Un grupo de madres celebra que el colegio cambie de clase a un niño con Asperger

Para muchos lo sucedido es algo que causa asombro, indignación, críticas, etc. ¿Porque será?

En este siglo se habla mucho de educación inclusiva y de diversidad, sustentado bajos leyes nacionales e
internacionales, pero sin embargo la realidad que se vivió en un colegio de Argentina es lo que se vive en
muchas aulas, en muchos países actualmente. Es ahí donde tenemos que partir y preguntarnos cual es la
falla. Y no solo de un grupo de madre, sino de una sociedad educativa que debe salir de lo teórico y
empezar a regir en lo práctico.

Por este motivo, para tratar el tema de la inclusión escolar, no solo hablamos de una estructura física, de
recursos humanos o materiales, o de un sistema educativo, se trata de un proceso en el que destacan
algunos factores fundamentales: como la información, toma de conciencia sobre la discapacidad y el uso
de modos, medios y formatos de comunicación aumentativos y alternativos apropiados, y de técnicas y
materiales educativos para apoyar a las personas con discapacidad, la identificación de las necesidades de
los alumnos, así como el conocimiento de sus fortalezas, es fundamental para la elaboración de unos
planes de trabajo y educación correspondientes y adecuados. Es necesario que el entorno y el programa
escolar se adapten al estudiante, no al contrario.

Con la puesta en marcha de una educación inclusiva para la diversidad se requiere la participación de
cada miembro en especial los centros educativos deben hacer regir las leyes a favor a los discapacitados,
capacitar a los docentes y padres de familia. La escuela es un reflejo del resto de la comunidad, en la que
conviven realidades muy distintas; si los niños aprenden en un entorno de diversidad lo viven como algo
natural, desarrollar actitudes y valores que fomenten la convivencia en la diversidad. El docente debe
tener los conocimientos y estrategias para desarrollar una educación inclusiva mediantes diferentes
técnicas y métodos que se adaten a cada estudiante como; la flexibilidad, la curiosidad por comprender su
punto de vista, la empatía, la paciencia, el buen humor y el respeto, son cualidades necesarias para
desarrollar una relación de confianza que sin duda van a contribuir positivamente en su desarrollo y
además, esto se verá reflejado en el resto de compañeros, contar con el apoyo del grupo de compañeros es
fundamental para que el niño tenga la motivación intelectual y social necesarias para aprender a
relacionarse con sus semejantes y así, contribuir al desarrollo de sus habilidades sociales. El profesor debe
supervisar y guiarlas interacciones del niño, con el objetivo de evitar que se desarrollen actitudes
negativas entre sus compañeros. Las nuevas tecnologías interactivas de la información y la comunicación
abren una

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inmensa cantidad de posibilidades que se concretan en el desarrollo de nuevos modelos pedagógicos en
formación, donde el profesor adquiere roles fundamentales como moderadores y tutores virtuales,
evaluador y seleccionador de tecnologías y los estudiantes tengan la capacidad de análisis, resolución de
problemas, capacidad de aprender y trabajar en grupo.
Los padres de familias deben ser modelo de sus hijos para que ellos imiten la comprensión, el respecto,
amor por los demás, la empatía y trasmitirla a sus hijos. Sabemos que todavía queda un largo camino por
recorrer de concienciación, para la inclusión. Pero mediante el apoyo y participación de todos los
miembros de la sociedad educativa cada día estaremos viviendo menos casos de discriminación en nuestra
aulas de clase y que todos los niños con o sin trastorno tenga una educación igualitaria, que los prejuicios,
egoísmo, apatías sean sentimientos del pasado y contribuyamos a una sociedad que todos queremos, una
sociedad en la que se valoran las habilidades sociales como ingrediente del éxito, donde se desarrolle
plenamente el potencial humano, el sentido de la dignidad, la autoestima, el respeto por los derechos
humanos, las libertades fundamentales y la diversidad humana.

Así, queda claro que la inclusión escolar no tiene solo que ver con el sistema educativo, necesita de la
implicación y la colaboración de familias, profesores, servicios específicos, de los compañeros de clase.

Inclusión significa respeto, empatía, flexibilidad, información, diversidad y apoyo

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