formación del Profesorado, nº 3, (1988), pp. 146-159.
18
Basquin, M.: Usos actuales del concepto de Psicomotricidad, en ... Richard, J. Y Rubio, L.: Terapia
psicomotriz, Barcelona, Masson, 1995, p. 27.
19
García Olalla, D.: La práctica psicomotriz educativa: una propuesta pedagógica para Educación
Infantil, Barcelona, ICE. Universidad de Barcelona, 1995.
20
Morales, J.M. y García Núñez, J.A.: “El papel del psicomotricista en el sistema educativo”,
Psicomotricidad. Revista de Estudios y Experiencias, nº 48, (1994), pp. 7-14.
21
Ramos, F.: Introducción a la práctica de la educación psicomotriz. Fundamentos teóricos y prácticos de
psicomotricidad, Madrid, Ed. Pablo del Río, 1979, p. 56.
22
Defontaine, J.: Manual de reeducación psicomotriz. Tercer año, (tomo cuatro), Barcelona, Ed. Médica y
Técnica, 1982, p. 2.
23
Seisdedos, Antonio: La práctica psicomotriz educativa en B. Aucouturier. (Un estudio longitudinal con
niños normales y niños afectos de Síndrome Down). (Extracto de la Tesis Doctoral, Universidad
Pontificia, Salamanca), 1987, p. 13.
18
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
conciencia y control del propio cuerpo, como base indispensable sobre la que se
afirmará posteriormente la conciencia de esas acciones”24.
24
Seisdedos, Antonio: Educación Psicomotriz: Historia y génesis de sus componentes básicos,
Salamanca, Universidad Pontificia de Salamanca, 1988, p. 19.
25
Berruezo, Pedro Pablo: “Hacia un marco conceptual de la Psicomotricidad a partir del desarrollo de su
práctica en Europa y en España”, Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, nº 37, (abril,
2000), pp. 30.
26
Ibid.
27
Fundación ICSE (Instituto de Ciencias Sanitarias y de la Educación): Especialistas en temas de
Expresión y Psicomotricidad, Madrid, 1993-94.
28
Justo Martínez, Eduardo: Desarrollo psicomotor en educación infantil. Bases para la intervención en
psicomotricidad, Almería, Universidad de Almería, 2000, p. 24.
29
Salvador Blanco, L.; Torres, P. y Sendín P.P.: La acción educativa psicomotriz en preescolar y ciclo
inicial, Salamanca, ICE. Universidad de Salamanca (Documentos didácticos, 42), s.a., p. 15
19
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30
Citado por Lagrange, G.: Educación Psicomotriz: Guía práctica para niños de 4 a 14 años, Barcelona,
Ed. Fontanella, 1976, p. 51.
31
Ibid., p. 43.
32
Rossell, G.: Manual de educación psicomotriz para niños de 5 a 10 años de edad mental, Madrid,
Toray-Masson, 1971.
33
Quirós, J.B. y Schrager, O.L.: Lenguaje, aprendizaje y psicomotricidad, Buenos Aires, Médica
Panamericana, 1979, p. 10.
34
Lara Gimeno, Juan: “Educación física y educación psicomotriz en el ciclo medio”, Bordón, (1982), pp.
242-243 y 319-333.
35
Lagrange, G.: L’éducation globale, Paris, Ed. Casterman, 1974, (trad. Cast.: Barcelona, Ed. Fontanella,
1983, p. 34)
20
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36
Martínez López, Pedro y García Núñez, Juan A.: Psicomotricidad y educación preescolar, Madrid,
García Núñez editor, 1986, p. 34.
37
Rota Iglesias, J.: Seminario “La práctica psicomotriz, perspectiva educativa”. Curso de postgrado en
práctica psicomotriz educativa, Murcia, Universidad de Murcia, 1994, en ... Arnaiz Sánchez, Pilar y otros:
La psicomotricidad en la escuela, Archidona, Ed. Aljibe, 2001, p. 22.
38
Rota Iglesias, J.: Marco específico de la practica psicomotriz: la relación de ayuda. Curso de Práctica
Psicomotriz y Relaciones de Ayuda, Murcia, Universidad de Murcia, Servicio de Promoción Educativa,
1994, p. 9.
39
Arnaiz Sánchez, Pilar: “La práctica psicomotriz: una estrategia para ayudar y comunicar”, Revista
Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas Corporales, nº 0, (noviembre, 2000), p. 10.
40
Op. cit., p. 19.
21
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22
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23
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actuar. Por tanto, nosotros pensamos que este inicial acercamiento a los
fundamentos conceptuales de la Motricidad ha de adaptarse a una perspectiva
global que, en ningún caso, ignore ninguno de los dominios que componen la
estructura del individuo o áreas de actuación. Precisamente por eso, las nociones
que nos interesan pueden ser compartidas con otros saberes científicos que, como
el aprendizaje o el desarrollo motor, también inician la construcción de su
análisis desde conceptos básicos comunes.
41
Citado por Fernández Domínguez, M.R.; Palomero Pescador, J.E. y Aranda Lilao, Beatriz: op. cit., p.
146.
24
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4. LA ESTRATEGIA DE LA INTERVENCIÓN
25
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Si, como hemos dicho ya, las posibles descripciones conceptuales que
esta decisión comporta propicia la existencia de diversas “psicomotricidades”, de
propuestas diferentes, de formas heterogéneas de describir cual es la perspectiva
psicomotricista y por tanto, las numerosas metodologías posibles, parece
conveniente que cualquier diseño metodológico clarifique, previamente, cual es
el referente conceptual desde el que se elabora.
26
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27
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Capítulo II
Conceptos fundamentales
29
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30
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1. CONTEXTUALIZACIÓN ANTROPOLÓGICA
42
Zubiri sostiene que “el organismo y la psique son subsistemas de la sustantividad humana, pero
esencialmente distintos. Son estructuras o momentos estructurales de esa unidad sustantiva que es el
hombre”, en ... Ferraz Fayos, A.: El realismo radical, Madrid, Ed. Cincel, 1988, p. 168.
43
Laín Entralgo distingue cuatro formas:
- Posesión intelectual mediante las acciones de pensar, de buscar o de conocer.
- Posesión estética, consecuencia de la capacidad de contemplar.
- Posesión técnica, adquirida a través de la actividad de manipulación.
- Posesión sentimental o capacidad de emocionarse.
31
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44
Crusafont Pairo, M.: El fenómeno vital, Barcelona, Ed. Labor, 1967, p. 83.
45
Pastor Pradillo, José Luis: Fundamentación conceptual para una intervención psicomotriz en
Educación Física, Barcelona, INDE, 2002, pp. 25 y ss.
32
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a. El espacio
b. El tiempo
33
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c. La consciencia
46
Diccionario Espasa de la Lengua Española, Madrid, Espasa Calpe, (edicc. 2003), 2002, p. 169.
47
Ibid.
48
Pequeño Larousse, Barcelona, Larousse, (edic. 1997), 1996, pp. 272 y 277.
34
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
definen el concepto que de hombre se mantenga, con los dos se explica el modelo
de proyecto cosmológico que se le atribuya y, finalmente, constituyen las dos
referencias básicas e imprescindibles desde los que ha de construirse cualquier
planteamiento metodológico que propicie la intervención como consecuencia de
los efectos o de las posibilidades que permiten la actividad motriz.
49
Como advierte V.E. von Gebsatel, “el cuerpo se forma en anticipación. El fin que sirve, asume una
forma; una forma para trabajar, para luchar, para sentir así como una forma para amar”. (Gebsatel, Víctor
E. von: Monatschrist fur Psychiatrie and Neurologie, (1932), nº 82, p. 113).
35
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2. LA NOCIÓN DE CUERPO
50
Sergio, Manuel: Um Corte Epistemológico. Da educacçao física à motricidade humana, Lisboa,
Instituto Piaget, 2003.
51
Damasio, Antonio R.: El error de Descartes, Barcelona Ed. Crítica, 2004.
52
Rey Cao, Ana y otros: La corporeidad como expresión de lo humano, en... Actas. IV Congreso de las
Ciencias del Deporte, la Educación Física y la Recreación del INEF de Lleida, Zaragoza, INEF de Lleida,
1999, p. 53.
36
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
este mismo sentido. Desde sus planteamientos iniciales, a caballo entre el siglo
XIX y el XX, de forma permanente, se han ensayado diferentes maneras de
relacionar el ámbito psíquico y el motor. Esta tendencia, en opinión de E. Justo
Martínez, se caracterizaría por tres rasgos principales: el abandono del exclusivo
esquema anatómico-clínico basado en la relación causa-efecto establecida entre
lesión y síntoma va a permitir interesarse por otras disfunciones cuya causa no se
corresponde con una lesión cerebral localizada; por el destacado papel que se
empieza a atribuir al Sistema Nervioso como regulador de las conductas de un
organismo en interacción con su medio; y, finalmente, porque se destacan las
estrechas relaciones existentes entre las anomalías psíquicas y las psicomotrices,
entre la actividad psíquica y el movimiento53.
a. Significación de lo corporal
53
Justo Martínez, Eduardo: Desarrollo Psicomotriz en Educación Infantil, Almería, Universidad de
Almería, 2000, p. 13.
54
Cit. por Alexander, Gerda: La Eutonía, Barcelona, Ed. Paidós, 1998, p. 10.
55
Contant, M. y Calza, A.: La unidad psicosomática en Psicomotricidad, Barcelona, Ed. Masson, 1991.
56
La Pierre, A. y Aucouturier, B.: Simbología del movimiento, Barcelona, Científico Médica,
1985, p. 41.
37
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57
Cencillo, Luis: op. cit., p. 299.
58
Merleau-Ponty, M.: Fenomenología de la percepción, Barcelona, Ed. Península, 1975, p. 215.
59
Merleau-Ponty afirma que“la conciencia que del mismo tengo no es un pensamiento” de tal manera que
“ya se trate del cuerpo del otro o del mío propio, no dispongo de ningún otro medio de conocer el cuerpo
humano más que el vivirlo (...), soy mi cuerpo, por lo menos en toda la medida en que tengo un capital de
experiencia y, recíprocamente, mi cuerpo es como un sujeto natural, como un bosquejo provisional de mi
ser total”.
38
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3. LA NOCIÓN DE MOVIMIENTO
39
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40
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62
Vayer, P. y Toulouse, P.: Psicosociología de la acción, Madrid, Ed. Científico-Médica, 1987, p. 18.
63
Buytendijk, F.: “The body in existencial psichiatry”, Reviev of existential Psychology and Psychiatry,
nº 1, (1961).
41
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b. Modelos de motricidad
64
Para Henry Wallon, por ejemplo, las funciones tónicas y de motilidad se constituirán en la base de
todos los comportamientos, de tal manera que se establece una continuidad entre la acción y el
pensamiento. En esta misma línea, L. Vigotski afirmará que los procesos psíquicos se forman mediante el
“arraigamiento de lo exterior hacia lo interior”. (Citado por Vayer, P. y Toulouse, P.: op. cit., p. 21).
65
Buytendijk, J.: Attitudes et movement, Descleé De Brouwer, 1957.
66
Cfr. Ajuriaguerra, J. de: Manual de Psiquiatría Infantil, Barcelona, Ed. Masson, (4ª edicc.), 1993.
67
Fonseca, Víctor da: Estudio y génesis de la Psicomotricidad, Barcelona, INDE, 1996, p. 31.
68
Cfr. Ajuriaguerra, J. de: Manual de Psiquiatría Infantil, Barcelona, Ed. Masson, (4ª edicc.), 1993. (Cit
por Fonseca, Víctor da: op. cit, p. 32).
42
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
69
Montagner recuerda como los psicólogos del desarrollo intentan comprender dos mecanismos
diferentes: Mecanismos de preparación para la acción, de la acción en sí y los de corrección de esta última
a medida que el niño va descubriendo su entorno físico; Los mecanismos anteriores con respecto a los
demás y, como resultado de la regulación de los intercambios sociales, en función del contexto y de las
experiencias individuales vividas sucesivamente. (Cfr., Montagner, H.: Prólogo, en... Vayer, P. y
Toulouse, P.: Psicosociología de la acción, Madrid, ed. Científico Médica, 1987, p. XIV).
43
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70
Corraze, Jacques: Las bases neuropsicológicas del movimiento, Barcelona, Ed. Paidotribo, 1988, p. 14.
44
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
4. CONDUCTA Y PERSONALIDAD
71
Feldenkrais, Moshe: Autoconciencia por el movimiento, Barcelona, Ed. Paidós, 1997, p. 19.
72
Watson, J.B.: Conductismo, Buenos Aires, Paidós, 1926/1961.
73
Santacreu Mas, José; Hernández López, José Manuel; Adárraga Morales, Pablo y Márquez Sánchez,
María Oliva: La personalidad en el marco de una teoría del comportamiento humano, Madrid, Ediciones
Pirámide (Grupo Anaya), 2002, p. 14.
45
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características en las que las diferencias individuales son muy pronunciadas y las
intra-individuales, por el contrario, relativamente pequeñas.
46
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Posteriormente, Pierre Parlebas llegará aún más lejos cuando afirma que
el movimiento corporal ya no debe aparecer más como una mecánica al servicio
de una intención, sino como un comportamiento complejo, indisociable de
múltiples referencias, a la vez abstracto y concreto.
47
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48
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
que basan en los siguientes supuestos cuya aplicación resulta fundamental para el
desarrollo de la intervención77:
77
Santacreu Mas, José; Hernández López, José Manuel; Adárraga Morales, Pablo y Márquez Sánchez,
María Oliva: La personalidad en el marco de una teoría del comportamiento humano, Madrid, Ediciones
Pirámide (Grupo Anaya), 2002, p. 27 y ss.
78
Watson, J.B.: “Psychology as the behaviorist views it”, Psychological Review, nº 20, (1913), pp. 158-
177.
79
Aucouturier, Bernard y Mendel, Gérard: ¿Por qué los niños y las niñas se mueven tanto?, Barcelona,
Ed. Graó, 2004, p. 16.
49
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80
Ibid., p. 17.
81
Ibid., p. 20.
50
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Capítulo III
Definición de Motricidad
51
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Según cuales sean los argumentos con los que fundamente su concepto de
conducta o como describa la estructura de la personalidad así se definirá de
manera singular su metodología. En consecuencia, como ya hemos visto en otras
ocasiones, cuando nos referimos a la Psicomotricidad de manera genérica,
aludimos a una categoría de la que caben distintas versiones y, por tanto,
distintas orientaciones que podrán caracterizar ofertas metodológicas
heterogéneas, con fines peculiares y también con recursos específicos para cada
una de ellas.
82
Defontaine, J.: Manual de Psicomotricidad y Relajación, Barcelona, Ed. Masson, 1982, p. 27.
52
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Quizá por todo esto, a nosotros nos parece que ya ha sido superado el
viejo concepto de Psicomotricidad y que resulta poco útil su empleo para
designar una comprensión distinta y fundamentada en un paradigma diferente al
sustentado por otras ciencias o saberes como ocurría con la Educación Física en
un pasado más o menos inmediato.
53
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
83
Aunque no coincidamos exactamente con muchos de sus planteamientos, la propuesta de Manuel
Sergio de imponer la denominación genérica de Motricidad como superación de otros términos como
Educación Física, Psicomotricidad, Ciencias de la Actividad Física etc. Igual que él creemos que la
presencia del nuevo paradigma unitario aumenta su falta de exactitud. En Portugal, desde hace mucho
tiempo el centro encargado de estos estudios utiliza también el referente de Motricidad Humana y en
España, en algunas Universidades, ya se incluyen en los planes de estudios de la Licenciatura de Ciencias
de la Actividad Física y del Deporte la asignatura de Motricidad básica.
54
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
55
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56
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57
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58
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59
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92
Fischer, Klaus: “El desarrollo de la Psicomotricidad en Alemania”, Revista Interuniversitaria de
Formación del Profesorado, nº 37 (monográfico: Psicomotricidad y educación), (abril. 2000), p. 35-46.
60
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
61
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97
Ibid., p. 25.
98
Ballesteros, Soledad: El esquema corporal, Madrid, TEA, 1981.
62
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
2. LA PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA
99
Sergio, Manuel: Para um novo paradigma do saber e ... do ser, Coimbra, Ariadne editora, 2005.
63
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100
Bernard, Michel: El cuerpo, Buenos Aires, Paidós, 1980.
64
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101
Le Boulch, Jean: El movimiento en el desarrollo de la persona, Barcelona, Ed. Paidotribo, 1997, p. 46.
65
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102
Sarkissoff, Jean: Cuerpo y psicoanálisis, Bilbao, Desclée De Brouwer, 1996, p. 11.
103
Vayer, P. y Toulouse, P.: Psicosociología de la acción, Madrid, Ed. Científico Médica, 1987, p. 97.
66
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Para muchos tratadistas, este proceso no conseguiría acabar con las viejas
inercias dualistas. José Antonio Cecchini, por ejemplo, observa que la limitación
más importante de los métodos psicomotores radica en que, a pesar de defender
un planteamiento monista, la mente no llega a tomar conciencia de su existencia
corporal, constituyendo así al esquema corporal como único objetivo importante
y convirtiendo al cuerpo en mediador, instrumento cognitivo, relacional o
funcional, del que se sirve el espíritu104. El certero análisis que realizan Maigre y
Destrooper refleja como las distintas ofertas metodológicas responden a un
disperso abanico de propuestas en el que con demasiada frecuencia, “aunque
esforzándose en realizar el rasgo de unión entre psique y soma, por su
denominación, continua diferenciando los dos modos de la actividad del ser”105.
Por lo que se refiere a una posible perspectiva inicial desde la que intentar
definir la noción de Psicomotricidad y sobre todo desde donde orientar su
metodología de intervención, nosotros consideramos que se podrían admitir dos
posicionamientos fundamentales: uno de carácter sincrético, con el que dar
respuesta a la totalidad de los objetivos posibles, de tal manera que sus efectos
tuvieran repercusión simultánea y relevante en todos los dominios del individuo
mediante una dinámica de acción común; en la otra, más instrumental, la acción
o recurso metodológico se concreta analíticamente diferenciando distintos
objetivos y, de manera especial, los pertenecientes a la dimensión orgánica de
aquel otros de carácter psíquico106.
104
Cecchini Estrada, José Antonio: Antropología y Epistemología de la Educación Física, Oviedo,
Ferrería, 1993.
105
Maigre, A. y Destrooper, J.: La educación psicomotora, Madrid, Ed. Morata, 1976. Para G. Rossel, la
educación psicomotriz es la educación del control mental sobre la expresión motora y es que la
Psicomotricidad, en la década de los setenta (Rossel, G.: Manual de educación psicomotriz (para niños de
5 a 10 años de edad mental), Madrid, Toray Masson, 1971).
106
De Liévre y Staes, L.: La psychomotricité au service de l’enfant, París, Belin, 1992. Citado ... por Justo
Martínez, Eduardo: Desarrollo psicomotor en educación infantil. Bases para la intervención en
psicomotricidad, Almería, Universidad de Almería, 2000, p. 23.
67
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Aún dentro del ámbito educativo las perspectivas pueden ser diversas y,
como consecuencia, también los fines que con la intervención se pretendan. En
ciertos casos se proponen objetivos puramente funcionales, de tal manera que se
concibe la psicomotricidad como “la educación o la reeducación del
movimiento, o por medio del movimiento, que procura una mayor utilización de
las capacidades psíquicas”107. En otros se destaca el diálogo que se establece
entre el cuerpo y el medio como elemento constitutivo del método. En este
sentido J.L. Muniáin afirmará que es “una disciplina
educativa/reeducativa/terapéutica, concebida como diálogo, que considera al ser
humano como una unidad psicosomática, y que actúa sobre la totalidad por
medio del cuerpo y del movimiento activos de mediación principalmente
corporal, con el fin de contribuir a su desarrollo integral”108.
68
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
110
Boscaini, F.: “La educación psicomotriz en la relación pedagógica”, Psicomotricidad. Revista de
estudios y experiencias, nº 47, (2), (1994), pp. 7-21.
111
Boscaini, F.: “Hacia una especificidad de la Psicomotricidad”, Psicomotricidad. Revista de estudios y
experiencias, nº 40, (1992), pp. 5-49.
69
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
112
Rota Iglesias, J.: Marco específico de la practica psicomotriz: la relación de ayuda. Curso de Práctica
Psicomotriz y Relaciones de Ayuda, Murcia, Universidad de Murcia, Servicio de Promoción Educativa,
1994, p. 9.
113
Fundación ICSE (Instituto de Ciencias Sanitarias y de la Educación): Especialista en Técnicas de
Expresión y Psicomotricidad, Madrid, 1993-94.
114
Durivage: Educación y Psicomotricidad, México, Ed. Trillas, 1984, p. 13.
115
Martín López, Pedro y García Núñez, Juan A.: Psicomotricidad y Educación Preescolar, Madrid,
García Núñez editor, 1986, p. 34. Salvador Blanco, Laurentino; Torres, Pedro y Sendín, Pedro P.
proponen los mismos objetivos a través de una práctica psicomotriz que definen como una “técnica que
70
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
tiende a favorecer, por el dominio corporal, la relación y la comunicación que el niño va a establecer con
el mundo que le rodea”. En ella, cuando aluden a la motricidad se refieren a la función motriz, el
movimiento; con el prefijo “psico” designan la actividad psíquica con sus componentes socioafectivos y
cognitivo”. (Cfr., Salvador Blanco, Laurentino; Torres, Pedro y Sendín, Pedro P.: La acción educativa
psicomotriz en preescolar y ciclo inicial, Salamanca, ICE de la Universidad de Salamanca, (Documentos
didácticos, 42), s.a., p. 15.
116
Le Camus, Jean: “Les practiques psychomotrices en 1981: l’heure du renouvellement et de le
diversification”, Bolletin de le Société francaise d’éducation et de reéducation psychomotrice, nº 52,
(1981), pp. 14-20.
71
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
72
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
3. OBJETIVOS
Cualquiera que sea el enfoque que se adopte y, por tanto, a que noción se
conceda el papel de clave sobre la que hacer descansar la estructura intencional
de la intervención; sea cual fuere la interpretación que otorguen a la conducta
siempre se entenderá desde la acción tónico-motriz. Por tanto, si se entiende que
la conducta es el recurso necesario para conseguir la adaptación, podemos
colegir que el fin de la intervención siempre estará vinculado, de alguna forma, a
la consecución por parte del sujeto de una situación homeostática con su
mundo. Por razones parecidas, los objetivos de la intervención, cualquiera que
sea el campo en que se desarrolle, tendrían que estar relacionados con la
obtención, desarrollo o estructuración adecuada de cuantas capacidades,
habilidades, estructuras y recursos le han permitido conseguir la mayor eficacia
en este combustible y, como consecuencia, el éxito existencial.
118
Cfr., Cratty, B.J.: Desarrollo perceptual y motor en los niños, Barcelona, Ed. Paidós, 1990; Lapierre,
André: Psicoanálisis y Análisis Corporal de la Relación, Bilbao, Ed. Desclée De Brouwer, 1997.
73
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
119
Andrés Rubio, Natividad de: “Planteamientos metodológicos en la práctica psicomotriz”, Comunidad
educativa, nº 212, (febrero, 1994), pp. 6-18.
120
Arnaiz Sánchez, Pilar: “La práctica psicomotriz: una estrategia para aprender y comunicar”, Revista
Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas Corporales, nº 0, (XI, 2000), pp. 5-14.
121
Levin, Esteban: La dinámica motriz, Buenos Aires, Ed. Visión, 1995, p. 79.
74
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Por tanto, aunque pudiera parecer una obviedad, Levin nos recuerda que
la Motricidad no se ocupa de lo motor sino de lo psicomotor, o sea, “del
movimiento y del hacer afectados y mediatizados por el lenguaje”122. La
perspectiva psicomotriz se despliega alternando su énfasis entre lo instrumental
del proyecto psicomotor y su representación, convirtiéndose en el punto de
confluencia de ambos mediante una realización que se organiza en función “del
otro”.
75
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
124
Lapierre, André: “El concepto de Psicomotricidad y su evolución”, Revista de Educación Física, nº 6,
(noviembre-diciembre, 1985), pp. 5-10.
125
García Arroyo, Mª. Jesús y Andrés Rubio, Natividad de: “La práctica psicomotriz en la Educación
Infantil y Primaria: un modelo alternativo de aprendizaje constructivo”, Comunidad Educativa, (II, 1994),
pp. 30-36.
76
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
77
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
A. Construcción de la autopercepción
Conocimiento
1.1. Percepción de la información.
de sí mismo
2.1. Conocimiento topológico y morfológico.
2.2. Conocimiento funcional.
2.3. Orientación inicial.
2.4. Identificación de cinturas y ejes.
2.5. Coordinación de los distintos segmentos
Esquema corporales y de sus ejes principales.
corporal 2.6. Control de las pulsiones, de las emociones y de
los mecanismos de inhibición de la conducta, y
especial-mente aquellos relacionados con la
respiración.
2.7. Control de la función sinérgica. Contracción y
relajación muscular.
3.1. Imagen operatoria.
Imagen del 3.2. Imagen anticipatoria.
cuerpo 3.3. Autoestima. Valores.
3.4. Autoconcepto.
Autoaceptación
y
disponibilidad
78
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
C. La Relación
1.1. Búsqueda del objeto.
Con el mundo
1.2. Agrupación del objeto.
de los objetos
1.3. utilización del objeto.
2.1. Reconocimiento e interpretación de los
fenómenos afectivo-emocionales propios y de los
demás.
Con el mundo
2.2. Expresión de las emociones.
de los demás
2.3. Control emocional.
2.4. Organización grupal y distribución de roles.
2.5. Ritos de socialización.
3.1. Imagen corporal.
3.2. Autoaceptación: Disponibilidad.
3.3. Autoconcepto: identificación de elementos
calificativos.
Consigo 3.4. Autoestima: Identificación y selección de
mismo valores.
3.5. Reconocimiento de los fenómenos afectivo-
emocionales.
3.6. Control de las emociones.
3.7. Expresión de las emociones.
79
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
80
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
127
Fonseca, Vitor da: “¿qué es?”, Entre líneas. Revista especializada en Psicomotricidad, nº 0, (julio,
1996), p. 15.
128
Berruezo Adelantado, Pablo: El contenido de la Psicomotricidad, en ... Bottini, Pablo (comp.):
Psicomotricidad: práctica y conceptos, Madrid, Niño y Dávila Eds., 2000, p. 49.
129
Rota, J.: Marco específico de la práctica psicomotriz: la relación de ayuda, en ... Curso de Práctica
Psicomotriz y Relación de Ayuda, Universidad de Murcia, Servicio de Promoción Educativa, 1994, p. 9.
81
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
82
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Capítulo IV
83
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Por otra parte, para que esta intervención tenga sentido ha de conocerse
perfectamente la significación de los medios de que se dispone y de los ámbitos
generales en donde es factible intervenir. En la versión de intervención
psicomotricista que aquí estamos proponiendo, como ocurre en la mayoría de los
casos, los medios con que se cuenta son el cuerpo y el movimiento. Esa es la
razón por la que pensamos que son estos dos referentes los factores principales
cuya evaluación puede proporcionar criterios suficientes para calificar cualquier
sistema descriptivo de la motricidad humana, de la educación física o de la
psicomotricidad. Sobre ambos conceptos ya hemos realizado un discreto
acercamiento a su estudio y a la descripción de sus significados en capítulos
anteriores o en otros estudios130. Los ámbitos donde ha de aplicarse la
intencionalidad de la intervención, como veremos de manera genérica, se reducen
a dos:
130
Vid., Pastor Pradillo, José Luis: Fundamentación conceptual para una intervención psicomotriz en
Educación Física, Barcelona, INDE, 2002.
84
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
No solo nos parece relevante determinar cuales son los contenidos de este
proceso sino, sobre todo, establecer cual es la descripción, la interpretación o la
significación que de ellos se va a mantener como fundamento que justifique la
teoría del sistema y, también, que revele la funcionalidad y naturaleza de la
estructura en la que se pretende intervenir y, como consecuencia, que inspire
aquellos objetivos que la orienten. En nuestra propuesta organizamos todos estos
aspectos, dimensiones, dominios o mecanismos, cualquier denominación ahora
sería válida, dentro de una estructura psicomotriz en la que distinguimos distintos
componentes y, como consecuencia, diferentes posibilidades de orientar el
procedimiento de intervención.
85
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Parece que está claro que el conocimiento del medio no puede ser
responsabilidad exclusiva de la Motricidad sino que, en su mayor parte, esta
función le corresponde a otras ciencias. Sin embargo, dar valor, conocer,
desarrollar u organizar al organismo, al Yo, en gran medida si es posible desde
los recursos de que dispone la Motricidad puesto que, aunque se pueda entender
desde distintas perspectivas, constituye su principal objeto de estudio.
1. LOS CONTENIDOS
86
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
87
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
a. Conceptos fundamentales
131
Gebsatel, Víctor E. von: Monatschrift fur Psychiatrie und Neurologie, 1932, band, 82, p. 113
88
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
89
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Otras perspectivas, como son las relacionadas con las llamadas “técnicas
corporales” o con la Terapia Gestalt, prefieren analizar la estructuración
psicomotriz desde niveles más básicos. Lejos de interesarse por la respuesta
prefieren situar el énfasis en otros aspectos más básicos que, en su conjunto, J.
Kepner denomina “corporificación”. Orientan más el interés de su análisis hacia
las consecuencias de la conducta entendida como el resultado de la relación
adaptativa establecida entre el sujeto y su medio que hacia la respuesta o ejecución
conductual que hace posible las relaciones. Esta corriente, que concibe al “sí
mismo”, o al Yo, de naturaleza tanto orgánica como psíquica, identifica la
132
Basquin, M.: Psicomotricidad, pensamiento y lo afectivo, en Richard, J. y Rubio, L.: Terapia
psicomotriz, Barcelona, Ed. Masson, 1995, p. 24.
90
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Otro aspecto fundamental que ha de ser tenido en cuenta con respecto a esta
estructura psicomotriz es el carácter peculiar de la dinámica en que se sustenta un
proceso organizador que la caracteriza como una entidad plástica capaz de
autoorganizarse. Desde que se hicieron públicos los trabajos de A. Luria ya no se
duda del carácter autónomo y autoestructurante del cerebro. Para el neurólogo
ruso, este órgano se constituye en un conjunto funcional con capacidad de
programación y de autorregulación cuya peculiar naturaleza le permite crear la
información necesaria para su propio mantenimiento funcional y, también, para
controlar sus operaciones y modificarlas según cuales sean las alternativas o las
exigencias que se produzcan en el medio135.
133
El “sí mismo” o Yo, sería de naturaleza tanto corporal como psíquica, lo cual permitirá afirmar a J.
Kepner que “la experiencia del cuerpo es experiencia de sí mismo, igual que el pensamiento, la
imaginación y las ideas”. (Kepner, J.: Proceso corporal, México D.F., El Manual Moderno, 1992, p. 7).
134
Franc Batlle, Nuria: “La organización tónica en el desarrollo de la persona”, Revista Iberoamericana
de Psicomotricidad y Terapias Corporales, nº 3, (agosto, 2001), pp, 21 y ss.
135
Luria, A.R.: “The functional organization of the brain”, Scientific American, (1970). (Citado por
Vayer, P. y Toulouse, P.: op. cit., p. 86).
91
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
b. La actividad motriz
136
Vayer, P. y Toulousse, P.: Psicosociología de la acción, Madrid, Ed. Científico-Médica, 1987, p. 13.
137
Cfr. Pastor Pradillo, José Luis: Fundamentación conceptual para una intervención psicomotriz en
Educación Física, Barcelona, INDE, 2002, pp. 130 y ss.
138
Vayer, P. y Toulouse, P.: Psicosociología de la acción, Madrid, Ed. Científico Médica, p. 10
139
Ibid.
92
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
140
Molina M. de Costallat, Dalila: La entidad psicomotriz, Buenos Aires, Ed. Losada, 1984.
141
Cfr. Pastor Pradillo, José Luis: Fundamentación conceptual para una intervención psicomotriz en
Educación Física, Barcelona, INDE, 2002, pp. 144 y ss.
93
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
conductual de que son capaces; creemos que con mayor propiedad y exactitud se
refiere más a las funciones que intervienen en la conducta que a las distintas
formas de expresión de la acción
142
Cfr., Molina M. de Costallat, D.: La entidad psicomotriz, Buenos Aires, Ed. Losada, 1984.
143
Luria, A.R.: El cerebro en acción, Barcelona, Fontanella, 1974.
94
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Aunque cada vez resulta más difícil delimitar este tipo de actividades, su
identificación todavía puede resultar útil. No obstante, deberíamos advertir que
mantener esta distinción puede parecer una forma solapada de hacer perdurar el
paradigma dualista, donde frente a una actividad física (tónica o de relación) habría
de oponerse otra psíquica o intelectual.
144
Cfr. Pastor Pradillo, José Luis: op. cit., pp. 146 y ss.
145
Damasio, Antonio R.: El error de Descartes, Barcelona, Crítica, 2004.
95
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
146
Marina, A.: El movimiento inteligente, en ... Teoría de la inteligencia creadora, Barcelona,
Anagrama-Círculo de Lectores, 1995, pp. 93 y ss.
147
Damasio, A.R.: op. cit., p. 258.
96
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
97
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
98
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
148
Citado por Velasco Herrero, M. y Burger Velasco, R.: Maduración afectiva, motórica e intelectual del
movimiento, Zaragoza, ICE de Zaragoza, 1982.
149
Wallon, Henry: Los orígenes del carácter del niño, Argentina, Ed. Lautaro, 1965.
99
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
100
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
150
Piaget, Jean: “La motricité de l’enfant”, Documentos ENSEPS, p. 9. Citado por Denis, Daniel: El
cuerpo enseñado, Barcelona, Ed. Paidós, 2000, p. 58.
101
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
151
Piaget, Jean: Psychologie de l’inteligence, París, A. Collin, 1967, p. 186.
152
Martínez, Miguel: Inteligencia y educación, Barcelona, Biblioteca Universitaria de Pedagogía, 1986.
153
Vernon, Philip E.: Inteligencia. Herencia y ambiente, México, El Manuel Moderno, 1982, p. 9.
154
Luria, A.R. y Yudovich, F.I.A.: Lenguaje y desarrollo intelectual en el niño, Madrid, Siglo XXI de
España editores, 1984, p. 10.
155
Famose, Jean Pierre (direct.): Cognición y rendimiento motor, Barcelona, INDE, 1999, p. 24.
102
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
cognitivos y las acciones motivadas del hombre son el resultado del trabajo de
todo el cerebro como una sola entidad o, en otro caso, si el “cerebro en acción” es
en realidad un “complejo sistema funcional” que agrupa varios niveles y diversos
componentes, cada uno de los cuales aportaría su propia contribución a la
estructura final de la actividad mental156.
103
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
conmueven o los que suscitan en ellos la reacción empática que, situando a dos
cuerpos en relación, les impone respuestas similares en una dinámica de diálogo
que, al influir afectivamente en el Yo de ambos interlocutores, les provoca
emociones iguales y permite a cada uno vivenciar el cuerpo del otro159.
- Concepto de afectividad
159
Aulagnier, Piera: Nacimiento de un cuerpo, origen de una historia, en ... Cuerpo, historia,
interpretación, Buenos Aires, Ed. Paidós, 1991, pp. 117-170.
160
Contrástese este planteamiento con el que formula la corriente psicomotriz relacional de André
Lapierre y Bernard Aucouturier en relación con los contrastes y los matices.
104
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
105
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
106
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
claves que simbólicamente indican los sentimientos del otro y las experiencias
pasadas del observador.
107
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
168
Gardner, Howard: Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica, Barcelona, Ed. Paidós, 1.998.
108
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
109
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
110
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
173
Vid., Pastor Pradillo, José Luis: Fundamentación conceptual para una intervención psicomotriz en
Educación Física, Barcelona, INDE, 2002, pp. 126 y ss.; Psicomotricidad escolar, Guadalajara, Servicio
de Publicaciones de la Universidad de Alcalá (Cuerpo y educación, 3), 1994, pp.117 y ss.
111
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
a. El movimiento
174
Cfr. Pastor Pradillo, José Luis: Fundamentación conceptual para una intervención psicomotriz en
Educación Física, Barcelona, INDE, 2002.
112
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
b. El cuerpo
113
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Sin duda que los treinta años transcurridos desde la formulación de este
análisis habrán modificado muchos de los supuestos y axiomas que lo inspiraron
pero, en nuestro criterio, su intuición general sigue siendo válida en tanto que lo
utilicemos como el referente desde el que iniciar la selección de los objetivos
necesarios para orientar cualquier diseño de intervención.
175
Maigre, A. y Destrooper, J.: La educación psicomotora, Madrid, Ed. Morata, 1976.
114
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
a. La autoperceción
115
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
ADAPTACIÓN
Movimiento- acción- conducta
Organismo Mundo
YO Medio
116
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
117
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
118
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Capítulo V
176
Dolto, Francoise: La imagen inconsciente del cuerpo, Barcelona. Paidós, 1997, p. 40.
119
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
- Por una parte, localizar los ámbitos donde es posible intervenir con los
recursos que permite nuestra alternativa.
- En segundo lugar, entender el comportamiento habida cuenta de que
nuestra propuesta de intervención utiliza, fundamentalmente, el
movimiento o la conducta motriz como medio para conseguir sus
objetivos.
Pues bien, analizando el esquema inicial (O-M), nos parece que pueden
identificarse al menos dos ámbitos de intervención como son:
120
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
como hemos afirmado, en este capítulo nos parece pertinente el análisis de los
ámbitos de intervención, la construcción de la autopercepción, la percepción del
mundo y la organización conductual que debemos completar con el estudio de
otras dos nociones como sol la relación y la comunicación.
Estímulo Estímulo
Relación
Autopercepción Medio-Mundo
1. LA AUTOPERCEPCIÓN
177
Basquin, M.: Psicomotricidad, pensamiento y lo afectivo, en ... Richard, J. y Rubio, L.: Terapia
psicomotriz, Barcelona, Ed. Masson, 1995, p. 29.
121
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
178
Merleau-Ponty, M.: Fenomenología de la percepción, Barcelona, Ed. Península, 1975, p. 215.
179
Ibid.
180
Vayer, P. y Toulouse, P.: Psicosociología de la acción, Madrid, Ed. Científico-Médica, 1987, p. 97.
181
Staats, Arthur W.: Conducta y personalidad. Conductismo psicológico, Bilbao, Desclée De Brouwer,
1997, p. 216.
182
Bandura, A.: “The self-system in reciprocical determinism”, American Psychologist, nº 33, (1978), pp.
347-348.
183
Boscaini, F.: ¿Educación o reeducación psicomotrora?, Psicomotricidad, nº 49, vol. 1, pp. 15-26.
122
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
184
Levin, Esteban: La clínica psicomotriz. El cuerpo en el lenguaje, Buenos Aires, Nueva Visión, 1995.
185
Alemany, Carlos: El cuerpo paradójico y sus implicaciones terapéuticas, en ... Alemany, C. y García,
V: El cuerpo vivenciado y analizado, Bilbao, Desclée De Brouwer, 1996, p. 103 y ss.
123
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
124
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
189
Wapner, S.; Werner, H. y otros: El percepto del cuerpo, Buenos Aires, Ed. Paidós, 1969.
125
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Quizá por eso, no todos los autores se conforman con la simple utilización
de la noción de esquema corporal pues en ella no puede contener la totalidad de
los aspectos necesarios para entender un concepto tan complejo como es la
vivenciación del cuerpo. En consecuencia, amplían sus contenidos o completan
la descripción vivencial y cognitiva del cuerpo y de sí mismo con otras nociones
tales como la imagen corporal o la autoestima.
126
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
127
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
128
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Sin embargo, en todas las versiones que del estudio del cuerpo se
formulan, sus autores coinciden al considerar el esquema corporal como un
concepto evolutivo, que se elabora progresivamente en función, sobre todo, de la
acumulación de datos e informaciones diversas siempre contrastadas con el
medio. Cada uno de estos enfoques revela una faceta distinta y, entre todas,
completan una significación compleja que, a menudo, integra conceptos distintos
bajo un criterio de equivalencia no siempre acertado191.
190
Pieron, H.: Vocabulaire de Psychologie, París, PUF, 1968.
191
Pastor Pradillo, José Luis: Fundamentación conceptual para una intervención psicomotriz en
Educación Física, Barcelona, INDE, 2002, pp. 135 y ss.
129
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
192
Bartlett, F.C.R.: A study in experimental and social psychology, Londres, Cambridge, 1932. Citado por
Ajuriaguerra, J. de: op. cit, p. 91.
130
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
- La etapa del cuerpo vivido, que entre los 0 y los 3 años estaría
gobernada por la inteligencia sensorio-motriz.
- La etapa de cuerpo discriminado o de discriminación perceptiva, de 3
a 7 años, donde la inteligencia simbólica determinaría la manera de
construir la autopercepción.
- La etapa del cuerpo representado que, entre los 7 y los 12 años, sería
el resultado de la intervención predominante de la inteligencia capaz
de realizar operaciones concretas y de la realización de procesos
pensamiento lógicos y de formular hipótesis.
131
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
193
Vayer, Pierre y Toulouse, Pierre: Psicosociología de la acción. El motivo y la acción, Barcelona,
Editorial Científico-Médica, 1987, p. 98.
194
Dolto, Francis: La imagen consciente del cuerpo, Barcelona, Ed. Paidós, 1990, p. 21.
195
Schilder, P.: Imagen y apariencia del cuerpo humano, México, Ed. Paidós, 1987, p. 15.
196
Mezzetti, M.D. y Pisoletti, A.: “La imagen corporal”, Revista de Educación Física, nº 19, (enero-
febrero, 1988), pp. 26-30.
132
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
individuo normal con respecto a su cuerpo” que, al utilizarlas “como pantalla sobre
la que proyecta sus sentimientos, ansiedades y valores”, también se refieren a su
identidad197. Frostig, por su parte, introduciendo el plano de la subjetividad, la
define como “la suma de todas las sensaciones y sentimientos que conciernen al
cuerpo”198.
197
Fischer, S. Y Cleveland, S.E.: Personalidad, percepción del cuerpo y límites de la imagen corporal. El
precepto del cuerpo, Buenos Aires, Ed. Paidós, 1969, p. 56.
198
Frostig, M. y Maslow, P.: Educación del movimiento: Teoría y práctica, Buenos Aires, Médica
Panamericana, 1984, p. 38.
199
Raich, R.M.: Imagen corporal: conocer y valorar el propio cuerpo, Madrid, Ed. Pirámide, 2000, p. 25.
200
Citado por Raich, R.M.: ibid, p. 24.
201
Ibid. p. 25.
202
Cit. por Ajuriaguerra, J. de: op. cit., pp. 92-93.
133
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
203
Freud, Sigmund: Le moi et le Cá, Werke, XIII, Fischer Verlag, Frankfur, 1972. (Cit. por Sami-Alí: Le
visuel et la tactile, París, Dumond, 1984, p. 139)
204
Pagés, M.: “L’Emprise”, Rev. Thérapie psycham, (1982), 56, pp. 25-30.
205
Dolto, F.: L’image inconsciente du corp, París, Seuil, 1984, p. 22
206
Vid., Bruchon-Schweitzer, Marilou: Psicología del cuerpo, Barcelona, Herder, 1992.
207
Citado por Bruchon-Schweitzer, Marilou: op. cit., pp. 262 y ss.
134
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
208
Feldenkrais, Moshe: Autoestima por el movimiento, Barcelona, Paidós, 1997, p.19.
209
Ellis, Albert y Greiger, Russell: Manual de terapia racional-emotiva, t. I, Bilbao, Ed. Desclée De
Brouwer, 1994, p. 107.
135
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Llegados a este punto, no debemos olvidar que todo el itinerario que hasta
ahora hemos recorrido analizando diversos conceptos nos ha hecho afianzarnos
en el modelo unitario que inspira un tipo concreto de metodología o de abordaje
del individuo que, por fuerza, ha de basarse en la experiencia de unas
vivenciaciones cuyos efectos o resultados deben resonar en todas las
dimensiones del ser humano. Planteado así, desde la perspectiva metodológica
de la intervención desde la motricidad, deberíamos considerar la conveniencia, o
no, de que la adquisición de estas nociones incluyeran un proceso de
autoevaluación y, además, en qué casos, en qué circunstancias o en qué niveles.
Ellis y Greiger, estudiando detenidamente esta cuestión, concluyen un resultado
ambiguo según el cual, en todo caso, no se mostrarían partidarios de extender
este autojuicio a la totalidad de los rasgos y de las acciones del individuo. Las
reticencias de Ellis ante el autojuicio le convencieron de la necesidad de sustituir
el empleo y fomento de la autoestima por el de la “autoaceptación”.
210
Staats, Arthur W.: Conducta y Personalidad. Conductismo Psicológico, Bilbao, Desclée De Brouwer,
1997, p. 215.
211
Ellis, Albert y Greiger, Russell: Manual de terapia racional-emotiva, t. 2, Bilbao, Ed. Desclée De
Brouwer, 1990, p. 166.
212
Rogers, C.R.: Client centred therapy, Boston, Houghton Mifflin, 1951, p. 136.
136
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
acciones propias no son la única fuente de conocimiento, sino que las personas
desarrollan y evalúan sus concepciones en términos de juicios expresados por los
otros. Sin embargo, a nuestro parecer, también sería conveniente considerar las
conclusiones a que llega Marilou Bruchon-Schweitzer cuando afirma que el
individuo no percibe su cuerpo como el resultado de evaluar su estructura, su
apariencia, sus dimensiones, la percepción de los demás sino como “una especie
de Gestalt percibida de un cuerpo amado o no, globalmente conforme o no con
unas normas ideales, y del que se obtiene más o menos placer o sufrimiento”213.
213
Bruchon-Schweitzer, Marilou: Psicología del cuerpo, Barcelona, Herder, 1992, pp. 169-170.
214
Lapierre, André: Psicoanálisis y Análisis Corporal de la Relación, Bilbao, Desclée De Brouwer, 1997.
137
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
a. Contenidos
b. Forma de abordaje
138
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
139
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
140
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
141
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
142
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
215
Cfr., Vayer, Pierre: El niño frente al mundo, Barcelona, Editorial Científico-Médica, 1984.
143
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
144
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Pero en el mundo no sólo existen objetos sino que las relaciones que se
establecen con él pueden adquirir unas características y significados muy
diferenciados cuando se vinculan a otras personas. Aunque para algunos,
patológicamente o de manera insana, ocasionalmente o de forma habitual, estas
personas puedan ser reducidas a meros objetos, el hombre, merced a su condición
de animal gregario, desde el inicio de su existencia irá estableciendo,
necesariamente, un entramado relacional con sus semejantes que poseerá, cada
vez, un carácter más amplio y complejo.
216
Cit. por Gardner, Howard: Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica, Barcelona, Ed. Paidós,
1998.
145
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
a. Noción de empatía
217
Arias Muñoz, Adolfo: Jean Pauul Sartre y la dialéctica de la cosificación, Madrid, Ed. Cincel, 1988,
(vol. 1).
218
Eisenberg, Nancy y Stroyer, Janet: La empatía y su desarrollo, Bilbao, Ed. Descleé de Brouwer, 1.992.
219
Beavin, J. y otros: “La mímica motora como empatía primitiva”, en ... Eisenberg, Nancy y Stroyer,
Janet: La empatía y su desarrollo, Bilbao, Ed. Descleé de Brouwer, 1.992, p. 349.
146
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
220
Laín Entralgo, Pedro: “La psicoterapia como somatoterapia: el proceso de simbolización”, en ...
Alemany, C. y García, J. (eds.): El cuerpo vivenciado y analizado, Bilbao, Ed. Descleé de Brouwer,
1.996, p. 48.
147
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
221
Berge, Y.: Vivir tu cuerpo. Para una pedagogía del movimiento, Madrid, Ed. Narcea, 1.982.
222
Santiago, Paloma: De la Expresión Corporal a la Comunicación Interpersonal, Madrid, Ed. Narcea,
1.985, p. 21.
148
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
comunicación y que, por tanto, van a requerir el uso de códigos. Pierre Guiraud
opina que según cual sea su naturaleza y función pueden distinguirse dos tipos de
códigos corporales223:
3. LA ORGANIZACIÓN CONDUCTUAL
149
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Por tanto, en este epígrafe analizaremos los tres conceptos que, para
muchos, no solo constituyen algunos de los objetivos más importantes de la
metodología de la intervención entendida desde una perspectiva psicomotricista
sino que, incluso, representan el objeto de estudio específico y diferencial de su
oferta.
150
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
151
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
152
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
224
Somos consciente del carácter impropio e inexacto del término empleado puesto que de manera
estricta es muy difícil que se produzca una situación de no acción. Desde una perspectiva conductual, no
biomecánica o kinestésica, el comportamiento se resuelve igualmente recurriendo a los mecanismos
contráctiles del músculo o a los estados de relajación. En ambos casos se requiere del mismo fenómeno
sinérgico entre varios grupos musculares. Muy posiblemente sea más exacto, aunque tampoco termine de
satisfacernos, el empleo de los términos “mecanismos de acción” y “mecanismos de inhibición”.
153
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
154
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
155
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
225
Vernon, P.E.: Inteligencia. Herencia y ambiente, México, El Manual Moderno, 1982, p. 9.
156
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
157
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Para este fisiólogo, este modelo también requiere del esquema sensorial
que representa la zona donde “una persona experimenta los efectos de los
movimientos motores y registra los <recuerdos> de los diferentes tipos de
movimientos”232. Gracias a este esquema el sujeto podría construir y disponer de
un determinado repertorio de patrones o modelos de movimiento con los cuales
diseñar, decidir y ejecutar las distintas posibilidades de comportamiento de que
es capaz.
Feed-back propioceptivo
Músculos
Receptores
Error
Información Corrección
ACCIÓN propioceptivos
Éxito
El esquema sensoriomotor
230
Paoletti, R.: Procesos de adaptación del acto motor y el estudio de las praxias, en ... Rigal, R.:
Motricidad humana, Madrid, Ed. Pila Teleña, 1988, p. 34.
231
Guyton, A.C.: Tratado de fisiología médica, Madrid, Ed. Graw-Hill, 1988, pp. 48-50.
232
Ibid., p. 796.
158
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Por todo esto, sería un error abordar el estudio del movimiento sólo desde
un plano exclusivamente motor. Esta decisión nos obligaría a considerar la
motricidad como una simple función instrumental puramente ejecutora que
únicamente se moviliza por efecto de fuerzas exógenas a ella misma.
Ajuriaguerra, lejos de admitir esta despersonalización del movimiento, afirma
que las modificaciones tónicas y la misma actividad motriz son, al mismo
tiempo, expresión y reacción de tal manera que nos recuerda, como señala
Kanders, que “no existe un límite entre la serie de fenómenos motores y
psíquicos”233.
159
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
236
Raimondi, Paolo: Cinesiología y Psicomotricidad, Barcelona, Ed. Paidotribo, 1999, p. 13.
237
Ibid., p. 20.
160
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
161
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
4. LA RELACIÓN
162
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
241
Lapierre, André: Psicoanálisis y análisis corporal de la Relación, Bilbao, Descleé De Brouwer, 1997,
p. 36.
163
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Estamos de acuerdo con Piaget cuando afirma que “toda la causalidad que
se desarrolla durante la primera infancia, participa de esos mismos caracteres de
indiferenciación entre lo psíquico y lo físico y de egocentrismo intelectual”242 y,
por eso mantenemos nuestra inicial perspectiva unitaria y global. No obstante
también parece conveniente, en un ejercicio de sistematización, distinguir entre los
diferentes dominios con la esperanza de poder así profundizar en el estudio de
242
Piaget, Jean: Seis estudios de Psicología, Barcelona, Seix Barral, 1970, p. 46.
164
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
cada uno de ellos de manera más eficaz. Algo semejante afirma Serge Peyrot al
diseñar su terapia morfoanalítica como una técnica psico-corporal analítica, en la
que el terapeuta trabaja constantemente con la unidad cuerpo-psique del paciente
como si se tratara de un sistema integral en el que el cuerpo psíquico, las
sensaciones, las emociones, la espiritualidad y la expresión corporal, energética o
verbal, constituyen una sola y única realidad del ser243.
Pero, sean cuales fueren los ámbitos que cada autor destaque o las
relaciones que entre ellos desvelen, ha de conservarse esta unidad interactiva para
evitar la pérdida de aquella perspectiva que más certeramente nos muestra la
estructura psicomotriz de manera real y objetiva. Como afirma S. Keleman, la
estructura, nuestra forma personal, “es la que ordena los acontecimientos de la vida
cotidiana”244 y, así, desde este convencimiento, a continuación intenta describir
una anatomía emocional de la que hace depender incluso la configuración de las
primeras experiencias que han modelado la historia emocional. Los sentimientos,
los estados emocionales en general, servirán también como preparación para la
acción que se pretende desarrollar. Por eso entiende que la anatomía humana, más
que un proceso bioquímico, es una morfología emocional. Todos los ámbitos, en
definitiva, no son sino distintas perspectivas, diferentes formas de entender las
posibilidades adaptativas del ser humano o aptitudes específicas agrupadas en
función de criterios funcionales pero, en ningún caso, instrumentos específicos que
actúen de forma esporádica e inconexa.
243
Sarkissoff, Jean: Cuerpo y psicoanálisis, Bilbao, Descleé De Brouwer, 1996, p. 11.
244
Keleman, Stanley: Anatomía emocional, Bilbao, Descleé De Brouwer, 1997, p. 17.
165
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Para Wilhem Reich245 existe una identidad entre las actitudes caracteriales
de la personalidad que son susceptibles de influenciarse y de relacionarse
mutuamente. Ajuriaguerra también aborda el análisis del nexo existente entre el
psiquismo y el tono muscular aunque desde un punto de vista relacional, que le
llevó elaborar una clasificación biotipológica de los individuos según fueran sus
posibilidades de reacción tónica. En definitiva, evidenciaba así el papel del tono en
las funciones de comunicación entre individuos.
245
Reich, Wilhem: La función del orgasmo, Buenos Aires, Ed. Paidós, 1972.
246
Como expone P.E. Vernon, podrían distinguirse, como mínimo, dos tipos de inteligencia: la
inteligencia A o potencialidad básica del organismo, sea animal o humano, para aprender y adaptarse al
ambiente; y la inteligencia B, que nace de capacidades que una persona muestra realmente en su conducta:
la astucia, la eficiencia y la complejidad de las percepciones, el aprendizaje, los pensamientos y la resolución
de problemas. (Vid., Vernon, Philip E.: Inteligencia. Herencia y ambiente, México, El Manuel Moderno,
1982, p. 9).
166
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
247
Cfr. Pastor Pradillo, José Luis: Fundamentación conceptual para una intervención psicomotriz en
Educación Física, Barcelona, INDE, 2002, pp. 154-206.
167
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
248
Rother de Hornstein, M.C.: Historia libidinal, historia identificatoria, en ... Cuerpo, historia,
interpretación, Buenos Aires, Ed. Paidós, 1991, pp. 233-265.
249
De este autor pueden consultarse las siguientes obras: Keleman, Stanley: La experiencia Somática.
Formación de un yo personal, Bilbao, Desclée de Brouwer, 1997; Anatomía emocional. La estructura de
la experiencia somática, Bilbao, Desclée de Brouwer, 1997; Vivir la propia muerte, Bilbao, Desclée de
Brouwer, 1998.
168
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Llegando a este punto, surge una de las disputas que, mal resuelta en la
mayoría de las propuestas metodológicas, facilita el uso de recursos dispares o
de técnicas absolutamente heterogéneas en lo que se refiere a sus resultados o a
la selección de los objetivos que se persiguen. Dependiendo de la interpretación
que se adjudique a la noción de expresión y al carácter simbólico que se atribuya
al cuerpo y al movimiento, así se concretará la definición metodológica e incluso
el campo de actuación en donde sea más adecuado el procedimiento de
intervención en ella inspirado.
250
Es sorprendente como se reproduce este modelo en otras culturas y en las liturgias de muchas
religiones cuando para solicitar a los dioses la vida o la fecundidad se les ofrece un sacrificio de muerte o
de destrucción de la vida misma. La diosa Kali, en el hinduismo, lo es a la vez de la vida y de la
destrucción, evidenciando que tan solo existe la regeneración tras la destrucción previa, la muerte.
169
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
5. LA COMUNICACIÓN
251
Rof Carballo, Juan: Violencia y ternura, Madrid, Espasa Calpe (col. Austral, A 19), 1987.
170
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
252
Guntrip, Harry: Achizoip Phenomena object-Relations and the self, London, Hogarth Pres, 1968. (Cit.,
por Rof Carballo, Juan: Biología del Psicoanálisis, Bilbao, Descleé De Brouwer, (3ª edic.), 1972, p. 42).
171
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
253
Piaget, Jean: La formación del símbolo en el niño, México, Fondo de Cultura Económica, 1961, p.
292.
254
Greenberg, Laslie y Paivio, Sandra C.: Trabajar la emoción en Psicoterapia, Barcelona, Ed. Paidós,
1999, p. 23.
255
Greenberg utiliza el término “scheme” y no “schema” para subrayar la orientación hacia la acción en
lugar de la naturaleza representacional del esquema. Nota del traductor
256
Ibid., p. 16.
257
Planteamientos semejantes sustentan muchas de las técnicas orientales de meditación y ciertos
procedimientos místicos.
172
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Las emociones establecen las metas que orientan tanto las cogniciones
como las acciones por lo que estará íntimamente ligada con la motivación. Estas
metas y, por tanto las emociones, como podemos deducir de todo lo dicho
anteriormente, poseen un carácter adaptativo y son, fundamentalmente, señales
internas cuya función principal es la de mantener la vida conectando la naturaleza
biológica con el mundo exterior.
258
Ibid., p. 24.
259
Entrecomillado en el original. (Cfr., Beavín, Janet y otros: La mímica motora como empatía primitiva,
en... Eisenberg, N. y Strayer, J.: La empatía y su desarrollo, Bilbao, Descleé De Brouwer, 1992, p. 357).
173
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
260
Lapierre, André: Psicoanálisis y análisis corporal de la Relación, Bilbao, Descleé De Brouwer, 1997,
p. 59.
174
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
175
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
176
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Capítulo VI
La metodología de la intervención
261
Justo Martínez propone los siguientes: tónico-emocional, sensorio-motor, perceptivo-motor,
perceptivo-simbólico y conceptual. (Cfr., Justo Martínez, Eduardo: Desarrollo psicomotor en educación
infantil. Bases para la intervención en psicomotricidad, Almería, Universidad de Almería. Servicio de
Publicaciones, 2000, p. 121).
177
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Sin embargo, cualquiera que sean las razones que se quieran esgrimir,
resulta indisimulable que la Psicomotricidad no ha cumplido las expectativas
que suscitó al iniciarse la década de los años 70 del pasado siglo. Para gran parte
de los sectores que deberían seguir interesándose por las aportaciones de la
Psicomotricidad, en la actualidad, ésta se presenta como un conjunto de técnicas,
fines y objetivos ambiguos, cuando no excesivamente grandilocuentes y
pretenciosos, que se intentan conseguir mediante unas prácticas o actividades
diseñadas más de manera intuitiva que fundamentadas en el imprescindible
conocimiento de aquellos mecanismos donde pretende intervenir.
178
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
179
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
180
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Así pues, cualquiera que sea nuestra ubicación particular sobre temas
generales, será inevitable que no aparezcan otras descripciones contradictorias
cuando nuestro diseño práctico este referido a la totalidad de los posibles
objetivos.
2. EL MODELO DE INTERVENCIÓN
181
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
262
Vid., Pastor Pradillo, José Luis: Fundamentación conceptual para una intervención psicomotriz en
Educación Física, Barcelona, INDE publicaciones, 2002.
263
Rota Iglesias, Josep: “Marco específico de la práctica psicomotriz”, Entre líneas. Revista de
Psicomotricidad, nº 0, (julio, 1996), p. 6.
264
Fonseca, Vitor da: “¿Qué es a Psicomotricidad?”, Entre líneas. Revista de Psicomotricidad, nº 0,
(julio, 1996), p. 15.
182
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
265
Ibid.
266
Kepner, J.I.: Proceso corporal, México, El Manual Moderno, 1987, p. 36.
267
Aulagnier, P.: Nacimiento de un cuerpo, origen de una industria, en ... Cuerpo, historia,
interpretación, Buenos Aires, Paidós, 1991, p. 121.
268
Sarkissoff, Jean: Cuerpo y Psicoanálisis, Bilbao, Desclèe De Brouwer, 1996, p. 11.
269
Anzieu, Didier: El grupo y el inconsciente. Lo imaginario grupal, Madrid, Biblioteca Nueva (Textos y
temas psicológicos, 53), 1986, p. 13-14.
183
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
3. ESQUEMA DE INTERVENCIÓN
270
Aunque su bibliografía es muy extensa y esta cuestión, fundamental en su propuesta, la incluyen de
manera sistemática y permanente, puede consultarse, Vayer, Pierre: El niño frente al mundo, Barcelona,
Editorial Científico-Médica, 1977.
184
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
185
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
186
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Estímulo Estímulo
Relación
Esquema de intervención
187
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
271
Le Boulch, Jean: El movimiento en el desarrollo de la persona, Barcelona, Ed. Paidotribo, 1997, p. 22.
188
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
189
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
190
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Para solucionar esta circunstancia y la elección que en cada caso sea más
adecuada se dispone de dos posibles alternativas: la primera, elegir una
determinada conceptualización teórica sobre la que fundamentar cada uno de los
ámbitos de la personalidad y para orientar los procedimientos o recursos
metodológicos con los que intervenir; y, como segunda opción, adoptar una
teoría psicológica concreta para, desde ella, estructurar de manera coherente,
global y completa la alternativa teórico-metodológica o versión que de la
intervención psicomotricista se elabore. Sin embargo, esta segunda alternativa, si
se pretende preservar la coherencia, conlleva una limitación de los objetivos que,
en cada caso, podría abordarse y, como consecuencia, también de los ámbitos de
aplicación y de los campos de actuación en que sería eficaz.
Por tanto, la elección del objetivo deberá ser el principal criterio que, con
posterioridad, determine la definitiva elección del paradigma más adecuado para,
desde él, elaborar una estrategia metodológica fundamentada en postulados muy
concretos y, sobre todo, coherentes.
272
Maslow, A.H. y otros: Más allá del ego, Barcelona, Ed. Kairós 2000.
191
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
casos. Posteriormente, para hacer realidad sus fines, esta pretensión se aplicaría
también de manera genérica para lo cual, muy probablemente, deberá utilizar
principios didácticos difícilmente conciliables entre sí. Cuando se ha intentado
esta opción el resultado obtenido casi siempre ha sido una propuesta en la que,
implícitamente, predominaba una determinada orientación teórica cuya
influencia condicionaba la elección de unos objetivos concretos o imponía a la
intervención una determinada forma de praxis.
a. El cuerpo
b. El movimiento
192
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
273
Le Boulch, Jean: El movimiento en el desarrollo de la persona, Barcelona, Ed. Paidotribo, 1997, p. 50.
274
Ibid., p. 52.
275
Ibid., pp. 65-66.
276
Ibid., p. 21.
277
Ibid. p. 22.
193
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
c. La acción
278
Pastor Pradillo, José Luis: “El comportamiento motor como superación de una controversia
conceptual”, Revista de Ciencias de la Educación, nº 198-99, (septiembre, 2004), pp. 307-332.
194
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
279
Ibid., p. 76.
280
Ibid., p. 22.
195
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
196
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
c. Concepto de adaptación
197
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
ADAPTACIÓN
Respuesta - Movimiento – Conducta - Acción
Organismo
YO Mundo-Medio
198
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
d. El equilibrio holístico
281
Alexander, Gerda: La eutonía, Barcelona, Ed. Paidós, 1998, p. 33.
282
Ibid., p. 36.
199
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
e. Concepto de disponibilidad
200
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
f. La función de interiorización
283
J.P. Guilford la describe como “una producción divergente en oposición a la conclusión convergente o
deductiva (resultado contenido en las premisas”. (Cfr., Guilford, J.P.: The nature of human intelligence,
New York, Mc Graw-Hill Book Company, 1967. Cit. por Maigre, A. y Destrooper, J.: La educación
psicomotora, Madrid, Ed. Morata, 1976, p. 182).
201
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
284
Le Boulch, Jean: El cuerpo en la escuela en el siglo XXI, Barcelona, INDE, 2001, p. 116.
285
Le Boulch, Jean: El movimiento en el desarrollo de la persona, Barcelona, Ed. Paidotribo, 1997, p. 77.
286
Ibid.
202
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
287
Le Boulch, Jean: El cuerpo en la escuela en el siglo XXI, Barcelona, INDE, 2001, p. 117.
203
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
g. La modularización de la conducta
204
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
288
Entendemos que la afectividad y la memoria son formas, las primeras, de cognición.
205
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
206
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Modularización
Formato
207
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
h. El modelo de conducta
289
Le Boulch, Jean: El deporte educativo, Barcelona, Ed. Paidós, 1991.
208
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
209
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
210
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
211
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
290
Le Boulch, Jean: El movimiento en el desarrollo de la persona, Barcelona, Ed. Paidotribo, 1997, p. 30.
291
Ibid., p. 21.
292
Cfr. Pastor Pradillo, José Luis: “El comportamiento motor como superación de una controversia
conceptual”, Revista de Ciencias de la Educación, nº 198-199, (abril-septiembre, 2004), pp. 308-332.
212
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
293
Fundación ICSE (Instituto de Ciencias Sanitarias y de la Educación): Especialista en Técnicas de
Expresión y Psicomotricidad, Madrid, 1993-94.
213
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
294
Durivage: Educación y Psicomotricidad, México, Ed. Trillas, 1984, p. 13.
295
Martín López, Pedro y García Núñez, Juan A.: Psicomotricidad y Educación Preescolar, Madrid,
García Núñez editor, 1986, p. 34. Por otra parte, Salvador Blanco, Laurentino; Torres, Pedro y Sendín,
Pedro P. proponen los mismos objetivos a través de una práctica psicomotriz que definen como una
“técnica que tiende a favorecer, por el dominio corporal, la relación y la comunicación que el niño va a
establecer con el mundo que le rodea”. En ella, cuando aluden a la motricidad se refieren a la función
motriz, el movimiento; con el prefijo “psico” designan la actividad psíquica con sus componentes
socioafectivos y cognitivo”. (Cfr., Salvador Blanco, Laurentino; Torres, Pedro y Sendín, Pedro P.: La
acción educativa psicomotriz en preescolar y ciclo inicial, Salamanca, ICE de la Universidad de
Salamanca, (Documentos didácticos, 42), s.a., p. 15).
214
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
215
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
296
Le Boulch, Jean: El cuerpo en la escuela en el siglo XXI, Barcelona, INDE, 2001, p. 25.
216
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
297
Cfr., Feuerstein, P.: Pedagogía de la médiatión, Lyon, Ed. Chronique Sociales, 1992.
217
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
d. El fomento de la relación
298
Le Boulch, Jean: El movimiento en el desarrollo de la persona, Barcelona, Ed. Paidotribo, 1997, p. 21.
218
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
que, tanto por su objetivo, por la simbología o por la naturaleza de los materiales
utilizados en la actividad, podrán definirse por la naturaleza, preponderantemente
o no, de sus componentes emocionales, afectivos, sociales, cognitivos,
simbólicos, motrices, etc. Precisamente, esta potencial diversidad será la que
facilite la repercusión de la vivencia y su empleo en el establecimiento o en la
reconstrucción de cada uno de los distintos vínculos, nexos o significados
posibles en la estructura de la relación.
219
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
220
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
299
Feldenkrais, Moshe: Autoconciencia por el movimiento, Barcelona, Ed. Paidós, 1997, p. 19.
221
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
222
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
223
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
224
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
300
Guillford, J.P.: “Creatividad: restrospectiva y prospectiva”, Innovación creadora, nº 1, (1976), pp. 9-
12.
301
Landau, E.: El vivir creativo. Teoría y práctica de la creatividad, Barcelona, Herder, 1987.
302
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303
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creatividad en el deporte, en ... Fcº. Javier Giénes Fuentes-Guerra y otros (eds.): Educar a través del
deporte, Huelva, Universidad de Huelva, 2005, p. 61.
225
JOSÉ LUIS PASTOR PRADILLO
Admitiendo los distintos fines que distinguen a las diversas ofertas que
analizan el proceso creativo, en nuestro criterio, la metodología propia de la
Motricidad debe proporcionar la experiencia global de una acción motriz cuya
ejecución suele ser casi inmediata al planteamiento del problema. Por tanto, en
nuestra propuesta metodológica, otorgamos especial trascendencia al carácter
global e inmediato que permite la naturaleza motriz de la respuesta y, por otra
parte, el carácter relacional que ha de mantener el proceso creativo tanto en lo
que se refiere a la interpretación de las informaciones como a los resultados de la
conducta. En resumen, en Motricidad, nosotros creemos que la metodología de la
intervención ha de proporcionar a la creatividad dos tratamientos
complementarios: como factor fundamental para diseñar recursos y actividades y,
en segundo lugar, como objetivo a conseguir para ampliar el repertorio de
posibilidades conductuales que mejore la capacidad de adaptación.
304
Fuegel, C. y Montoliu, M.R.: Innovemos en el aula. Creatividad, cuerpo y dramatización, Barcelona,
Octaedro, 2000.
305
Guillford, J.P.: La creatividad, en Beaudot, A.: La creatividad, Madrid, Narcea, 1980, pp. 19-34.
226
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
306
Mechén, F.: op. cit.
307
Ibid., p. 35.
308
Ibid., p. 46.
309
Cárdenas, D. y Torre, E.: op. cit., p. 70.
227
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310
Menchén, F.: op. cit., p. 89
228
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229
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230
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
311
Marina, José Antonio: La inteligencia fracasada. Teoría y práctica de la estupidez, Barcelona,
Anagrama, 2004.
231
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232
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
k. La interacción
233
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MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Para que una experiencia pueda ser considerada como vivencia ha de ser
el resultado de un contexto caracterizado por una serie de factores capaces de
proporcionar a la conducta un sentido y un significado muy concreto. La
experiencia vivida, por tanto, será el resultado de una imagen compleja
compuesta por informaciones de distinto signo que son adquiridas a través de
variados cauces, mecanismos o procesos aferentes: sensoriales, afectivos,
cognitivos, kinestésicos, cinéticos, etc. La experiencia vivida será aquella que
proporciona la vivencia (el aprendizaje, el efecto, la consecuencia, el rastro o el
trazo, cualquiera que sea el termino empleado por cada sistema psicológico),
producido por una conducta en la que han participado la totalidad de las
dimensiones y aparatos integrados en la estructura psicomotriz.
235
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MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
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mejor práctica que una buena teoría. Por tanto, creemos que los recursos
metodológicos han de ser incluidos en el procedimiento como normas de
actuación claramente estructuradas y sistematizadas; que los elementos que la
componen hayan sido seleccionados previa e intencionadamente; y, por fin, que
posean una eficacia contrastada y suficiente para conseguir aquellos efectos para
los que han sido diseñados.
238
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Es muy posible que en muchas ocasiones esta polémica haya sido más
virtual que real y que, tras ella, sólo se parapeten otras intenciones casi siempre
ajenas a los naturales intereses de la metodología. El grado en el que ambas
orientaciones inspiren la programación de la intervención o la rotundidad con la
que se apele a una de las opciones pueden ser indicios valiosos siempre que esa
elección afecte a la eficacia de la intervención. En nuestro criterio, no se trataría
tanto de elegir entre una de las dos opciones tan radicalmente contrapuestas
como de ubicarse estratégicamente en cada una de ellas según la circunstancia.
Parecería más prudente decidir, en cada ocasión, un posicionamiento concreto en
el continuun definido por la contraposición de ambas concepciones. Esta
ubicación solo debería estar condicionada por el grado de eficacia que esta
decisión suponga. El fundamento conceptual en que se basa la metodología, los
objetivos que se pretenden, los campos donde se utilice la intervención y los
medios de acción, el movimiento en este caso, deberían ser, entre otros, los
factores que obligadamente debieran ser considerados. Atendiendo a estas dos
directrices metodológicas, J. Le Camus distingue dos grandes formas de entender
la metodología y su praxis313:
312
Le Boulch, Jean: El cuerpo en la escuela en el siglo XXI, Barcelona, INDE, 2001, p. 24.
313 Le Camus, Jean: “Les practiques psychomotrices en 1981: l’heure du renouvellement et de le
diversification”, Balletin de le Société francaise d’éducation et de reéducation psychomotrice, nº 52,
(1981), pp. 14-20.
240
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
314 Seisdedos Benito, Antonio: “Reflexiones sobre la educación psicomotriz”, Revista de Ciencias de la
Educación, nº 136, (1988), pp. 497-502.
241
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permitan deducir unos datos que serían más propios de la relación que
de la instrumentalidad. La expresión, la comunicación y la empatía
serán los materiales con los que se construirán las praxias expresivas y
simbólicas a las que fundamentalmente se recurrirá en las actividades
de este tipo de metodología. El conductismo y el psicoanálisis, por
utilizar también otros dos estereotipos, podrían ser los dos sistemas
que sirvieran de sustento teórico para la definición de ambas
perspectivas psicomotrices. Las propuestas metodológicas de B.
Cratty y la A. Lapierre, tan distantes entre sí, podrían representar cada
uno de estos dos polos divergentes315.
315 Cfr., Cratty, B.J.: Desarrollo perceptual y motor en los niños, Barcelona, Ed. Paidós, 1990; Lapierre,
André: Psicoanálisis y Análisis Corporal de la Relación, Bilbao, Ed. Desclée De Brouwer, 1997.
316 Pastor Pradillo, José Luis: Psicomotricidad escolar, Guadalajara, Universidad de Alcalá, 1994.
242
MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
Sin duda existen otras muchas más circunstancias que es necesario tener
en cuanta aunque, aquí, dudamos de la utilidad de hacer un catálogo exhaustivo
que, después, la práctica, en cada caso concreto, distorsiona u otorga
significaciones distintas. Lo verdaderamente importante es que el psicomotricista
conozca la existencia de estas variables y su incidencia en el desarrollo y eficacia
de la sesión, después, la reflexión sobre la práctica le evidenciará la relativa
trascendencia que, en cada momento, adquieren ya sea por la interpretación que
de ellos realicen los participantes en cada etapa evolutiva o proceso de
intervención como por la valoración y uso que de ellos, intencionalmente, realice
él mismo.
b. Recursos materiales
c. Instalaciones e infraestructura
243
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317 Harrow, A.: Taxonomía del ámbito psicomotror, Alcoy, Ed. Marfil, 1978, pp. 7-8.
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concepto global y unitario que debería cualificarle sino que parece que solo
sustituye la tradicional capacidad motriz, propia del paradigma dualista, por la
denominación de psicomotor negándola, al mismo tiempo, un carácter o
componente cognitivo o afectivo.
A. Construcción de la autopercepción:
1. Conocimiento de sí mismo:
1.1. Percepción de información:
1.1.1. Propioceptiva
1.1.2. Cinestésica
1.1.3. Interoceptiva
2. Esquema corporal:
2.1. Conocimiento topológico y morfológico:
2.1.1. Segmentario
2.1.2. Global
2.1.3. Cualitativo: dimensiones, peso, etc.
2.2. Conocimiento funcional:
2.2.1. Localización articular
2.2.2. Flexibilidad articular
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C. La relación:
1. Con el mundo de los objetos:
1.1. Búsqueda del objeto
1.2. Apropiación del objeto
1.3. Utilización del objeto:
1.3.1. Conductas transitivas
1.3.2. Conductas expresivas:
1.3.2.1. Simbólicas
1.3.2.2. Comunicativas
1.3.2.3. Como medio de socialización
1.3.2.4. Como mediador de comunicación
1.3.2.5. Como elemento transicional
2. Con el mundo de los demás:
2.1. Reconocimiento e interpretación de los fenómenos afectivo-
emocionales: propios y de los demás
2.2. Expresión de las emociones
2.3. Control emocional
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MOTRICIDAD: PERSPECTIVA PSICOMOTRICISTA DE LA INTERVENCIÓN
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