Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas de salud. Aunque la
diabetes no tiene cura, la persona con diabetes puede tomar medidas para controlar su
enfermedad y mantenerse sana.
A veces las personas cuando tiene diabetes dicen que tienen “un poquito alto el azúcar” o que
tienen “prediabetes”. Estos términos nos hacen pensar que la persona realmente no tiene
diabetes o que su caso es menos grave. Sin embargo, todos los casos de diabetes son graves.
Diabetes tipo 1
Con la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina porque el sistema inmunitario ataca y
destruye las células del páncreas que la producen. Por lo general, se diagnostica la diabetes tipo
1 en niños y adultos jóvenes, aunque puede aparecer a cualquier edad. Las personas con
diabetes tipo 1 tienen que usar insulina todos los días para sobrevivir.
Diabetes tipo 2
Con la diabetes tipo 2, el cuerpo no produce o no usa la insulina adecuadamente. La diabetes
tipo 2 puede aparecer a cualquier edad, incluso durante la infancia. Sin embargo, este tipo de
diabetes se presenta con mayor frecuencia en las personas de mediana edad y en los ancianos.
Este es el tipo más común de diabetes.
Diabetes gestacional
La diabetes gestacional afecta a algunas mujeres durante el embarazo. La mayoría de las veces,
este tipo de diabetes desaparece después de que nazca el bebé. Sin embargo, cuando una mujer
ha tenido diabetes gestacional, tiene más probabilidad de sufrir de diabetes tipo 2 más adelante
en la vida. A veces, la diabetes que se diagnostica durante el embarazo es en realidad diabetes
tipo 2.
Las personas pueden tomar algunas medidas para reducir la probabilidad de tener
estos problemas de salud relacionados con la diabetes.
¿Qué es la diabetes?
Diabetes es la palabra utilizada comúnmente para identificar varios trastornos
metabólicos en los cuales el organismo no produce insulina, o no utiliza de modo
efectivo la insulina que produce.
Se caracteriza por niveles de azúcar en la sangre anormalmente altos. Se la conoce
como "diabetes mellitus": diabetes deriva de la palabra griega sifón, que describe la
sed excesiva y la micción frecuente que produce la enfermedad, y mellitus, que
significa miel en latín, debido a que la orina contiene azúcar y es dulce.
Esencialmente, la diabetes modifica el modo en que su organismo utiliza los alimentos.
La insulina es la clave del problema, puesto que la función de la insulina en el
organismo es ayudar a que la glucosa penetre en las células donde se utiliza para
producir energía.
La diabetes se caracteriza por una falta total o parcial de producción de insulina. Las
formas más comunes son la diabetes de tipo 1 y la diabetes de tipo 2. En ambos casos,
las personas tienen escasa o nula capacidad de movilizar el azúcar fuera del torrente
sanguíneo y hacia las células, donde se utiliza como combustible esencial del
organismo.
Síntomas y complicaciones
Los síntomas de la diabetes incluyen:
Micción frecuente
Exceso de apetito y/o sed
Pérdida de peso
Fatiga
Embotamiento
Llagas que cicatrizan lentamente
Infecciones
Enfermedades cardíacas
Alta presión
Accidente cerebro-vascular
Insuficiencia renal
Enfermedad periodontal
Ceguera
Infecciones en las piernas y pies
Diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica que se trata con inyecciones de insulina.
Deben aplicarse todos los días y algunas personas necesitan múltiples inyecciones
diarias para mantener el control de la glucosa en sangre. Este tipo de diabetes se
desencadena cuando una "reacción autoinmune" destruye las células beta del
páncreas. Reacción autoinmune significa que el organismo crea anticuerpos contra sus
propias células. Como resultado, el páncreas deja de producir insulina, o no puede
producir la suficiente por sí mismo. El tratamiento consiste en inyecciones diarias de
insulina, junto con una alimentación saludable y actividad física regular.
Sed imperiosa
Micción frecuente
Azúcar en la orina
Olor parecido a la acetona en el aliento
Fatiga, debilidad, somnolencia
Pérdida de peso excesiva en un período corto de tiempo, sin razón aparente
Pese a que se desconocen las causas de la diabetes, existen ciertos factores que
pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 1.
Diabetes tipo 2
La diabetes tipo 2 comprende varios trastornos que tienen diferentes causas y grados
de severidad. Es el tipo de diabetes más común.
A menudo, el páncreas de las personas con diabetes tipo 2 puede todavía elaborar su
propia insulina, pero el organismo no la utiliza con efectividad. Muchas personas
manejan esta diabetes simplemente siguiendo una dieta saludable y haciendo ejercicio
físico. En individuos con sobrepeso, mejora en función de la pérdida de peso, dieta
saludable y actividad física. Al progresar la enfermedad, puede ser que algunas
personas tengan que tomar medicación oral o inyecciones de insulina. El tipo 2 es más
común que el tipo 1. Aunque se desconocen las causas de la diabetes tipo 2, hay
ciertos factores de riesgo que pueden predisponer a algunas personas.
Diabetes gestacional
Es otro tipo común de diabetes. Es un trastorno transitorio que ocurre durante el
embarazo, causado por la mayor exigencia sobre el páncreas. A menudo desaparece
luego del parto, pero puede reaparecer posteriormente. La diabetes gestacional afecta
entre un 2% y un 4% de los embarazos, con mayor riesgo de producirla en madre e
hijo. El riesgo de reaparición de la diabetes tipo 2 aumenta si la madre dio a luz un
niño cuyo peso es mayor a 4 kg al nacer.
El tratamiento consiste en dieta saludable, actividad física, y en algunos casos, terapia
con insulina.
¿Estoy en riesgo?
La diabetes es un trastorno que ocurre a nivel mundial. Las cifras de personas
afectadas varían de un lugar a otro y entre grupos étnicos. El riesgo de desarrollarla
depende de quién es usted, de cómo vive y dónde. La diabetes tipo 1 puede
desarrollarse a cualquier edad, aunque más a menudo aparece en la gente joven
(menores de 20 años), de contextura delgada, especialmente en los niños al comienzo
de la pubertad.
La diabetes tipo 2 afecta más a menudo a los individuos mayores de 45 años, con
sobrepeso y que tienen un bajo nivel de actividad física. Los datos sugieren que tanto
las características hereditarias como los factores ambientales tienen incidencia en la
aparición de la diabetes. La cantidad de personas a las que se les diagnosticó diabetes
se incrementó en los últimos años y continúa en aumento. La Organización Mundial de
la Salud (O.M.S.) estima que, a nivel mundial, habrá más de 300 millones de
diabéticos en 2025.
Factores ambientales
En el desarrollo de la diabetes pueden incidir diferentes factores ambientales. Las
infecciones y la actividad del sistema inmunológico se cuentan entre esos factores. Una
mayor expectativa de vida en algunos países influye también en el aumento a nivel
mundial de personas diagnosticadas con diabetes tipo 2.
Tipos de diabetes
Compartir:
69364
Diabetes tipo 1
Definición
La diabetes tipo 1 es una de las enfermedades crónicas infantiles más frecuentes. Ocurre
porque el páncreas no fabrica suficiente cantidad de insulina.
Causas
Hasta hoy, se desconocen las causas exactas que dan origen a una diabetes tipo 1. Se sabe
que existen una serie de factores combinados entre sí:
Sabemos que la mayoría de las personas que desarrollan diabetes no lo hacen de un día para
otro. Se trata de un proceso que puede durar años, incluso iniciarse desde el nacimiento.
Diabetes tipo 2
Definición
La diabetes tipo 2 es la forma de diabetes más
frecuente en personas mayores de 40 años. Se la conoce también como diabetes del adulto,
aunque está aumentando mucho su incidencia en adolescentes e incluso preadolescentes
con obesidad. En este tipo de diabetes la capacidad de producir insulina no desaparece pero
el cuerpo presenta una resistencia a esta hormona. En fases tempranas de la enfermedad, la
cantidad de insulinaproducida por el páncreas es normal o alta. Con el tiempo la producción
de insulina por parte del páncreas puede disminuir.
Causas
Factor genético o hereditario. La diabetes tipo 2 tiene mayor riesgo hereditario que
la tipo 1. En casi todos los casos un padre o un abuelo tienen la enfermedad. En el
caso de gemelos idénticos, si uno tiene la enfermedad, el otro tiene un 80% de
posibilidades de desarrollarla.
Estilo de vida. El 80% de las personas que desarrollan diabetes tipo 2 tienen
obesidad y no tienen una vida muy activa. El restante 20% a menudo tienen un
defecto hereditario que causa resistencia a la insulina.
Diagnóstico
Las personas con diabetes tipo 2 pueden estar años con la glucosa alta sin tener síntomas de
diabetes. Muchas veces el diagnóstico es casual al realizarse un análisis de sangre o de
orina por otro motivo. La poliuria, polidipsia, polifagia, fatiga y pérdida de peso
características de la diabetes tipo 1 también pueden estar presentes.
Tratamiento
Al igual que en la diabetes tipo 1 es importante que la familia aprenda lo máximo posible
de la enfermedad. Al comienzo de la diabetes ésta se podrá controlar en muchas personas
con cambios en el estilo de vida que incluyen una dieta normo o hipocalórica y ejercicio
físico diario. Es importante que los cambios en el estilo de vida se realicen en toda la
familia ya que así entre todos ayudaremos al adolescente o niño a aceptarlos mejor.
Los controles de glucemia capilar son muy importantes aunque no se esté
utilizando insulina como tratamiento. El mínimo recomendado son tres-cuatro al día. Los
objetivos serían tener una glucemia en ayunas < 120mg/dl y a las dos horas de las comidas
< 140mg/dl.
Si con estas medidas no se consigue tener un buen control metabólico se añadirán pastillas
(Antidiabéticos orales) o insulina. Existen diferentes tipos de antidiabéticos orales, los más
utilizados son:
La insulina es otra opción terapéutica en las personas con diabetes tipo 2. Si al debut de la
enfermedad hay cuerpos cetónicos se precisará tratamiento inicial con insulina. Durante
periodos de enfermedades intercurrentes, muchos diabéticos tipo 2 necesitarán pinchazos
de insulina. Según la enfermedad progresa muchas personas con diabetes tipo 2
precisarán insulina.
Agonistas de GLP-1: aunque también se inyectan, no son insulina. Están indicados cuando
se asocian obesidad y diabetes tipo 2 gracias a su efecto beneficioso sobre el peso. También
controlan los picos de glucosa que se producen tras la toma de alimentos.
La DM2 es la forma más común. Aproximadamente del 90 al 95 por ciento de las personas
con diabetes tienen la diabetes de tipo 2. Esta forma de diabetes normalmente se desarrolla
en los adultos mayores de 40 años y es aun más común entre los adultos mayores de 55 años
de edad. Cerca del 80% de las personas con DM2 tienen exceso de peso.
En el caso de la DM2 , el páncreas normalmente produce insulina pero por alguna razón el
organismo no puede usarla eficazmente. El resultado fes la acumulación perjudicial de
glucosa en la sangre y la incapacidad del organismo de usar eficientemente su principal
fuente de energía.
Diagnóstico
Glycated hemoglobin (A1C) test. This blood test, which doesn't require
fasting, indicates your average blood sugar level for the past two to three
months. It measures the percentage of blood sugar attached to hemoglobin,
the oxygen-carrying protein in red blood cells.
The higher your blood sugar levels, the more hemoglobin you'll have with
sugar attached. An A1C level of 6.5 percent or higher on two separate tests
indicates that you have diabetes. An A1C between 5.7 and 6.4 percent
indicates prediabetes. Below 5.7 is considered normal.
If the A1C test results aren't consistent, the test isn't available, or you have certain
conditions that can make the A1C test inaccurate — such as if you're pregnant or
have an uncommon form of hemoglobin (known as a hemoglobin variant) — your
doctor may use the following tests to diagnose diabetes:
Random blood sugar test. A blood sample will be taken at a random time.
Regardless of when you last ate, a random blood sugar level of 200
milligrams per deciliter (mg/dL) — 11.1 millimoles per liter (mmol/L) — or
higher suggests diabetes.
Fasting blood sugar test. A blood sample will be taken after an overnight
fast. A fasting blood sugar level less than 100 mg/dL (5.6 mmol/L) is normal.
A fasting blood sugar level from 100 to 125 mg/dL (5.6 to 6.9 mmol/L) is
considered prediabetes. If it's 126 mg/dL (7 mmol/L) or higher on two
separate tests, you have diabetes.
Oral glucose tolerance test. For this test, you fast overnight, and the fasting
blood sugar level is measured. Then you drink a sugary liquid, and blood
sugar levels are tested periodically for the next two hours.
A blood sugar level less than 140 mg/dL (7.8 mmol/L) is normal. A reading of
more than 200 mg/dL (11.1 mmol/L) after two hours indicates diabetes. A
reading between 140 and 199 mg/dL (7.8 mmol/L and 11.0 mmol/L) indicates
prediabetes.
If type 1 diabetes is suspected, your urine will be tested to look for the presence of
a byproduct produced when muscle and fat tissue are used for energy because the
body doesn't have enough insulin to use the available glucose (ketones). Your
doctor will also likely run a test to see if you have the destructive immune system
cells associated with type 1 diabetes called autoantibodies.
Your doctor will likely evaluate your risk factors for gestational diabetes early in
your pregnancy:
Initial glucose challenge test. You'll begin the glucose challenge test by
drinking a syrupy glucose solution. One hour later, you'll have a blood test to
measure your blood sugar level. A blood sugar level below 140 mg/dL (7.8
mmol/L) is usually considered normal on a glucose challenge test, although
this may vary at specific clinics or labs.
If your blood sugar level is higher than normal, it only means you have a
higher risk of gestational diabetes. Your doctor will order a follow-up test to
determine if you have gestational diabetes.
Follow-up glucose tolerance testing. For the follow-up test, you'll be asked
to fast overnight and then have your fasting blood sugar level measured.
Then you'll drink another sweet solution — this one containing a higher
concentration of glucose — and your blood sugar level will be checked every
hour for a period of three hours.
If at least two of the blood sugar readings are higher than the normal values
established for each of the three hours of the test, you'll be diagnosed with
gestational diabetes.
Tratamiento
Según qué tipo de diabetes tengas, el control del azúcar en sangre, la insulina y la
medicación oral pueden desempeñar un papel importante en tu tratamiento.
Mantener una dieta saludable y un peso saludable, así como realizar actividad
física regularmente también son factores claves en el tratamiento de la diabetes.
Mantener un peso saludable a través de una dieta saludable y del ejercicio diario
tiene un papel importante en el tratamiento de la diabetes, así como en tu salud
general:
Aun así, entender qué comer y en qué cantidades puede ser un desafío. Un
dietista matriculado puede ayudarte a armar una dieta acorde a tus objetivos
de salud, preferencias alimentarias y estilo de vida. Es probable que
comprenda el recuento de hidratos de carbono, en especial, si tienes
diabetes tipo 1.
Insulina. Las personas que tienen diabetes tipo 1 necesitan terapia con
insulina para sobrevivir. Muchas personas que tienen diabetes tipo 2 o
diabetes gestacional también necesitan terapia con insulina.
La insulina no puede tomarse por vía oral para bajar el azúcar de la sangre
porque las enzimas del estómago obstaculizan su acción. A menudo, la
insulina se inyecta utilizando una jeringa y una aguja fina o con un inyector de
insulina (un aparato que se asemeja a un bolígrafo).
Debido a que son muchos los factores que pueden afectar el azúcar en sangre,
pueden surgir problemas que necesiten atención médica inmediata, como los
siguientes:
Get your doctor's OK to exercise. Then choose activities you enjoy, such as
walking, swimming or biking. What's most important is making physical
activity part of your daily routine.
Aim for at least 30 minutes or more of aerobic exercise most days of the
week. Bouts of activity can be as brief as 10 minutes, three times a day. If you
haven't been active for a while, start slowly and build up gradually.
Treatment for type 1 diabetes involves insulin injections or the use of an insulin
pump, frequent blood sugar checks, and carbohydrate counting. Treatment of type
2 diabetes primarily involves lifestyle changes, monitoring of your blood sugar,
along with diabetes medications, insulin or both.
Monitoring your blood sugar. Depending on your treatment plan, you may
check and record your blood sugar as many as four times a day or more often
if you're taking insulin. Careful monitoring is the only way to make sure that
your blood sugar level remains within your target range. People with type 2
diabetes who aren't taking insulin generally check their blood sugar much less
frequently.
People who receive insulin therapy also may choose to monitor their blood
sugar levels with a continuous glucose monitor. Although this technology
hasn't yet completely replaced the glucose meter, it can significantly reduce
the number of fingersticks necessary to check blood sugar and provide
important information about trends in blood sugar levels.
Even with careful management, blood sugar levels can sometimes change
unpredictably. With help from your diabetes treatment team, you'll learn how
your blood sugar level changes in response to food, physical activity,
medications, illness, alcohol, stress — and for women, fluctuations in
hormone levels.
In addition to daily blood sugar monitoring, your doctor will likely recommend
regular A1C testing to measure your average blood sugar level for the past
two to three months.
Compared with repeated daily blood sugar tests, A1C testing better indicates
how well your diabetes treatment plan is working overall. An elevated A1C
level may signal the need for a change in your oral medication, insulin
regimen or meal plan.
Your target A1C goal may vary depending on your age and various other
factors, such as other medical conditions you may have. However, for most
people with diabetes, the American Diabetes Association recommends an
A1C of below 7 percent. Ask your doctor what your A1C target is.
Insulin. People with type 1 diabetes need insulin therapy to survive. Many
people with type 2 diabetes or gestational diabetes also need insulin therapy.
Insulin can't be taken orally to lower blood sugar because stomach enzymes
interfere with insulin's action. Often insulin is injected using a fine needle and
syringe or an insulin pen — a device that looks like a large ink pen.
An insulin pump also may be an option. The pump is a device about the size
of a cellphone worn on the outside of your body. A tube connects the
reservoir of insulin to a catheter that's inserted under the skin of your
abdomen.
A tubeless pump that works wirelessly also is now available. You program an
insulin pump to dispense specific amounts of insulin. It can be adjusted to
deliver more or less insulin depending on meals, activity level and blood sugar
level.
There are a number of versions of the artificial pancreas, and clinical trials
have had encouraging results. More research needs to be done before a fully
functional artificial pancreas receives regulatory approval.
Still others block the action of stomach or intestinal enzymes that break down
carbohydrates or make your tissues more sensitive to insulin. Metformin
(Glucophage, Glumetza, others) is generally the first medication prescribed
for type 2 diabetes.
Controlling your blood sugar level is essential to keeping your baby healthy and
avoiding complications during delivery. In addition to maintaining a healthy diet and
exercising, your treatment plan may include monitoring your blood sugar and, in
some cases, using insulin or oral medications.
Your doctor also will monitor your blood sugar level during labor. If your blood
sugar rises, your baby may release high levels of insulin — which can lead to low
blood sugar right after birth.
If you have prediabetes, healthy lifestyle choices can help you bring your blood
sugar level back to normal or at least keep it from rising toward the levels seen in
type 2 diabetes. Maintaining a healthy weight through exercise and healthy eating
can help. Exercising at least 150 minutes a week and losing about 7 percent of
your body weight may prevent or delay type 2 diabetes.
Because so many factors can affect your blood sugar, problems may sometimes
arise that require immediate care, such as:
High blood sugar (hyperglycemia). Your blood sugar level can rise for
many reasons, including eating too much, being sick or not taking enough
glucose-lowering medication. Check your blood sugar level as directed by
your doctor, and watch for signs and symptoms of high blood sugar —
frequent urination, increased thirst, dry mouth, blurred vision, fatigue and
nausea. If you have hyperglycemia, you'll need to adjust your meal plan,
medications or both.
You can check your urine for excess ketones with an over-the-counter
ketones test kit. If you have excess ketones in your urine, consult your doctor
right away or seek emergency care. This condition is more common in people
with type 1 diabetes.
It is seen in people with type 2 diabetes, and it's often preceded by an illness.
Call your doctor or seek immediate medical care if you have signs or
symptoms of this condition.
Low blood sugar (hypoglycemia). If your blood sugar level drops below
your target range, it's known as low blood sugar (hypoglycemia). If you're
taking medication that lowers your blood sugar, including insulin, your blood
sugar level can drop for many reasons, including skipping a meal and getting
more physical activity than normal. Low blood sugar also occurs if you take
too much insulin or an excess of a glucose-lowering medication that promotes
the secretion of insulin by your pancreas.
Check your blood sugar level regularly, and watch for signs and symptoms of
low blood sugar — sweating, shakiness, weakness, hunger, dizziness,
headache, blurred vision, heart palpitations, irritability, slurred speech,
drowsiness, confusion, fainting and seizures. Low blood sugar is treated with
quickly absorbed carbohydrates, such as fruit juice or glucose tablets.
Diagnóstico de diabetes
La identificación de los pacientes con diabetes o prediabetes
mediante el cribado permite una intervención precoz,
aunque todavía falta establecer criterios definitivos sobre los
métodos de detección.
50
33
Problema clínico
Estrategia y evidencia
Cribado de la diabetes
Diagnóstico de la Diabetes
• La detección y el diagnóstico precoz permiten la identificación de las personas
en situación de riesgo (de modo que se pueden llevar a cabo las medidas
preventivas, sobre todo la modificación del estilo de vida) y de aquellos con
enfermedad temprana (lo que dar lugar a iniciar el tratamiento).
• Raza (negros, nativos americanos, asiáticos y de las islas del Pacífico) o grupo
étnico de alto riesgo (hispanos).
• Sedentarismo
Diagnóstico de diabetes
Niveles de glucosa
Hemoglobina glicosilada
Cribado combinado
Prevención de la diabetes
Una vez identificado el estado prediabético, y con la finalidad de
disminuir los riesgos, se debe proceder a la educación del paciente acerca
de los riesgos la enfermedad como así las medidas para modificar el estilo
de vida. Dos estudios clínicos grandes han mostrado la eficacia de las
intervenciones intensivas en el estilo de vida en los pacientes de alto
riesgo (sobrepeso u obesidad con intolerancia a la glucosa), con una
reducción del riesgo relativo del 58% en el diagnóstico de diabetes
durante un período de 3 años. La intervención específica en un estudio
más grande, el Diabetes Prevention Program (DPP), incluyó el ejercicio
aeróbico regular (al menos 30 minutos en la mayoría de los días de la
semana) y una dieta hipocalórica para promover un descenso de peso del
7%. El DPP también probó la metformina; la reducción del riesgo relativo
con este fármaco (31%) fue de aproximadamente la mitad de lo que se
consigue con la modificación del estilo de vida; la metformina es
particularmente efectiva en los pacientes <60 años, con un índice de masa
corporal >35 y una glucemia en ayunas >110 mg/dl. Otros agentes
hipoglucemiantes o antiobesidad (acarbosa, rosiglitazona, pioglitazona y
orlistat) también reducen el riesgo de diabetes. Todos los fármacos tienen
efectos colaterales importantes y ninguno ha sido aprobado por la Food
and Drug Administration (FDA) para esta indicación.
Áreas de incertidumbre
Aunque parece lógico hacer el cribado en los pacientes con riesgo elevado
de disglucemia, faltan datos que muestren que el cribado de la diabetes
(aparte del embarazo) consigue otros resultados además de mejorar los
valores bioquímicos. La elección de una prueba de detección de
preferencia (glucemia en ayunas o HbA1c) sigue siendo tema de debate.
En EE. UU., la PTG ha sido abandonada fuera del cribado de la diabetes
gestacional, debido a su complejidad y baja reproducibilidad.
Conclusiones y recomendaciones
Pero no todo son malas noticias, ya que el análisis de los resultados obtenidos de 9.439
parejas madre-hijo reveló que, cuando el exceso de glucosa se trata, a través de diferentes
intervenciones como dieta, ejercicio o insulina, el riesgo no aumenta, es similar al de los
hijos de madres "sanas".
Para prevenir estas consecuencias, es muy importante que las embarazadas se sometan
a pruebas de glucemia para detectar la enfermedad, que busquen ayuda médica para tratarla
y que cumplan con los tratamientos.
Hipertensión arterial
Volver a Enfermedades vasculares y del corazón (patología)
Un médico toma la tensión a un paciente.
Información
Especialistas
Asociaciones
Preguntas y Respuestas
Qué es
Causas
Síntomas
Prevención
Tipos
Diagnóstico
Tratamientos
Otros datos
Qué es
La hipertensión arterial es una patología crónica que consiste en el aumento de la presión
arterial. Una de las características de esta enfermedad es que no presenta unos síntomas
claros y que estos no se manifiestan durante mucho tiempo.
En la actualidad, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad
en España. Sin embargo, la hipertensión es una patología tratable. Si no se siguen las
recomendaciones del médico, se pueden desencadenar complicaciones graves, como por
ejemplo, un infarto de miocardio, una hemorragia o trombosis cerebral, lo que se puede
evitar si se controla adecuadamente.
Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se endurecen a
medida que soportan la presión arterial alta de forma continua, se hacen más gruesas y
puede verse dificultado al paso de sangre a través de ellas. Esto se conoce con el nombre de
arterioesclerosis.
Según datos de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha
contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha), en España existen más de 14 millones de
personas con hipertensión. De esta cantidad, 9,5 millones no están controlados y 4
millones están sin diagnosticar.
Causas
Aunque todavía no se conocen las causas específicas que provocan la hipertensión
arterial, sí se ha relacionado con una serie de factores que suelen estar presentes en la
mayoría de las personas que la sufren. Conviene separar aquellos relacionados con la
herencia genética, el sexo, la edad y la raza y por tanto poco modificables, de aquellos otros
que se podrían cambiar al variar los hábitos, ambiente, y las costumbres de las personas,
como: la obesidad, la sensibilidad al sodio, el consumo excesivo de alcohol, el uso de
anticonceptivos orales y un estilo de vida muy sedentario.
Causas no modificables
Factores genéticos:
La predisposición a desarrollar hipertensión arterial está vinculada a que un familiar de
primer grado tenga esta patología. Aunque se desconoce el mecanismo exacto, la evidencia
científica ha demostrado que cuando una persona tiene un progenitor (o ambos)
hipertensos, las posibilidades de desarrollar hipertensión son el doble que las de otras
personas con ambos padres sin problemas de hipertensión.
Sexo:
Los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión arterial que las mujeres
hasta que éstas llegan a la edad de la menopausia. A partir de esta etapa la frecuencia en
ambos sexos se iguala. Esto se debe a que la naturaleza ha dotado a la mujer con unas
hormonas que la protegen mientras está en la edad fértil (los estrógenos) y por ello tienen
menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, las mujeres jóvenes
que toman píldoras anticonceptivas tienen más riesgo de desarrollar una patología cardiaca.
Edad y raza:
La edad es otro factor que influye sobre las cifras de presión arterial, de manera que tanto la
presión arterial sistólica o máxima como la diastólica o mínima aumentan con los años y
lógicamente se encuentra un mayor número de hipertensos a medida que aumenta la edad.
En cuanto a la raza, los individuos de raza negra tienen el doble de posibilidades de
desarrollar hipertensión que los de raza blanca, además de tener un peor pronóstico.
Causas modificables
Sobrepeso y obesidad:
Los individuos con sobrepeso están más expuestos a tener más alta la presión arterial que
un individuo con peso normal. A medida que se aumenta de peso se eleva la tensión
arterial y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres. La
frecuencia de la hipertensión arterial entre los obesos, independientemente de la edad, es
entre dos y tres veces superior a la de los individuos con un peso normal.
No se sabe con claridad si es la obesidad por sí misma la causa de la hipertensión, o si hay
un factor asociado que aumente la presión en personas con sobrepeso, aunque las últimas
investigaciones apuntan a que a la obesidad se asocian otra serie de alteraciones que serían
en parte responsables del aumento de presión arterial. También es cierto, que la reducción
de peso hace que desaparezcan estas alteraciones.
Otras causas
Vasculares:
Entre el 2,5 y el 6 por ciento de los problemas relacionados con el riñón pueden influir en la
aparición de la hipertensión arterial. De hecho, suponen entre el 2,5 y el 6 por ciento de las
causas. Las principales patologías vasculares que influyen son:
Enfermedad renal poliquística.
Enfermedad renal crónica.
Tumores productores de renina.
El síndrome de Liddle.
Estenosis de la arteria renal.
Endrocrinológicas:
Las causas endocrinas representan entre el 1 y el 2 por ciento. En éstas se incluyen
desequilibrios hormonales exógenos y endógenos. Las causas exógenas incluyen la
administración de corticoides.
Aproximadamente el 5 por ciento de las mujeres que toman anticonceptivos orales
puede desarrollar hipertensión. Los factores de riesgo para la hipertensión asociada con
el consumo de anticonceptivos orales incluyen la enfermedad renal leve y la obesidad.
Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden tener efectos adversos sobre
la tensión arterial. Estos fármacos bloquean tanto la ciclooxigenasa-1 (COX-1) como las
enzimas COX-2. La inhibición de la COX-2 puede inhibir su efecto natriurético que, a su
vez, aumenta la retención de sodio. Los antiinflamatorios no esteroideos también inhiben
los efectos vasodilatadores de las prostaglandinas y la producción de factores
vasoconstrictores, es decir, la endotelina-1. Estos efectos pueden contribuir a la inducción
de la hipertensión en un paciente con hipertensión controlada o normotenso.
Las causas hormonales endógenas incluyen:
Hiperaldosteronismo primario.
El síndrome de Cushing.
Feocromocitoma.
Hiperplasia suprarrenal congénita.
Las causas neurogénicas incluyen:
Tumores cerebrales.
Poliomielitis bulbar.
Hipertensión intracraneal.
Además existen drogas y toxinas que pueden propiciar la aparición de la hipertensión:
Alcohol.
Cocaína.
Ciclosporina, tacrolimus.
Fármacos antiinflamatorios no esteroides.
Eritropoyetina.
Medicaciones adrenérgicas.
Descongestionantes que contienen efedrina.
Remedios a base de hierbas que contienen regaliz
Nicotina.
Por último, existen algunas enfermedades que se relacionan con la hipertensión como son el
hipertiroidismo e hipotiroidismo, la hipercalcemia, el hiperparatiroidismo, la acromegalia,
la apnea obstructiva del sueño y la hipertensión inducida por el embarazo.
Síntomas
Según, Julián Segura, el presidente de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española
para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha), “la mayor limitación a la hora de
detectar la hipertensión es que la mayoría de los casos de hipertensión transcurren sin
que haya ningún síntoma y, por tanto, la enfermedad pasa desapercibida, con el riesgo
que eso conlleva”.
Segura indica que hay síntomas inespecíficos, como las cefaleas, que ayudan a detectarla
porque ponen en alerta al paciente que decide ir al médico o acudir a la farmacia a que les
tomen la tensión. Sin embargo, señala que esos síntomas no se pueden atribuir a la
hipertensión porque coinciden en el tiempo como respuesta al dolor.
En el caso de los hipertensos que han estado sin diagnóstico durante mucho tiempo, el
presidente señala que estos pueden sufrir en un momento dado una complicación, como una
angina de pecho, que es un síntoma derivado de esa complicación.
Prevención
Tener hábitos de vida saludable y, sobre todo, evitar el sobrepeso y la obesidad son los
principales factores para prevenir la aparición de la hipertensión.
Los especialistas señalan que llevar una dieta sana y practicar ejercicio puede ayudar a
que la población general esté exenta de sufrir esta patología.
En los casos en los que en la familia haya antecedentes de hipertensión y por tanto haya una
predisposición a ser hipertenso a lo largo del tiempo, este factor genético supone una
llamada de atención adicional a que el paciente cuide esos hábitos de vida y vigile sus cifras
de tensión arterial.
Tipos
Diagnóstico
La primera línea de combate de la hipertensión son los equipos de atención primaria,
tanto los médicos, como las enfermeras. En la consulta tienen protocolos de actuación para
que cuando acudan los pacientes, por los motivos que sean, los sanitarios realicen una
medición. Si el paciente no está diagnosticado, a partir de ese momento puede empezar su
tratamiento si le hiciera falta.
Otras áreas que ayudan a que el paciente identifique una hipertensión y que le advierte de
que sería recomendable que acudiera al especialista para obtener un posible diagnóstico son
los chequeos rutinarios que hacen las empresas o cuando los pacientes se hacen una
revisión porque quieren empezar a practicar algún deporte federado o semi profesional.
“Estos controles son muy importantes porque se realizan normalmente en personas que
nunca han pasado por un médico porque han estado sanos hasta el momento y puede ayudar
a diagnosticar al paciente”, apostilla Julián Segura, presidente de la Sociedad Española de
Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha).
Tratamientos
A la hora de tratar la hipertensión hay dos bloques fundamentales de acciones a realizar:
Tratamientos farmacológicos
En caso de que los cambios de los hábitos de vida no funcionen, hoy en día
existen tratamientos farmacológicos que son muy útiles para controlar la presión arterial.
Inicialmente estos tratamientos comienzan con un solo fármaco. No obstante, en algunos
casos esta medida no es suficiente y necesitan combinar con dos o tres medicinas para
controlar la presión arterial.
Debido a que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica, es fundamental que los
pacientes sean constantes con los tratamientos. Según los datos de la Seh-Lelha, el 90 por
ciento de los pacientes diagnosticados de hipertensión no lleva a cabo las recomendaciones
de los especialistas en materia de higiene o dieta y el 50 por ciento no sigue los
tratamientos que tienen prescritos.
Esto se debe a que como es una patología que se padece durante muchos años, los pacientes
tienden a relajarse con las instrucciones que le da el médico. Esto puede tener una serie de
consecuencias. La principal es que tendrá la hipertensión mal controlada, lo que a largo
plazo puede derivar en complicaciones cardiovasculares mayores como infarto de
miocardio, ictus, deterioro de la función renal o de la circulación de las piernas, entre
otros.
Otros datos
Pronóstico
En los últimos años el grado de control de la hipertensión ha ido aumentando como
consecuencia de la mejora de los tratamientos, mediante la intensificación de los mismos, y
por el aumento de la concienciación de mejorar los estilos de vida. El refuerzo de los
medicamentos (pacientes que antes sólo tomaban un medicamento y ahora toman dos, por
ejemplo) ha sido crucial para mejorar el control.
Sin embargo, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de
complicaciones y de mortalidad a nivel mundial. Esta situación se mantendrá en los
próximos años debido a la epidemia que hay de obesidad y que las autoridades sanitarias
esperan que aumente. Desde la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la
Lucha contra la Hipertensión Arterial, indican que la obesidad y la hipertensión son los dos
problemas de salud pública principales a los que los países tendrán que hacer frente en el
futuro próximo.
Además, para medir la presión arterial se requiere cumplir una serie de condiciones:
Para medir la presión arterial debe colocarse el manguito del esfigmomanómetro a la altura
del corazón. El borde superior debe estar como mínimo dos centímetros por encima de la
flexura del codo. A continuación se infla el manguito hasta una presión de 180 milímetros
de Hg. Si se sabe que en determinaciones anteriores la presión sistólica era superior a esta
cifra, se infla hasta una presión 200 mm Hg por encima de la última conocida. Se coloca la
campana del fonendo allí donde previamente se ha localizado el latido arterial en la flexura
del codo y se procede a desinflar poco a poco el manguito. El primer latido que se escucha
corresponde a la presión sistólica o máxima y la desaparición del latido a la presión
diastólica o mínima. En los niños y también en algunos adultos, los latidos no desaparecen;
entonces se considera como presión diastólica aquella en la que se modifica la tonalidad de
los latidos.
¿Qué es?
La hipertensión arterial es una enfermedad frecuente que afecta a un tercio de la población adulta. Se produce
por el aumento de la fuerza de presión que ejerce la sangre sobre las arterias de forma sostenida. Es una
enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y, si no se trata, puede desencadenar complicaciones
severas como infarto de corazón, accidente cerebrovascular, daño renal y ocular, entre otras complicaciones.
Se puede evitar si se controla adecuadamente.
La única manera de detectar la hipertensión es su medición. Muchas personas tienen la presión arterial elevada
durante años sin saberlo. Existen dos medidas: la presión arterial sistólica (PAS) o máxima y la presión arterial
diastólica (PAD) o mínima. Se considera presión arterial alta (hipertensión) cuando dicha medición máxima es
mayor o igual a 140 y la mínima es de 90.
¿Cómo es el tratamiento?
La hipertensión, en la mayoría de los casos, no puede curarse pero si puede controlarse. Para lograrlo debe
seguirse un tratamiento regular de por vida para bajar la presión y mantenerla estable. La medicación es sólo
una parte de ese tratamiento. El médico también suele recomendar, si es necesario, una alimentación saludable
para perder peso, no abusar del consumo de sal y alcohol y la importancia de realizar actividad física con
regularidad.
Hipertensión arterial
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
No debe confundirse con Anemia.
«Hipertensión» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Hipertensión (desambiguación).
«HTA» redirige aquí. Para otras acepciones, véase HTA (desambiguación).
Hipertensión
CIE-9 401
CIAP-2 K86
OMIM 145500
DiseasesDB 6330
MedlinePlus 000468
MeSH D006973
Sinónimos
Hipertensión arterial
Hipertensión benigna
Hipertensión esencial
Hipertensión maligna
Hipertensión primaria
Hipertensión sistémica
Aviso médico
Índice
1Historia
2Epidemiología
3Clasificación
o 3.1Clasificación de la hipertensión sistémica según su causa
4Etiología
o 4.1Sodio
o 4.2Renina
o 4.3Resistencia a la insulina
o 4.4Diabetes
o 4.5Peso
o 4.6Apnea durante el sueño
o 4.7Genética
o 4.8Edad
5Patogenia
6Lesiones a órganos
o 6.1Ojo
o 6.2Sistema nervioso central
o 6.3Arterias periféricas
o 6.4Corazón
o 6.5Riñones
7Diagnóstico
o 7.1Anamnesis
o 7.2Procedimientos para la medición correcta de la presión arterial
o 7.3Exploración física
o 7.4Exámenes de laboratorio
o 7.5Estudios adicionales
8Tratamiento
9Prevención
10Véase también
11Referencias
12Enlaces externos
Historia[editar]
Artículo principal: Historia de la hipertensión
Epidemiología[editar]
Datos recientes del Estudio Framingham del Corazón sugieren que aquellos individuos
normotensos mayores de 65 años de edad tienen un riesgo de por vida aproximado de 90%
de tener hipertensión arterial10. Desde los años 1980, el número de pacientes no
diagnosticados ha aumentado de 25% hasta casi un 33% en los años 1990,
la prevalencia de insuficiencia renal aumentó de menos de 100 por millón de habitantes hasta
más de 250 por millón y la prevalencia de insuficiencia cardíaca congestiva se duplicó.11
Es más frecuente en las zonas urbanas que en las rurales, y más frecuente en los negros que
en los blancos. La incidencia se ha calculado entre 0,4 y 2,5 % anual. La mortalidad por
certificado de defunción es de 8,1 por 100 000. Utilizando otros criterios llega a ser de 76 por
100 000. Se calcula entonces entre 8 000 a 9 000 muertes anuales atribuibles a la HTA. Del
66 al 75 % de los casos de trombosis cerebral tiene HTA. El 90 % de las hemorragias
intracraneales no traumáticas corresponden a la HTA.[cita requerida]
Clasificación[editar]
Variación de presión en el ventrículo izquierdo (línea azul) y la aorta (línea roja) en dos ciclos
cardíacos («latidos del corazón»), que muestra la definición de presión arterial sistólica y diastólica.
La presión arterial se expresa con dos medidas, la presión arterial sistólica y diastólica, como
por ejemplo 120/80 mmHg. La presión arterial sistólica (la primera cifra) es la presión
sanguínea en las arterias durante la sístole ventricular, cuando la sangre es expulsada desde
el corazón a las arterias; la presión arterial diastólica (el número inferior) es la presión en
la diástole, cuando el corazón se relaja y la presión arterial cae.
Las guías clínicas del manejo de la hipertensión arterial clasifican la hipertensión en fases o
estadios (ver tabla), que tendrán distinto pronóstico y tratamiento. Estas clasificaciones se
obtienen haciendo la media de las lecturas de la presión arterial del paciente en reposo
tomadas en dos o más visitas. La hipertensión es un factor de riesgocardiovascular; el
tratamiento antihipertensivo irá enfocado a reducir el riesgo cardiovascular global, por lo tanto,
al instaurar el tratamiento se tendrán en cuenta, además de las cifras de presión arterial, la
presencia de otros factores de riesgo cardiovascular, como enfermedad renal o cardiovascular
establecida, diabetes o síndrome metabólico.1213
Actualmente la clasificación de la Asociación Americana del Corazón (AHA por sus siglas en
Inglés) en conjunto con el Colegio Americano de Cardiología (ACC por sus siglas en Inglés) se
ha actualizado y desde 2017 publicó las guías para la detección, prevención, gestión y
tratamiento de la hipertensión arterial. En donde algunos aspectos a tener en cuenta son:
La presión arterial alta se define ahora como lecturas de 130 mm Hg y superiores para
la medición de la presión arterial sistólica, o lecturas de 80 y superiores para la
medición diastólica. Esto es un cambio de la antigua definición de 140/90 y superior,
que refleja las complicaciones que pueden producirse en esos números más bajos.14
En la primera actualización de las completas guías de EE. UU. sobre la detección y el
tratamiento de la presión arterial desde 2003, se elimina la categoría de
prehipertensión.15
Si bien habrá cerca de un 14 por ciento más de personas que serán diagnosticadas
con presión arterial alta y que recibirán asesoramiento sobre cambios en los hábitos
de vida, solo habrá un ligero aumento en las personas a las que se les recetará
medicamentos.16
Al reducir la definición de hipertensión arterial, las guías recomiendan una
intervención temprana para prevenir aumentos adicionales en la presión arterial y las
complicaciones de la hipertensión.17
A continuación se muestran una lista de las clasificaciones según las distintas guías.
La presión arterial medida en consulta puede ser mayor a la presión arterial que una persona
tiene normalmente, fenómeno que se conoce como hipertensión de bata blanca.21 Las guías
NCGC-127 del National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) británico,19
del 2011 tienen en cuenta este fenómeno e incluyen las cifras de la monitorización ambulatoria
de la presión arterial (MAPA) y de la automedida de la presión arterial (AMPA) por encima de
las cuales consideran a la población hipertensa.
El JNC 7 (The Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention, Detection,
Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure)22 definió como prehipertensión a la presión
arterial comprendida entre 120/80 mmHg y 139/89 mmHg. La prehipertensión no es una
enfermedad, sino una categoría que permite identificar personas con alto riesgo de desarrollar
hipertensión. Esta cifra puede variar de acuerdo al sexo y edad del paciente.
La hipertensión sistólica aislada se refiere a la presencia de una presión sistólica elevada
conjuntamente con una presión diastólica normal, una situación frecuente en las personas de
edad avanzada.
La hipertensión se clasifica como resistente o refractaria en sujetos tratados con al menos
3 fármacos antihipertensivos a dosis plenas, uno de ellos diurético, con un adecuado
cumplimiento de la medicación antihipertensiva, es decir si la medicina convencional no
reduce la presión arterial a niveles normales.22 En EE.UU.23 y el Reino Unido24 se han
publicado sendas guías para el tratamiento de la hipertensión resistente.
La hipertensión al ejercicio es una elevación excesiva de la presión arterial durante
el ejercicio.252627 El rango considerado normal durante el ejercicio para los valores sistólicos es
entre 200 y 230 mmHg.28 La hipertensión al ejercicio puede indicar que el individuo tiene riesgo
de desarrollar posteriormente hipertensión en reposo.2728
La lectura de la tensión sistólica tiene predominio sobre la diastólica después de los 50 años,
siendo al revés previo a esa edad. Antes de los 50 años de edad la presión arterial diastólica
es un factor de riesgo de cardiopatía, mientras que la presión arterial sistólica lo es después
de los 50 años de edad.18
Clasificación de la hipertensión sistémica según su causa[editar]
Etiología[editar]
Algunos de los factores ambientales que contribuyen al desarrollo de la hipertensión arterial
incluyen la obesidad, el consumo de alcohol, circunstancias de nacimiento y las profesiones
estresantes. Se ha notado que en sociedades económicamente prósperas, estos factores
aumentan la incidencia de hipertensión con la edad.
Sodio[editar]
Artículo principal: Sal (condimento)
La apnea del sueño es un trastorno común y una posible causa de hipertensión arterial.33 El
tratamiento de este trastorno por medio de presión aérea positiva continua u otros manejos,
mejora la hipertensión esencial.
Genética[editar]
La hipertensión arterial es uno de los trastornos más complejos con un componente genético
asociado a la aparición de la enfermedad. Se han estudiado a más de 50 genes que podrían
estar involucrados con la hipertensión. Recientemente se han localizado 12 nuevos genes en
los que se han visto variaciones relacionadas con diversos fenotipos relativos a la HTA.
Además, se han encontrado 35 SNPs que aparecen enriquecidos por variantes asociadas
a adiposidad, DM tipo 2, enfermedad coronaria y función renal publicadas anteriormente
en estudios de asocación de genoma completo, lo que evidenciaría que los genes
relacionados con la presión arterial participan en la actividad cardiovascular.34
Edad[editar]
Al transcurrir los años y según los aspectos de la enfermedad, el número de fibras
de colágeno en las paredes arteriales aumenta, haciendo que los vasos sanguíneos se
vuelvan más rígidos. Al reducirse así la elasticidad, el área seccional del vaso se reduce,
creando resistencia al flujo sanguíneo y como consecuencia compensadora, se aumenta la
presión arterial.
Se ha indicado que pacientes con más años de trabajar en una institución o que ocupan altos
puestos son más propensos a presentar hipertensión. Pero eso es resultado de la edad: los
más viejos tienen más tiempo de trabajar y alcanzan niveles de jefatura por su experiencia.35
Patogenia[editar]
La presión arterial es producto del gasto cardíaco y la resistencia vascular sistémica.36 Por lo
tanto, los factores determinantes de la presión arterial son factores que afectan al gasto
cardíaco y a la fisiología y estructura de las arteriolas. Por ejemplo, el aumento de
la viscosidad de la sangre tiene efectos significativos sobre el trabajo necesario para bombear
una cantidad dada de sangre y puede dar lugar a un aumento persistente de la presión
arterial.37 Las condiciones de maleabilidad de la pared de los vasos sanguíneos (componentes
pulsátiles) afectan la velocidad del flujo sanguíneo, por lo que también tienen una potencial
relevancia en lo que respecta a la regulación de la presión arterial. Además, los cambios en el
espesor de las paredes vasculares afectan a la amplificación de la resistencia vascular
periférica en pacientes hipertensos, lo que conlleva a reflexión de ondas en dirección a
la aorta y opuestas al flujo sanguíneo, aumentando la presión arterial sistólica. El volumen de
sangre circulante es regulada por el Sodio desde el sistema renal y el manejo del agua, un
fenómeno que juega un papel especialmente importante en la hipertensión sensible a las
concentraciones de Sodio sanguíneas.
La mayoría de los mecanismos asociados a la hipertensión secundaria son generalmente
evidentes y se entienden bien. Sin embargo, aquellos relacionados con la hipertensión
esencial (primaria) son mucho menos comprendidos. Lo que se sabe es que el gasto cardíaco
se eleva a principio del curso natural de la enfermedad, con una resistencia periférica total
(RPT) normal. Con el tiempo, disminuye el gasto cardíaco hasta niveles normales, pero se
incrementa la RPT. Tres teorías han sido propuestas para explicar este fenómeno:
Lesiones a órganos[editar]
Los órganos cuya estructura y función se ven alterados a consecuencia de la hipertensión
arterial no tratada o no controlada se denominan «órganos diana» e incluyen el sistema
nervioso central, arterias periféricas, corazón y riñones, principalmente. La asociación entre la
presión arterial y el riesgo de cardiopatías, infarto agudo de miocardio, derrame cerebral y
enfermedades renales es independiente de otros factores de riesgo. Por ejemplo, en
individuos comprendidos entre las edades de 40 y 70 años de edad, cuando la presión arterial
se encuentra entre 115/75 a 185/115 mmHg, cada incremento de 20 mmHg en la presión
sistólica o de 10 mmHg en presión diastólica duplica el riesgo de aparición de alguna de estas
enfermedades.18
Ojo[editar]
Arterias periféricas[editar]
Ecocardiograma de paciente con hipertrofia concéntrica del ventrículo izquierdo (Eje largo paraesternal).
Riñones[editar]
Diagnóstico[editar]
Anamnesis[editar]
La historia clínica del paciente hipertenso debe ser recolectada al detalle y enriquecerse con
información provista por parientes cercanos, o por otros médicos o personal paramédico que
lo hayan atendido en el pasado, si aplica. La hipertensión es la enfermedad asintomática por
excelencia, tanto es así que se la ha llamado «la asesina silenciosa», por lo que no resultaría
extraño que no se recolecten muchos síntomas en la historia, o que estos síntomas sean poco
específicos (dolor de cabeza, mareo y trastornos visuales, por ejemplo). Una vez bien definido
el motivo de consulta y habiéndose documentado los datos relevantes de la presente
enfermedad, debe hacerse énfasis desde la primera consulta sobre los siguientes datos:
Tratamiento[editar]
Artículo principal: Tratamiento de la hipertensión arterial
El Séptimo Comité sugiere, como línea inicial medicamentosa para la hipertensión, las
siguientes estipulaciones:
Prevención[editar]
Si bien no es posible eliminar por completo la hipertensión, varias acciones son muy útiles y
necesarias para prevenir su aparición y para evitar el empeoramiento de los síntomas:
Incrementar la actividad física aeróbica; actividades como caminar, bailar, correr, nadar y
montar en bicicleta, de 30 a 60 minutos al día y al menos de tres a cinco días por semana.
Bien realizados, estos ejercicios pueden llegar a reducir los valores de tensión arterial en
personas hipertensas hasta situar sus valores dentro de la normalidad.45
Mantener un peso corporal dentro de los estándares correspondientes a la edad y la
estatura, según el sexo, lo que debe estar acorde con el IMC correspondiente;
Reducir al mínimo el consumo de alcohol: al día no deben consumirse más de 30 ml
de etanol, que equivale a 720 ml (2 latas) de cerveza; 300 ml de vino (dos copas; un vaso
lleno contiene 250 ml); 60 ml de whisky (un quinto de vaso), en los varones; en las
mujeres, la mitad; reducir el consumo de sodio, consumir una dieta rica en frutas y
vegetales.
Se recomienda una dieta que se caracteriza por la abundancia de productos frescos de
origen vegetal (frutas, verduras, cereales, patatas, frutos secos), baja en productos ricos
en azúcares refinados y carnes rojas, consumir aceite de oliva como la principal fuente de
grasa, y la ingesta de queso fresco, yogur, pollo y pescado en cantidades moderadas, lo
cual se considera una alimentación ideal para la prevención de las enfermedades
cardiovasculares.
Privarse de todo tipo de tabaco (cigarro, pipa, habano, etc.).
Controlar la glucemia (sobre todo si la persona padece diabetes).