En este capítulo 5, el autor nos habla sobre el “espacio” y empieza
comentando la división de éste en sus tres dimensiones, pero hace referencia especial a la Ley de la diferenciación entre la línea y su entorno, algo muy interesante para el artista.
Divide la línea en tres tipos: línea objetual, que es unidimensional e
individual; líneas de sombreados, que se forman gracias a la ley de simplicidad, combinando varías líneas para formar una superficie coherente; y línea de contorno; pone como ejemplo principal el dibujo de un aro, para comentar la diferencia del espacio interior del aro y el circundante y habla sobre la percepción visual de ver un disco que sobresale del fondo.
A continuación habla de la dualidad por el contorno que se produce
cuando dos objetos comparten un mismo contorno o una parte solamente, produciéndose ambigüedades y la percepción puede ser reversible. Es algo muy utilizado por artistas surrealistas.
Un tema interesante es el de diferenciar la figura del fondo. El autor se
basa en teorías de Rubin, como que la convexidad se impone como figura a la concavidad, que la zona inferior también se impone o comentando las 2
diferencias de textura, tamaños y la importancia de la situación de cada
elemento y su movimiento, señalando varias cosas muy ambiguas. También habla sobre los niveles de profundidad diciendo que la percepción tiende a economizar y ver los mínimos niveles o planos posibles, o los más cómodos Esto aplicado a la pintura nos dice que hay que atender por igual al fondo y a la figura y relacionarlas debidamente jugando con todas las técnicas.
Los marcos también juegan un papel importante ya que hoy en día se
tiende a ver el marco como figura y la pared como fondo. El autor comenta el caso de las ventas de la edificación y su función de figura o fondo según su tamaño y el entorno del muro.
Seguidamente el autor hace un breve comentario acerca de la
importancia en el arte moderno de la concavidad en la escultura frente a la convexidad tradicional. El objetivo es crear un todo integrado: figura y fondo.
El autor nos dice que la percepción de la profundidad se deriva de la ley
de simplicidad, es decir que un esquema parecerá tridimensional cuando puede ser visto como proyección de una situación tridimensional que sea estructuralmente más simple que la bidimensional correspondiente. Después nos habla sobre la interposición de contorno resaltando que el contorno completo es el que prevalece y señalando que se producen ambigüedades al ver el esquema localmente o en su totalidad. También nos dice que la distancia entre el objeto da profundidad al esquema. 3
También está la transparencia que según el autor hay que crearla
atendiendo al contexto y jugando también con los relieves y la luminosidad a más luminosidad se tiende a ver la transparencia más por delante.
Un tema importante es el de las deformaciones definidas como cambio
de un objeto en su forma y en su armonía espacial. Implica una comparación de lo que es con lo que debería ser y obedece al principio de que un esquema parecerá tridimensional cuando pueda ser visto como proyección de una situación tridimensional que sea estrictamente más simple que la bidimensional correspondiente. La deformidad mas simple es la oblicuidad y también es importante saber que la perspectiva divergente revela las caras laterales de un objeto y la perspectiva divergente las oculta.