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INTRODUCCIÓN

Los metales pesados, metales cuyo peso específico sea mayor que 4.5 g/cm3, están presentes en
relativamente bajas concentraciones (en la corteza terrestre, los suelos y las plantas. La presencia
de concentraciones nocivas (anomalías) en los suelos es una degradación especial denominada
contaminación. Los elementos traza en los suelos pueden ser de origen geogénico o antropogénico.
Los elementos de origen geogénico proceden de la roca madre, de actividad volcánica, o de la
lixiviación de mineralizaciones. Los metales pesados antropogénicos derivan de residuos peligrosos,
procedentes de actividades industriales, minería e industria agrícola, y residuos sólidos urbanos
(RSU). Legalmente, se entiende por contaminación la producida por estos contaminantes. La
contaminación del suelo es hoy en día una de los temas ambientales más importantes para la
Sociedad y la Administración.

La caracterización, evaluación y remediación de un suelo contaminado es uno de los principales


retos ambientales por abordar en los próximos años. La peligrosidad de los contaminantes en los
suelos viene dada no sólo por su concentración total, sino especialmente por su disponibilidad. La
movilidad de los elementos traza depende de su especiación, y también está afectada por diversos
parámetros geoedáficos. En los últimos años se han obtenido diferentes aproximaciones a la
especiación de elementos traza usando métodos directos e indirectos. La biodisponibilidad de los
metales desde los suelos a las plantas y otros organismos y el riesgo para la salud siguen siendo
cuestiones por resolver.
1. EL SUELO

El suelo es la parte más superficial de la


litosfera y está constituido por una mezcla de
partículas minerales, materia orgánica, aire y
una disolución acuosa que rodea las partículas
edáficas.

La disolución acuosa del suelo actúa de


intermediaria entre la litosfera y los
organismos vivos, por lo que tienen una gran
importancia para el equilibrio químico y
biológico, debido a que contienen los solutos
necesarios para el desarrollo de la vegetación existente en el mismo.

Las principales causas por las que en la disolución acuosa del suelo se encuentren los iones son: la
lluvia, la descomposición de la materia orgánica, la meteorización mineral y los procesos de
intercambio iónico.

La meteorización química y mecánica de las rocas y la influencia de ciertos procesos microbiológicos


producen el suelo. La meteorización está controlada esencialmente por la energía solar, que regula
el ciclo del agua y alimenta los sistemas vivientes, y por circunstancias locales favorables (como la
topografía) y propiedades intrínsecas de las rocas (permeabilidad, alterabilidad). Después de un
largo periodo de meteorización, y bajo condiciones climáticas estables, el suelo puede alcanzar su
equilibrio. Pero cuando uno de los parámetros del sistema varía, el equilibrio se rompe. La
interacción con el Hombre, un componente singular de la biosfera, puede romper también el
equilibrio, debido a su uso (agricultura, industria, minería, ganadería, etc.). Este tipo de modificación
negativa del suelo se denomina normalmente degradación. La presencia en los suelos de
concentraciones nocivas de algunos elementos químicos y compuestos (contaminantes) es un tipo
especial de degradación que se denomina contaminación. El contaminante está siempre en
concentraciones mayores de las habituales (anomalías) y en general tiene un efecto adverso sobre
algunos organismos. Por su origen puede ser geogénico o antropogénico. Los primeros pueden
proceder de la propia roca madre en la que se formó el suelo, de la actividad volcánica o del lixiviado
de mineralizaciones. Por el contrario, los antropogénicos se producen por los residuos peligrosos
derivados de actividades industriales, agrícolas, mineras, etc. y de los residuos sólidos urbanos.
Desde un punto de vista legal, los contaminantes antropogénicos son los verdaderos
contaminantes.

La toxicidad de un elemento o compuesto químico es la capacidad que tiene ese material de afectar
adversamente alguna función biológica. Los materiales o compuestos tóxicos no tienen origen
biológico, excepto el caso particular de las toxinas que son compuestos tóxicos biogénicos.

a) PODER DEPURADOR DEL SUELO


El suelo actúa en general como una barrera protectora de otros medios más
sensibles (hidrológicos y biológicos), filtrando, descomponiendo,
neutralizando o almacenando contaminantes y evitando en gran parte su
biodisponibilidad. Esta capacidad depuradora de un suelo depende de los
contenidos en materia orgánica, carbonatos e hidróxidos de hierro y
manganeso, de la proporción y tipo de minerales de la arcilla, de la capacidad
de cambio catiónico del suelo, del pH y Eh, textura, permeabilidad y actividad
microbiana.
Por tanto, para cada situación, el poder depurador de un suelo tiene un
límite. Cuando se superan esos límites para una o varias sustancias, el suelo
funciona como contaminado y es fuente de contaminantes.

2. METALES PESADOS
Son los metales cuyo peso específico sea mayor que 4,5 g/cm3, y estén localizados entre los
números 22 al 34, 40 al 52 y 72 al 84, además de la serie lantánida y actinida, y tienen una
respuesta biológica específica. Los más comunes en suelos y aguas son Fe, Cu, Zn, Pb, Ni,
As, Hg, y Cd.
Los metales pesados constituyen un grupo de elementos traza de gran interés, ya que pese
a que aquellos resulten esenciales (Se, Cu, Zn), determinados niveles en el suelo pueden
resultar tóxicos para la salud de las poblaciones humanas y los ecosistemas naturales.
METALES PESADOS EN PLANTACIONES DE CACAO

 En las principales áreas de producción del Perú:


Zona Norte (Tumbes, Piura, Cajamarca y
Amazonas); Zona central (San Martín, Huánuco y
Junín); Zona Sur (Cuzco).
TRATAMIENTO DE SUELOS
CONTAMINADOS

Conocer los tipos


Primero se debe de contaminantes
caracterizar el presentes
suelo
LAS ESMECTITAS COMO ADSORBENTES DE PLAGUICIDAS Y
METALES PESADOS

Poseen propiedades adsorbentes


para diversos contaminantes.

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