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¿Qué es la diabetes?

La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando el nivel de glucosa en la sangre,


también conocido como azúcar en la sangre, es demasiado alto. La glucosa en la sangre es la
principal fuente de energía y proviene de los alimentos. La insulina, una hormona que produce
el páncreas, ayuda a que la glucosa de los alimentos ingrese en las células para usarse como
energía. Algunas veces, el cuerpo no produce suficiente o no produce nada de insulina o no la
usa adecuadamente y la glucosa se queda en la sangre y no llega a las células.

Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas de salud. Aunque la
diabetes no tiene cura, la persona con diabetes puede tomar medidas para controlar su
enfermedad y mantenerse sana.

A veces las personas cuando tiene diabetes dicen que tienen “un poquito alto el azúcar” o que
tienen “prediabetes”. Estos términos nos hacen pensar que la persona realmente no tiene
diabetes o que su caso es menos grave. Sin embargo, todos los casos de diabetes son graves.

¿Cuáles son los diferentes tipos de diabetes?


Los principales tipos de diabetes son tipo 1, tipo 2 y la diabetes gestacional.

Diabetes tipo 1
Con la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina porque el sistema inmunitario ataca y
destruye las células del páncreas que la producen. Por lo general, se diagnostica la diabetes tipo
1 en niños y adultos jóvenes, aunque puede aparecer a cualquier edad. Las personas con
diabetes tipo 1 tienen que usar insulina todos los días para sobrevivir.

Diabetes tipo 2
Con la diabetes tipo 2, el cuerpo no produce o no usa la insulina adecuadamente. La diabetes
tipo 2 puede aparecer a cualquier edad, incluso durante la infancia. Sin embargo, este tipo de
diabetes se presenta con mayor frecuencia en las personas de mediana edad y en los ancianos.
Este es el tipo más común de diabetes.

Diabetes gestacional
La diabetes gestacional afecta a algunas mujeres durante el embarazo. La mayoría de las veces,
este tipo de diabetes desaparece después de que nazca el bebé. Sin embargo, cuando una mujer
ha tenido diabetes gestacional, tiene más probabilidad de sufrir de diabetes tipo 2 más adelante
en la vida. A veces, la diabetes que se diagnostica durante el embarazo es en realidad diabetes
tipo 2.

Otros tipos de diabetes


Otros tipos menos comunes de esta enfermedad incluyen la diabetes monogénica, que es una
forma hereditaria de diabetes y la diabetes relacionada con la fibrosis quística (PDF, 4.33 MB).
¿Qué tan frecuente es la diabetes?
Para el año 2015, 30.3 millones de personas en los Estados Unidos, es decir, el 9.4 por ciento
de la población, tenían diabetes. Más de 1 de cada 4 de estas personas no sabían que tenían la
enfermedad. La diabetes afecta a 1 de cada 4 personas mayores de 65 años de edad. Alrededor
del 90-95 por ciento de los casos en adultos corresponden a la diabetes tipo 2.1

¿Quién tiene más probabilidad de sufrir de


diabetes tipo 2?
Las personas que tienen más probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 son las que tienen más
de 45 años de edad, antecedentes familiares de diabetes o sobrepeso. La inactividad física, la
raza y ciertos problemas de salud, como la presión arterial alta, también afectan la probabilidad
de tener diabetes tipo 2. Además, la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 es mayor si se
tiene prediabetes o si se tuvo diabetes gestacional cuando estaba embarazada. Aprenda más
sobre los factores de riesgo de la diabetes tipo 2.

¿Qué problemas de salud pueden tener las


personas con diabetes?
Con el tiempo, los niveles altos de glucosa en la sangre causan problemas como:

 enfermedades del corazón


 accidentes cerebrovasculares
 enfermedades de los riñones
 problemas de los ojos
 enfermedades dentales
 lesiones en los nervios
 problemas de los pies

Las personas pueden tomar algunas medidas para reducir la probabilidad de tener
estos problemas de salud relacionados con la diabetes.

¿Qué es la diabetes?
Diabetes es la palabra utilizada comúnmente para identificar varios trastornos
metabólicos en los cuales el organismo no produce insulina, o no utiliza de modo
efectivo la insulina que produce.
Se caracteriza por niveles de azúcar en la sangre anormalmente altos. Se la conoce
como "diabetes mellitus": diabetes deriva de la palabra griega sifón, que describe la
sed excesiva y la micción frecuente que produce la enfermedad, y mellitus, que
significa miel en latín, debido a que la orina contiene azúcar y es dulce.
Esencialmente, la diabetes modifica el modo en que su organismo utiliza los alimentos.
La insulina es la clave del problema, puesto que la función de la insulina en el
organismo es ayudar a que la glucosa penetre en las células donde se utiliza para
producir energía.
La diabetes se caracteriza por una falta total o parcial de producción de insulina. Las
formas más comunes son la diabetes de tipo 1 y la diabetes de tipo 2. En ambos casos,
las personas tienen escasa o nula capacidad de movilizar el azúcar fuera del torrente
sanguíneo y hacia las células, donde se utiliza como combustible esencial del
organismo.

Síntomas y complicaciones
Los síntomas de la diabetes incluyen:

 Micción frecuente
 Exceso de apetito y/o sed
 Pérdida de peso
 Fatiga
 Embotamiento
 Llagas que cicatrizan lentamente
 Infecciones

Para el tratamiento, es fundamental que aprenda a manejar su diabetes de la


mejor manera. Un control deficiente de la misma puede conducir a un mayor
riesgo de:

 Enfermedades cardíacas
 Alta presión
 Accidente cerebro-vascular
 Insuficiencia renal
 Enfermedad periodontal
 Ceguera
 Infecciones en las piernas y pies

¿Es un trastorno habitual?

Según la Organización Mundial de la Salud, más de 175 millones de personas sufren de


diabetes en todo el mundo. De esta cifra, el 90% tiene diabetes tipo 2 y el 10%
diabetes tipo 1.

Hay tres tipos principales de diabetes:

Diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica que se trata con inyecciones de insulina.
Deben aplicarse todos los días y algunas personas necesitan múltiples inyecciones
diarias para mantener el control de la glucosa en sangre. Este tipo de diabetes se
desencadena cuando una "reacción autoinmune" destruye las células beta del
páncreas. Reacción autoinmune significa que el organismo crea anticuerpos contra sus
propias células. Como resultado, el páncreas deja de producir insulina, o no puede
producir la suficiente por sí mismo. El tratamiento consiste en inyecciones diarias de
insulina, junto con una alimentación saludable y actividad física regular.

Son síntomas de la diabetes tipo 1:

 Sed imperiosa
 Micción frecuente
 Azúcar en la orina
 Olor parecido a la acetona en el aliento
 Fatiga, debilidad, somnolencia
 Pérdida de peso excesiva en un período corto de tiempo, sin razón aparente

Pese a que se desconocen las causas de la diabetes, existen ciertos factores que
pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 1.

Los factores de riesgo de la diabetes tipo 1 incluyen:

 La raza u origen étnico (más común en gente de ascendencia caucásica)


 Uno de los padres tiene diabetes tipo 1

La diabetes tipo 1 afecta más a menudo a personas menores de 20 años. Antes se la


denominaba diabetes juvenil o Diabetes Mellitus Insulino-dependiente (DMID).

Diabetes tipo 2
La diabetes tipo 2 comprende varios trastornos que tienen diferentes causas y grados
de severidad. Es el tipo de diabetes más común.
A menudo, el páncreas de las personas con diabetes tipo 2 puede todavía elaborar su
propia insulina, pero el organismo no la utiliza con efectividad. Muchas personas
manejan esta diabetes simplemente siguiendo una dieta saludable y haciendo ejercicio
físico. En individuos con sobrepeso, mejora en función de la pérdida de peso, dieta
saludable y actividad física. Al progresar la enfermedad, puede ser que algunas
personas tengan que tomar medicación oral o inyecciones de insulina. El tipo 2 es más
común que el tipo 1. Aunque se desconocen las causas de la diabetes tipo 2, hay
ciertos factores de riesgo que pueden predisponer a algunas personas.

Los factores de riesgo de la diabetes tipo 2 incluyen:

 Edad (mayor de 45 años)


 Ser obeso o tener sobrepeso
 Historia familiar de diabetes
 Raza u origen étnico (de ascendencia nativa/indígena, africana, española o asiática)
 Haber dado a luz un niño con peso mayor a 4 kg
 Deterioro en la intolerancia a la glucosa
Los síntomas de la diabetes tipo 2 son los mismos de la diabetes tipo 1. Algunas
personas pueden experimentar cortes y magulladuras que tardan en curar, infecciones
recurrentes de las encías o de la orina, u hormigueo en manos y pies.
Otras denominaciones que se han utilizado previamente para la diabetes tipo 2 son
diabetes del adulto y Diabetes Mellitus no insulino-dependiente (DMNID).

Diabetes gestacional
Es otro tipo común de diabetes. Es un trastorno transitorio que ocurre durante el
embarazo, causado por la mayor exigencia sobre el páncreas. A menudo desaparece
luego del parto, pero puede reaparecer posteriormente. La diabetes gestacional afecta
entre un 2% y un 4% de los embarazos, con mayor riesgo de producirla en madre e
hijo. El riesgo de reaparición de la diabetes tipo 2 aumenta si la madre dio a luz un
niño cuyo peso es mayor a 4 kg al nacer.
El tratamiento consiste en dieta saludable, actividad física, y en algunos casos, terapia
con insulina.

¿Estoy en riesgo?
La diabetes es un trastorno que ocurre a nivel mundial. Las cifras de personas
afectadas varían de un lugar a otro y entre grupos étnicos. El riesgo de desarrollarla
depende de quién es usted, de cómo vive y dónde. La diabetes tipo 1 puede
desarrollarse a cualquier edad, aunque más a menudo aparece en la gente joven
(menores de 20 años), de contextura delgada, especialmente en los niños al comienzo
de la pubertad.
La diabetes tipo 2 afecta más a menudo a los individuos mayores de 45 años, con
sobrepeso y que tienen un bajo nivel de actividad física. Los datos sugieren que tanto
las características hereditarias como los factores ambientales tienen incidencia en la
aparición de la diabetes. La cantidad de personas a las que se les diagnosticó diabetes
se incrementó en los últimos años y continúa en aumento. La Organización Mundial de
la Salud (O.M.S.) estima que, a nivel mundial, habrá más de 300 millones de
diabéticos en 2025.

La diabetes ¿es hereditaria?


Los hijos de personas con diabetes tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes. El
riesgo es de aproximadamente 5% si uno de los padres tiene diabetes tipo 1, y más
alto (aproximadamente entre 11% y 13%) si uno de los padres tiene diabetes tipo 2.

Factores ambientales
En el desarrollo de la diabetes pueden incidir diferentes factores ambientales. Las
infecciones y la actividad del sistema inmunológico se cuentan entre esos factores. Una
mayor expectativa de vida en algunos países influye también en el aumento a nivel
mundial de personas diagnosticadas con diabetes tipo 2.

Tipos de diabetes
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Diabetes tipo 1
Definición
La diabetes tipo 1 es una de las enfermedades crónicas infantiles más frecuentes. Ocurre
porque el páncreas no fabrica suficiente cantidad de insulina.

Causas
Hasta hoy, se desconocen las causas exactas que dan origen a una diabetes tipo 1. Se sabe
que existen una serie de factores combinados entre sí:

 Factor genético. Se hereda la predisposición a tener diabetes, no la diabetes en sí.


Sólo el 13% de los niños y adolescentes con diabetes tienen un padre o hermano con
esta enfermedad. Sabemos que la causa no es totalmente debida a la herencia por los
estudios que se han realizado en gemelos idénticos. Cuando un gemelo tiene
diabetes tipo 1, sólo en la mitad de los casos el otro gemelo desarrollará la
enfermedad. Si la causa fuese únicamente genética, ambos gemelos desarrollarían
siempre la enfermedad.

 Autoinmunidad. Normalmente, el sistema inmune protege nuestro cuerpo, pero en


determinadas enfermedades como la diabetes, el lupus, artritis, etc., el sistema
inmune se vuelve contra nuestro cuerpo. En el caso de la diabetes, se produce una
reacción contra las células productoras de insulina. La forma de evidenciarlo en
sangre es midiendo los anticuerpos. Estos anticuerpos suelen desaparecer de la
sangre de forma progresiva después del diagnóstico de la diabetes.
 Daño ambiental. Este factor puede ser un virus, tóxicos, algo en la comida, o algo
que todavía desconocemos. Es el puente entre el factor genético y la autoinmunidad.

La forma de desarrollar la enfermedad sería la siguiente:


 Una persona hereda la predisposición a padecer diabetes.
 Esta tendencia puede permitir a un virus o a otro factor lesivo dañar a las células
beta.
 Las células beta dañadas al cambiar no son reconocidas y el cuerpo reacciona
produciendo anticuerpos contra parte de esas células.
 Se activan los glóbulos blancos que se dirigen al páncreas y lesionan más células
beta.

Sabemos que la mayoría de las personas que desarrollan diabetes no lo hacen de un día para
otro. Se trata de un proceso que puede durar años, incluso iniciarse desde el nacimiento.

Diabetes tipo 2
Definición
La diabetes tipo 2 es la forma de diabetes más
frecuente en personas mayores de 40 años. Se la conoce también como diabetes del adulto,
aunque está aumentando mucho su incidencia en adolescentes e incluso preadolescentes
con obesidad. En este tipo de diabetes la capacidad de producir insulina no desaparece pero
el cuerpo presenta una resistencia a esta hormona. En fases tempranas de la enfermedad, la
cantidad de insulinaproducida por el páncreas es normal o alta. Con el tiempo la producción
de insulina por parte del páncreas puede disminuir.

Causas
 Factor genético o hereditario. La diabetes tipo 2 tiene mayor riesgo hereditario que
la tipo 1. En casi todos los casos un padre o un abuelo tienen la enfermedad. En el
caso de gemelos idénticos, si uno tiene la enfermedad, el otro tiene un 80% de
posibilidades de desarrollarla.
 Estilo de vida. El 80% de las personas que desarrollan diabetes tipo 2 tienen
obesidad y no tienen una vida muy activa. El restante 20% a menudo tienen un
defecto hereditario que causa resistencia a la insulina.

Diagnóstico
Las personas con diabetes tipo 2 pueden estar años con la glucosa alta sin tener síntomas de
diabetes. Muchas veces el diagnóstico es casual al realizarse un análisis de sangre o de
orina por otro motivo. La poliuria, polidipsia, polifagia, fatiga y pérdida de peso
características de la diabetes tipo 1 también pueden estar presentes.

Tratamiento
Al igual que en la diabetes tipo 1 es importante que la familia aprenda lo máximo posible
de la enfermedad. Al comienzo de la diabetes ésta se podrá controlar en muchas personas
con cambios en el estilo de vida que incluyen una dieta normo o hipocalórica y ejercicio
físico diario. Es importante que los cambios en el estilo de vida se realicen en toda la
familia ya que así entre todos ayudaremos al adolescente o niño a aceptarlos mejor.
Los controles de glucemia capilar son muy importantes aunque no se esté
utilizando insulina como tratamiento. El mínimo recomendado son tres-cuatro al día. Los
objetivos serían tener una glucemia en ayunas < 120mg/dl y a las dos horas de las comidas
< 140mg/dl.
Si con estas medidas no se consigue tener un buen control metabólico se añadirán pastillas
(Antidiabéticos orales) o insulina. Existen diferentes tipos de antidiabéticos orales, los más
utilizados son:

 Metformina. Actúa reduciendo la liberación de glucosa del hígado. Puede ayudar a


perder peso ya que disminuye el apetito. Los principales efectos secundarios son
malestar de estómago, náuseas y diarrea.
 Pioglitazona. Aumenta la sensibilidad a la insulina. Sus principales efectos
secundarios son congestión nasal, dolor de cabeza, problemas hepáticos y ganancia
de peso.
 Sulfonilureas. Estimulan al páncreas para producir más insulina y por tanto tienen
riesgo de producir hipoglucemia.
 Repaglinida. Estimulan la liberación de insulina pancreática, se administran antes de
las comidas.
 Acarbosa. Retrasa la digestión de los hidratos de carbono. Puede producir
flatulencia y dolor abdominal.
 Inhibidores de DPP4, neutros respecto al peso y que ayudan a controlar los picos
de glucemia que se producen tras las comidas.
 Inhibidores SGLT2, que favorecen la eliminación de la glucosa por las vías
urinarias. Su mecanismo de acción hace que sean útiles combinados con otros
antidiabéticos orales que actúan a través de mecanismos diferentes.

La insulina es otra opción terapéutica en las personas con diabetes tipo 2. Si al debut de la
enfermedad hay cuerpos cetónicos se precisará tratamiento inicial con insulina. Durante
periodos de enfermedades intercurrentes, muchos diabéticos tipo 2 necesitarán pinchazos
de insulina. Según la enfermedad progresa muchas personas con diabetes tipo 2
precisarán insulina.
Agonistas de GLP-1: aunque también se inyectan, no son insulina. Están indicados cuando
se asocian obesidad y diabetes tipo 2 gracias a su efecto beneficioso sobre el peso. También
controlan los picos de glucosa que se producen tras la toma de alimentos.

Diferencias entre diabetes tipo 1 y 2


Los dos tipos de diabetes son muy diferentes.
En la diabetes tipo 2 se asocian dos alteraciones: una disminución de la acción de
la insulina, con una alteración de la función de la célula beta que inicialmente es capaz de
responder con un aumento de la producción de insulina (de ahí que los niveles de ésta estén
elevados o normales con el fin de compensar el déficit de su acción) pero posteriormente la
producción de insulina se va haciendo insuficiente.
Sin embargo en la diabetes tipo 1 la alteración se produce a nivel de las células beta, por
ello los niveles de insulina son muy bajos.
Por ese mismo motivo los niveles de péptido C (que se segrega junto a la insulina) son
normales o altos en la diabetes tipo 2 y en la tipo 1 suelen estar muy disminuidos.
Los anticuerpos antiinsulina, antiGAD, IA2 e ICAs son positivos en la diabetes tipo 1, en la
tipo 2 están ausentes.
La forma de debut de la enfermedad también es diferente. El 50% de los pacientes con
diabetes tipo 1 debutan con cetoacidosis, sólo el 25% de los tipo 2 lo hacen de este modo.

Otros tipos de diabetes


 Diabetes MODY (Maturity Onset Diabetes in the Young). Se produce por defectos
genéticos de las células beta. Existen diferentes tipos de diabetes MODY, hasta la
actualidad se han descrito 7. Se deben a un defecto en la secreción de insulina, no
afectándose su acción. Se heredan de manera autosómica dominante, por ello
cuando una persona tiene diabetes MODY es habitual que varios miembros de la
familia también la padezcan y en varias generaciones.
 Diabetes Relacionada con Fibrosis Quística (DRFQ). La fibrosis quística es una
enfermedad que afecta a múltiples órganos entre ellos al páncreas, esto conlleva que
se pueda desarrollar diabetes. El diagnóstico de la enfermedad se suele realizar en la
segunda década de la vida.
 Diabetes secundaria a medicamentos. Algunos medicamentos pueden alterar la
secreción o la acción de la insulina. Los glucocorticoides y los inmunosupresores
son algunos de ellos.
 Diabetes gestacional. Intolerancia a la glucosa que se produce durante el embarazo
que puede ser debida a múltiples causas.

Los tres principales tipos de diabetes son:

* La diabetes de tipo 1 (DM1)


* La diabetes de tipo 2 (DM2)
* Diabetes durante la gestación.

La DM1 aparece normalmente en niños y adultos jóvenes y es considerada una enfermedad


autoinmune. Una enfermedad autoinmune ocurre cuando el sistema que combate las
infecciones del organismo (el sistema inmunológico) se vuelve contra una de las partes del
mismo. En la DM1 el sistema inmunológico ataca y destruye las células beta en el páncreas
que producen la insulina. El páncreas produce entonces muy poca o nada de insulina,
evitando así que las células tomen el azúcar de la sangre. Una persona con diabetes de tipo
1 requiere inyecciones de insulina diariamente para poder vivir. También necesita seguir
una dieta estricta y vigilar sus niveles de azúcar en la sangre.

Los síntomas incluyen un incremento de sed y frecuencia de orinar, hambre continua,


pérdida de peso, visión borrosa y cansancio extremo. Si no se le diagnostica y trata con
insulina, una persona puede caer en estado de coma el cual podría poner su vida en peligro.

La DM2 es la forma más común. Aproximadamente del 90 al 95 por ciento de las personas
con diabetes tienen la diabetes de tipo 2. Esta forma de diabetes normalmente se desarrolla
en los adultos mayores de 40 años y es aun más común entre los adultos mayores de 55 años
de edad. Cerca del 80% de las personas con DM2 tienen exceso de peso.

En el caso de la DM2 , el páncreas normalmente produce insulina pero por alguna razón el
organismo no puede usarla eficazmente. El resultado fes la acumulación perjudicial de
glucosa en la sangre y la incapacidad del organismo de usar eficientemente su principal
fuente de energía.

Los síntomas de la DM2 normalmente se desarrollan gradualmente y no son tan evidentes


como los de la DM1. Los síntomas incluyen sentirse cansado o enfermo, orinar con
frecuencia (especialmente en las noches), sed extrema, pérdida de peso, visión borrosa,
infecciones frecuentes, etc..

La diabetes durante la gestación se desarrolla o se descubre en el embarazo. Este tipo de


diabetes desaparece después del embarazo pero las mujeres que tuvieron diabetes durante
la gestación tienen mayor riesgo de desarrollar la DM2 en el futuro. La diabetes durante la
gestación ocurre en el 2 al 5% de los embarazos y tiene tasas más altas entre las
afroamericanas, hispanas / latinoamericanas e indias americanas.

Diagnóstico

Con frecuencia, los síntomas de la diabetes tipo 1 aparecen de forma repentina y


son la causa de control del nivel de azúcar en sangre. Dado que los síntomas de
otros tipos de diabetes y prediabetes se manifiestan de forma más gradual y no
son evidentes, la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes
Association, ADA) ha recomendado pautas para la detección. La ADA recomienda
que se realicen análisis para la detección de diabetes en las siguientes personas:

 Cualquier persona con un índice de masa corporal superior a 25,


independientemente de su edad, que tenga factores de riesgo adicionales,
como presión arterial alta, estilo de vida sedentario, antecedentes de
síndrome de ovario poliquístico, haber dado a luz a un bebé que pesó más de
9 libras (4 kilos), antecedentes de diabetes durante el embarazo, niveles altos
de colesterol, antecedentes de enfermedad cardíaca y tener un pariente
cercano con diabetes.

 Se aconseja que cualquier persona mayor de 45 años se realice un


análisis para la detección inicial de azúcar en sangre, y después, si los
resultados son normales, hacer controles cada tres años a partir de entonces.

Pruebas para la diabetes tipo 1 y tipo 2 y la prediabetes

 Prueba de glucohemoglobina (A1C). Este análisis de sangre indica el nivel


promedio de azúcar en la sangre de los últimos 2 o 3 meses. Mide el
porcentaje de azúcar en sangre unido a la hemoglobina, la proteína que
transporta el oxígeno en los glóbulos rojos. Cuanto más alto sea el nivel de
azúcar en sangre, mayor será la cantidad de hemoglobina con azúcar. Un
nivel de A1C de 6,5 por ciento o más en dos análisis separados indica que
tienes diabetes. Un nivel de A1C de 5,7 a 6,4 por ciento indica prediabetes.
Un nivel por debajo de 5,7 se considera normal.

Si los resultados de la prueba de A1C no son coherentes, si no puedes hacerte la


prueba o si tienes algún trastorno que hace que la prueba de A1C sea imprecisa
—por ejemplo, si estás embarazada o si tienes una forma poco frecuente de
hemoglobina (llamada «variante de hemoglobina»)—, tu médico puede solicitar las
siguientes pruebas para diagnosticar la diabetes:

 Examen aleatorio de azúcar en la sangre. Se tomará una muestra de


sangre en un horario al azar. Sin importar cuándo hayas comido por última
vez, un nivel de azúcar en sangre aleatorio de 200 mg/dL (miligramos por
decilitro) u 11,1 mmol/L (milimoles por litro) o más sugiere diabetes.

 Prueba de azúcar en sangre en ayunas. Se tomará una muestra de sangre


tras una noche de ayuno. Un nivel de azúcar en sangre en ayunas menor que
100 mg/dL (5,6 mmol/L) es normal. Un nivel de azúcar en sangre en ayunas
entre 100 y 125 mg/dL (5,6 a 6,9 mmol/L) se considera prediabetes. Si el
resultado es 126 mg/dL (7 mmol/L) o más en dos análisis distintos, tienes
diabetes.

 Prueba de tolerancia a la glucosa oral. Para esta prueba, debes ayunar


durante la noche, y se mide el nivel de azúcar en sangre en ayunas. Luego,
debes tomar un líquido azucarado, y se mide el nivel de azúcar en sangre
periódicamente durante las siguientes dos horas. Un nivel de azúcar en
sangre inferior a 140 mg/dL (7,8 mmol/L) es normal. Un resultado de más de
200 mg/dL (11,1 mmol/L) después de dos horas indica diabetes. Un resultado
de entre 140 y 199 mg/dL (7,8 y 11,0 mmol/L) indica prediabetes.

Si se sospecha de diabetes tipo 1, se analizará la orina para detectar la presencia


de un derivado que se produce cuando el tejido muscular y graso se utilizan para
obtener energía porque el cuerpo no tiene suficiente insulina para utilizar la
glucosa disponible (cuerpos cetónicos). El médico probablemente también hará un
análisis para determinar si tienes células destructivas del sistema inmunitario
asociadas con la diabetes tipo 1, denominadas «anticuerpos».

Pruebas para la diabetes gestacional

Probablemente tu médico evaluará tus factores de riesgo de diabetes gestacional


al comienzo de tu embarazo:

 Si tu riesgo de tener diabetes gestacional es alto, por ejemplo, si eres


obesa al inicio de tu embarazo, si tuviste diabetes gestacional durante un
embarazo previo o si tu madre, padre, hermano, hermana, hijo o hija tiene
diabetes, tu médico podría realizar los exámenes para detección de diabetes
en tu primera visita prenatal.

 Si tienes un riesgo promedio de padecer diabetes


gestacional, probablemente te realicen un examen para la detección durante
el segundo trimestre, por lo general, entre las semanas 24 y 28 de embarazo.

El médico puede usar los siguientes análisis para la detección:

 Prueba de tolerancia a la glucosa inicial. Comenzarás la prueba de


tolerancia a la glucosa bebiendo una solución de glucosa en jarabe. Una hora
más tarde, te realizarán un análisis de sangre para medir tu nivel de azúcar
en sangre. En una prueba de tolerancia a la glucosa, un nivel de azúcar en
sangre por debajo de 140 mg/dL (7,2 a 7,8 mmol/L) en general es
considerado normal, aunque esto podría variar según la clínica o el
laboratorio. Si tu nivel de azúcar en sangre es mayor de lo normal, esto
significa que tienes un riesgo más alto de tener diabetes gestacional. Tu
médico solicitará un análisis de seguimiento para determinar si tienes
diabetes gestacional.

 Prueba de tolerancia a la glucosa de seguimiento. Para el análisis de


seguimiento, se te pedirá que ayunes toda la noche, y luego medirán tu nivel
de azúcar en sangre en ayunas. Después beberás otra solución dulce —que
contenga una concentración de glucosa más alta— y controlarán tu nivel de
azúcar en sangre cada hora por un período de tres horas. Si por lo menos
dos de los resultados de azúcar en sangre son más altos de los valores
normales establecidos para cada una de las tres horas de la prueba, te
diagnosticarán diabetes gestacional.

Tests for type 1 and type 2 diabetes and prediabetes

 Glycated hemoglobin (A1C) test. This blood test, which doesn't require
fasting, indicates your average blood sugar level for the past two to three
months. It measures the percentage of blood sugar attached to hemoglobin,
the oxygen-carrying protein in red blood cells.

The higher your blood sugar levels, the more hemoglobin you'll have with
sugar attached. An A1C level of 6.5 percent or higher on two separate tests
indicates that you have diabetes. An A1C between 5.7 and 6.4 percent
indicates prediabetes. Below 5.7 is considered normal.

If the A1C test results aren't consistent, the test isn't available, or you have certain
conditions that can make the A1C test inaccurate — such as if you're pregnant or
have an uncommon form of hemoglobin (known as a hemoglobin variant) — your
doctor may use the following tests to diagnose diabetes:

 Random blood sugar test. A blood sample will be taken at a random time.
Regardless of when you last ate, a random blood sugar level of 200
milligrams per deciliter (mg/dL) — 11.1 millimoles per liter (mmol/L) — or
higher suggests diabetes.

 Fasting blood sugar test. A blood sample will be taken after an overnight
fast. A fasting blood sugar level less than 100 mg/dL (5.6 mmol/L) is normal.
A fasting blood sugar level from 100 to 125 mg/dL (5.6 to 6.9 mmol/L) is
considered prediabetes. If it's 126 mg/dL (7 mmol/L) or higher on two
separate tests, you have diabetes.
 Oral glucose tolerance test. For this test, you fast overnight, and the fasting
blood sugar level is measured. Then you drink a sugary liquid, and blood
sugar levels are tested periodically for the next two hours.

A blood sugar level less than 140 mg/dL (7.8 mmol/L) is normal. A reading of
more than 200 mg/dL (11.1 mmol/L) after two hours indicates diabetes. A
reading between 140 and 199 mg/dL (7.8 mmol/L and 11.0 mmol/L) indicates
prediabetes.

If type 1 diabetes is suspected, your urine will be tested to look for the presence of
a byproduct produced when muscle and fat tissue are used for energy because the
body doesn't have enough insulin to use the available glucose (ketones). Your
doctor will also likely run a test to see if you have the destructive immune system
cells associated with type 1 diabetes called autoantibodies.

Tests for gestational diabetes

Your doctor will likely evaluate your risk factors for gestational diabetes early in
your pregnancy:

 If you're at high risk of gestational diabetes — for example, if you were


obese at the start of your pregnancy; you had gestational diabetes during a
previous pregnancy; or you have a mother, father, sibling or child with
diabetes — your doctor may test for diabetes at your first prenatal visit.

 If you're at average risk of gestational diabetes, you'll likely have a


screening test for gestational diabetes sometime during your second trimester
— typically between 24 and 28 weeks of pregnancy.

Your doctor may use the following screening tests:

 Initial glucose challenge test. You'll begin the glucose challenge test by
drinking a syrupy glucose solution. One hour later, you'll have a blood test to
measure your blood sugar level. A blood sugar level below 140 mg/dL (7.8
mmol/L) is usually considered normal on a glucose challenge test, although
this may vary at specific clinics or labs.
If your blood sugar level is higher than normal, it only means you have a
higher risk of gestational diabetes. Your doctor will order a follow-up test to
determine if you have gestational diabetes.

 Follow-up glucose tolerance testing. For the follow-up test, you'll be asked
to fast overnight and then have your fasting blood sugar level measured.
Then you'll drink another sweet solution — this one containing a higher
concentration of glucose — and your blood sugar level will be checked every
hour for a period of three hours.

If at least two of the blood sugar readings are higher than the normal values
established for each of the three hours of the test, you'll be diagnosed with
gestational diabetes.

Tratamiento

Según qué tipo de diabetes tengas, el control del azúcar en sangre, la insulina y la
medicación oral pueden desempeñar un papel importante en tu tratamiento.
Mantener una dieta saludable y un peso saludable, así como realizar actividad
física regularmente también son factores claves en el tratamiento de la diabetes.

Tratamientos para todos los tipos de diabetes

Mantener un peso saludable a través de una dieta saludable y del ejercicio diario
tiene un papel importante en el tratamiento de la diabetes, así como en tu salud
general:

 Alimentación saludable. Contrariamente a la creencia popular, no existe


una dieta específica para la diabetes. Deberás focalizar tu dieta en consumir
más frutas, vegetales y cereales integrales —alimentos que son ricos en
nutrientes y en fibras, pero tienen un bajo contenido de grasas y de
calorías— y en reducir el consumo de productos animales, hidratos de
carbono refinados y dulces. De hecho, es el mejor plan de alimentación para
toda la familia. Está bien consumir alimentos con azúcar cada tanto, siempre
que se los cuente como parte del plan de alimentación.

Aun así, entender qué comer y en qué cantidades puede ser un desafío. Un
dietista matriculado puede ayudarte a armar una dieta acorde a tus objetivos
de salud, preferencias alimentarias y estilo de vida. Es probable que
comprenda el recuento de hidratos de carbono, en especial, si tienes
diabetes tipo 1.

 Actividad física. Todos necesitan realizar ejercicio aeróbico con frecuencia,


y las personas que tienen diabetes no son la excepción. El ejercicio
disminuye el nivel de azúcar en sangre al transferir el azúcar a las células,
donde se utiliza para producir energía. El ejercicio también aumenta la
sensibilidad a la insulina, lo que significa que el organismo necesita menos
insulina para transferir el azúcar a las células. Consigue la aprobación del
médico antes de hacer ejercicio. Después elige actividades que disfrutes,
como caminar, nadar o andar en bicicleta. Lo más importante es hacer que la
actividad física sea parte de tu rutina diaria. Intenta hacer por lo menos
30 minutos de ejercicio o más la mayoría de los días de la semana. Si no has
estado activo durante un tiempo, comienza de forma lenta e incrementa el
ritmo de manera gradual.

Tratamientos para la diabetes tipo 1 y tipo 2

El tratamiento para la diabetes tipo 1 supone la colocación de inyecciones de


insulina o la utilización de una bomba de insulina, controles de azúcar en sangre
frecuentes y el recuento de hidratos de carbono. El tratamiento para la diabetes
tipo 2 supone, ante todo, el control del azúcar en sangre, junto con la
administración de medicamentos contra la diabetes, insulina, o ambos.

 Control del azúcar en sangre. Según tu plan de tratamiento, puede que


tengas que controlar y registrar el nivel de azúcar en sangre entre varias
veces a la semana y unas cuatro u ocho veces al día. Un control minucioso
es la única forma de asegurarte de que tu nivel de azúcar en sangre
permanezca dentro de los límites deseados. Las personas que reciben un
tratamiento con insulina pueden elegir verificar su nivel de azúcar en sangre
con un control continuo de glucosa. Aunque esta tecnología aún no remplaza
al medidor de glucosa, puede proporcionar información importante sobre las
tendencias en el nivel de azúcar en sangre.

Incluso con un tratamiento cauteloso, el nivel de azúcar en sangre puede


cambiar de manera impredecible. Con la ayuda del equipo para el tratamiento
de la diabetes, aprenderás cómo cambia tu nivel de azúcar en sangre en
respuesta a los alimentos, la actividad física, los medicamentos, las
enfermedades, el alcohol y el estrés (y, en las mujeres, los cambios
hormonales).

Además de controlar a diario el azúcar en sangre, es posible que el médico te


recomiende que te realices la prueba de A1C de forma regular para medir el
nivel de azúcar en sangre promedio en los últimos dos o tres meses. Al
comparar este nivel con los análisis reiterados diarios de azúcar en sangre, la
prueba de A1C indica el grado de eficacia general de tu plan de tratamiento
para la diabetes. Un nivel alto de A1C puede indicar que tienes que cambiar
tu régimen de insulina o de alimentos. El objetivo del nivel de A1C puede
variar según tu edad y varios otros factores. Sin embargo, para la mayoría de
las personas que tienen diabetes, la Asociación Americana de la Diabetes
(American Diabetes Association) recomienda un nivel menor al 7 por ciento
para la prueba de A1C. Pregúntale a tu médico cuál es tu objetivo para la
prueba de A1C.

 Insulina. Las personas que tienen diabetes tipo 1 necesitan terapia con
insulina para sobrevivir. Muchas personas que tienen diabetes tipo 2 o
diabetes gestacional también necesitan terapia con insulina.

Se encuentran disponibles muchos tipos de insulina, como la insulina de


acción rápida, la de acción prolongada y otras opciones intermedias. Según
lo que necesites, el médico puede recetarte una combinación de tipos de
insulina para usar a lo largo del día y de la noche.

La insulina no puede tomarse por vía oral para bajar el azúcar de la sangre
porque las enzimas del estómago obstaculizan su acción. A menudo, la
insulina se inyecta utilizando una jeringa y una aguja fina o con un inyector de
insulina (un aparato que se asemeja a un bolígrafo).

Una bomba de insulina puede ser otra opción. La bomba de insulina es un


dispositivo de tamaño similar al de un teléfono móvil que se usa fuera del
cuerpo. Un tubo conecta el depósito de insulina a un catéter que se coloca
debajo de la piel del abdomen. También se encuentra disponible una bomba
sin tubo que funciona de forma inalámbrica. Programas la bomba para que
dosifique cantidades de insulina específicas. Puede ajustarse para que envíe
más o menos cantidad de insulina según los alimentos que se ingieren, el
nivel de actividad y el nivel de azúcar en sangre.

Un nuevo enfoque de tratamiento, que aún no está disponible, es el


suministro de insulina a través de un circuito cerrado, que también se conoce
como «páncreas artificial». Este sistema conecta un medidor de glucosa
continuo a una bomba de insulina. El dispositivo libera automáticamente la
cantidad correcta de insulina cuando el medidor indica la necesidad. Existen
varias versiones diferentes de páncreas artificiales, y los ensayos clínicos han
arrojado resultados alentadores. Se necesita más investigación antes de que
un páncreas artificial totalmente funcional pueda recibir la autorización
reglamentaria.

Sin embargo, el primer paso hacia la implementación del páncreas artificial se


aprobó en 2013. Al combinar un medidor de glucosa continuo con una bomba
de insulina, este sistema suspende la liberación de insulina cuando el nivel
de azúcar en sangre baja demasiado. Los estudios sobre el dispositivo
descubrieron que podría prevenir la disminución del nivel de azúcar en
sangre durante la noche sin aumentarlo significativamente a la mañana.

 Medicación oral y otros medicamentos. En ocasiones, también se recetan


otros medicamentos por vía oral o con inyecciones. Algunos medicamentos
contra la diabetes estimulan el páncreas para que produzca y libere más
insulina. Otros inhiben la producción y la liberación de glucosa del hígado, lo
que significa que necesitarás menos insulina para transportar la glucosa a las
células. Incluso, otros bloquean la acción del estómago o de las enzimas
intestinales que se encargan de la descomposición de los hidratos de
carbono, o hacen que los tejidos estén más sensibles a la insulina. La
metformina (Glucophage, Glumetza u otros) es, por lo general, el primer
medicamento recetado para la diabetes tipo 2.

 Trasplante. El trasplante de páncreas puede ser una opción para algunos


pacientes que tienen diabetes tipo 1. También se están realizando estudios
sobre el trasplante de islotes. Con un trasplante de páncreas exitoso, ya no
necesitarías una terapia con insulina. Sin embargo, los trasplantes no
siempre son exitosos, y estos procedimientos representan riesgos graves.
Necesitarás medicamentos inmunodepresores para el resto de la vida con el
fin de evitar que rechaces el órgano. Estos medicamentos pueden tener
efectos secundarios graves, como un riesgo alto de tener infecciones,
lesiones en los órganos o cáncer. Debido a que los efectos secundarios
pueden ser más peligrosos que la propia diabetes, los trasplantes se
reservan, por lo general, para las personas cuya diabetes no puede
controlarse o para aquellas que también necesitan un trasplante de riñón.

 Cirugía bariátrica. Aunque no se la considera específicamente un


tratamiento para la diabetes tipo 2, las personas que tienen este tipo de
diabetes y que también tienen un índice de masa corporal superior a 35
pueden beneficiarse con este tipo de cirugía. Las personas que se
sometieron a un bypass gástrico notaron mejoras significativas en el nivel de
azúcar en sangre. Sin embargo, todavía se desconocen los riesgos a largo
plazo de este procedimiento y los beneficios para los pacientes que tienen
diabetes tipo 2.

Tratamiento para la diabetes gestacional

Es fundamental controlar el nivel de azúcar en sangre para mantener a tu bebé


saludable y evitar complicaciones durante el parto. Además de llevar una dieta
saludable y realizar ejercicio, tu plan de tratamiento puede comprender el control
de azúcar en sangre y, en algunos casos, el uso de insulina o de medicamentos
orales.

Tu proveedor de atención médica también controlará el nivel de azúcar en sangre


durante el trabajo de parto. Si tu nivel de azúcar en sangre aumenta, el bebé
puede liberar niveles de insulina altos, lo que puede provocar que tenga un nivel
de azúcar en sangre bajo inmediatamente después de haber nacido.

Tratamiento para la prediabetes

Si tienes prediabetes, las elecciones de un estilo de vida saludable pueden


ayudarte a disminuir el nivel de azúcar en sangre hasta alcanzar niveles normales
o, al menos, evitar que aumente hasta los niveles observados en la diabetes
tipo 2. Mantener un peso saludable a través del ejercicio o de una alimentación
saludable puede ayudar. Hacer ejercicio, por lo menos, 150 minutos a la semana y
perder del 5 al 10 por ciento de tu peso corporal puede prevenir o retrasar la
diabetes tipo 2.
A veces, los medicamentos —como la metformina (Glucophage, Glumetza y
otros)— también son una opción si tienes un riesgo alto de padecer diabetes,
como cuando la prediabetes empeora o cuando tienes una enfermedad
cardiovascular, hígado graso o el síndrome de ovario poliquístico.

En otros casos, se necesitan medicamentos para controlar el colesterol —en


particular, las estatinas— y para la presión arterial alta. El médico puede recetarte
una dosis baja de aspirina para ayudarte a prevenir las enfermedades
cardiovasculares si tu riesgo de padecerlas es alto. Sin embargo, la elección de un
estilo de vida saludable es fundamental.

Signos de problemas en cualquier tipo de diabetes

Debido a que son muchos los factores que pueden afectar el azúcar en sangre,
pueden surgir problemas que necesiten atención médica inmediata, como los
siguientes:

 Nivel de azúcar en sangre alto (hiperglucemia). El nivel de azúcar en


sangre puede aumentar por muchas razones, a modo de ejemplo, por comer
demasiado, por estar enfermo o por no tomar suficientes medicamentos para
bajar la glucosa. Controla el nivel de azúcar en sangre según lo indicado por
el médico y presta atención a los signos y síntomas de aumento de esos
niveles: necesidad de orinar a menudo, aumento de la sed, sequedad de
boca, visión borrosa, fatiga y náuseas. Si tienes hiperglucemia, tendrás que
hacer ajustes en tu dieta, en los medicamentos o en ambos.

 Aumento de los cuerpos cetónicos en la orina (cetoacidosis


diabética). Si las células carecen de energía, el cuerpo puede comenzar a
descomponer las grasas. Esto produce ácidos tóxicos conocidos como
«cuerpos cetónicos». Presta atención a la pérdida de apetito, la debilidad, los
vómitos, la fiebre, el dolor de estómago, y un aliento dulce y afrutado. Puedes
verificar si tu orina posee exceso de cuerpos cetónicos utilizando un kit de
análisis de venta libre. Si tienes grandes cantidades de cuerpos cetónicos en
la orina, consulta con el médico de inmediato o busca atención de urgencia.
Este trastorno es más frecuente en pacientes con diabetes tipo 1.

 Síndrome hiperglucémico hiperosmolar no cetósico. Los signos y


síntomas de este trastorno que pone en riesgo la vida son un valor de azúcar
en sangre de más de 600 mg/dL (33,3 mmol/L), sequedad de boca, sed
extrema, fiebre, somnolencia, desorientación, pérdida de la visión y
alucinaciones. El síndrome hiperosmolar se produce por tener niveles
altísimos de azúcar en sangre que la tornan espesa y viscosa. Este trastorno
suele ser más frecuente en pacientes que tienen diabetes tipo 2 y, a menudo,
está precedido por una enfermedad. Llama a tu médico o busca atención
médica de inmediato si tienes los signos o síntomas de esta enfermedad.

 Bajo nivel de azúcar en sangre (hipoglucemia). Cuando el azúcar en


sangre alcanza niveles por debajo del deseado, se denomina
«hipoglucemia». El nivel de azúcar en sangre puede bajar por muchas
razones, entre ellas, saltarte una comida y hacer más actividad física de lo
normal. Sin embargo, es más probable que tengas hipoglucemia cuando
tomas medicamentos para bajar la glucosa que promueven la secreción de
insulina por parte del páncreas o si haces una terapia con insulina. Controla
el nivel de azúcar en sangre regularmente y presta atención a los signos y
síntomas del azúcar en sangre bajo: sudoración, temblores, debilidad,
hambre, mareos, dolor de cabeza, visión borrosa, palpitaciones cardíacas,
irritabilidad, balbuceo, somnolencia, desorientación, desmayos y
convulsiones. Los niveles bajos de azúcar se tratan con hidratos de carbono
de rápida absorción, como los jugos de fruta y las tabletas de glucosa.

Treatments for all types of diabetes

An important part of managing diabetes — as well as your overall health — is


maintaining a healthy weight through a healthy diet and exercise plan:

 Healthy eating. Contrary to popular perception, there's no specific diabetes


diet. You'll need to center your diet on more fruits, vegetables, lean proteins
and whole grains — foods that are high in nutrition and fiber and low in fat
and calories — and cut down on saturated fats, refined carbohydrates and
sweets. In fact, it's the best eating plan for the entire family. Sugary foods are
OK once in a while, as long as they're counted as part of your meal plan.

Yet understanding what and how much to eat can be a challenge. A


registered dietitian can help you create a meal plan that fits your health goals,
food preferences and lifestyle. This will likely include carbohydrate counting,
especially if you have type 1 diabetes.
 Physical activity. Everyone needs regular aerobic exercise, and people who
have diabetes are no exception. Exercise lowers your blood sugar level by
moving sugar into your cells, where it's used for energy. Exercise also
increases your sensitivity to insulin, which means your body needs less insulin
to transport sugar to your cells.

Get your doctor's OK to exercise. Then choose activities you enjoy, such as
walking, swimming or biking. What's most important is making physical
activity part of your daily routine.

Aim for at least 30 minutes or more of aerobic exercise most days of the
week. Bouts of activity can be as brief as 10 minutes, three times a day. If you
haven't been active for a while, start slowly and build up gradually.

Treatments for type 1 and type 2 diabetes

Treatment for type 1 diabetes involves insulin injections or the use of an insulin
pump, frequent blood sugar checks, and carbohydrate counting. Treatment of type
2 diabetes primarily involves lifestyle changes, monitoring of your blood sugar,
along with diabetes medications, insulin or both.

 Monitoring your blood sugar. Depending on your treatment plan, you may
check and record your blood sugar as many as four times a day or more often
if you're taking insulin. Careful monitoring is the only way to make sure that
your blood sugar level remains within your target range. People with type 2
diabetes who aren't taking insulin generally check their blood sugar much less
frequently.

People who receive insulin therapy also may choose to monitor their blood
sugar levels with a continuous glucose monitor. Although this technology
hasn't yet completely replaced the glucose meter, it can significantly reduce
the number of fingersticks necessary to check blood sugar and provide
important information about trends in blood sugar levels.

Even with careful management, blood sugar levels can sometimes change
unpredictably. With help from your diabetes treatment team, you'll learn how
your blood sugar level changes in response to food, physical activity,
medications, illness, alcohol, stress — and for women, fluctuations in
hormone levels.

In addition to daily blood sugar monitoring, your doctor will likely recommend
regular A1C testing to measure your average blood sugar level for the past
two to three months.

Compared with repeated daily blood sugar tests, A1C testing better indicates
how well your diabetes treatment plan is working overall. An elevated A1C
level may signal the need for a change in your oral medication, insulin
regimen or meal plan.

Your target A1C goal may vary depending on your age and various other
factors, such as other medical conditions you may have. However, for most
people with diabetes, the American Diabetes Association recommends an
A1C of below 7 percent. Ask your doctor what your A1C target is.

 Insulin. People with type 1 diabetes need insulin therapy to survive. Many
people with type 2 diabetes or gestational diabetes also need insulin therapy.

Many types of insulin are available, including rapid-acting insulin, long-acting


insulin and intermediate options. Depending on your needs, your doctor may
prescribe a mixture of insulin types to use throughout the day and night.

Insulin can't be taken orally to lower blood sugar because stomach enzymes
interfere with insulin's action. Often insulin is injected using a fine needle and
syringe or an insulin pen — a device that looks like a large ink pen.

An insulin pump also may be an option. The pump is a device about the size
of a cellphone worn on the outside of your body. A tube connects the
reservoir of insulin to a catheter that's inserted under the skin of your
abdomen.

A tubeless pump that works wirelessly also is now available. You program an
insulin pump to dispense specific amounts of insulin. It can be adjusted to
deliver more or less insulin depending on meals, activity level and blood sugar
level.

An emerging treatment approach, not yet available, is closed loop insulin


delivery, also known as the artificial pancreas. It links a continuous glucose
monitor to an insulin pump, and automatically delivers the correct amount of
insulin when needed.

There are a number of versions of the artificial pancreas, and clinical trials
have had encouraging results. More research needs to be done before a fully
functional artificial pancreas receives regulatory approval.

However, progress has been made toward an artificial pancreas. In 2016, an


insulin pump combined with a continuous glucose monitor and a computer
algorithm was approved by the Food and Drug Administration. However, the
user still needs to tell the machine how many carbohydrates will be eaten.

 Oral or other medications. Sometimes other oral or injected medications are


prescribed as well. Some diabetes medications stimulate your pancreas to
produce and release more insulin. Others inhibit the production and release of
glucose from your liver, which means you need less insulin to transport sugar
into your cells.

Still others block the action of stomach or intestinal enzymes that break down
carbohydrates or make your tissues more sensitive to insulin. Metformin
(Glucophage, Glumetza, others) is generally the first medication prescribed
for type 2 diabetes.

 Transplantation. In some people who have type 1 diabetes, a pancreas


transplant may be an option. Islet transplants are being studied as well. With a
successful pancreas transplant, you would no longer need insulin therapy.

But transplants aren't always successful — and these procedures pose


serious risks. You need a lifetime of immune-suppressing drugs to prevent
organ rejection. These drugs can have serious side effects, which is why
transplants are usually reserved for people whose diabetes can't be controlled
or those who also need a kidney transplant.

 Bariatric surgery. Although it is not specifically considered a treatment for


type 2 diabetes, people with type 2 diabetes who are obese and have a body
mass index higher than 35 may benefit from this type of surgery. People
who've undergone gastric bypass have seen significant improvements in their
blood sugar levels. However, this procedure's long-term risks and benefits for
type 2 diabetes aren't yet known.
Treatment for gestational diabetes

Controlling your blood sugar level is essential to keeping your baby healthy and
avoiding complications during delivery. In addition to maintaining a healthy diet and
exercising, your treatment plan may include monitoring your blood sugar and, in
some cases, using insulin or oral medications.

Your doctor also will monitor your blood sugar level during labor. If your blood
sugar rises, your baby may release high levels of insulin — which can lead to low
blood sugar right after birth.

Treatment for prediabetes

If you have prediabetes, healthy lifestyle choices can help you bring your blood
sugar level back to normal or at least keep it from rising toward the levels seen in
type 2 diabetes. Maintaining a healthy weight through exercise and healthy eating
can help. Exercising at least 150 minutes a week and losing about 7 percent of
your body weight may prevent or delay type 2 diabetes.

Sometimes medications — such as metformin (Glucophage, Glumetza, others) —


also are an option if you're at high risk of diabetes, including when your
prediabetes is worsening or if you have cardiovascular disease, fatty liver disease
or polycystic ovary syndrome.

In other cases, medications to control cholesterol — statins, in particular — and


high blood pressure medications are needed. Your doctor might prescribe low-
dose aspirin therapy to help prevent cardiovascular disease if you're at high risk.
However, healthy lifestyle choices remain key.

Signs of trouble in any type of diabetes

Because so many factors can affect your blood sugar, problems may sometimes
arise that require immediate care, such as:

 High blood sugar (hyperglycemia). Your blood sugar level can rise for
many reasons, including eating too much, being sick or not taking enough
glucose-lowering medication. Check your blood sugar level as directed by
your doctor, and watch for signs and symptoms of high blood sugar —
frequent urination, increased thirst, dry mouth, blurred vision, fatigue and
nausea. If you have hyperglycemia, you'll need to adjust your meal plan,
medications or both.

 Increased ketones in your urine (diabetic ketoacidosis). If your cells are


starved for energy, your body may begin to break down fat. This produces
toxic acids known as ketones. Watch for loss of appetite, weakness, vomiting,
fever, stomach pain and a sweet, fruity breath.

You can check your urine for excess ketones with an over-the-counter
ketones test kit. If you have excess ketones in your urine, consult your doctor
right away or seek emergency care. This condition is more common in people
with type 1 diabetes.

 Hyperglycemic hyperosmolar nonketotic syndrome. Signs and symptoms


of this life-threatening condition include a blood sugar reading over 600 mg/dL
(33.3 mmol/L), dry mouth, extreme thirst, fever, drowsiness, confusion, vision
loss and hallucinations. Hyperosmolar syndrome is caused by sky-high blood
sugar that turns blood thick and syrupy.

It is seen in people with type 2 diabetes, and it's often preceded by an illness.
Call your doctor or seek immediate medical care if you have signs or
symptoms of this condition.

 Low blood sugar (hypoglycemia). If your blood sugar level drops below
your target range, it's known as low blood sugar (hypoglycemia). If you're
taking medication that lowers your blood sugar, including insulin, your blood
sugar level can drop for many reasons, including skipping a meal and getting
more physical activity than normal. Low blood sugar also occurs if you take
too much insulin or an excess of a glucose-lowering medication that promotes
the secretion of insulin by your pancreas.

Check your blood sugar level regularly, and watch for signs and symptoms of
low blood sugar — sweating, shakiness, weakness, hunger, dizziness,
headache, blurred vision, heart palpitations, irritability, slurred speech,
drowsiness, confusion, fainting and seizures. Low blood sugar is treated with
quickly absorbed carbohydrates, such as fruit juice or glucose tablets.
Diagnóstico de diabetes
La identificación de los pacientes con diabetes o prediabetes
mediante el cribado permite una intervención precoz,
aunque todavía falta establecer criterios definitivos sobre los
métodos de detección.
50

33

Autor: Dr. Silvio E. Inzucchi N Engl J Med 2012;367:542-50.


INDICE: 1. Artículo | 2. Referencias
Artículo

Un hombre de 42 años, hipertenso, asintomático, concurre a su examen


médico anual. Está medicado con atenolol más clortalidona (50 y 25 mg,
respectivamente). Ambos padres tuvieron diabetes mellitus tipo 2 hacia el
final de su vida. No fuma. Su índice de masa corporal es 32,3 y su presión
arterial es 130/80 mm Hg. ¿Es necesario hacer estudios de detección de la
diabetes, y si es así, cómo se haría?

Problema clínico

La diabetes tipo 2 es una enfermedad compleja que a menudo aparece


hacia la mitad de la vida y se caracteriza por la deficiencia progresiva de la
secreción y acción de la insulina. En el contexto de una ingesta calórica
más elevada y menor actividad física en las sociedades occidentalizadas,
su prevalencia continúa en aumento. De acuerdo con Centers for Disease
Control and Prevention, en Estado Unidos, el 8,3% de la población sufre
diabetes tipo 2; se diagnostica en aproximadamente 2 millones de
personas por año. La diabetes suele ser silenciosa en sus estadios iniciales
y antes de que se inicie el tratamiento pueden aparecer complicaciones
irreversibles. Los datos de estudios aleatorizados indican que el
tratamiento antihiperglucémico intensivo precoz reduce
significativamente el riesgo de complicaciones microvasculares a largo
plazo. Aunque los efectos del control estricto de la glucosa sobre la
enfermedad microvascular son menos claros, el diagnóstico de diabetes
brinda la oportunidad de aplicar estrategias basadas en la evidencia para
reducir el riesgo cardiovascular, tales como el manejo de la presión
arterial y del nivel de lípidos.

La diabetes tipo 2 es precedida por una prolongada etapa asintomática,


denominada prediabetes, que se caracteriza por hiperglucemia leve,
resistencia a la insulina y disminución precoz de la capacidad de secreción
de la insulina. Los datos de estudios aleatorizados muestran que la
progresión a la diabetes desde este estadio de alto riesgo puede ser
reducida mediante la modificación del estilo de vida. La identificación de
las personas con prediabetes permite iniciar intervenciones para reducir
el riesgo.

Estrategia y evidencia

Cribado de la diabetes

La American Diabetes Association (ADA) la Veterans Health


Administration (VHA) recomiendan comenzar el cribado de la diabetes a
los 45 años; la ADA aconseja el cribado temprano en pacientes con
factores de riesgo.

Diagnóstico de la Diabetes
• La detección y el diagnóstico precoz permiten la identificación de las personas
en situación de riesgo (de modo que se pueden llevar a cabo las medidas
preventivas, sobre todo la modificación del estilo de vida) y de aquellos con
enfermedad temprana (lo que dar lugar a iniciar el tratamiento).

• El punto de corte diagnóstico para la diabetes es una glucemia en ayunas ≥126


mg/dl o un nivel de hemoglobina glicosilada (HbA1c) ≥6,5%; el diagnóstico
requiere la confirmación mediante la misma prueba u otra diferente.

• Una glucemia en ayunas de 100 a 125 mg/dl se considera prediabetes, los


valores de HbA1c considerados diagnósticos de prediabetes son controvertidos,
pero la ADA recomienda utilizar un rango de 5,7 a 6,4%.

• Las hemoglobinopatías y las alteraciones del recambio de glóbulos rojos puede


dar lugar a resultados erróneos de la hemoglobina glicosilada; se han reportado
diferencias étnicas o raciales en los niveles de HbA1c, dependiendo de los
niveles de glucosa ambiental.

• La prueba de hemoglobina glicosilada o la glucemia en ayunas identifica a los


diferentes grupos de pacientes con diabetes y prediabetes, sin embargo, ambas
pruebas identifican a los pacientes en situación de riesgo similar de secuelas
adversas

En contraste, la U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF) no


recomienda el cribado sistemático, dada la falta de datos precisos que
muestren que el cribado y el tratamiento precoz mejoran los resultados;
se recomienda solo el cribado en los adultos asintomáticos con una
presión arterial sostenida >135/80 mm Hg —principalmente debido al
objetivo de disminuir la presión arterial una vez establecido el diagnóstico
de diabetes.

Recomendaciones de la American Diabetes Association para el cribado de


diabetes en personas asintomáticas

• Comenzar el cribado a los 45 años y repetir por lo menos cada 3 años.

• Hacer el cribado a cualquier edad y con más frecuencia si el índice de masa


corporal es ≥25 y si la persona tiene por lo menos un factor de riesgo adicional.
• Antecedentes familiares de diabetes (familiar en primer grado)

• Raza (negros, nativos americanos, asiáticos y de las islas del Pacífico) o grupo
étnico de alto riesgo (hispanos).

• Nivel de HbA1c ≥5,7%, o glucemia en ayunas o intolerancia a la glucosa en


pruebas anteriores.

• Antecedente de diabetes gestacional o parto de un bebé macrosómico (>4,1


kg).

• Síndrome del ovario poliquístico.

• Hipertensión (presión arterial ≥ 140/90 mm Hg, o tratamiento


antihipertensivo)

• Colesterol HDL <35 mg/dl, nivel de triglicéridos >250 mg/dl, o ambos.

• Historia de enfermedad cardiovascular

• Sedentarismo

• Otras condiciones clínicas asociadas con la resistencia a la insulina (obesidad


grave y acantosis nigricans).

Diagnóstico de diabetes

Niveles de glucosa

Antes de 1997, el diagnóstico de diabetes era definido por la ADA y la


OMS por la presencia de una glucemia en ayunas ≥140 mg/dl o
≥200mg/dl 2 horas después de la ingesta de 75 gr de glucosa (prueba de
tolerancia oral a la glucosa [PTG]). Esta recomendación se basaba en las
primeras recomendaciones del National Diabetes Data Group. En un
principio, estos valores fueron elegidos sobre la base del riesgo de
aparición de síntomas futuros por hiperglucemia descontrolada. En 1997,
con las recomendaciones del Expert Committee on the Diagnosis and
Classification of Diabetes Mellitus, la ADA y la OMS bajaron el umbral
diagnóstico de la glucemia en ayunas a 126 mg/dl—el nivel en el cual ya se
pueden detectar complicaciones microvasculares y retinopatía. La PTG
identifica más pacientes con diabetes que la glucemia en ayunas, pero esa
prueba tiene inconvenientes, como los mayores costos y complejidad y
una menor reproducibilidad. Por lo tanto, en Estados Unidos, la prueba
preferida es la glucemia en ayunas. El diagnóstico se confirma por la
repetición de la prueba en días diferentes. En los pacientes sintomáticos,
una glucemia al azar ≥200 mg/dl también establece el diagnóstico y no
requiere confirmación.

El único riesgo reconocido para la diabetes antes de 1997 era la


intolerancia a la glucosa, puesta en evidencia por una glucemia a las 2
horas de la ingesta oral de glucosa de 140 a 199 mg/dl. Con la revisión de
los criterios de 1997, se identificó un estado correspondiente pero basado
en la glucemia en ayunas: alteración de la glucemia en ayunas. Aunque el
criterio original para este diagnóstico fue una glucemia en ayunas de 110 a
125 mg/dl, el mismo fue luego disminuido por la ADA (pero no por OMS)
a 100 a 125 mg/dl, con el fin de aumentar la sensibilidad (con un descenso
aceptable de la especificidad) para las personas con mayor riesgo de
diabetes.

Las investigaciones longitudinales han comprobado que las personas


catalogadas como “afectadas” por cualquiera de estas definiciones tienen
aproximadamente 5-10% de riesgo anualizado de diabetes, un riesgo que
aumenta por un factor de 5-10 en comparación con las personas con
tolerancia a la glucemia ormal o una glucemia en ayunas normal. Los
riesgos parecen ser similares entre las personas con alteración de la
glucemia en ayunas aislada (por ej., sin alteración de la tolerancia a la
glucosa) y alteración de la tolerancia aislada (sin alteración de la glucemia
en ayunas). Sin embargo, en la mayoría de las poblaciones, la proporción
de pacientes con intolerancia a la glucosa tiende a ser mayor que la de
pacientes con alteración de la glucemia en ayunas. Los pacientes con
alteración de la glucemia en ayunas e intolerancia a la glucosa tienen un
riesgo más elevado de diabetes (aproximadamente 10 a 15% por año) que
aquellos que solamente tienen una sola anormalidad. Si bien ambos
estados prediabéticos se asocian con una mortalidad global y
cardiovascular más elevada, la intolerancia a la glucosa tiende a ser un
mejor predictor que la alteración de la glucemia en ayunas.

Hemoglobina glicosilada

La hemoglobina glicosilada(HbA1c) ha sido muy utilizada para el manejo


de la diabetes establecida, como un biomarcador del control glucémico a
largo plazo. Los niveles de este producto final de la glicación enzimática
de la mayoría de las proteínas prevalentes en la sangre se relaciona bien
(aunque no perfectamente) con el promedio de los valores de la glucemia
durante los 2-3 meses previos. Hasta el momento, la falta de una
estandarización internacional convierte a esta prueba en una elección
subóptima para el cribado de la diabetes. Sin embargo, actualmente está
globalmente estandarizada, de manera que los resultados del laboratorio
clínico son comparables a los reportados por los estudios Diabetes
Control Trial y el Complications and United Kingdom Prospective
Diabetes Study, los que validaron la relación directa entre los niveles de la
HbA1c y los resultados clínicos en los pacientes con diabetes tipo 1 y 2,
respectivamente. En respuesta, en 2009, el International Expert
Committee (IEC) recomendó el uso de esta prueba para el diagnóstico de
diabetes, con un umbral de 6,5%. Esta recomendación se basó en la
observación de que el umbral de 6,5% era tan exacto para indicar el riesgo
de retinopatía como lo era el punto de corte para la glucemia en ayunas y
a las 2 horas de la ingesta de75 g de glucosa, combinado con la ventaja de
que esta prueba no requiere ayuno. La medición de la HbA1c para el
diagnóstico de diabetes fue posteriormente aceptada por la ADA y la OMS
como una prueba opcional.
Sobre la base de los datos que muestran un mayor riesgo de diabetes entre
las personas con HbA1c aumentada pero que todavía están por debajo del
punto de corte de diabetes, la ADA también definió que el rango de HbA1c
para la prediabetes es de 5,7 a 6,4%, lo cual amplió la recomendación
original hecha por el IEC de que el alto riesgo estaba dado por los niveles
de 6,0% a 6,4%. En contraste con el riesgo de retinopatía, que aumenta
abruptamente en un nivel bien definido de HbA1c, el riesgo de diabetes
aumenta junto con un continuum glucémico. Como con la glucemia en
ayunas y la glucemia 2 horas pos ingesta de glucosa, el límite más bajo de
dicho intervalo de valores de la HbA1c debe equilibrar una sensibilidad
adecuada (para incluir a las personas que podrían beneficiarse con las
estrategias de prevención) con la especificidad (para evitar la inclusión de
personas con un riesgo absoluto relativamente bajo, para quienes las
intervenciones podrían no tener una buena relación costo eficacia). El
rango seleccionado detectó a un grupo de personas con al menos 5 veces
más riesgo de desarrollar diabetes en un período de 5-10 años (y una
incidencia anualizada de al menos 5% por año) comparado con aquellos
con HbA1c <5%). Lógicamente, el riesgo aumenta a medida que el nivel de
HbA1c se acerca al 6,5%, con un riesgo relativo comparativo en exceso por
un factor de 10 (y una incidencia anualizada de 5-10% por año). El riesgo
de cualquier nivel de HbA1c aumenta con la presencia de otros factores de
riesgo (por ej., obesidad y antecedente familiar de diabetes).

A pesar de algunas ventajas, el uso del nivel de HbA1c tiene sus


limitaciones. Dependiendo del ensayo, puede haber resultados falsos en
pacientes con ciertas hemoglobinopatías (por ej., enfermedad de células
falciformes y talasemia) o en quienes tienen un mayor recambio de
eritrocitos (anemia hemolítica y esferocitosis) o están en el estadio 4 o 5
de la enfermedad renal crónica, especialmente si el paciente está
recibiendo eritropoyetina. Por el contrario, se han hallado niveles de
HbA1c falsamente elevados en asociación n con ferropenia y otros estados
de menor eritropoyesis. Algunos investigadores han reportado una
“brecha de glicación”, o niveles de HbA1c diferentes en la población de
pacientes con los mismos niveles de glucemia. Este fenómeno puede
resultar de un acceso genéticamente alterado a la glucosa en el
compartimiento intracelular (donde reside la hemoglobina), aunque esta
hipótesis es controvertida. La inconsistencia en las correlaciones entre la
HbA1c y otras medidas de la glucemia poblacional también han sido
reportadas en diferentes etnias y grupos raciales, lo que indica la
influencia genética sobre la glicación de la hemoglobina. Por ejemplo, las
personas de raza negra tienen niveles de HbA1c algo más elevados
(aumento absoluto de 0,2 a 0,3 puntos porcentuales) que las personas de
raza blanca. No está claro si esta observación refleja las diferencias en las
tasas de hiperglucemia posprandial o en las tasas de glicación. Cuando la
HbA1c se usa para el diagnóstico deben reconocerse estos peligros
potenciales, especialmente para la prediabetes, dado que los puntos de
corte para este estadio todavía son algo arbitrarios. En la mayoría de los
estudios, la HbA1c identifica a menos pacientes con diabetes que la
glucemia en ayunas y la glucemia 2 horas posprandial. Estas mediciones
también pueden identificar a diferentes pacientes con diabetes—grupos
que se superponen solo parcialmente. Por ejemplo, en un estudio de base
en la comunidad, de adultos sin diabetes conocida realizado en Estados
Unidos, la proporción de pacientes con un nivel de glucemia en ayunas
anormal (≥126 mg/dl) y un nivel de HbA1c no diabético (<6,5%), una
glucemia en ayunas no diabética (<126 mg/dl) y un nivel de HbA1c
anormal (≥6,5%), o ambas anormalidades, correspondieron al 1,8%;
0,5%, y 1,8%, respectivamente. En general, en un estudio prospectivo de
cohorte de ancianos de Estado Unidos, aproximadamente un tercio de los
casos de diabetes de reciente diagnóstico fue detectado solo por la
glucemia en ayunas, un tercio solamente por el nivel de HbA1c y los
restantes por ambas pruebas. Por otra parte, entre las personas en las que
se diagnosticó diabetes mediante el nivel de HbA1c hubo cierta
predominancia de la raza negra, en comparación con aquellos
identificados mediante la glucemia en ayunas. Es evidente que la
tendencia a utilizar la HbA1c para el cribado podría afectar la
epidemiología de la diabetes. También se han reportado los patrones para
el diagnóstico de prediabetes mediante la HbA1c versus la glucemia en
ayunas. Aunque estos hallazgos han motivado que algunos observadores
se cuestionen el uso de la HbA1c con propósitos diagnósticos, los
interrogantes son contrarrestados por la ausencia de una medida estándar
absoluta para el diagnóstico de diabetes y la observación de que todos los
métodos en uso se correlacionan bien con el riesgo de retinopatía.

Cribado combinado

Una opción alternativa pero más costosa, propuesta por varios


investigadores, es medir la HbA1c junto con la glucemia en ayunas, ya sea
en forma simultánea o secuencial. Esta estrategia podría aplicarse a los
pacientes con mayor riesgo (en la práctica, la glucemia en ayunas ya
puede haber sido determinada como parte de los análisis bioquímicos de
rutina). Debido a los diferentes rendimientos de estas dos mediciones,
este enfoque posiblemente capture muchos más pacientes que el uso de
cada una por separado.

Cuando se dispone de ambos resultados pero son discordantes, una


conducta conveniente y cautelosa es dejar que la categorización se haga
sobre la base del resultado anormal (siempre que se haya confirmado en
la repetición), como ha sido recomendado por la ADA. En este contexto, el
resultado no diagnóstico suele estar muy cercano al rango anormal. Sin
embargo, si el resultado es muy discrepante (por ej., una glucemia en
ayunas de 123 mg/dl con una HbA1c de 5,1%) está indicado repetir la
prueba. En algunos casos, puede haber condiciones subyacentes que
expliquen estas incongruencias, como las alteraciones transitorias de la
glucemia (enfermedades agudas) o las tasas de glicación anormalmente
bajas o elevadas. En ciertos casos podría ser útil una PTG.

Prevención de la diabetes
Una vez identificado el estado prediabético, y con la finalidad de
disminuir los riesgos, se debe proceder a la educación del paciente acerca
de los riesgos la enfermedad como así las medidas para modificar el estilo
de vida. Dos estudios clínicos grandes han mostrado la eficacia de las
intervenciones intensivas en el estilo de vida en los pacientes de alto
riesgo (sobrepeso u obesidad con intolerancia a la glucosa), con una
reducción del riesgo relativo del 58% en el diagnóstico de diabetes
durante un período de 3 años. La intervención específica en un estudio
más grande, el Diabetes Prevention Program (DPP), incluyó el ejercicio
aeróbico regular (al menos 30 minutos en la mayoría de los días de la
semana) y una dieta hipocalórica para promover un descenso de peso del
7%. El DPP también probó la metformina; la reducción del riesgo relativo
con este fármaco (31%) fue de aproximadamente la mitad de lo que se
consigue con la modificación del estilo de vida; la metformina es
particularmente efectiva en los pacientes <60 años, con un índice de masa
corporal >35 y una glucemia en ayunas >110 mg/dl. Otros agentes
hipoglucemiantes o antiobesidad (acarbosa, rosiglitazona, pioglitazona y
orlistat) también reducen el riesgo de diabetes. Todos los fármacos tienen
efectos colaterales importantes y ninguno ha sido aprobado por la Food
and Drug Administration (FDA) para esta indicación.

Áreas de incertidumbre

Aunque parece lógico hacer el cribado en los pacientes con riesgo elevado
de disglucemia, faltan datos que muestren que el cribado de la diabetes
(aparte del embarazo) consigue otros resultados además de mejorar los
valores bioquímicos. La elección de una prueba de detección de
preferencia (glucemia en ayunas o HbA1c) sigue siendo tema de debate.
En EE. UU., la PTG ha sido abandonada fuera del cribado de la diabetes
gestacional, debido a su complejidad y baja reproducibilidad.

No se sabe bien si el riesgo de complicaciones de la diabetes difiere según


la enfermedad haya sido diagnosticada solo mediante el valor de la
glucemia en ayunas o por el nivel de la HbA1c. Los datos preliminares de
un estudio de cohorte prospectivo, con una muestra grande, basado en la
comunidad, indican que el nivel de HbA1c, que integra los niveles de
glucemia en ayunas y posprandial durante un largo período, podría
predecir mejor ciertas complicaciones—en especial, las cardiovasculares.
Tampoco se sabe si el riesgo de diabetes es diferente entre los pacientes
identificados como prediabéticos por medio de la HbA1c y aquellos
identificados por medio de la glucemia en ayunas. Tales riesgos
probablemente varían de acuerdo con el test que finalmente es utilizado
para hacer el diagnóstico. Hay estudios en ejecución que examinan el
valor de los puntajes de riesgo, los que para estimar el riesgo de diabetes
no solo incorporan las mediciones de la glucemia sino también otros
biomarcadores y factores de riesgo.

Se han identificado otras ambigüedades relacionadas con las estrategias


terapéuticas para los pacientes con diagnóstico de prediabetes. El autor se
pregunta si en estos pacientes las modificaciones del estilo de vida o las
intervenciones farmacológicas evitan verdaderamente la diabetes o
solamente retardan su comienzo. “Debido al riesgo vascular cumulativo
asociado con la diabetes,” dice, “y al efecto potencial derivado del control
glucémico (beneficio a largo plazo de la estabilidad metabólica precoz),
aun un leve retraso de unos pocos años en el comienzo de la diabetes
puede ser un objetivo que vale la pena considerar.” Sin embargo, el
objetivo de los estudios de prevención de la diabetes realizados hasta el
momento ha sido el punto final glucémico y no la evaluación de las
complicaciones relacionadas con la diabetes. Los datos más nuevos
indican que el tratamiento con metformina puede tener una relación costo
efectividad particularmente buena en este contexto, pero los riesgos y los
beneficios a largo plazo de este medicamento o de otros (o de la cirugía
bariátrica) son inciertos. También hay consecuencias poco conocidas de la
designación de los factores de riesgo (por ej., la glucemia en ayunas
elevada) como un estadio de la enfermedad.
Guías

La USPSTF recomienda hacer el cribado solamente en los adultos con


hipertensión arterial (>135/80 mm Hg). La American Association of
Clinical Endocrinologists (AACE), la VHA y la OMS utilizan los criterios
para diabetes de la ADA; la AACE aconseja que cuando el diagnóstico se
hace en base a la HbA1c sea confirmado mediante el nivel de la glucemia
en ayunas. Para el diagnóstico de prediabetes, la ADA es el único grupo
que apoya plenamente el uso de la HbA1c, con un punto de corte 5,7 a
6,4%, y no recomienda hacer una prueba confirmatoria. La AACE permite
el uso de la HbA1c parra hacer el cribado de la prediabetes pero estipula la
necesidad de hacer un seguimiento de los niveles de glucemia en ayunas
para aquellos con valores de 5,5 a 6,4%.

Conclusiones y recomendaciones

La identificación de los pacientes con diabetes o prediabetes mediante el


cribado permite una intervención precoz, con la posibilidad de reducir las
tasas de complicaciones futuras, aunque faltan estudios aleatorizados
para mostrar definitivamente un beneficio. El paciente descrito en la
viñeta tiene factores de riesgo (obesidad, hipertensión y antecedentes
familiares de diabetes) y debe ser sometido al cribado. Todavía se debate
si el cribado se debe hacer con la glucemia en ayunas o la HbA1c; cada
prueba tiene sus ventajas y desventajas. El rendimiento de las pruebas es
mayor cuando se hacen ambos tests, por lo general en forma simultánea—
aunque la mayoría de las guías indican el uso inicial de uno solo. Si el
paciente tiene resultados positivos con ambas pruebas, el diagnóstico
queda confirmado. Si solamente es anormal una prueba, se podrían
repetir en días diferentes. Si se confirma la diabetes, se iniciará
tratamiento sobre la base de las guías vigentes.

Cribado sugerido para pacientes con riesgo de diabetes


Si la diabetes se confirma, se debe iniciar el tratamiento. Si se identifica
prediabetes, no es necesario repetir la prueba. Se debe aconsejar la
modificación del estilo de vida (dieta y ejercicio). Para los pacientes con
mayores niveles de glucemia o de HbA1c y factores de riesgo adicionales
se aplicarán intervenciones más intensivas, ya que estos hallazgos
predicen una progresión más rápida hacia la diabetes. Si durante el
seguimiento se observa un aumento progresivo de los valores glucémicos,
se podría considerar la administración de metformina, aunque este
fármaco no ha sido aprobado por la FDA para esta indicación. También se
debe prestar atención a otros factores de riesgo cardiovasculares. Se
podría cambiar el tratamiento antihipertensivo del paciente por un
inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina, dadas las
asociaciones entre el uso de los bloqueantes ß y el mayor riesgo de
diabetes que se ha observado en varios estudios. Se recomiendan la visitas
periódicas (cada 6-12 meses) para evaluar y reforzar el cumplimiento de
las recomendaciones sobre el estilo de vida y controlar el estado
glucémico.

Riesgos de la diabetes en el embarazo


Diabetes en el embarazo aumenta el riesgo de obesidad en los niños
Guiainfantil.com
03 de noviembre de 2017

El exceso de glucosa en el organismo de la madre, situación característica de la diabetes en


el embarazo, afecta al bebé durante su maduración y crecimiento dentro del útero. Los hijos
de mujeres con niveles elevados de azúcar durante la gestación son dos veces más
propensos que otros niños a convertirse en obesos durante la infancia.

Diabetes en el embarazo: riesgos del exceso de azúcar


La relación entre diabetes en el embarazo y obesidad infantil es directamente
proporcional: cuanto más elevada es la concentración de glucosa en sangre durante la
gestación, mayor es el riesgo de obesidad tras el nacimiento. Si la cantidad de azúcar es
muy alta, las posibilidades de que el niño tenga sobrepeso entre los cinco y siete años
aumentan un 89 por ciento y las de que sea obeso un 82 por ciento.

La diabetes gestacional es una enfermedad común en el embarazo, que aparece sólo


durante la gestación y, en la mayor parte de los casos, desaparece después del parto. El
incremento de la glucosa circulante provoca el crecimiento excesivo del feto, lo que se
conoce como macrosomía, que, además de ser un factor de riesgo para el desarrollo
posterior de sobrepeso, está relacionado con numerosos problemas obstétricos.

Sin embargo, la asociación entre la aparición de obesidad infantil y la diabetes materna no


guarda relación con el peso del bebé al nacer. El sobrepeso a los cinco o siete años, el
denominado periodo de "rebote de la grasa", predice la obesidad en la edad adulta.

Pero no todo son malas noticias, ya que el análisis de los resultados obtenidos de 9.439
parejas madre-hijo reveló que, cuando el exceso de glucosa se trata, a través de diferentes
intervenciones como dieta, ejercicio o insulina, el riesgo no aumenta, es similar al de los
hijos de madres "sanas".

Relación entre diabetes gestacional y obesidad infantil


El riesgo de obesidad infantil provocado por la diabetes gestacional es potencialmente
reversible, si se trata adecuadamente. La obesidad de las madres las predispone a la
aparición de diabetes y ésta aumenta el riesgo de que sus hijos sean igualmente obesos.
La hiperglucemia durante la gestación está claramente implicada en la epidemia de
obesidad infantil que afecta a los países desarrollados.

Para prevenir estas consecuencias, es muy importante que las embarazadas se sometan
a pruebas de glucemia para detectar la enfermedad, que busquen ayuda médica para tratarla
y que cumplan con los tratamientos.

Entre la semana 24 y 27 de embarazo se suele realizar la prueba de la diabetes


gestacional, en caso de padecerla, la embarazada deberá llevar un estricto control del
azúcar en sangre y una dieta adecuada para prevenir una subida de azúcar.

La Diabetes Durante El Embarazo


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La Diabetes Durante El Embarazo: Los
Síntomas, Riesgos Y El Tratamiento
La diabetes es una enfermedad grave en la cual el cuerpo no
puede controlar adecuadamente la cantidad de azúcar en la
sangre debido a que no tiene suficiente insulina. La diabetes
es la complicación médica más común durante el embarazo,
representando 3,3 % de todos los nacidos vivos. No
importa qué tipo de diabetes tenga, hay muchos pasos que
usted y su equipo de atención médica puede tomar con el fin
de tener un embarazo seguro y saludable.

¿Cuáles Son las Causas y los Síntomas de la Diabetes?


Hay dos tipos principales de diabetes. La diabetes tipo 1 es
una enfermedad autoinmune que requiere el uso diario de la
insulina. Los síntomas del tipo 1 pueden incluir aumento de
sed y orina, hambre constante, pérdida de peso, visión
borrosa y fatiga extrema. A menudo se diagnostica en la
infancia y en los adultos jóvenes, este tipo de diabetes
representa alrededor del 5 a 10% de los casos
diagnosticados en los Estados Unidos.
La diabetes tipo 2 es la forma más común de diabetes, que
representa alrededor del 90-95% de los casos de diabetes en
los Estados Unidos. Los síntomas del tipo 2 incluyen
infecciones de la vejiga o riñón que sanan lentamente,
aumento de sed y orinar, hambre constante y fatiga. Esta
forma de diabetes se asocia a menudo con la edad avanzada,
obesidad, antecedentes familiares, antecedentes de diabetes
gestacional, la inactividad física, y puede ser más frecuente
en ciertos grupos étnicos.
¿Cómo se Trata la Diabetes Preexistente Durante el
Embarazo?
Ya sea que usted está tratando de concebir o ya está
embarazada, el tratamiento de la diabetes durante el
embarazo es la clave para la salud de usted y de su bebé.
 Tome tiempo para formar su equipo de atención médica y diseñar
un plan de cuidado para manejar sus niveles de glucosa en la
sangre. El contacto frecuente con su médico es esencial para el
manejo de los niveles de glucosa en la sangre y la vigilancia de su
salud y de su bebé.
 Hable con su médico o nutricionista para desarrollar un plan de
alimentación saludable. Dar prioridad a una nutrición adecuada le
ayudará a controlar su azúcar en la sangre antes y después de la
concepción.
 Dígale a su médico acerca de los medicamentos actuales que está
tomando para la diabetes, o cualquier otra condición de salud para
que le pueda recetar lo que es más seguro durante el embarazo.
 Hacer citas con los especialistas adecuados de alto riesgo. Los
especialistas pueden incluir un perinatólogo que trata a las mujeres
con embarazos de alto riesgo, y un endocrinólogo que trata a las
mujeres con diabetes y otras condiciones de salud.
 Manténgase físicamente activo. Usted querrá estar en la mejor
condición física durante el embarazo.

¿Qué son la Hipoglucemia y la Hiperglucemia, y Cómo


Pueden Afectar Mi Embarazo?
La hipoglucemia y la hiperglucemia son comúnes en las
mujeres con diabetes preexistente. La hipoglucemia ocurre
cuando los niveles de glucosa en la sangre son demasiado
bajos. Cuando los niveles de glucosa en la sangre son bajos,
el cuerpo no puede obtener la energía que necesita.
Usted puede estar experimentando esto si usted está:
 Experimentando visión borrosa
 Teniendo una fatiga inexplicada
 Preocupada por cambios repentinos en su estado de ánimo

La hipoglucemia puede ser provocada por:


 Saltarse o retrasar las comidas
 Comer porciones que son demasiado pequeñas
 Esforzarse demasiado físicamente
Generalmente la hipoglucemia es tratado por comer o beber
algo que contenga azúcar, como el jugo de naranja. La
hiperglucemia es cuando su cuerpo no tiene suficiente
insulina o no puede utilizar la insulina correctamente.
Usted puede estar experimentando esto si usted:
 Siempre tiene sed
 De repente, piérde peso
 Está orinando frecuentemente

La hiperglucemia puede ser provocada por:


 El desequilibrio de los alimentos que consume
 Problemas con la cantidad de insulina que está tomando
 El estrés
 La enfermedad
 La falta de movimiento físico
Normalmente la hiperglucemia es tratada mediante el ajuste
de la dosis de insulina.
¿Cuáles Son los Riesgos de la Diabetes Para Mi Hijo
Nonato?
Hay algunos riesgos negativos para la salud del bebé
cuando la madre tiene diabetes.
 La macrosomía es una condición en la cual su bebé crece
demasiado grande debido a al exceso de insulina cruzando la
placenta. Un bebé grande puede hacer el parto vaginal difícil y
aumentar el riesgo de lesiones para el bebé durante el proceso del
parto.
 La hipoglucemia, o el bajo nivel de azúcar en la sangre, se puede
desarrollar poco después dar a luz debido a los niveles altos de la
insulina. Controlando de su propia azúcar en la sangre puede
ayudar a reducir el riesgo de hipoglucemia para su bebé.
 La ictericia es una descoloración amarillenta de la piel y ojos y a
veces se puede atribuir a la diabetes durante el embarazo. Su
pediatra le ayudará con un plan para aliviar esta condición para su
recién nacido.

¿Cuáles Son Algunas Otras Consideraciones?


Hay algunos otros puntos para tener en cuenta:
 Durante el parto y el nacimiento, su glucosa de la sangre será
manejada estrechamente para asegurar un parto seguro.
Colaborarando con su equipo médico y su persona de apoyo le
ayudará a aliviar cualquier preocupación que pueda tener durante
el parto.
 Asegúrese de completar su cuidado de posparto, con el fin de
lograr un peso saludable con ejercicio diario y una buena nutrición.
El cuidado de su cuerpo después del parto es importante para el
manejo de los niveles de glucosa y permanecer saludable.
 Ivestigue y decida los elementos claves sobre la nutrición de su
bebé después del nacimiento. Algunos estudios sugieren que la
lactancia materna puede reducir el riesgo de diabetes en su recién
nacido.
Miles de mujeres cada año son capaces de manejar la
diabetes durante el embarazo con resultados favorables.
Recuerde que debe manejar sus niveles de glucosa, priorizar
la nutrición adecuada y el ejercicio, y mantenerse en
contacto con su equipo de médico. El manejo
médicamente de su diabetes es clave para su salud y el éxito
de futuros embarazos.

Hipertensión arterial
Volver a Enfermedades vasculares y del corazón (patología)
Un médico toma la tensión a un paciente.
 Información
 Especialistas
 Asociaciones
 Preguntas y Respuestas
 Qué es
 Causas
 Síntomas
 Prevención
 Tipos
 Diagnóstico
 Tratamientos
 Otros datos

Qué es
La hipertensión arterial es una patología crónica que consiste en el aumento de la presión
arterial. Una de las características de esta enfermedad es que no presenta unos síntomas
claros y que estos no se manifiestan durante mucho tiempo.
En la actualidad, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad
en España. Sin embargo, la hipertensión es una patología tratable. Si no se siguen las
recomendaciones del médico, se pueden desencadenar complicaciones graves, como por
ejemplo, un infarto de miocardio, una hemorragia o trombosis cerebral, lo que se puede
evitar si se controla adecuadamente.
Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se endurecen a
medida que soportan la presión arterial alta de forma continua, se hacen más gruesas y
puede verse dificultado al paso de sangre a través de ellas. Esto se conoce con el nombre de
arterioesclerosis.
Según datos de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha
contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha), en España existen más de 14 millones de
personas con hipertensión. De esta cantidad, 9,5 millones no están controlados y 4
millones están sin diagnosticar.

Causas
Aunque todavía no se conocen las causas específicas que provocan la hipertensión
arterial, sí se ha relacionado con una serie de factores que suelen estar presentes en la
mayoría de las personas que la sufren. Conviene separar aquellos relacionados con la
herencia genética, el sexo, la edad y la raza y por tanto poco modificables, de aquellos otros
que se podrían cambiar al variar los hábitos, ambiente, y las costumbres de las personas,
como: la obesidad, la sensibilidad al sodio, el consumo excesivo de alcohol, el uso de
anticonceptivos orales y un estilo de vida muy sedentario.

Causas no modificables
Factores genéticos:
La predisposición a desarrollar hipertensión arterial está vinculada a que un familiar de
primer grado tenga esta patología. Aunque se desconoce el mecanismo exacto, la evidencia
científica ha demostrado que cuando una persona tiene un progenitor (o ambos)
hipertensos, las posibilidades de desarrollar hipertensión son el doble que las de otras
personas con ambos padres sin problemas de hipertensión.
Sexo:
Los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión arterial que las mujeres
hasta que éstas llegan a la edad de la menopausia. A partir de esta etapa la frecuencia en
ambos sexos se iguala. Esto se debe a que la naturaleza ha dotado a la mujer con unas
hormonas que la protegen mientras está en la edad fértil (los estrógenos) y por ello tienen
menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, las mujeres jóvenes
que toman píldoras anticonceptivas tienen más riesgo de desarrollar una patología cardiaca.
Edad y raza:
La edad es otro factor que influye sobre las cifras de presión arterial, de manera que tanto la
presión arterial sistólica o máxima como la diastólica o mínima aumentan con los años y
lógicamente se encuentra un mayor número de hipertensos a medida que aumenta la edad.
En cuanto a la raza, los individuos de raza negra tienen el doble de posibilidades de
desarrollar hipertensión que los de raza blanca, además de tener un peor pronóstico.

Causas modificables
Sobrepeso y obesidad:
Los individuos con sobrepeso están más expuestos a tener más alta la presión arterial que
un individuo con peso normal. A medida que se aumenta de peso se eleva la tensión
arterial y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres. La
frecuencia de la hipertensión arterial entre los obesos, independientemente de la edad, es
entre dos y tres veces superior a la de los individuos con un peso normal.
No se sabe con claridad si es la obesidad por sí misma la causa de la hipertensión, o si hay
un factor asociado que aumente la presión en personas con sobrepeso, aunque las últimas
investigaciones apuntan a que a la obesidad se asocian otra serie de alteraciones que serían
en parte responsables del aumento de presión arterial. También es cierto, que la reducción
de peso hace que desaparezcan estas alteraciones.

Otras causas
Vasculares:
Entre el 2,5 y el 6 por ciento de los problemas relacionados con el riñón pueden influir en la
aparición de la hipertensión arterial. De hecho, suponen entre el 2,5 y el 6 por ciento de las
causas. Las principales patologías vasculares que influyen son:
 Enfermedad renal poliquística.
 Enfermedad renal crónica.
 Tumores productores de renina.
 El síndrome de Liddle.
 Estenosis de la arteria renal.
Endrocrinológicas:
Las causas endocrinas representan entre el 1 y el 2 por ciento. En éstas se incluyen
desequilibrios hormonales exógenos y endógenos. Las causas exógenas incluyen la
administración de corticoides.
Aproximadamente el 5 por ciento de las mujeres que toman anticonceptivos orales
puede desarrollar hipertensión. Los factores de riesgo para la hipertensión asociada con
el consumo de anticonceptivos orales incluyen la enfermedad renal leve y la obesidad.
Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden tener efectos adversos sobre
la tensión arterial. Estos fármacos bloquean tanto la ciclooxigenasa-1 (COX-1) como las
enzimas COX-2. La inhibición de la COX-2 puede inhibir su efecto natriurético que, a su
vez, aumenta la retención de sodio. Los antiinflamatorios no esteroideos también inhiben
los efectos vasodilatadores de las prostaglandinas y la producción de factores
vasoconstrictores, es decir, la endotelina-1. Estos efectos pueden contribuir a la inducción
de la hipertensión en un paciente con hipertensión controlada o normotenso.
Las causas hormonales endógenas incluyen:
 Hiperaldosteronismo primario.
 El síndrome de Cushing.
 Feocromocitoma.
 Hiperplasia suprarrenal congénita.
Las causas neurogénicas incluyen:
 Tumores cerebrales.
 Poliomielitis bulbar.
 Hipertensión intracraneal.
Además existen drogas y toxinas que pueden propiciar la aparición de la hipertensión:
 Alcohol.
 Cocaína.
 Ciclosporina, tacrolimus.
 Fármacos antiinflamatorios no esteroides.
 Eritropoyetina.
 Medicaciones adrenérgicas.
 Descongestionantes que contienen efedrina.
 Remedios a base de hierbas que contienen regaliz
 Nicotina.
Por último, existen algunas enfermedades que se relacionan con la hipertensión como son el
hipertiroidismo e hipotiroidismo, la hipercalcemia, el hiperparatiroidismo, la acromegalia,
la apnea obstructiva del sueño y la hipertensión inducida por el embarazo.

Evalúa tus síntomas

Síntomas
Según, Julián Segura, el presidente de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española
para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha), “la mayor limitación a la hora de
detectar la hipertensión es que la mayoría de los casos de hipertensión transcurren sin
que haya ningún síntoma y, por tanto, la enfermedad pasa desapercibida, con el riesgo
que eso conlleva”.
Segura indica que hay síntomas inespecíficos, como las cefaleas, que ayudan a detectarla
porque ponen en alerta al paciente que decide ir al médico o acudir a la farmacia a que les
tomen la tensión. Sin embargo, señala que esos síntomas no se pueden atribuir a la
hipertensión porque coinciden en el tiempo como respuesta al dolor.
En el caso de los hipertensos que han estado sin diagnóstico durante mucho tiempo, el
presidente señala que estos pueden sufrir en un momento dado una complicación, como una
angina de pecho, que es un síntoma derivado de esa complicación.
Prevención
Tener hábitos de vida saludable y, sobre todo, evitar el sobrepeso y la obesidad son los
principales factores para prevenir la aparición de la hipertensión.
Los especialistas señalan que llevar una dieta sana y practicar ejercicio puede ayudar a
que la población general esté exenta de sufrir esta patología.
En los casos en los que en la familia haya antecedentes de hipertensión y por tanto haya una
predisposición a ser hipertenso a lo largo del tiempo, este factor genético supone una
llamada de atención adicional a que el paciente cuide esos hábitos de vida y vigile sus cifras
de tensión arterial.

Tipos

La tensión arterial tiene dos componentes:


 Tensión sistólica: Es el número más alto. Representa la tensión que genera el corazón
cuando bombea la sangre al resto del cuerpo.
 Tensión diastólica: Es el número más bajo. Se refiere a la presión en los vasos sanguíneos
entre los latidos del corazón.
La tensión arterial se mide en milímetros de mercurio (mmHg). La tensión arterial alta
(HTA) se diagnostica cuando uno de estos números o ambos son altos. Esta enfermedad se
conoce también como hipertensión.

La tensión arterial alta se clasifica como:


 Normal: menos de 120/80 mmHg
 Prehipertensión: 120/80 a 139/89 mmHg
 Estadio 1 de hipertensión: 140/90 a 159/99 mmHg
 Estadio 2 de hipertensión: 160/109 a 179/109 mmHg
 Estadio 3 de hipertensión: mayor de 179/109 mmHg

Diagnóstico
La primera línea de combate de la hipertensión son los equipos de atención primaria,
tanto los médicos, como las enfermeras. En la consulta tienen protocolos de actuación para
que cuando acudan los pacientes, por los motivos que sean, los sanitarios realicen una
medición. Si el paciente no está diagnosticado, a partir de ese momento puede empezar su
tratamiento si le hiciera falta.
Otras áreas que ayudan a que el paciente identifique una hipertensión y que le advierte de
que sería recomendable que acudiera al especialista para obtener un posible diagnóstico son
los chequeos rutinarios que hacen las empresas o cuando los pacientes se hacen una
revisión porque quieren empezar a practicar algún deporte federado o semi profesional.
“Estos controles son muy importantes porque se realizan normalmente en personas que
nunca han pasado por un médico porque han estado sanos hasta el momento y puede ayudar
a diagnosticar al paciente”, apostilla Julián Segura, presidente de la Sociedad Española de
Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha).

Tratamientos
A la hora de tratar la hipertensión hay dos bloques fundamentales de acciones a realizar:

 Mejora de los hábitos de vida


El paciente tiene que llevar una dieta saludable, disminuir el consumo de calorías, de
azúcares y grasas y aumentar la práctica de ejercicio físico. Estas dos prácticas tienen
como resultado un mejor control del peso y si el peso está bien controlado es una manera
sencilla de controlar la hipertensión.
Julián Segura, presidente de la Sociedad Española de la Hipertensión- Liga Española para
la Lucha contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha), señala que muchos hipertensos surgen
porque las personas llevan tiempo sin cuidarse y ganan unos kilos. “Cuando el hipertenso
ya está identificado, parte de su tratamiento es controlar bien su peso, evitar ganar kilos,
tener una vida activa y evitar llevar una sedentaria”.
Por último, Segura recomienda que si el paciente es fumador, conviene que abandone ese
hábito y si suele consumir alcohol, es aconsejable que lo reduzca considerablemente.

 Tratamientos farmacológicos
En caso de que los cambios de los hábitos de vida no funcionen, hoy en día
existen tratamientos farmacológicos que son muy útiles para controlar la presión arterial.
Inicialmente estos tratamientos comienzan con un solo fármaco. No obstante, en algunos
casos esta medida no es suficiente y necesitan combinar con dos o tres medicinas para
controlar la presión arterial.
Debido a que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica, es fundamental que los
pacientes sean constantes con los tratamientos. Según los datos de la Seh-Lelha, el 90 por
ciento de los pacientes diagnosticados de hipertensión no lleva a cabo las recomendaciones
de los especialistas en materia de higiene o dieta y el 50 por ciento no sigue los
tratamientos que tienen prescritos.
Esto se debe a que como es una patología que se padece durante muchos años, los pacientes
tienden a relajarse con las instrucciones que le da el médico. Esto puede tener una serie de
consecuencias. La principal es que tendrá la hipertensión mal controlada, lo que a largo
plazo puede derivar en complicaciones cardiovasculares mayores como infarto de
miocardio, ictus, deterioro de la función renal o de la circulación de las piernas, entre
otros.
Otros datos

Pronóstico
En los últimos años el grado de control de la hipertensión ha ido aumentando como
consecuencia de la mejora de los tratamientos, mediante la intensificación de los mismos, y
por el aumento de la concienciación de mejorar los estilos de vida. El refuerzo de los
medicamentos (pacientes que antes sólo tomaban un medicamento y ahora toman dos, por
ejemplo) ha sido crucial para mejorar el control.
Sin embargo, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de
complicaciones y de mortalidad a nivel mundial. Esta situación se mantendrá en los
próximos años debido a la epidemia que hay de obesidad y que las autoridades sanitarias
esperan que aumente. Desde la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la
Lucha contra la Hipertensión Arterial, indican que la obesidad y la hipertensión son los dos
problemas de salud pública principales a los que los países tendrán que hacer frente en el
futuro próximo.

¿Cuándo debe recomendar el especialista la automedición de


la presión arterial?
En líneas generales, el profesional sanitario puede recomendar la automedición de
la presión arterial siempre (salvo algunas excepciones, principalmente en pacientes
obsesivos y con tendencia a la automedicación). Se trata de un método eficaz que permite
conocer la tensióndel paciente fuera de la consulta, en su vida cotidiana, evitando así el
conocido como fenómeno de la bata blanca (la sensación que experimentan los pacientes al
llegar al centro sanitario y ponerse frente al profesional sanitario. Este fenómeno provoca
que la presión arterial de los pacientes se eleve un poco con respecto a su cifra normal).
La automedición de la presión arterial debe realizarse por la mañana y por la noche, tras
un reposo previo de 3 minutos. La posición adecuada es la siguiente: sentado, con las
piernas sin cruzar, la espalda apoyada en la silla y el brazo en donde se coloque el manguito
apoyado sobre la mesa. Es recomendable que el manguito se ponga en el brazo (y no en la
muñeca, salvo excepciones -personas obesas-).
Tras la automedición, el paciente debe registrar los resultados obtenidos apuntándolos
en un cuaderno. Deberá llevar este cuaderno al profesional sanitario correspondiente
(médico o enfermero) cuando tenga su cita para revisarlos juntos. Con estos resultados, el
profesional valorará el tratamiento y seguimiento del paciente.

¿Cómo medir la tensión arterial?


Existen diversas maneras de medir la presión arterial:
 Esfigmomanómetro de mercurio: Es el más exacto y menos expuesto a errores. Para su
uso se requiere un fonendoscopio.
 Esfigmomanómetro de aire: Es el más utilizado y es también un aparato preciso.
Igualmente necesita de un fonendoscopio para su uso.
 Aparato electrónico: Se utiliza mucho para realizar el autocontrol, no necesita
fonendoscopio porque lleva un detector del pulso incorporado y es de fácil manejo. No
obstante, se trata de un aparato muy sensible a los ruidos y a los movimientos, por lo que
para que los valores obtenidos sean exactos, es necesario que el brazo no se mueva y que no
se hable. Es importante que el aparato esté en buenas condiciones y se revise
periódicamente.

Gráfico para la correcta medición de la tensión arterial en casa.

Además, para medir la presión arterial se requiere cumplir una serie de condiciones:
Para medir la presión arterial debe colocarse el manguito del esfigmomanómetro a la altura
del corazón. El borde superior debe estar como mínimo dos centímetros por encima de la
flexura del codo. A continuación se infla el manguito hasta una presión de 180 milímetros
de Hg. Si se sabe que en determinaciones anteriores la presión sistólica era superior a esta
cifra, se infla hasta una presión 200 mm Hg por encima de la última conocida. Se coloca la
campana del fonendo allí donde previamente se ha localizado el latido arterial en la flexura
del codo y se procede a desinflar poco a poco el manguito. El primer latido que se escucha
corresponde a la presión sistólica o máxima y la desaparición del latido a la presión
diastólica o mínima. En los niños y también en algunos adultos, los latidos no desaparecen;
entonces se considera como presión diastólica aquella en la que se modifica la tonalidad de
los latidos.

¿Qué es?
La hipertensión arterial es una enfermedad frecuente que afecta a un tercio de la población adulta. Se produce
por el aumento de la fuerza de presión que ejerce la sangre sobre las arterias de forma sostenida. Es una
enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y, si no se trata, puede desencadenar complicaciones
severas como infarto de corazón, accidente cerebrovascular, daño renal y ocular, entre otras complicaciones.
Se puede evitar si se controla adecuadamente.

¿Cuáles son sus causas?

Se desconoce el mecanismo de la hipertensión arterial más frecuente llamada “esencial", "primaria" o


"idiopática" aunque existen factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la sufren. La
herencia (padres o hermanos hipertensos), el sexo masculino, la edad, la obesidad, la ingesta de sal, el consumo
excesivo de alcohol, el uso de algunos fármacos (incluso los de venta libre) y la poca actividad física o
sedentarismo determinan la hipertensión.

¿Cómo se hace el diagnóstico?

La única manera de detectar la hipertensión es su medición. Muchas personas tienen la presión arterial elevada
durante años sin saberlo. Existen dos medidas: la presión arterial sistólica (PAS) o máxima y la presión arterial
diastólica (PAD) o mínima. Se considera presión arterial alta (hipertensión) cuando dicha medición máxima es
mayor o igual a 140 y la mínima es de 90.

¿Cómo es el tratamiento?

La hipertensión, en la mayoría de los casos, no puede curarse pero si puede controlarse. Para lograrlo debe
seguirse un tratamiento regular de por vida para bajar la presión y mantenerla estable. La medicación es sólo
una parte de ese tratamiento. El médico también suele recomendar, si es necesario, una alimentación saludable
para perder peso, no abusar del consumo de sal y alcohol y la importancia de realizar actividad física con
regularidad.

Consejos para la persona con hipertensión:

 Reducir el peso corporal si tiene sobrepeso.

 Reducir el consumo de sal a 4-6 gramos al día.


 Reducir la ingesta de alcohol, que en las mujeres debe ser inferior a 140 gramos a la semana y en los
hombres, inferior a 210 gramos.
 Realizar actividad física como pasear, correr moderadamente, nadar o andar en bicicleta, de 30 a 45
minutos, un mínimo de 3 veces por semana.
 Reducir el consumo de café.
 Consumir alimentos ricos en potasio como legumbres, frutas y verduras.
 Abandonar el hábito de fumar.
 Seguir una alimentación saludable rica en ácidos grasos poliinsaturados
(pescado, maíz, soja, girasol, calabaza y nueces) y pobre en grasas saturadas (patatas fritas,
productos de pastelería y grasa vacuna).

Si Ud. es hipertenso acuda o llame a un servicio de urgencias en caso de:

 Dolor de cabeza muy intenso y repentino.


 Dificultad para hablar y levantar un brazo o parálisis facial.
 Mareos o vértigo.
 Visión borrosa.
 Dolor en el pecho o sensación de falta de aire.

Hipertensión arterial
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No debe confundirse con Anemia.
«Hipertensión» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Hipertensión (desambiguación).
«HTA» redirige aquí. Para otras acepciones, véase HTA (desambiguación).

Hipertensión

Proceso de remodelado arterial en la hipertensión arterial

Clasificación y recursos externos

Especialidad Medicina familiar

CIE-10 I10, I11, I12, I13, I15

CIE-9 401

CIAP-2 K86
OMIM 145500

DiseasesDB 6330

MedlinePlus 000468

PubMed Buscar en Medline mediante PubMed (en inglés)

eMedicine med/1106 ped/1097emerg/267

MeSH D006973

Sinónimos

 Hipertensión arterial
 Hipertensión benigna
 Hipertensión esencial
 Hipertensión maligna
 Hipertensión primaria
 Hipertensión sistémica

Aviso médico

[editar datos en Wikidata]

La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica caracterizada por un incremento


continuo de las cifras de la presión sanguínea por arriba de los límites sobre los cuales
aumenta el riesgo cardiovascular. De acuerdo con numerosos estudios internacionales,
la morbilidad y mortalidad de causa cardiovascular tiene una relación directa con el aumento
de las cifras de presión sistólica sostenida por encima de 139 mmHg o una presión diastólica
sostenida mayor de 89 mmHg, tanto para las complicaciones de la enfermedad
coronaria como para los accidentes vasculares cerebrales, la insuficiencia cardiaca,
la enfermedad vascular periférica y la insuficiencia renal.123
Cerca de un tercio de la población adulta de los países desarrollados y de los países en vías
de desarrollo sufre de hipertensión arterial; es la principal causa de consulta a los servicios
médicos de atención primaria. Sobre cifras de 115/75 de presión arterial por cada incremento
de 20 mmHg de la presión sistólica o 10 mmHg de la presión diastólica, el riesgo de un evento
cardiovascular se duplica.4
La hipertensión es una enfermedad asintomática y fácil de detectar; sin embargo, cursa con
complicaciones graves y letales si no se trata a tiempo. La hipertensión crónica es el factor de
riesgo modificable más importante para desarrollar enfermedades cardiovasculares, así como
para la enfermedad cerebrovascular y renal.5
Se sabe también que los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión arterial
que las mujeres, situación que cambia cuando la mujer llega a la menopausia, ya que antes de
esta posee hormonas protectoras que desaparecen en este periodo y a partir de ese momento
la frecuencia se iguala. Por lo tanto la mujer debe ser más vigilada para esta enfermedad en
los años posteriores a la menopausia.6
La hipertensión arterial, de manera silente, produce cambios en el flujo sanguíneo, a
nivel macro y microvascular, causados a su vez por disfunción de la capa interna de los vasos
sanguíneos y el remodelado de la pared de las arteriolas de resistencia, que son las
responsables de mantener el tono vascular periférico. Muchos de estos cambios anteceden en
el tiempo a la elevación de la presión arterial y producen lesiones orgánicas específicas.
En el 90 % de los casos la causa de la HTA es desconocida, por lo cual se denomina
«hipertensión esencial», con una fuerte influencia hereditaria.
Entre el 5 y el 10 % de los casos existe una causa directamente responsable de la elevación
de las cifras tensionales. A esta forma de hipertensión se la denomina «hipertensión arterial
secundaria» que no solo puede en ocasiones ser tratada y desaparecer para siempre sin
requerir tratamiento a largo plazo, sino que además, puede ser la alerta para localizar
enfermedades aún más graves, de las que la HTA es únicamente una manifestación clínica.7
Los diuréticos y los betabloqueantes reducen la aparición de eventos adversos por
hipertensión arterial relacionados con la enfermedad cerebrovascular. Sin embargo, los
diuréticos son más eficaces en la reducción de eventos relacionados con la enfermedad
cardíaca coronaria. Los pacientes hipertensos que cumplen su tratamiento tienen menos
probabilidades de desarrollar hipertensión grave o insuficiencia cardíaca congestiva.8 En la
mayoría de los casos, en los ancianos se utilizan dosis bajas de diuréticos como terapia inicial
antihipertensiva. En pacientes ancianos con hipertensión sistólica aislada suele utilizarse
como terapia alternativa un inhibidor de los canales de calcio de acción prolongada,
tipo dihidropiridina. En pacientes ancianos con hipertensión no complicada, aún se están
realizando ensayos para evaluar los efectos a largo plazo de los inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina y los bloqueadores del receptor de la angiotensina-II.8
A la hipertensión se la denomina «la plaga silenciosa del siglo XXI». El Día Mundial de la
Hipertensión se celebra el 17 de mayo.

Índice

 1Historia
 2Epidemiología
 3Clasificación
o 3.1Clasificación de la hipertensión sistémica según su causa
 4Etiología
o 4.1Sodio
o 4.2Renina
o 4.3Resistencia a la insulina
o 4.4Diabetes
o 4.5Peso
o 4.6Apnea durante el sueño
o 4.7Genética
o 4.8Edad
 5Patogenia
 6Lesiones a órganos
o 6.1Ojo
o 6.2Sistema nervioso central
o 6.3Arterias periféricas
o 6.4Corazón
o 6.5Riñones
 7Diagnóstico
o 7.1Anamnesis
o 7.2Procedimientos para la medición correcta de la presión arterial
o 7.3Exploración física
o 7.4Exámenes de laboratorio
o 7.5Estudios adicionales
 8Tratamiento
 9Prevención
 10Véase también
 11Referencias
 12Enlaces externos

Historia[editar]
Artículo principal: Historia de la hipertensión

Ilustración por William Harvey(1578-1657) de la circulación venosa del antebrazo.9

Epidemiología[editar]
Datos recientes del Estudio Framingham del Corazón sugieren que aquellos individuos
normotensos mayores de 65 años de edad tienen un riesgo de por vida aproximado de 90%
de tener hipertensión arterial10. Desde los años 1980, el número de pacientes no
diagnosticados ha aumentado de 25% hasta casi un 33% en los años 1990,
la prevalencia de insuficiencia renal aumentó de menos de 100 por millón de habitantes hasta
más de 250 por millón y la prevalencia de insuficiencia cardíaca congestiva se duplicó.11
Es más frecuente en las zonas urbanas que en las rurales, y más frecuente en los negros que
en los blancos. La incidencia se ha calculado entre 0,4 y 2,5 % anual. La mortalidad por
certificado de defunción es de 8,1 por 100 000. Utilizando otros criterios llega a ser de 76 por
100 000. Se calcula entonces entre 8 000 a 9 000 muertes anuales atribuibles a la HTA. Del
66 al 75 % de los casos de trombosis cerebral tiene HTA. El 90 % de las hemorragias
intracraneales no traumáticas corresponden a la HTA.[cita requerida]

Clasificación[editar]
Variación de presión en el ventrículo izquierdo (línea azul) y la aorta (línea roja) en dos ciclos
cardíacos («latidos del corazón»), que muestra la definición de presión arterial sistólica y diastólica.

La presión arterial se expresa con dos medidas, la presión arterial sistólica y diastólica, como
por ejemplo 120/80 mmHg. La presión arterial sistólica (la primera cifra) es la presión
sanguínea en las arterias durante la sístole ventricular, cuando la sangre es expulsada desde
el corazón a las arterias; la presión arterial diastólica (el número inferior) es la presión en
la diástole, cuando el corazón se relaja y la presión arterial cae.
Las guías clínicas del manejo de la hipertensión arterial clasifican la hipertensión en fases o
estadios (ver tabla), que tendrán distinto pronóstico y tratamiento. Estas clasificaciones se
obtienen haciendo la media de las lecturas de la presión arterial del paciente en reposo
tomadas en dos o más visitas. La hipertensión es un factor de riesgocardiovascular; el
tratamiento antihipertensivo irá enfocado a reducir el riesgo cardiovascular global, por lo tanto,
al instaurar el tratamiento se tendrán en cuenta, además de las cifras de presión arterial, la
presencia de otros factores de riesgo cardiovascular, como enfermedad renal o cardiovascular
establecida, diabetes o síndrome metabólico.1213
Actualmente la clasificación de la Asociación Americana del Corazón (AHA por sus siglas en
Inglés) en conjunto con el Colegio Americano de Cardiología (ACC por sus siglas en Inglés) se
ha actualizado y desde 2017 publicó las guías para la detección, prevención, gestión y
tratamiento de la hipertensión arterial. En donde algunos aspectos a tener en cuenta son:

 La presión arterial alta se define ahora como lecturas de 130 mm Hg y superiores para
la medición de la presión arterial sistólica, o lecturas de 80 y superiores para la
medición diastólica. Esto es un cambio de la antigua definición de 140/90 y superior,
que refleja las complicaciones que pueden producirse en esos números más bajos.14
 En la primera actualización de las completas guías de EE. UU. sobre la detección y el
tratamiento de la presión arterial desde 2003, se elimina la categoría de
prehipertensión.15
 Si bien habrá cerca de un 14 por ciento más de personas que serán diagnosticadas
con presión arterial alta y que recibirán asesoramiento sobre cambios en los hábitos
de vida, solo habrá un ligero aumento en las personas a las que se les recetará
medicamentos.16
 Al reducir la definición de hipertensión arterial, las guías recomiendan una
intervención temprana para prevenir aumentos adicionales en la presión arterial y las
complicaciones de la hipertensión.17
A continuación se muestran una lista de las clasificaciones según las distintas guías.

Clasificación de la PA medida en consulta según las distintas guías


Presión Presión
Según sistólica diastólica
Según NICE Según
Según AHA
ESC AHA/ACC
(2003)18 en
(2007)1213 (2017) 20 mmHg kPa mmHg kPa
consulta
(2011)19

Normal Óptima Normal <120 <15.9 y <80 <10.6


120– 15.9-
Normal Elevada ó <80 <10.6
Normal 129 17.1
Prehipertensión
Normal- 130- 17.3- 10.6-
HTA estadio 1 ó 80–89
alta 139 18.5 11.8
HTA grado HTA
HTA estadio 1 HTA estadio 2 >140 >18.6 ó >90 >11.9
1 estadio 1
HTA grado HTA (desaparece 160- 21.3- 100- 13.3-
ó
2 estadio 2 estadio 3) 179 23.8 109 14.5
HTA estadio 2
HTA grado Crisis
HTA grave ≥180 ≥23.9 ó ≥120 ≥15.9
3 hipertensiva
Hipertensión sistólica aislada ≥140 ≥18.7 y <90 <11.9

Clasificación de la PA medida por AMPA o MAPA, según NICE (2011).19

Estadio Sistólica (mmHg) Diastólica (mmHg)

HTA estadio 1 140-159 ó 85-99

HTA estadio 2 160-179 ó 95-109

La presión arterial medida en consulta puede ser mayor a la presión arterial que una persona
tiene normalmente, fenómeno que se conoce como hipertensión de bata blanca.21 Las guías
NCGC-127 del National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) británico,19
del 2011 tienen en cuenta este fenómeno e incluyen las cifras de la monitorización ambulatoria
de la presión arterial (MAPA) y de la automedida de la presión arterial (AMPA) por encima de
las cuales consideran a la población hipertensa.
El JNC 7 (The Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention, Detection,
Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure)22 definió como prehipertensión a la presión
arterial comprendida entre 120/80 mmHg y 139/89 mmHg. La prehipertensión no es una
enfermedad, sino una categoría que permite identificar personas con alto riesgo de desarrollar
hipertensión. Esta cifra puede variar de acuerdo al sexo y edad del paciente.
La hipertensión sistólica aislada se refiere a la presencia de una presión sistólica elevada
conjuntamente con una presión diastólica normal, una situación frecuente en las personas de
edad avanzada.
La hipertensión se clasifica como resistente o refractaria en sujetos tratados con al menos
3 fármacos antihipertensivos a dosis plenas, uno de ellos diurético, con un adecuado
cumplimiento de la medicación antihipertensiva, es decir si la medicina convencional no
reduce la presión arterial a niveles normales.22 En EE.UU.23 y el Reino Unido24 se han
publicado sendas guías para el tratamiento de la hipertensión resistente.
La hipertensión al ejercicio es una elevación excesiva de la presión arterial durante
el ejercicio.252627 El rango considerado normal durante el ejercicio para los valores sistólicos es
entre 200 y 230 mmHg.28 La hipertensión al ejercicio puede indicar que el individuo tiene riesgo
de desarrollar posteriormente hipertensión en reposo.2728
La lectura de la tensión sistólica tiene predominio sobre la diastólica después de los 50 años,
siendo al revés previo a esa edad. Antes de los 50 años de edad la presión arterial diastólica
es un factor de riesgo de cardiopatía, mientras que la presión arterial sistólica lo es después
de los 50 años de edad.18
Clasificación de la hipertensión sistémica según su causa[editar]

 Hipertensión sistémica esencial. Corresponde a la inmensa mayoría de los casos.


 Hipertensión sistémica secundaria.3 Puede obedecer a múltiples causas que representan
en conjunto un pequeño porcentaje del total.
 De causa endocrinológica.
1. Hipertiroidismo
2. Hipotiroidismo (mixedema).
3. Feocromocitoma
4. Hiperfunción de la corteza suprarrenal: síndrome de
Cushing, hiperaldosteronismo primario (Síndrome de Conn), hiperplasia
congénita adrenal, ingestión excesiva de regaliz.
5. Hormonas exógenas: glucocorticoides, estrógeno (incluyendo el inducido por
el embarazo y los contraceptivos orales), alimentos que
contengan simpaticomiméticos y tiramina, inhibidores de la monoamino
oxidasa
6. Acromegalia
7. Hipertensión arterial del embarazo.
 De causa parenquimatosa renal: todas las nefropatías parenquimatosas y
tubulointersticiales en fase terminal.
1. Glomerulonefritis aguda
2. Enfermedad renal crónica
3. Enfermedad poliquística renal
4. Tumores productores de renina.
 De causa renovascular.
1. Intrínsecas a la arteria renal
2. Aterosclerosis de la arteria renal
3. Masas extrínsecas compresivas de la arteria renal
4. Fibrodisplasia de la arteria renal.
 De causa aórtica (vascular).
1. Coartación aórtica
2. Poliarteritis nodosa
3. Aumento del volumen intravascular
4. Aumento del gasto cardíaco
5. Rigidez de la aorta.
 De causa neurogénica.
1. Enfermedades bulbares y medulares.
2. Psicogénica: Hipertensión de bata blanca29
3. Traumatismo craneoencefálico o de médula espinal
4. Hipertensión intracraneal
5. Tumores encefálicos
6. Apnea del sueño
 Esclerodermia
 Enfermedad de Takayasu-Onishi
 Hipertensión secundaria a coartación aórtica
 HTA secundaria a endocrinopatías
 Acromegalia
 Hipercalcemia
 Deficiencia de 11-hidroxilasa
 Deficiencia de 17-hidroxilasa
 Síndrome de Geller. Mutación del gen receptor de mineralocorticoide.
 Hipertensión asociada a enfermedades del sistema nervioso central.
 Disautonomía
 Síndrome de Guillain-Barré
1. Porfiria aguda

Etiología[editar]
Algunos de los factores ambientales que contribuyen al desarrollo de la hipertensión arterial
incluyen la obesidad, el consumo de alcohol, circunstancias de nacimiento y las profesiones
estresantes. Se ha notado que en sociedades económicamente prósperas, estos factores
aumentan la incidencia de hipertensión con la edad.
Sodio[editar]
Artículo principal: Sal (condimento)

El consumo excesivo de sal induce y mantiene la hipertensión arterial. La hipertensión


sensible a la sal es el tipo más frecuente de hipertensión primaria. La hipertensión sensible a
la sal consiste en un incremento exagerado en la presión inducido por el consumo de sal.3031
Aproximadamente un tercio de la población normotensa y dos tercios de la hipertensa son
sensibles a la sal.32 En esa parte de la población, al aumentar la ingesta de sal se aumenta
la presión osmótica sanguínea al retenerse agua, aumentando la presión sanguínea.
Renina[editar]
Se ha observado que la renina, secretada por el riñón y asociada a la aldosterona, tiende a
tener un rango de actividades más amplio en los pacientes hipertensos. Sin embargo, la
hipertensión arterial asociada a un bajo nivel de renina es frecuente en personas con
ascendencia negra, lo cual probablemente explique la razón por la que los medicamentos que
inhiben el sistema renina-angiotensina son menos eficaces en ese grupo de
población.[cita requerida]
Resistencia a la insulina[editar]
En individuos normotensos, la insulina estimula la actividad del sistema nervioso simpático sin
elevar la presión arterial. Sin embargo, en pacientes con condiciones patológicas de base,
como el síndrome metabólico, la aumentada actividad simpática puede sobreponerse a los
efectos vasodilatadores de la insulina. Esta resistencia a la insulina ha sido propuesta como
uno de los causantes del aumento en la presión arterial en ciertos pacientes con
enfermedades metabólicas.
Diabetes[editar]
Los pacientes diabéticos tienen, en promedio, una presión arterial más elevada que el resto de
la población.
Peso[editar]
Existe una fuerte correlación entre el índice de masa corporal y la presión.
A la inversa, un régimen hipocalórico en un obeso hipertenso está acompañado de una baja
de la presión.
Apnea durante el sueño[editar]
Artículo principal: Síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño

La apnea del sueño es un trastorno común y una posible causa de hipertensión arterial.33 El
tratamiento de este trastorno por medio de presión aérea positiva continua u otros manejos,
mejora la hipertensión esencial.
Genética[editar]
La hipertensión arterial es uno de los trastornos más complejos con un componente genético
asociado a la aparición de la enfermedad. Se han estudiado a más de 50 genes que podrían
estar involucrados con la hipertensión. Recientemente se han localizado 12 nuevos genes en
los que se han visto variaciones relacionadas con diversos fenotipos relativos a la HTA.
Además, se han encontrado 35 SNPs que aparecen enriquecidos por variantes asociadas
a adiposidad, DM tipo 2, enfermedad coronaria y función renal publicadas anteriormente
en estudios de asocación de genoma completo, lo que evidenciaría que los genes
relacionados con la presión arterial participan en la actividad cardiovascular.34
Edad[editar]
Al transcurrir los años y según los aspectos de la enfermedad, el número de fibras
de colágeno en las paredes arteriales aumenta, haciendo que los vasos sanguíneos se
vuelvan más rígidos. Al reducirse así la elasticidad, el área seccional del vaso se reduce,
creando resistencia al flujo sanguíneo y como consecuencia compensadora, se aumenta la
presión arterial.
Se ha indicado que pacientes con más años de trabajar en una institución o que ocupan altos
puestos son más propensos a presentar hipertensión. Pero eso es resultado de la edad: los
más viejos tienen más tiempo de trabajar y alcanzan niveles de jefatura por su experiencia.35

Patogenia[editar]
La presión arterial es producto del gasto cardíaco y la resistencia vascular sistémica.36 Por lo
tanto, los factores determinantes de la presión arterial son factores que afectan al gasto
cardíaco y a la fisiología y estructura de las arteriolas. Por ejemplo, el aumento de
la viscosidad de la sangre tiene efectos significativos sobre el trabajo necesario para bombear
una cantidad dada de sangre y puede dar lugar a un aumento persistente de la presión
arterial.37 Las condiciones de maleabilidad de la pared de los vasos sanguíneos (componentes
pulsátiles) afectan la velocidad del flujo sanguíneo, por lo que también tienen una potencial
relevancia en lo que respecta a la regulación de la presión arterial. Además, los cambios en el
espesor de las paredes vasculares afectan a la amplificación de la resistencia vascular
periférica en pacientes hipertensos, lo que conlleva a reflexión de ondas en dirección a
la aorta y opuestas al flujo sanguíneo, aumentando la presión arterial sistólica. El volumen de
sangre circulante es regulada por el Sodio desde el sistema renal y el manejo del agua, un
fenómeno que juega un papel especialmente importante en la hipertensión sensible a las
concentraciones de Sodio sanguíneas.
La mayoría de los mecanismos asociados a la hipertensión secundaria son generalmente
evidentes y se entienden bien. Sin embargo, aquellos relacionados con la hipertensión
esencial (primaria) son mucho menos comprendidos. Lo que se sabe es que el gasto cardíaco
se eleva a principio del curso natural de la enfermedad, con una resistencia periférica total
(RPT) normal. Con el tiempo, disminuye el gasto cardíaco hasta niveles normales, pero se
incrementa la RPT. Tres teorías han sido propuestas para explicar este fenómeno:

1. La incapacidad de los riñones para excretar sodio, resultando en la aparición de


factores que excretan sodio, tales como la secreción del péptido natriurético
auricular para promover la excreción de sal con el efecto secundario de aumento de la
resistencia periférica total.5
2. Un sistema renina-angiotensina-aldoesterona hiperactivo que conlleva a
una vasoconstricción y la consecuente retención de sodio y agua. El aumento reflejo
del volumen sanguíneo conduce a la hipertensión arterial.38
3. La hiperactividad del sistema nervioso simpático, dando lugar a niveles elevados
de estrés.39
También se sabe que la hipertensión es altamente heredable y poligénicas (causadas por más
de un gen) y varios genes candidatos se han postulado como causa de esta enfermedad.
Recientemente, el trabajo relacionado con la asociación entre la hipertensión esencial y el
daño sostenido al endotelio ha ganado favor entre los científicos enfocados en la hipertensión.
Sin embargo, no está del todo claro si los cambios endoteliales preceden al desarrollo de la
hipertensión o si tales cambios se deben principalmente a una persistente presión arterial
elevada.

Lesiones a órganos[editar]
Los órganos cuya estructura y función se ven alterados a consecuencia de la hipertensión
arterial no tratada o no controlada se denominan «órganos diana» e incluyen el sistema
nervioso central, arterias periféricas, corazón y riñones, principalmente. La asociación entre la
presión arterial y el riesgo de cardiopatías, infarto agudo de miocardio, derrame cerebral y
enfermedades renales es independiente de otros factores de riesgo. Por ejemplo, en
individuos comprendidos entre las edades de 40 y 70 años de edad, cuando la presión arterial
se encuentra entre 115/75 a 185/115 mmHg, cada incremento de 20 mmHg en la presión
sistólica o de 10 mmHg en presión diastólica duplica el riesgo de aparición de alguna de estas
enfermedades.18
Ojo[editar]

 Retinopatía hipertensiva: vasoespasmo, aumento del brillo arterial, cruces arterio-venosos


patológicos (signo de Gunn), hemorragias, exudados, papiledema y trombosis retinianas
venosas.
Sistema nervioso central[editar]
Véase también: Escala ABCD²

La hipertensión arterial persistente puede causar un accidente cerebrovascular trombótico o


embólico, infartos lacunares o un accidente cerebrovascular
hemorrágico con hematomaintracerebral, entre otros. Tanto la presión sistólica y diastólica
elevadas son perjudiciales; una presión diastólica de más de 100 mmHg y una presión sistólica
de más de 160 mmHg han dado lugar a una incidencia significativa de enfermedades
cerebrovasculares. Otras manifestaciones de la hipertensión incluyen la encefalopatía
hipertensiva, lesiones microvasculares cerebral y la demencia de origen vascular como
consecuencia de múltiples infartos del sistema nervioso central.5

Hematoma parietooccipital secundario a crisis hipertensiva.

Arterias periféricas[editar]

 Disfunción endotelial crónica, con vasoconstricción inapropiada, liberación de especies


reactivas de oxígeno, inflamación, aumento de actividad protrombótica y reducción de
la fibrinólisis.
 Remodelado parietal y estrechamiento luminal a expensas de redistribución de músculo
liso de la túnica media arterial.
 Arterioloesclerosis con engrosamiento de la túnica media (de Monckeberg).
 Ateroesclerosis progresiva de grandes vasos, en especial de vasos cerebrales, aorta,
coronarias y arterias de los miembros inferiores, generando hipoperfusión crónica
subclínica o sintomática.
 Aneurismas, complicados eventualmente con disección o ruptura, especialmente a nivel
de aorta torácica.
Corazón[editar]

 Hipertrofia ventricular izquierda: en inicio hay engrosamiento parietal sin incremento de la


masa ventricular total (remodelado concéntrico); luego se desarrolla franca hipertrofia
concéntrica, que podría llegar a fase dilatada (hipertrofia excéntrica).
 Fibrosis miocárdica, como parte del proceso de hipertrofia, con deterioro de la
distensibilidad parietal y de las propiedades viscoelásticas del miocardio contráctil.
 Isquemia microvascular coronaria, principalmente por rarefacción de la red capilar y
disfunción endotelial de los vasos remanentes.
 Síndrome coronario agudo: angina inestable o infarto sin onda Q (también conocido como
infarto sin elevación de segmento S-T).
 Infarto agudo miocárdico.
 Disfunción diastólica ventricular izquierda, a consecuencia de isquemia, hipertrofia y
fibrosis ventricular, que conducen a anomalías regionales y globales de la relajación y, en
fases más avanzadas, de la distensibilidad.
 Disfunción sistólica ventricular izquierda, con caída de la fracción de eyección ventricular
izquierda (FE, el porcentaje de toda la sangre que, habiendo llenado
el ventrículo en diástole, es bombeada de manera efectiva fuera de la cavidad).
 Insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) global; como consecuencia de la falla ventricular
izquierda hay además compromiso secundario del hemicardio derecho, con dilatación de
cámaras e hipertensión arterial pulmonar secundaria.
 Valvulopatías calcíficas degenerativas de hemicardio izquierdo, en especial de las
válvulas mitral (insuficiencia) y aórtica (estenosis o insuficiencia).
 Fibrilación auricular (arritmia supra-ventricular).
 Arritmias ventriculares, como consecuencia de micro-reentrada por fibrosis, lesión o
isquemia.

Ecocardiograma de paciente con hipertrofia concéntrica del ventrículo izquierdo (Eje largo paraesternal).

Riñones[editar]

 Microalbuminuria, marcador temprano de nefropatía y factor independiente de riesgo de


morbimortalidad cardiovascular.
 Fibrosis tubulointersticial del parénquima renal.
 Glomeruloesclerosis focal y difusa con pérdida de nefronas, como consecuencia de
hipertensión intraglomerular crónica.
 Isquemia renal crónica debida a ateroesclerosis acelerada de las arterias renales.
 Infarto renal, por ateromatosis de arterias renales o embolia.
 Reducción de la tasa de filtrado glomerular, por la pérdida de masa de nefronas
funcionales, proceso progresivo que se ve acelerado en hipertensos y más aún en
presencia de diabetes mellitus.
 Insuficiencia renal crónica como evento terminal.

Diagnóstico[editar]
Anamnesis[editar]
La historia clínica del paciente hipertenso debe ser recolectada al detalle y enriquecerse con
información provista por parientes cercanos, o por otros médicos o personal paramédico que
lo hayan atendido en el pasado, si aplica. La hipertensión es la enfermedad asintomática por
excelencia, tanto es así que se la ha llamado «la asesina silenciosa», por lo que no resultaría
extraño que no se recolecten muchos síntomas en la historia, o que estos síntomas sean poco
específicos (dolor de cabeza, mareo y trastornos visuales, por ejemplo). Una vez bien definido
el motivo de consulta y habiéndose documentado los datos relevantes de la presente
enfermedad, debe hacerse énfasis desde la primera consulta sobre los siguientes datos:

 Factores de riesgo cardiovascular, tradicionales y no tradicionales;


 Antecedentes familiares de enfermedad, en especial si ha habido muertes de causa
cardíaca en consanguíneos menores de 50 años (de primer grado: padres, hermanos,
hijos);
 Condición socioeconómica, cultural y laboral, estatus familiar, acceso a sistemas
de salud, nivel de educación, factores ambientales o situacionales causantes de estrés;
 Listado exhaustivo de comorbilidades (generalmente interrogando antecedentes por
sistemas);
 Hábitos higiénico-dietéticos: café, té, bebidas
carbonatadas, alcohol, tabaco, sodio, alimentación, actividad física;
 Alto nivel de glicemia y alto consumo de glucosa (si la persona tiene Diabetes);
 Exposición a fármacos que puedan causar hipertensión
(efedrina, metilfenidato, ergotaminas, entre otras);
 Alergias e intolerancias;
 Síntomas, cardiovasculares (disnea, ortopnea, disnea paroxística
nocturna, precordialgia, palpitaciones, síncope, edema, claudicación intermitente) o
inespecíficos (cefalea, mareo, acúfenos, trastornos visuales, deterioro
cognitivo, fatiga, cambios del estado de ánimo, disfunción eréctil, por ejemplo);
 Eventos previos cardiovasculares: isquemia cerebral transitoria, accidentes
cerebrovasculares, angina de pecho, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca
congestiva, insuficiencia renalcrónica entre otros;
 Procedimientos quirúrgicos previos o planeados.
Esta información es vital para la valoración global de riesgo cardiovascular de cada paciente
hipertenso. Cada elemento de riesgo o diagnóstico clínico, resuelto o no (tratado o no tratado),
cada síntoma, cada antecedente, debería ser incluido en una lista de problemas. Esto ayudará
a planear el tratamiento global sin olvidar puntos importantes.
Procedimientos para la medición correcta de la presión arterial[editar]
La toma de la presión arterial en pacientes de alto riesgo debe efectuarse de manera correcta
con la finalidad de evadir los falsos negativos e incluso falsos positivos.

 El individuo debe estar, preferentemente sentado, con la espalda recostada contra el


respaldo y el miembro superior deberá reposar sobre la superficie del escritorio, el
antebrazo en pronación, a la altura del corazón; las plantas de los pies deben estar
apoyadas sobre el suelo sin cruzar las piernas.
 Después de algunos minutos de reposo (preferentemente 5 minutos, quizás durante o al
final del interrogatorio) se coloca un manguito de tamaño apropiado (que cubra 2/3 de la
longitud del brazo) y en buenas condiciones en la parte media del brazo del paciente; no
debe haber ropa entre la piel y el manguito, que deberá estar bien ajustado, pero no tanto
que impida la introducción del dedo meñique entre el mismo y la piel. Si al arremangar la
camisa o la blusa la tela comprime el miembro, deberá mejor retirarse la ropa y pedir al
paciente que se vista con una bata para examen físico. Precaución: en algunos pacientes
no puede emplearse alguno de los brazos para la toma de presión: amputación, historia
de cirugía radical en axila, o presencia de una fístula arteriovenosa, por ejemplo).
 Aunque en la actualidad se dispone de diversos medios diagnósticos (como los
esfigmomanómetros aneroides), debe emplearse un tensiómetro de columna de mercurio,
que deberá ser revisado y calibrado periódicamente. La base del tensiómetro y el centro
del manguito deberán estar a la altura del corazón del paciente para evitar errores en la
medición. Si se dispone solo de esfigmomanómetro debe de verificarse que esté bien
calibrado. Debe disponerse de por lo menos tres tallas de manguitos, incluyendo uno para
pacientes obesos y otro pediátrico, que podría ser útil en personas muy ancianas con gran
atrofia muscular o escaso panículo adiposo.
 El procedimiento de la toma de cifras tensionales no debe ser incómodo ni doloroso. Se
infla el manguito por lo menos 20-30 mmHg más arriba de la presión necesaria para que
desaparezca el pulso de la muñeca o del codo, o hasta que se haya superado una presión
de 220 mmHg. Luego, aplicando el estetoscopio sobre la arteria braquial, se desinfla con
lentitud hasta que sean audibles por primera vez los ruidos de Korotkoff (presión sistólica).
La desaparición precoz de los ruidos y su ulterior reaparición, el llamado gap o brecha
auscultatoria es frecuente en personas de edad avanzada, por lo que se deberá seguir
desinflando el manguito con lentitud hasta que no haya duda del cese definitivo de los
ruidos (fase V de Korotkoff, presión diastólica). En algunos pacientes los ruidos nunca
desaparecen, por lo que se medirá la presión diastólica cuando cambien de intensidad
(Fase IV). En todo momento los ojos del observador deberán estar al nivel de la columna
de mercurio, para evitar errores de apreciación.
 Al desinflar el manguito es de crítica importancia que el miembro del paciente se
encuentre inmóvil.
 En la primera consulta sería ideal tomar la presión en ambos brazos y dejar definido en
cuál de ellos se encuentra más elevada, haciéndolo constar en el expediente, pues las
mediciones deberían seguirse realizando en ese mismo brazo. La medición de la PA con
el paciente de pie es muy aconsejable en el adulto mayor, deberá dejarse al paciente de
pie por lo menos durante 1 minuto antes de hacer la medición.
 Si se hacen tomas sucesivas, como es aconsejable (incluso se puede hacer una medición
final, antes que el paciente abandone el consultorio), deberá dejarse un intervalo de por lo
menos un minuto entre medida y medida.
 Las cifras de presión no deberán redondearse. Con buena técnica puede registrarse la
presión con un nivel de exactitud de 2 mmHg.
 Todos los conceptos arriba explicados corresponden también a los tensiómetros
electrónicos disponibles en el mercado. Se deben buscar marcas certificadas por
la FDA (Food and Drugs Administration: Administración de Alimentos y Medicamentos) de
los EE. UU., u otras instituciones nacionales, preferentemente con manguito braquial. El
médico debe enseñar personalmente a sus pacientes el uso de estos aparatos y la
secuencia correcta de procedimientos para que las mediciones domiciliarias sean
confiables. Se estima que las cifras de presión en el hogar son en promedio
5 mmHg menores que en el consultorio, tanto para la presión sistólica como para la
diastólica.
Exploración física[editar]
Algunas de las exploraciones que pueden realizarse para la evaluación de paciente con
hipertensión arterial son las siguientes:

 Inspección del aspecto general, en especial de la facies, color de tegumentos, hábito


corporal, estado anímico, nivel de conciencia y orientación;
 Antropometría: peso, talla, índice de masa corporal (IMC), perímetro de cintura (PC, medir
a la altura de las crestas ilíacas) y relación cintura/cadera (RCC);
 Medición del pulso y de la presión arterial, en posición sentada y después de 5 minutos de
reposo en varias ocasiones. Se considera a la media aritmética o a la mediana de dichas
cifras como el valor representativo para la visita. Es necesario medir la presión en ambos
brazos, registrar el valor más elevado y anotar en el expediente a qué brazo corresponde,
para medirla en ese miembro a futuro. Los procedimientos para la medición correcta se
discutieron previamente. Se recomienda la toma de presión en posición de pie si se trata
de pacientes adultos mayores para descartar ortostatismo, o en caso que se
sospeche disautonomía (diabéticos crónicos, por ejemplo).
 Fondo de ojo: tener en cuenta la clasificación de Keith-Wagener de retinopatía
hipertensiva, si aplica, aunque los oftalmólogos no la aplican; se buscarán aumento del
brillo arterial, cruces arteriovenosos patológicos (signo de Gunn), pérdida de la relación
venoarterial, exudados, hemorragias y anomalías de disco óptico y retina periférica. Debe
recordarse que los signos de la retinopatía hipertensiva incipiente (cambios en la relación
arteriovenosa, por ejemplo) son inespecíficos, a excepción de las hemorragias y
exudados. Cada vez es menos frecuente ver papiledema en clínica.
 Cuello: Inspección de venas yugulares, palpación y auscultación de arterias carótidas,
valoración de la glándula tiroides;
 Exploración cardiopulmonar exhaustiva, describiendo aspecto y expansión del tórax,
ventilación pulmonar, punto de máximo impulso (PMI) del corazón, frémitos y ruidos
cardíacos, tanto los normales como los accesorios o patológicos;
 Abdomen: panículo adiposo, presencia de pulsaciones visibles, circulación venosa
complementaria, visceromegalias, tumores;
 Exploración de los pulsos periféricos (amplitud, onda de pulso, simetría), del llenado
capilar, temperatura de zonas acrales, redes venosas periféricas;
 Exploración neurológica básica, que debería ser exhaustiva en caso de lesión previa o
actual del sistema nervioso central o periférico): pupilas, movimientos oculares, simetría
facial, audición, equilibrio, coordinación, lengua y paladar blando, fuerza de los miembros,
sensibilidad, reflejos osteotendinosos y músculocutáneos, normales o patológicos.
Exámenes de laboratorio[editar]
Se recomiendan los siguientes estudios de laboratorio básicos para todo paciente hipertenso:

 Hematocrito o hemoglobina: no es necesario realizar un hemograma completo si solo se


estudia la hipertensión arterial.
 Creatinina sérica (nitrógeno ureico en sangre es opcional, pero es necesario en caso de
insuficiencia cardíaca aguda).
 Potasio sérico (algunos expertos piden también sodio sérico, para la detección
de hiponatremia, si la clínica la sugiere).
 Glucemia en ayunas y 2 horas posprandial (después de comer). Un test de tolerancia oral
a la glucosa (TTG) podría ser necesario
 Perfil lipídico: Colesterol total/HDL y triglicéridos (ayuno de 12-14 h), el colesterol LDL
puede calcularse por la fórmula de Friedewald si los triglicéridos son inferiores a
400 mg%: [(CT - C-HDL) – TG/5].
 Ácido úrico en especial si se trata de paciente varón o mujeres embarazadas.
 Examen general de orina.
 Microalbúmina en orina si el examen general de orina no muestra proteinuria y se
sospecha lesión renal por la cantidad y el tipo de factores de riesgo presentes (diabetes
mellitus, por ejemplo).
Otras pruebas de laboratorio deberán indicarse en situaciones especiales.
Estudios adicionales[editar]
Algunos procedimientos de diagnóstico de gabinete son útiles para el estudio de todo
hipertenso. Se busca confirmar el diagnóstico, descartar causas secundarias y determinar la
presencia (o hacer seguimiento) de lesiones de órgano blanco y de su grado de gravedad.

 Electrocardiograma. Fundamental para el diagnóstico de hipertrofia ventricular izquierda,


evaluación de arritmias, presencia de zonas de necrosis, corrientes de isquemia o lesión,
diagnóstico de trastornos electrolíticos.
 Radiografía posteroanterior del tórax; podrán indicarse radiografías laterales en caso
necesario. Se valoran silueta cardíaca, aorta, hilios pulmonares, mediastino, tórax óseo y
el parénquima pulmonar.
 Ergometría o test de electrocardiograma de esfuerzo. Ayuda a valorar la condición física,
la respuesta presora al ejercicio en pacientes ya tratados y la presencia o ausencia de
isquemia o arritmias inducibles. No es un estudio de primer nivel de atención pero tiene
aplicación en ciertos pacientes y debe ser tenido en cuenta si hay un elevado riesgo
coronario o en presencia de angina de pecho con ejercicio.
 Monitorización ambulatoria de presión arterial de 24 horas. Es un recurso a menudo
subutilizado.
 Ecocardiograma dóppler-color. Estudio no invasivo de altísimo rendimiento diagnóstico.
No es un estudio de primer nivel porque requiere de equipo sofisticado y personal
altamente entrenado, por lo que su costo es relativamente alto. No se recomienda la
ecocardiografía de rutina en pacientes con hipertensión sin síntomas o evidencia clínica
de daño orgánico cardíaco.
Otros procedimientos (dóppler de arterias renales, monitorización de Holter, estudios de
función autonómica, pruebas de mecánica vascular o función endotelial, estudios de medicina
nuclear, tomografía axial computarizada, resonancia magnética nuclear) podrían ser
necesarios en ciertos pacientes, pero no se consideran obligatorios para los niveles básicos
de atención. Se deberá valorar, al indicarlos, la relación costo/beneficio para cada individuo en
particular, independientemente de los recursos disponibles.

Tratamiento[editar]
Artículo principal: Tratamiento de la hipertensión arterial

El tratamiento de la hipertensión arterial está asociado a una reducción de la incidencia


de derrame cerebral de un 35-40%, de infarto agudo de miocardio entre 20-25% y
de insuficiencia cardíaca en más de un 50%.18
La literatura afirma que la adherencia al tratamiento define el éxito terapéutico, y que a su vez
la adherencia depende del sexo, la educación, el ambiente y la relación con el médico. Sin
embargo, realmente no se ha encontrado ninguna de esas relaciones, lo que hace urgente
estudios más rigurosos40
Se indica tratamiento para la hipertensión a:

 pacientes con cifras tensionales diastólicas mayores de 90 mmHg o sistólica mayores de


140 mmHg en mediciones repetidas;
 pacientes con una tensión diastólica menor que 89 mmHg con una tensión sistólica mayor
que 160 mmHg;
 pacientes con una tensión diastólica de 85 a 90 mmHg que tengan diabetes mellitus o
con arteroesclerosis vascular demostrada.
Los pacientes prehipertensos o que no califiquen para recibir tratamiento específico deben
ajustar sus hábitos modificables, entre ellos:

 pérdida de peso en pacientes con sobrepeso u obesidad, fundamentalmente con ejercicio


y una dieta rica en frutas, vegetales y productos lácteos libres de grasa (véase: Dieta
DASH);4142
 limitación del consumo de bebidas alcohólicas a no más de 30 ml de etanol diarios en
varones (es decir, 720 ml [24 oz] de cerveza, 300 ml [10 oz] de vino, 60 ml [2 oz]
de whisky) o 15 ml (0,5 oz) de etanol por día en mujeres o en varones con peso más
liviano;5
 reducción de la ingesta diaria de cloruro de sodio (sal común de mesa) a no más de
6 gramos (2,4 gramos de sodio);4344

El Séptimo Comité sugiere, como línea inicial medicamentosa para la hipertensión, las
siguientes estipulaciones:

 pacientes prehipertensos, es decir, con una presión arterial de 120-139/80-89: no se


indican medicamentos.
 hipertensión arterial estadio 1 (140-159/90-99): diuréticos tipo tiazida se recomiendan para
la mayoría de los pacientes. Los IECA, ARA-II, beta bloqueantes, bloqueante de los
canales de calcio o una combinación de éstos puede que sea considerada.
 hipertensión arterial estadio 2, con una presión arterial mayor de 160/100: combinación de
dos fármacos, usualmente un diurético tiazida con un IECA, ARA-II, beta bloqueante o
BCC.
Además del tratamiento medicamentoso, en todos los pacientes (independientemente del
estadio) se procurará ajustar los hábitos modificables antes señalados.

Prevención[editar]
Si bien no es posible eliminar por completo la hipertensión, varias acciones son muy útiles y
necesarias para prevenir su aparición y para evitar el empeoramiento de los síntomas:

 Incrementar la actividad física aeróbica; actividades como caminar, bailar, correr, nadar y
montar en bicicleta, de 30 a 60 minutos al día y al menos de tres a cinco días por semana.
Bien realizados, estos ejercicios pueden llegar a reducir los valores de tensión arterial en
personas hipertensas hasta situar sus valores dentro de la normalidad.45
 Mantener un peso corporal dentro de los estándares correspondientes a la edad y la
estatura, según el sexo, lo que debe estar acorde con el IMC correspondiente;
 Reducir al mínimo el consumo de alcohol: al día no deben consumirse más de 30 ml
de etanol, que equivale a 720 ml (2 latas) de cerveza; 300 ml de vino (dos copas; un vaso
lleno contiene 250 ml); 60 ml de whisky (un quinto de vaso), en los varones; en las
mujeres, la mitad; reducir el consumo de sodio, consumir una dieta rica en frutas y
vegetales.
 Se recomienda una dieta que se caracteriza por la abundancia de productos frescos de
origen vegetal (frutas, verduras, cereales, patatas, frutos secos), baja en productos ricos
en azúcares refinados y carnes rojas, consumir aceite de oliva como la principal fuente de
grasa, y la ingesta de queso fresco, yogur, pollo y pescado en cantidades moderadas, lo
cual se considera una alimentación ideal para la prevención de las enfermedades
cardiovasculares.
 Privarse de todo tipo de tabaco (cigarro, pipa, habano, etc.).
 Controlar la glucemia (sobre todo si la persona padece diabetes).

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